Esta segunda edición de El eucalipto en la repoblación forestal se refiere a un área total plantada de casi 4 millones de ha. El costo para establecer 1 ha de plantación hasta el tercer año, estimado por parte de los principales países plantadores, es de 300 a 600 dólares EE.UU., sin incluir el valor de la tierra. Incluyendo este último, la inversión total para la primera rotación debe aproximarse a los 2 000 millones de dólares, suma muy considerable.
La mayor parte de las inversiones en plantaciones de eucalipto se han hecho para forestería productiva. Las plantaciones ornamentales o paisajísticas y las protectoras, como las cortinas rompevientos, si bien importantes, representan una pequeña parte del gasto total.
Una plantación destinada a la producción exige una buena provisión de plántulas de especies apropiadas, una adecuada preparación del terreno, correctos métodos de plantación, un deshierbe eficaz y valiosos elementos nutritivos del suelo. Los árboles plantados deben tener la capacidad de adquirir un rápido dominio del sitio y ser lo más uniformes posible en toda la superficie de calidad de sitio similar. El objetivo deberá ser el de obtener alturas y diámetros uniformes en el cultivo, durante la fase de plántulas. Habrá siempre alguna variación, pero, si se puede mantener ésta al mínimo, el producto final será de mejor calidad, más fácil su cosecha y su mercadeo se efectuará con la máxima eficiencia después de la elaboración, lo que hará posible el mayor beneficio para el propietario forestal.
La mayoría de las plantaciones de eucaliptos serán cortadas por tallar y cosechadas repetidamente a intervalos de 4 a 10 años. El tallar puede ser repetido 3 ó 4 veces. La uniformidad en la fase de plántulas de los cultivos destinados a tallares es particularmente importante, puesto que la irregularidad en esta fase tiende a exagerarse progresivamente en la primera y subsiguientes talas por tallar.
Las cosechas de eucaliptos por tallar producen grandes volúmenes de madera de pequeñas dimensiones que, por lo general, no tiene en sí un gran valor por unidad de volumen. Se obtienen notables valores agregados si la madera de pequeñas dimensiones puede transformarse en papel o en otros productos reconstituidos. Si se emplea la madera de pequeñas dimensiones para leña doméstica o industrial, su valor puede ser elevado para la comunidad, pero difícil de cuantificar.
Los eucaliptos pueden ordenarse también para rotaciones más largas, con raleos periódicos. Siempre que existan mercados locales, la madera obtenida de los raleos puede venderse para destinarla a pasta, postes o tableros de partículas, mientras que la corta final se destinará a aserrado, contrachapado o chapas.
El método más económico de recolección de semilla es hacerla después de los apeos en los bosques de producción. Se comprobará que la mayor cantidad de semilla dentro de una determinada área (por lo menos el 85%) se concentrará sobre los árboles dominantes y codominantes. Si se cosecha de los árboles dominantes, habrá automáticamente una cierta selección por vigor (pero no por forma), sin aumentar el costo de la recolección.
Cuando se cosecha la semilla después de las talas, las inflorescencias (umbelas o panículos) deben sacarse a mano de las ramas y ponerse lo más pronto posible en una bolsa resistente de tejido tupido. En climas cálidos, las semillas y la paráfisis («chaff») pueden desprenderse de los frutos maduros en menos de una hora.
Las bolsas con las cápsulas deberán vaciarse después sobre una superficie plana limpia, o sobre una lona, en ambiente cálido y seco, y sacudirlas regularmente para que caigan las semillas y paráfisis. Al cabo de pocos días, pueden tamizarse las cápsulas de las semillas y paráfisis, almacenándolas hasta la siembra en el vivero.
En los bosques naturales australianos de eucaliptos, la cosecha de semillas se hace a menudo colgando ramas bastante grandes sobre cuerdas o cables tendidos entre dos árboles, y recogiendo la semilla a medida que cae sobre una lona puesta debajo de las ramas. Este método puede quedar afectado por las incertidumbres del clima. Otros cosecheros pueden cortar ramas más pequeñas portadoras de semillas y llevarlas a una instalación protegida de extracción de semilla.
El método de cosecha empleado puede depender mucho de los jornales pagados a los obreros que recojan solamente inflorescencias una por una. Este tipo de cosecha, en el caso de ser factible, es el mejor método, empaquetando las inflorescencias rápidamente en sacos de trama tupida y fuerte.
La cosecha de semilla de árboles en pie, de fenotipo superior, con objeto de preservarlos para futuras cosechas, es cada vez más frecuente. Los métodos posibles incluyen trepar por el árbol, disparar, emplear aparatos vibradores del árbol, plataformas extensibles y podadoras, cuerdas y sierras flexibles accionadas desde el suelo (Turnbull, 1977).
Por lo común, la semilla de eucalipto se almacena y se vende con la paráfisis, que está formada por óvulos no fertilizados. Hay muchos más óvulos no fertilizados que semillas fértiles; incluso su peso es generalmente muy superior al de la semilla fértil. Los compradores de semillas comerciales no deben perder de vista este hecho, y deben solicitar de los proveedores que indiquen el peso unitario (en gramos o kilogramos) de la semilla con paráfisis, que producirá una determinada cantidad de semillas viables.
En el curso de muchos años, se ha convertido en costumbre comprar y vender semilla de eucaliptos sobre la base de un peso de semilla con paráfisis. En los últimos años se ha establecido también una costumbre muy sensata de enviar internacionalmente la semilla por vía aérea. Puede adoptarse un sistema de aventamiento que permita eliminar gran parte de la paráfisis (y, como consecuencia, peso) de la semilla en la mayoría de las especies de eucalipto a un costo sin duda menor que enviando las paráfisis por vía aérea. Vale la pena examinar las ventajas y los inconvenientes de modificar el sistema tradicional de ventas. Por supuesto, deberá averiguarse si la separación de la paráfisis tiene efectos perjudiciales sobre la semilla fértil. Las plantaciones productivas de eucalipto en el mundo han llegado a tal nivel de actividad empresarial que será razonable hacer un examen crítico de las prácticas tradicionales.
La semilla de la mayor parte de los eucaliptos no es difícil de conservar. La mayoría puede conservarse durante varios años si inicialmente se ha secado al aire y se ha conservado luego en la oscuridad en envases herméticos, a una temperatura de 1–4°C. Puede mantenerse una aceptable capacidad germinativa de la semilla durante 1 a 2 años en envases no herméticos a la temperatura ambiente.
La semilla de eucalipto es un alimento apetecido por las ratas, ardillas y diversos insectos. Se aconseja desinfectar los recipientes mediante un producto químico, como pastillas de paradiclorobenceno o de fostoxina.
La semilla vendida internacionalmente puede exigir un certificado fitosanitario extendido por la autoridad competente, que atestigüe que ha sido sometida a tratamientos contra plagas y agentes patógenos.
La mayoría de las semillas de eucalipto germina satisfactoriamente a la temperatura óptima, siempre que sean viables y maduras (Turnbull, 1977). Unas cuantas especies, particularmente las montanas, como E. delegatensis, E. dalrympleana y E. pauciflora, presentan latencia y requieren tratamientos previos. La latencia se acentúa si la semilla ha sido humedecida y secada de nuevo, y también si ha sido expuesta a elevadas temperaturas y a demasiada luz.
La latencia en estas especies, por lo común, puede ser suspendida almacenando la semilla en ambiente oscuro y húmedo durante 4 semanas a temperaturas de 1–4°C, después de lo cual debería germinar en el curso de pocos días. Una vez tratada la semilla para suspender la latencia, debería sembrarse inmediatamente, puesto que, de lo contrario, su capacidad germinativa se vería reducida drásticamente.
La semilla de eucalipto puede ser espolvoreada con polvos insecticidas y fungicidas antes de la siembra, pero la protección contra las plagas es mejor si se hace en bandejas de siembra o almácigas. Es costumbre común en la India aplicar 100 g de polvo de aldrex al 5% por metro cúbico de tierra en la almáciga o recipientes.
Las semillas de eucalipto están clasificadas entre las semillas arbóreas pequeñas a muy pequeñas. Tienen pocas reservas nutritivas de las que depender durante las fases críticas iniciales posteriores a la germinación. Por este motivo, raramente se siembran a voleo en la repoblación intensiva, si bien en los bosques nativos de eucaliptos de Australia se pueden sembrar, lanzadas desde aviones o helicópteros, semillas encapsuladas para complementar la regeneración natural. Para las plantaciones de producción, las plántulas se crían mejor en viveros bien protegidos y organizados.
En los viveros, los eucaliptos pueden sembrarse en bandejas y las plantitas apenas germinadas repicarse en recipientes, en los cuales se llevarán al terreno, pero pueden ser sembradas directamente en los recipientes (p.ej., tiestos de barro, tubos de polietileno, envases de turba, etc.), o, en fin, pueden sembrarse en hileras en almácigas cuidadosamente preparadas y luego sometidas a podas de raíces antes de plantarlas a raíz desnuda. Indudablemente, el método más común es el de criar las plantas en recipientes individuales, de formas diversas.
Las grandes inversiones hechas en plantaciones de eucaliptos en las últimas dos décadas han estimulado la investigación y el intercambio de información sobre prácticas de vivero en muchos países, existiendo ahora una notable uniformidad en la práctica. La mayoría de los países usan recipientes de polietileno rellenados con tierra. En algunos países se están popularizando diversos tipos de macetas de turba, que se fabrican con una mezcla de pasta de madera con musgo-turba, y tienen la ventaja de que las raíces pasan a través de las paredes de los recipientes sin provocar ninguna torcedura de las raíces.
Los recipientes de polietileno difieren en tipo y tamaño. La mayor diferencia está entre el «tubo» o «manga», que son cilíndricos cuando están rellenados de tierra y con ambas extremidades abiertas, y los tiestos o «bolsas», cerrados en la base. El material de plástico para los tubos se suministra en rollos y el usuario puede cortarlo del largo deseado. Por lo general, el fondo de las macetas está perforado en la base (y a veces en las paredes). En la mayoría de los países, los recipientes de polietileno se quitan antes de que las plántulas, y la masa suelo/raíces, se plante en el terreno, teniendo mucho cuidado de que el suelo mineral del terreno esté en contacto con la tierra que circunda la planta de vivero.
Los tiestos de barro descritos en la primera edición («torrão paulista»), que dieron excelentes resultados en América Latina durante medio siglo, van siendo progresivamente reemplazados por otros recipientes, generalmente tubos de polietileno.
19. Bandejas con plántulas germinadas de E. regnans, que se repicarán colocándolas en tubos individuales (Gippsland, Victoria) Forests Commission, Victoria |
Una ventaja de la plantación en recipiente es que las raíces de las plántulas jóvenes disponen de un conveniente volumen de tierra para sobrevivir hasta que puedan proliferar en el suelo del terreno. Ello permite que la operación de la plantación se lleve a cabo durante un período razonablemente largo.
El método de plantación a raíz desnuda se emplea con buenos resultados en algunos climas húmedos, por lo general en latitudes bastante altas y, en el caso de bajas latitudes, a alturas relativamente elevadas. Ejemplos bien conocidos son los de Nueva Zelandia (E. regnans, E. fastigata, E. nitens y E. bicostata), Kerala (India) (E. grandis), Hawaii (E. robusta), y Australia (E. regnans y E. delegatensis). En Portugal, al norte del Tajo, y en las regiones más húmedas de España con una estación corta de sequía estiva, la plantación a raíz desnuda es una práctica normal.
