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Mercados y desarrollo del mercado para las pequeñas empresas: La experiencia de Filipinas

por

Prof. Melito S. Salazar, Jr.
Director, Instituto para las industrias
en pequeña escala
Universidad de Filipinas

Cuestiones sobre mercados y su desarrollo para las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque (FB-SSE)

Filipinas tiene una larga historia de actividades promocionales en beneficio de las pequeñas industrias. El Anexo subraya la historia y la puja por estas actividades. Estos esfuerzos se han beneficiado y continúan a tener el endose del gobierno y son ejecutados por una cadena de alrededor de 50 agencias gubernamentales y privadas. Entre ellas las fundamentales ofrecen asistencia en la comercialización, como zona focal o como parte de programas de apoyo amplios y balanceados. La importancia crucial de los mercados y de la comercialización se refleja en el cuidado que asignan a estos aspectos las organizaciones antedichas.

Para comprender los asuntos relacionados con los mercados y con su desarrollo, uno debe tener una firme visión de la estructura del sector de las pequeñas empresas implicadas con la madera (cultivo comunal de árboles, elaboración de la madera en muebles, rubros de la casa y artesanía); fabricación de leña y carbón vegetal, productos menores del bosque (rota y resina), y aun, algunos minerales del bosque.

Campesino trabajando bambú, fabrica pantallas para el comercio turístico.

Dos factores principales afectan a los mercados y su desarrollo; uno es el ambiente que influye en la naturaleza y las características del mercado. Por ejemplo, en un medio ambiente económicamente deprimido sería de esperarse la presencia de un mercado en retracción por el decreciente poder adquisitivo del consumidor. El otro factor es el sistema de comercialización de la pequeña o mediana empresa, que afecta a su capacidad de acceder e influenciar o capturar su mercado. Por ejemplo, una firma podría desear transferir su mercado desde una orientación de baja calidad hacia otra de calidad elevada. A menos que tenga la capacidad de producir la elevada calidad a un costo reducido, que le permitirá ofrecer dichos bienes a un precio razonable a su mercado, podría ser que la firma nunca llegue a alcanzar sus objetivos.

El mercado y el ambiente de comercialización

Los mercados en los países en vías de desarrollo se caracterizan en forma notable por el poder adquisitivo muy reducido del consumidor medio. Una amplia gama de bienes de consumo pujan por el dinero del comprador y por su preferencia, que se orienta más a menudo hacia lo más barato. Además, las empresas compiten para producir al costo más bajo en el mercado, sacrificando el aspecto de la calidad. La resultante es un mercado que encara los productos domésticos como productos ampliamente inferiores a los de manufacturas externas. Confrontándose con esta desventaja y no obstante los controles de importación impuestos por el gobierno, la pequeña y mediana empresa se encuentra siempre a la defensiva debiendo demostrar que la calidad de sus productos es, por lo menos, comparable con la de los productos importados con que compite.

En los años recientes, la pequeña empresa ha tenido que enfrentarse con el desplazamiento desde una importación controlada a una liberalización de la importación en muchos países en vías de desarrollo. Ello podría provocar una intensa competencia resultante de la disminución del precio.

Una vasta gama de leyes a niveles nacional y local restringen también las operaciones de las pequeñas empresas. Estas leyes van desde el control de precios hasta medidas reglamentarias que imponen el registro obligatorio y el pago de patente. Sin embargo, las pequeñas empresas rurales elaboradoras de productos del bosque (FB-SSE) no son mayormente afectadas por este motivo, puesto que los organismos reguladores se concentran primariamente en los centros urbanos.

En cuanto a nivel internacional, las pequeñas empresas se enfrentan con un creciente proteccionismo en los mercados del mundo desarrollado. Rígidas normas de productos y calidad han sido impuestas, haciendo doblemente difícil para las pequeñas empresas el penetrar en el mercado. Las grandes distancias también se traducen en mayores costos de flete, haciendo menos competitivos sus productos. Finalmente, las demandas de grandes volúmenes y de calidades consistentes y elevadas disuaden a las pequeñas firmas de abastecer ese mercado.

Sin embargo, raramente las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque atienden este mercado. En un estudio sobre los aspectos comerciales en la isla filipina de Palawán, se halló que ninguna de ellas exportaba sus productos. La mayoría (67,3 por ciento) de las empresas en las provincias venden sus productos dentro de sus respectivas municipalidades, debido a las dificultades de transporte y su excesivo costo, con un 27,3 por ciento que proyecta su mercado más allá de sus respectivas ubicaciones. Estas empresas se instalan principalmente en municipalidades en desarrollo en donde existen vínculos de transporte y comercio. Alrededor del 10,7 por ciento tiene mercado en Manila metropolitana, la capital.

Concentrándose en las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque, puede observarse que su mercado es bastante limitado y consciente de los precios. En una determinada etapa del desarrollo, las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque (FB-SSE), tienen un monopolio sobre este limitado mercado, pero a medida que el país evoluciona, mayor superficie rural se vuelve accesible a los productos de compañías nacionales con un sistema de distribución de amplitud nacional. Las pequeñas empresas forestales, en tales casos, tienen que hallar un nicho de mercado, como fabricar productos especializados (aproximándose a bienes hechos a mano o convirtiéndose en subcontratistas de empresas mayores. La experiencia de Palawán demostró que el conocimiento limitado del comportamiento de la demanda y de la oferta de las industrias potenciales en el área, y la incapacidad de desarrollar productos con ventajas comparativas para mercados fuera del área, imponen limitaciones al desarrollo y expansión de las industrias con base rural.

Las características de los sistemas internos comerciales tienen en cuenta la mayoría de los factores de los mercados, y su desarrollo corresponde a la habilidad de las pequeñas empresas de proyectarse hacia mercados, con el producto indicado, en el momento apropiado, con el precio correcto y en el lugar adecuado. La capacidad de la pequeña empresa se basa en la fuerza o la debilidad de sus sistemas internos. Un estudio reciente (regional) ejecutado por la universidad de Filipinas (Instituto para las Pequeñas Empresas Industriales-UPISSI), sobre factores comerciales en las pequeñas empresas de Filipinas, abarcó 241 firmas en cuatro regiones principales del país, y que producen tanto bienes de consumo como industriales. El estudio es un punto de referencia útil para identificar los asuntos principales, y aún más importantes, resultarán las observaciones internas del UPISSI (Programa Integrado de Desarrollo del Area del Palawán-PINDP); del Proyecto de Desarrollo de la Empresa Rural, así como los resultados de la evaluación de los programas de apoyo gubernamental para las industrias de pequeña y mediana escala de una región basada en sus recursos, ejecutada por el NRMC (Centro de Manejo de los Recursos Naturales).

