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Ecología y Selvicultura de Pinus nigra Arn. ssp. salzmannii en el Sureste de España

Reyes Alejano1, Enrique Martínez2, Juan M. Domingo3


Resumen:

Pinus nigra es una especie de gran interés en España tanto por las superficies que ocupa como por los aprovechamientos a que da lugar, así como por su importante papel en la dinámica de nuestros bosques y por la riqueza etnográfica que ha generado. Los rasgos vitales de esta especie propician que sus masas boscosas constituyan un nicho ideal para una gran diversidad ecológica.

De sus características selvícolas son destacables su longevidad, su capacidad para soportar la sequía estival y para habitar en zonas del piso superior de montaña (2200 m), su carácter vecero, y los problemas de regeneración de que en ocasiones adolece.

Las masas del Sureste español se pueden dividir según su tipología en: grandes núcleos (masas naturales), enclaves relícticos (masas naturales) y repoblaciones, con caracterización estructural y dinámica diferenciada.

La selvicultura en los grandes núcleos estará enfocada a la conservación, protección o producción, y tradicionalmente se han tratado como masas regulares y en ocasiones irregulares, ante el fracaso que en algunos casos supuso sobre todo la regeneración mediante aclareo sucesivo. En la actualidad se opta más por la búsqueda de masas semirregulares mediante aclareo sucesivo (por bosquetes), aunque también hay voces que defienden su tratamiento como masas irregulares.

En los enclaves relícticos la selvicultura debe volcarse hacia la protección y conservación, y no se puede hablar de cortas de regeneración entre otras razones por los condicionantes edáficos, topográficos y selvícolas (espesuras defectivas) de estas poblaciones.

En las repoblaciones deben abordarse planes de claras que permitan a la masa llegar a la fase de regeneración en mejores condiciones de estabilidad. La organización de la masa artificial hasta alcanzar una estructura equilibrada de clases de edad se ve muy facilitada por la longevidad de la especie, que permite retrasar las cortas sin riesgo de decrepitud de la masa.


Introducción

La especie colectiva Pinus nigra ocupa en la actualidad un área de aproximadamente 2.300.000 ha, con una distribución circunmediterránea, caracterizada por la presencia de numerosos núcleos disyuntos, lo que viene ligado a una serie de variaciones morfológicas de confusa y compleja interpretación (Arbez y Millier 1971). La diversidad geográfica y geomorfológica y la presencia de abruptos macizos montañosos en su área de distribución han realzado aún más esta situación permitiendo la emergencia de gran número de formas endémicas, relacionadas a menudo con el aislamiento de las poblaciones implicadas.

La taxonomía de la especie aún no está totalmente aclarada, Ruiz y Ceballos (1979) citan la división de la especie en las siguientes subespecies: salzmannii, localizadas en el sureste de Francia, Península Ibérica y norte de Africa; laricio, localizada en Córcega y en el sur de Italia; nigra, extendida por Alpes orientales, centro de Italia y Península Balcánica; y pallasiana, repartida por Grecia, Turquía y Chipre.

Esta conífera ocupa en España un superficie de 863.000 ha (MMA 1997) (Tabla 1), habiéndose reforestado 358.500 ha entre 1948 y 1980 (Tabla 2).

Tabla 1. Distribución de las principales coníferas en España en miles de ha

Especies

Dominante

Codominante

Total

Pinus pinaster

1058

626

1684

Pinus halepensis

1365

135

1500

Pinus sylvestris

840

370

1210

Pinus nigra

525

338

863

Pinus pinea

223

147

370

Juniperus thurifera

124

83

207

Pinus uncinata

75

0

75

Pinus canariensis

72

0

72

Tabla 2: Superficie reforestada en España por especie entre 1948 y 1980

Especie

Superficie (has)

Superficie (%)

Pinus sylvestris

516.974

15,90

Pinus nigra

358.501

11,00

Pinus pinaster

723.274

22,20

Pinus pinea

239.713

7,40

Pinus halepensis

495.349

15,20

Pinus canariensis

23.413

0,70

Pinus radiata

190.646

5,90

Populus sp.

71.775

2,20

Eucalyptus sp.