Si las plántulas tienen que plantarse a raíz desnuda, es importante que sus raíces sean cuidadosamente podadas un mes antes de la plantación definitiva para estimular una masa de raíces fibrosas. Además, se requieren plantas vigorosas, y no débiles, por tener más reservas que ayudan a las plantas jóvenes a recuperarse de la reacción como consecuencia del trasplante.
En localidades favorables de latitudes más altas, como en Nueva Zelandia, la plantación a raíz desnuda debe hacerse, si es factible, justamente antes del paso previsto de una depresión, lo que hace presumir 2 ó 3 días de tiempo nublado o lluvioso antes de las próximas heladas. Las heladas son perjudiciales para las plántulas a raíz desnuda recientemente trasplantadas.
El método de plantación a raíz desnuda es mucho más barato que el de las plantas criadas en recipientes. Diversos países informan que su precio de coste es la tercera parte del de las plantas en recipientes, lo que es un ahorro muy importante. Sin embargo, aun si el clima es suficientemente favorable para justificar que se tome en cuenta la plantación a raíz desnuda, las plantas criadas en macetas pueden ofrecer otras ventajas a la administración. Pueden demostrar que es posible hacer el trasplante en casi cualquier estación del año y reducir la congestión de la plantación de eucalipto en la época de otra importante operación, como es la de plantación de pinos a raíz desnuda. Las actividades pueden distribuirse mejor en la organización del vivero. Lógicamente, estas ventajas deben sopesarse frente al mayor costo de las plantas criadas en recipientes.
Principios generales
Un vivero de eucaliptos debe situarse en ligera pendiente, permitiendo un buen drenaje del agua y libre circulación del aire. Deberá tener un suministro de agua apropiado, si es posible, para filtración y empleo en aspersores automáticos finos. Empleará cada año un notable volumen de tierra para llenar los recipientes. Necesita protección contra los animales y las malezas. Deberá disponer de almácigas regularmente dispuestas, que puedan estar abrigadas contra el sol cuando las jóvenes plantas comienzan a establecerse, y protegidas contra el viento, lluvias o granizo. Será ventajoso si el vivero está dotado de un cobertizo, con el fin de mantener las bandejas con las plántulas, o donde se pueda trabajar cuando el tiempo sea adverso. Deberá disponer de un buen sistema de caminos para el libre acceso de los camiones a las bandejas con las plántulas.
Los canteros en que están dispuestos los recipientes deben ser de un ancho conveniente y nivelado. En Zambia se usa un ancho de 1–1,20 m y un largo máximo de 10 m (Greenwood, 1977). Alrededor deberá construirse una barrera baja de madera o de ladrillo, de una altura de 4–5 cm, para mantener derechos los recipientes. Debe dejarse abundante espacio en caminos de acceso para el trabajo de los obreros, etc. En el ejemplo mencionado más adelante, según la experiencia de la compañía australiana APM, la superficie bruta del vivero es tres veces mayor que el espacio neto ocupado por el material de vivero.
Tamaño del recipiente
En la primera edición de este libro (Métro, 1955), se ha recomendado que el tamaño mínimo de la «bola de raíces», que corresponde al volumen del recipiente, debería ser de un mínimo de 300 cm3, lo que significa que se necesitan 0,3 m3 de tierra para 1 000 plantas. Los informes de diversos países indican que hay todavía una gran variedad de tamaños de dichos recipientes.
El volumen de tierra en un recipiente es un factor importante desde el punto de vista práctico. Un mayor volumen de tierra ofrece seguridad a las plantas, pero aumenta el peso para el transporte. A veces se necesitan plántulas excepcionalmente grandes para plantaciones en áreas con pastizales (por ejemplo, Uttar Pradesh, en la India); entonces deben mantenerse en el vivero durante 8–9 meses y requieren una maceta o bolsa de polietileno muy grande, de 15 cm de diámetro y 25 cm de altura. Se usan aún más grandes para plantas destinadas a plantaciones en áreas de recreo.
En Nueva Zelandia, el Servicio Forestal usa tubos de polietileno de 10 cm de diámetro por 20 cm de largo. En el momento de la plantación en el terreno, se cortan los 2 cm inferiores de la base del tubo, con lo que se eliminan las raíces retorcidas y se limita el peligro de que éstas se enreden. La superficie neta del vivero para 1 000 plantas será de 10 m2 y el volumen necesario de tierra, de alrededor de 1,6 m3.
22. Máquina podadora de raíces emplead en los viveros d Nueva Zelandia New Zealand Forest Products |
23. Preparación del terreno, Nigeria: aradura colonizadora con rastra de discos excéntrica tirada por tractor de orugas T.G. Allan |
En Zambia, los tubos de polietileno son de 10 cm de diámetro × 7,6 cm de altura para plantaciones industriales y de 15 cm de diámetro × 12,7 cm de altura para las provinciales. Se prefieren los tubos más grandes para los pequeños viveros provinciales, como precaución frente a prácticas de vivero y de plantación menos capacitadas. Se requiere un volumen de 0,6 m3 de tierra para los tamaños de tubos menores y de 2,2 m3 para los mayores, por millar de plantas. La superficie neta de los cuarteles para 1 000 plantas sería de 10 m2 en el primer caso y 22,5 m2 para los mayores. En Sudáfrica, el tamaño del tubo de polietileno preferido es de 6,5 cm de diámetro, con una altura de 10 cm, dando un volumen de alrededor de 330 cm3, lo que significa 0,3 m3 de tierra para 1 000 trasplantes y 4,2 m2 de superficie neta de almáciga.
Las macetas de turba usadas por el APM de Australia en una región con condiciones favorables para la plantación, contiene solamente 90 cm3 de tierra, necesitándose 0,1 m3 de tierra para 1 000 macetas. Un cantero de 460 m2 contiene 171 072 macetas, de las cuales se espera obtener por lo menos 154 000 ejemplares utilizables para plantación, lo que representa una superficie bruta de vivero de 2,7 m2 para 1 000 macetas, en comparación con una superficie neta de 0,9 m2 para 1 000 recipientes.
24. Preparación del terreno, Nigeria: después de arar, la labor puede mejorarse antes de plantar pasando la rastra de discos excéntrica tirada por tractor de ruedas T.G. Allan |
En Nigeria, se hicieron ensayos para conocer el efecto del tamaño del recipiente sobre E. camaldulensis. Se usaron recipientes de 25 × 8 cm (1 260 cm3), 15 × 8 cm (760 cm3) y 15 × 5 cm (290 cm3). Se demostró que, a pesar de que la supervivencia y el crecimiento en altura decrecían ligeramente con la disminución del tamaño del recipiente, la reducción del costo justificaba un cambio inmediato de su tamaño estándar de 25 × 8 cm a recipientes de 15 × 8 cm. Estaban por realizarse otras pruebas con los recipientes de 15 × 5 cm (Laurie, 1975).
Ha habido cierta tendencia a reducir el tamaño del recipiente como resultado de las experiencias, para reducir los costos, pero el tamaño más conveniente dependerá de las condiciones climáticas locales. Cuanto más difíciles sean, más grande será el tamaño mínimo del recipiente.
El llenar los recipientes con tierra es una de las operaciones de vivero que absorbe más tiempo. Hay diferentes dispositivos en uso para facilitar la operación, por ejemplo, los embudos múltiples para recipientes individuales y el llenar un tubo con tierra antes de cortarlo a su tamaño final (Barrett, 1978).
Mezclas de tierra y su fertilización
La mezcla de tierra usada para los recipientes de vivero de eucalipto depende mucho del material de que se dispone localmente. Ejemplos de diferentes mezclas fueron indicados por Jackson (1975) y Doran (1977). El Cuadro 5.1 está tomado, con algunas adiciones, de Doran, quien observa que una tierra o mezcla de tierra ligera, permeable, no calcárea, con una adecuada capacidad de retención de agua, permitiendo sin embargo un buen drenaje, se considera generalmente el medio más conveniente para criar las plantas de eucaliptos. Es común el agregado de fertilizantes orgánicos o inorgánicos, pero no es una práctica universal.
Cuadro 5.1 Ejemplos de mezclas de tierra para plantas de eucalipto en recipientes
País | Localidad | Descripción |
Australia | Territorio de la Capital de Australia | Div. de Investigaciones Forestales de la CSIRO: 1 parte franco arenosa, 1 parte arena de río, 1 parte de materia orgánica |
El Servicio de Parques Urbanos, Dept. del Territorio de la Capital, emplea las costosas mezclas de tierra de la Universidad de California (Baker, 1957; Boden et al., 1969) | ||
Nueva Gales del Sur | La compañía forestal APM en Coff's Harbour usa una granodiorita local descompuesta, después de constatar que la arena no convenía (Clarke, 1975) | |
Queensland | El Departamento Forestal de Gympie usa un suelo de textura arenosa con poca arcilla y/o materia orgánica | |
Tasmania | La compañía AFH, en el norte de Tasmania, usa un suelo local, kraznozem, tamizado, derivado basáltico, mezclado con fertilizantes granulados, de liberación lenta (8% N, 40% P, 14% Mg) en la proporción de 2 kg por 1 000 recipientes de papel (de Boer, com. pers.) | |
Victoria | La compañía Bosques APM, de Traralgon, usa arena fina, libre de malezas, sobre un fertilizante completo de liberación lenta (18% N, 9% P, 10% K, 6% Mg2O) colocado en la base de los recipientes, en la proporción de 154 g para 1 000 recipientes (Cameron, com. pers.) | |
La Comisión Forestal recomienda una tierra franca abierta o mezcla franco arenosa para bandejas de siembra; y para recipientes, una mezcla compuesta de 3 partes de tierra franca negra o roja, 2 partes de arena gruesa de río, 1 parte de abono animal bien descompuesto | ||
España | Huelva | 75% de humus forestal (pH=6), 25% de fertilizante orgánico (Le Roux, 1975) |
Rueta Chica | Se usa turba (pH=5,5) con una mezcla de NPK a razón de 0,15% de cada elemento (Le Roux, 1975) | |
Irán | Es a veces inevitable el uso de suelos arcillosos o limosos. En condiciones climáticas difíciles, un recubrimiento con cascarilla de arroz evita el resecado y la rajadura del suelo | |
Israel | Ilanot | Se usa tierra arenosa sin fertilizante (Le Roux, 1975) |
Gaza | Se mezcla un suelo franco arenoso con 25% de una mezcla bien equilibrada de composte y fertilizante (Le Roux, 1975) | |
Italia | 90% de suelo superficial, 10% de abono vacuno, sin fertilizantes artificiales (Mikola, 1969) | |
Lao | Se usa limo del Mekong. Las experiencias mostraron que las plantas criadas en recipientes fértiles («jiffy») reaccionaron bien al fertilizante NPK mezclado en la proporción de 1,5 kg por m3 (LARP, 1972) | |
Nepal | Se emplea una mezcla franco arenosa sin fertilizante | |
Nigeria | Bukuru | 5 partes de arena de río, 4 partes de composte de residuos urbanos, con el agregado de 590 g de « Totafert » (15:15:15 NPK), 590 g de sulfato de amonio, 118 g de polvo de dieldrina al 2%, y 295 g de borato por m3 de tierra (Jackson, 1975) |
Samaru | 2 partes de arena de río, 3 partes de abono vacuno descompuesto, más 2,9 kg de superfosfato por m3 ha dado los mejores resultados. Si se usa suelo superficial en lugar del excremento vacuno, es necesario agregar N en la proporción de 2 g N por plántula (Jackson, 1975) | |
Nueva Zelandia | Mezcla 60/40 de turba y suelo pómez franco arenoso. Se agrega fertilizante «Magamp» (Mg, NH4, K, P) en la proporción de 2 kg/m3 | |
Pakistán | Se usa una arena fina de río en las almácigas, mientras que una mezcla de 3 partes de arena fina de río, 3 partes de limo, 2 partes de mantillo de hojas descompuestas se usa para recipientes (Quadri, 1971) | |
Sri Lanka | Se recomienda una tierra franco arenosa fina, y esterilización del suelo con bromuro de metilo en la propagación de E. deglupta (Ranatunga, 1972) | |
Sudáfrica | Mezcla 50/50 en volumen de suelo superficial tamizado, con aserrín tamizado parcialmente descompuesto, 3 kg de NPK (3:2:1), más 15 g de bórax por m3 de suelo (Barrett, 1978) | |
Sudán | 50% de arena, 50% de limo de río (Laurie, 1975) | |
Túnez | Se usa suelo superficial del matorral sin fertilizante (Jackson, 1975) | |
Zambia | Se usa suelo superficial húmico arenoso de montes de Brachystegia, agregando 2,06 kg de fertilizante NPK (9:12:9) por m3. En la siembra directa de semilla en recipiente no se agrega abono a la mezcla del envase, sino abono líquido, con intervalos quincenales después de la siembra (Jackson, 1975) |
25. Desmalezado completo de una plantación joven de eucalipto en Nigeria | |
T.G. Allan |
La partida principal de los costos del vivero es la búsqueda de la tierra conveniente para los recipientes y su transporte al vivero, luego el rellenar éstos y el transporte de las plantas al terreno. Los forestales que emprenden un gran proyecto de plantación con eucaliptos deben examinar atentamente las posibilidades existentes y experimentar con las que puedan mejorar las prácticas o reducir los costos.
