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La conservación y protección de los granos almacenados constituye una necesidad alimenticia social y económica. Desde que los seres humanos empezaron a acumular reservas de una manera organizada, particularmente las de tipo alimenticio, trataron de buscar los mejores medios para asegurar su subsistencia.
Actualmente, el almacenaje se ha convertido en una práctica de elevado contenido técnico, gracias a la acumulación de experiencias a lo largo de miles de años. Asociar el almacenaje con la política actual de implantar reservas reguladoras debe llevar a conservar científicamente los granos, y a solucionar múltiples factores físicos, químicos y biológicos que se encuentran íntimamente conectados con esta compleja actividad. La cosecha en la época adecuada, la limpieza, el secado, los almacenes adecuados en cuanto a ubicación, orientación y proyecto, los silos con sistemas de aireación, y la calidad del producto durante el período del almacenaje, determinan su conservación.
Los granos almacenados se consideran como una masa porosa, constituida por los mismos granos y el aire intersticial. Constituyen un material biológico vivo, que usa el oxígeno del aire de los intersticios y deja libre el gas carbónico. Por ello, tienden a deteriorarse por un proceso natural. Bajo condiciones ambientales favorables a la actividad metabólica, el fenómeno de la respiración se transforma en el principal agente responsable del deterioro. Este deterioro puede evaluarse, en muchos casos, a través de la pérdida del vigor de las semillas, desarrollo de hongos, pérdida de capacidad de panificación, incremento de la acidez, endurecimiento, etc.
El almacenaje, que se considera una etapa final del proceso de producción, puede verse afectado por los siguientes factores.
Por lo tanto se hace necesario que durante el período almacenaje, la conservación y la protección de los granos almacenados se realice de una manera segura, eficiente,
técnicamente viable y económicamente factible. Dentro del contexto de la conservación y protección de los granos almacenados se tratarán aquí los métodos para un control eficiente de los insectos, roedores y hongos.
Los insectos que atacan los granos almacenados tienen características propias que los distinguen de los que se encuentran en la mayor parte de los cultivos. Son pequeños, prefieren los sitios oscuros, son capaces de esconderse en grietas muy reducidas y se caracterizan por su elevada capacidad de reproducción, lo que permite que pocos insectos formen una población considerable en muy poco tiempo. Por esta razón, una pequeña infestación inicial pueda dañar dentro de pocos meses una gran cantidad de granos almacenados.
Los insectos que atacan los granos almacenados se dividen en primarios y secundarios, según su tipo de alimentación. Los insectos primarios tienen la capacidad de atacar los granos enteros y sanos. Algunos insectos que pertenecen a este grupo pasan sus etapas inmaduras en el interior del grano y sólo los adultos pueden ser observados en la superficie. Otro grupo de insectos primarios vive y se desarrolla afuera de los granos y se alimenta del embrión o germen (figura 1). Los insectos secundarios son los que no consiguen atacar los granos enteros. Se alimentan de los granos quebrados, partículas de granos y polvos que quedan después del ataque de los insectos primarios (figura 2). Algunos de los insectos de este grupo se alimentan también de los hongos que se desarrollan en los granos húmedos.
Concepto. Los insectos son animales artrópodos, cuyo cuerpo está cubierto de un tegumento denominado exoesqueleto y está dividido en tres partes distintas: cabeza, tórax y abdomen. En la cabeza están los órganos de los sentidos y el aparato bucal, mientras que el tórax contiene los tres pares de patas y las alas; en el abdomen están los órganos digestivos y respiratorios. Los insectos respiran a través de traqueas que son pequeños tubos membranosos y ramificados que se comunican con el exterior por medio de orificios llamados estigmas.
Figura 1. Adulto del gorgojo de los graneros, Sitophilus granarius (L.)
Figura 2. Larva y adulto del gorgojo de la harina, Tribolium confusum J. du Val.
Ciclo de vida. Los insectos que atacan los granos almacenados pertenecen al orden Coleoptero (pequeños escarabajos llamados "gorgojos") y al orden Lepidoptero (pequeñas mariposas, palomillas o polillas). Se desarrollan a través de la metamorfosis (cambio de forma) que puede ser gradual o incompleta y completa.
La mayor parte de los insectos de los granos almacenados se desarrollan a través de la metamorfosis completa. Ponen el huevo dentro o sobre la superficie del grano, que pueden ser de varias formas y tamaños. Después del período de incubación, que varía de una especie a otra dan origen a las formas inmaduras o larvas (figura 3).
Figura 3. Huevos depositados sobre la superficie del grano.
La larva, que representa la etapa comprendida entre la eclosión del huevo y la de pupa, presenta dos características bien definidas: alimentación y crecimiento. Durante el crecimiento consume una cantidad de alimento varias voces mayor que su propio peso (figura 4).
Figura 4. Larva del gorgojo del arroz, Sitophilus orizae (L.).
En la etapa de pupa, el insecto sufre cambios profundos, internos y externos. Es un período de reposo aparente, a lo largo del cual adquiere las características de adulto (figura 5). La etapa de insecto adulto, escarabajo o mariposa, tiene como principal función la reproducción y diseminación de la especie (figura 6).