347.604

10,70

Otras especies

286.702

8,80

TOTAL

3.253.951

100,00

Las existencias totales de la especie son de 45.068.000 m3 (MMA 1997), cortándose en el año 1996 un total de 319.375 m3 de esta especie (frente a los 7.324.748 m3 de madera de coníferas que se cortó en total).

En el sur de España la especie Pinus nigra ocupa una superficie de 65.600 ha, como masas puras concentradas en las provincias de Jaén y Almería4, siendo destacable el alto porcentaje de las mismas gestionadas por la Administración Autonómica, y el también elevado porcentaje incluido en áreas protegidas.

La importancia de estas formaciones radica entre otras causas, en su participación activa en la dinámica natural de la vegetación, en los aprovechamientos a que han dado lugar desde épocas remotas (madera de alta calidad, pez, resina, líquenes asociados, etc.), y en la riqueza etnográfica generada en las comarcas que ocupa (Alejano y Martínez 1999a).

Son, todas las dadas, razones de peso para considerar los bosques de Pinus nigra una fuente de vida natural, favorecida por la estabilidad de los ecosistemas colonizados por esta especie longeva, y fuente de vida socioeconómica, al ir asociada a comarcas de riqueza forestal tradicional (Sierras de Cazorla y Segura, Serranía de Cuenca, etc.).

Características selvícolas y ecológicas

El Pinus nigra está representado en la Península por la subespecie salzmannii, y dentro de ella Ruiz y Ceballos (1979) distinguen dos formas: pyrenaica, de distribución septentrional, desde Pirineos hasta el Sistema Ibérico; e hispanica de distribución más meridional, objeto de esta memoria.

Centrándonos en la distribución del pino en las Sierras Béticas, la masa más importante se localiza en el núcleo de las Sierras de Segura y adyacentes, con la presencia de otros enclaves relícticos de gran interés (Figura 1). Las rocas predominantes son dolomías, calizas y margas calizas.

Es en las Sierras Béticas donde este pino sufre la mayor aridez del área de la especie y también donde se encuentra a mayores cotas (en las Sierras de la Sagra y Baza hasta los 2.200 m.). Algunas de las masas presentes en la zona se encuentran en el límite estacional de la especie, de manera que si consideramos todas sus poblaciones, son éstas las que se verían más afectadas por un cambio climático que alterase los patrones de estacionalidad y la cuantía de las precipitaciones (Romera et al. 2001).

Es también en este núcleo donde aparecen las poblaciones más longevas de la subespecie dentro de la Península, con tres ejemplares que superan los 1000 años en el Pico del Cabañas (Sierra del Pozo) y muchos que superan los 600-800 años, siendo uno de ellos, con 1063 años en el 2001 el árbol más viejo de todos los conocidos en España (Creus 1998).

Dentro de la selvicultura de Pinus nigra Arn. ssp. salzmannii, uno de los temas que han preocupado a los gestores e investigadores ha sido la regeneración natural, como podemos comprobar en artículos, libros y otros documentos, como proyectos de Ordenación y sus revisiones. Alejano (1997) sin embargo, afirma que no puede considerarse de forma general que exista hoy un problema de regeneración natural en las masas de esta especie que hemos llamado grandes núcleos, no sometidas a grandes perturbaciones, si bien ésta se produce de forma irregular, de acuerdo con el propio medio, y no en la forma y medida deseable, adecuándose a los huecos de la masa, y con una marcada vecería en la fructificación de los pies.

La regeneración natural de este pino se ve favorecida por determinadas condiciones de espesura, suelo o competencia intraespecífica. Los resultados apuntan hacia áreas basimétricas favorables para la regeneración natural entre 20 y 30 m2/ha, siempre menores de 50 m2/ha, fracciones de cabida cubierta entre 40 y 60 %, suelos con porcentajes de arena superiores al 30% y porcentajes de materia orgánica inferiores al 7%. El encespedamiento del suelo con especies como Brachypodium retusum o B.phoenicoides dificultan la presencia de regeneración al actuar como barrera física que impide el contacto de la semilla con el suelo, o como fuertes competidores en caso de que ésta llegue al suelo.

