Página precedenteIndicePágina siguiente

PARTE 1
Examen mundial de la pesca y la acuicultura

EL ESTADO DE LOS RECURSOS PESQUEROS: TENDENCIAS DE LA PRODUCCIÓN, APROVECHAMIENTO Y COMERCIO

PANORAMA GENERAL

La producción mundial de la pesca de captura y la acuicultura y el suministro de pescado para la alimentación son actualmente los mayores jamás registrados y siguen siendo muy importantes para la seguridad alimentaria mundial, ya que proporcionan más del 15 por ciento del suministro total de proteínas animales (Cuadros 1 y 2 y Figura 1). China continúa siendo con mucho el mayor productor, ya que su producción pesquera declarada fue de 41,6 millones de toneladas en 2000 (17 millones de toneladas procedentes de la pesca de captura y 24,6 millones de la acuicultura), lo que se estima proporciona un suministro de 25 kg de alimentos per cápita. Sin embargo, hay cada vez más indicaciones de que las estadísticas de la producción de la pesca de captura y acuicultura de China son demasiado elevadas, problema que se ha acentuado desde comienzos de los años noventa. Debido a la importancia de China y a la incertidumbre de sus estadísticas de producción, se suele tratar a este país por separado del resto del mundo, como se hizo en la edición anterior de este documento.

figura 1

Aparte de China, la población mundial ha crecido con mayor rapidez que el suministro total de pescado para la alimentación que proporciona la producción, lo que se traduce en una reducción del suministro mundial de pescado per cápita de 14,6 kg en 1987 a 13,1 kg en 2000 (Figura 2). Esta disminución se ha distribuido de forma desigual. En algunos países y regiones ha disminuido el consumo de pescado, mientras que en otros se ha mantenido relativamente estable o ha aumentado ligeramente.

En 2000, la producción mundial declarada de la pesca de captura, con exclusión de la de China, volvió al nivel de comienzos de los años noventa, ya que totalizó entre 77 y 78 millones de toneladas. Este resultado siguió a las oscilaciones del período 1994-1998 debidas a la influencia de El Niño en las capturas de anchoveta del Perú. Se han registrado recientemente algunos incrementos relativos en otras regiones, sobre todo en aguas continentales de Asia, el océano Índico y el Pacífico centro-oeste. En algunas zonas, se han registrado descensos con respecto a las cifras de 1998, especialmente en el Pacífico norte.

Esta estabilidad general de la situación de las capturas mundiales oculta diferencias regionales. En el Pacífico noroeste, las capturas totales declaradas se han duplicado pasando de unos 12 millones de toneladas en 1970 a 23 millones en 2000. A comienzos de los años setenta correspondía a China un 20 por ciento aproximadamente de este total, pero en 2000 su parte ha aumentado a más del 60 por ciento. El rápido crecimiento de la producción declarada de China, especialmente el aumento de dos veces y media de sus capturas a casi 17 millones de toneladas desde 1990, contrasta netamente con la reducción a casi la mitad de las capturas de otros países de la región, que disminuyeron a menos de 9 millones de toneladas durante el mismo período.

figura 2

A diferencia de la pesca de captura, la producción de la acuicultura ha seguido creciendo sensiblemente. Con exclusión de China, la producción acuícola mundial (sin incluir las plantas acuáticas) registró una tasa de crecimiento medio anual algo menor (5,3 por ciento) en los años noventa que en los ochenta (7,1 por ciento). Se cree que la acuicultura continúa teniendo potencial en muchas zonas y en relación con muchas especies.

El empleo en los sectores de la producción primaria de pesca de captura y acuicultura se ha mantenido relativamente estable desde 1995, y se calcula que trabajaban en ellos unos 35 millones de personas en 2000. De ese total, el 65 por ciento correspondía a la pesca de captura marina, el 15 por ciento a la pesca de captura continental y el 20 por ciento a la acuicultura.

El comercio internacional de productos pesqueros ha vuelto a alcanzar una nueva cota máxima en valor ascendiendo a 55 200 millones de dólares EE.UU., lo que representa la continuación de la tasa de crecimiento anual del 4 por ciento registrada en el pasado decenio. El comercio neto de exportación de los países en desarrollo aumentó de 10 000 millones de dólares en 1990 a 18 000 en 2000, lo que equivale a un crecimiento real (corregido respecto de la inflación) del 45 por ciento.

CUADRO 1
Producción pesquera mundial y su utilización

 

1996

1997

1998

1999

2000

2001*

 

(millones de toneladas)

PRODUCCIÓN

           

CONTINENTAL

           

Captura

7,4

7,5

8,0

8,5

8,8

8,8

Acuicultura

15,9

17,5

18,5

20,1

21,4

22,4

Continental total

23,3

25,0

26,5

28,6

30,2

31,2

MARINA

           

Captura

86,1

86,4

79,3

84,7

86,0

82,5

Acuicultura

10,8

11,1

12,0

13,3

14,2

15,1

Marina total

96,9

97,5

91,3

98,0

100,2

97,6

Captura total

93,5

93,9

87,3

93,2

94,8

91,3

Acuicultura total

26,7

28,6

30,5

33,4

35,6

37,5

Total de la pesca mundial

120,2

122,5

117,8

126,6

130,4

128,8

UTILIZACIÓN

           

Consumo humano

88,0

90,8

92,7

94,4

96,7

99,4

Usos no alimentarios

32,2

31,7

25,1

32,2

33,7

29,4

Población (miles de millones)

5,7

5,8

5,9

6,0

6,1

6,1

Suministro de pescado como alimento por persona (kg)

15,3

15,6

15,7

15,8

16,0

16,2

Con exclusión de las plantas acuáticas,
* Estimación preliminar,

CUADRO 2
Producción pesquera mundial y su utilización, excluida China

 

1996

1997

1998

1999

2000

2001*

 

(millones de toneladas)

PRODUCCIÓN

           

CONTINENTAL

           

Captura

5,7

5,7

5,8

6,2

6,6

6,6

Acuicultura

4,9

5,1

5,2

5,9

6,3

6,5

Continental total

10,6

10,8

11,0

12,1

12,9

13,1

MARINA

           

Captura

73,6

72,5

64,3

69,8

71,3

67,9

Acuicultura

4,1

4,2

4,5

4,7

4,7

5,0

Marina total

77,7

76,7

68,8

74,5

76,0

72,9

Captura total

79,3

78,2

70,1

76,0

77,9

74,5

Acuicultura total

9,0

9,3

9,7

10,6

11,0

11,5

Producción total

88,3

87,5

79,8

86,6

88,9

86,0

UTILIZACIÓN

           

Consumo humano

60,4

61,5

61,3

61,9

63,0

65,1

Usos no alimentarios

27,9

26,0

18,5

24,7

25,9

20,9

Población (miles de millones)

4,5

4,6

4,7

4,7

4,8

4,9

Suministro de pescado como alimento por persona (kg)

13,3

13,4

13,1

13,1

13,1

13,3

Con exclusión de las plantas acuáticas.
* Estimación preliminar.

