M.F. Price
Martin F. Price dirige el Programa de las zonas montañosas en la Unidad de Cambio Medioambiental, Universidad de Oxford, Reino Unido.
La importancia de las montañas en el desarrollo sostenible y lugar que ocupan en el programa político mundial.
La mitad de la población del mundo depende del agua procedente de las montañas
Los ecosistemas montañosos en todo el mundo se encuentran desde el ecuador hasta los polos y ocupan aproximadamente la quinta parte de la superficie de los continentes y las islas. Más allá de sus características comunes como un relieve relativamente elevado (o una variación topográfica muy marcada) y unas fuertes pendientes, las montañas presentan una diversidad notable (Ives, Messerli y Spiess, 1997). Se encuentran en todos los continentes y en todas las altitudes, desde la vecindad del nivel del mar hasta el lugar más alto del planeta: la cumbre del Everest, Sagarmatha o Qomolongma, en la frontera entre Nepal y la región autónoma del Tibet (China).
Se calcula que la décima parte de la humanidad recibe su sustento directamente de las montañas. Pero las montañas son importantes no sólo para quienes las habitan, sino para millones de personas que viven en tierras bajas. A escala mundial, el mayor valor de las montañas puede consistir en ser fuentes de todos los grandes ríos del mundo y de muchos menores (Programa de las zonas montañosas, 1998). Las montañas desempeñan un papel esencial en el ciclo del agua al captar la humedad de las masas de aire; cuando el agua se precipita en forma de nieve, se almacena hasta que se funde en primavera y verano, lo que es esencial para las poblaciones, los cultivos y las industrias más abajo, a menudo durante el periodo de menor pluviosidad. En las regiones áridas y semiáridas, más del 90 por ciento de los caudales fluviales vienen de las montañas. Incluso en la Europa templada, los Alpes, que ocupan sólo el 11 por ciento de la superficie de la cuenca hidrográfica del Rin, aportan el 31 por ciento de su caudal anual, y en verano más del 50 por ciento.
El agua de las montañas sirve también para generar energía hidroeléctrica, la mayor parte de la cual se utiliza en los valles. Los molinos de agua tienen una larga historia como generadores de energía en las regiones montañosas, principalmente para moler el grano. En el Nepal se calcula que hay 25 000 molinos de agua y más de 900 microturbinas hidráulicas - de tecnología más reciente - que son una fuente esencial de energía, sobre todo para la elaboración de productos agrícolas (Schweizer y Preiser, 1997). Esta energía local renovable es decisiva para el desarrollo económico en zonas que se encuentran muy alejadas de las redes de distribución de los combustibles fósiles consumidos por la mayoría de las poblaciones urbanas. En los países en desarrollo, la leña es la primera fuente de energía en los poblados de montaña, pero también es esencial - como tal leña o como carbón vegetal - para muchos habitantes de centros urbanos en los valles y las llanuras. Por ejemplo, todo visitante de Marrakech puede observar las grandes pilas de leña amontonadas junto a los hornos comunales, a los que cada familia lleva a cocer su pan cotidiano; la leña procede de los bosques de las montañas del Atlas.
La madera procedente de las montañas tiene también otros muchos usos, en la construcción o para hacer productos de uso local, así como, cuando lo permiten las redes de carreteras, ferrocarriles o vías fluviales, para la exportación. Es importante observar, no obstante, que aunque la deforestación en los bosques pluviales tropicales recibe más atención a nivel mundial, las mayores tasas de deforestación de cualquier bioma se alcanzan en los bosques tropicales de montaña: 1,1 por ciento anual. Las tasas de corta son particularmente elevadas en América central, África oriental y central, Asia sudoriental y los Andes (FAO, 1993).
