La idea de un proyecto de inversión muy rara vez comienza con la tecnología a ser aplicada. En lugar de esto, el inversionista toma como punto de partida la disponibilidad de algún recurso o la identificación de una buena oportunidad de mercado. En el caso de inversiones no destinadas a la generación de ingresos, la justificación del proyecto casi siempre se fundamenta en la respuesta a una necesidad social o de la comunidad.
No obstante, una vez que la evaluación de mercado (o la utilidad de los beneficios, en el caso de un proyecto social o de apoyo a la producción) se haya completado de manera adecuada, es necesario considerar la tecnología que se empleará.
El uso de la palabra "tecnología" normalmente no implica la necesidad de hacer una inversión en equipos muy avanzados y costosos. Por el contrario, la mayor parte de las inversiones que se analizan en este manual utilizan solamente maquinaria sencilla. De hecho, no es inusual, en el caso de proyectos agrícolas, que la inversión sea inferior al capital operativo requerido.
Al preparar el proyecto detallado, los solicitantes junto con el técnico local, deben realizar una serie de supuestos acerca del alcance de la inversión. Un primer paso, por lo tanto, es confirmar y, de ser necesario, hacer ajustes en el alcance de la producción propuesta en el perfil inicial. Esto a su vez, normalmente requiere los resultados del análisis de la demanda ya tratado en el Capítulo 3. El estudio de mercado (o la demanda de proyectos que no cuentan con mercado para sus productos) debe indicar si el alcance propuesto originalmente es realista en cuanto a la demanda y a los precios.
La cantidad de los recursos disponibles también puede ser relevante para establecer el alcance de la producción. Si bien los solicitantes usualmente están concientes de las limitaciones que la disponibilidad de tierra presenta, con frecuencia olvidan tomar en cuenta una necesidad tan importante como el agua - por ejemplo, en los proyectos de riego.
Otro recurso básico que por lo general se da por descontado es la disponibilidad de mano de obra. Aunque un proyecto se puede realizar con el fin de beneficiar a la comunidad por entero, con frecuencia es difícil encontrar la mano de obra necesaria, especialmente si la necesidad surge precisamente durante el tiempo de la cosecha. La migración de los hombres para trabajar en otras zonas del país durante parte del año, también puede reducir de manera significativa la disponibilidad de mano de obra en ciertos meses.
¿Qué otros factores pueden determinar el alcance adecuado para la actividad productiva? A continuación se anotan puntos a tener en cuenta:
Conocimiento del mercado y experiencia en el mismo. La existencia de un Mercado bien establecido para los productos, la variabilidad de los precios de un mes a otro y el riesgo de pérdidas (especialmente para productos perecibles) son todos factores que se deben tener muy en cuenta cuando se determina la magnitud de la producción.
Conocimiento previo de la tecnología. Si la tecnología propuesta es bien conocida, los participantes tienen experiencia aplicándola y se cuenta con la disponibilidad de servicios de reparación y mantenimiento, se puede justificar una producción a mayor escala. Por otro lado, si existe una incertidumbre considerable en lo referente al proceso de producción o si el abastecimiento de materia prima es problemático, tal vez podría ser más aconsejable tener una producción de menor escala, siempre y cuando sea consistente con los objetivos del proyecto.
El número de personas o familias en el grupo de solicitantes. Es claro que no tiene mucho sentido proponer un proyecto que generará 1 000 dólares EE.UU. al año si se espera que el proyecto haga una contribución significativa a los ingresos de 100 familias.
Capacidad administrativa. En general, mientras mayor sea la inversión y mayor sea el número de personas involucradas, más compleja será la labor de dirección. Si los solicitantes no cuentan con la experiencia previa en el manejo de inversiones, sería poco recomendable comenzar con una inversión importante. La falta de capacidad administrativa es, probablemente, la causa principal del fracaso de las compañías pequeñas.
Cuando se busca determinar el alcance adecuado de la inversión, siempre tenga en cuenta la posibilidad de llevar a cabo la inversión en fases; es decir, comience en pequeño con la intensión de expandirse a futuro si todo va bien. Sin embargo, el establecimiento de fases para la producción es posible solo si los recursos financieros están disponibles por un largo período de tiempo. Si los solicitantes cuentan solamente con una oportunidad para acceder al financiamiento, utilizar un enfoque de inversión en fases no será adecuado.
A pesar de que el alcance de la inversión es sin duda uno de los factores primordiales en la selección de la tecnología, también es necesario tomar en cuenta otros elementos, aun en los proyectos más sencillos.