Los pronósticos mundiales relativos a los límites máximos de la pesca de captura, que se habían realizado desde comienzos de los años setenta, se están confirmando cada vez más con las pruebas obtenidas en los últimos años. Persiste la preocupación mundial sobre la fiabilidad de las estadísticas (véase el Recuadro 1 y Estadísticas fiables: base esencial para la ordenación pesquera eficaz, Parte 2), así como por el hecho de que el avance y la orientación de la investigación pesquera y los sistemas de información en que se basa no alcanzan a satisfacer la necesidad de comprender las relaciones entre la pesca y el medio ambiente y entre la ordenación y el desarrollo pesqueros. Como se reconoce que la sobrecapacidad de pesca y el alcance mundial de las operaciones pesqueras continúan ejerciendo efectos nocivos en las poblaciones ícticas, resulta cada vez más evidente la necesidad de que, en la ordenación pesquera a largo plazo y en las inversiones, se tengan en cuenta el medio ambiente y las fluctuaciones climáticas naturales a largo plazo (véase La pesca y la variabilidad climática a largo plazo, Parte 3), así como fenómenos episódicos como El Niño. Aunque se están realizando investigaciones sobre algunas de estas cuestiones, incluida la naturaleza y dimensiones de los efectos inducidos por los seres humanos en el clima, sigue habiendo muchos motivos de preocupación que exigen nuevos compromisos y metodologías. Por ejemplo, la frecuente falta de datos básicos sobre la pesca de subsistencia y en pequeña escala, como ocurre en muchas aguas continentales, contribuye a fracasos en la ordenación y en la adopción de políticas encaminadas a evitar la sobreexplotación, la reducción de las poblaciones y el aumento de la inseguridad alimentaria y la pobreza rurales.

Se está empezando a actuar en lo relativo a la gestión de la pesca marina y a la mejora de la ordenación pesquera, a medida que en un mayor número de zonas oceánicas la actividad pesquera está sometida a la autoridad de las organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROP) y la comunidad internacional obliga a éstas a una mayor rendición de cuentas. Sin embargo, los progresos han sido escasos en algunas regiones y en muchas jurisdicciones nacionales. En aguas continentales, importantes pesquerías en grandes ríos y lagos adolecen frecuentemente de una gestión ineficaz. Los órganos regionales de pesca continental, cuando existen, tienden a tener un carácter sobre todo consultivo y no gozan de poder de gestión. La mayoría de las pesquerías continentales están sujetas sólo a la jurisdicción nacional, especialmente las de zonas tropicales donde mayor es la presión del crecimiento demográfico, lo que se traduce en un aumento del esfuerzo de pesca. Parece probable que, a largo plazo, la oferta de pescado podrá satisfacer la demanda mundial sólo si suben ligeramente los precios reales del pescado. Esto supone que la acuicultura seguirá creciendo, lo que implica que deberán afrontarse las preocupaciones ambientales que plantea.


RECUADRO 1

Función de la FAO en relación con las estadísticas de pesca

La FAO está empeñada en:
1. fomentar la compilación y utilización de estadísticas;
2. producir manuales y programas informáticos sobre estadísticas;
3. capacitar a funcionarios de estadística;
4. desarrollar/mejorar los sistemas estadísticos nacionales (entre los ejemplos recientes figuran los de muchos países de África y el Mediterráneo);
5. facilitar la cooperación mundial y establecer normas para las estadísticas de pesca (mediante el Grupo de trabajo coordinador entre organismos sobre estadísticas de pesca);
6. recoger estadísticas de países, órganos regionales de pesca, registros internacionales de navegación, industria pesquera (por ejemplo, datos de comercialización y comercio);
7. comprobar los datos recibidos para garantizar su cohe-rencia interna, la identificación de especies o tendencias anómalas;
8.consultar sobre las anomalías con los países interesados;
9.publicar estadísticas sobre los distintos aspectos de la pesca en los anuarios y en Internet, y recibir amplia retroinformación de los usuarios.

Como resultado de todo ello, las estadísticas proporcionadas a la FAO por las autoridades nacionales se suelen corregir normalmente cuando hay errores evidentes, se dispone de datos mejores de otras procedencias (como los órganos regionales de pesca) o los países están de acuerdo con las estimaciones de la FAO. La FAO colabora con los países para estudiar los problemas y tratar de resolverlos, pero este proceso es frecuentemente lento. Cuando los países no responden a las encuestas de la FAO, se aplican automáticamente las estimaciones de la FAO. En algunas ocasiones, cuando los países no explican o apoyan estadísticas sospechosas, se dejan aparte estas estadísticas y, en su lugar, se publican las estimaciones de la FAO. Esta medida puede parecer a veces provocadora, pero frecuentemente estimula la adopción de medidas correctivas por el país interesado. Muchos países, incluida China, están trabajando con la FAO para tratar de resolver las cuestiones relacionadas con la fiabilidad de sus estadísticas de pesca.

Los informes nacionales son la fuente principal, pero no la única, de los datos utilizados por la FAO para mantener su base de datos de estadísticas de pesca. Cuando no se tienen datos o se consideran poco fiables, la FAO incluye estimaciones basadas en la mejor información de que disponga de cualquier otra procedencia, tales como las organizaciones regionales de pesca, documentos de proyectos, publicaciones de la industria o interpolaciones estadísticas. Las estadísticas sobre flotas que presentan los países se comprueban con datos de otras procedencias, como los registros internacionales de buques. Las estadísticas sobre el comercio internacional obtenidas de los países se completan por medio de una red completa de instituciones intergubernamentales regionales creada por la FAO (el Sistema computerizado de información comercial pesquera [GLOBEFISH]).

En los años noventa, la FAO revisó completamente su serie cronológica de estadísticas de producción pesquera con el fin de informatizarlas remontándose hasta 1950, y para incluir estimaciones en los casos en que faltaban datos, desglosar los datos por áreas de pesca, tener en cuenta los cambios políticos (por ejemplo, la aparición de nuevos Estados), ajustar la identificación de especies con arreglo a la evolución de la taxonomía, y mejorar la diferenciación entre la producción de la acuicultura y de la pesca de captura. Las series de datos resultantes se utilizan en numerosos análisis, dentro y fuera de la FAO, y pueden conseguirse fácilmente en Internet (el Sistema informatizado para las capturas pesqueras mundiales [FISHSTAT]).

