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EXAMEN DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA EN EL MUNDO


Tendencias recientes de la producción, aprovechamiento y comercio del pescado en el mundo
Tendencias de la producción acuicola
Iniciativas adoptadas en materia de ordenación
Perspectivas


Las notas se encuentran al final de cada capítulo.

El presente examen consta de cuatro secciones. En la primera sección se describen brevemente los cambios más recientes ocurridos en la producción, aprovechamiento y comercio de los productos pesqueros y acuícolas. En el momento en que se preparó esta publicación, la información estadística disponible sobre 1995 era sólo parcial, por lo que se ha prestado especial atención a 1994. Los acontecimientos recientes se ponen en perspectiva histórica mediante gráficos en los que se observan los principales cambios registrados desde 1950.

Dada la contribución cada vez mayor de la acuicultura a los suministros locales alimentarios, en la segunda sección se describen las tendencias recientes de la producción acuícola.

En la tercera sección, se examinan varios factores relacionados con la sostenibilidad de las pesquerías. En los últimos años, la comunidad pesquera mundial ha prestado mucha atención a esa sostenibilidad. Se señalan las principales iniciativas adoptadas por la comunidad internacional y los países pesqueros, especialmente durante el período 1995-96. Se mencionan también las iniciativas pertinentes de las organizaciones no gubernamentales (ONG), la industria y los usuarios de los recursos. En la cuarta sección se exponen las perspectivas de la pesca y la acuicultura mundial. Se indican los niveles probables de producción de la pesca de captura marina y continental y de la acuicultura al final de siglo, en el contexto de la demanda y los suministros previstos de pescado en el año 2010.

Tendencias recientes de la producción, aprovechamiento y comercio del pescado en el mundo

En los últimos años, los suministros de pescado han aumentado con rapidez. En 1994 alcanzaron un total de 109,6 millones de toneladas, debido sobre todo a la continuidad del rápido crecimiento de la producción acuícola - especialmente en China - y a la rápida expansión de las poblaciones de especies pelágicas, so metidas a grandes fluctuaciones, que pueden capturarse frente a la costa occidental de América del Sur. En con secuencia, han alcanzado niveles sin precedentes tanto los suministros de pescado para consumo humano como la producción de harina de esa procedencia.

A continuación, se examina brevemente dónde y cómo se ha producido ese aumento de la producción y lo que ha representado para el aprovechamiento y el comercio.

Producción y aprovechamiento

PRODUCCIÓN

En 1994, la producción mundial total de pescado y crustáceos y moluscos procedentes tanto de la pesca de captura como de la acuicultura alcanzó un volumen récord de 109,6 millones de toneladas, poco más de 7 millones de toneladas por encima del nivel de 1993 (lo que representa un aumento del 7 por ciento). La mayor parte del crecimiento provino de las pesquerías de captura de especies marinas, que representaron 4,9 millones de toneladas de los 7,3 millones de toneladas del aumento, mientras que la producción derivada de la maricultura fue ligeramente inferior a 0,5 millones de toneladas (Figura 1).

La mayor parte de los 1,9 millones de toneladas restantes correspondió a la producción acuícola continental, sobre todo en Asia, mientras que 0,25 millones de toneladas fueron resultado de la producción de la pesca de captura continental, también concentrada en Asia (Figura 2).

Según cifras preliminares correspondientes a 1995, el total de la producción alcanzó un nuevo máximo de 112,3 millones de toneladas (Cuadro 1). Las cifras provisionales sobre la producción de la maricultura y la acuicultura continental reflejan un ascenso desde 18,6 millones de toneladas a 21,0 millones de toneladas, lo que compensó con creces el declive de las capturas de la pesca marina y continental, que des cendieron 0,6 millones de toneladas con respecto a 1994, situándose en unos 91,0 millones de toneladas. Asia, y en particular China, protagonizaron la mayor parte de este aumento de la producción acuícola.

Estas cifras de producción revelan que se mantiene la pauta reciente de la producción en lo que respecta tanto a la pesca de captura como a la acuicultura. No obstante, la tendencia de la pesca de especies demersales es claramente distinta de la observada en la de especies pelágicas.

Los desembarques mundiales de especies pelágicas, cuyo precio es relativamente bajo si se exceptúan los túnidos y algunas otras grandes especies pelágicas, han mostrado una tendencia al alza desde 1950. Esta tendencia continúa todavía y se pone especialmente de manifiesto si se excluyen cinco especies de gran variabilidad -anchoveta, arenque del Atlántico, sardina japonesa, sardina chilena y estornino-.

Por el contrario, los desembarques de especies demersales, cuyos precios suelen ser relativamente elevados, se han mantenido constantes desde los años setenta. Esta situación, que se ha producido a pesar del establecimiento de nuevas pesquerías de algunas especies, es particularmente visible si se excluyen los desembarques relativamente variables del colín de Alaska.

El rápido crecimiento de la producción acuícola es resultado del predominio cada vez mayor de Asia y de distintas especies de carpa. En 1994 las carpas representaron casi la mitad del volumen total de los productos acuáticos producidos mediante cultivo (excluidas las plantas acuáticas). Dada la relativa lentitud de la expansión geográfica de la acuicultura y del aumento del número de especies cultivadas, el predominio de los productores establecidos desde antiguo y de las especies tradicionales no ha hecho más que aumentar.

APROVECHAMIENTO

El aumento de las capturas procedentes de la pesca marina en 1994 se debió sobre todo al mayor volumen de capturas de anchoveta del Pacífico sudoriental, población sometida a enormes fluctuaciones vinculadas a la corriente de El Niño. Estas capturas se destinan por lo general a la producción de aceite y harina de pescado y constituyen la principal fuente de pescado utilizado para la reducción. Por consiguiente, en 1994 la utilización mundial de pescado para la reducción a harina y aceite alcanzó un volumen casi sin precedentes de 33 millones de toneladas (Figura 3).

El incremento neto del pescado disponible para el consumo humano directo en 1994 se debió casi exclusivamente a la producción acuícola. A pesar de unos niveles sin precedentes, la producción de las pesquerías de captura con destino al consumo humano directo fue sólo 0,79 millones de toneladas superior a la de 1993. El volumen de pescado disponible con ese fin sumó un total de aproximadamente 76,6 millones de toneladas, frente a los 73,7 millones de toneladas de 1993, como consecuencia del aumento de la producción de la acuicultura continental. En términos globales, el aumento del volumen disponible para el consumo humano directo tuvo como resultado un crecimiento muy pequeño del promedio de la disponibilidad per cápita de pescado en 1994, que pasó a ser de 13,6 kg (Figura 3).

Figura 1 Producción de la pesca continental y marina

Fuente: FAO

Figura 2 Producción de las principales áreas de pesca

Fuente: FAO

Se calcula que, de la cifra preliminar de 112,3 millones de toneladas del total de la producción pesquera de 1995, unos 31,5 millones de toneladas se destinaron a la producción de harina y aceite de pescado. Las capturas de anchoveta en el Pacífico occidental fueron algo inferiores a las de 1994. Las de pequeñas especies pelágicas destinadas a la reducción en los otros grandes países exportadores de harina de pescado fueron, en conjunto, ligeramente inferiores a las del año anterior.

Según las estimaciones, el volumen de pescado disponible para consumo humano directo en 1995 fue de 80 millones de toneladas, es decir, 3,4 millones de toneladas más que en 1994, lo que representa un aumento mayor que el crecimiento demográfico estimado de ese año. Por consiguiente, la disponibilidad anual media per cápita de pescado para consumo humano directo ascendió a 14 kg. Como en el año anterior, la mayor parte del aumento de la producción tuvo lugar en Asia, en particular en China.

CUADRO 1

Producción pesquera mundial


1990

1991

1992

1993

1994

1995


(millones de toneladas)

Continental:







Acuicultura

8,26

8,74

9,55

10,86

12,46

14,60

Capturas

6,54

6,21

6,21

6,46

6,71

27,00

Producción continental total

14,80

14,95

15,76

17,32

19,17

21,60

Marina:







Acuicultura

4,13

4,43

4,87

5,62

6,10

6,70

Capturas

78,92

78,38

78,72

79,24

84,31

84,00

Producción marina total:

83,05

82,81

83,59

84,86

90,41

90,70

Acuicultura total

12,39

13,17

14,42

16,48

18,56

21,30

Capturas totales

85,46

84,59

84,93

85,70

91,02

90,00

Producción mundial total

97,85

97,76

99,35

102,18

109,58

112,30

Consumo humano

70,31

69,49

71,40

73,73

76,60

79,92

Reducción

27,54

28,27

27,95

28,45

32,98

31,48

Fuente: FAO.

PRODUCCIÓN DE PESCADO, POR TIPO DE ECONOMÍA

Las tendencias recientes de la producción se mantuvieron en los países industriales desarrollados, en las economías en transición y en los países en desarrollo (Figura 4).

La producción de los países de la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos se mantuvo relativamente estable o aumentó, mientras que la producción japonesa continuó la tendencia descendente iniciada en 1988. La producción de pescado en las economías en transición continuó disminuyendo, y su producción agregada descendió desde 7,6 millones de toneladas en 1992 hasta 5,2 millones de toneladas en 1994. En cambio, en 1995, por primera vez en varios años, la producción de la Federación de Rusia aumentó, aunque su total de 4,23 millones de toneladas fue todavía inferior a los 4,46 millones de toneladas producidos en 1993.

En los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) la producción total continuó la tendencia de fuerte crecimiento que ha caracterizado a los años recientes, habiéndose conseguido una tasa media anual de aumento del 6,9 por ciento durante el período 1988-1994. En 1994, esos países representaban el 35 por ciento de la producción total, frente al 26 por ciento de 1988 (Figura 5).

Este aumento ha tenido lugar por lo general en los PBIDA que son grandes productores de pescado, como China (aumento medio anual del 14 por ciento en 1990-94), la India (5 por ciento), Bangladesh (6 por ciento), Marruecos (7 por ciento), Indonesia (7 por ciento) y Filipinas (14 por ciento). Estos países representan también el 73 por ciento de la población mundial de los PBIDA. No obstante, en la mayor parte de ellos, la producción ha cambiado poco en los últimos años y, en algunos, ha disminuido considerablemente.

PRODUCCIÓN, POR PRINCIPALES PRODUCTORES Y REGIONES

Veinte países representan aproximadamente el 80 por ciento del total de la producción mundial, y diez de ellos producen el 70 por ciento del total (Figura 6).

China ha sido el mayor productor desde 1988, año en que superó al Japón después de un fuerte aumento de la producción en los primeros años ochenta. Ya se han señalado los aumentos consecutivos de la producción en 1994 y 1995, impulsados por la acuicultura.

Al examinar los cambios de la producción pesquera desde el punto de vista del comportamiento comparativo de cada una de las grandes regiones, la que presenta un descenso más pronunciado de la producción en los últimos años es Europa, en la que se incluyen en este caso las repúblicas europeas de la ex URSS (Figura 7).

El descenso de la producción europea corresponde únicamente a las antiguas economías de planificación centralizada de Europa oriental y la ex URSS. La expansión de la producción en China explica la mayor parte del crecimiento logrado por el grupo deAsia oriental, mientras que el incremento de las capturas de anchoveta en el Pacífico sudoriental ha impulsado el aumento de la producción en América Latina y el Caribe. En Asia meridional y sudoriental la produc-ción ha disminuido ligeramente,mientras que en América del Norte ha descendido de forma más acu-sada debido a la contracción de las actividades pesqueras en la costa oriental canadiense.En otras regiones los cambios han sido pequeños.