El empresario

El estudio regional puso de manifiesto que más de la mitad de los empresarios tenían educación universitaria, por la cual la mayoría de los cursos de las materias estudiadas eran en el campo de los negocios y la ingeniería. Más de la mitad de los empresarios no tenían antecedentes educativos en comercialización. Dos sobre tres de los empresarios habían trabajado, con precedencia, antes de iniciarse en el negocio. En casi todos los casos, los empresarios tuvieron antes un empleo asalariado en el mismo rubro del negocio al que finalmente entraron. Lo que esta información sugiere es que el pequeño empresario adquiere sus conocimientos comerciales a través de la experiencia más que por educación. Este hecho viene confirmado por los datos de Palawán que indicaron que sólo el 29,1 por ciento de las empresas tenía capacitación universitaria, mientras que una mayoría (67,7 por ciento) tenía experiencia previa de trabajo. El punto que surge es de si el empresario está en condiciones de manejar las funciones comerciales de la empresa.

Cuadro 18: Subdivisión de las responsabilidades en las pequeñas empresas (1982)

Función

N° de empleados según el tipo de mano de obra

Año inicial

1982


%


%

Supervisión

148

7,6

197

6,8

Administración

214

11,1

276

9,5

Productos

1 540

79,4

2 364

81,2

Ventas/mercado

57

1,9

73

2,5

Fuente: UPISSI Palawan Study, 1982.

Tenemos que tener en cuenta que el pequeño empresario no posee los recursos para contratar especialistas de mercado y, por lo tanto, las estrategias y los programas de comercialización tienen que ser generados por él mismo. Se ha hecho la observación de lo que los empresarios tienen que saber, cómo vender, cómo diseñar los productos, cómo calcular los costos, y cómo encarar una investigación de mercado. ¿Deberla el gobierno proporcionar la estructura de planificación de mercado que necesitan, o deberían implantarse programas de capacitación para otorgar al empresario conocimiento y habilidades comerciales?

Organización comercial

En el estudio regional, el 56 por ciento de los entrevistados organizaron un departamento de mercado separado, para asumir la plena responsabilidad de algunas o todas las actividades comerciales de la firma, mientras que otro 27 por ciento tenia mecanismos comerciales que encaraban solamente las operaciones de venta. En el estudio de Palawán, el hecho de que sólo el 2,5 por ciento de la fuerza de trabajo opera en comercialización-venta indica la baja prioridad asignada a esta área, si bien es un mejoramiento sobre la cifra existente el año de la iniciación de las actividades comerciales.

Es evidente que el desarrollo del mercado no puede proceder sin una adecuada organización de la comercialización. En vista de los limitados recursos humanos de la pequeña empresa para encarar las actividades comerciales necesarias, la cuestión que se levanta es de si la asistencia tendría que ser proporcionada por el gobierno y por asociaciones industriales al empresario a fin de que éste establezca su organización, o si estos dos podrían establecer una organización comercial, asociando o reuniendo en cooperativas una cantidad de pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque (FB-SSE).

Arreglos comerciales

La mayoría de las pequeñas y medianas empresas (78 por ciento) adopta la comercialización directa, y el 22 por ciento se conforma con arreglos comerciales no directos tales como subcontratos, asociación de capital (Joint venture), acuerdos de compra y operaciones integradas. En Palawán, se utilizó ampliamente la venta directa. La venta al contado - contra entrega - (CCD) es la forma de venta más común (90,4 por ciento), con crédito (24,1 por ciento), con anticipo en efectivo (11,8 por ciento), y en cuotas (7,1 por ciento). La elevada frecuencia de las CCD refleja la necesidad de las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque (FB-SSE), de disponer de acuerdos que le proporcionen recursos en efectivo para operar en forma continua. Hay casos en que el intermediario proporciona a las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque las sumas necesarias para los insumos, pero se asegura de ser pagado con la producción a precios preacordados. Este tipo de acuerdo generalmente termina por dar un margen inferior de beneficios para el empresario. El punto que surge es de si el gobierno, ya sea directamente o por el sistema bancario, puede financiar el capital operativo que daría oportunidad a estas empresas de ofrecer, a su vez, crédito y mayores ventas.

Característica del producto

El mercado total para la mayor parte de los productos de las pequeñas y medianas empresas cubiertas por el estudio regional, es bastante heterogéneo. La falta de homogeneidad puede haberse originado de diferentes hábitos de compra de los consumidores, de las maneras cómo se emplea el producto, de los motivos de la adquisición y de algunos otros factores. Una cierta mayoría concentró sus esfuerzos mercantiles en el mercado doméstico. Se hallaron actividades significativas de exportación en las elaboraciones alimenticias, vestuarios, madera y productos de la madera y en la manufactura de productos electrónicos. En una región, un buen número de firmas pequeñas y medianas atendían al mercado de exportación.

Cortando madera de cocotero en las Filipinas.

Las pequeñas y medianas empresas también usan etiquetas para identificar en el mercado sus respectivos productos. Específicamente, el 86 por ciento de las empresas elaboradoras de alimentos y el 79 por ciento de las de vestuario asignaban debida importancia a las etiquetas, tanto en cuanto al modelo, clase, o al tipo de información descriptiva. Las firmas involucradas en acuerdos comerciales no consideraron el etiquetado como aspecto muy importante para la realización del negocio. En algunos casos, fue dejada al contratista la decisión de adjuntar cualquier tipo de identificación que pareciese oportuna. En otras empresas, el etiquetado era requisito del acuerdo comercial.

Para las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque (FB-SSE), la mayoría de esos productos mantienen su diseño tradicional. Mientras los productos de los centros urbanos no estén aún en condiciones de penetrar en las áreas rurales, este procedimiento permite sobrevivir a las pequeñas industrias forestales. Sin embargo, a medida que mejora la infraestructura, los productos nacionales invaden el mercado rural. A menos que se considere cuidadosamente las características del producto, las pequeñas empresas basadas en el bosque pueden no estar en condiciones de competir. Además, a medida que una empresa pequeña de productos del bosque se expande fuera de su mercado inmediato, el etiquetado y otras características del producto devienen importantes además del precio. El asunto es establecer cuál es la asistencia del gobierno que puede ser ofrecida en esta área.

Estrategia competitiva

El 92 por ciento de las pequeñas y medianas empresas cubiertas por el estudio regional tenían competidores y ésta era fuertemente sentida por una región, y por las empresas basadas en la región Metro-Manila. Las empresas enfrentaron diversos grados de competencia entre ellas mismas. La mayor parte de las firmas (47 por ciento) consideró que era severa y sólo el 20 por ciento dijo que la competencia era liviana. Las industrias alimenticias (44 por ciento), de prendas de vestir (47 por ciento) y de la madera (64 por ciento) estaban entre los mayores sectores enfrentando una fuerte competencia. Las firmas elaboradoras de metales (55 por ciento) estaban sometidas a competencia moderada, mientras que el papel y los productos del papel (60 por ciento) se enfrentaron con competencia leve. La competencia tendía a mantenerse dentro de una localidad (p. ej., ciudad, municipalidad o provincia). Además de la competencia intra-industrial, otras dos áreas de competencia fueron los productos de distribución nacional y los bienes importados.