Figura 6. Adulto del gorgojo de los granos.
Características. Los insectos de los granos almacenados presentan características apropiadas para el ambiente en donde se desarrollan y viven. Son pequeños, se movilizan en los espacios intersticiales de la masa de granos y están adaptados para vivir en un ambiente oscuro.
Los escarabajos o "gorgojos" son resistentes y de tamaño pequeño, lo que les permite movilizarse en los reducidos espacios que existen entre los granos, así como en las grandes profundidades de los silos, donde los granos se encuentran sometidos a grandes presiones. Las palomillas o polillas son frágiles y, por lo general, permanecen sobre la superficie de la masa de granos debido a su incapacidad de penetrar en ella, por lo que causan menores daños que los gorgojos o escarabajos. Todos los insectos que atacan los granos almacenados se caracterizan por su alta capacidad de proliferación.
1) Gorgojo de los cereales (Sitophilus spp.)
Existen tres especies que son plagas importantes de los cereales almacenados; el gorgojo de los graneros o del trigo, Sitophilus granarius (L.), el gorgojo del maíz, Sitophilus zeumais Motschulsky, y el gorgojo del arroz, Sitophilus orizae (L.). Las especies Sitophilus orizae y Sitophilus zeumais son prácticamente idénticas. Aunque las dos especies pueden encontrarse a menudo atacando el mismo producto, se ha observado que S. zeamais es el principal responsable por las infestaciones que preceden a la cosecha, debido a la mayor tendencia de la especie a volar. Ponen los huevos dentro del grano y la larva, que no tiene patas, hace un túnel y se alimenta en el interior del grano. Desde que la hembra pone los huevos hasta la salida del adulto se requieren de 30 a 40 días, bajo condiciones climáticas favorables. Cada hembra puede poner aproximadamente 300 huevos (figura 7).
Figura 7. Larva y adulto del gorgojo de los cereales, Sitophilus spp.
2) Pequeño barrenador o taladrilla de los granos (Rhyzopertha dominica F.)
En general ataca a la mayoría de los granos. El adulto mide alrededor de 3 mm de largo y su tamaño puede variar según el ambiente en el que se desarrolla. Cada hembra puede poner de 400 a 500 huevos en la parte posterior del grano. Desde el momento en que ponen los huevos hasta la salida del adulto son necesarios 30 días para su desarrollo bajo condiciones climáticas favorables (figura 8).
Figura 8. Larva y adulto del pequeño barrenador de los cereales, (Rhyzopertha dominica F.)
3) Polilla o palomilla de los cereales (Sitotroga cerealella)
Es una pequeña mariposa de coloración amarilla pajiza, que se reconoce fácilmente por estar siempre volando en el almacén o andando rápidamente por sobre los granos o los sacos. Bajo condiciones ideales necesita 35 días para complementar su ciclo evolutivo. El promedio de huevos que pone la hembra, a los dos o tres días luego de que sale del grano, es cercano a 80. Los adultos no se alimentan y no viven más que unos cuatro días (figura 9).
Figura 9. Polilla de los cereales (Sitotroga cerealella)
4) Gorgojo de la harina (Tribolium confusum, Tribolium castaneum)
Como estos insectos adultos o sus larvas no tienen mandíbulas muy resistentes, no son capaces de atacar granos enteros y sanos; atacan harinas y granos quebrados o dañados por otros insectos. Son pues, insectos secundarios. El adulto mide de 3 a 4 mm de ancho y posee el cuerpo muy ancho y ligeramente plano. El Tribolium castanaeum es un poco menor que el Tribolium confusum. La hembra pone de 300 a 500 huevos en el exterior de los granos. El desarrollo, desde el huevo hasta el adulto, necesita 30 a 35 días en condiciones favorables (figura 10).
Figura 10. Gorgojo de la harina (Tribolium confusum, Tribolium castaneum)
5) Gorgojo del frijol (Acanthoscelides obtectus)
Posee el cuerpo compacto, de 3 a 4 mm de largo, y es similar a las demás especies de bruquidos. Inicia su ataque en el campo. Las hembras ponen los huevos en el interior de las vainas y después del nacimiento las larvas se introducen en los granos. Cada hembra puede poner unos 100 huevos. El período de desarrollo del insecto es de 23 a 27 días bajo temperaturas óptimas. Los adultos viven poco tiempo, alrededor de 20 días. Varios insectos pueden desarrollarse dentro de una misma semilla. La infestación se reconoce porque los granos de frijol presentan minúsculos orificios de entrada del insecto. Además del Acanthoscelides obtectus, el Zabrotes subfasciatus es también responsable por grandes daños al frijol almacenado (figura 11).
6) Polilla o palomilla de las harinas (Plodia interpunctella)
Ataca los cereales, sobre todo al trigo, maíz y arroz. Es una pequeña mariposa de color gris oscuro, con un tercio de base clara, blanco grisáceo. Cada hembra pone un promedio de 170 huevos, a los tres o cuatro días de nacer. Los adultos viven alrededor de 10 días. El período para su desarrollo es de unos 30 días en condiciones favorables. Durante el día tiende a evitar la luz, permaneciendo quieta, y es de noche cuando presenta mayor capacidad de vuelo (figura 12).