Figura 3 Utilización mundial de pescado

Fuente: FAO

Figura 4 Producción pesquera mundial por grupos económicos

Fuente: FAO

Tendencias recientes del comercio de pescado y productos pesqueros

El valor del comercio pesquero internacional continúa en aumento: hace 10 años, el valor de las exportaciones internacionales de pescado era de 17 000 millones de dólares EE. UU.; hace cinco años, había subido a 35 800 millones de dólares EE.UU. En 1994, las exportaciones se valoraban en 47 000 millones de dólares EE.UU. El mayor volumen del comercio internacional de productos pesqueros registrado en 1994 estuvo asociado a un incremento del comercio de productos de bajo valor, como harina de pescado, lo que dio lugar a que el valor de las exportaciones aumentara menos que el volumen. Las cifras preliminares sobre 1995 indican un aumento en el valor del comercio debido a la subida de los precios. No obstante, en los últimos años, el crecimiento del valor del comercio internacional de pescado se ha desacelerado (Figura 8).

Figura 5 Producción pesquera mundial correspondiente a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) en relación con otros grupos económicos

Fuente: FAO

Los países desarrollados representaron aproximadamente el 85 por ciento del valor total de las importaciones de pescado en 1995. Japón continuó siendo el mayor importador mundial de productos pesqueros, con el 30 por ciento del total mundial. La UE reforzó su dependencia de las importaciones en lo que respecta al suministro de pescado. Estados Unidos, además de ser el segundo mayor exportador mundial de pescado y productos pesqueros fue también el segundo mayor importador. En 1995, las importaciones de pescado de los tres grandes importadores registraron un aumento (Figura 9).

En muchos países en desarrollo, el comercio de pescado representa una fuente significativa de ingresos de divisas. El aumento de los ingresos netos de divisas conseguido por los países en desarrollo -una vez deducidas sus importaciones del valor total de sus exportaciones- es muy elevado, habiendo pasado de 5 100 millones de dólares EE.UU. en 1985 a 16 000 millones de dólares EE.UU. en 1994, y parece probable que en 1995 consigan un nuevo aumento.

CAMARÓN

En 1994, los suministros de camarón en los mercados internacionales eran bajos con respecto de la elevada demanda, sobre todo en los Estados Unidos, pero tam bién, durante la mayor parte del año, en el Japón. Una limitación importante de los suministros era el nivel relativamente bajo de exportaciones de China, cuyas ventas al Japón fueron un tercio más bajas que las del año anterior y sólo la mitad de las de 1990.

En 1994, las importaciones de camarón en el Japón y en los Estados Unidos alcanzaron niveles sin precedentes: 303 000 toneladas en el Japón y 284 800 toneladas en los Estados Unidos. A pesar de ello, los precios subieron y, en el caso de algunas especies, por ejemplo el camarón blanco de la India en el mercado de Tokio, alcanzaron máximos históricos. Los elevados precios del camarón en los dos principales mercados dieron lugar a una situación contradictoria en Europa, donde los mercados con fuertes divisas aumentaron sus importaciones (con la excepción de Francia), mientras que los mercados tradicionales con divisas relativamente débiles, como Italia y España, no pudieron aumentar sus importaciones.

En 1995, en los mercados principales, las importaciones de camarón disminuyeron con respecto de sus elevados niveles anteriores. La causa pudo ser una escasez de suministros que dio lugar a un alza de los precios. Las importaciones japonesas descendieron desde 303 000 toneladas a 293 000 toneladas, mientras que las de los Estados Unidos (270 900 toneladas) fueron un 5 por ciento menores que en 1994. En cambio, el mercado europeo se mostró más fuerte que en el año anterior, y las importaciones aumentaron en Francia, Italia y España. No obstante, la reducción de

Figura 6 Producción por principales productores en 1994 y producción acumulativa en porcentaje del total mundial las importaciones en los principales mercados dio lugar a una caída de los precios.

Los países enumerados son aquellos cuya producción supera 1,1 millones de toneladas

Fuente: FAO

ATÚN

El Japón es el principal mercado mundial de productos derivados del atún. El consumo aparente de atún es superior al millón de toneladas, es decir, casi el 30 por ciento de las capturas mundiales. Aproximadamente el 70 por ciento del consumo pro-cede de la producción nacional, y el resto se cubre con importaciones. En 1994, las importaciones japonesas alcanzaron un volumen de 320 000 toneladas, y en 1995 aumentaron ligeramente, hasta 324 000 toneladas.

Estados Unidos es el segundo mercado del atún, casi todo en conserva. Este mercado está actualmente en descenso, y el consumo de atún ha bajado desde aproximadamente el 30 por ciento de las capturas mundiales en los últimos años ochenta hasta el 20 por ciento en 1995. En ese año, Estados Unidos importó 96 500 toneladas de atún en conserva, frente a las 113 00 toneladas de 1994. Las posibles razones de ese descenso son la competencia con otros alimentos preparados, el descenso de las campañas de publicidad, la reducción del tamaño de las latas y los cambios de calidad.

Por otro lado, los países europeos han registrado un fuerte aumento del consumo de atún en los años noventa, con una expansión del mercado especialmente en España, Francia y el Reino Unido.

BACALAO

En 1994 y 1995, el mercado mundial del bacalao se caracterizó por la abundancia de las exportaciones de bacalao limpio desde la federación de Rusia a Canadá, Islandia, y Noruega, para su ulterior elaboración. La Federación de Rusia, junto con Noruega, ha sabido aprovechar los contingentes relativamente elevados de bacalao en el mar de Barents. Noruega, que es el mayor importador de bacalao capturado por la Federación de Rusia, importó unas 100 000 toneladas en 1995. En consecuencia, las exportaciones de Noruega han aumentado a pesar de la disminución de los desembarques. La entrada de bacalao de origen ruso, unida a una demanda moderada, hizo que los precios fueran bajos en ambos lados del Atlántico en 1994, se recuperaran un poco en la primera parte de 1995 y descendieran de nuevo en la segunda mitad del año.

Los precios volvieron a descender por la disponibilidad de merluza barata de Chile y de colín de Alaska.

Figura 7 Producción pesquera total por regiones

Fuente: FAO

CALAMAR

Las capturas de calamar fueron por lo general bajas en 1994. Sólo algunos países aumentaron sus capturas y en todos los grandes productores éstas fueron inferiores a las de 1993. En consecuencia, los precios subieron. En 1995 se registraron abundantes capturas de Loligo sp., pero las de Illex, que es principal producto en el importante mercado español, siguieron escaseando. Por ello, los precios del Illex se mantuvieron elevados en 1995.

Los elevados precios del calamar en España en 1995 permitieron a México y al Perú exportar calamar del Pacífico, que anteriormente se consideraba inaceptable para los consumidores españoles. No obstante, el bajo precio del producto del Pacífico y los sistemas innovadores de elaboración le han abierto un nicho en ese mercado.

SARDINAS Y CABALLA EN CONSERVA

Las importaciones mundiales de sardina en conserva han acusado un descenso gradual durante los 10 últimos años; en 1994 su total fue de 127 800 tonela das, frente a las 143 300 de 1985. Además, en el mercado en expansión de los productos y preparados de pescado, la parte de mercado de las sardinas en conserva ha descendido desde el 10,7 por ciento en 1985 hasta el 6,1 por ciento en 1994.

Mientras que las sardinas en conserva se inscriben dentro de la reciente tendencia general de reducción del consumo de pequeñas especies pelágicas en conserva durante los últimos años, las importaciones mundiales de caballa en conserva están aumentando: 88 211 toneladas en 1994 frente a 53 543 en 1993. No obstante, como las sardinas en conserva, la parte de mercado de la caballa en conserva ha disminuido, desde el 4,1 por ciento de 1984 al 3,6 por ciento de 1994.

SALMÓN

En 1994 y 1995, la producción de salmón aumentó de forma significativa. Un factor importante fue el crecimiento de la producción de salmón cultivado. Además, se registraron capturas especialmente abundantes de salmón en libertad en ambos años en Alaska y el Japón. El total de la producción mundial de salmón es actual mente de más de 1,4 millones de toneladas, de las que unas 440 000 corresponden al salmón cultivado.

A pesar del aumento de los suministros, los precios se mantuvieron relativamente altos en 1994, pero en 1995 los precios del mercado europeo bajaron de forma significativa, sobre todo en el caso del salmón del Atlántico procedente de Noruega. La producción mundial continuará aumentando, probablemente, lo que representará problemas de mercado para los productores.

Figura 8 Crecimiento de la producción mundial y del comercio internacional de pescado

Figura 9 Parte de los principales mercados en el total del comercio internacional en 1994

HARINA DE PESCADO

Ya se ha hecho mención de las abundantes capturas de anchoveta en el Pacífico sudoriental en 1994. El resultado fue un nivel récord de producción de harina de pescado en Chile y el Perú. Al mismo tiempo, la demanda de harina de pescado fue elevada y las exportaciones mundiales alcanzaron niveles sin precedentes. Los países de Asia sudoriental y oriental recibieron más de la mitad del volumen total (4 millones de toneladas)de las importaciones; el principal importador fue China, con 690 000 toneladas.

Figura 10 Tendencias mundiales de la producción acuícola

Fuente: FAO

El aumento de la demanda en 1994 tuvo como resultado una considerable subida de los precios. Esta situación se mantuvo en 1995: la producción de harina de pescado fue de nuevo elevada, aunque no tanto como en 1994, y las exportaciones disminuyeron sólo de forma marginal. De la misma manera, la demanda fue todavía considerable, sobre todo la de China. Como en 1994, los precios continuaron subiendo hasta alcanzar niveles sin precedentes, y sólo descendieron a comienzos de 1996 como consecuencia de la competencia de la harina de soja.

Tendencias de la producción acuicola

La continuada expansión de la acuicultura desde los años ochenta se prolongó en 1994 (Figura 10). La acuicultura incrementó su aportación a la producción pesquera mundial y continuó siendo una de las actividades de producción de alimentos con mayor ritmo de crecimiento en todo el mundo.

En 1994, el total de la producción de peces de escama, moluscos y crustáceos y plantas acuáticas alcanzó el volumen récord de 25,5 millones de toneladas, con un valor de 39 830 millones de dólares EE.UU. (precio en la explotación), lo que representa un aumento general del 11,8 y el 10,3 por ciento con respecto del peso y el valor, respectivamente, de la producción de 1993 (Figura 11).

Asia intensificó su predominio en la producción acuícola de peces de aleta, moluscos y crustáceos y plantas acuáticas en 1994. China y la India abastecieron el 60 por ciento del total de la producción mundial. Cinco países, todos ellos asiáticos, concentraron aproximadamente el 80 por ciento de la producción acuícola mundial (Figura 12). La producción acuícola continuó su expansión en los países en desarrollo (Figura 13).

Entre 1990 y 1994, la producción acuícola de los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) creció un 17 por ciento anual y, en 1994, representó el 75 por ciento (es decir, 19,1 millones de toneladas) de la producción mundial de peces de escama, moluscos y crustáceos y plantas acuáticas.

El número de especies cultivadas continúa aumentando, lo mismo que el número de países con producción acuícola registrada. Entre las especies registradas por primera vez en 1994 figuran la oreja de mar de Europa y la percha atruchada. Un número cada vez mayor de países cultiva crustáceos y ostras. En 1994 Portugal registró por primera vez una producción de camarón gigante. México produjo cangrejos y ostiones; Chipre, camarón blanco de la India; las islas anglonormandas, ostiones.