CENTROS DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA
Los ecosistemas de montaña son importantes como centros mundiales de diversidad biológica. La mayor diversidad de especies vegetales vasculares se da en las montañas: Costa Rica, Andes orientales tropicales, bosques atlánticos del Brasil, región oriental del Himalaya-Yunna, Borneo septentrional y Papua Nueva Guinea (Barthlott, Lauer y Placke, 1996). Otros centros importantes se encuentran en las montañas subtropicales áridas. Muchas de estas zonas de mayor diversidad biológica están declaradas parques nacionales o gozan de otro tipo de protección.
La diversidad de las especies naturales en las montañas no sólo tiene valor para la humanidad, sirio intrínsecamente y como fuente de alimentos silvestres como setas, caza mayor, aves y muchos otros productos forestales no leñosos. Las montañas son también importantes como centros de diversidad de cultivos. El mantenimiento y la expansión de las poblaciones de montaña en muchas partes del mundo han sido posibles por la introducción de la papa y del maíz de América Latina. Los precursores originales del trigo vinieron de las montañas del Cercano Oriente. Estas variedades originales mantienen su importancia como material genético para nuevas variedades de los principales cultivos alimentarios. También especies no muy conocidas pero adaptables y nutritivas - como muchos de los tubérculos y raíces cultivados en América Latina que son objeto de investigación en el Centro internacional de la papa en Perú - son potencialmente alimentos importantes.
INFLUENCIAS DE LOS CAMBIOS EN LOS SISTEMAS MUNDIALES
Las relaciones económicas de los pueblos de montaña experimentan también transformaciones. Aun el más remoto poblado de montaña ha tenido siempre vínculos con los mercados regionales o mundiales respecto a productos esenciales como la sal. No obstante, hasta hace muy poco, las economías de la mayoría de las sociedades de montaña en el mundo en desarrollo eran fundamentalmente internas, basadas en el uso complementario de recursos de diversas zonas de altitud. Las conexiones con economías exteriores se han derivado de varios factores, en especial la mayor accesibilidad debida a la construcción de nuevas redes de carreteras y a la rápida expansión del transporte aéreo desde la segunda guerra mundial. En Nepal, la disponibilidad de un excedente de helicópteros militares de la ex Unión Soviética significa que pequeñas aldeas antaño a muchos días de marcha desde Kathmandú, son ahora accesibles en una hora o menos. Análogamente, en las montañas de Siberia y en el Tian Shan de Kirguistán, los pequeños núcleos humanos no están ya necesariamente aislados.
Aunque los helicópteros transportan a algunos habitantes locales, sus principales pasajeros suelen ser turistas de todas las partes del mundo, epígonos de una tendencia iniciada a principios del siglo XIX con el descubrimiento de los Alpes suizos por viajeros ingleses. Las razones para viajar son muy diversas. Subsisten aún viejas formas como la peregrinación, que influye considerablemente sobre las economías regionales; por ejemplo, 9,3 millones de peregrinos llegan cada año a Hardwar-Rishikesh, punto de entrada en el Himalaya Garhwal. Badrinath, uno de los principales centros de atracción, recibe anualmente unos 450 000 visitantes, que se han triplicado en veinte años (Academy for Mountain Environics, 1995). Más todavía ha crecido el número de turistas atraídos por los notables paisajes y las culturas exóticas del Nepal: de 9 526 en 1964 pasaron a 293 567 en 1993. Son relativamente pocos los gobiernos que han tomado las medidas del Gobierno Real de Buthán o de la Nación Zuni de Nuevo México de poner un límite al número de turistas; la mayor industria mundial se considera generalmente como motor para el desarrollo económico (Price, Moss y Williams, 1997).