En el mismo estudio se observó que el número de regenerados es significativamente superior en parcelas donde se realizan aprovechamientos de forma ordinaria, frente a parcelas localizadas en Área de Reserva, donde los aprovechamientos son mínimos. Esto puede explicarse por el efecto de "raspado" superficial del suelo que se produce como consecuencia del aprovechamiento, que favorece la instalación del diseminado. La citada longevidad es probablemente una de las claves de supervivencia ante el problema de la regeneración, puesto que dentro de la dilatada dimensión temporal siempre surgirá alguna oportunidad de diseminar con éxito.

Tipología de las masas de la especie

Para abordar la selvicultura de la forma hispanica del Pinus nigra peninsular, diferenciamos dos grandes unidades tipológicas determinadas por el origen de la masa: las masas naturales y las repoblaciones. La primera unidad se puede dividir a su vez en dos, que denominaremos a partir de ahora grandes núcleos y enclaves relícticos, con caracterización estructural y dinámica diferenciada. A continuación se describe brevemente cada una de las unidades consideradas:

Masas naturales: grandes núcleos

Estarán representados muy especialmente por los bosques de las Sierras de Cazorla y Segura, pudiendo incluir, aunque su importancia superficial es menor, algunas otras sierras del Sur.

En estos bosques puede hacerse una diferenciación en función de la altitud y del substrato (figura 2), definiendo Piso Superior de Montaña (por encima de 1600 m), Media Montaña (1200 a 1600 m) y Baja Montaña (por debajo de 1200 m, donde el pino compite en desventaja frente a otras especies), siendo el rango altitudinal de la especie desde los 900 hasta los 2.200 m (Alejano y Martínez 1999b).

Figura 2: Situaciones ecológicas diferenciadoras de la dinámica del Pinus nigra en las Sierras Béticas (adaptado de Alejano y Martínez, 1999b)

Masas naturales: enclaves relícticos

Los enclaves relícticos, además de por su generalmente escaso número de ejemplares y su aislamiento frente a otras poblaciones de la especie, están determinados por características restrictivas de suelo y clima; por contar con ejemplares muy añosos, algunos de ellos "auténticos tesoros vivientes como depositarios de una preciosa información histórica" (Creus 1998); por ser masas con la regeneración comprometida; por soportar cargas ganaderas excesivas; y, en algunos, por haber sufrido incendios reiterados. Se trata de factores que pueden poner en peligro la perpetuación de las masas. Adecuándose a esta descripción podemos citar los enclaves que aparecen en la figura 1. Estos enclaves relícticos son un testimonio más que confirma la hipótesis que considera al Pinus nigra como una especie en recesión, que va quedando relegada a los peores enclaves estacionales donde otras especies no pueden competir.

Repoblaciones

Las repoblaciones de Pinus nigra en las Sierras Béticas se realizaron en su mayor parte en el marco del Plan Nacional de Reforestación y en general en el periodo de 1940-1984, con un máximo en los años 60 y 70. La subespecie utilizada en estas repoblaciones ha sido en algunos casos el Pinus nigra ssp. nigra, y en el resto Pinus nigra ssp. salzmannii. Son muy abundantes las repoblaciones en Sierra Nevada, Sierra de Baza, Sierra de los Filabres, etc., sierras todas ellas en las que hoy se conservan relictos naturales de la especie de gran interés, y que en algunos de los casos condicionaron su uso en repoblación.

Estas repoblaciones llegan a ocupar grandes superficies de la misma o distintas especies en función de la altitud y exposición (es frecuente la sucesión altitudinal Pinus halepensis, Pinus pinaster y Pinus nigra o Pinus sylvestris en las zonas más altas), dando lugar a un mosaico de masas coetáneas que ocupan de forma continua grandes extensiones.

Selvicultura de la especie

Para hablar de los tratamientos de regeneración en masas de Pinus nigra ssp. salzmannii, partimos de las unidades tipológicas descritas anteriormente. En todos los casos, debe ser el objetivo que se pretende conseguir el que, en primer lugar, determine la selvicultura a aplicar.