La importancia relativa de la acuicultura dentro del total de la producción pesquera acusó notables divergencias entre los países en 1994 (Figura 14).

Aun cuando el pescado y los moluscos y crustáceos cultivados contribuyen en forma significativa al total de la producción pesquera nacional, en la mayor parte de los países el cultivo está dominado por un reducido número de especies. Así ocurre con las carpas en China y la India. Las ostras y mejillones dominan la producción en el Japón, Corea y Francia. La mayor parte de la producción mundial de sabalote se concentra en Filipinas e Indonesia. El sabalote cultivado representa el 42 por ciento del total de la producción en Filipinas y el 27 por ciento en Indonesia.

El cultivo de ciprínidos, en particular de carpas chinas herbívoras de agua dulce producidas en general en sistemas de acuicultura semiintensiva y extensiva, dominó la producción de peces de escama; se cultivaron 9,2 millones de toneladas, sobre todo en China. Las cuatro carpas chinas -plateada, herbívora, común y nobilis- eran las cuatro principales especies cultivadas, en lo que al peso se refiere, y representaban la mitad del total de la producción de peces de escama (Figura 15).

Figura 11 Producción acuícola por categorías de especies en 1994

Fuente: FAO

Figura 12 Contribución de los principales países a la producción acuícola mundial de pescado y marisco

Fuente: FAO

Figura 13 Producción acuícola de pescado y marisco por grupos económicos

Fuente: FAO

El total de la producción de camarón se recuperó satisfactoriamente en 1994, después de que los brotes de enfermedades hicieran disminuir la producción en 1992 y 1993. La producción registrada subió desde 0,84 millones de toneladas en 1993 hasta más de 0,92 millones en 1994. El cultivo del langostino jumbo subió de 0,33 millones de toneladas en 1991 a 0,51 millones en 1994, mientras que el cultivo de langostino carnoso en la China descendió en forma vertiginosa, pasando de un máximo de 0,22 millones de toneladas en 1991 a 0,06 millones en 1994.

El langostino jumbo, que ocupa el octavo lugar por peso de producción, fue la especie cultivada de más valor en 1994 (3 430 millones de dólares EE.UU.); la carpa planteada (2 200 millones de dólares), la carpa común (2 020 millones de dólares) y la carpa herbívora (1 690 millones de dólares) fueron la tercera, la cuarta y quinta especie más valiosa. La acuicultura mundial continuó estando dominada, en lo que se refiere tanto al peso como al valor, por la producción de peces de escama de agua dulce. Aunque los crustáceos sólo aportaron el 4 por ciento del peso de la producción, su mayor valor unitario hizo posible que representaran el 18 por ciento del valor total.

Iniciativas adoptadas en materia de ordenación

En la primera mitad de los años noventa, la comunidad internacional se ocupó de varios problemas de ordenación relacionados con la sostenibilidad de las pesque rías: cómo reducir la sobrepesca y el control de la capacidad de pesca; cómo reducir las capturas incidentales y los descartes; cómo reducir la degradación ambiental de las cuencas de captación y zonas costeras, y cómo hacer frente a la incertidumbre y al riesgo1.

A continuación se examina brevemente cada uno de esos temas, indicando la participación de la comunidad internacional, los gobiernos y las ONG, sobre todo durante el período 1995-96.

Sobrepesca y capacidad de pesca

EL PROBLEMA

La sobrepesca no es un problema reciente. Recibió reconocimiento internacional en los primeros años de este siglo, y fue el tema de la Conferencia de Londres sobre la Sobrepesca, que tuvo lugar en 1947. Posteriormente, se ha extendido a la mayor parte de las áreas de pesca y afecta a las pesquerías de captura tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados, siendo especialmente grave en las zonas costeras densamente pobladas y áreas de alta mar más productivas.

Si no se toman medidas al respecto, la sobrepesca se agravará cada vez más. En muchos países en desarrollo, la presión demográfica y las pocas oportunidades de empleo, junto con la ausencia de políticas eficaces de conservación y ordenación, incrementarán el atractivo de la pesca como fuente de empleo de último recurso.

Figura 14 Contribución del cultivo de pescado y marisco a la producción pesquera nacional en 1994

Fuente: FAO

Figura 15 Producción de cultivo de las principales especies de pescado y marisco

Entre los factores que contribuyen a la sobrepesca cabe citar:

· la resistencia de muchos gobiernos a limitar el acceso a las pesquerías y a tomar las necesarias medidas de conservación y ordenación, dando mayor prioridad a los objetivos económicos y sociales a corto o medio plazo que otros objetivos biológicos y sociales complementarios que pueden producir beneficios económicos sostenibles a largo plazo;

· la falta de recursos financieros y técnicos en muchos países en desarrollo para formular y aplicar las necesarias medidas de ordenación;

· el lento crecimiento del empleo y la producción en los países en desarrollo, lo que limitaría de hecho las posibilidades de los pescadores de abandonar la pesca por otras ocupaciones;

· la falta de delegación de la autoridad de ordenación al nivel más bajo posible;

· la falta de control de las flotas de pesca por los Estados del pabellón y del puerto, lo que se traduce en un considerable volumen de pesca no autorizada;

· la falta de compromiso con la cooperación internacional en pro de una ordenación conjunta, acompañada muchas veces de una falta de autoridad real de los organismos regionales de pesca.

ACTUACIÓN A ESCALA INTERNACIONAL

El problema del exceso de la capacidad de pesca y la necesidad de controlar el esfuerzo de pesca son temas abordados en el Consenso de Roma sobre la pesca mundial (Recuadro 1), en el artículo 7 del Código de conducta sobre la pesca responsable (Recuadro 2), en la Declaración de Kioto (Recuadro 3), en el Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar del 10 de diciembre de 1982 relativas a la conservación y ordenación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios, firmado en Nueva York en agosto de 1995 (Recuadro 4), y en la resolución sobre cuestiones relacionadas con la pesca aprobada por la 95a Conferencia Interparlamentaria, en Estambul, en abril de 1996. Además, en el proyecto de 1996 del Informe del Grupo de Trabajo Especial entre períodos de sesiones sobre cuestiones sectoriales de la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible se insta a los Estados a que «...adopten medidas para reducir el exceso de capacidad y evitar todo aumento neto [de sobrepesca] de poblaciones sobreexplotadas o agotadas...». Estas iniciativas internacionales han reiterado la necesidad de fortalecer los órganos y acuerdos regionales y subregionales para facilitar la conservación y la ordenación.

En lo que respecta a la pesca en alta mar, la conclusión del Acuerdo de las Naciones Unidas deberá servir para fomentar las medidas de conservación y ordenación de los dos tipos de poblaciones contemplados en el mismo, siempre que sea aplicado por los Estados en la forma prevista. No obstante, su eficacia dependerá del nivel de cooperación internacional alcanzado, de la capacidad y disposiciones de los Estados de controlar los buques que enarbolan su pabellón, y del mayor o menor nivel de adaptación, o introducción, de las organizaciones y acuerdos regionales y subregionales, para que puedan desempeñar las necesarias funciones de conservación y ordenación. En definitiva, el éxito del Acuerdo dependerá de la disposición de los Estados del pabellón a contribuir en forma equitativa a la necesaria reducción del esfuerzo de pesca excesivo, rasgo común de muchas pesquerías de alta mar.

Se requieren organizaciones y acuerdos regionales y subregionales de pesca para facilitar la conservación y ordenación de los recursos pesqueros compartidos. En la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se prevé la cooperación en la ordenación de la pesca mediante organizaciones subregionales, regionales o mundiales competentes. En el Programa 21 se pedía el fortalecimiento de la cooperación internacional como complemento y apoyo de los esfuerzos nacionales por aplicar las estrategias y actividades en favor de los mares y las zonas costeras y marinas.

INICIATIVAS GUBERNAMENTALES

A pesar de las dificultades, algo se está haciendo para reducir el exceso de capacidad de la flota y para mejorar la ordenación. En el Recuadro 5 se resumen las medidas adoptadas por algunos Estados para hacer la ordenación más eficiente mediante la creación de derechos de pesca (como los contingentes de esfuerzo, los contingentes transferibles individuales y la limitación del acceso a las pesquerías), o adoptando nuevos conceptos de ordenación (como la ordenación basada en la comunidad). Los países que han adoptado medidas para reestructurar su sector pesquero y medidas de conservación y ordenación de la pesca en las zonas sometidas a su jurisdicción son Argentina, Australia, Canadá, Chile, Estados Unidos, Islandia, Japón, Malasia, Namibia, Nueva Zelandia, Noruega y los miembros de la Unión Europea.

La aplicación del Acuerdo de las Naciones Unidas dependerá del interés y capacidad de los gobiernos, que han de actuar a través de organizaciones y acuerdos regionales y subregionales. Muchos organismos subregionales y regionales actuales no son todo lo eficaces que cabría esperar. Las dificultades con que tropiezan en la aplicación de las medidas de conservación y ordenación se reflejan con frecuencia en la mala situación de los recursos sometidos a su ordenación.


RECUADRO 1
Consenso de Roma sobre la pesca mundial

La Conferencia de Ministros de Pesca de la FAO, celebrada en Roma el 14 y 15 de marzo de 1995, adoptó el Consenso sobre la pesca mundial. Participaron ministros de 63 países y altos funcionarios de otros 71 países, la Santa Sede, otros organismos de las Naciones Unidas, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo, organizaciones intergubernamentales interesadas en las pesquerías y organizaciones no gubernamentales. La reunión instó a los gobiernos y organizaciones internacionales a que se esforzaran por:

· reducir la pesca a niveles sostenibles en las zonas y poblaciones fuertemente explotadas o sobrepescadas;

· adoptar políticas, aplicar medidas y elaborar técnicas para reducir las capturas incidentales, los descartes de peces y las pérdidas posteriores a la captura;

· examinar la capacidad de las flotas de pesca en relación con los rendimientos sostenibles de los recursos pesqueros y, en caso necesario, reducir esas flotas;

· fortalecer y apoyar las organizaciones regionales, subregionales y nacionales de pesca y los acuerdos para la puesta en práctica de las medidas de conservación y ordenación;

· intensificar las consultas sobre la pesca con el sector privado y las organizaciones no gubernamentales;

· aplicar con eficacia las normas pertinentes del derecho internacional sobre la pesca y materias afines reflejadas en las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.



RECUADRO 2
Código de conducta sobre la pesca responsable

El desarrollo del concepto de pesca responsable y la elaboración de un Código de conducta al respecto se emprendieron a petición del 19o período de sesiones del Comité de Pesca de la FAO (COFI), celebrado en marzo de 1991. El Código fue aprobado en el 28o período de sesiones de la Conferencia de la FAO en octubre de 1995. Contiene los siguientes artículos:

1. Naturaleza y alcance del Código.
2. Objetivos del Código.
3. Relaciones con otros instrumentos internacionales.
4. Aplicación, seguimiento y actualización.
5. Requisitos especiales de los países en desarrollo.
6. Principios generales.
7. Ordenación de las pesquerías.
8. Operaciones de pesca.
9. Desarrollo de la acuicultura.
10. Integración de la pesca en la ordenación de zonas costeras.
11. Prácticas posteriores a la captura y comercio.
12. Investigación pesquera.

La FAO está preparando directrices en relación con los artículos 7 a 11 para respaldar la aplicación del Código por los gobiernos y los usuarios de los recursos.