En los exámenes mundiales de la FAO sobre la situación de las poblaciones no se utilizan estadísticas de captura como fuente principal de la información debido a que en muchos casos existen indicadores más directos. La información primordial que se utiliza se obtiene directamente de los grupos de trabajo de la FAO y de OROP no pertenecientes a la FAO y de otros acuerdos oficiales, literatura científica (publicaciones periódicas, tesis, etc.) y de revistas de la industria, así como de información independiente de la pesca, como datos de comercio. En los casos en que no existe una OROP, como en el Pacífico noroeste, pueden utilizarse procesos de evaluación bilaterales (por ejemplo, el existente entre China, el Japón y la República de Corea). Cuando no hay datos, como en lo referente a descartes, se utilizan estimaciones realizadas por consultores expertos caso por caso u obtenidas mediante consultas de expertos específicas. Si la FAO no ha podido todavía trabajar eficazmente en algún sector (por ejemplo, la producción de la pesca ilegal), no habrá información mundial sobre dicho sector, si bien se dispondrá de datos para determinadas zonas de pesca o años. Las estadísticas de la FAO sobre capturas tienen una cobertura mundial, incluyen series cronológicas completas desde 1950 y se actualizan periódicamente. Gracias a estas ventajas, pueden utilizarse, cuando se carece de otros datos, para ofrecer perspectivas de las tendencias generales de la pesca por regiones y como indicadores del estado de los recursos.

El apoyo financiero para la elaboración y mantenimiento de sistemas nacionales de estadísticas de pesca ha disminuido mucho en términos reales durante el último decenio. Al mismo tiempo han aumentado espectacularmente las necesidades de información, por ejemplo, sobre capturas incidentales y descartes, capacidad de pesca, pesca ilegal, barcos autorizados para faenar en alta mar, datos económicos (gastos, ingresos, precios, subvenciones), empleo, sistemas de ordenación, inventarios de poblaciones y pesquerías, y acuicultura.

Pese a los esfuerzos de la FAO, los datos pesqueros disponibles no son plenamente fiables en cuanto a su cobertura, oportunidad y calidad. Frecuentemente se presentan a la FAO datos con retrasos de uno o dos años. La proporción de la captura que debe identificarse por especies individuales ha tendido a disminuir con el tiempo, mientras que el «pescado sin identificar» representa una parte cada vez mayor de las estadísticas notificadas a medida que se diversifica la pesca y se agotan grandes poblaciones. Los grupos de trabajo sobre evaluación de poblaciones constituyen un buen medio para comprobar los datos sobre capturas, pero la evaluación de poblaciones es cada vez menos frecuente en muchas regiones en desarrollo debido a las limitaciones de recursos financieros y humanos. La disponibilidad general de datos no ha mejorado realmente durante los dos últimos decenios. Las estadísticas de la pesca artesanal y de subsistencia siguen constituyendo un problema y se carece de muchas estadísticas fundamentales a nivel mundial, tales como datos económicos y sociales, y sobre descartes y capacidad de pesca. Por ello, aunque las estadísticas disponibles reflejan probablemente las tendencias generales de forma fiable -por ejemplo, las tendencias del desarrollo o los cambios climáticos a nivel mundial (véase La pesca y la variabilidad climática a largo plazo, Parte 3, pág. 87)-, las cifras y evaluaciones anuales entrañan cierta incertidumbre y los pequeños cambios de un año a otro probablemente no son estadísticamente significativos.

El Departamento de Pesca de la FAO cree que el trabajo con los países es la única forma de mejorar las estadísticas pesqueras, principalmente para satisfacer las necesidades nacionales relacionadas con la seguridad alimentaria y la ordenación pesquera, pero también las necesidades de los órganos regionales de pesca y de la FAO. Sin estadísticas fiables, no se puede ordenar la pesca y adoptar decisiones de política de forma eficaz, lo que tendrá efectos negativos muy graves a nivel nacional y regional. Por desgracia, la rehabilitación de los principales planes nacionales de acopio de datos para proporcionar estadísticas fiables es un proceso necesariamente lento.

Fuente: R. Grainger, Departamento de Pesca de la FAO.

PRODUCCIÓN DE LA PESCA DE CAPTURA

La producción total de la pesca de captura en 2000 fue de 94,8 millones de toneladas (Cuadro 1), el nivel máximo de todos los tiempos. El valor estimado de la primera venta de esta producción ascendió a 81 000 millones de dólares EE.UU., lo que representa un incremento marginal con respecto al valor de 1998. Informes sobre la pesca de captura en 2001 procedentes de los principales países pesqueros indican que pueden haber disminuido notablemente las capturas mundiales, reduciéndose a unos 92 millones de toneladas. Las capturas de China, que representaron casi el 20 por ciento del total mundial en 1998, se mantuvieron estables en 1999 y disminuyeron marginalmente en 2000 tras la adopción de una política de crecimiento cero (véase la Figura 3 y el Recuadro 2). En 2000, la producción total de la pesca de captura marina y continental en el mundo, con exclusión de China (Cuadro 2), fue de unos 78 millones de toneladas, algo menos que el máximo de 83 millones alcanzado en 1989, pero más que 70 millones de 1998. Estos cambios recientes se deben a las variaciones en las capturas de anchoveta peruana provocadas por factores ambientales (El Niño).


RECUADRO 2

China

China ha conseguido notables incrementos de la producción pesquera en los últimos años. El crecimiento de su capacidad productiva, según indican las estimaciones notificadas de la pesca de captura marina y continental y de la acuicultura, es muy superior al logrado en cualquier otra parte del mundo. China se ha convertido en el mayor productor y consumidor mundial de pescado como alimento, alcanzando un consumo aparente de pescado como alimento de 31,3 millones de toneladas en 1999 (Figura 9). Durante los últimos decenios, la estimación del consumo per cápita basada en la producción notificada (que podría muy bien haber sido sobrestimada para el último decenio) ha aumentado de 4,4 kg en 1972 a 25,1 kg en 1999. A pesar de este incremento, el pescado continúa aportando un 20 por ciento del consumo total de proteínas animales, debido en gran medida al aumento continuo del suministro de carne. Desde 1994, China es el principal país pesquero del Pacífico noroeste, con capturas que superan los 20 millones de toneladas.

Como se señala en el Panorama general (pág. 3), hay indicaciones de que se han calculado en exceso las estadísticas de producción de la pesca de captura y la acuicultura en China, especialmente en el último decenio. Desde 1998, se declaró una política de crecimiento cero para la pesca de captura y esto se refleja en las capturas notificadas (Figura 3). Sin embargo, la producción acuícola notificada ha continuado creciendo con mucha rapidez (Figura 18), especialmente la de especies de agua dulce. Se examinó este asunto en un taller nacional sobre las estadísticas de pesca de China, celebrado juntamente con la FAO en abril de 2001. La estimación del suministro de pescado como alimento se complica a causa de incertidumbres relacionadas con las estadísticas de producción y las cantidades de pescado utilizadas para usos no alimentarios, tales como piensos directos para la acuicultura, que se considera son incluso muy notables. Otro factor que complica es que las tendencias del consumo aparente de pescado, derivadas de las hojas de balance de alimentos de la FAO, no son directamente comparables con las encuestas del consumo de alimentos en los hogares realizadas por la Oficina Nacional de Estadística de China. La razón de ello es que las últimas no incluyen el pescado consumido fuera del hogar (por ejemplo, en restaurantes o comedores de trabajadores), que se considera representa una proporción grande y creciente del consumo de pescado. Las autoridades chinas están trabajando en colaboración con la FAO para reducir muchas de estas incertidumbres.