Las áreas de competencia más que todo fueron los precios (82 por ciento) y la calidad del producto (54 por ciento). Una cantidad de firmas elaboradoras de alimentos sufren la competencia en términos de la calidad del producto. La industria elaboradora de alimentos se compone de firmas tradicionales tecnológicamente adelantadas. Aquéllas que tienen elaboración casera sufren por su baja calidad, y aquéllas con mejores equipos concluyeron con productos de mejor calidad. En menor grado, la competencia en las industrias de la madera y en las no metálicas estaba basada en la capacidad de mantener entregas oportunas en el volumen de producción, en la red de ventas, y en las fuentes de capital. Menos del 10 por ciento de las pequeñas y medianas empresas estaban expuestas a competencia en el área de la tecnología e investigación de mercado. Algunas firmas eran competitivas porque tenían amplia gama de contactos en el mercado. Normalmente, estas compañías dependen de fuertes vínculos comerciales o políticos dentro de la comunidad, como vías para obtener contratos para sus empresas.

El primer paso es proporcionar materia prima a las empresas.

A pesar de la competencia, las pequeñas y medianas empresas utilizaron sus fuerzas contra sus competidores. Sus ventajas competitivas descansan en precios más bajos y en la calidad razonable del producto. Algunas industrias se esforzaron también en conquistar su clientela, antes y después de la venta, de manera de poder mantenerla; ello se obtuvo dando flexibilidad a las especificaciones del cliente, cultivando buenas relaciones con el mismo y atendiéndolo con servicios posteriores a la venta. Se ha mencionado más arriba que las firmas que alcanzaban a menos del 50 por ciento de sus objetivos comerciales, atribulan sus bajos rendimientos a la competencia. Estas firmas o disponían de pocos recursos o carecían de la capacidad de enfrentar a la competencia. Podría generarse una competencia más saludable si existiese una distribución relativamente ecuánime de la información sobre el mercado. Para esto podría usarse la radio o llevarse a cabo mesas redondas de familiarización sobre el mercado en el territorio rural.

Circuitos de distribución

En el estudio regional queda en claro que para las pequeñas y medianas empresas, el mayor mercado lo constituyen los consumidores finales. Aproximadamente el 83 por ciento de estas empresas venden directamente sus productos a los consumidores domésticos, no obstante, el 64 por ciento de esas empresas no vende exclusivamente en esta forma sino que también venden a los detallistas locales y comerciantes; a las instituciones usuarias; a los agentes y compradores industriales. En Palawán, las empresas venden directamente a los consumidores domésticos (69,5 por ciento), a las instituciones usuarias (15 por ciento), a los detallistas (21,1 por ciento) y a los mayoristas (26,4 por ciento). En el mercado de exportación, el 31 por ciento de las empresas orientadas a la exportación canalizan sus productos a agentes/corredores, luego a los consumidores directos, a los comerciantes y en un grado menor a los compradores industriales y a los detallistas. La mayor parte de las empresas vende toda su producción a través de agentes o corredores.

Las industrias pequeñas y medianas afirman con frecuencia ser de puntualidad rigurosa en el cumplimiento de sus entregas, estimando el cumplimiento de los plazos como un factor crítico para una buena relación con sus distribuidores y clientes. Las empresas con acuerdos de comercialización indirectos, afirman que cumplen con sus plazos de entrega, en tanto que aquéllos de la industria procesadora de alimentos con frecuencia extienden sus plazos. La falta de cumplimiento en el plazo de entrega aparece indicada como sin mayores consecuencias para aproximadamente la mitad de las empresas. Para las demás, las penas incluyen la cancelación de órdenes y la reducción de los volúmenes ordenados. La cuestión que se presenta aquí es la de determinar cuál es el canal de distribución apropiado, teniendo en cuenta el mercado a servir, el producto en venta y el nivel de efectividad de la pequeña empresa. También de si el gobierno debe intervenir para asegurar que las pequeñas empresas basadas en productos forestales, en un cierto momento de su desarrollo puedan entrar al mercado metropolitano, si no al de exportación.

Fijación de precios

Basándose en el estudio regional, las estrategias de fijación de precios comúnmente seguidas fueron: orientadas por el costo, orientadas por la competencia y orientadas por la demanda. Bajo la formulación de precios orientados por el costo, su determinación acumulativa fue la más popular por la simplicidad y facilidad de uso. Se siguieron tasas ajustables en el caso de firmas deseosas de enfrentarse a la competencia. Esta estrategia fue seguida ampliamente en la industria del vestuario. Las empresas alimenticias ofrecieron descuentos por cantidad o por pago al contado, para inducir a los clientes a comprar en cantidad. Las formulaciones orientadas por la demanda, tales como una discriminación de precios, fue seguida por algunas firmas alimenticias y comúnmente hallada en las empresas orientadas a la exportación. En general, un empaquetado atractivo y precios más altos eran características de bienes de exportación, mientras que los productos distribuidos localmente tenían un empaquetado más simpre y se vendían a un precio unitario inferior. En países en vías de desarrollo, el gobierno a veces fija reglamentos como el control de precios que afectan a la habilidad de las firmas para fijar precios apropiados. Sin embargo, este punto es más válido o más aplicable en las áreas urbanas que en las áreas rurales.

Publicidad y promoción

Aparte de desarrollar el producto, de fijarle un precio justo y de hacer que sea fácilmente accesible a los consumidores, las pequeñas empresas promueven también sus productos. El objetivo principal de estas firmas, al hacer la promoción de sus productos, es el de informar a sus clientes sobre sus productos y el de estimular su demanda. Algunos tratan simplemente de sostener el interés del comprador hacia el producto mientras que otros tienen la finalidad mayor de aumentar en forma sustancial sus cuotas en el mercado global.

La mezcla de promoción seguida por las pequeñas compañías variaba según las necesidades de la firma individual y su capacidad de respaldar los costos correspondientes. Generalmente, una combinación de dos o más formas fue usada por las firmas de todos los subsectores industriales. La venta personal fue la herramienta de promoción más ampliamente usada como previa a la concretización de una venta. Tipificada como la presentación verbal de un producto a un comprador potencial, es el camino más barato y más sencillo. Otro medio por el cual un producto puede llegar a conocimiento de un cliente es por el testimonio verbal. Este procedimiento no constituye, sin embargo, un esfuerzo deliberado por parte del empresario para la promoción de sus productos, dado que es sencillamente voluntario por parte del cliente.

Las otras formas seguidas fueron las de las muestras, exhibiciones en las tiendas, indicaciones en tableros o pizarras, compañías telefónicas y por correo directo. Otras herramientas promocionales utilizadas por parte de las empresas más progresistas fueron la de colocar avisos en revistas, periódicos, diarios, radio y programas televisivos así como la participación en ferias. En Palawán, la venta personal llegó a un 45,9 por ciento seguida por el testimonio verbal en un 45,4 por ciento. Teniendo en cuenta los recursos y experiencia limitados, las pequeñas empresas en su propaganda y promoción, proponen un material que puede no responder a la demanda del mercado. Alguna forma de asistencia para proyectar programas, y aun para la preparación de medios simples como un folleto, puede ser necesaria para las pequeñas empresas elaboradoras de productos del bosque que están forzando su presencia más allá de su inmediata vecindad.