Pero el turismo es una industria veleidosa. Como observaban los sherpas nepalíes en los años ochenta, «los turistas son como los rebaños, que constituyen unas formas de riqueza muy móviles, productivas y prestigiosas, pero perecederas. Como los rebaños, los turistas dan buena leche, pero sólo si son bien alimentados» (Fisher, 1990). Un descenso de la fiabilidad del turismo se ha notado ya en los Alpes suizos, donde la industria está experimentando un período de reorganización. Siempre habrá muchas personas que deseen visitar las montañas para poner a prueba su resistencia física, escapar de las tensiones de la vida cotidiana o visitar santuarios o lugares de inspiración, pero la inconstancia del turismo es una fuerza tan dinámica como el entorno físico con el que han tenido que convivir secularmente los pueblos de montaña. En un mundo cada vez más influido por fuerzas planetarias, los pobladores de las montañas tienen que encontrar nuevas maneras de sobrevivir y prosperar. Esto se llama hoy desarrollo sostenible, y promoverlo es vital no sólo para quienes viven en las montañas, sino para los miles de millones que habitan en los valles o más lejos pero vinculados a la red mundial de transportes.
Agricultura y actividad forestal en las montañas
LAS MONTAÑAS COMO TEMA DE DEBATE
El reconocimiento universal de la importancia mundial de las montañas es reciente. Aunque los científicos han trabajado en regiones montañosas durante más de dos siglos, cada uno solía confinarse en su propia especialización en uno o más valles de montaña o cordilleras. A partir de 1930, el estudio científico de las montañas - sobre todo en Francia, Alemania y la Unión Soviética - reconoció cada vez más las relaciones de los ecosistemas montañosos entre sí, así como de sus habitantes. Esta evolución se manifestó por primera vez de manera coordinada en 1973, cuando se aprobó el Proyecto 6 del Programa de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) relativo al «Impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas de montaña y de tundra».
MAB-6 fue el primer programa internacional interdisciplinario de investigación sobre regiones montañosas, con proyectos en los Andes, el Himalaya, muchos países alpinos y los Pirineos españoles (Price, 1995). Este programa fue fundamental para el desarrollo que se llamó Programa de las zonas montañosas. Las ideas básicas eran el reconocimiento de las interacciones de todos los aspectos de los ecosistemas montañosos, incluidos sus habitantes, y de los valores esenciales de las montañas a escala mundial. Estas ideas se han desarrollado y promovido mediante otras varias iniciativas e instituciones (Ives y Messerli, 1990), a saber:
· la Comisión de Geoecología y Gestión de Recursos de las Montañas (ahora de Geoecología y Desarrollo Sostenible de las Montañas) de la Unión Geográfica Internacional (UGI), establecida en 1968;· el Centro internacional de la papa (CIP), fundado en Lima, Perú, en 1971;
· el proyecto de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) sobre sistemas interactivos entre tierras altas y bajas, en 1977;
· la International Mountain Society (IMS) en 1980;
· el Centro internacional para la ordenación integrada de las montañas (ICIMOD), fundado en Kathmandú, Nepal, en 1983.
Además, varias reuniones en los años setenta y ochenta consideraron los aspectos del desarrollo sostenible de las montañas. Ejemplos pioneros importantes fueron una reunión sobre el desarrollo de las tierras de montaña organizada por la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ) en Berlín en 1974 y el seminario del Consejo de Europa sobre presiones y problemas de planificación regional en regiones montañosas, en Grindelwald en 1978. Durante el mismo período los gobiernos reconocieron también la necesidad de cooperación regional en varios sistemas montañosos europeos, estableciéndose comités regionales para los Alpes centrales en 1972, los Alpes orientales en 1978, los Alpes occidentales en 1982, los Pirineos en 1983 y el Jura en 1985. El reconocimiento por los gobiernos de la importancia de las montañas se reafirmó en 1989, cuando el Ministerio del Medio Ambiente de la República Federal de Alemania convocó una Conferencia de Estados Alpinos, que condujo a la firma en 1991 de la Convención Alpina por los Estados Alpinos y la Comunidad Europea.
