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Prólogo

En los últimos años, los acontecimientos mundiales han colocado al sistema de las Naciones Unidas en su conjunto en el centro de la atención, alterando las opiniones generales acerca de su función e impulsando la reforma. En ese contexto, al comienzo de 1994, se inició un examen de los programas, la estructura y las políticas de la FAO. El examen preparó el terreno para un proceso de reforma amplio y continuo, cuya finalidad era no sólo adaptar la Organización al nuevo entorno externo sino, sobre todo, permitirle ayudar más eficazmente a sus Estados Miembros.

El proceso de reforma ha sido dinámico y sostenido, y se ha beneficiado de amplias consultas con las partes interesadas de la FAO y otras organizaciones internacionales, de las opiniones expresadas por expertos en desarrollo en numerosas reuniones y de los debates con el personal de la FAO. Al emprender esta tarea formidable, se tuvieron en cuenta las virtudes y los logros que la Organización había acumulado en más de 50 años de funcionamiento como centro de excelencia para el desarrollo agrícola y rural, así como las limitaciones con que había tropezado para desempeñar su mandato.

La reforma de la FAO: hacia el nuevo milenio presenta los principios que se han aplicado, detallando las medidas adoptadas y los resultados conseguidos hasta la fecha. La importante operación quirúrgica llevada a cabo en la estructura, los mecanismos de gobierno y los procedimientos operativos y financieros de la FAO ha conferido un grado de coherencia mucho mayor a sus actividades multidisciplinarias y de gran alcance. Se han hecho progresos considerables en lo que concierne a la mejora de la planificación, coordinación, vigilancia y verificación de la actuación de la FAO en las esferas prioritarias. Al mismo tiempo, se han realizado esfuerzos concertados para establecer y mantener asociaciones constructivas dentro de la comunidad intergubernamental y con la sociedad civil que contribuyen a la función primordial de la Organización en la consecución de la seguridad alimentaria mundial y, por consiguiente, al cumplimiento satisfactorio de su misión. Por último, el proceso de reforma ha propiciado una visión estratégica del futuro, documentada en el Marco Estratégico para la FAO: 2000-2015, plan maestro de la Organización en el que se definen sus objetivos y estrategias básicos , así como el calendario y la metodología para su aplicación.

El principio rector de la reforma ha seguido siendo «la seguridad alimentaria», lo que ha asegurado tanto la continuidad de los fines como la coherencia con el mandato establecido en la Constitución de la FAO. El proceso se ha centrado en la doble función de la Organización, aclarando la distinción entre las actividades normativas y operacionales con el fin de sacar el máximo provecho de los esfuerzos por conseguir «alimentos para todos» como objetivo común de desarrollo de todos los Estados Miembros.

Un desarrollo efectivo se consigue mediante mejoras en la producción y distribución de productos alimenticios y agrícolas, incluido un mayor acceso a los suministros y niveles de vida y de nutrición más altos para toda la población. En mi opinión, el proceso de reforma ha acrecentado enormemente la capacidad de la FAO para avanzar hacia ese objetivo y llevar a feliz término su misión: «contribuir a construir para las generaciones presentes y futuras un mundo en el que impere la seguridad alimentaria».



Jacques Diouf
Director General de la FAO

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