Red informativa

Los empresarios por lo general colectan información sobre factores del mercado como: características del producto, mercado total, distribución, consumidores, competidores y normas gubernamentales. La información recogida los pone al día y les ayuda a ajustar sus operaciones, a la situación corriente del mercado. Entre los que respondieron al inventario, el 74,7 por ciento estuvo implicado de un modo u otro en la recolección de datos, siendo los más comunes los precios de los productos, los hábitos de compra de los consumidores y las áreas de fuerza de los competidores. Ya se ha mencionado que la investigación de mercado era sólo una función menor de la pequeña empresa. La orientación de la investigación del mercado era la de determinar las necesidades del cliente y el grado en cómo la empresa los estaba satisfaciendo. Puesto que la mayoría de las firmas afirmaron que estaban recogiendo información y que eran orientadas al mercado, esto podría constituir un tipo casual de investigación de mercado.

El contacto directo con la gente proporcionó información vital sobre el mercado a los empresarios. Por lo tanto, la fuente principal de información era el consumidor. Otras fuentes incluyeron proveedores, vendedores, competidores, intermediarios, informativos y publicaciones comerciales.

Algunos empresarios (25 por ciento) no reunieron información sobre mercados, argumentando que no era necesario para hacer un negocio. Ello puede significar que, (a) el fabricante afirmaba conocer todo lo que él necesitaba para operar un negocio, (b) su firma ocupaba una posición bastante estable en la industria, o (c) que él operaba una pequeña compañía con necesidades de comercialización muy simples. También podría implicar una actitud por parte del empresario, de enfrentar las cosas a medida que se presentan. Otra razón era la falta de tiempo para dedicarlo a recoger información, y otras razones, la no disponibilidad de la información requerida, la falta de acceso a las fuentes de información, la falta de dinero para encarar la actividad y la inseguridad sobre qué datos pueden ser útiles a la empresa. Nuevamente, puede ser necesario el apoyo del gobierno para identificar las necesidades de información sobre el mercado y hacer que esta información llegue al alcance de la empresa.

Infraestructura y estructura de apoyo

Mientras el estudio regional mostró que las empresas pequeñas y medianas indicaban necesidades mínimas de infraestructura y estructura de apoyo para la comercialización de sus productos, este no fue el caso para Palawán.

Para la mayoría de las empresas pequeñas la necesidad de ese apoyo difícilmente existe debido a su limitada extensión geográfica, el volumen pequeño de su producción, la salida rápida de los productos, lo adecuado de las instalaciones de la empresa misma y los procedimientos de comercialización simples. Sólo aquellas empresas que deseaban expandirse registraron necesidades insatisfechas en infraestructura. Las necesidades mayores que se registraron fueron en transporte por camión e infraestructura de almacenaje, lugares de acopio y equipo de manoseamiento.

Una mirada a los sistemas de comercialización de las pequeñas industrias basadas en productos forestales (FB-SSE), pone de relieve las cuestiones relativas a la estrategia adecuada de comercialización, a los precios, a la organización de la comercialización, a las estrategias competitivas, los mercados por producto, los circuitos de distribución, la propaganda y la promoción, las redes de información, y la infraestructura y estructura de apoyo para las empresas pequeñas. En gran medida este sistema de comercialización no puede operar bien sin los sistemas de producción, financiero y administrativo adecuados. Y aún, más importante, ¿qué grado de apoyo puede prestarse a una empresa en los casos en que ésta carece de los recursos internos para orientarse adecuadamente hacia la demanda? y, ¿qué sector debería prestar esta ayuda, el gobierno o el sector privado a través de asociaciones industriales? Puede servir de ayuda para analizar estas cuestiones, el ver como ellas han sido encaradas en las Filipinas.

Asistencia para comercialización a pequeñas y medianas empresas

Dentro del área de la comercialización para empresas locales, se ha implementado una serie de medidas que parecen estar estableciendo la política e infraestructura ambiental necesarias. Por lo general, estos esfuerzos tratan de: (a) mejorar la eficiencia y efectividad de los costos de las manufacturas locales, y (b) promover sus capacidades de exportación.

Se concibió así y se puso en práctica una estrategia integrada destinada al desarrollo de la exportación concentrando los esfuerzos promocionales en siete exportaciones no tradicionales: electrónicas, vestuarios, muebles, alimentos frescos y procesados, regalos y aparatos para el hogar, zapatos y artículos de cuero. En apoyo de estos esfuerzos para el desarrollo también se encararon proyectos institucionales para mejorar la comercialización de los productos. Entre ellos se incluye el “Programa para el encuentro del mercado” que reúne a proveedores regionales, productores y compradores nacionales; el programa “lo mejor del mundo”, donde se atraen a las Filipinas especialistas en productos extranjeros, para ayudar a los manufacturadores locales en el desarrollo y adaptación de productos; y el premio “Golden Shell”, que se otorga a los sectores que han obtenido resultados notables en los mercados internacionales.

Bajo los auspicios de la Comisión sobre Procedimientos para la Exportación, se han adoptado medidas para simplificar los procedimientos y documentación para las exportaciones. De la misma manera se han liberalizado las normas y reglas referentes a las importaciones, controladas o reglamentadas, así como los procedimientos requeridos para la importación. En octubre de 1984, se creó la “Philippine Exporters Foundation Inc.”, una organización sin fines de lucro y sin capital, para movilizar el sector privado hacia la promoción, desarrollo y diversificación de productos y servicios para la exportación; el mejoramiento de la calidad del producto y la provisión de capacidades por medio del entrenamiento. Su establecimiento reafirma la voluntad del gobierno de estimular la participación del sector privado en este esfuerzo de desarrollo nacional.

La promoción del comercio se ha desarrollado especialmente para reunir los proveedores y compradores. La facilitación del comercio interno implica proporcionar consultores de mercado a los minoristas, a los productores, comerciantes y exportadores; y en la diseminación de información a través de los perfiles geográficos de productos y mercados. La estabilización de precios enfoca productos esenciales, prestándose atención especial a las áreas castigadas (“Calamity Reactiv Action Programme”). Otros programas de promoción del comercio incluyen la puesta en práctica de las Normas Nacionales Filipinas (“Philippine National Standards”), por medio de un sistema de certificación de Normas para los Productos; la protección del interés del consumidor por medio de controles periódicos e inspecciones para verificar el cumplimiento de la compañía con las normas para el producto, y con las reglas y reglamentaciones; la provisión de servicios de consultoría técnica para las industrias nacionales y de exportación en apoyo a sus necesidades de desarrollo; y la diseminación intensiva de información referente a los fundamentos y significado del uso del sistema métrico y de la estandarización.