Vigilancia de la situación de las montañas. Estación meteorológica en los Alpes franceses
El Programa de las zonas montañosas
Toda esta evolución en los últimos treinta años revela explícita o implícitamente que, aunque las regiones montañosas estén en general apartadas de los centros de decisión, son importantes no sólo para sus habitantes sino para comunidades humanas mucho más amplias, y no deben por lo tanto ser relegadas a posiciones marginales en la formulación y la ejecución de las políticas. La ocasión de plantear esta perspectiva en el plano mundial se presentó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en junio de 1992. En las reuniones preparatorias, muchos sostuvieron que no era preciso un capítulo especial sobre las montañas, ya que los temas principales de interés figuraban en otros capítulos o convenciones que se incluirían en el documento final. Sin embargo, con el apoyo del Departamento Suizo de Desarrollo y de Ayuda Humanitaria, un pequeño grupo de expertos en desarrollo y académicos - que habían participado en las actividades del programa MAB-6, la Comisión de la UGI, la IMS y la UNU - pudieron introducir un capítulo sobre las montañas en el proyecto de documento final en la cuarta reunión de la Comisión Preparatoria en abril de 1992. Este grupo, que adoptó el nombre de Programa de las zonas montañosas, apoyó la inclusión de este capítulo en dos documentos: un libro de 391 páginas, The state of the world's mountains, con capítulos sobre las regiones montañosas del mundo (Stone, 1992); y un llamamiento de 44 páginas con el título An appeal for the mountains (Programa de las zonas montañosas, 1992). Gracias a estos esfuerzos se consiguió que el Capítulo 13 del Programa 21, el plan de acción suscrito en la CNUMAD por los jefes de Estado o de gobierno de la mayoría de las naciones del mundo, llevara por título «Ordenación de ecosistemas frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de montaña». La inclusión de este capítulo ponía a las montañas en plano de igualdad con el cambio climático, la deforestación tropical, la desertificación y cuestiones similares del debate mundial sobre medio ambiente y desarrollo.
LAS MONTAÑAS EN EL PROGRAMA MUNDIAL
El Capítulo 13 del Programa 21 marcó la transición de un enfoque sectorial centrado por ejemplo en el agua, la silvicultura, la agricultura o el turismo a un enfoque más integrado del desarrollo sostenible de las montañas. En septiembre de 1993, la Comisión Interorganismos sobre el Desarrollo Sostenible (Naciones Unidas) designó a la FAO como coordinador sectorial del Capítulo 13. Las responsabilidades atribuidas a la FAO son:
· alentar y apoyar iniciativas en relación con el sector;· facilitar la cooperación y el enlace entre organismos;
· mantener informada a la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (CDS).
En marzo de 1994 la FAO convocó en Roma la primera reunión de una red de interorganismos ad hoc para el seguimiento del Capítulo 13. Asistieron no sólo los representantes de varias organizaciones de las Naciones Unidas sino también de otras organizaciones internacionales y ONG como el CIP, el ICIMOD, la IMS, la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO) y el Mountain Institute (TMI). Este grupo ad hoc era deliberadamente pluralista, reconociendo que aunque las ONG no habían participado de manera notable en la preparación del Capítulo 13 (a diferencia de la mayoría de los demás capítulos del Programa 21), desempeñarían papeles decisivos en su ejecución. Los participantes en la reunión hicieron varias recomendaciones. Uno de los resultados más importantes ha sido una serie de reuniones en un doble proceso con participación de consultores a niveles gubernamental y no gubernamental, como se describe en las secciones siguientes. Los temas debatidos en estas consultas pueden verse en Price (1998).
Desde 1994, la red ha mantenido los contactos vía fax y correo electrónico, lo que ha permitido a la FAO poner en circulación proyectos de documentos como los informes a los tercero y quinto períodos de sesiones de la CDS, principios y directrices prácticas para programas generales de desarrollo de las montañas, y criterios e indicadores para el desarrollo sostenible de las montañas. El grupo ha celebrado también otras tres reuniones, en 1995 y 1996. El número de organizaciones internacionales y ONG participantes ha crecido paulatinamente de modo notable: entre los miembros más recientes están la African Mountains Association, el Centro Internacional de Protección del Medio Ambiente Alpino (ICALPE), la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y la International Mountaineering and Climbing Federation (UIAA).