Forma principal de masa

Las repoblaciones son masas coetáneas o regulares. En las masas naturales la forma principal está muy determinada por los tratamientos a que se han sometido, que han podido condicionar la tendencia natural de la especie. Así, aparecen masas regulares, pero son más frecuentes las semirregulares y, probablemente favorecidas por los tratamientos de huroneo, las masas irregulares con primer grado de irregularidad o por bosquetes (ver figura 3). Es rara la presencia de masas irregulares pie a pie, lo que concuerda con el temperamento de media luz/ media sombra que generalmente se asocia a la variedad hispanica.

Figura 3 . Densidad de Pinus nigra (pies/ha) por clases diamétricas en la sección 3ª , cuartel A del Monte Navahondona,T.M. Cazorla (Jaén) (elaborado a partir de datos de TRAGSATEC 1996)

Tratamientos de regeneración en grandes núcleos (masas naturales)

En este tipo de masas el objetivo principal de la Selvicultura puede ser la conservación, protección o producción , objetivos compatibles entre sí y con otros usos como el cinegético, el ganadero, recreativo, científico, etc..

A lo largo de su historia selvícola (desde finales del siglo XIX cuando ya se ordenan algunos montes en las Sierras de Cazorla y Segura), estas masas se han gestionado principalmente como masas regulares, y en menor grado como irregulares. Los primeros tratamientos a principios de siglo fueron para masas regulares, mediante aclareo sucesivo uniforme, con turnos de 100 a 120 años según estaciones y periodos de regeneración de 20 años. Con menos frecuencia se establecían turnos más largos y rara vez (casi siempre particulares) se aprovechaba a turnos de 80 años para dedicarlo a la resinación (García 1964). Estos tratamientos no dieron en algunos casos los resultados esperados, especialmente en lo referente a la consecución de la regeneración natural, por lo que, ante la llegada de las nuevas Instrucciones de Ordenación de 1930 que aceptaban la entresaca como corta de regeneración, se adoptó como opción en algunos montes. En la tabla 3 se presenta un resumen de los métodos de ordenación y cortas de regeneración utilizadas en el monte Navahondona en su Proyecto de Ordenación y posteriores revisiones, ilustrativo de la evolución seguida por algunos montes.

Tabla 3. Métodos de Ordenación y cortas de regeneración en el Proyecto de Ordenación y revisiones del Monte Navahondona (T.M. Cazorla, Jaén)

REVISIÓN

APROBACIÓN VIGENCIA

MÉTODO ORDENACIÓN

CORTAS DE REGENERACIÓN

TURNO

ORDENACIÓN

1895
1895-1905

TRAMOS PERMANENTES

CONTINUAS

120

1920
1920-1944

TRAMOS PERMANENTES

ACLAREO SUCESIVO

120

1944
1944-1958

ENTRESACA

ENTRESACA REGULARIZADA

150

1959
1959-1967

ENTRESACA

ENTRESACA REGULARIZADA

150

1967
1968-1978

ENTRESACA

ENTRESACA REGULARIZADA

150

1979
1979-1987

MÉTODO DE CONTROL

ENTRESACA REGULARIZADA

150

1996
1996-2005

TRAMO MÓVIL

ACLAREO SUCESIVO POR BOSQUETES

 

En la actualidad la mayor parte de las masas de la forma hispanica se gestionan como masas regulares o semirregulares, siendo el tratamiento de regeneración utilizado el aclareo sucesivo uniforme o por bosquetes. Esta última modalidad es especialmente recomendable en zonas protegidas, buscando una mayor protección e integración de las cortas en el paisaje. La gestión de masas semirregulares es interesante porque es más flexible de cara a la regeneración, que en algunos casos puede resultar conflictiva, y porque la generalmente accidentada fisiografía y la heterogeneidad de los montes desaconsejan llegar a una masa regular.

Los turnos para los casos anteriores oscilarán entre 100 y 150 años, dado el uso que tradicionalmente se ha dado a la madera, si bien podrían reducirse considerando un turno tecnológico (para postes y rollizos), como ocurre con las masas de Pinus nigra en otras comarcas peninsulares. El turno de máxima renta en especie se ha establecido en 120 años para las sierras Béticas y en la mayor parte de las estaciones españolas. En los montes de las Sierras de Cazorla y Segura, durante bastante tiempo se alargó el turno (o edad de madurez) hasta 150 años por razones tecnológicas, criterio apoyado actualmente con el objetivo de favorecer la calidad de los productos finales (Gómez 1996) y de mejorar la calidad de los hábitats (Martín 2002).