Figura 11. Gorgojo del frijol (Acanthoscelides obtectus)
Figura 12. Polilla o palomilla de las harinas (Plodia interpunctella)
7) Polilla o palomilla del cacao (Ephestia cautella)
Aparte del cacao, ataca cereales, granos oleaginosos, raíces y tubérculos secos. Es una pequeña mariposa, de color gris. Cada hembra pone alrededor de 200 huevos, a los tres a cuatro días de nacer. Los adultos viven más o menos cuatro días. El desarrollo desde el huevo al adulto es de 20 a 30 días en condiciones favorables. Estas polillas son activas, sobre todo al amanecer y durante toda la noche (figura 13).
Figura 13. Polilla o palomilla del cacao (Ephestia cautella)
Los daños y perjuicios provocados por los insectos de los granos almacenados pueden ser similares a los causados a los cultivos. Se estima que del cinco a 10 por ciento de la producción mundial se pierde a causa de los insectos, lo que equivale a la cantidad de granos necesaria para alimentar a 130 millones de personas anualmente. Estos valores no consideran otros daños, como son el calentamiento de la masa de granos, la diseminación de hongos, los costos de las medidas de control, etc. Se pueden mencionar algunos tipos de daños, tales como: el daño directo, el daño indirecto y daño ocasionado por los tratamientos químicos.
El daño directo sucede cuando los insectos consumen el grano, alimentándose del embrión o endospermo, lo que causa pérdida de peso, reducción de la germinación y menos cantidad de nutrientes. Por consiguiente, su cotización en el mercado disminuye. Otro daño directo es la contaminación por las deposiciones, las telas formadas por las polillas y los cuerpos de los insectos o parte de los mismos. Existe también el daño que ocasionan en las estructuras de madera, en instalaciones y en los equipos, los que ofrecen escondrijo para otros insectos y establecen así focos de infestaciones (figura 14).
Figura 14. Daño directo causado por los insectos.
Los daños indirectos son el calentamiento y la migración de la humedad, la distribución de parásitos a los seres humanos y a los animales, y el rechazo del producto por parte de los compradores. Los granos pueden calentarse como resultado directo de un ataque de insectos. A este fenómeno se le denomina bolsa de calor, debido a que los granos poseen una baja conductividad térmica y las pequeñas cantidades de calor generadas por los insectos no se disipan. La alta temperatura estimula a los insectos a una mayor actividad, lo que resulta en la formación de nuevos focos, hasta que toda la masa de granos se encuentra infestada y caliente (figura 15).
Entre los daños causados por el tratamiento químico contra los insectos, los más importantes son los costos de los insecticidas, los equipos utilizados en el tratamiento fitosanitario y los residuos tóxicos, que afectan al trabajador y al consumidor (figura 16).
Figura 15. Daños indirectos causados por los insectos.
Figura 16. Tratamiento químico contra los insectos, que puede ocasionar daños al producto
Las medidas de sanidad pretenden eliminar los insectos o, por lo menos, reducir su multiplicación. Los controles preventivos sirven para complementar otros métodos de control. Para administrar un control integrado, preventivo y curativo, es muy importante que se haga a menudo una inspección del almacén y del producto.
Inspección
La inspección es el paso más importante del control preventivo y tiene como objetivo encontrar las probables fuentes de infestación y contaminación. Debe inspeccionarse el grano cuando se lo recibe y con cierta regularidad durante el período de almacenamiento. Los factores a observar durante la inspección son: la humedad, la temperatura, el índice de infestación, los hongos, las materias extrañas, las impurezas y la contaminación por roedores y pájaros.
Preparación y limpieza de la unidad almacenadora
Antes de ocupar nuevamente una unidad de almacenaje se debe limpiar cuidadosamente la parte interna y externa del almacén. En el área alrededor de las instalaciones se debe observar si hay acumulación de granos, depósitos de sacos, hierba alta, aberturas por donde podrían entrar los pájaros y roedores, goteras en el techo y filtraciones en las paredes laterales. Se debe también desinfectar toda el área alrededor de la unidad almacenadora en el período entre cosechas (figura 17).
Figura 17. Preparación y limpieza de la unidad almacenadora.
Se deben tomar medidas para que el almacén se conserve siempre limpio, no solamente las paredes y pisos, sino también todos los equipos que allí estén. En el período entre cosechas, la parte interna del almacén y los equipos deben ser desinfectados con insecticidas de buena capacidad residual. Tales medidas contribuirán a que el nuevo lote de granos no se infeste durante su almacenaje (figura 18).
Figura 18. Medidas para que el almacén y los equipos se conserven limpios.
Otra medida de control preventivo se refiere al uso de envolturas resistentes a la penetración de insectos. Esta resistencia dependerá del material usado, de su espesor y del sistema de cierre o costura de tales envolturas. Entre los materiales más resistentes están las películas policarbonadas, el poliester, las hojas de aluminio, las películas de polietileno, el papel celofán y el papel kraft.