Consultas intergubernamentales regionales
Se han celebrado consultas intergubernamentales sobre desarrollo sostenible de las montañas en todas las regiones del mundo excepto América del Norte, donde hubo una reunión de planificación en abril de 1997 y tendrá lugar una conferencia regional en 1998. La secuencia de reuniones (Cuadro 1) dependió en cierta medida de la disponibilidad de fondos y de la existencia de organizaciones convocantes apropiadas.
En total, asistieron a estas reuniones representantes de 62 países y de la Unión Europea. Este hecho debe ser garantía de que los gobiernos nacionales presten atención al desarrollo sostenible de las montañas. Además estuvieron presentes representantes de numerosas organizaciones internacionales, regionales y no gubernamentales que aportaron contribuciones sustanciosas a los debates.
Al mismo tiempo, algunos gobiernos han avanzado en varios planos hacia el desarrollo sostenible de las montañas. Varios países, entre ellos Bulgaria, Eslovenia, Rumania, Viet Nam y la ex República Yugoslava de Macedonia, han establecido instituciones nacionales con el objetivo de contribuir al desarrollo sostenible. En otros países como Honduras, Sudáfrica y el Reino Unido se han creado instituciones provinciales o locales similares. Hay también varias leyes nacionales recientes (por ejemplo, en Bulgaria, Italia y Japón) e instrumentos jurídicos de administraciones provinciales o locales sobre uso de la tierra y planificación (por ejemplo, en Alemania, Austria, España, Francia, Grecia, Irlanda y Noruega) que brindan varios medios de apoyo a las poblaciones de las montañas. México avanza también en esa dirección, con la asistencia de la FAO. En los Alpes se han preparado diversos protocolos temáticos de la Convención Alpina, aunque ninguno se ha ratificado todavía. Un proyecto de Carta de las Regiones Montañosas de Europa, preparado por el Consejo de Europa, ha sido debatido al más alto nivel.
Consultas no gubernamentales y el Foro de las zonas de montaña
Como complemento de las cinco reuniones intergubernamentales se han celebrado tres consultas no gubernamentales (Cuadro 2). Aunque todas ellas se apoyan en redes existentes, dos se han asociado con otras actividades sustanciales. La Consulta Internacional de ONG en febrero de 1995 condujo al establecimiento del Foro de las zonas de montaña, una red de redes diversa y no jerárquica que brinda apoyo mutuo, comunicación de informaciones y defensa de los intereses de los pueblos de montaña y su entorno. En los tres últimos años, la estructura del Foro de las zonas de montaña se ha desarrollado con la inclusión de un nodo mundial en el Mountain Institute para coordinar las organizaciones y las entidades internacionales, así como de nodos regionales para las regiones de Asia y el Pacífico, América Latina y Europa establecidos respectivamente en el ICIMOD, el CIP y la UICN. Se han invertido en ello recursos considerables: más de 1,1 millones de dólares, principalmente aportados por la SDC.
Entre las realizaciones del Poro de las zonas de montaña está el establecimiento del sitio de Internet más completo sobre desarrollo sostenible de las montañas (http://www.mtnforum.org), con una biblioteca y base de datos de consulta directa, listas de debate electrónico, publicaciones y reuniones. Se han celebrado además cuatro conferencias electrónicas:
· Pagar por las montañas: mecanismos innovadores y ejemplos prometedores para financiar la conservación y el desarrollo sostenible, julio/agosto de 1996, con más de 200 participantes;· Políticas y leyes para la montaña, marzo/abril de 1997, con 276 participantes;
· Conservación y desarrollo de páramos y punas en los Andes, agosto de 1997, con 150 participantes;
· Turismo de montaña con base en la comunidad, abril/mayo de 1998.