Esterilización del suelo
El antiguo método de esterlización mediante calor o con vapor se emplea todavía en algunos países y da buenos resultados si está bien ejecutado. La mayoría de los países esterilizan ahora el suelo húmedo con bromuro de metilo en la proporción de 1 kg para 2 m3 de tierra. Se trata de un agente eficaz de esterilización que mata también las semillas de muchas malezas. Se aplica el gas a las almácigas o montículos, que se tapan con hojas de plástico durante uno o dos días, y luego se dejan descubiertos una semana antes de usarse. El gas es muy venenoso.
Micorrizas
En el Capítulo 9 se resume la presencia de asociación de micorrizas en los eucaliptos. Se ha investigado poco sobre esta materia y es de suponer que se trata de un campo útil para mayores estudios. Es evidente que, en el subgénero Monocalyptus, es beneficiosa una simbiosis de ectomicorrizas, y esto puede también ser válido para especies en otros subgéneros. Sin embargo, la experiencia enseña que, en los países donde se introducen eucaliptos, pueden obtenerse plantas de vivero vigorosas para la mayoría de las especies de eucaliptos sin una sistemática inoculación del suelo.
Bandejas de plántulas
Una de las maneras más comunes y eficaces de criar plantas de eucaliptos es la de hacer germinar la pequeña semilla sobre bandejas y luego repicar las jóvenes plántulas en el momento en que están formando el segundo par de hojas por encima de los cotiledones, plantándolas en recipientes de uno u otro tipo, en los que se mantendrán hasta que estén listas para ser llevadas al terreno. Las bandejas deben ser de un tamaño conveniente, que permitan un rápido repique de las semillas en los recipientes; un tamaño conveniente es el de 53 × 20 cm. Se rellenan con tierra esterilizada, o con un material estéril, como vermiculita o perlita. Si el único objectivo de criar las plántulas sobre bandejas es el de permitir la germinación de la semilla y llevar rápidamente las plántulas hasta la fase de 4 hojas, la vermiculita es una ayuda segura y satisfactoria. Puede o no agregarse musgo esfagnáceo a este medio.
Por lo general, se siembra normalmente con densidades de 3 000 a 10 000 semillas por m2 de bandeja (distancia media 1–2 cm). En Malawi, India y Portugal se indica una producción de plántulas para repique entre 1 000 y 2 000 por m2 (distancia media 2–3 cm). De esta manera, el 25–50% de las semillas sembradas deberían producir plántulas que lleguen a la fase de repicado, con la mayoría de las especies y con buenas técnicas de vivero. Puede hacerse fácilmente el cálculo del peso de la semilla con paráfisis que debe sembrarse por m2 partiendo de los valores que se dan en el Capítulo 14. Para E. grandis (promedio de 630 000 semillas viables por kg de semilla con paráfisis) se recomienda una proporción de 12 g/m2 para la siembra (Barrett, 1978). Las densidades de siembra pueden necesitar ser modificadas de acuerdo con el grado de peligro de la podredumbre de cuello; deberá disminuirse la densidad allí donde el peligro es muy elevado. Debido al pequeño tamaño de la mayoría de las semillas de eucalipto, éstas deberán mezclarse, en la proporción de 2–3 veces su volumen, con arena fina seca para las siembras a voleo. Seguidamente, deberá agregarse una capa fina de arena o vermiculita para que la semilla quede tapada.
Las bandejas de repique se mantienen mejor bajo un cobertizo protegido, donde pueden ser regadas a intervalos frecuentes con una pulverización fina y regulada mediante un interruptor eléctrico cronometrado. La frecuencia de los riegos puede ser de 5 a 10 segundos cada 10 minutos. La semilla debe comenzar a germinar después de 4 días a 1 semana y las plantas estar listas para el repique en unas 4 semanas. Dado que un medio como la vermiculita o la perlita es estéril, habrá que aportar a las plántulas una solución diluida de un fertilizante completo alrededor de dos veces por semana. En India y Nepal se recomienda colocar un ligero mantillo para impedir el desenterrado o el lavado de la semilla, usándose comúnmente hierba seca o paja de arroz finamente cortada, que deberá quitarse apenas se inicia la germinación.
Repicado
El repicado, o sea el trasplante de pequeñas plántulas desde las bandejas a los recipientes individuales, se efectúa más convenientemente sobre tablados a la sombra, en los cobertizos que contienen las bandejas de plántulas.
El repicado debe hacerse con cuidado. Las plantitas en las bandejas deben tener de 2 a 4 pares de hojas y ser manipuladas tomándolas solamente por las hojas, manteniendo juntas las dos hojas superiores. Se inserta un buril delgado en la tierra de la bandeja para liberar en el suelo la plantita, que se arranca y se coloca immediatamente en el hoyo hecho en la tierra del recipiente con una herramienta de punta aguda (una azadilla). Las raíces de las plantitas no deben ser expuestas a la luz directa del sol y, en todo caso, esta exposición no debe durar más de pocos segundos. Hay que evitar que las raíces se doblen hacia arriba en el hoyo; si fuese necesario, se recortarán con el buril, pero hay que evitar tocarlas con las manos. A continuación, se comprimen las paredes del hoyo haciendo presión sobre la tierra a lo largo de las raíces de la plántula, empleando la hoja del buril si fuese necesario. Las ventajas básicas son: un mínimo de manipulación, exposición mínima, y tierra suficientemente compacta alrededor de la planta en el recipiente.
Después del repicado, los recipientes deben mantenerse a la sombra (y, si es posible, con riegos automáticos por nebulización) alrededor de 2 días y luego almacenarse en los respectivos cuarteles hasta 3–6 meses más tarde para la plantación definitiva en el terreno.
Si se han tomado las medidas de esterilización prescritas, la podredumbre de cuello no debería ser un problema, pero, si llega a ser una amenaza, se recomienda pulverizar con un apropiado fungicida.
Siembra directa en recipientes
Muchos forestales prefieren sembrar la semilla de eucalipto directamente en los recipientes, sea en bolsas o tubos de polietileno, en los tiestos de turba u otros, más bien que cultivar en sus fases iniciales las plántulas en bandejas. Las ventajas de la siembra directa son el menor costo y el evitar perjuicios a las plantas por repicados poco cuidadosos. Los principales inconvenientes son que se requiere más semilla y hay siempre el riesgo de no disponer de ella en cantidad suficiente a causa de una germinación irregular y pobre (Doran, 1977).
Se trata de sembrar un promedio de dos a tres semillas por recipiente. Debido a su pequeño tamaño, es necesario emplear métodos especiales para regular la cantidad sembrada. En Lao y en Queensland se usa una sembradora hecha con un frasco cuya tapa está perforada con agujeros calibrados, de modo que deja pasar una determinada cantidad de semillas en cada sacudida, mientras que, en Nueva Gales del Sur, se emplea la sembradora «Nordland» (sembradora mecánica, pero portátil, destinada a semillas agrícolas) para E. grandis (Doran, 1977). En Nigeria, J.W. Bride ideó un método por el cual se introduce dentro de la semilla una aguja revestida de almidón; la cantidad de semillas que se adhieren a la aguja es proporcional a la profundidad a que ésta se introduce (Jackson, 1975). La dosis de semilla recomendada para E. grandis (promedio de 630 000 semillas viables por kg de semilla con paráfisis) es de 1 g para 85 recipientes, en comparación con 12 g/m2 para la siembra a voleo (Barrett, 1978).
Después de la siembra, se riegan los recipientes y se cubren para protegerlos del sol excesivo o lluvias de tormenta hasta que la germinación sea completa. Se ponen luego los envases a pleno sol durante el día, pero se cubren durante la noche o cuando se prevén tormentas. Cuando las plántulas llegan a la etapa del segundo o tercer par de hojas, se ralean a mano dejándose un par por recipiente. Este raleo es importante, ya que es posible que, en el caso en que más de dos plantas crezcan dentro del mismo recipiente, hay el riesgo que sean derribadas por el viento.
Sombra y protección
Hay que proporcionar sombra a los cuarteles con recipientes cuando sea necesario, para protegerlos contra el exceso de sol o tormentas. Se ha hecho referencia a diversos tipos de sombrajos que dan buen resultado en países donde se cultiva el eucalipto. Algunos especialistas prefieren sombras altas; otros prefieren solamente una cobertura baja de emergencia. Ambos tipos han permitido producir grandes cantidades de plántulas de eucalipto perfectamente buenas. Los umbráculos se hacen con materiales muy diversos, tales como cañas, bambú, arpillera y tejido plástico (Doran, 1977).
Muchos viveros requieren una protección contra el viento. En viveros nuevos, se pueden levantar barreras artificiales de protección perpendiculares a los vientos predominantes. Más adelante podrán ser reemplazados por setos vivos.
Riego de vivero
La cantidad de riego suplementario dependerá de las condiciones climáticas locales, de la textura del suelo del vivero, del tamaño de los recipientes y de la edad y dimensión de las plantas. En la mayoría de los lugares donde se cultiva el eucalipto, los elementos para el riego son esenciales en un vivero. En los grandes viveros, el riego automático ofrece ventajas considerables. En muchos países son deseables dos riegos por día, por la mañana y por la tarde. En España y Portugal, es suficiente un riego al día en las zonas templadas más húmedas, pero son indispensables dos al día en las regiones calurosas y secas. Debe evitarse regar durante las horas más calurosas del día. Por ejemplo, la experiencia local indicará cuántos minutos deberá durar cada riego. El objectivo es mantener los envases húmedos, y no empapados.
En Sudáfrica se requieren 55 a 70 litros de agua por día, en dos aplicaciones, para cada 1 000 plantas en recipiente de E. grandis (Wattle Research Institute, 1972), lo cual, teniendo en cuenta el tamaño del recipiente empleado (6,4 cm de diámetro), corresponde a 13–17 mm por día. Otros países aplican cantidades algo inferiores para los riegos, por ejemplo, 7 mm por día en Zambia y alrededor de 5 mm diarios en Malawi. En Uganda, Ball (1977) informa que E. grandis cultivado en tubos de polietileno, con un suelo arcilloso, necesitaba 10 mm diarios durante la estación seca, mientras que la misma cantidad de riego durante la estación de lluvias causaba anegamiento y retraso en el crecimiento.