RECUADRO 3
Declaración de Kioto

En 1995 el Gobierno del Japón, con asistencia técnica de la FAO, convocó la Conferencia Internacional sobre la Contribución Sostenible de la Pesca a la Seguridad Alimentaria. La Conferencia aprobó la Declaración de Kioto y el Plan de Acción sobre la contribución sostenible de la pesca a la seguridad alimentaria. La Declaración es un documento detallado en el que se tienen en cuenta las conclusiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), las iniciativas posteriores en el sector de la pesca y otras consideraciones que pueden poner en peligro el aprovechamiento sostenible de los recursos y que, a su vez, limitan la aportación del sector pesquero a la seguridad alimentaria. La Declaración y el Plan de Acción representaron una importante aportación sectorial a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de la FAO de 1996.

En el Plan de Acción se convino, que los Estados y la FAO, en cooperación con las organizaciones intergubernamentales y las organizaciones y mecanismos regionales de ordenación de la pesca, deberían:

· evaluar y supervisar las tendencias y el suministro de pescado y sus efectos en la seguridad alimentaria, el empleo, el consumo, los ingresos, el comercio y la producción sostenible;

· intensificar la cooperación subregional y regional y establecer, o fortalecer, las organizaciones subregionales y regionales de conservación y ordenación de los recursos pesqueros;

· efectuar, mediante mecanismos de cooperación, evaluaciones integradas de las pesquerías para determinar las oportunidades y reforzar la base científica para la ordenación de especies múltiples y de los ecosistemas;

· obtener e intercambiar información sobre mecanismos que permitan reducir el exceso de la capacidad de pesca lo antes posible;

· intensificar las medidas para estimar el volumen de peces, mamíferos marinos, aves, tortugas y otras formas de vida marina que se capturan incidentalmente y se descartan en las operaciones de pesca, y para reducir los desperdicios y los descartes mediante el desarrollo y utilización de técnicas y artes de pesca que sean selectivos, inocuos para el medio ambiente y eficaces en función de los costos;

· promover el intercambio de información entre los institutos de investigación con el fin de incrementar las oportunidades de utilización sostenible de especies no explotadas o poco aprovechadas con destino al consumo humano directo y de impulsar y apoyar actividades de investigación para llegar a un mejor conocimiento científico de los actuales recursos pesqueros;

· estrechar la coordinación nacional e internacional para estimular acuicultura y repoblación ecológicamente racionales;

· facilitar y coordinar asistencia técnica y financiera a los países en desarrollo, en particular a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos y a los pequeños Estados insulares, y alentar la cooperación entre esos países con el fin de lograr la contribución de la pesca a la seguridad alimentaria mediante la adopción de medios como la transferencia rápida de tecnología y conocimientos técnicos que permitan mejorar el aprovechamiento de las pesquerías continentales y las aguas marinas, actualizar y aumentar las capacidades necesarias para reducir las pérdidas posteriores a la captura y garantizar un mejor control de las actividades de pesca dentro de las zonas sometidas a la jurisdicción nacional.



RECUADRO 4
Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar

El Acuerdo sobre la aplicación de las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 10 de diciembre de 1982 relativas a la conservación y ordenación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios (Nueva York, agosto de 1995), se alcanzó por consenso, después de más de dos años de negociaciones entre dos grupos principales - las naciones que pescan en aguas distantes y los Estados ribereños -, en la Conferencia sobre la conservación y la ordenación de las poblaciones de peces cuyos territorios se encuentran dentro y fuera de las zonas económicas exclusivas y las poblaciones de peces altamente migratorios en la alta mar.

La importancia de la Conferencia y del Acuerdo estriba en que afecta a un 10 por ciento, o más, del total de las poblaciones ícticas mundiales capturadas en alta mar. El Acuerdo se ocupa de la interrelación de la pesca en las zonas sometidas a la jurisdicción nacional y de la pesca en alta mar, cuando se desea capturar poblaciones ícticas transzonales y poblaciones de peces altamente migratorios en ambas zonas jurisdiccionales. La cooperación internacional en relación con estos dos tipos de poblaciones es fundamental para conseguir la complementariedad de los regímenes de conservación y ordenación adoptados en ambas zonas.

El Acuerdo aprobado por la Conferencia no fue considerado totalmente satisfactorio por todos los Estados, organizaciones intergubernamentales y ONG; muchos de ellos estimaban que era insuficiente y tardío; y otros opinaban que había ido más lejos de lo que ellos consideraban necesario. No obstante, si el Acuerdo se aplica con eficacia y en su totalidad, las medidas y mecanismos de conservación y ordenación que contiene representan un avance significativo hacia una explotación más racional y sostenible de las poblaciones transzonales y altamente migratorias, como se propone en el capítulo 17 del Programa 21.

Las necesidades de muchos países en desarrollo en lo que respecta a asistencia técnica y financiera para desarrollar sus propias capacidades de ordenación, conservación y seguimiento, control y vigilancia han sido objeto de atención en varias declaraciones y documentos recientes. Según el Sistema de información sobre proyectos de inversión pesquera (FIPIS), base de datos mantenida por la FAO en nombre de las organizaciones donantes, durante el período 1992-95 la asistencia oficial externa para actividades de ordenación y conservación se hizo patente en 136 proyectos, que sumaron un total de compromisos financieros de más de 105 millones de dólares EE.UU. en 45 países.

ACTUACIÓN DE LAS ONG, USUARIOS DE LOS RECURSOS Y EL SECTOR PESQUERO

Las ONG han preparado importantes documentos sobre la conservación y ordenación y ejercen considerable influencia sobre la opinión pública y las políticas gubernamentales de conservación y ordenación. Una iniciativa específica de las ONG en cooperación con el sector de la pesca está contribuyendo a establecer un sistema mundial de ecocertificación y etiquetado de los sistemas de ordenación de la pesca y de los productos pesqueros. Greenpeace2 propuso en 1995 que se establecieran grupos en representación de todas las partes interesadas para apoyar la conservación y ordenación de los mares mediante diversas actividades, como la certificación de productos, la capacitación y la educación. Asimismo, una asociación nacional europea de la industria y el comercio pesquero ha propuesto que sus miembros se comprometan con varios principios de conservación y ordenación racional de los recursos pesqueros. Una compañía multinacional ha establecido un grupo de trabajo conjunto con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) con el fin de mejorar las prácticas de pesca y garantizar un ecosistema marino vigoroso y sostenible. Un vendedor europeo de alimentos al por menor reducirá progresivamente la venta de productos que utilizan aceite de pesquerías especializadas en el suministro de pescado para la transformación en harina y aceite de pescado.

Capturas incidentales y descartes

EL PROBLEMA

Habitualmente se capturan más tipos de peces y ejemplares de talla menor de lo que se desea. Estas capturas se conocen con el nombre de capturas incidentales. Algunas de ellas son útiles y se retienen. El resto se descarta3, lo que significa que se devuelven al mar. La proporción de descartes puede estar impuesta por los reglamentos de ordenación o ser resultado de la valoración del pescador sobre qué le conviene más, llevar esa parte de la captura a tierra o deshacerse de ella. Los resultados de esta decisión no siempre son los mismos: lo que se desecha un día se puede retener al día siguiente.


RECUADRO 5
Adaptación de la capacidad de las flotas de pesca a los recursos disponibles

La actual sobrecapacidad de la flota pesquera mundial contribuye a diezmar las poblaciones y es causa de importantes pérdidas económicas para la sociedad. Estas consecuencias constituyen graves problemas, difíciles de superar. Quienes se benefician - aunque por lo general sólo a corto plazo - de la incapacidad de muchos gobiernos de limitar eficazmente el acceso a los recursos pesqueros se suelen oponer a toda injerencia en los derechos de acceso, argumentando que esa interferencia equivaldría a una redistribución de los ingresos y del patrimonio.

En los últimos años, Argentina, Chile, Malasia, Namibia, Australia, Canadá, Islandia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega y los Estados Unidos de América han introducido medidas de conservación y ordenación que limitan las entradas y salidas de las pesquerías. Los instrumentos utilizados para ese fin han sido los contingentes transferibles individuales, los planes de recompra y otras modificaciones de los derechos de acceso (como las áreas vedadas). En general, la situación ha mejorado y en algunos de esos países los beneficios están ya siendo disfrutados por los propios sectores pesqueros, los cuales han adquirido una mayor competitividad desde el punto de vista de los costos.

Al limitar el acceso a las zonas de pesca a un determinado número de pescadores con licencia se crea un grupo definido de usuarios. Un plan en virtud del cual se ofrece un número restringido de licencias tiene el efecto de detener el aumento constante de la capacidad asociado a las situaciones de libre acceso, y puede dar lugar a un descenso de la capacidad. De esa manera se estimula una mayor cooperación dentro del grupo y la aceptación, por éste, de algunas de las responsabilidades de ordenación. En la pesquería del camarón de Australia septentrional, por ejemplo, los pescadores vieron las ventajas de cooperar reduciendo sus capturas de camarones de menor talla y precio más bajo. Invirtieron en las actividades de investigación necesarias para saber cuándo debían pasar de una población a otra para poder capturar ejemplares de mayor talla. La limitación del número de licencias puede sentar las bases para la resolución de los problemas de sobrecapacidad en el futuro.

Con el fin de limitar la capacidad y reducir el esfuerzo en determinadas pesquerías, varios gobiernos han introducido planes de recompra de embarcaciones. Ello, junto con una moratoria a la entrada de nuevos buques en la misma pesquería, contribuye a impedir una posible acumulación de capacidad de pesca sobre todo si se prevé el establecimiento de zonas vedadas.

Australia, Islandia y Nueva Zelandia han introducido sistemas de conservación y ordenación basados en contingentes transferibles individuales. Este sistema repercute en la naturaleza de la propiedad de los recursos, que, en la práctica, dejan de ser públicos para convertirse en recursos de propiedad privada.

Son muchas las dificultades de los países en desarrollo en lo que respecta a la conservación y ordenación de las pesquerías de subsistencia y comerciales en pequeña escala. Por ejemplo, los pescadores desplazados como consecuencia de las políticas de limitación de entrada en las pesquerías deberán ser reubicados. No obstante, si no se adoptan medidas de limitación en las pesquerías artesanales y en pequeña escala sobreexplotadas éstas acabarán destruyéndose, lo que provocará el empobrecimiento de las comunidades que viven de ellas.

La conservación y la ordenación de la pesca son por lo general actividades de costo elevado cuando son acometidas por un administración pública centralizada. Los planes de recompra, la aplicación de planes de limitación de licencias y los contingentes transferibles individuales requieren la participación constante de la administración en el proceso de ordenación. Dado el amplio consenso sobre la necesidad de mejorar la ordenación, el sector está asumiendo una mayor responsabilidad financiera y está participando más intensamente en las decisiones fundamentales. En Australia y el Japón por ejemplo, el sector participa estrechamente en la formulación de las prioridades de investigación en apoyo de la conservación y ordenación, y comparte los gastos de las investigaciones efectuadas. En los países en desarrollo el alto costo de la ordenación es un grave problema, porque faltan fondos para aplicar esas medidas en forma eficaz en función de los costos. No obstante, la falta de intervención representa elevados costos sociales a largo plazo.