CUADRO 1. Consultas intergubernamentales regionales sobre desarrollo sostenible de las montañas
Región |
Lugar, fecha |
Organizador(es) (Actas) |
Países participantes |
Asia y el Pacífico |
Kathmandú, Nepal, diciembre de 1994 |
ICIMOD |
Bangladesh, Bhután, China, Federación de Rusia, Filipinas, India, Indonesia, Irán, Kirguistán, Laos, Mongolia, Myanmar, Nepal, Nueva Zelandia, Pakistán, Papua Nueva Guinea, Tailandia, Vietnam (18) |
América Latina y el Caribe |
Lima, Perú, agosto de 1995 |
CIP |
Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Perú, Venezuela (11) |
Europa (reunión I) |
Aviemore, Reino Unido, abril de 1996 |
UICN, ICALPE, participantes escoceses |
Austria, Chipre, Comisión Europea, Eslovenia, Francia, Italia, Noruega, Polonia, Reino Unido, Rumania, Rusia, Suiza, Yugoslavia (13) |
África |
Addis Abeba, Etiopía, junio del 996 |
ILRI, Agencia Etíope de Protección del Medio Ambiente |
Burundi, Camerún, Etiopía, Kenya, Malawi, Nigeria, Rwanda, Sierra Leona, Sudáfrica, Túnez, Uganda, Zaire, Zimbabwe (13) |
Europa (reunión II) |
Trento, Italia, octubre de 1996 |
UICN, ICALPE, Gobierno de la Provincia Autónoma de Trento |
Alemania, Austria, Bulgaria, Chipre, Comisión Europea, Eslovenia, Finlandia, Francia, Georgia, Hungría, Italia, Mónaco, Noruega, Polonia, Portugal, Reino Unido, Federación de Rusia, Suiza, Turquía, Ucrania, Yugoslavia (21) |
CUADRO 2. Consultas no gubernamentales sobre desarrollo sostenible de las montañas
Ámbito geográfico |
Lugar, fecha |
Organizador(es) |
Participantes |
Himalaya indio |
Dehra Dun, India, septiembre de 1994 |
Sri Bhunaneshwari Mahila Ashram |
65 ONG regionales y activistas sociales |
Mundial |
Lima, Perú, febrero de 1995 |
CIP, TMI |
110 participantes de 40 países, incluidos representantes de ONG de montaña de 23 países |
|
Toulouse, Francia, julio de 1996 |
ARPE, CIAPP |
110 representantes de ONG de 24 países |
La primera de ellas llevó a la publicación de un informe (Preston, 1997) que ha alcanzado una gran aceptación y di fusión, en colaboración con la FAO.
En Europa, la preparación para la conferencia de julio de 1996 por la Agence Régionale pour l'Environnement (ARPE) de Midi-Pyrénées, Francia, y el Conseil International Associatif pour la Protection des Pyrénées (CIAPP) incluyó la preparación de un cuestionario detallado con 81 preguntas, que se estableció en 16 idiomas y se envió a más de 5 000 ONG de montañas en Europa. Hubo cerca de 1000 respuestas, lo que constituye una proporción muy alta. Una de las conclusiones claras fue que las decisiones políticas y las prescripciones legales (o la ausencia de ellas) son principalmente responsables (en un 67 por ciento) de la degradación medioambiental en las montañas; estos factores son mucho más determinantes que las actividades de desarrollo y la construcción de carreteras (43 por ciento) o el turismo (33 por ciento), que son las causas que siguen en importancia. Los resultados del cuestionario se utilizaron para estructurar la conferencia y desarrollar así un conjunto detallado de recomendaciones que se enviaron a la segunda consulta intergubernamental europea (ARPE/CIAPP, 1996).