Protección contra el tiempo, animales, insectos, hongos
Las almácigas deben estar dotadas de coberturas para colocarlas sobre las plantas si se aproximan tormentas de granizo, lo cual puede provocar grandes perjuicios a las plantitas de eucalipto. Las coberturas son también necesarias en las almácigas o cuando las plantas son pequeñas, para protegerlas contra las fuertes lluvias, el viento o la excesiva insolación. En Nepal y Portugal, se han tomado especiales precauciones contra las heladas. A grandes elevaciones, el empleo de coberturas plásticas protectoras también anticipa la germinación al aumentar la temperatura en las almácigas.
Los pájaros, por lo general, no representan un peligro. Los animales grandes deben mantenerse fuera del vivero por medio de cercas. Los animales pequeños, como los roedores, no hacen comúnmente daño a las plantitas en el vivero, pero pueden causar daños en el terreno de forestación.
Numerosos insectos pueden atacar a las plántulas de eucaliptos. Se trata, por lo general, de insectos que causan también daños a las plantas de jardín y pueden ser combatidos con los mismos insecticidas. Algunos de éstos se describen en el Capítulo 9.
La podredumbre de cuello es la enfermedad más seria en los viveros. En el Capítulo 9 se describen los hongos que la provocan. Las prácticas culturales, como una baja densidad de siembra, el evitar el exceso de agua o de sombra, o los suelos alcalinos, o el exceso de materia orgánica en las bandejas para las plántulas, pueden contribuir mucho a reducir los riesgos. En algunas zonas puede ser necesario esterilizar la tierra o emplear fungicidas como ulterior medida preventiva.
Protección sanitaria de los canteros
Se indican a continuación, como ejemplo de un tratamiento regular anual de las bandejas de repicado, las prácticas establecidas por la compañía forestal APM en Australia, aplicadas en su vivero de Coff's Harbour, donde se producen grandes cantidades de E. grandis, E. saligna, E. pilularis y E. dunnii en macetas de turba. Las principales operaciones son:
Limpiar el cantero con azadón o con herbicidas. Cada cantero tiene alrededor de 460 m2 de superficie. Aplicar una pulverización de emergencia previa de un herbicida, Domatol 44, a razón de 1–2 kg en 200 litros de agua sobre la superficie de cada cantero.
Esterilizar aplicando formalina a la superficie.
Insecticida: aplicar a la superficie medio litro de Maldison, 50% en 200 litros de agua.
Esterilizar los cajones de plantación: cubrirlos con una lona y aplicar formalina mediante una boquilla de aspersión principal debajo de la cobertura, con una concentración de medio litro de formalina por 6 litros de agua.
Disponer las macetas de turba en los cajones de plantación en los canteros. Hay 171 072 macetas de turba en cada cantero. Aplicar Dexon a los recipientes de turba una semana antes de la siembra, con una concentración de 250 g de Dexon en 200 litros de agua para cada cantero.
Sembrar a razón de 3 kg semillas de E. grandis y E. saligna; 8 kg de E. pilularis en cada cantero.
Fertilización durante el crecimiento en el cantero: aplicar una solución diluida de Aquasol (4 g en 10 litros) a razón de 300 litros por cantero, dos veces por semana. Aumentar la concentración de la solución a 12 g por cada 10 litros, a medida que las plantas crecen.
Tratamiento fungicida: aplicar la solución Benlate (1 g por litro) con un pulverizador de mochila cada 14 días, o más frecuentemente si las condiciones favorecen la podredumbre de cuello. En casos extremos, aplicar una mezcla de Captan, a razón de 25–50 litros por cantero (4 g por litro) solamente una vez, y luego volver a la pulverización normal con Benlate.
Tratamiento de algas y musgos: aplicar una solución de Lantox, a razón de 2,6 kg del producto en 200 litros de agua, por cantero. Aplicarlo sólo una vez.
Estas normas demuestran la importancia que una gran empresa concede al aspecto fitosanitario, teniendo en cuenta las inversiones que implica.
Tamaño y calidad de las plantas
El período de tiempo en que ha quedado en el vivero y el tamaño medio de la planta al momento de la plantación, varían mucho de un país a otro. Por un lado, Papua Nueva Guinea, cerca del ecuador, necesita sólo 2 meses para obtener plantas de E. deglupta de 25–30 cm de altura. Por el otro, Irlanda, en una latitud superior a los 50°N, requiere 12–15 meses para obtener plantas de igual tamaño de especies resistentes al frío. En la mayor parte de las regiones tropicales y subtropicales, la altura media para la plantación varía de 15 a 30 cm y las plantas de este tamaño pueden obtenerse en 4–5 meses. En zonas más áridas, con clima mediterráneo, se emplean muy a menudo plantas de 30–50 cm de altura, que requieren 6–10 meses de vivero.
Si bien la poda de raíces es menos esencial para las plantas en recipientes que para las plantas a raíz desnuda, varios países han aplicado métodos para evitar que las raíces pasen al substrato o de un recipiente a otro. Se puede, por ejemplo, pasar un alambre por debajo de los recipientes desde una extremidad del cantero a la otra, o levantar los recipientes uno por uno. Algunos países, por ejemplo Malawi, reducen la cantidad de riego algunas semanas antes de la plantación, a fin de endurecer las plantas, mientras que la mayoría de los países practican un abundante riego immediatamente antes de sacar las plantas del vivero para ser transportadas al lugar de plantación. La necesidad de descartar las plántulas deficientes en el vivero se aplica tanto en el eucalipto como en cualquiera otra especie para repoblación forestal.
Si la plantación tiene que ser postergada debido a condiciones desfavorables, o si la siembra tiene que hacerse muy temprano, las plantas demasiado grandes se podan. En Australia, las plantas de tamaño excesivo de E. grandis se acortan a 20 cm de altura; pueden ser emparejadas y confrontadas juntas, colocando una caja de plantación frente a otra como muestra la Figura 20. Sin este procedimiento, un camión de 1,5 toneladas, con un chasis diseñado especialmente, puede transportar 9 000 plantas al terreno. Con el emparejamiento, el mismo camión puede transportar 27 000 plantas.
Principios generales
Las modalidades de crecimiento de los eucaliptos no son fundamentalmente favorables para la producción de plantas a raíz desnuda. Las partes de la planta con hojas producen rápidamente nuevos brotes, que crecen y transpiran activamente durante todo el año. Por otra parte, el hábito natural de enraizamiento es formar una raíz principal larga y un sistema radical fibroso pobremente desarrollado (Bunn y Van Dorsser, 1965, 1969), lo que explica la preferencia de muchos países por la producción en recipientes. Sin embargo, numerosas plantaciones han dado buenos resultados con eucaliptos a raíz desnuda establecidas en climas favorables de Nueva Zelandia, Kerala (India), Hawaii y Australia. Las plantaciones más extensas se han hecho en Nueva Zelandia, por lo que la información siguiente está tomada principalmente de la experiencia de este país.
La localidad principal en Nueva Zelandia donde se plantan eucaliptos a raíz desnuda es la región de Rotorua/Tokoroa, donde la empresa New Zealand Forest Products tiene por objetivo un programa de plantaciones de eucalipto de 800 ha anuales, esencialmente con plantas a raíz desnuda de E. regnans, E. delegatensis, E. fastigata y E. nitens. El material de plantación de las cuatro especies crece con buenos resultados, pero, en la plantación definitiva, se obtienen mejores resultados con E. delegatensis y E. nitens. E. fastigata da resultados razonables, pero hay algunas dificultades con E. regnans, que es la especie preferida por esta empresa debido a sus excelentes calidades para hacer papel.
Eras de vivero
Los suelos de las eras de vivero son de tierra pómez y muy favorables para este fin. Los canteros están elevados unos 20 cm sobre el nivel general del vivero, para que los senderos que los separan puedan eliminar el agua de las lluvias torrenciales. El ancho de los canteros es de 1,85 m. Hasta 1974, la poda de raíces laterales sólo era practicable entre las hileras de siembra, que estaban separadas 15 cm. Ahora se ha aumentado la distancia entre las hileras de siembra a 30 cm para que pueda realizarse un mejor arranque tanto lateral como vertical.
Siembra
La siembra se hace en octubre (que corresponde a la primavera en Nueva Zelandia) para plantas que se trasplantarán en lugar definitivo 8–10 meses más tarde. La siembra se hace con máquina y es muy regular.
Riegos durante el período de germinación
Las almácigas se mantienen húmedas con umbráculos (tela para sombra al 50%) o con riegos frecuentes y ligeros.
Fertilización
El tratamiento básico es una aplicación de 200 kg por ha de fertilizante NPK dos veces durante el período de crecimiento.
Destrucción de malezas
Se realiza lo más a menudo posible por medios químicos. Se hace una aplicación posterior a la siembra de Nitrofen a razón de 7 kg/ha y una aplicación posterior a la emergencia de Propazine con un máximo de 0,6 kg/ha, cuando las plántulas tienen un mínimo de 15 cm de altura. Más avanzada la estación, se hace una aplicación suplementaria de Propazine a razón de 1 kg/ha. El desyerbe a mano se hace si es necesario complementar la acción de los herbicidas.
Espaciamiento
La plantación a raíz desnuda puede hacerse con buenos resultados solamente con plantas vigorosas. Las plantas se ralean a distancias de 5 cm, con la finalidad de obtener, al momento del trasplante definitivo, plantas con un diámetro mínimo de 5 mm en el cuello radicular.
Tratamiento de enfermedades
E. delegatensis es susceptible, en sus fases juveniles, a un hongo que causa una roya de las hojas. Puede pulverizarse el vivero a intervalos quincenales, entre mediados de diciembre y fines de abril, con 0,3 kg de óxido de cobre en 465 litros de agua (+1% del surfactante).
Riegos
Se riega desde lo alto si es necesario complementar la lluvia natural, y durante varios días sucesivos a la poda de las raíces, si ésta se realiza en un período de sequedad.
Poda de raíces
Alrededor de febrero deberá cortarse la raíz primaria o pivotante en la forma más neta posible, a cerca de 75 mm por debajo del nivel del suelo. Se detiene así el crecimiento en altura y la multiplicación de las hojas. Las podas posteriores de las raíces tendrán por finalidad controlar el crecimiento terminal y permitir a las hojas existentes madurar y endurecerse. Las podas radicales sucesivas deberán hacerse a niveles cada vez más profundos para no perjudicar el callo formado en el primer corte de la raíz pivotante.
Transporte al terreno
Después de ser arrancadas, las plantas de eucalipto a raíz desnuda se reúnen en manojos y se llevan al lugar de plantación en bolsas de polietileno mantenidas a la sombra. Es a veces ventajoso embarrar las raíces, por ejemplo en barro suelto o en un compuesto alginado.
La cuantiosa inversión en plantaciones de eucaliptos en todo el mundo ha permitido la acumulación de un vasto conocimiento sobre plantaciones de repoblación de rápido crecimiento con estos árboles. Se han ensayado muchas especies, pero la gran mayoría de los 4 millones de ha de plantaciones existentes se han efectuado con sólo 16 especies, de las que 8 constituyen la mayor parte. De las 8 principales especies plantadas, solamente E. camaldulensis figura entre los 10 eucaliptos más importantes para la industria maderera de Australia.