Cuando las capturas incidentales representan una pequeña proporción de los ejemplares maduros de poblaciones fuertes, la mortalidad ocasionada provoca daños relativamente pequeños. Cuando se trata, en cambio, de ejemplares jóvenes de especies comerciales, los efectos pueden ser bastante nocivos. Si las capturas son abundantes, es probable que se reduzca el número futuro de ejemplares maduros. Por esta razón, los responsables de la ordenación pesquera recurren cada vez más a la veda de la pesca en las zonas donde los ejemplares jóvenes son numerosos, mientras se mantengan en grandes concentraciones.

Las consecuencias de los descartes y su valoración son cuestiones complejas. En la valoración deberá tenerse en cuenta el posible valor comercial y estético y la forma en que las especies descartadas aumentan o disminuyen la productividad del sistema. No obstante, en general, cuando se producen los descartes, la consecuencia suele ser una pérdida de alimentos.

La necesidad de reducir los descartes en las pesquerías industriales4 es un problema de gran importancia. En 1994, la FAO puso de manifiesto que la proporción de las capturas mundiales correspondiente a las capturas incidentales podría ser mucho mayor de lo que se había supuesto hasta entonces, y estimaba que los descartes representan un promedio de 27 millones de toneladas al año5, es decir, aproximadamente el 32 por ciento del total de la producción anual registrada de las pesquerías de captura marinas.

El fenómeno de las capturas incidentales, y los consiguientes descartes, son considerados a veces por la opinión pública como resultado de la falta de interés de los pescadores. De lo dicho anteriormente se deduce que eso no es cierto. Los descartes son consecuencia de la naturaleza misma de la pesca. Se pueden reducir, pero no eliminar por completo. Las razones directas son biológicas (por ejemplo, en los caladeros conviven especies diversas), tecnológicas (por ejemplo, dificultad para capturar sólo determinados peces), económicas (captura accidental de peces sin ningún valor para el pescador) o jurídicas (cumplimiento de determinados requisitos)6. No obstante, la tendencia al descarte se puede favorecer significativamente con determinados reglamentos de ordenación (como los relativos a los continentes y tallas mínimas).

Los distintos planteamientos adoptados para resolver el problema de los descartes pueden ser instrumentos tecnológicos (por ejemplo, la utilización de artes de pesca selectivos) o mecanismos oficiales de control (por ejemplo, prohibición de devolver las capturas incidentales al mar) o adoptar la forma de incentivos económicos. En general, es probable que los planteamientos sean complementarios y se basen en la comparación entre los beneficios que se pueden obtener mejorando la situación de la población íctica - y la posible conservación de la biodiversidad - y los costos a corto plazo que habrá que imponer al sector.

ACTUACIÓN A ESCALA INTERNACIONAL

Este problema se ha abordado en la mayor parte de las iniciativas de pesca adoptadas desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD). Desde la CNUMAD, en las actividades de conservación y ordenación de la pesca se ha hecho hincapié en la consideración de los ecosistemas, reconociendo la necesidad de explotar las pesquerías en forma precautoria. Este planteamiento, basado en el ecosistema, difiere notablemente de las anteriores concepciones de la conservación y ordenación, en las que predominaba la preocupación por las repercusiones de los artes de pesca en las especies que se desean pescar, dejándose en un segundo plano los efectos sobre las especies que no constituyen el objetivo directo de la pesca y sobre el entorno acuático. Entre los documentos suscritos por los Estados en los que aparecen declaraciones específicas sobre la necesidad de reducir las capturas incidentales y descartes figuran el capítulo 17 del Pro grama 21, el Consenso de Roma, el Código de conducta sobre la pesca responsable, la Declaración de Kioto, el Acuerdo de las Naciones Unidas y las resoluciones 49/118 de 1994 y 50/25 de 1995 de la Asamblea General de las Naciones Unidas7 y la Resolución de la 95a Conferencia Interparlamentaria.

INICIATIVAS GUBERNAMENTALES

Los Estados que han adoptado ya políticas que prohíben o limitan la devolución de parte de las capturas al mar son Islandia, Namibia, Nueva Zelandia y Noruega. Otros, como los Estados Unidos y Tanzanía, están estableciendo marcos normativos para hacer frente a ese problema.

Degradación ambiental de las zonas costeras y cuencas de captación

EL PROBLEMA

Los hábitats ícticos costeros se están degradando rápidamente en muchas partes del mundo como consecuencia de la contaminación agrícola, la multiplicación de los vertederos, la construcción de presas y la desviación de ríos, la eliminación de manglares, la sedimentación, la minería y la exploración y extracción petrolífera, la contaminación de origen marino, etc. Además, en las zonas costeras no es infrecuente el desplazamiento de las comunidades pesqueras como resultado de la competencia por el uso de los recursos.

Estos mismos factores representan también una amenaza para el suministro de pescado procedente de aguas continentales, y sus efectos pueden ser todavía más graves en este caso. Las llanuras de aluvión se consideran muchas veces como tierras baldías, y por lo mismo se drenan para la agricultura y otros usos. Las administraciones pesqueras tienen dificultades para garantizar su conservación a pesar de que suelen figurar entre las zonas con mayor producción íctica de las cuencas de captación.

Los ecosistemas de arrecifes de coral son importantes no sólo para la producción de pescado sino también desde el punto de vista del turismo, los valores estéticos y la protección del litoral. A pesar de ello, están gravemente amenazados en todo el mundo.

A escala mundial, el sector de la pesca, al mismo tiempo que está amenazado, representa también una amenaza para el medio ambiente. La contaminación local producida por los buques pesqueros y los centros de elaboración del pescado puede ser significativa, y las prácticas de pesca irresponsable provocan también daños. Un problema grave es la degradación ambiental asociada con frecuencia a la acuicultura intensiva, sobre todo a la producción de camarón y salmónidos tropicales en zonas templadas. El cultivo intensivo del camarón ha producido en algunos países graves daños sociales, sobre todo por el desplazamiento de la población y las comunidades locales.

En lo que respecta a las pesquerías continentales, para que las políticas de ordenación integrada sean eficaces deben abarcar toda la cuenca interesada. Normalmente, no es así. Cuando la cuenca desborda las fronteras nacionales, se requiere un mecanismo de ordenación regional.

ACTUACIÓN A ESCALA INTERNACIONAL

Para hacer frente a la amenaza de degradación ambiental de las zonas costeras y marinas se han adoptado muchas iniciativas internacionales. Los problemas de la contaminación ambiental marina se abordaron en la Declaración de Washington de 1995, en el Plan de acción mundial para proteger el medio marino de las actividades basadas en tierra y en el Informe de 1995 de la segunda reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina y costera).

En el intento de resolver este problema se ha establecido una cooperación dentro del sistema de las Naciones Unidas y entre sus organismos y otras organizaciones multilaterales. El Grupo Mixto de Expertos OMI/FAO/UNESCO/OMM/OMS/OIEA/Naciones Unidas/PNUMA sobre los Aspectos Científicos de la Protección del Medio Marino (GESAMP), establecido en un principio como fuente de asesoramiento únicamente sobre los problemas de la contaminación marina, tiene ahora un mandato más amplio, para poder responder debidamente a las necesidades de asesoramiento de sus organismos patrocinadores sobre todos los aspectos de la ordenación y protección ambiental marina, teniendo en cuenta los resultados de las ciencias naturales y sociales. La División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar, de las Naciones Unidas, ha emprendido una iniciativa de capacitación, y varios organismos de las Naciones Unidas, en particular el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura/Comisión Oceanográfica Intergubernamental (UNESCO/COI), así como el Banco Mundial y la Unión Internacional para la Naturaleza (UICN) han elaborado directrices sobre la ordenación integrada de las zonas costeras.

El Banco Asiático de Desarrollo fue uno de los primeros organismos internacionales que adoptó un planteamiento integrado de ordenación para resolver los problemas de las pesquerías, y el Banco Mundial ha intervenido en la formulación de programas en Africa. En muchos países, los organismos multilaterales y la UICN, con apoyo de los países donantes, han participado en la elaboración de un planteamiento integrado para resolver la degradación de la zona costera y marina. También conviene señalar las actividades facilitadas por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), por ejemplo en el programa para la protección y la ordenación ambiental del mar Negro. Entre las iniciativas de la FAO específicamente relacionadas con las pesquerías y la ordenación integrada de zonas costeras cabe señalar el desarrollo de este concepto en tres proyectos experimentales.

INICIATIVAS GUBERNAMENTALES

En lo que respecta a los daños ambientales provocados por las pesquerías, muchos Estados son conscientes de los problemas y algunos de ellos han intentado resolverlos. Cuando persisten prácticas de pesca nocivas, muchas veces se deben a las dificultades de aplicación de las normas y a la resistencia de los pescadores al cambio. Con el fin de limitar esta contaminación, los países han introducido o van a introducir sistemas de zonificación. Estas medidas reducirán los efectos perjudiciales de las actividades pesqueras en otros usuarios de los recursos.

No obstante, existe todavía en muchos medios la preocupación de que no se están adoptando las medidas necesarias para evitar los efectos ambientales y sociales negativos de una acuicultura intensiva y en gran escala. Algunos países que producen salmónidos han establecido rigurosos controles de producción para mantener la contaminación dentro de límites aceptables. Un importante productor de camarón tropical del Asia meridional ha prohibido temporalmente el establecimiento de nuevos centros mientras no se apruebe una política social y ambiental, y varios países han establecido las estructuras legislativas pertinentes, o lo van a hacer en breve. No obstante, como en otros ámbitos de la ordenación, muchas veces es difícil conseguir que se cumplan las normas.

En los últimos años son muchas las iniciativas gubernamentales adoptadas para introducir una ordenación de las zonas costeras. En los países en desarrollo estas iniciativas han conseguido cierta forma de asistencia exterior. Las actividades de ordenación integrada de las zonas costeras son relativamente pocas, y en su mayoría se centran en uno o dos problemas.

El llamamiento a la acción de la Iniciativa internacional en favor de los arrecifes de coral (junio de 1995), en que los Estados Unidos desempeñaron un papel importante junto con el Centro internacional para la ordenación de los recursos acuáticos vivos (ICLARM), ha conseguido que varios gobiernos establezcan programas de ordenación comunitaria o conjunta de los recursos asociados a los arrecifes. Estas iniciativas comprenden el desarrollo de la capacidad, la investigación y supervisión y exámenes periódicos.

Las iniciativas de ordenación de las zonas costeras adoptadas en los países suelen estar aisladas desde el punto de vista institucional, siendo relativamente pocos los países (por lo general, países desarrollados) que tienen una estrategia nacional eficaz para resolver los problemas de la degradación del medio ambiente marino y de la competencia por los recursos.

La ordenación integrada de cuencas de captación ha recibido menos atención que la de las zonas costeras. En la ordenación de las cuencas, la actividad ha sido por lo general más intensa en las grandes masas de agua continental que en las zonas fluviales; por ejemplo, Bolivia y el Perú han cooperado durante varios años en la ordenación del lago Titicaca, y el acuerdo de los países ribereños de establecer la Comisión del lago Victoria permite prever la introducción, en un futuro no demasiado lejano, de sistemas intersectoriales de ordenación del lago y sus alrededores.

La ordenación fluvial - en el Danubio, por ejemplo - se ha limitado, sobre todo cuando los ríos atraviesan fronteras nacionales, a aspectos como el establecimiento de derechos de uso del agua y de navegación, dejando de lado la ordenación ambiental de la cuenca. No obstante, se han iniciado algunas actividades de ordenación ambiental de cuencas de captación, por ejemplo en Australia, donde la preocupación por la ordenación del aprovechamiento de tierras y aguas se está ampliando a sectores como el de la pesca.