Entre éstos se encuentran:
¿Cuáles son los requerimientos del mercado? Si el mercado exige grano con una humedad no superior al 12% y el proyecto se ubica en un área con precipitaciones abundantes, sería imprudente no considerar la compra de una secadora, si el proyecto está relacionado con la producción de grano. Si existe demanda de camisas de una cierta gama de colores, podría ser útil incluir una planta de teñido, como parte de la inversión necesaria para una fábrica de prendas de vestir. Si el mercado paga un precio premium por las frutas y vegetales que están fuera de estación, puede valer la pena tener en cuenta tecnología de riego o invernaderos para un proyecto hortícola.
¿Cuáles son los requisitos legales en cuanto al medio ambiente y a las normas sanitarias? La ley puede requerir el tratamiento de aguas residuales provenientes del proceso de producción (Capítulo 5) y muchos países requieren medidas específicas (v.g. instalaciones revestidas de baldosas, un sistema de drenaje, mesas de acero inoxidable, y medidas para garantizar ambientes libres de insectos) en las instalaciones utilizadas para el procesamiento de productos alimenticios.
¿Será necesario almacenar la materia prima o los productos terminados? Cuando se dispone de materia prima solamente en ciertos meses del año, puede ser rentable invertir en equipo (v.g. congeladores) para la conservación de la materia prima y así extender el período de operaciones. Si los precios de un producto terminado son muy variables, puede ser rentable almacenar el producto (de ser posible) para venderlo en períodos en que se registre un precio alto.
¿Cuán flexible debería ser el proceso de producción? Hasta cierto punto, la inversión de capital (maquinaria y equipo) se puede reemplazar por la mano de obra y viceversa (ver la ilustración a continuación). Es, por lo tanto, importante identificar, desde un inicio, la relación de las tareas que se realizarán a mano con la mano de obra disponible. Más aún, debido al costo de inversión o a la capacidad operativa, algunas tecnologías simplemente son económicamente inaccesibles por debajo de un nivel de producción mínimo. Si existen dudas acerca de la factibilidad de alcanzar este nivel, en vista de la magnitud de la producción deseada (ver arriba), tal vez pueda ser necesario pensar en otras alternativas.
Todos estos factores se deben tomar en cuenta como parte de la evaluación tecnológica. Con frecuencia, ni los solicitantes ni quienes los asisten, tendrán la capacidad tecnológica para responder a todas las preguntas que surjan. Como mínimo será importante hablar con varios vendedores para conocer qué tecnologías están disponibles que puedan ser adecuadas para las necesidades del proyecto.
Mejor aún será contratar a un especialista independiente en el tema, si la entidad financiera tiene acceso a fondos no reembolsables destinados a la asistencia técnica. De esta manera, se estará en capacidad de tener en cuenta adecuadamente la relación existente entre el mercado, los recursos disponibles y el método de producción.
Un factor que con frecuencia se omite en el cálculo tecnológico es la relación que existe entre la tecnología adoptada y la experiencia y capacidad de los inversionistas. Si la tecnología requiere de un nivel de manejo que trasciende las habilidades del grupo, esto puede tener impactos serios en la calidad del producto o simplemente, tener como resultado el fracaso del proceso en su totalidad.
Por ejemplo, si un grupo sin experiencia previa en actividades de acuicultura planifica desarrollar tres hectáreas de piscinas para la producción intensiva de tilapia, la propuesta se debe tratar con extremo cuidado. Cualquier tipo de acuicultura está sujeto a riesgos altos por presencia de enfermedades y predadores que pueden eliminar una población entera de un día para otro. Cuando se trabaja con un sistema intensivo en donde la concentración puede alcanzar hasta diez veces la de la población normal, la posibilidad de fracaso es muy alta. En este caso existen dos alternativas generales:
a) Convencer a los inversionistas de que utilicen una tecnología menos exigente.
b) Contratar los servicios de un administrador de operaciones profesional, que cuente con una amplia experiencia en producción intensiva.
Aun en el caso de emplear una tecnología más simple (por ejemplo, una producción semi-intensiva), si los participantes no cuentan con una experiencia previa se debería incluir el acceso a la asistencia técnica como parte de los costos de inversión.
En general, es inaceptable para un proyecto el que se aprenda sobre la base de ensayo y error durante las etapas iniciales de implementación, pues los compradores que reciben un producto de mala calidad, o que no se ajusta a las demandas del mercado, simplemente no lo comprarán de nuevo. La asistencia técnica se puede presentar en la forma de capacitación al personal del proyecto antes del inicio del mismo o en la forma de expertos técnicos que estén disponibles si se presentan problemas.