Las plantaciones son monocultivos. La mayoría son montes bajos (tallares), que se cortan a tala rasa cada 5 a 10 años. Los cultivos de tallar recuperan rápidamente el dominio del sitio, pero, a intervalos de algunos años, hay la posibilidad de que algún factor perjudicial se introduzca cuando se hace la tala rasa y en fase juvenil. Los responsables de las plantaciones cuidan constantemente el estado sanitario de los bosques, que puede ser una fuente alimenticia para plagas y agentes patógenos. Hay algunas plagas potencialmente peligrosas, pero, hasta ahora, han sido controladas con medios biológicos u otros. En conjunto, puede decirse que las plantaciones son una demostración de que los riesgos de los monocultivos son menores que las ventajas que ofrecen, si las plantaciones están convenientemente situadas. Es también interesante notar que E. camaldulensis, la especie que es importante en la industria maderera en su país de origen, es notablemente el mejor ejemplo de una especie que forma rodales puros naturales.
La experiencia con las plantaciones de eucalipto da la seguridad de que la manera más provechosa de explotarlas es en monocultivos, pero demuestra también muy claramente que esto se consigue con buenas y continuas técnicas de vivero y prácticas de plantación cuidadosas.
Una parte considerable de las plantaciones iniciales y actuales se establecieron sobre pastizales o tierras desarboladas, que han podido o no tener árboles en épocas recientes. En un futuro más lejano, la mayoría de las plantaciones tendrán que establecerse en tierras donde se acabará de hacer una tala de árboles. La presencia de cepas de la cosecha precedente hace bastante más difícil la preparación para un nuevo cultivo. Para una descripción reciente de las técnicas, véase Chapman y Allan (1979).
Si el área de plantación tiene una antigua población de árboles y arbustos sin valor, el desmonte con un tractor y sus accesorios permite preparar la tierra para el arado, desfonde y discado. Un buen tractorista puede derribar muchos árboles y dejar las cepas y los paquetes radicales parcial o completamente fuera del suelo. Los matorrales pueden suprimirse completamente. El material se puede amontonar o apilar en trochas y ser quemado. Un rozado mucho mejor puede hacerse empleando un tractor ligero para empujar las cepas y los troncos juntos, mientras los montones o hileras se están quemando.
Si hay que desmontar grandes extensiones de bosques degradados, se justifica el empleo de equipos de desmonte más perfeccionados. Un posible método consiste en el empleo de cadenas pesadas o cables de acero, a veces mantenidas por encima del suelo en su centro por medio de una gran bola de acero, y arrastradas de cada extremo por medio de un tractor pesado. Este equipo puede desmontar rápidamente extensas superficies. Otra pieza de equipo que actúa eficientemente sobre el matorral es un cilindro muy grande y pesado con rebarbas en su superficie, que rueda sobre el matorral cortándolo en trozos al ser arrastrado por dos tractores, o cuando se deja rodar en la pendiente en terrenos ondulados. Se ilustran con frecuencia equipos de este tipo en las revistas forestales o en las publicaciones de los principales fabricantes, como The clearing of land for development (Caterpillar Tractor Company, 1974). Estas guías para la limpieza de tierras abarcan muchas máquinas e ilustran cómo pueden ser empleadas bajo una amplia diversidad de condiciones.
Si el terreno que tiene que prepararse es una plantación precedente de eucalipto, hay que tener cuidado en matar las cepas de la plantación anterior para que no rebroten, lo que puede hacerse envenenándolas con 2,4,5-T u otros productos.
Hay un volumen muy notable de madera debajo del suelo en las cepas de una vieja plantación de eucalipto de tallar. La madera de cepa es un combustible muy bueno, pero las cepas y sus raíces son difíciles de recortar para un tipo uniforme de leña, por lo que son pocas las probabilidades de vender las cepas si se suprimen. Los forestales se preocupan siempre de que la madera de cepa pueda constituir el foco para diseminar una enfermedad y, sin duda, las cepas de eucaliptos pueden abrigar muchas plagas de hongos parásitos, inclusive el hongo Armillaria mellea, que es peligroso en algunos cultivos forestales. Sin embargo, no se han encontrado hasta la fecha serias dificultades, por lo que corrientemente las cepas se dejan en el terreno.
Después de una plantación explotada anteriormente
Si es posible, deberá hacerse el desfonde, arado y discado del sitio. Si las líneas de plantación del cultivo anterior eran regulares y derechas, y si las nuevas distancias propuestas son iguales a las anteriores, el nuevo cultivo puede plantarse a lo largo de la misma línea anterior, colocando los árboles entre las viejas cepas, lo que permitirá el máximo cultivo del suelo entre líneas de las antiguas cepas.
Si las viejas cepas están dispuestas de modo irregular, o si las nuevas distancias son diferentes a las anteriores, algunas de las viejas cepas deberán extraerse o aserrarse al ras del suelo para permitir los cultivos mecanizados. Como alternativa, puede ser necesario hacer hoyos de plantación.
Plantación en antiguas tierras agrícolas
Si la antigua tierra agrícola se ha cultivado por un período considerable, podría existir una capa compacta debajo de la profundidad arable. Por ello, es aconsejable el desfonde, así como la arada y el discado, con el resultado de un mejor crecimiento. El desfonde deberá hacerse a profundidades de 30–45 cm, a lo largo de las líneas proyectadas para las plantaciones.
Para suprimir mejor las hierbas y obtener una mejor labranza del suelo, hay que arar completamente hasta una profundidad de por lo menos 10 cm. La arada debe hacerse mientras la tierra está húmeda y, si es posible, deberá dejarse el suelo en barbecho por lo menos 3 meses antes de ser desmenuzado aún más con rastras de discos.
Plantación en terrenos difíciles
Sobre terrenos rocosos o de mucha pendiente, puede ser impracticable el cultivo completo, siendo entonces necesario preparar hoyos de plantación. Se prefiere, pero no es esencial, prepararlos antes de la estación de plantación propiamente dicha. Para obtener mejores resultados, los hoyos de plantación deben centrarse dentro de manchones bien cultivados de por lo menos 1 m de diámetro, y preferiblemente mayores. Los hoyos deberán tener una profundidad de por lo menos 25 cm.
En sitios muy húmedos es deseable establecer un sistema de drenaje arando surcos profundos paralelos a la dirección de los escurrimientos. Es deseable hacer dos o más aradas en direcciones opuestas para formar un caballón levantado en el cual se colocarán las plántulas.
La preparación de plantaciones en terrenos secos implica tener que desfondar, arar y formar caballones a lo largo de las líneas de nivel, seguido por discados. Las plántulas se ponen en los altos y, preferiblemente, sobre las pendientes de los montículos.
Una amplia gama de distancias iniciales se ha ensayado en los países que plantan eucaliptos (Cuadro 5.2). A mayor cantidad de tallos por hectárea habrá mayor volumen total de rendimiento en las primeras fases, y, por lo tanto, será mayor el costo de producción de plantas y de la plantación. Los propietarios forestales tienen que decidir sobre las distancias que satisfacen los objetivos de la ordenación y la fertilidad del sitio. En general, los sitios pobres deberán tener espaciamientos mayores y los mejores sitios distancias más cercanas, pero que permitan el rápido desarrollo de buenas cosechas provechosas de madera para pasta. Otro importante factor que debe influir sobre la decisión del propietario con respecto al espaciamiento es la posible utilización de equipo mecanizado para los cultivos y la cosecha.
Entre los países que han publicado cifras, la empresa forestal APM de Australia usa distancias de 3,33 × 2,25 m; Brasil usa principalmente un espaciamiento de 3 × 2 m, 2,7 × 2,7 m, 3 × 1,7 m y 2,5 × 2,5 m; Sudáfrica tiende a distancias normales de 2,4 a 2,7 m con líneas más distanciadas de 3,7 m en los intervalos de 10 líneas, para permitir el acceso a camiones; Forest Products Limited, de Nueva Zelandia, en plantaciones de madera para pasta, trata de tener una densidad inicial de 1 700 tallos/ha con plantas a raíz desnuda, lo que permite amplitudes entre las hileras de hasta 3,3 m y ofrece un mejor acceso para las operaciones de cultivo. Cuando hayan mejorado las técnicas de plantación, se prevé una densidad inicial de 1 100–1 200 tallos/ha. El Servicio Forestal de Nueva Zelandia, con el objetivo de obtener trozas para sierra, puede asociar eucaliptos con plantaciones de pino, o adoptar distancias relativamente anchas.
Cuadro 5.2 Distancias usadas por los principales países plantadores de eucaliptos
Distancias iniciales (m) | Arboles por hectárea | Objetivos de la ordenación |
2 × 2 | 2 500 | Madera para pasta, ademes, postes ligeros |
2 × 2,5 | 2 000 | » » » » » |
2,5 × 2,5 | 1 600 | » » » » » |
3 × 2 | 1 670 | Madera para pasta, postes ligeros y pesados |
3 × 2,5 | 1 330 | » » » » » |
3 × 3 | 1 110 | Trozas aserrables, postes ligeros y pesados, ademes y madera para pasta |
3,33 × 2,25 | 1 330 | Trozas aserrables, postes ligeros y pesados, ademes y madera para pasta |
Se constata que los países donde se considera que será necesario en el futuro el uso de equipo mecanizado, prevén líneas especiales de acceso a ciertos intervalos o distancias mínimas de 3 m entre las hileras. La destrucción mecánica de la maleza en dos direcciones requiere distancias mínimas de 3 × 3 m. Sin embargo, todos los países tratan de tener una plantación inicial total de por lo menos 1 000 árboles por hectárea en buenos sitios para asegurar una producción satisfactoria.
Alineado y marcado
A fin de estimular un crecimiento uniforme y facilitar los cuidados mecanizados y la cosecha, las hileras de plantación deben ser regulares y derechas y los espacios entre los árboles nivelados. Esto se puede obtener con una cadena para plantación que tenga marcadores a intervalos que correspondan a los espacios adoptados. Los hoyos de plantación se marcan claramente sobre el terreno, iniciando la operación con una azada o pica o enterrando una pequeña estaca de madera, si se hallan disponibles localmente.
Fecha de plantación
En general, la plantación debe hacerse lo más temprano posible en la estación húmeda para que las plantas puedan beneficiarse en pleno del calor residual del suelo en las regiones de lluvias invernales, o de la estación húmeda en las regiones de lluvias estivales. En ambos casos, puede haber un período seco de 2 a 3 semanas entre las primeras lluvias y las precipitaciones más generalizadas. Una gran ventaja de la plantación en recipientes es que la tierra húmeda de los mismos debería facilitar que la planta soporte períodos difíciles como éstos. Este sería el caso de los recipientes más grandes, que contienen un mínimo de 300 hasta 1 500 cm3 de tierra, pero puede ser difícil con los recipientes de turba, que contienen sólo unos 90 cm3 de tierra. Es preferible demorar la plantación de los recipientes de turba hasta que se hayan iniciado las lluvias principales. En las zonas frías puede ser necesario plantar después de la estación de las heladas.
Plantación
Si el terreno para repoblar ha sido arado y discado, y especialmente si ha sido posible desfondarlo a lo largo de la línea de plantación, la tarea de la plantación propiamente dicha significa llevar las plantas (a raíz desnuda o en recipientes) al terreno, y colocar el material de plantación en su posición correcta, oprimiendo el suelo mineral del terreno contra las raíces o contra la tierra mineral de los recipientes. Si se trata de sacos de polietileno, por lo general éstos se quitan antes de plantar para evitar fallas radicales, pero algunos países que usan tubos o sacos perforados en los lados y fondo no los quitan. El material en recipientes de turba se planta con la maceta.