Hay pocos casos de aplicación global de la gestión integrada de zonas costeras a la parte interior de las cuencas de captación. En los Estados Unidos, por ejemplo, este tipo de gestión interesa los estuarios.

ACTUACIÓN DE LAS ONG

Las ONG han contribuido en forma significativa a promover la ordenación integrada de las zonas costeras, habiendo participado activamente en gran parte de los programas emprendidos. En muchos de los casos en que se han establecido zonas costeras protegidas (ZCP), las administran o respaldan ayudando a las comunidades locales a comprender la importancia de las zonas protegidas en cuanto instrumento de ordenación para proteger la biodiversidad marina y costera, por ejemplo, en Bahamas, Santa Lucía y Montserrat. A nivel internacional, las ONG han puesto de manifiesto la necesidad de un estudio especial sobre un sistema representativo mundial de las ZCP, en el que se formulen recomendaciones sobre el establecimiento y ordenación eficaz de las mismas.

Incertidumbre y riesgo

EL PROBLEMA

Varios problemas importantes que deben intentar resolver los responsables de la adopción de políticas y de la ordenación de pesquerías han adquirido mayor relieve en los últimos años, en la medida en que se comprende cada vez mejor la complejidad de la ordenación. Entre esos problemas figuran la ausencia o escasez de información sobre parámetros fundamentales de orden biológico, como la capacidad de asimilación de los recursos, y económico, como la identificación de los valores adecuados o las tasas de descuento que se deben aplicar para convertir a valores actuales las entradas futuras de ingresos a largo plazo y la atribución de valores a algunos aspectos de la biodiversidad. Otra fuente importante de incertidumbre para los administradores de pesquerías es la dificultad de determinar hasta qué punto las fluctuaciones naturales (agravadas por el cambio climático mundial) y la acción del hombre son responsables de los cambios observados en una base de recursos. Ahora se sabe más sobre los parámetros que se deben tener en cuenta para conseguir la sostenibilidad.

El concepto de enfoque precautorio ha surgido como resultado de este reconocimiento de la limitación de los conocimientos, de la incertidumbre existente y de sus posibles consecuencias. Sus resultados para la ordenación y las actividades de pesca (y otras afines) son fundamentales. La admisión de la incertidumbre y de la necesidad de gestionar el riesgo ha llevado durante los años noventa al reconocimiento del riesgo de utilizar como objetivo el rendimiento máximo sostenible; la necesidad de una gama más amplia y más precautoria de objetivos de gestión fijados en niveles de esfuerzo de pesca inferiores a dicho rendimiento; la necesidad de fijar puntos explícitos de referencia dentro de los cuales se debe mantener el esfuerzo de pesca; la necesidad de cuantificar mejor la fiabilidad del asesoramiento científico y la solidez de los sistemas de ordenación frente a la incertidumbre, y la necesidad de evaluación del impacto y de proyectos experimentales como condición para auto rizar la introducción de nuevos artes y métodos de pesca.

ACTUACIÓN A ESCALA INTERNACIONAL

El enfoque precautorio en la pesca se introdujo en el capítulo 17 del Programa 21, donde, tomando como base un documento elaborado por la FAO, se mencionan enfoques «orientados hacia la previsión y la prevención». Este tipo de planteamiento se ha incluido también en el Código de conducta sobre la pesca responsable (Artículo 7.5) y en el Acuerdo de las Naciones Unidas. Las directrices sobre la aplicación de este enfoque en las pesquerías fueron elaboradas por la FAO en 1995 y formarán parte de las directrices de la ordenación pesquera que se están preparando en apoyo del Código8. En septiembre de 1996 se celebró en Oslo (Noruega) una reunión con el objetivo de examinar la aplicación de este concepto a las pesquerías del Atlántico norte. En 1997 se organizará una consulta (bajo el patrocinio de la FAO/Programa Golfo de Bengala), en la que se estudiará la aplicación del planteamiento precautorio a las pesquerías arte sanales.

INICIATIVAS GUBERNAMENTALES

El planteamiento precautorio se está aplicando de forma progresiva en algunos países (Australia, Estados Unidos), pero deberán pasar varios años antes de que se puedan cuantificar los progresos. Además, la incertidumbre deberá reducirse mediante el establecimiento de sistemas de información de más calidad.

Muchos países desarrollados cuentan con programas de investigación y supervisión relacionados con el entorno marino, en particular sobre las variaciones climáticas. Se están realizando investigaciones especializadas sobre los efectos de la radiación ultravioleta en el entorno marino y evaluaciones de la vulnerabilidad de las zonas costeras a la contaminación marina. A este respecto existen experiencias de cooperación e iniciativas regionales, como las convenciones referentes al mar Báltico y al mar del Norte. Muchos países desarrollados están participando en el establecimiento de sistemas mundiales de observación de los océanos.

Como las investigaciones son costosas, los países en desarrollo no se muestran tan activos como los países más desarrollados. No obstante, numerosos países en desarrollo han establecido políticas en materia de conocimientos científicos sobre el entorno marino y participan en las investigaciones, observaciones y evaluaciones de las zonas costeras, y apoyan decididamente el establecimiento de los mencionados sistemas mundiales, aunque su participación es limitada.

Perspectivas

La presente sección contiene un examen de las perspectivas a medio plazo de las pesquerías. Consta de dos partes: posibles escenarios de la oferta y la de manda, y un pronóstico de la evolución de la producción y el consumo de pescado y productos pesqueros hasta el año 2000.

La demanda y la oferta: posibles escenarios en el año 2010

DEMANDA

Las perspectivas a medio plazo de la demanda mundial de pescado para consumo humano directo están determinadas por el crecimiento de la población, los cambios del ingreso per cápita y el ritmo de la urbanización. La interacción de esos factores se examinó en un estudio preparado por la FAO para la Conferencia de Kioto9. Según estimaciones por lo bajo, en el año 2010 la demanda de pescado para consumo alimentario, a precios constantes reales de 1990, se ría de 110-120 millones de toneladas (peso en vivo), frente a los 75-80 millones de toneladas de 1994/95. La estimación está basada en proyecciones de la de manda per cápita, que aparecen expuestas y agrega das por región en la Figura 16, donde se puede observar también la demanda resultante por región.

De esas proyecciones se desprende que América del Norte, Oceanía y Europa tendrán la mayor de manda per cápita - más de 20 kg al año (equivalente de peso en vivo) - pero Asia, dada su elevada población, podría representar aproximadamente dos tercios de la demanda total.

La harina de pescado es el principal producto derivado que se utiliza para fines no alimentarios. Como la harina de pescado es uno de los ingredientes más caros de los piensos, los productos de ganado vacuno, aves de corral y peces y camarón tienen un claro incentivo a reducir su utilización. En respuesta a las posibles subidas de precios en el futuro, o incluso en ausencia de las mismas, es posible que el uso de harina de pescado desaparezca por completo en la alimentación de algunas aves de corral y que se utilice menos en la de ganado porcino y pavos10. Estos cambios podrían permitir una mayor utilización de harina de pescado en la acuicultura, sin que ello provocara una subida de los precios. Por ello, se prevé que la de manda y la oferta de pescado para la reducción a harina de pescado se mantendrá estable entre 30 y 35 millones de toneladas en los próximos años11.

La demanda proyectada de pescado para todos los usos es del orden de 140-150 millones de toneladas para el año 2010.

SUMINISTROS

Los suministros per cápita de pescado para consumo humano directo aumentaron tanto en 1994 como en 1995. Sin embargo, no se sabe con certeza si el crecimiento de la producción acuícola pueda compensar el posible estancamiento de la producción total de pescado para fines alimentarios procedente de las pesquerías de captura.

La acuicultura está consiguiendo mayor aceptación fuera de sus confines tradicionales de Asia y Europa. No obstante, el crecimiento absoluto es todavía más rápido en Asia que en ningún otro lugar. La acuicultura se ha difundido por dos razones: constituye una fuente de ingresos, y no un simple recurso de subsistencia, y se puede incorporar a los sistemas agrícolas locales para diversificar la base de producción. En consecuencia, se están adoptando en muchas regiones sistemas integrados de cultivos más flexibles, en los que se incluye la piscicultura. Hay todavía considerables posibilidades de expansión en el futuro, y en circunstancias favorables, la producción podría ser de 39 millones de toneladas en el año 201012 (Figura 17).

En las economías industrializadas la acuicultura ha seleccionado normalmente especies de alto precio. Aunque esta tendencia continúa (rodaballo, salvelino, oreja de mar), las reducciones de costos conseguidas, sobre todo en el cultivo del salmón del Atlántico, ofrecen ahora nuevas perspectivas y una mayor viabilidad para el cultivo «industrial», o técnicamente avanzado, de especies de bajo precio en grandes volúmenes (tilapia y salmón blanco) en sustitución del «pescado blanco». No obstante, no es probable que estos tipos de cultivo repercutan en los suministros antes del final del siglo.

En los países de ingresos bajos, también fuera de Asia, el crecimiento de la acuicultura comercial se verá estimulado por la mayor facilidad de acceso a los consumidores adinerados de los países de altos ingresos y por las nuevas políticas macroeconómicas encaminadas a establecer un entorno favorable a los pequeños empresarios. No obstante, es posible que el rápido aumento registrado en el pasado por la producción de carpas cultivadas se desacelere si los productores manifiestan mayor preferencia por las especies de precio más elevado.

Los dos principales obstáculos de la acuicultura son la degradación ambiental y la escasa disponibilidad de tierra y agua. El primero de esos obstáculos se debe en ocasiones a la mala gestión de las instalaciones acuícolas, pero en la mayor parte de los casos a factores externos. El segundo es resultado de la competencia con otros usos de las tierras y aguas, en particular en la agricultura, y de la urbanización de las zonas costeras. Estos factores limitarán el crecimiento.

En los últimos años, los gobiernos han adoptado medidas para resolver los problemas relacionados con las pesquerías de captura, tanto por separado como en forma conjunta. Esta tendencia puede contribuir a aumentar los suministros en el futuro. Según estimaciones de la FAO, el potencial de producción de la pesca de captura mundial se sitúa entre 85 a 89 millones de toneladas con los regímenes de pesca actual, es decir, con algunas poblaciones sobreexplotadas y otras insuficientemente aprovechadas, e independientemente de un posible aumento de los suministros como consecuencia de una reducción de los descartes13, elevándose a 100-105 millones de toneladas, si los sistemas de ordenación de las pesquerías de captura mejoran en todos los océanos y con una reducción positiva de los descartes.

El resultado global de las mejoras en los sistemas de ordenación, la reducción de los descartes y la disminución de la capacidad son aún inciertos, y no se sabe cuál será la evolución de las relaciones depredadores-presas que se establecerán si se recuperan las poblaciones de grandes depredadores actualmente sobrepescadas o agotadas.

El aumento de la producción, en forma continuada, podría ser del orden de 15 millones de toneladas: 10 millones de toneladas gracias a la recuperación de las poblaciones, y el resto por la reducción de las pérdidas posteriores a la captura y de los descartes14. No se prevén aumentos adicionales de los suministros procedentes de las pesquerías de captura continentales.

La FAO calcula los suministros de pescado para consumo humano sumando la producción de las pesquerías de captura y la producción acuícola y deduciendo el pescado utilizado para la producción de harina y aceite de pescado y para otros fines.

