Utilización del agua
i) Interceptación por las copas
En promedio, los eucaliptos que se plantan con mayor frecuencia interceptan una menor cantidad de agua de lluvia en comparación con algunas especies que se cultivan en gran escala. La cantidad de interceptación se rige por la superficie en que puede retenerse el agua y la disposición de las hojas en la cubierta de copas (que en los eucaliptos suele ser colgante). No obstante, la cantidad interceptada depende de las especies específicas de eucaliptos y de las condiciones climáticas locales.
ii) Reservas hídricas del suelo
La recarga de las reservas de agua es fundamental para el crecimiento de los bosques y el abastecimiento hídrico aguas abajo. Las zonas de captación arboladas por lo general reducen la cantidad de agua en las reservas de agua del terreno puesto que consumen más agua que las cuencas no arboladas. Sin embargo, regulan el flujo de agua de forma más eficiente, ya que impiden que se produzcan niveles extremos del caudal hídrico, que son característicos de las cuencas deforestadas en las zonas de abundantes lluvias. Los datos experimentales indican que en los climas semiáridos como el del Oriente Medio y África del Norte, los eucaliptos reducen la cantidad de agua que penetra en las reservas hídricas del suelo en mayor medida que las zonas abiertas desprovistas de árboles. En las zonas más húmedas, como los Montes Nilgiri en la India, la escorrentía superficial es mayor bajo eucaliptos que en las tierras arbustivas o praderas, pero su nivel es igual al de la escorrentía en el bosque autóctono. El caudal se ve afectado en forma diferente: los eucaliptos aportan menos (cerca de un tercio) agua aprovechable que el bosque natural. Estas diferencias en la utilización del agua entre los eucaliptos y los bosques naturales obedecen a la mayor pérdida de agua que se registra en las hojas de los eucaliptos de crecimiento rápido. No obstante, hay indicios de que los eucaliptos pueden en efecto aprovechar una menor cantidad de agua por unidad de leña producida que otros árboles, pues la utilizan más eficazmente.
iii) Capa freática
Si se plantan bloques de grandes dimensiones de eucaliptos de crecimiento rápido en un terreno que anteriormente carecía de árboles, se reduce la aportación de agua y desciende el nivel hidrostático. En las regiones más secas, los eucaliptos compiten enérgicamente por el agua con la vegetación rasante.
Erosión del suelo
Para poder establecer plantaciones de eucaliptos es preciso recurrir a la escarda a mata rasa, y este hecho puede aumentar el riesgo de escorrentía superficial y de erosión laminar de la capa superficial. En las zonas secas, los eucaliptos pueden impedir la formación de una capa inferior, que podría a su vez estabilizar la superficie del terreno. Ello puede ocurrir debido a la competencia por el agua o la luz, o también porque se elaboran sólo pequeñas cantidades de hojarasca. La eliminación de la hojarasca y de la protección de las existencias debajo de los árboles puede incrementar la erosión. Un espaciamiento ancho entre los árboles puede favorecer el desarrollo del sotobosque. Las ventajas y desventajas que conlleva la plantación de eucaliptos para combatir la erosión dependen de las condiciones locales y de los usos a que se destinen los árboles.
Con frecuencia, los eucaliptos se utilizan como cortavientos, y pueden ser útiles para detener la erosión del viento, si bien su eficacia depende de las características físicas del lugar y de cómo se establezca la cortina protectora. Estas consideraciones pueden aplicarse por igual a todos los eucaliptos en general.
Fertilidad del suelo
A menudo se afirma que los eucaliptos empobrecen los suelos, especialmente si se explotan repetidas veces. Hay una pérdida de nutrientes tanto en el proceso de explotación maderera como debido a la mayor escorrentía y erosión del suelo. Por el contrario, se ha observado que en realidad los eucaliptos pueden aumentar el estado de los nutrientes del suelo cuando se plantan en sitios degradados o deforestados. Mejoran la estructura del suelo al penetrar en capas que anteriormente eran impermeables y al extraer nutrientes de las capas profundas del suelo.