figura 3

China y el Perú fueron los mayores productores en 2000, seguidos del Japón, los Estados Unidos, Chile, Indonesia, la Federación de Rusia y la India (Figura 4). La producción de las capturas continentales en el mundo, con exclusión de China, se mantuvo en una tendencia gradualmente ascendente: las pesquerías continentales aportaron 6,6 millones de toneladas en 2000, lo que equivale al 8,3 por ciento del total de las capturas mundiales.

figura 4

La producción mundial de la pesca de captura marina aumentó en 1999 y 2000 debido principalmente a las pesquerías del Pacífico sudeste, donde los desembarques aumentaron un 77 por ciento en 1999 y 12 por ciento en 2000, tras el notable descenso del 44 por ciento entre 1997 y 1998. Se registraron también aumentos en las regiones oceánicas tropicales desde 1998, especialmente en el océano Índico y en el Pacífico centro-oeste, si bien se han producido pequeños descensos en el Atlántico centro-este (Figuras 5 y 7). En las regiones templadas del Pacífico sudoeste, noroeste y nordeste las capturas tendieron a disminuir, mientras que en el Atlántico noroeste y nordeste, donde las evaluaciones de las poblaciones daban en general resultados pesimistas, aumentaron ligeramente entre 1999 y 2000. La mayor parte de estos incrementos se debieron a las capturas de vieras en el Atlántico noroeste y de especies pelágicas de poco valor, como capelán y bacaladilla, en el Atlántico nordeste. Las capturas de las especies oceánicas han ido creciendo constantemente durante los últimos decenios, lo que indica una mayor actividad pesquera en alta mar (véase el Recuadro 3).

figura 5

figura 6

figura 7

figura 7 (continuación)

En 2000, la recuperación de condiciones climáticas favorables tras la última aparición de El Niño hizo que las capturas de anchoveta fueran las mayores de una única especie (Figura 6). Recientemente han disminuido las capturas de Clupeidos (arenques, sardinas y anchoas) en otras zonas, salvo en el Pacífico centro-este y en el Atlántico sureste, donde se han beneficiado de la vuelta de sus regímenes de afloramiento. Las capturas de jurel chileno, otra de las especies pelágicas pequeñas importantes del Pacífico sudeste, se recuperaron ligera-mente en 2000 tras el descenso general registrado desde 1995. En la misma zona, los desembarques de estornino aumentaron en 1999 y volvieron a bajar en 2000, variación que corresponde a la imagen general de la recuperación del ecosistema en esa zona.

Continúa la tendencia negativa de la producción de estornino en el Pacífico noroeste, ya que sus capturas se han reducido a la mitad desde 1996. En cuanto al grupo de los Gadiformes (bacalao, merluza, eglefino, etc.), siguen disminuyendo las capturas mundiales de colín de Alaska y bacalao, y las únicas especies importantes cuyos desembarques han aumentado son las de capelán y bacaladilla, especies de aguas profundas.

En 2000, las capturas de las valiosas especies de túnidos se mantuvieron constantes en comparación con 1998, tras el ascenso a unos 6 millones de toneladas en 1999. También las capturas de otros grupos importantes de peces se mantuvieron en 2000 bastante estables con respecto a 1998.

Se ha producido un aumento general de las capturas de cefalópodos y camarones. Las de los primeros habían disminuido en 1998, pero aumentaron en 1999, y en 2000, alcanzaron un nuevo récord de 3,6 millones de toneladas. Las capturas de camarón han ido creciendo constantemente al promedio del 3,5 por ciento al año desde 1970, y este crecimiento no ha dado señales de reducirse en los últimos años.

Varias de las especies indicadas en la Figura 6 se utilizan mucho como materia prima para fabricar harina de pescado y aceite, y son de escaso valor comercial (el valor medio de las especies utilizadas para fabricar harina fue en 2000 de 50 a 150 dólares EE.UU. por tonelada). En valor, las especies más importantes capturadas en 2000 fueron las de patudo (el valor de las capturas mundiales se estimó en 3 000 millones de dólares), rabil (2 000 millones), listado y bacalao del Atlántico (más de 1 000 millones, cada uno).

Las capturas totales en aguas continentales en 2000 totalizaron alrededor de 0,8 millones de toneladas más que en 1998 (Cuadro 1). La mayor parte del total mundial provino de las capturas de Asia y África (alrededor del 64 y 25 por ciento, respectivamente), las cuales han continuado creciendo en los últimos años. Las de Europa, América del Norte, América del Sur y Oceanía se mantuvieron relativamente estables. Los diez principales países productores representan el 64 por ciento de la producción pesquera mundial en aguas continentales, si bien la parte de China disminuyó del 28 por ciento en 1998 al 25 por ciento en 2000 (Figura 8). La mayor parte de las capturas en aguas continentales (Cuadro 3) se realizan en países en desarrollo en los que generalmente constituyen una fuente importante de proteínas animales. En la mayoría de los países desarrollados, la pesca en agua dulce es una actividad principalmente deportiva, y las pesquerías continentales comerciales para la alimentación son muy limitadas, salvo en algunos grandes lagos.

figura 8

Muchos países experimentan notables dificultades para compilar estadísticas sobre la pesca continental. Las principales razones son, entre otras, las características de dispersión de estas pesquerías, su contribución no declarada a la subsistencia y la falta de industrias pesqueras conexas. Es posible que la importancia y el tamaño de estas pesquerías no estén debidamente representados en las estadísticas nacionales e internacionales. No obstante, en los últimos años algunos países han revisado sus estadísticas de pesca continental mediante nuevos sistemas de recogida de datos o por medio de encuestas paralelas de proyectos o instituciones nacionales cuyas estimaciones de las capturas difieren mucho de las notificadas por los funcionarios estadísticos nacionales. Esta incertidumbre sobre la exactitud de los datos es uno de los factores que hacen difícil la evaluación de la pesca continental, pero la FAO y otros organismos internacionales están trabajando activamente con las instituciones nacionales para mejorar la situación.

CUADRO 3
Producción de la pesca de captura continental por clase económica

Clase económica

Producción en 2000
(millones de toneladas)

Porcentaje de la
producción mundial

China

2,23

25,4

Otros países o zonas en desarrollo

5,93

67,4

Economías en transición

0,41

4,6

Países industrializados

0,23

2,6

Total

8,80

 


RECUADRO 3

Tendencias de la pesca en alta mar

En 1976, los Estados comenzaron a declarar la ampliación de sus jurisdicciones pesqueras como zonas económicas exclusivas (ZEE), con anticipación a la aceptación internacional de este concepto. Se obtuvo dicha aceptación en 1982 en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Desde mediados de los años setenta, un gran número de Estados pesqueros han declarado ZEE de 200 millas marinas y se ha llegado a entender por pesca en alta mar la que se realiza fuera de las ZEE, generalmente a más de 200 millas marinas de la costa.