Los suministros destinados a la producción de harina y aceite de pescado se mantendrán entre 30 y 33 millones de toneladas en el futuro inmediato y se supone que la producción acuícola se destinará en su totalidad al consumo humano directo15. En el Cuadro 2 puede verse el volumen de suministros resultante en los distintos supuestos, que se situará entre ambos extremos.

Sólo si se confirma el supuesto más optimista los suministros permitirán atender la demanda a precios reales constantes (de 1990) en el año 2010.

Producción y consumo en el año 2000

Dada la evolución probable de la demanda y el margen de los posibles suministros, ¿cómo evolucionarán la producción y el consumo en el futuro inmediato? La ordenación de la pesca y el régimen comercial mundial influirán en el resultado. La ordenación repercutirá en los volúmenes producidos, así como en su calidad y valor, mientras que los acuerdos comerciales contribuirán a determinar las pautas de consumo. Las normas sobre el comercio incentivarán también el aumento de la producción o una mejor ordenación de la misma.

Los gobiernos pueden contribuir a que la pesca de captura alcance un rendimiento sostenible de 100 millones de toneladas. El volumen de la producción sostenible dependerá de la forma en que los gobiernos, las ONG y el sector de la pesca aborden los siguientes problemas:

· protección del ecosistema acuático en las zonas costeras y cuencas de captación;

· ordenación de la pesca de las poblaciones sobreexplotadas o sometidas a fuerte presión;

· apoyo a las pesquerías en desarrollo basadas en las poblaciones actualmente poco aprovechadas o sin explotar;

· capturas incidentales y descartes.

Estos problemas no son nuevos, pero los gobiernos deben abordarlos porque los beneficios sólo llegan después de algún tiempo y después de haber realizado considerables costos; y porque quienes incurren en los costos no suelen estar convencidos de poder beneficiarse de las mejoras futuras. Por ello, se resisten a lo que consideran una redistribución de sus ingresos.

PROTECCIÓN DE LOS ECOSISTEMAS ACUÁTICOS EN LAS ZONAS COSTERAS Y CUENCAS DE CAPTACIÓN CONTINENTALES

Se trata de un problema de importancia prioritaria para la sostenibilidad a largo plazo de las pesquerías de captura, pero el sector pesquero puede hacer muy poco para resolverlo. Las economías industriales más ricas están adoptando medidas para proteger los ecosistemas acuáticos, y ya se están empezando a observar los beneficios. En los países de bajos ingresos con déficit de alimentos y fuerte densidad de población son menos tanto los recursos disponibles para ese fin como las presiones políticas al respecto. Al final del presente decenio, la extensión de los daños sufridos por los ecosistemas acuáticos será mayor, la producción de la pesca de captura disminuirá y los conflictos asociados a la ordenación de las pesquerías se intensificarán. A pesar de su evidente potencial a largo plazo, no parece probable que el plan de acción establecido en el reciente Programa mundial de acción (adoptado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) para proteger el medio marino de las actividades realizadas en tierra, aprobado en Washington, D.C. en noviembre de 1995, haya invertido estas tendencias de aquí al final del siglo.

SOBREPESCA

Una mejor ordenación de las pesquerías actuales puede producir considerables beneficios, en particular, un aumento de los ingresos y un mayor volumen de capturas. En el estudio especial (pág. 31) se señala la posibilidad de un aumento sostenido de 10 millones de toneladas mediante una ordenación eficaz de los recursos que están actualmente sobreexplotados. Ese aumento se conseguirá después de varios años y, si se adoptan las medidas adecuadas de ordenación, podrá mantenerse en el futuro. No obstante, se requerirá cierto tiempo para que las poblaciones se recuperen, en particular cuando sea necesario reducir el esfuerzo de pesca y, al mismo tiempo, mejores condiciones ambientales. Aun cuando la ordenación mejorara de inmediato en las pesquerías que están agotadas, la producción sólo crecería de forma gradual. Mientras tanto, es probable que la subida de los precios reales continúe ofreciendo incentivos financieros para aumentar las inversiones en esfuerzo de pesca en esas poblaciones agotadas, lo que haría todavía más difícil la aplicación de las medidas de ordenación.

Figura 16 Estimaciones exploratorias: demanda per cápita y total en el año 2010 a precios reales constantes

Fuente: Cuadro 1A, KC/FI/96/TECH/8

Figura 17 Posible producción acuícola en el año 2010 (sin incluir plantas acuáticas)

Si no se adoptan medidas eficaces, existe el peligro de que la sobrepesca continúe. En muchos países en desarrollo, debido a la presión demográfica y a la falta de oportunidades alternativas de empleo, así como a la falta de políticas eficaces de conservación y ordenación, es posible que la población encuentre cada vez más atractiva la pesca como fuente de empleo de último recurso. Si no se adoptan medidas de ordenación, la producción anual de la pesca de captura marina destinada al consumo humano directo podría bajar de los 50 millones de toneladas actuales a unos 40 millones de toneladas16.

Aun suponiendo que los gobiernos introduzcan regímenes de ordenación eficaces, no es probable que esas iniciativas consigan un aumento apreciable de la producción de la pesca de captura antes del nuevo siglo. Además, esas medidas deberán impedir descensos de la producción a largo plazo.

POBLACIONES INSUFICIENTEMENTE EXPLOTADAS

Con excepción de las pequeñas especies pelágicas, los recursos convencionales están por lo general totalmente explotados o sobreexplotados. No parece probable que los recursos oceánicos actualmente poco explota dos (calamar, especies mesopelágicas y krill) contribuyan en forma significativa a los suministros de pescado para consumo humano directo antes de final de siglo. En el océano Indico, las tasas anuales actuales de crecimiento de la producción parecen indicar que los incrementos de la producción tenderán a ser modestos hasta finales de siglo17. Además, no parece que haya perspectivas inmediatas de nuevos progresos tecnológicos que permitan reducir los costos de producción asociados a las pequeñas especies pelágicas.

CAPTURAS INCIDENTALES Y DESCARTES

En algunas de las grandes pesquerías industriales y en varias pesquerías tropicales del camarón se está pro curando reducir las capturas incidentales (en particular, las de ejemplares jóvenes y especies en peligro) y, de esa manera, limitar los descartes. Los resultados son graduales y positivos. En la medida en que mejore la selectividad de los artes y se impongan períodos de veda, cabe prever un aumento de las capturas comerciales, ya que serán más los ejemplares jóvenes que podrán alcanzar la edad adulta. Las subidas de los precios reales deberán abrir mercados para algu nas de las capturas incidentales, mediante la preparación de productos listos para el consumo.

COMERCIO

El interés internacional en el comercio de pescado y productos pesqueros se verá estimulado por los diversos acuerdos concertados a raíz del establecimiento de la Organización Internacional del Comercio (OMC), el aumento de los miembros de dicha Organización y los debates orientados a liberalizar todavía más el comercio internacional. Los efectos se observarán al final de los períodos de transición (cinco años en los países desarrollados, diez en los países en desarrollo), y para entonces llevarán ya algún tiempo en vigor los nuevos mecanismos que se habían adoptado en la Reunión Ministerial de la OMC de diciembre de 1996. Una nueva liberalización del comercio facilitará la circulación de pescado y productos pesqueros hacia mercados de fuerte poder adquisitivo. Es probable que los vínculos oficiales entre el medio ambiente, en particular la conservación de los recursos, y el comercio internacional influyan en el volumen y destino del comercio en el futuro.

CUADRO 2

Suministros previstos de pescado para consumo directo en el año 2010

Fuente de producción

Escenario pesimista

Escenario optimista

Acuicultura

27

39

Pesca de captura1

80

105

Total parcial

107

144

Menos parte destinada a la producción de harina y aceite de pescado

33

30

Disponible para el consumo humano directo

74

114

1 Si no mejora la ordenación de las pesquerías de captura, es probable que la producción descienda por debajo de los niveles actuales.

Fuente: Muir y Nugent, 1995.

Organizaciones ambientales y grupos industriales importantes están tratando de conseguir el apoyo de los consumidores, sobre todo de los países industriales, para que utilicen su poder adquisitivo y obliguen a los productores a utilizar el ecoetiquetado de los productos pesqueros y la certificación de los sistemas de ordenación de la pesca. Así se tendrá la garantía de que su pescado y sus productos pesqueros se obtienen con métodos de producción ecológicamente correctos. Se está estudiando también cuáles son las normas que se deben adoptar y cómo se tienen que aplicar. No es todavía claro hasta qué punto el ecoetiquetado repercutirá en el comercio de pescado o en la ordenación de las pesquerías durante los próximos años. Los efectos del ecoetiquetado dependerán de la reacción de los consumidores y del apoyo prestado por las industrias pesqueras. A la larga, esta iniciativa puede llegar a tener importantes consecuencias en la evolución de las pesquerías y de la acuicultura.

REPERCUSIONES EN EL CONSUMO Y LA PRODUCCIÓN

Parece plausible que hacia el año 2000 el promedio del consumo mundial de pescado per cápita sea de aproximadamente 13,5-14 kg, es decir, el mismo que en 1993-95. Mientras tanto, el precio real del pescado habrá aumentado algo y habrá provocado cambios en las estructuras regionales de producción y consumo. La producción total (capturas y acuicultura) de pescado para consumo humano directo deberá haber ascendido a 85-87 millones de toneladas (equivalente de peso en vivo).

Es probable que el consumo se mantenga en los niveles actuales, pero a precios algo más altos en los países industriales tradicionales. Para el año 2010, el consumo per cápita habrá aumentado en Asia sudoriental, Cercano Oriente y Africa del Norte y, habrá, en cambio, disminuido en el Africa subsahariana y en el Asia meridional. El desplazamiento de las pautas de producción será resultado de la mayor importancia de los suministros de pescado para consumo humano directo procedentes de la acuicultura. Se habrán conseguido notables progresos en la equiparación entre capacidad de pesca y poblaciones disponibles, y los descartes habrán disminuido de forma sustancial, aunque ello no habrá representado un aumento notable de las capturas.

En el Africa subsahariana el consumo per cápita continuará disminuyendo, probablemente, hasta final de siglo, debido a la persistencia de un volumen bajo de importaciones y a la incapacidad de la producción local de crecer al mismo ritmo que la población. En el pasado, los suministros per cápita se mantuvieron en parte por el volumen relativamente abundante de pescado importado por los países próximos al golfo de Guinea. Las perspectivas económicas de los países de este grupo son tales que no es probable se que reanuden las importaciones de pescado en gran escala. Además, es probable que muchas de las embarcaciones que abastecían de pequeñas especies pelágicas a granel no puedan cubrir con sus ingresos los actuales costos de la pesca.

Los suministros de las pescas de captura destinados al consumo local no aumentarán de forma significativa. Toda expansión de las pesquerías de especies demersales de alto valor se orientará, hacia mercados no africanos. Las pequeñas especies pelágicas de las aguas situadas frente a las costas del Africa noroccidental y sudoriental constituyen un posible recurso para los mercados del Africa occidental y central, y la producción de esos recursos crecerá, comenzando en el Africa sudoccidental. No se registrará un crecimiento significativo de la producción de pequeñas especies pelágicas del océano Indico. Las pesquerías de captura continentales se encuentran ya en una fase de avanzada explotación. La acuicultura comienza con un grupo demasiado reducido de productores como para poder conseguir aumentos de la producción que permitan una aportación significativa al total de los suministros. Los futuros empresarios del sector de la acuicultura africana seguirán probablemente la tendencia ya observada en otras partes, y cultivarán especies de elevado valor para los mercados de ultramar.