La responsabilidad del apoyo a la comercialización, para el sector de las pequeñas y medianas empresas, está entregada al Ministerio de Comercio e Industria (MTI), las agencias que con él cooperan (o sea, la Oficina de las Pequeñas y Medianas Industrias (BSI), la Oficina del Comercio Exterior (BFT), la Oficina de Comercio Interno y la Autoridad para el Desarrollo de la Industria Nacional de la Vivienda (NACIDA), y sus agencias vinculadas, (p. ej., la Corporación Filipina para el Comercio Internacional (PITO, el Centro para las Exposiciones y Misiones Comerciales Internacionales, Inc. (CITEM), Centro Filipino de Diseño).

En el curso de los años, estas agencias han colaborado y coordinado unas con otras, o han desarrollado proyectos de comercialización por su cuenta. Sus funciones se sobreponen en muchos casos (p. ej., diseminación de la investigación de mercado, ferias comerciales, misiones comerciales, exposiciones, asesoramiento en comercialización, entre otras); pero esto parece ser mejor que si se produjeran lagunas en la distribución y asistencia. Un desarrollo bien recibido ha sido la coparticipación del sector privado a través de la Cámara de Comercio e Industria Filipina, la Fundación de Exportadores Filipinos, Inc. y las Compañías Acreditadas de Comercio entre otras, en el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. El sector ha sido desarrollado ayudando a las industrias en la diversificación y desarrollo de sus productos y servicios, así como organizándolos en el cuadro de grupos de comercio e industria.

Experiencia de las pequeñas y medianas empresas en la asistencia a la comercialización

La asistencia al mercadeo cubre el sector de la pequeña y mediana industria, principalmente a cargo de instituciones gubernamentales. El impacto de dicha asistencia, en general, puede ser medido por la conciencia de empresario en cuanto a la existencia de dicho programa y de las agencias que lo ejecutan. Comparado con formas más diversas de asistencia, (p. ej., crédito financiero), la asistencia comercial es menos conocida, comúnmente, por parte de los pequeños y medianos empresarios. Solamente el 29,5 por ciento de los empresarios en el estudio regional, conocían la existencia de dicho tipo de apoyo.

Aparentemente, hay poca relación entre el conocimiento de la existencia de este programa y la vecindad de las empresas a la Metro-Manila, donde las correspondientes agencias del gobierno operan activamente sus funciones de asistencia. Así, algunos empresarios remotos que superan a otros más vecinos a la Región de la Capital Nacional (NCR), tienen más conciencia que éstos sobre los programas de comercialización.

El conocimiento de la existencia de esquemas de asistencia a la comercialización implica también el conocimiento de las agencias que lo promueven en diferentes localidades. En una región, NACIDA tiene más preminencia en extender el apoyo comercial. Los empresarios en otra región están más familiarizados con las actividades del CITEM (Centro para Exposiciones y Misiones de Comercio Internacional, Inc.), del SBAC (Centro de Asistencia para los Pequeños Negocios) y del DFT (Oficina de Comercio Exterior). El CITEM era conocido por sus ferias comerciales y encuentros sobre mercados con participantes regionales. De igual manera, en el área Metro-Manila, CITEM era muy conocido entre los empresarios, si bien segundo después de NACIDA, mientras que, en otra región el organismo más conocido resultó ser el SBAC.

Solamente una cantidad pequeña de empresarios de las regiones sabía de instituciones privadas que dan apoyo para la comercialización. Estos grupos privados comprenden en su mayor parte asociaciones de industrias con base en Metro-Manila. En cuanto a las industrias, la conciencia de la existencia de ayuda en la comercialización correspondía en primer grado al sector del vestuario, con las industrias elaboradoras de madera y de alimentos a seguir, en orden descendente. El conocimiento de La asistencia para la comercialización también podría ser una función de las actitudes de los empresarios, aparte de los esfuerzos de promoción que llevan a cabo las agencias. Como se verá más adelante, una cantidad bastante notable de empresarios expresaron indiferencia con respecto a la asistencia para la comercialización no hallando una necesidad urgente para ser ayudados.

Menos de la mitad (43,7 por ciento) de los pequeños y medianos empresarios, que sabían de la asistencia ofrecida para el mercadeo, solicitaron esta atención. Por lo general, el tipo de asistencia requerida variaba desde información sobre compradores, proveedores, fuentes de materia prima y diseño de productos, hasta una participación directa en ferias y seminarios comerciales.

La mayoría se interesaba en participar en las ferias comerciales. Pocos empresarios declararon que ya habían sido invitados a participar en ferias. Cerca de la capital, donde el porcentaje de conocimiento de la existencia de esta asistencia resultó bastante bajo, como un 40 por ciento, el tipo de asistencia solicitada se refería principalmente a promoción, así como a publicidad, su emplazamiento y exposición, seguido por la asistencia en la exportación. En algunos casos, los empresarios podían estar más al corriente de la asistencia disponible, pero pocos de ellos la solicitaron. Fundamentalmente, deseaban ser asistidos en fuentes de materias primas, diseño de productos e investigación de mercado. En una región, si bien los manufacturadores de madera y productos de la madera figuraban bajo en el nivel de información sobre la existencia del programa de asistencia, tuvieron una proporción alta entre los que la solicitaron, especialmente para participar en ferias comerciales y para diseño del producto.

Sin embargo, la cantidad más elevada de establecimientos que se beneficiaron de la asistencia provenía de las regiones urbanizadas (hasta un 86 por ciento). Un notable interés en disponibilidad fue expresado en lo que correspondía a la participación en ferias y seminarios comerciales. La asistencia para la promoción e información despertó un interés limitado y su solicitud fue reducida. En la industria de la elaboración de alimentos, alrededor del 87,5 por ciento de los pedidos fueron concedidos, comparado con el 80 por ciento en el caso del vestuario y del 66,7 por ciento en el de la industria de la madera.

Por lo general, ha habido pocos empresarios (16,1 por ciento) que tuvieran dificultades en el pedido de asistencia comercial. Algunos de los problemas mencionados fueron el largo lapso de tiempo entre la solicitud y la contestación, y algunos problemas de documentos. En conjunto, sin embargo, los empresarios consideraron que la ayuda recibida era efectiva, especialmente cuando con posterioridad se observaban aumentos en las ventas, en las órdenes o en los clientes. Otro resultado positivo observado fue una mayor conciencia sobre procedimientos de comercialización y el contacto con fuentes más económicas de materia prima. En los casos donde se recibió por parte de los compradores potenciales, simples consultas y no encargos reales, los empresarios tendieron a crear sentimientos negativos respecto de la asistencia. A veces, esta asistencia tomó demasiado tiempo para producir resultados o no produjo nada en absoluto.