Es interesante en las cortas de regeneración dejar abierta a criterio del gestor la posibilidad de mantener en el monte algunos pies de edades superiores a la edad de madurez con el objetivo de proteger el suelo, mejora paisajística, diversidad estructural de la masa, etc.. La reserva de pies es más interesante si cabe en la especie que nos ocupa dada su elevada longevidad que, aunque de forma media se cifra en 500 ó 600 años, puede ser muy superior. Por ello los pies pueden permanecer en el monte como individuos vitales durante un tiempo muy superior a su turno.

Los periodos de regeneración para la especie, en caso de tratarse como masa regular o semirregular, oscilarán entre 20 y 30 años, variando en función del método de Ordenación que se aplique y las condiciones de la estación.

La heterogeneidad manifiesta en los procesos de regeneración obliga a que la aplicación de las cortas sea cuidadosa. La selvicultura debe adecuarse a los distintos enclaves del monte, poniendo especial interés en las zonas más limitantes como solanas encespedadas, fuertes pendientes, etc.. Para el caso de alta montaña (donde la especie se comporta como heliófila) o enclaves limitantes de otras altitudes (roquedos, litosuelos...) las prácticas selvícolas se orientarán a la protección del suelo y conservación de las poblaciones, englobando estas zonas en cuarteles de protección.

Se considera viable también la aplicación de una selvicultura de masas irregulares, no pie a pie, sino buscando llegar a una masa irregular con primer grado de irregularidad o a una masa irregular por bosquetes, por lo que los tratamientos serían de entresaca por bosquetes o aclareos sucesivos por bosquetes o rodales, procedentes de la aplicación de un tramo móvil alargado. En zonas de especial protección, como las ya mencionadas en este apartado puede aplicarse una entresaca por huroneo, con criterios positivos de selección de pies.

Tratamientos de regeneración en enclaves relícticos dentro del bloque de masas naturales

En los enclaves relícticos, por la estructura de las masas, su espesura incompleta, su topografía, los suelos rocosos y someros, su baja productividad, etc., el objetivo de la selvicultura debe ser la protección del suelo y conservación de la masa. Se contemplará la realización de cortas de policía para eliminar pies secos o afectados por plagas, enfermedades o incendios (que en ocasiones han afectado a enclaves cuya persistencia ya peligraba, como los de las Sierras de Huétor y Quéntar o el de la Sierra de Almijara), aplicando un turno físico. Se debe tender a favorecer la regeneración natural existente con medidas como el acotado al pastoreo, control de cargas pastantes, eliminación de la competencia en los casos que se considere influencia negativa, etc.. También puede darse un apoyo mediante regeneración artificial, controlando la procedencia de la planta o semilla para preservar los recursos genéticos ya en algunos casos comprometidos, y asegurar el éxito de la instalación de las nuevas plantas.

En las masas relícticas tiene gran interés la puesta en práctica de una cuidadosa selvicultura preventiva de incendios que incida en el control del combustible y adecue las masas adyacentes en espesura y estructura, dada la dramática incidencia de este factor en algunos enclaves.

Tratamientos de regeneración en repoblaciones

En las grandes repoblaciones artificiales realizadas con Pinus nigra con fines principalmente protectores, los tratamientos selvícolas a aplicar no difieren en exceso de los que marca la selvicultura general para estas masas; se debe buscar un equilibrio de clases de edad que asegure la estabilidad de la función protectora, lo que se logrará adelantando y atrasando, respecto del momento óptimo de corta, la puesta en regeneración de importantes fracciones de la masa (Madrigal 1994; Solís y Cabrera 1998).

La ventaja de Pinus nigra frente a otras especies es que su turno físico "cuasi-eterno" permite distribuir las cortas de regeneración a lo largo de dilatados periodos de tiempo, con lo que la función protectora quedará garantizada, siempre que se mantenga un buen estado de las masas a través de los adecuados tratamientos de clara.