Ha habido en años recientes una creciente preocupación por los riesgos de enrollado y estrangulación de raíces debido a uso de recipientes de polietileno. Ejemplos de quebraduras basales del tallo en pinos han sido citados por Ball (1976), y hay algunas pruebas de que un daño similar puede tener lugar en los eucaliptos. El enrollamiento de raíces laterales alrededor de la raíz pivotante por culpa de las constricciones del polietileno lleva a la muerte de la raíz principal. La consecuencia es la reducción de la estabilidad mecánica y el peligro del desarraigue o ruptura al nivel del cuello radical, que puede producirse varios años después de la plantación. El peligro del enrollamiento de la raíz puede limitarse eliminando los tubos o bolsas (en su totalidad o, por lo menos, la mitad inferior), cortando los 2 cm inferiores de la bola radical y haciendo dos cortes verticales a ambos lados para eliminar las raíces enroscadas, inmediatamente antes de plantar. En Malawi, todos los tubos se recuperan y se vuelven a emplear durante 2–4 años.
Sobre antiguas tierras cultivadas es posible emplear máquinas plantadoras, tanto para plantas en recipientes como a raíz desnuda. Si se puede hacer, es una gran ventaja, puesto que la tierra alrededor de las raíces y en los recipientes es pesada. Las máquinas plantadoras ponen las plántulas en su emplazamiento final y las buenas máquinas afirman muy bien la tierra alrededor de las plantas.
Si no pueden emplearse las máquinas plantadoras, se necesita una pala, azada o pica de plantación para preparar el hoyo de plantación definitivo y el plantador introduce la planta y se asegura que quede bien apisonada en el suelo, sin espacios con aire alrededor o debajo de la planta, y que el suelo mineral esté en contacto con las raíces. Un buen apisonamiento del suelo y el evitar los espacios de aire son vitales para el buen resultado de la plantación.
En regiones libres de comejenes, las plantas se colocan de modo que el anillo radical quede nivelado con la superficie del suelo del terreno o ligeramente por debajo, más que por encima. La compañía forestal APM de Australia recomienda que el material en recipientes de turba, que tiene una bola de tierra relativamente pequeña, sea plantado 2,5 cm por debajo de la superficie del suelo, o un poco más profundo si la humedad del suelo disminuye. Esto no se aplica en regiones donde hay termes (véase más adelante).
Reposición y riegos
Los principales países plantadores de eucalipto tratan de obtener el arraigue del 90% o más en sus plantaciones. A veces, generalmente a causa de las condiciones climáticas adversas, pero otras debido a un pobre material de plantación o preparación del suelo, el porcentaje de arraigue baja drásticamente. Si las fallas son provocadas por el clima adverso al principio de la estación de plantación, la reposición debe realizarse lo más pronto posible en la misma estación, cuando se puede perder poco en el crecimiento. Si las pérdidas son provocadas por otros factores, como heladas anormales o daños por plagas, habrá que reemplazar las plantas más tarde en la estación, si es posible con plantas más fuertes. Se recomienda tener una reserva del material de plantación para esta finalidad. Si las pérdidas se deben a la mala preparación del terreno, hay que poner remedio a esta situación procediendo a una preparación más cuidadosa que la normal antes de hacer reposiciones con el material de reserva. Estas reposiciones pueden tener la ayuda de una aplicación adicional de fertilizante si se plantan después de la fertilización normal de la parcela.
Las reposiciones efectuadas al año siguiente de la plantación original no tienen, por lo general, mucho éxito en el caso de los eucaliptos, a menos que las pérdidas se extiendan en gran parte de la parcela. En este caso, habría que hacer de nuevo la preparación del terreno antes de volver a plantar.
Si las plantaciones nuevas quedan afectadas por condiciones de sequía anormal antes de establecerse, y si son de fácil acceso, la aplicación de 2 litros de agua o más por planta puede permitir a las plantas subsistir hasta las siguientes lluvias, evitando el trabajo y el gasto de una reposición masiva.
Fertilización
En algunos sitios, los jóvenes eucaliptos reaccionan rápida y notablemente a los fertilizantes. Los forestales han notado y medido esta reacción y muchos emplean esta técnica, tanto en el vivero como en las plantaciones jóvenes. El empleo de fertilizantes en el vivero ha sido analizado anteriormente en este capítulo.
Cuando se usan fertilizantes en el terreno, la práctica común es aplicarlos desde unas cuantas semanas hasta 3 meses después de la plantación, en un círculo o sobre dos pequeños manchones de terreno a ambos lados, y a 15–30 cm de la planta. La cantidad de fertilizante y las proporciones entre los diferentes elementos tienen que ser establecidas para determinados suelos mediante investigación y sopesando el mayor rendimiento contra el costo de los fertilizantes y de su aplicación. En algunos suelos, la reacción a los fertilizantes puede ser insignificante o no justificar el costo.
Algunos ejemplos de formulaciones de fertilizantes figuran a continuación:
Australia (Nueva Gales del Sur). 50 g por planta de abono 15 N/30P. Ningún elemento en forma aislada provocó reacción, pero, en combinación, provocaron una respuesta espectacular. La interacción positiva entre N y P se ha registrado también en Nigeria y otros países.
Nueva Zelandia. Sobre tierra pómez 60–80 g de urea por planta, seguida por 200 kg/ha de urea en el segundo año. Sin reacción al P o al Mg.
Sri Lanka. Plantado normalmente sin fertilizar. Si aparecen deficiencias de nutrientes, se aportan 57 g de NPK (15.15.15) aplicados 2–3 años después de la plantación.
Zambia. 90 g por planta de NPK (11.22.11) más 60 g de boro. El NPK puede ser interrumpido, puesto que la investigación ha demostrado sus efectos limitados.
Malawi. 50–75 g del abono compuesto NPK 321 (25) con 25–50 g de boro por planta. La dosis se ajusta en función de la zona climática.
Sudáfrica. 150 g de NPK (3.2.1) por planta.
Portugal. Sobre arenaria E. globulus se fertiliza con NPK. Sobre esquistos se omite K y se reemplaza por Ca.
Brasil. 70–200 g por planta de 6N/14P/5K + Ca + S, o 9N/30P/5K + oligoelementos.
Algunos ejemplos pueden hallarse en Jackson y Ojo (1973), Jackson (1977b), Kadeba (1976).
Puede haber deficiencia de boro en algunos suelos de sabanas tropicales (Laurie, 1975). Experimentos llevados a cabo en Zambia, Nigeria y en otras partes han confirmado plenamente la necesidad de fertilizantes de boro en tales casos. No solamente se eliminan totalmente los síntomas de la deficiencia de boro, sino que, por lo común, se produce una notable mejora en el crecimiento. Se aplican ahora a los eucaliptos, como práctica normal, hasta 60 g de fertilizante borado por planta en países como Malawi, Nigeria y Zambia.
Insecticidas
Los eucaliptos son notoriamente susceptibles a los ataques de los termes o comejenes durante el primero o segundo año posteriores a la plantación Donde éstos aparecen, el empleo de insecticidas en la plantación son un sine qua non para el buen resultado de la plantación. Se acostumbra incluir un insecticida en la mezcla de tierra en el vivero para dar protección posterior a la plantación. Los insecticidas comúnmente empleados son dieldrina o aldrina y pueden ser mezclados con el suelo (por ejemplo, 0,8 kg de polvo de dieldrina al 2% por m3 de suelo), o mezclados en una suspensión con el agua de riego. En Zambia se aplican 200 a 400 g de polvo de aldrina humectable en 24 litros de agua para 1 000 plantas en recipientes normales, en tres veces, o sea 1, 2 y 3 semanas después del repicado, para que el insecticida pueda acumularse en el suelo antes que el follaje sea demasiado grande y desvíe el agua de riego. En el momento de la plantación, es importante mantener la parte superior del recipiente a 1–2 cm por encima del nivel del terreno para evitar que se forme un «puente» de tierra no tratada que toque el tallo. Una precaución adicional es dejar un reborde de 1–2 cm del recipiente por encima del nivel del suelo.
Tanto la dieldrina como la aldrina son insecticidas organoclorados persistentes que pueden contaminar el ambiente ecológico, y su empleo ha sido prohibido en algunos países para uso agrícola. En la plantación de eucalipto, las cantidades empleadas son pequeñas con respecto a las superficies en cuestión y es posible que no se observen efectos inmediatos. En vista, sin embargo, del efecto acumulativo de estos productos químicos, es urgente emprender investigaciones para encontrar otro insecticida que sea eficaz, pero que, al mismo tiempo, se descomponga en sustancias no nocivas para el suelo.
Lucha contra las malezas
Los eucaliptos prosperan donde pueden crecer libremente y son muy sensibles a la competencia durante su primer año en la plantación.
La lucha contra las malezas puede ser muy reforzada por medio de una buena preparación del suelo, pero es posible que haya una gran cantidad de semillas de malezas en el terreno y otras semillas serán llevadas por el viento desde la vecindad. Las malas hierbas que compiten con las plantas durante su primer año deben suprimirse arrancándolas a mano, con azada o rastreos de disco. La limpieza alrededor de los jóvenes arbolitos hecha a mano no es una operación difícil cuando el suelo está en buenas condiciones. Entre las hileras, las malas hierbas pueden eliminarse con rastreos de disco. Es importante quitar las hierbas antes que germinen, multiplicando de este modo el problema. En una plantación que ha sido bien preparada y fertilizada, es el primer año de crecimiento el más importante. El desyerbe debe continuarse hasta que se cierra el dosel. Los eucaliptos son muy sensibles a la competencia con los pastos, especialmente Imperata en los trópicos. No es exagerado insistir sobre la importancia de un buen desmalezado para un establecimiento óptimo y el pronto cierre de las copas.
Para la preparación de esta sección, se ha hecho especial referencia al Handbook on eucalypt growing (W.R.I., 1972), facilitado por el Wattle Research Institute, Pietermaritzburg, Sudáfrica, además de los informes nacionales presentados a la FAO en 1974–75.
La mayor parte de los 4 millones de ha de plantaciones mundiales de eucalipto serán ordenadas para cultivos por tallar para proporcionar grandes cantidades de madera para pasta a la industria papelera y a plantas de elaboración, que reconstituyen la madera astillada o desfibrada en otros productos; para proveer ademes con objeto de que las minas profundas puedan explotarse en el mundo; para proporcionar una gran variedad de postes cortos y largos a las comunidades vecinas a los bosques de tallar y para suministrar combustible para uso industrial y doméstico. Sin embargo, no se puede contar con todas las especies de eucaliptos para la regeneración por tallar o monte bajo, sea porque la capacidad de rebrote de una determinada especie es pobre, o porque los brotes producidos en el monte bajo no son de forma suficientemente buena para obtener los deseados troncos derechos y largos. Cuando no puede contarse con la regeneración por tallar, debe realizarse la replantación completa, con la correspondiente pérdida de tiempo. Entre las especies citadas por tener una pobre capacidad para el tallar pueden mencionarse las siguientes: E. astringens, E. botryoides, E. deglupta, E. fastigata, E. gomphocephala, E. nitens, E. oreades, E. pilularis y E. regnans.
Raramente se hacen raleos en grandes plantaciones antes de la primera corta del cultivo. A veces, las especies se mezclan en el vivero y si, por ejemplo, un híbrido aparece en los años iniciales, debe ser eliminado por evitar posibles cruzamientos con el cultivo principal. Deben quitarse también los tallos muy defectuosos.