Un estudio reciente indicó que el impacto de los varios programas de asistencia para la comercialización de sus productos no ha sido tan impresionante como se manifiesta en el Cuadro 19. Basado en el estudio regional de quienes no sabían o que no habían solicitado asistencia comercial, más de la mitad (55 por ciento) había proyectado beneficiarse. La mayor forma de asistencia considerada necesaria se refería a la expansión del mercado (p. ej., más compradores y nuevos contactos locales y en el exterior), seguido por las que se refieren a formas de mejorar el producto, como nuevos o mejores diseños, calidades superiores y nuevos usos para los productos. Se constató una variación regional en cuanto a la prioridad dada a los varios tipos de asistencia.

Cuadro 19: Cambios en los problemas de comercialización antes y después de la asistencia


 

Cambios en la cantidad de interesados

CTF 1

BFARAE 2

NACIDA 3

SBAC/MASICAP 4

Falta de información de mercado

aumento

---

sin cambio

---

Falta de almacenaje

---

sin cambio

disminuye

---

Problemas de transporte

sin cambio

aumenta

disminuye

---

Presencia de grandes competidores

---

aumenta

aumenta

disminuye

Precios bajos

---

sin cambio

disminuye

---

Otros

---

aumenta

disminuye

disminuye

Sin mercado inmediato

sin cambio

aumenta

disminuye

disminuye

Sin problemas

---

aumenta

aumenta

aumenta

Notas:
1. Cultivo Comunal de Arboles.

2. Oficina del Servicio de Extensión Agrícola para los Recursos de Pesca y Acuáticos.

3. Autoridad para el Desarrollo de la Industria Nacional de la Vivienda.

4. Centro Asesor de Pequeñas Empresas/Programa de Acción Coordinadora para Medianas y Pequeñas Industrias.

Las máximas prioridades identificadas en las regiones, variaron desde la asistencia para la comercialización en la identificación de nuevos mercados/compradores potenciales y oportunidades de exportación, hasta la asistencia requerida para la fijación de precios. En el área de la ciudad capital, una mayoría (60,6 por ciento) de los empresarios, que no sabían de la posibilidad o no habían solicitado asistencia para el mercadeo, expresó tener planes para hacerlo. La necesidad de acceder al mercado de exportación y a un mayor número de compradores resultó aquí ser mayor que en otras regiones. A continuación estaba, entre otros, la demanda de asistencia para la promoción por medio de exhibiciones, ferias comerciales y exposiciones de productos. Se expresó también el deseo de desarrollar más líneas de producción así como mejores diseños.

En otras regiones, se expresó interés en el desarrollo del mercado y del producto; en la mejora de la calidad de los productos; en la asistencia en el diseño de repuestos de máquinas y en nuevos usos del producto; y en la asistencia en la distribución junto con el mejoramiento del producto. En cuanto a las industrias, la mayor parte (67,2 por ciento) de los empresarios en el subsector del vestuario que no estaba al corriente o no había pedido ayuda, planeaba pedir asistencia especialmente en la identificación de nuevos mercados y en el aumento de la promoción. En la industria de la madera un porcentaje relativamente grande de pequeños y medianos empresarios (63 por ciento) deseaba beneficiarse de la asistencia para la comercialización; éstos deseaban mayor ayuda con respecto a más compradores, mejores diseños, líneas mejoradas del producto y promoción en el exterior.

En todas las regiones, las instituciones del gobierno estaban a la cabecera de la lista de las seleccionadas por los empresarios como fuente de asistencia al mercadeo. La razón evidente podría ser la percepción general de que los programas del gobierno y su maquinaria correspondiente estaba ya operando. Los pequeños y medianos empresarios tenían solamente que acercarse a las agencias apropiadas y enterarse de los procedimientos requeridos. La segunda opción era por las instituciones privadas. Estas recibieron mayor patrocinio en Metro-Manila en donde se concentran las asociaciones industriales, representando una fuente alternativa de asistencia para los empresarios de pequeños negocios.

Alrededor del 38,6 por ciento de los que no estaban enterados, o que no habían solicitado ninguna asistencia para la comercialización, expresaron no tener deseos de ser ayudados. Los motivos corrientes expresados fueron la satisfacción con sus actuales arreglos comerciales y la capacidad de los interesados de manejar los aspectos del mercado de sus actividades comerciales por sí mismos. Otros consideraron que no era necesaria esta asistencia puesto que suponían que su firma era demasiado chica para ello. Además, una cierta cantidad de empresarios observaban con escepticismo esta asistencia, dudando que pudiera ayudarles de alguna manera en su negocio. Algunos empresarios no pensaron acercarse a las agencias de asistencia por estar convencidos de que era difícil alcanzar dichas instituciones, o simplemente no tenían tiempo para preocuparse de este aspecto. La situación económica insegura desanimó a unos cuantos a solicitar ayuda, mientras que el resto requería financiamiento más que asistencia en la comercialización.

Las discusiones con funcionarios del gobierno indicaron que no existía aún una distinción evidente entre las diferentes variantes de las pequeñas empresas. Los programas de asistencia para el mercado miran, por lo tanto, a un grupo general y pueden en realidad no conformar las necesidades de varios subsectores. Resulta también claro que, mientras que el gobierno es aún la institución más buscada para la asistencia al mercadeo, es necesario encarar una campaña masiva de información y promoción para abrir la conciencia de los empresarios acerca de la disponibilidad de estos servicios. Sin embargo, ya deberla existir en el lugar la infraestructura capaz de ofrecer dicha asistencia, porque si no se crearía frustración.

Transporte de madera al mercado en canoas.

Recomendaciones

Las discusiones precedentes sientan las bases para recomendaciones sobre mercados para las pequeñas empresas basadas en el bosque (FB-SSE) y para su desarrollo. Un papel general para el gobierno es obviamente el mantener un ambiente económico de apoyo, así como la ley y el orden en las áreas rurales. Las siguientes son recomendaciones especificas relacionadas con los mercados y la comercialización:

1. Mercados: parece existir la necesidad de un gobierno u organizaciones privadas que vinculen los mercados de las pequeñas empresas forestales rurales con mercados mejores y más grandes, principalmente en lo que se refiere a proporcionar información de mercado, dando publicidad a los productos de las pequeñas empresas forestales, y más tarde sobre la transferencia física de los productos. Ello debería ser acompañado por la consolidación de la producción, ya sea a través de asociaciones cooperativas de pequeñas firmas o haciendo que éstas operen como subcontratistas para organizaciones mayores, ya sea privadas o gubernamentales. También podría ser necesario crear una unidad central para cada subsector o tipo de actividad, que podría ser la fuente de información de mercado y de pedidos de productos, para luego traspasarlos a las pequeñas empresas forestales.

2. Infraestructura de apoyo: las pequeñas empresas forestales deberían recibir por lo menos, un núcleo de apoyo infraestructural en cuanto a capacitación, información, consultoría técnica, asistencia en comercialización y financiera, así como en infraestructura sólida, en términos de caminos, puentes y puertos (en países isleños).

3. Leyes y política: las leyes y reglamentaciones a niveles nacional y local deberían facilitar el desarrollo de estas empresas, más que ser de tipo restrictivo. Aún los impuestos y otros cánones deberían ser mantenidos al mínimo, a fin de estimular el establecimiento y el registro oficial de dichas firmas.