Nuevas iniciativas internacionales
Muchas organizaciones internacionales como la FAO, el UICN, el TMI, la UNESCO y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y centros regionales como el CIP y el ICIMOD, organismos bilaterales de ayuda y ONG, tienen hace tiempo programas en regiones montañosas. Muchos de ellos se han reforzado después de la CNUMAD, y por lo menos el CIP, el ICIMOD y el TMI han incrementado notablemente sus presupuestos. Además, el Capítulo 13 ha estimulado una serie de nuevas iniciativas sobre varios aspectos del desarrollo sostenible de las montañas. A escala mundial, tal vez la novedad más importante es que en octubre de 1995 el Consejo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) escogió los ecosistemas de montaña como tema de uno de los diez programas operacionales. Los ecosistemas de montaña también están comprendidos o en interacción con los otros ecosistemas identificados como prioridades por el FMAM para proyectos sobre biodiversidad, y pueden entrar también en los proyectos relativos al cambio climático y a las aguas internacionales. Hasta 1997, el FMAM estaba realizando proyectos sobre biodiversidad en las montañas de 21 países y proyectos sobre energía renovable en las montañas de cuatro países.
Dos ejemplos de programas internacionales bastante diferentes relativos a problemas del desarrollo sostenible de las montañas son el Plan de trabajo sobre montañas del Programa Internacional Geosfera-Biosfera (PIGB) y la Iniciativa Mundial para la Montaña del Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agronómicas Internacionales (GCIAI). Ambos están en una fase inicial de desarrollo, pero son testimonio de la necesidad de colaboración de comunidades diversas en todo el mundo. En el proyecto del PIGB, Impactos de los cambios mundiales sobre la hidrología y la ecología de las montañas, se asocian cuatro de los proyectos centrales del PIGB, congregando a sociólogos y naturalistas de muy diversas disciplinas. Se han celebrado tres reuniones de planificación de las que ha resultado un extenso programa de investigación sobre indicadores del cambio en el medio ambiente mundial, concepción del desarrollo sostenible e interacciones de procesos hidrológicos y ecológicos en función de la altitud (Becker y Bugmann, 1997).
La Iniciativa Mundial para la Montaña es un programa mundial de investigación por regiones ecológicas en favor del desarrollo agrícola de las montañas, coordinado por el CIP. Su finalidad es mejorar la gestión de los recursos naturales de los que dependen los suministros sostenibles de alimentos, agua potable, energía, minerales y productos forestales. Se procurará primeramente desarrollar, comprobar y validar metodologías en una región para adaptarlas después a otras. La investigación de la biodiversidad hará posible también el intercambio de germoplasma entre regiones. El componente africano, Iniciativa de Tierras Altas Africanas, promovida por el Consejo Internacional de Investigación en Agroforestería (ICRAF), realizó su primera fase en las montañas de Etiopía, Kenya, Madagascar, Tanzania y Uganda en 1995-97.
LAS MONTAÑAS DESPUÉS DEL PERÍODO EXTRAORDINARIO DE SESIONES DE LAS NACIONES UNIDAS (RIO + 5)
La CDS ha revisado la ejecución del Programa 21 y de cada uno de sus capítulos, después de haber considerado el Capítulo 13 en su tercera reunión en abril de 1995 y en su quinta reunión en abril de 1997. En junio de 1997, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró un período extraordinario de sesiones con el mismo objeto. El documento final de esta reunión menciona específicamente las montañas relacionadas con cuatro temas:
· deterioro constante de los ecosistemas montañosos, con la consiguiente disminución de la diversidad biológica (párr. 9);· necesidad de formular y aplicar políticas y programas para la gestión integrada de las cuencas fluviales (párr. 34);
· necesidad de enfoques ecológicos que combatan o detengan la degradación del suelo, reconociendo las funciones múltiples de la agricultura (párr. 62);
· necesidad de elaborar y aplicar una política nacional que asegure modalidades sostenibles de consumo y producción en el turismo (párr. 68).
Estas preocupaciones se relacionan muy estrechamente con muchos de los valores de las regiones montañosas considerados en la primera sección de este artículo.