Referencias

Alejano R., 1997. La regeneración natural de Pinus nigra Arn. ssp salzmannii en las Sierras Béticas. Tesis Doctoral. Universidad Politécnica, Madrid

Alejano R. y E. Martínez, 1999a. Los pinares de las Sierras de Cazorla- Segura. En: 150 años de aportaciones de los Ingenieros de Montes., ed. Fundación Conde del Valle de Salazar, Madrid, p. 33-45

Alejano R. y E. Martínez, 1999b. Síntesis de situaciones ecológicas diferenciadoras del temperamento de Pinus nigra Arn. ssp. salzmannii en el núcleo de Sierras de Cazorla y Segura. Madrid, Revista Montes 58: 17-24

Arbez M. y C. Millier, 1971. Contribution a l'étude de la variabilité geographique de Pinus nigra Arn.. Etude comparative de quelques caractères morphologiques des aiguilles au stade juvenil. Consequences pour le systematique de l'espèce et les test varietaux. Annales des Sciences Forestières 28, nº 1, 23-49

Creus, J., 1998. A propósito de los árboles más viejos de la España Peninsular: los Pinus nigra Arnold. ssp. salzmannii (Dunal) Franco de Puertollano-Cabañas, Sierra de Cazorla, Jaén. Madrid, Revista Montes nº 54: 68-75

García E., 1964. El periodo de reproducción en las ordenaciones de las masas de pino laricio. Madrid, Revista Montes nº 115.

Gómez J.A., 1996. Pinus nigra Arn. en el Sistema Ibérico: Tablas de crecimiento y producción. Monografía INIA nº 93. Madrid, 106 p.

Madrigal A., 1998. Problemática de la Ordenación de masas artificiales en España. En: Cuadernos de la S.E.C.F., Madrid, nº 6: 13-21

Martín, J., 2002. Ordenación de pinares de Pinus nigra con objetivo de conservación. IV Reunión del Grupo de Ordenación de la SECF. Cuenca. Sin publicar

MMA, 1997. II Inventario Forestal Nacional 1986-95. Andalucía (varios volúmenes). Ministerio de Medio Ambiente. Madrid

Romera E., A. Fernández, J.M. Grau. y R. Bautista, 2001. Límites y clasificación fitoclimática de Pinus nigra Arnold. Madrid. En: Cuadernos de la Sociedad Española de Ciencias Forestales nº 12: 99-108

Ruiz, J. y L. Ceballos, 1979. Árboles y arbustos de la España peninsular. E.T.S.I.Montes. Madrid. 512 p.

Solís A., 2000. Planteamientos sobre la regeneración de pinares de repoblación que alcanzan la edad del turno. Reunión sobre Regeneración Natural. Grupo de trabajo de Selvicultura de la S.E.C.F. Lugo. Sin publicar

Tragsatec, 1996. Proyecto de ordenación del Monte de Navahondona, T.M. de Cazorla. Documento interno. Junta de Andalucía


1 Departamento de Ciencias Agroforestales, Escuela Politécnica Superior La Rábida. Universidad de Huelva. 21819 Palos de la Frontera, Huelva. Teléfono (34) 959 017 503. e-mail: [email protected]

2 Delegación de Medio Ambiente de Huelva, Junta de Andalucía. C/ Sanlúcar de Barrameda nº3. 21071 Huelva. Teléfono (34) 959 011 500

3 Departamento de Ciencias Agroforestales, Escuela Politécnica Superior La Rábida. Universidad de Huelva. 21819 Palos de la Frontera, Huelva. Teléfono (34) 959 017 517. e-mail: [email protected]

4 También existen masas de Pinus nigra en la provincia de Granada (que en el II Inventario Forestal Nacional aparecen como repoblaciones, Pinus nigra y Pinus sylvestris o Pinus con Quercus ilex ) sumando un total de 49.500 ha; en la provincia de Málaga, enclaves relícticos que no están recogidas en el Inventario. Además de las hectáreas de masas puras citadas en el texto, en la provincia de Jaén hay 63.894 ha de mezcla de pinos.