Ninguna cantidad o tipo de capacitación puede preparar a una persona para todos los acontecimientos posibles de la vida real. Si un grupo de productores lecheros quiere abrir su propia planta de procesamiento, no debe pensar que un curso de un mes de duración los preparará de manera adecuada para la operación. Como mínimo necesitarán visitas frecuentes de un técnico, y sería mejor si contrataran a un especialista en producción lechera para que les ofrezca asistencia durante los primeros cuatro o seis meses del proyecto.
Los siguientes puntos se deben tomar muy en cuenta cuando se escoge una tecnología:
¿Requiere la propuesta una tecnología muy avanzada, complicada o que presente muchas exigencias? A menos que las personas involucradas tengan una amplia experiencia previa con estas tecnologías, se recomienda que contacten a un administrador técnico externo, o que seleccionen una alternativa más simple.
¿Para cuáles operaciones necesitará el personal del proyecto recibir capacitación (o por lo menos un fortalecimiento de las capacidades existentes)?
¿Será posible que el personal del proyecto cuente con apoyo técnico externo durante los primeros meses (o años) de las actividades del proyecto? ¿Será suficiente contar con visitas periódicas o se requerirá la presencia del técnico a tiempo completo durante los meses iniciales?
¿Habrá necesidad de contar con equipo de control de calidad (pruebas de laboratorio, analizadores de color o humedad, etc.)? ¿Quién operará este equipo? ¿Debe esta persona ser certificada o tener una calificación de otro tipo?
SELECCIÓN DE LA TECNOLOGÍA Y PROCESO DE INVERSIÓN |
Cuando se habla de la selección de la tecnología, por lo general, se piensa en la tecnología que se empleará en la operación de la inversión (maquinaria, riego, etc.). Sin embargo, el proceso de inversión en sí mismo también se ve influido por la tecnología seleccionada, y más aún, en el caso de inversiones no dirigidas a la generación de ingresos; como edificios, carreteras y protección de cuencas. En estos casos es importante balancear las necesidades y los requerimientos de los diferentes participantes. Desde el punto de vista de la eficiencia, por ejemplo, podría ser mejor contratar a una compañía especializada que cuenta con la tecnología de punta para construir el puente en unos pocos días. No obstante, para asegurar una contribución y apropiación local adecuadas, por lo general, será mejor emplear tecnología más simple, que, aunque sea más lenta, permitirá a los habitantes locales contribuir con la mano de obra y desarrollar orgullo y sentido de propiedad en cuanto a la obra realizada. La tecnología también puede influir en las necesidades de mantenimiento. Por una parte, las estructuras que se construyen con tecnología de punta pueden requerir menos mantenimiento (como por ejemplo, una carretera de asfalto) o ser más eficientes (pozos que cuentan con bombas eléctricas o a gasolina en lugar de bombas manuales). No obstante, la manutención y la reparación pueden sobrepasar las capacidades de la comunidad, y la sostenibilidad del proyecto podría verse afectada. |
La necesidad de tomar en cuenta los costos de reparación y mantenimiento de la tecnología adoptada, se tratan en el Capítulo 6. En este capítulo se analizará el ámbito logístico del proceso. En otras palabras, cuando se selecciona una tecnología es necesario asegurarse que existe la capacidad para reparar y mantener este equipo. Esto se aplica no solamente a la maquinaria de procesamiento y manufacturación, sino también a los vehículos y equipos de oficina, en especial maquinaria "delicada", como copiadoras.
Entre otros factores a tener en cuenta están:
¿Cuenta el equipo con una garantía o contrato de servicios, ofrecida por el fabricante para mantener el quipo en buenas condiciones? De ser así, ¿cuánto tiempo dura la garantía? ¿A quién emplea el fabricante para esta labor, y cuán lejos se encuentran los proveedores de estos servicios?
¿Existen otros usuarios para el mismo tipo de tecnología en el área de operaciones del proyecto? ¿Quiénes son? ¿Están satisfechos con la atención que reciben en lo relacionado a repuestos y servicios?
¿De dónde provienen los repuestos para el mantenimiento de la maquinaria? ¿Cuentan estos con un inventario suficientemente amplio de repuestos? o ¿deben ordenarlos desde Estados Unidos o Europa? No hay nada peor que descubrir cuando una máquina se daña, en la mitad de la estación alta, que el repuesto vital demorará dos semanas en llegar del país de origen.
¿Requiere una máquina del servicio de un experto capacitado en la fábrica? ¿Puede un mecánico competente mantener el quipo? Si se requiere la presencia de un experto formalmente capacitado, ¿dónde encontrar al experto más cercano? ¿Cuánto cobra por visita?