4. Desarrollo de las firmas: la mayor parte de las pequeñas empresas forestales, que actúan como recolectores de materia prima para otras empresas pequeñas o grandes, deberían ser ayudadas para que se transformen en procesadoras iniciales de estas materias primas y eventualmente en productoras finales. Ello requerirá la capacitación continua del empresario en gestión de empresas, así como la provisión de asistencia financiera y otra asistencia funcional.

5. Diseño del producto: los empresarios de las pequeñas empresas forestales tienen que ser guiados en el diseño del producto, ya sea poniéndoles al alcance copias de las especificaciones por medio de equipos móviles de diseño, o haciendo llegar al campo especialistas en diseño. Ello debería ser acoplado a un programa de capacitación.

6. Desarrollo de la capacidad de gestión: es necesario establecer un programa apropiado de capacitación en todas las facetas de la administración de empresas incluyendo la comercialización.

7. Asistencia gubernamental ampliada: en general, todo esfuerzo del gobierno para ampliar la asistencia a la comercialización debe ser mantenido y ampliado para alcanzar especialmente a las pequeñas empresas forestales (FB-SSE) en las regiones. A este respecto, una red de unidades asistenciales del gobierno a los niveles políticos más bajos puede ser más relevante que una a nivel regional o nacional.

Anexo: Antecedentes sobre el desarrollo y características generales de los programas de asistencia a las pequeñas empresas en las Filipinas

Es reconocida la importancia que tiene la promoción de las pequeñas y medianas empresas como componente vital del desarrollo económico. El interés puesto en las pequeñas y medianas empresas gira sobre la afirmación de su capacidad potencial de absorber el excedente de mano de obra, y sobre sus bajos requisitos de capital, dos factores que son altamente favorecidos en los países nuevos en vías de desarrollo en donde el capital es escaso y el subempleo y desocupación son elevados. Muchos países que tratan de alcanzar una mayor participación en el desarrollo económico, por clase de ingreso y por regiones, buscan cada vez más el desarrollo rápido de las pequeñas y medianas empresas como medio para aumentar la movilidad hacia el mejoramiento del pobre. Puesto que la pobreza está generalmente más marcada en el campo y paradójicamente el bulto de los recursos naturales está en las áreas rurales, la mayoría de los países en vías de desarrollo ha reconocido la necesidad de promover las pequeñas y medianas empresas con base rural, utilizando las materias primas autóctonas. Las Filipinas no representan una excepción.

El gobierno actual ha anunciado la política de mejorar los conocimientos de la población rural en economía, por medio de una campaña vigorosa que aumente la cantidad de pequeñas y medianas empresas con base rural. En el contexto de las áreas rurales, se llegará a encontrar más empresas de tipo micro y caseras, que empresas pequeñas y medianas. Pero usando el término de empresas pequeñas y medianas, el gobierno tiene la tendencia a incluir los microsectores y caseros. Esta iniciativa del gobierno surge de la conglomeración de los programas de asistencia oficiales y de los de una amplia red de instituciones de apoyo.

Promoción de las pequeñas y medianas empresas

Los planes de desarrollo pasados y actuales reflejan la política general de estimular aquellas actividades económicas que permiten el mayor empleo de mano de obra para reducir al mínimo la desocupación. Los planes de desarrollo filipinos para los periodos 1974-1977, 1983-1987 y el reciente programa de recuperación económica, reflejan claramente la voluntad de favorecer a las pequeñas empresas. Entre los objetivos de los planes están:

1. aumentar el ingreso de divisas externas y los ahorros por medio de la promoción de la exportación, especialmente de manufacturas no tradicionales y de productos originados en el agro;

2. acelerar la generación de ocupación con el desarrollo y promoción de pequeñas y medianas industrias intensivas en mano de obra, basadas en el campo y basadas en los recursos naturales; y

3. distribuir equitativamente los beneficios de la industrialización a través de la dispersión de las industrias.

Para alcanzar estos objetivos, se han establecido políticas y estrategias industriales específicas que incluyen entre otras cosas, (a) mayor financiamiento para las pequeñas y medianas industrias y las industrias caseras, dispersas regionalmente; (b) apoyo a las operaciones de iniciación así como suministro de asistencia técnica y asistencia para la comercialización; (c) mayor participación del sector privado en el esfuerzo para el desarrollo, y en el establecimiento de más asociaciones industriales privadas a través del país, para funcionar como eslabones entre los empresarios pequeños y el resto del mundo de los negocios; (d) desarrollo de materias primas locales para asegurar su adecuado abastecimiento; (e) racionalización y restauración de los sectores industriales básicos; y (f) promoción focalizada y organizada de la promoción de la exportación para los productos que tienen prioridad exportable.

A fin de poner en práctica estas políticas y estrategias, el gobierno implantó una red de consejos y agencias de coordinación ya a partir de 1970, cuando se creó por decreto presidencial el Consejo Nacional para la Pequeña y Mediana Industria. La cantidad de organizaciones implicadas en la promoción de la pequeña y mediana industria y sus funciones, alcanza ahora a casi cincuenta.

El Consejo Nacional tenia la intención de integrar todos los programas nacionales que interesaban a las pequeñas y medianas industrias, y de fijar pautas de política para asegurar la estabilidad y crecimiento sostenido del sector, pero no pudo acreditar ningún logro significativo. En agosto de 1973, se lanzó una campaña nacional para estimular, asistir y acelerar el establecimiento de pequeñas y medianas industrias en las áreas rurales. Dirigidas por el entonces Presidente de la Oficina de Inversiones, Vicente Paterno, el plan se caracterizó por cuatro tipos generales de asistencia oficial al alcance de las pequeñas y medianas industrias: financiera, técnica, de mercado y compras, y promocional.

En junio de 1974, se organizó la Comisión para la Pequeña y Mediana Industria para llevar adelante un programa nacional, integrado y amplio, destinado a asistir a las industrias pequeñas. En cierto sentido, puede considerarse que la Comisión es una derivación del Plan Paternó, puesto que muchas de las agencias oficiales implicadas en la preparación del plan llegaron a ser agencias miembros de la Comisión. Además, el principio operativo detrás del Plan Paternó y del programa de trabajo de la Comisión se ajustarán al mismo concepto - el de un camino ordenado, pluri-institucional para el desarrollo y financiamiento de las pequeñas y medianas industrias. En el curso de los años de su funcionamiento, la Comisión registré notables adelantos en llevar adelante diferentes programas para la pequeña industria, especialmente en las áreas rurales. Desde el punto de vista cuantitativo - o sea cantidad de proyectos apoyados, préstamos concedidos, personas entrenadas, etc. - dio al sector seguramente, el máximo apoyo otorgado por un cuerpo oficial.