Según el documento final del citado período extraordinario de sesiones, se supone que todos los países habrán preparado en 2002 estrategias nacionales para el desarrollo sostenible, en las que participarán todas las partes interesadas y se integrarán los objetivos económicos, sociales y ecológicos. Redes como el Foro de las zonas de montaña desempeñarán un papel claro en tales iniciativas. La Asamblea General en su período extraordinario de sesiones definió también un programa de trabajo para la CDS para el período 1998-2002. Cada año se considerarán un tema sectorial, un tema intersectorial y un sector o grupo principal económico. Muchas de estas cuestiones son de particular relevancia para el Capítulo 13, y se enumeran en el recuadro.
Las montañas en el centro de la escena
El Capítulo 13 ha suscitado un intenso debate, y muchos gobiernos y organizaciones han aportado importantes recursos financieros y de otro tipo a actividades que contribuyen a su ejecución. Sin embargo, para seguir avanzando hacia el desarrollo sostenible de las montañas, es necesario determinar claramente las prioridades. Cada una de las consultas intergubernamentales y de ONG presentó un conjunto diferente de recomendaciones y prioridades, y otras se incluyeron en la recapitulación titulada Mountains of the world: a global priority (Messerli e Ives, 1997).
Desde la primera reunión de la red ad hoc en marzo de 1994, ha habido llamadas en favor de una reunión técnica internacional sobre las montañas, con objeto de recoger las experiencias recientes y de seguir promoviendo la toma de conciencia mundial sobre la importancia de las montañas. Podría organizarse tal reunión en conjunción con un Año Internacional de la Montaña que ha sido propuesto por el Gobierno de Kirguistán. No obstante, las iniciativas regionales son también importantes y reconocen la gran diversidad de sistemas montañosos en todo el mundo. A la FAO, como organismo coordinador sectorial del Capítulo 13, corresponde el papel esencial de promover y vincular estas diversas iniciativas, en colaboración con estructuras regionales y mundiales como el CIP, el ICIMOD y el Foro de las zonas de montaña. Incumbe también a la FAO cuidar de que los problemas de las montañas se mantengan en la agenda mundial mediante actuaciones bien organizadas vinculadas a actividades asociadas con las reuniones futuras de la CDS, el Foro Intergubernamental sobre los Bosques y las diversas convenciones pertinentes sobre diversidad biológica, desertificación y cambio climático.
Programa de trabajo de la CDS, 1998-2002, en relación con el Capítulo 13 SEXTO PERÍODO DE SESIONES, 1998 SÉPTIMO PERÍODO DE SESIONES, 1999 OCTAVO PERÍODO DE SESIONES, 2001 NOVENO PERÍODO DE SESIONES, 2001 DÉCIMO PERÍODO DE SESIONES, 2002 |
Hasta ahora, los temas de la agenda mundial en lo referente a las montañas han sido determinados por un número relativamente reducido de gobiernos nacionales y regionales activos (y sus organismos), organizaciones internacionales, científicos y ONG en varias escalas. No son las ONG que trabajan por el desarrollo y la conservación las únicas que se interesan por el desarrollo sostenible de las montañas; cada vez más, los miembros de las ONG orientadas hacia actividades recreativas y turismo reconocen la necesidad de entender sus efectos sobre los pueblos de montaña y su entorno. Como reconoce el Programa 21 en conjunto, el sector privado debe desempeñar también un papel importante, aunque no se haya integrado todavía con mucho éxito en la ejecución del Capítulo 13.
El Capítulo 13 ha impulsado una de las iniciativas más innovadoras derivadas del Programa 21: el Foro de las zonas de montaña. Pero la información y las redes de contactos no son el fin sino los medios, y estos y otros recursos deben coordinarse y utilizarse cuidadosamente, aprovechando el papel tradicional de las montañas como cuna de innovaciones. Para seguir afirmando que el desarrollo sostenible de las montañas es no sólo un imperativo sino también un concepto de importancia práctica para todos los que dependen de las montañas, será preciso movilizar y contar con la voluntad de apoyo de todos los sectores interesados. Las montañas no están ya en la periferia del debate mundial sobre desarrollo y medio ambiente: han pasado a ocupar el centro de la escena.
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