A veces un eucalipto joven se rompe o resulta dañado por animales o tormentas. Si estos árboles se cortan cerca del suelo, se genera un fuerte nuevo rebrote que responderá mejor a los objetivos de la ordenación que un brote dañado. Se recomienda mucho este tipo de tratamiento.
Otra circunstancia donde puede ser aconsejable un tratamiento temprano, antes de la primera corta programada para el tallar, es cuando toda la parcela o gran parte de la misma ha sido gravemente dañada por el fuego, nieve o tormentas eólicas. La corta de todos los fustes con sierra de cadena cerca del suelo puede llevar a un cultivo satisfactoriamente uniforme mucho más rápidamente que replantando.
En la mayoría de las plantaciones de eucalipto por tallar, la primera cosecha (procedente de las plántulas) se corta entre las edades de 7 a 10 años. La tala de los eucaliptos es la operación más importante con respecto a la supervivencia de las plantaciones a través de los sucesivos tallares de cepas, lo que puede repetirse para tres o cuatro rotaciones más. El período de la tala, el tipo de equipo y las técnicas empleadas son todos importantes.
La época de corta debe ser programada para evitar períodos secos y fuertes heladas, que pueden hacer desprender la corteza de las cepas. Esta época puede diferir según las localidades, y es necesario investigar para obtener más información. En las regiones frías, el principio del período de crecimiento después de las fuertes heladas es posiblemente la mejor época, ya que los brotes se establecerán bien antes del invierno siguiente. Si hay una estación muy seca, la corta deberá hacerse al principio de la estación de las lluvias para asegurar bastante humedad en el suelo.
Las herramientas de tala son también importantes. La experiencia en Australia y en Sudáfrica ha puesto en evidencia mejores resultados en las cortas y en el crecimiento del tallar si se emplean sierras de cadena en vez de hachas. Con el hacha hay una mayor probabilidad de desprender la corteza de la cepa. La sierra de arco y la de troceado para dos hombres pueden también usarse con buenos resultados; a veces estas herramientas de mano han dado mejores resultados que las sierras de cadena.
Hay que prestar atención a la altura de la corta. Si las cortas se hacen demasiado altas, las posibilidades de sobrevivir de la cepa son menores. Si se corta al nivel del suelo, la corteza puede soltarse. La altura recomendada es la de 10–12 cm. El corte deberá ser lo más liso posible e inclinado para facilitar el escurrimiento del agua. La acumulación de agua sobre la cepa aumenta el peligro del ataque por hongos.
Después de la corta, las cepas deben ser liberadas de las ramas y de las puntas, para que el joven tallar pueda formarse sin interferencias.
Las instrucciones para los leñadores y supervisores deberán exigir cortar a una altura de cepa no superior a los 12 cm, y se deberá dotar a los primeros de sierras de cadena o de arco. Esta altura de la cepa debería asegurar una cantidad adecuada de brotes de tallar. El uso de las sierras de arco y de cadena reduce el daño en la corteza y permite una rápida formación del tejido calloso protector alrededor de la circunferencia del cámbium.
Si los troncos cortados en la primera tala se venden sin corteza, la tala y el troceado se pueden hacer del largo requerido por el mercado, sin mayores perjuicios para las cepas. Sin embargo, a menudo muchas maderas se descortezan antes de la venta, y resulta ventajoso descortezar algo, o la mayor parte, mientras los árboles están aún en pie. Los obreros forestales pueden arrancar tiras de corteza de los troncos con el árbol todavía en pie, y es bastante notable observar la considerable altura, quizás 20 m, hasta la que puede ser descortezado en cosechas por tallar, por ejemplo, E. grandis. Es muy importante que este arranque de tiras de corteza no se haga hacia abajo, porque podría dañar la corteza en la base del árbol y destruir así las yemas latentes que producen los brotes para el tallar. Cuando se hace el descortezado por tiras sobre los árboles en pie, los obreros deberán tener instrucciones estrictas de que se haga un pequeño corte alrededor del árbol a una altura de cerca de 25 cm, y que el arranque de la corteza hacia arriba parta de este corte. Una vez que la corteza se haya separado lo más alto que sea posible, el árbol será talado con la sierra de cadena a una altura máxima de 12 cm. Estas prescripciones se seguirán también para cada corte sucesivo del cultivo por tallar.
Los brotes del tallar se forman de las yemas latentes localizadas en la corteza viva, o de yemas de lignotúber cerca de la unión entre la raíz y el tallo, en muchas especies de eucaliptos (Capítulo 2).
Mientras el tronco crece vigorosamente, las yemas están inhibidas en el desarrollo por la corriente de las auxinas hacia abajo del tronco. Apenas se corta el tallo, se elimina esta inhibición y las yemas comenzarán a desarrollarse. A veces, se forma una gran cantidad de brotes en la cepa, pero gradualmente se ralean por sí mismos. Este proceso de autorraleo es interesante de observar. No siempre los brotes vigorosos llegarán a sobrevivir. Los brotes se acumulan juntos y forman nudos, llamados «nudos epicórmicos», en los cuales muchos de los brotes individuales pueden carecer totalmente de estabilidad. Con frecuencia, los más grandes caen o son derribados por el viento. Este fenómeno puede suceder dos o tres veces durante varias semanas en un tallar vigoroso, pero finalmente dos, tres o varios quedarán ligados bastante firmemente a la cepa. Entre éstos, el propietario forestal deberá seleccionar su futura cosecha; es una fase muy importante en el desarrollo de un buen cultivo por tallar.
Mientras haya una adecuada disponibilidad de humedad en el suelo durante la estación fresca del año, esta estación producirá, por lo común, el mayor número de brotes de tallar. Sin embargo, la estación fresca puede no ser la mejor para la tala en regiones susceptibles a las heladas, ya que, cuando éstas son fuertes, pueden provocar la separación de la corteza de la cepa. Los períodos de sequía intensa pueden también ser desfavorables para el tallar, y tienden a aumentar la mortalidad entre las cepas. Posiblemente, la corta a principios de la estación de crecimiento, pero después de la peor parte de la estación de las heladas, será la que dará el mejor y más prolífico tallar; además, este tallar tendrá mejores oportunidades para endurecerse antes del siguiente invierno, y tendrá asimismo la capacidad de dominar las malezas recientes mejor que en los tallares más tardíos. A pesar de todo, puede decirse que raramente tiene que interrumpirse la explotación o empleo de la mano de obra por el peligro de fallas en los tallares de eucaliptos. La mayoría de las especies de eucaliptos son bastante flexibles y generosas en su reacción a la estación de tratamiento.
La altura recomendada para el tocón no es superior a los 12 cm, lo que dará un buen cultivo del tallar con suficientes brotes. Sin una adecuada supervisión, hay la tendencia de cortar más en alto, con el resultado de una pérdida de madera a beneficio del propietario y de tallares defectuosos. Todos los eucaliptos tienen abundantes yemas latentes a lo largo del tronco. Cuando se corta el árbol, se formarán vástagos de cada una de ellas, y los superiores tendrán la tendencia a desarrollarse más rápidamente que los inferiores, que pronto quedarán suprimidos. Estos brotes superiores son mucho menos sólidos que los de los tocones cortados a la altura recomendada de 12 cm, o menos. El callo que se forma a cierta altura en el tallo es más débil y no puede dar un apoyo tan bueno al nuevo tronco como lo dará el callo de un corte bajo.
Hay también la tendencia de que la altura del tocón aumente en las talas sucesivas del monte bajo, puesto que es más fácil cortar los árboles un poco más arriba. Esta tendencia no es nunca necesaria y los supervisores deben impedirla. Los eucaliptos tienen suficientes yemas latentes sobre el tocón original y se desarrollarán si se sigue un correcto procedimiento de corta.
En Australia, los eucaliptos dañados por el fuego, o deformados por otros motivos, de casi todas las especies (con la principal excepción de E. regnans) y con cepas de hasta 20 cm de diámetro, se talan en las operaciones de mejoramiento de los rodales madereros, permitiéndoseles formar varas de tallar para que estos brotes se conviertan en postes largos o trozas de aserrío. En la mayoría de los casos se obtiene el resultado esperado. Los brotes del tallar comienzan con la ventaja del sistema radical de la cepa madre y, por lo general, superan en crecimiento a la regeneración por plántulas. Casi un siglo de experiencia en Australia justifica esta práctica, que puede también observarse cuando E. diversicolor, bastante grande, se tala por tallar para trozas de aserrío en Sudáfrica, y otro tanto ocurre en Brasil con E. grandis.
Las observaciones hechas en Natal (Sudáfrica) sobre una primera corta de 7 años de E. grandis han indicado que había grupos de cepas de diámetros menores y mayores en los cuales las mortalidades de cepas eran máximas. Las cepas menores (3 a 10 cm) y las muy grandes (20 a 38 cm) presentaban una elevada mortandad, mientras que las cepas con diámetros de 10 a 20 cm tenían una mortalidad baja. Las observaciones generales indican que cuanto más uniforme es una plantación y cuanto menor es la variación de los diámetros de las cepas, mejor será la supervivencia de las cepas, y mejor la producción en volumen del cultivo por tallar.
26. Retoños de E. grandis que cubren perfectamente el viejo tocón. Arriba, un solo retoño de 2 años; abajo, una buena pareja de retoños de 2 años Wattle Research Institute, Pietermaritzburg | |
En cada sucesiva rotación del tallar un porcentaje de cepas deja de producir otro rebrote después de la tala. Al final, habrá muy pocas cepas para producir un razonable incremento medio anual y es aconsejable restablecer un rodal de plántulas. En Sudáfrica, la mortalidad natural en plantaciones de E. grandis por tallar, por término medio, oscila entre 3 y 5%. Es el efecto de la mortalidad de tocones, más bien que la pérdida de vigor de los tocones vivos, lo que produce un incremento medio anual deficiente en tallares con demasiadas rotaciones.
E. globulus ha sido talado en los montes Nilgiri, en la India, en rotaciones de 10 años, más o menos, durante casi un siglo y produce aún muy buenos beneficios, ejemplo que frecuentemente se menciona en la literatura forestal. En Israel, cinco rotaciones sucesivas de 10 años en tallares de E. camaldulensis se han establecido bien.
Sobre sitios razonables puede suponerse que se obtendrán por lo menos dos cosechas satisfactorias del tallar, posteriores a la cosecha inicial del cultivo por plántulas, si las cortas se hacen en rotaciones breves de hasta 10–12 años; esto se aplica a E. grandis, E. saligna, E. cloeziana, E. maculata, E. paniculata, E. globulus, E. camaldulensis y E. tereticornis. Si las rotaciones son más breves, pueden ser satisfactorias más de dos explotaciones del tallar. Antes se daba por supuesto un total de cuatro cosechas en 22 años, con cortas a los 7, 12, 17 y 22 años. Más adelante se pensó que la tercera corta podría desaconsejarse; pero ahora, que se pone más cuidado en la corta de las cepas con la sierra de cadena, parecen preferirse de nuevo los tres cortes de tallar.
Cuando se explota una plantación de eucaliptos, bien sea de plántulas o de tallar, se queda sobre el terreno una gran cantidad de desechos, que, si están distribuidos irregularmente, impiden el acceso y se convierten en un serio peligro para los incendios. Si se queman sobre el terreno, el fuego puede matar un número considerable de tocones necesarios para los sucesivos tallares. Lo mejor es apilar el ramaje cada tres o cuatro hileras de cepas, para quemarlo en días húmedos y sin vientos, o dejarlo pudrir.
Tratamientos como el subsolado o los rastreos de la tierra entre las hileras de tocones se han hecho en forma experimental, pero sin resultados convincentes. La conservación del ramaje protege hasta un cierto punto al suelo y limita el crecimiento de maleza. El rozado en la estación más húmeda reduce el posible riesgo de peligrosos fuegos, pero es caro. Cualquier tipo de cultivos estimula las malezas.