Como es natural, si se efectúan extracciones muy repetidas, también se eliminan los nutrientes. Pueden registrarse ulteriores pérdidas si los residuos del madereo (corteza, ramas y hojas) se queman o se eliminan. La tasa de eliminación de nutrientes depende de los métodos de ordenación y explotación a que están sujetas las plantaciones. A pesar de ello, al parecer los eucaliptos son más eficientes que la mayoría de las especies arbóreas por lo que se refiere a la restitución de nutrientes al suelo a través de las hojas caídas, y a la extracción de nutrientes hacia la superficie desde las capas profundas del suelo.
El nivel de aprovechamiento de los nutrientes no supera el de otros cultivos, y el de algunos elementos esenciales excede solo en una décima parte al nivel de algunos cultivos agrícolas.[3] - Los hechos apuntan además a un mayor enriquecimiento del suelo bajo la presencia de eucaliptos en comparación con otros árboles forestales, especialmente en sitios degradados, gracias a un mayor contenido de materia orgánica del suelo. Los efectos benignos y beneficiosos de los eucaliptos en los nutrientes y la materia orgánica del suelo son especialmente pronunciados en los lugares de escasa fertilidad. Cabe señalar que los eucaliptos logran mantener este nivel más eficaz de aprovechamiento de los nutrientes sólo si se dejan crecer en rotaciones superiores a siete años, aproximadamente[4]. Si se explotan antes, la mayor proporción de albura da lugar a una mayor extracción de nutrientes y en estos casos desaparecen las ventajas que poseen los eucaliptos frente a otras especies arbóreas en relación con los nutrientes. El efecto de los eucaliptos en la fertilidad del suelo depende primordialmente del estado del suelo antes de la plantación, la tasa de crecimiento y los intervalos entre extracciones.
Alelopatía
La influencia de los eucaliptos en el sotobosque depende en gran medida de la utilización del agua. Los eucaliptos hacen un uso muy eficaz del agua. Debido a la rapidez con que crecen en altura tienden también a dar sombra a las plantas competidoras que se regeneran debajo de ellos. Sin embargo, no todas las especies de eucaliptos proyectan mucha sombra, y además hay interacciones complejas entre las especies, la luz y el agua, por lo que no es posible formular generalizaciones. Hay pruebas de laboratorio que indican que unas pocas especies de eucaliptos producen sustancias químicas que inhiben la germinación y el crecimiento de otras plantas. Este hecho puede influir en la selección de las especies en los casos en que el control de la erosión o el pastoreo son funciones importantes del bosque.
Fauna y flora silvestres
Por lo general, las plantaciones contienen menos especies de animales y plantas que los bosques naturales, que albergan una mayor riqueza. Los bosques autóctonos de eucaliptos de Australia poseen una gran diversidad de especies de fauna y flora silvestres que evolucionó con esos árboles y se adaptó a ellos en formas que con frecuencia no se observan en la flora y la fauna no australianas; sin embargo, ello depende de las estrategias de ordenación (por ej., mezclas, espaciamiento, clases de edad, etc.). Los eucaliptos son menos perjudiciales para la fauna autóctona que los cultivos agrícolas.
Repercusiones sociales
Aunque se ha responsabilizado a los eucaliptos por una serie de problemas de carácter socioeconómico, sólo unos cuantos son una peculiaridad de estos árboles. Entre las principales críticas figuran la pérdida de tierra agrícola para la producción de alimentos, la reducción del empleo rural, la desviación de los productos del bosque de los mercados locales hacia los usuarios industriales de mayores dimensiones y la transferencia de tierras públicas o comunales a empresas privadas. Todo ello conduce a mayores desequilibrios en la distribución de la riqueza en las comunidades rurales pobres. Además, las grandes expectativas que han acompañado el cultivo de los eucaliptos a veces han dado origen a cierta desilusión cuando se cultivaron especies inadecuadas, o cuando faltó planificación o no se efectuaron consultas en el plano local. Sin embargo, los problemas no son el resultado de ciertas características específicas de los eucaliptos.
[3] Davidson (1995) presenta un
cuadro sobre el uso relativo de los nutrientes en una gama de cultivos
agrícolas y especies arbóreas forestales. [4] Véase Bouvet (1999), quien formula una observación análoga, si bien indica en 10 años la edad que debe superarse. |