Es difícil evaluar el desarrollo de la pesca en alta mar porque, en los informes sobre las capturas marinas presentados a la FAO, no se distingue entre las realizadas dentro de las ZEE y las realizadas en alta mar. El análisis de la base de datos de capturas que mantiene la FAO sobre 116 especies oceánicas (especies epipelágicas y de aguas profundas que existen principalmente en alta mar) muestra que las capturas de especies oceánicas se han triplicado casi pasando de 3 millones de toneladas en 1976 a 8,5 millones en 2000 (Figura 10). Sin embargo, como algunas de estas especies, especialmente los túnidos oceánicos, se capturan también dentro de las ZEE, este incremento podría muy bien ser más rápido que el de las capturas realizadas estrictamente en alta mar.

El notable incremento de las capturas de especies oceánicas se refleja también en el comercio mundial de tales especies. Las cantidades importadas y exportadas aumentaron, en peso de producto, de 0,5 millones de toneladas a casi 2,5 millones en el período 1976-2000 (Figura 11). Frente a las pruebas cada vez más claras de la sobrepesca en alta mar, se han acelerado también los esfuerzos de ordenación de dicha pesca durante ese período y continúan hoy con la creación de nuevas OROP y la revitalización de organizaciones existentes (véase Políticas y gestión internacionales de la pesca).

figura 9

figura 10

figura 11

PESCADORES Y PISCICULTORES

En consonancia con el incremento de la producción pesquera, durante los tres últimos decenios el empleo en el sector de la pesca y la acuicultura ha seguido creciendo en muchos países. Se estima que en 2000 participaban directamente en la pesca y la piscicultura a jornada completa o, con mayor frecuencia, a jornada parcial, 35 millones de personas, frente a 28 millones en el decenio anterior (Figura 12).

figura 12

Las cifras más elevadas de trabajadores de la pesca y acuicultura (Cuadro 4) se registran en Asia (85 por ciento del total mundial), seguida de África (7 por ciento), Europa, América del Sur, América del Norte y Central (alrededor del 2 por ciento cada una) y Oceanía (0,2 por ciento). Estos porcentajes reflejan con precisión la distinta participación de la población y predominancia relativa de las economías de uso intensivo de mano de obra en los continentes.

En 2000, los trabajadores de la pesca y la acuicultura representaban el 2,6 por ciento de los 1 300 millones de personas económicamente activas en todo el mundo en la agricultura, frente al 2,3 por ciento en 1990. Este promedio mundial se registra en la mayoría de los continentes, con excepción de África, donde el porcentaje de trabajadores de la pesca y acuicultura es inferior, el 1,3 por ciento de la mano de obra agrícola total, y en América del Norte y Central, donde es un 1 por ciento más alto que el promedio mundial.

CUADRO 4
Pescadores y piscicultores en el mundo por continentes

 

1970

1980

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

 

(miles)

Total

África

1 360

1 553

1 917

2 092

1 757

2 032

2 070

2 238

2 359

2 357

2 453

2 491

2 585

América del Norte y Central

408

547

767

755

757

777

777

770

776

782

786

788

751

América del Sur

492

543

769

738

763

874

810

814

802

805

798

782

784

Asia

9 301

13 690

23 656

24 707

25 423

26 342

27 317

28 552

28 964

29 136

29 458

29 160

29 509

Europa

682

642

654

928

914

901

881

864

870

837

835

858

821

Oceanía

42

62

74

77

79

80

74

76

77

78

82

82

86

Mundo

12 285

17 036

27 837

29 297

29 691

31 005

31 928

33 314

33 847

33 995

34 411

34 163

34 536

De los cuales piscicultores

África*

5

6

14

62

55

56

57

75

América del

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Norte y Central

53

73

101

206

206

176

182

185

191

190

190

América del Sur

16

15

15

20

30

43

44

42

41

42

41

Asia

3 698

3 882

4 292

4 927

5 389

6 003

6 051

6 569

6 758

6 930

7 132

Europa

11

12

13

23

26

18

23

25

25

26

27

Oceanía

n.s.

n.s.

n.s.

n.s.

1

1

4

5

5

5

5

Mundo

3 778

3 983

4 423

5 182

5 657

6 254

6 366

6 880

7 075

7 249

7 470

*Los datos de 1993-1995 no son comparables con los de los años siguientes, y fueron comunicados solamente por un número limitado de países.
n.s. = no significativo.

En el total de 35 millones personas empleadas en el sector, la cifra de los pescadores ha ido creciendo a la tasa media del 2,2 por ciento al año desde 1990, mientras que la de los piscicultores ha aumentado por término medio un 7 por ciento; pero estos incrementos aparentes son en parte el resultado de una mejor información. La mayor parte del crecimiento del empleo en la piscicultura y otras prácticas de cultivo se ha registrado en Asia, especialmente en China, donde el número declarado de personas dedicadas al cultivo de vida acuática se ha duplicado durante el pasado decenio. El sector de la producción acuícola comercial ofrece mayores oportunidades económicas; por ejemplo, en 1999 el ingreso anual medio de los hogares japoneses dedicados a la acuicultura era casi el doble que el de los dedicados a la pesca costera. Mientras los hogares dedicados a la acuicultura obtenían, en promedio, el 64 por ciento de sus ingresos de actividades relacionadas con la acuicultura, las actividades relacionadas con la pesca aportaban por término medio un 38 por ciento de los ingresos de los hogares de pescadores.

El empleo en la pesca está disminuyendo en las economías de uso intensivo de capital, sobre todo en la mayoría de los países europeos y en el Japón. Por ejemplo, en Noruega el empleo en el sector pesquero ha ido disminuyendo durante varios años (Cuadro 5) ya que en 1990 estaban empleadas en la pesca 27 500 personas (excluida la piscicultura), cifra que disminuyó en un 27 por ciento, a 20 100, en 2000. En el Japón, durante el último decenio, la cifra de los trabajadores de la pesca marina alcanzó su cota máxima en 1991, pero ha ido disminuyendo desde entonces reduciéndose a 260 000 personas en 2000. De ellas, un 85 por ciento estaban empleadas en operaciones de pesca costera, mientras que las pesquerías de altura y pelágicas empleaban al restante 15 por ciento. La gran mayoría (75 por ciento) de los pescadores eran trabajadores autónomos, lo que confirma esta característica especial de las profesiones pesqueras. La tasa de autoempleo entre los hombres era del 70 por ciento, mientras que en las mujeres era considerablemente mayor, ascendiendo al 94 por ciento.