Eucalyptus deglupta, Kerawat,
Nueva Bretaña
L.D. Pryor
En esta página: E. grandis, Canberra Botanical Gardens (C. Palmberg).
Enfrente, arriba: trozas listas para ser peladas para la fabricación de cajones
de fruta; abajo, cajones terminados. Concordia, Argentina (L.D. Pryor)
Plantación de E. grandis. Brotes
epidérmicos después de una sequía.
Coff's Harbour, Nueva Gales del Sur
L. D. Pryor
E. microtheca, Gezira, Sudán.
Arriba: palos pequeños obtenidos
por tallar; abajo: tallar
raleado a dos varas por tocón
L. D. Pryor
E. urophylla. Rodal inicial,
Río Claro, São Paulo, Brasil
L. D. Pryor
E. urophylla. Rodal degradado debido a
eruzas interespecíficas.
Area de Santa María, São Paulo, Brasil
L. D. Pryor
Bosque natural de E. regnans,
Maydena, Tasmania
L.D. Pryor
Forma del árbol de E. camaldulensis
CSIRO
Division of Forest Research,
Canberra, ACT, Australia
Forma de la corteza de E. camaldulensis
CSIRO
Division of Forest Research,
Canberra, ACT, Australia
Rodal natural de E. camaldulensis
sobre lecho fluvial desecado
en Australia central
L.D. Pryor
E. occidentalis, Australia Occidental
L.D. Pryor
Arriba y abajo: Brote de raíz
de E. tetrodonta, Darwin,
Territorio del Norte, Australia
L.D. Pryor
Copas de E. gunnii dañadas por las heladas,
Sochi, URSS
L.D. Pryor
Rajas causadas por las heladas en E. cinerea, Sochi,
URSS
L.D. Pryor
En la mayoría de los casos, una cierta cantidad de vástagos comenzará a desarrollarse sobre cada tocón. Es posible que se reduzcan a cinco o a seis por el fenómeno antes descrito (« Mecanismo del tallar »), y, si se dejan cinco o seis vástagos por tocón, serán siempre curvados y capaces de dar solamente productos inferiores. Si se requieren troncos más derechos y de mayor valor, el tallar tiene que ser raleado a tres o dos vástagos por cepa, o dejar incluso uno solo, lo que debe hacerse en la época en que los brotes alcanzan la edad de 18 meses.
Cuantos más vástagos se dejan en una cepa tanto menor serán sus diámetros finales, pero más tallos pueden producir más volumen en rotaciones muy cortas del tallar. Si las rotaciones son de hasta 10 a 12 años, el volumen por hectárea producido con un tallo por cepa es aproximado al producido por más de un tallo, y el valor potencial del material producido por un tallo por cepa, derecho y bien elegido, es posiblemente muy superior. Cuanto más pronto se llega al número final de tallos por tocón, más grandes serán los troncos al final de la rotación del tallar, pero una reducción muy temprana puede originar la pérdida de material pequeño, lo que puede significar un buen valor comercial al año siguiente. En muchos lugares, los vástagos de eucalipto muy pequeños y derechos pueden tener valor como postes para cercas. La ventaja financiera puede ser considerable si pueden obtenerse, por ejemplo, a los 2–3 años del tallar, además del beneficio total del tallar a los 10 años, cuando pueden obtenerse muchos postes largos y derechos de apreciable valor.
Los brotes que quedan sobre los tocones, después de la reducción por competencia mutua, deben estar en la fase en que han puesto en evidencia su forma, su resistencia al viento y su vigor, antes de la selección final de uno o dos tallos a conservar. Deberán elegirse los que provienen de las yemas latentes más bajas de la parte superior del tocón y de los que se espera que el callo que se genere se aferrará a la cepa en su parte superior, como se muestra en la Figura 28. Se preferirán los brotes que crecen sobre el lado de la cepa que está en la dirección del viento, porque habrá menos probabilidades que éste los derribe que si estuvieran del otro lado.
Si las consideraciones generales de la ordenación de la plantación lo permiten, es preferible el raleo de los brotes del tallar en la estación menos susceptible a las intensas heladas y fuertes vientos. Estos raleos deben hacerse con mucho cuidado, pero puede ser necesario emplear hachas ligeras o machetes si la densidad de las cepas impide el empleo de la sierra de cadena.
La cantidad final de tallos por hectárea retenidos en el tallar raleado no debe ser inferior a la densidad de la población original. Cuando algunos de los tocones mueren, debe dejarse más de un tallo en las cepas adyacentes.
Cuando debe replantarse un viejo cultivo, se extraerán o matarán las cepas; en caso contrario, los brotes de una apreciable cantidad de ellas interferirán con el nuevo cultivo y perjudicarán la uniformidad. Las viejas cepas, que tardarán muchos años en pudrirse, podrían también cobijar o desarrollar patógenos que pueden atacar el nuevo cultivo.
Si hay 1 000 o más cepas por hectárea en el viejo cultivo, las cepas con sus raíces vecinas representan un considerable volumen de madera que podría proporcionar una excelente leña para el mercado local. Sin embargo, la tarea de arrancarlas y apilarlas, o, como alternativa, sacarlas y quemarlas, es difícil y onerosa. En la situación actual, no es por lo tanto posible contemplar que se extraigan las cepas, salvo en un porcentaje muy limitado de viejos tallares de eucalipto.
Si las cepas no pueden extraerse, deberán matarse, lo que implica la destrucción de muchas yemas latentes cerca de la superficie del suelo y también, posiblemente, debajo del nivel del suelo, dado que el lignotubérculo de los eucaliptos está a menudo enterrado en el suelo. Las yemas pueden matarse descortezando completamente las cepas con hacha, cincel o envenenando la cepa. En este último caso, es preferible hacer incisiones anulares alrededor de la cepa para aplicar el veneno, más bien que tratar de hacer un descortezado completo.
Los venenos usados puden ser productos comerciales, tales como una solución al 5% de arsenito de sodio en agua, o bien hormonas fitocidas como el 2,4,5-T. El arsenito de sodio es venenoso y peligroso para la vida animal. Los productos químicos basados en el 2,4,5-T son más caros que el arsenito de sodio. El 2,4,5-T soluble en aceite (40%), diluido al 5% disolviéndolo en aceite combustible, ha demostrado ser un eficaz inhibidor en los tallares. El envenenamiento de las viejas cepas es una operación cara, y el propietario prefiere a veces mandar sus obreros a las antiguas líneas de plantación y cortar los tallos de las antiguas cepas, lo que puede hacerse al mismo tiempo que el desmalezado. Serán necesarios dos o tres tratamientos antes de que el nuevo cultivo de plántulas cubra completamente la maleza y el viejo tallar.
Los tallares cultivados para la industria del papel, leña e incluso algunas veces para ademes, pueden recibir muy pocos tratamientos o ninguno entre las cortas, pero estos cultivos tienen un bajo valor unitario por volumen. Los tallares cultivados sin raleos representan, sin duda, la proporción más grande de las plantaciones mundiales de eucaliptos, por lo que se tiene poca información sobre programas de raleos.
Si se pretende obtener un cultivo de más valor con tallos progresivamente mayores, la cantidad de plantas en una parcela debe reducirse a medida que aumenta la altura de los árboles. Para el primer raleo, sería mejor eliminar una hilera de cada tres, lo que daría una producción utilizable de madera para pasta y algunos postes cortos, equivalente a un tercio del volumen total del rodal y, asimismo, facilitaría el acceso al rodal para las extracciones.
El Cuadro 5.3 resume los programas de raleos efectuados para E. grandis en Sudáfrica (Wattle Research Institute, 1972) y E. grandis en Zambia (Anexo 3).
El Anexo 3 (Cuadro A 3.11) reproduce un antiguo programa de raleo para E. grandis en Sudáfrica. Para E. globulus, en Uruguay, se hacen dos raleos a las edades de 6–7 y 10–11 años, que, conjuntamente, eliminan el 70% del número de tallos establecidos; la tala final de los restantes 500 tallos/ha se hace a los 16 años. Para E. deglupta, Papua Nueva Guinea indica una población inicial de 480 tallos/ha, un raleo de limpieza a los 5 años, un raleo dejando 244 troncos/ha a la edad de 10 años, un raleo dejando 99 a la edad de 15 años, y una tala rasa a los 25 años.
Cuadro 5.3 Ejemplos de programas de raleos de eucaliptos para E. grandis
Edad (años) | Tallos/ha después del raleo | Porcentaje raleado | Diámetro medio estimado a la altura del pecho de raleos (cm) |
Sudáfrica | |||
0 | 1 330 | - | - |
6–7 | 990 | 25 | 11–17 |
9–10 | 740 | 25 | 18–20 |
12–13 | 490 | 33 | 22–24 |
15–16 | 250 | 50 | 25–28 |
18–19 | 150 | 40 | 29–30 |
21–22 | 100 | 33 | 32–36 |
30 | 0 | 100 | 56–61 |
Zambia (Copperbelt) | |||
0 | 720 | - | - |
2 | 496 | 31 | 9,2 |
5 | 329 | 34 | 20,1 |
9 | 220 | 33 | 26,7 |
12 | 0 | 100 | 33,5 |
Las cepas procedentes de raleos de eucaliptos de muchas especies producirán brotes de tallar. En algunos países, si hay un buen mercado local para maderas de pequeñas dimensiones, el tallar en sotobosque puede dejarse crecer para extraerlo más adelante. En otros países, las cepas se envenenan, lo que simplifica la ordenación y evita la competencia en el tallar, que produciría una reducción del ritmo de crecimiento del cultivo, más valioso para postes largos, trozas de aserrío y para chapas.
En los últimos años ha habido un cierto interés en la posibilidad de cultivar árboles sin desperdiciar las hojas, las ramas y la corteza. El criterio ha sido que podía plantarse con bastante densidad, con una rotación muy corta de 2 ó 3 años, y cosechar mecánicamente toda la producción, astillarla y hacer pasta. Las propuestas no se han orientado especialmente a los eucaliptos, pero, si son factibles, los eucaliptos podrían ser elementos aptos para realizarlas.
Las dificultades con que estas propuestas se enfrentan son:
El costo de establecer una plantación a distancias de 1 × 1 m, o menos. Haría falta una enorme cantidad de material de plantación.
El elevado porcentaje de corteza, ramas y hojas. En los pequeños eucaliptos, los tallos pueden representar el 30% de la corteza. ¿ Qué cantidad de este material puede usarse?
La escasa longitud de las fibras en madera muy joven de cualquier especie.
Hay circunstancias en que la cosecha para ensilado puede resultar muy ventajosa, como cuando se producen incendios en las plantaciones. Aun cuando se mantenga una excelente protección en la plantación, ésta puede quedar seriamente dañada por fuegos de maleza procedentes del exterior.
Si una plantación de eucaliptos se incendia cuando está fructificando, es posible que decenas, o aun centenares, de millares de plántulas por hectárea se instalen en las áreas quemadas. Esto ha sucedido en una serie de distintas localidades en varios países. Se presenta el grave problema de qué hacer con la resultante jungla de pequeños tallos. Sería de gran ayuda si este denso cultivo pudiera cosecharse para ensilado antes de que se siembre de nuevo y se complique aún más la situación.
Si la cosecha para ensilado fuera realmente prometedora, podría iniciarse con una rotación normal del tallar con una especie de eucalipto apta, cosechando quizás el 75% de la misma, y quemando deliberadamente el resto.