Por ello, se espera una subida de los precios del pescado, en la medida en que los suministros no resultarán suficientes - a los precios actuales - para satisfacer la demanda. La conservación y ordenación de las poblaciones, en particular las demersales, será una tarea cada vez más urgente y difícil.

No se prevé ningún cambio importante en las pautas de producción y consumo de América del Norte de aquí a finales de siglo. El volumen del consumo per cápita puede aumentar algo, ya que el pescado se considera como alimento más sano que la carne roja. El aumento de los ingresos per cápita se va a manifestar en una mayor proporción de productos de precio elevado en la canasta de consumo de pescado del consumidor medio. La economía podrá importar pescado y productos pesqueros para compensar la posible escasez de la producción local. La producción de la pesca de captura se mantendrá estable, ya que no es probable que las poblaciones de bacalao de aguas situadas frente a la costa nororiental de América del Norte se recuperen antes del final del siglo. La ordenación de las pesquerías de captura debe mejorar, sobre todo mediante la reducción del esfuerzo de pesca y una mejor asignación espacial y temporal de las pesquerías. Los efectos iniciales de esas iniciativas serán un aumento de los ingresos de quienes permanezcan en ese sector. Las capturas no aumentarán hasta más tarde. La acuicultura crecerá al menos con la misma rapidez que el consumo de pescado en respuesta a las oportunidades de los mercados locales. En conjunto, tanto las pesquerías como la acuicultura deberán ser más sostenibles.

Hasta finales de siglo, es probable que el consumo de pescado per cápita aumente, si bien con lentitud en América del Sur y Central. Sólo se requieren pequeños volúmenes, en cifras absolutas, y éstos procederán de la producción local, y los precios reales medios se mantendrán en torno a los niveles actuales. El comercio interregional deberá crecer con rapidez, sobre todo dentro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), en la parte meridional de América del Sur. La pesca de captura marina industrial continuará orientándose sobre todo a consumidores de otras regiones: en la costa occidental en cuanto principal abastecedor de harina de pescado, y en la costa sudoriental en cuanto proveedor de peces de fondo para América del Norte y la Unión Europea. Las pesquerías de captura de agua dulce continuarán siendo una actividad marginal, destinada fundamentalmente a los mercados locales y, cada vez más, a actividades recreativas y turísticas. El componente recreativo y turístico de las pesquerías se intensificará también en el Caribe. La acuicultura continuará orientándose hacia los productos de precio elevado para los mercados de exportación.

El bajo consumo de pescado per cápita en el Asia meridional no habrá disminuido al final del siglo, mientras que habrá aumentado algo en el Asia sudoriental. La producción de la pesca de captura marina ha crecido al mismo ritmo que el consumo durante el pasado decenio tanto en el Asia meridional como sudoriental. Dada la situación actual de los recursos marinos, no es probable que ello vuelva a ocurrir en el futuro. Los suministros de pescado de agua dulce aumentarán. El consumo de ese tipo de pescado es significativo en el Asia meridional y una parte cada vez mayor de él se obtiene mediante el cultivo de varias especies de carpas baratas. Como la importación masiva de pescado no constituye una solución económicamente viable para el Asia meridional, la capacidad de los piscicultores de ampliar la producción repercutirá en los suministros totales per cápita y en la seguridad alimentaria de las poblaciones marginales.

En el Asia sudoriental, el crecimiento económico garantizará la estabilidad o un ligero aumento de los suministros de pescado per cápita para consumo humano directo, al menos hasta el final del siglo, y los precios reales podrán subir algo. El comercio interregional y extrarregional darán lugar a un aumento de los suministros per cápita en algunos países y a su descenso en otros. Las partidas de alto valor llegarán cada vez en mayor volumen a los mercados lejanos, y la acuicultura suministrará más pescado para los mercados locales. No obstante, los pescadores y los administradores públicos de pesquerías tienen poca influencia en la situación de los ecosistemas acuáticos. Las condiciones sanitarias de éstos serán fundamentales para determinar la participación futura de las pesquerías continentales y de la acuicultura de agua dulce.

En el Japón, una parte considerable, y quizá en ligero aumento, de su consumo procederá de las importaciones. Es posible que las pesquerías de captura continúen disminuyendo, al reducirse las pesquerías en aguas distantes. En cambio, es posible que aumenten los sistemas de suelta con retorno y la piscicultura.

El entorno económico y social de China está cambiando rápidamente, y hasta ahora ha contribuido al rápido crecimiento de la producción de la acuicultura y de la pesca de captura. No obstante, los ecosistemas acuáticos han sufrido daños tanto en las zonas costeras como en los sistemas de agua dulce. La reciente tasa de aumento observada en la producción de pescado seguramente no se podrá mantener durante los próximos años. Si bien continúa la tendencia hacia la exportación, no es probable que China se convierta en gran importadora de pescado y, por ello, el consumo per cápita se estabilizará.

El pescado continuará siendo la principal fuente de proteína animal para los habitantes de los pequeños países insulares del Pacífico. Los suministros per cápita se mantendrán gracias a las importaciones, aunque es posible que éstas se contraigan algo de aquí al año 2000. Los recursos demersales costeros locales están fuertemente explotados y no es probable que puedan permitir un aumento de la producción, que debería proceder de la explotación de las pequeñas especies pelágicas. En la actualidad los pequeños países insulares del Pacífico capturan sólo una parte del atún pescado en la región. Esta parte deberá aumentar, aunque con lentitud. La acuicultura en cuanto fuente de alimentos es insignificante en los pequeños países insulares y continuará siéndolo al menos hasta finales de siglo. Los productos de calidad y el atún continuarán exportándose en volumen algo menor.

En Europa occidental, el consumo per cápita se mantendrá en los niveles actuales durante el resto del decenio. El aumento de la demanda será pequeño, debido a un crecimiento demográfico muy bajo y a un modesto aumento de los niveles de ingreso. La demanda se atenderá sobre todo mediante el aumento de las importaciones y unos niveles de precios ligeramente superiores procedentes de la parte creciente de los productos listos para el consumo. La pesca de captura marina, a pesar de una capacidad excepcional de investigación y ordenación, no se caracteriza por una ordenación demasiado acertada, y no aumentará de forma significativa. La acuicultura podría aumentar si se consiguen reducir los costos de producción hasta niveles semejantes a los de la producción de peces de fondo. Si ello ocurre, la acuicultura obtendrá acceso al segmento del mercado de «pescado blanco» (barras de pescado, etc.). Al final del siglo, es posible que se pueda producir salmón «blanco» con un costo aceptable.

El consumo de pescado en la ex URSS y Europa oriental se estabilizará en los cuatro o cinco próximos años, mientras continúa la adaptación a una economía de mercado. En el pasado, el consumo de pescado en estas economías estaba subvencionado y era elevado. No obstante, las drásticas subidas de precios y los bajos ingresos han llevado al desplazamiento del pescado por otros productos de precio más moderado. Como ya no se importan grandes cantidades de pescado en la región, el consumo tendrá que depender de los suministros locales. El cultivo de peces de agua dulce (carpas) crecerá en Europa oriental al menos hasta los niveles registrados a mitad de los años ochenta.

En el Cercano Oriente y Africa del Norte, el consumo per cápita aumentará ligeramente, pero continuará siendo bajo. En los países productores de petróleo, el aumento puede conseguirse gracias al crecimiento de las importaciones, sobre todo de países de fuera de la región. Con excepción del camarón, la mayor parte de la producción continuará consumiéndose localmente, con sólo dos grandes excepciones: la producción de pescado de Marruecos y la de Omán. Como las pesquerías locales (excluidas las de pequeñas especies pelágicas) están totalmente explotadas, o próximas a esa situación, parece probable que la explotación de las poblaciones de pequeñas especies pelágicas aumente de aquí al final del siglo.

Notas

1 Los años noventa han sido testigos de numerosos acuerdos y convenios, que han demostrado el deseo de la comunidad internacional de conseguir pesquerías sostenibles. Entre ellos cabe citar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1982, que entró en vigor en noviembre de 1994; los preparativos, llevados a cabo sobre todo en 1990-92, que dieron como resultado el capítulo 17 del Programa 21: el programa de acción de las Naciones Unidas que comprende varios ámbitos relacionados con los océanos y las zonas costeras; la Conferencia Internacional sobre la Pesca Responsable, de 1992, celebrada en Cancún (México), y el Acuerdo de 1993 para promover el cumplimiento de las medidas internacionales de conservación y ordenación por los buques pesqueros que pescan en alta mar.

2 Greenpeace International. 1996. Greenpeace principles for ecologically responsible fisheries. Amsterdam. 6 págs.

3 Por capturas incidentales se entienden todas las especies capturadas de forma no deliberada. Los descartes pueden estar integrados por una parte pequeña o significativa de las especies capturadas deliberadamente (por lo general, peces de talla insuficiente) y por especies no deseadas.

4 En la mayor parte de las pesquerías en pequeña escala se retiene y desembarca la casi totalidad de las capturas.

5 FAO. 1994. A global assessment of fisheries by-catch and discards. FAO Fisheries Technical Paper No. 339, por D.L. Alverson, M.H. Freeberg y J.G. Pope. Roma.

6 En algunas pesquerías, los pescadores tienen limitaciones en lo que respecta al volumen total de peces de determinadas especies que pueden desembarcar. Por ello, prefieren deshacerse de los ejemplares de talla o calidad inferior, si creen que podrán cubrir su cupo con ejemplares capturados en salidas posteriores.

7 En las resoluciones 49/118 y 50/25 del 49° y 50° períodos de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1994 y 1995, respectivamente, se trataba el tema de las capturas incidentales y descartes y su efecto en el aprovechamiento sostenible de los océanos y mares del mundo.

8 FAO. 1996. Enfoque precautorio para la pesca. Parte 1: Directrices relativas al enfoque precautorio para la pesca y las introducciones de especies. Documento técnico de pesca, N° 350/1. Roma. 64 págs.

9 FAO. 1995. Apparent historical consumption and future demand for fish and fishery products - exploratory calculations. Conferencia sobre la Contribución Sostenible de la Pesca a la Seguridad Alimentaria, Kioto, Japón.

10 I.H. Pike. Comunicación personal.

11 Conviene señalar que la demanda de harina de pescado es compleja, y que la proyección se ha hecho en ausencia de estudios detallados.

12 Muir, J.F. y Nugent, C.G. 1995. Aquaculture production trends: perspectives for food security. Conferencia sobre la Contribución Sostenible de la Pesca a la Seguridad Alimentaria, Kioto, Japón. En esta estimación no se incluye la producción de plantas acuáticas. En 1994, China, Corea, Filipinas y Japón produjeron unos 6,4 millones de toneladas.

13 Las pesquerías continentales aportan unos 6 millones de toneladas anuales. Durante el período 1986-94, la pesca de captura marina fluctuó entre 80 y 85 millones de toneladas.

14 FAO. 1996. Chronicles of marine fishery landings (1950-1994); trend analysis and fisheries potential. FAO Fisheries Technical paper No. 359, por R.J.R. Grainger and S.M. Garcia. Roma. 51 págs.

15 No se tienen en cuenta las cantidades relativamente pequeñas utilizadas como cebo y en las pesquerías de put-and-take.

16 FAO. 1995. Safeguarding future fish supplies: key policy issues and measures. Conferencia Internacional sobre la Contribución Sostenible de la Pesca a la Seguridad Alimentaria, Kioto, Japón.

17 FAO, op. cit., nota 14.

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