Otra característica de la fuerza de trabajo en las economías desarrolladas es su perfil de edad elevada, derivado principalmente de que la profesión resulta menos atractiva para los jóvenes. Por ejemplo, en 2000, en el Japón casi el 32 por ciento de los pescadores marinos (que representaban un 83 por ciento del total) tenían más de 60 años, lo que representa un incremento del 3 por ciento con respecto al año anterior y del 18 por ciento en relación con 1980 (14 por ciento). Comparativamente, los pescadores de menos de 25 años representaban casi el 8 por ciento del total de casi 398 000 pescadores varones a fines de los años setenta y sólo el 2,7 por ciento de los 216 100 pescadores en 2000.

En los países donde la pesca y la acuicultura son menos importantes en la economía, no se dispone en muchos casos de estadísticas comparativas de empleo e ingresos con este nivel de detalle. En muchos países en desarrollo, la mayor parte de los pescadores, sus esposas y familias están ocupados en la pesca artesanal y actividades conexas. La importancia socioeconómica de estas actividades es más difícil de medir, pero es innegable en términos no sólo de su contribución a la producción y los ingresos, sino también a la seguridad alimentaria de las comunidades costeras.

CUADRO 5
Número de pescadores (incluidos piscicultores) en determinados países

País

Sexo

 

1970

1980

1990

2000

MUNDO

H y M

(número)

12 284 678

17 036 307

27 835 441

34 535 653

   

(índice)

44

61

100

124

China

H y M

(número)

2 300 000

2 950 344

9 092 926

12 233 128

   

(índice)

25

32

100

135

Indonesia

H y M

(número)

841 627

2 231 515

3 617 586

5 118 571

   

(índice)

23

62

100

141

Japón

H

(número)

437 900

376 900

303 400

216 110

 

M

(número)

111 500

80 500

67 200

44 090

   

(índice)

148

123

100

70

Perú*

H y M

(número)

49 824

49 503

43 750

55 061

   

(índice)

114

113

100

125

Noruega

H

(número)

43 018

34 789

30 017

23 026

 

M

(número)

690

526

   

(índice)

156

126

100

77

Islandia

H

(número)

4 895

5 946

6 551

5 300

 

M

(número)

400

800

   

(índice)

70

86

100

88

Índice: 1990 = 100.
Los datos del Perú excluyen la pesca continental y la acuicultura.

figura 13

figura 14

figura 15

figura 15 (continuación)

SITUACIÓN DE LAS FLOTAS PESQUERAS

Según la estimación más reciente de la FAO, en 1998 la flota mundial total dedicada a la pesca consistía en unos 1,3 millones barcos con cubierta y unos 2,8 millones sin cubierta, el 65 por ciento de los cuales carecía de motor. La gran mayoría de estos barcos se concentraba en Asia (84,6 por ciento del total de barcos con cubierta, 51 por ciento de los sin cubierta y con motor y el 83 por ciento de los no dotados de motor). El restante 15,4 por ciento del total mundial de pesqueros con cubierta se reparte entre Europa (8,9 por ciento), América del Norte y Central (4,5 por ciento), África (1 por ciento), América del Sur (0,6 por ciento) y Oceanía (un insignificante 0,2 por ciento). Los países de América del Norte y Central tenían un 21 por ciento de pesqueros sin cubierta con motor, África un 16 por ciento, América del Sur un 6 por ciento, y Oceanía un 3 por ciento.

Desde que comenzó la expansión de la flota mundial, que continuó hasta fines de los años ochenta, el número de pesqueros con cubierta se mantuvo bastante estable. En 1990 eran 1,2 millones y, desde entonces, las fluctuaciones anuales han sido del 1 por ciento aproximadamente, si bien parte de esta variación se debe probablemente a los métodos de notificación de estadísticas. Se registra la misma tendencia general a nivel de continentes.

No se dispone de indicaciones de las tendencias a escala mundial desde 1998. Sin embargo, la flota pesquera de la Comunidad Europea (CE) disminuyó de 100 085 barcos en 1995 a casi 96 000 en 2000. De los 77 500 barcos cuya eslora se conoce (no se conoce la de 18 500 barcos, principalmente italianos y portugueses), un 80 por ciento tenía menos de 12 m de eslora, la mayoría de los cuales pertenecían a Grecia y España. En 2000, un 14 por ciento de los pesqueros de la CE tenían entre 12 y 24 m de eslora, y menos de 350 tenían más de 45 m (una reducción de 52 unidades en comparación con cuatro años antes). En diciembre de 2000, Noruega tenía una flota de 8 430 pesqueros con cubierta y 4 585 embarcaciones sin cubierta matriculadas. Estadísticas comparativas de 1990 indican una cifra casi igual para la flota con cubierta, mientras el número de embarcaciones abiertas se había casi duplicado. La flota de Islandia tenía matriculados 1 993 barcos en 2001, de los cuales el 55 por ciento eran sin cubierta y casi el 40 por ciento de las embarcaciones con cubierta tenían más de 20 años. En el Japón, los pesqueros que faenan en aguas marinas y continentales eran 361 845 en 1999, cifra inferior a las de 371 416 de 1995 y 416 067 de 1990. La gran mayoría (90 por ciento) de los pesqueros con motor que faenaban en aguas marinas tenían menos de 5 toneladas brutas. Entre 1990 y 2000, el número de barcos con cubierta disminuyó en 45 000 unidades (descenso del 12 por ciento).

SITUACIÓN DE LOS RECURSOS PESQUEROS

Pesca marina

La producción total de la pesca de captura marina, tras haber disminuido a 79,2 millones de toneladas en 1998, aumentó a 84,7 millones de toneladas en 1999 y a 86,0 millones en 2000, recuperándose así a niveles próximos al máximo histórico registrado en 1996 y 1997. Si se excluye a China (véase el Recuadro 2), la producción mundial en 2000 fue de 71,3 millones de toneladas, un 5 por ciento aproximadamente menos que el altísimo nivel de 75,5 millones de toneladas alcanzado en 1995. La mayoría de los cambios recientes en el total de desembarques mundiales de los recursos de pesca marítima silvestres pueden explicarse por el descenso y la rápida recuperación (en volúmenes de biomasa y producción) después de El Niño de 1997-1998. Las zonas más gravemente afectadas por este reciente fenómeno del Niño fueron las del Pacífico sudeste y, en menor medida, las del Pacífico centro-este (Figura 7).