Luego, la Comisión fue abolida y la agencia que quedó como directora del desarrollo del sector fue el Ministerio de Comercio e Industria por medio de su Oficina de Pequeñas y Medianas Industrias, la Autoridad para el Desarrollo de la Industria Casera Nacional y posteriormente, por su Oficina de proyectos para el Desarrollo de las Pequeñas y Medianas Empresas. Pero las casi 30 otras organizaciones implicadas en el desarrollo del sector, como el Instituto de Industrias de Pequeña Escala de la Universidad de Filipinas (UPISSI), el Banco de Desarrollo de Filipinas, y el Centro de Recursos Tecnológicos, continuaron con sus actividades sin los beneficios de un cuerpo oficial de coordinación, como la Comisión anterior.

Estas agencias encararon el desarrollo de la capacidad de gerencia, el entrenamiento en administración, la información y promoción, la asistencia técnica, la extensión y la consultoría, la investigación y el financiamiento. La UPISSI, conjuntamente con el Banco de Desarrollo de las Filipinas y el Consejo Nacional para la Mano de Obra y la Juventud, condujeron programas de desarrollo de la capacidad empresarial en todo el país. Más tarde y hasta la actualidad, los conceptos empresariales fueron integrados en el sistema de las escuelas secundarias y de las escuelas de comercio, a fin de reorientar el sistema educativo oficial hacia el autoempleo, además de la orientación hacia el empleo.

También varias otras agencias encararon programas de desarrollo de la capacidad de gestión y supervisión, programas de capacitación en áreas funcionales especializadas (finanzas, comercialización, producción), y cursos específicos para consultores de pequeños negocios, personal de extensión, especialistas en información, investigadores y funcionarios de banco. Las actividades de información y promoción consistieron en dar publicidad a los diversos programas de apoyo disponibles y a los procedimientos para beneficiarse con ellos, así como el otorgamiento de premios a empresarios sobresalientes. La televisión y los medios de imprenta también divulgaron noticias y hechos sobre pequeños empresarios que tenían éxito para estimular así a la población a que estuviese favorablemente dispuesta con respecto a las empresas.

Trabajando eficientemente en una planta bien diseñada.

Otras agencias del gobierno establecieron una red general de oficinas para proporcionar servicios técnicos de extensión y consultoría y dieron asistencia en el estudio de los productos, en el mejoramiento de la disposición de las plantas y el manejo de la producción; identificación y adquisición de una tecnología apropiada, preparación de estudios de factibilidad de proyectos, programas de comercialización, estudios organizacionales e identificación de oportunidades de mercado.

Estas oficinas también dieron asistencia a los empresarios para obtener los incentivos oficiales y acceder a los esquemas especializados de préstamos. Entre estos esquemas de préstamos se hallaba el Fondo Industrial para Préstamo Garantizado, que otorgaba préstamos a bajo interés a través de instituciones financieras acreditadas y ofrecía garantías de hasta un 80 por ciento del crédito; el Programa de Préstamo para las Pequeñas y Medianas Industrias del Banco de Desarrollo de Filipinas también otorgaba bajas tasas de interés pero por conducto de su cadena nacional de sucursales; el Fondo de Garantía para Pequeñas y Medianas Industrias con preferencia a los proyectos de carácter agrícola; los diferentes esquemas de préstamos del Centro de Recursos Tecnológicos para las microindustrias y proyectos tecnológicamente relacionados, y una gama de préstamos por parte de pequeños pero numerosos organismos privados voluntarios del país.

Un procedimiento novedoso de préstamos fue el de las corporaciones con capital de riesgo compartido destinado a proporcionar financiamiento al capital social. Desgraciadamente, su estructura de propiedad, por el cual el 60 por ciento resultaba controlable por los bancos privados, tuvo por resultado que sus operaciones se parecían a las bancarias con las mismas orientaciones sobre garantías colaterales y preocupación sobre los riesgos. Por lo tanto, el grueso de sus actividades se volcó hacia las transacciones financieras más que hacia las de financiamiento de capital social.

En necesidad de un fondo de crédito para modernizar los métodos de trabajo.

La agencia oficial de planificación, algunas instituciones académicas y la UPISSI condujeron investigaciones sobre políticas para funcionarios del gobierno, asociaciones industriales y organizaciones internacionales, dirigidas a mejorar el sistema total de apoyo para el sector. Algunos de dichos estudios hicieron hincapié en las interrelaciones de las áreas funcionales de producción, finanzas, administración y comercialización. También pusieron a la luz la importancia de la comercialización en situaciones en las que un financiamiento adecuado, capacidad administrativa y de producción se traducen en elevados niveles de existencias más que en ventas. Resultó obvio, progresivamente, que los puntos referidos a la comercialización tenían que ser resueltos, si se quería que el sector de la pequeña y mediana industria creciese y contribuyese de forma importante en la recuperación nacional.

Resumen de los programas de asistencia a la comercialización

Las siguientes son las líneas principales de asistencia para la comercialización ofrecida a las pequeñas empresas, todas ellas referidas en el presente documento.

1. Programa de asistencia a la comercialización (MAP)

- Información de mercado: recolección y distribución de información sobre los mercados locales y nacionales y sobre nuevas oportunidades. Particularmente activos son el BSMI (Oficina de las Pequeñas y Medianas Industrias) la BFT (Oficina de Comercio Exterior) y la NACIDA.

- Consultoría sobre comercialización: en todos los aspectos de mercados y comercialización.

- Oportunidades de comercio: la BFT opera a través de agregados comerciales para desarrollar la exportación potencial y disemina información.

- Ferias/exhibiciones comerciales: promueve y organiza la participación en ferias comerciales internacionales.

- Misiones comerciales: da apoyo a las misiones comerciales privadas y oficiales fuera del país.

- Acuerdos comerciales: acuerdos sobre productos básicos y arreglos sobre el papel de la agencia, con compañías comerciales extranjeras, referentes a productos de Filipinas.

- Centros-Emporios de exposición: se usan para mostrar los productos de las pequeñas empresas, emporios selectos y centros de exposición en todo el país.

- Medición en reclamos comerciales: el Ministerio de Comercio e Industria por intermedio de la BFT da asistencia en la solución de conflictos.

2. Programa de encuentro de mercado

El programa consiste esencialmente en una feria mensual de ventas para las pequeñas empresas y productos de industrias de escala media por parte de productores con grandes posibilidades potenciales. Reúne productores y posibles clientes.

3. Programa de lo mejor en el mundo

Trae al país los mejores expertos internacionales en sus campos para ayudar a mejorar el diseño, la adaptación del producto, técnicas, etc., de las empresas en pequeña escala.

4. Diseño móvil

El equipo de diseño móvil expone productos y ayuda a los clientes en sus propios diseños.

5. Red de asistencia a la exportación (EXPONET)

EXPONET ayuda a los exportadores en la documentación para exportar materias primas, servicios de información sobre exportación, contactos con agencias oficiales y asistenciales, información de mercados, etc.

6. Otros

Existen varios otros programas para dar asistencia a los pequeños productores.


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