RECUADRO 4

Evolución de las flotas pesqueras a través de la base de datos de los Servicios de Información Marítima del Lloyds

Los Servicios de Información Marítima del Lloyds tratan de mantener el panorama completo de todos los barcos, incluidos los de pesca, de más de 100 toneladas de registro bruto (TRB). Cada año se añaden barcos a la base de datos, algunos de los cuales son los nuevos barcos que se construyen ese año y otros se añaden cuando se dispone de información. Lo más probable es que los barcos de más de 100 TRB faenen internacionalmente, mediante acuerdos de acceso y en alta mar, pero representan sólo una pequeña proporción de la flota pesquera mundial. No obstante, el seguimiento de la flota de más de 100 TRB da una indicación de la forma en que cambia la pesca industrial en gran escala (Figura 16). Ofrece indicaciones de las pautas de cambio de las entradas y salidas de todos los registros de barcos, especialmente de los registros de libre matrícula. Por definición, estos registros ofrecen la condición de Estado del pabellón a casi cualquier barco y frecuentemente son considerados por los propietarios de los barcos como un medio para evitar los controles a los que tendrían que someterse de no tener ese registro. El número de barcos que se sabe que existen, pero se desconoce su pabellón es también causa de preocupación, si bien algunos de ellos podrían haber sido eliminados del registro antes de su desguace. En la Figura 17 se muestran las cifras de los barcos de los principales registros de libre matrícula. La cifra de los barcos de nueva construcción añadidos al registro se ha mantenido en unos 300 al año durante los últimos años, pero las reducciones por desguace y pérdida indican que se ha producido una reducción neta de la flota. En el Cuadro 6 se muestran los principales cambios en las flotas durante los dos últimos años. La medida del reabanderamiento en la flota pesquera puede calcularse comparando la base de datos año tras año y siguiendo cada barco por medio de su número único en Lloyds o en la Organización Marítima Internacional (OMI) (Cuadro 7).

Fuente: A. Smith, Departamento de Pesca de la FAO.

figura 16

figura 17

La situación mundial de las principales poblaciones ícticas marinas sobre las que se dispone de información de evaluación sigue la tendencia general observada en años anteriores. En general, como continúa aumentando la presión de pesca, el número de recursos pesqueros infraexplotados y explotados moderadamente sigue disminuyendo ligeramente, el número de poblaciones plenamente explotadas se mantiene relativamente estable y el número de las poblaciones sobreexplotadas, agotadas y en recuperación está aumentando ligeramente.

CUADRO 6
Cambios en la base de datos de los Servicios de Información Marítima del Lloyds (barcos pesqueros)

País de

Nueva construcción

Desguace y pérdida

Registro

2000

2001

2000

2001

Argentina

_

_

4

9

Belice

4

8

8

11

Canadá

_

_

14

8

Dinamarca

9

3

_

_

Francia

5

15

9

9

Alemania

_

_

7

18

Islandia

4

17

_

_

Irlanda

18

4

_

_

Japón

22

14

237

23

Corea, Rep. de

_

_

16

11

Noruega

24

18

_

_

Países Bajos

10

8

_

_

Federación de Rusia

_

_

40

51

España

40

48

104

48

Reino Unido

10

14

14

20

Estados Unidos

98

52

23

58

Otros

61

92

166

176

Desconocido

_

_

44

22

En blanco

_

_

43

69

Total

305

293

729

533

Cambio neto

   

- 424

- 240

CUADRO 7
Altas y bajas de abanderamiento en los registros de buques (barcos pesqueros)

Cambios de abanderamiento

Bajas

Altas

 

2000

2001

2000

2001

Argentina

_

_

4

9

Belice

34

29

76

40

Camboya

_

_

7

5

Chipre

_

_

9

3

Islas Canarias

0

38

_

_

Guinea Ecuatorial

5

0

_

_

Honduras

89

9

10

11

Irlanda

_

_

6

10

Japón

59

12

_

_

Corea, Rep. de

_

_

_

_

Namibia

_

_

19

2

Países Bajos

8

12

_

_

Noruega

6

13

5

9

Panamá

29

12

18

14

Federación de Rusia

21

17

59

56

España

15

4

0

39

San Vicente

9

11

17

3

Ucrania

11

11

_

_

Reino Unido

21

7

6

13

Estados Unidos

12

4

_

_

Vanuatu

12

2

5

5

Otros

175

117

155

139

Desconocido

56

51

170

0

Total

562

349

562

349

Se estima que el 25 por ciento de las principales poblaciones o grupos de especies de peces marinos sobre los que se tiene información están infraexplotados o moderadamente explotados. Las poblaciones o grupos de especies pertenecientes a esta categoría representan la fuente principal de expansión potencial del total de las capturas marinas. Un 47 por ciento aproximadamente de las principales poblaciones o grupos de especies están plenamente explotados, por lo que producen capturas que han alcanzado o están cerca de alcanzar sus límites máximos sostenibles. Por consiguiente, no cabe esperar razonablemente un crecimiento de las capturas de casi la mitad de las poblaciones marinas mundiales. De otro 18 por ciento de las poblaciones o grupos de especies se señala que está sobreexplotado, por lo que las perspectivas de crecimiento de tales poblaciones y de sus capturas son insignificantes y hay una probabilidad cada vez mayor de que las poblaciones sigan reduciéndose y disminuyan las capturas, a menos que se adopten medidas correctivas de ordenación para mitigar las condiciones de sobrepesca. El 10 por ciento restante de las poblaciones ha llegado a estar notablemente agotado o se halla en recuperación del agotamiento, por lo que tales poblaciones son mucho menos productivas de lo que eran o podrían ser si la ordenación hiciera que volvieran a alcanzar una mayor abundancia que permitiera los niveles de capturas conseguidos antes del agotamiento. La recuperación implica normalmente reducciones drásticas y prolongadas de la presión de pesca y/o la adopción de otras medidas de gestión para eliminar las condiciones que contribuyeron a la sobreexplotación y agotamiento de la población.

Las capturas totales del Atlántico noroeste y sudeste dejaron de aumentar y se mantuvieron relativamente estables durante los últimos cinco a diez años, en un nivel cercano a la mitad de las cotas máximas alcanzadas hace tres decenios. Preocupa especialmente el hecho de que las poblaciones de eglefino, gallineta y bacalao no han respondido a las drásticas medidas de ordenación adoptadas en el Atlántico noroeste. La mayor parte de los cambios en el Atlántico sudeste se deben a fluctuaciones en la abundancia y, por consiguiente, en las capturas de importantes peces pelágicos pequeños, en particular el jurel del Cabo, la anchoa del África austral y la sardina del África austral. Las poblaciones de anchoa y sardina del África austral, tras haberse agotado gravemente, han mostrado algunos signos de recuperación, si bien los actuales esfuerzos de ordenación no han sido lo suficientemente duraderos para que las capturas vuelvan a alcanzar sus máximos niveles históricos.

En el Atlántico centro-este y el Pacífico noroeste, el total de las capturas se estacionó a niveles relativamente altos, tras haberse recuperado de un breve descenso ocurrido después de que se alcanzasen los máximos niveles de producción hace 10-15 años. La mayoría de estos cambios se deben a la recuperación de la abundancia y, por lo tanto, de los desembarques de peces pelágicos pequeños. En el Atlántico nordeste, el Atlántico centro-oeste, el Pacífico nordeste, el Mediterráneo y mar Negro, el Pacífico centro-este y el Pacífico suroeste, las capturas anuales se mantienen relativamente estables o muestran una tendencia ligeramente descendente tras haber alcanzado sus máximos potenciales hace uno o dos decenios. En el Atlántico suroeste, el total de las capturas anuales está disminuyendo tras haber alcanzado el récord de todos los tiempos en 1997. En esta zona se padece el agotamiento y la consiguiente reducción de las capturas de una de sus poblaciones más importantes, la merluza argentina.

En el Pacífico sudeste, el total de las capturas anuales alcanzó el máximo de todos los tiempos en 1994, y después disminuyó pronunciadamente como consecuencia de los graves efectos de El Niño de 1997-1998 y del agotamiento de la anchoveta peruana y otras poblaciones importantes de la zona. La recuperación después de El Niño ha sido sorprendentemente rápida, especialmente la de las poblaciones de anchoveta peruana, el total de cuyas capturas volvió rápidamente a los niveles anteriores a El Niño, si bien otras poblaciones importantes y en disminución, como el jurel de Chile y la sardina sudamericana, no han dado señales de recuperación.

La tendencia al aumento de las capturas totales en el océano Índico oeste se redujo tras haberse alcanzado las cotas máximas en 1999. Hay dos zonas oceánicas en las que se considera que están aumentando las capturas totales y en las que, al menos en teoría, hay un mayor potencial de incremento: el océano Índico este y el Pacífico centro-oeste. Estas zonas, junto con el océano Índico oeste, tienen la menor incidencia de poblaciones ícticas plenamente explotadas, sobreexplotadas, agotadas o en recuperación y cuentan con algunas poblaciones infraexplotadas o moderadamente explotadas. Sin embargo, tienen también la mayor incidencia de poblaciones cuyo estado de explotación es desconocido o incierto, por lo que son menos fiables las estimaciones relativas a su producción total.

Salvo las poblaciones de listado de algunas zonas, la mayoría de las poblaciones de túnidos están plenamente explotadas en todos los océanos y algunas se hallan sometidas a sobrepesca o incluso agotadas. Se ha señalado la sobrecapacidad de las flotas atuneras como el principal problema en varias zonas. Son objeto de preocupación especial las poblaciones de atún rojo del norte y del sur en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Se señala que están sometidas a sobrepesca y, en la mayoría de los casos, agotadas.

Otro motivo de preocupación es el rápido incremento de la presión de pesca sobre algunos recursos de aguas profundas (véase el Recuadro 3) que se están explotando en montes submarinos y otras zonas de aguas profundas a latitudes elevadas en el océano Índico, el Atlántico sur y el Pacífico sur, especialmente los de reloj anaranjado, alfonsino y pez de San Pedro. La mayoría de estas poblaciones son de animales de lento crecimiento y larga vida, por lo que son muy vulnerables al agotamiento cuando se desconoce en gran medida la distribución, abundancia y dinámica de sus poblaciones. Existe el grave riesgo de que, si no hay regímenes eficaces de ordenación pesquera, estas poblaciones puedan agotarse fácilmente mucho antes de que se sepa algo sobre ellas. Se ha expresado también preocupación sobre el pronunciado descenso de las poblaciones de austromerluza negra en los océanos australes, que en general se explotan mediante pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).


RECUADRO 5

Presas, peces y pesca: un desafío para los administradores e ingenieros de pesca

Las presas para el riego, el control de las inundaciones, la producción de energía y la desviación del agua contribuyen al desarrollo y al bienestar. Las estructuras y finalidades de las presas varían desde las elevadas construcciones para la producción de energía y el suministro de agua construidas en profundos valles de montaña hasta las estructuras para riego, desviación de aguas o navegación creadas en zonas más bajas. Se utilizan también las presas para el control de las riadas, pero esto no ha dado muy buenos resultados en algunos casos. Muchas presas tienen funciones múltiples y sirven para varias finalidades con una única construcción.

La construcción de presas y diques tiene una larga tradición en muchas partes del mundo. Durante el medio siglo pasado se construyeron en todo el mundo millares de grandes presas. El número de presas, diques y otros obstáculos menores construidos a través de los ríos es desconocido a escala mundial, pero podría ser del orden de varios centenares de millares.

Las barreras que cruzan los ríos frecuentemente ejercen efectos negativos en las poblaciones ícticas naturales y pueden contribuir, junto con otros factores, a la reducción de su abundancia, o incluso a la desaparición y extinción de especies. Ejemplo de ello es la extinción del salmón (Salmo salar) en el Rin, población que había sostenido una floreciente pesquería de salmón en la primera mitad del siglo XX. Las presas amenazan a muchas especies acuáticas en Europa y América del Norte, así como en otros continentes donde se tienen menos conocimientos sobre su biología, comportamiento, pesca y dinámica de población. En varios países, como la India, Nepal y Sudáfrica, se están haciendo investigaciones sobre el comportamiento de los peces a fin de poder adaptar los lugares por donde pasan a las necesidades de las especies indígenas. Según la capacidad natatoria de los peces de que se trate, incluso pequeños obstáculos (entre 20 cm y unos pocos metros de altura), como diques bajos o umbrales que cruzan los ríos (estructuras para estabilizar el fondo del río), pueden causar efectos devastadores. Como ejemplos de peces afectados en ríos europeos cabe señalar los del coto (Cottus gobio), el condostroma (Chondrostoma nasus) y el barbo (Barbus barbus). Lo mismo que los peces, otros animales acuáticos o sus etapas de vida acuática (por ejemplo, los macrozoobentos), pueden resultar afectados por cambios que les impiden moverse libremente a lo largo del río.

Las estructuras que atraviesan los ríos impiden el movimiento de los animales principalmente de dos formas: constituyen barreras para la emigración aguas arriba y aguas abajo de especies que dependen de movimientos longitudinales en el río en alguna etapa de su ciclo vital; y causan modificaciones físicas. Entre estas últimas figuran: cambios en la pendiente, el perfil del lecho del río, la estructura de la superficie de fondo y el sustrato del fondo; el sumergimiento de zonas de grava o secciones de rabión; la destrucción de la vegetación de las orillas; y cambios en el régimen térmico o trófico. Frecuentemente se cambia profundamente el régimen de flujo aguas abajo. Las presas pueden interrumpir completamente el paso longitudinal o al menos retrasar la migración. El paso aguas arriba a través de turbinas hidráulicas o altos aliviaderos puede incrementar la mortalidad y la predación durante la migración de peces jóvenes cuando atraviesan el embalse de una presa. El efecto acumulativo de varios obstáculos en un mismo río puede tener importantes consecuencias negativas para la pesca, especialmente en regiones tropicales donde la pesca fluvial suele contribuir sustancialmente a los medios de subsistencia rurales.

En ríos grandes, modelos de rendimientos que relacionan la superficie de la cuenca fluvial y la longitud del cauce principal con las capturas, sugieren que los rendimientos aumentan de forma exponencial al incrementarse la longitud del río. Esto se debe a la conexión y a las influencias acumulativas de los procesos aguas arriba dentro del sistema («concepto de continuidad del río»), así como a procesos laterales relacionados con las dimensiones de las riberas, la cuenca y la llanura de inundación del ecosistema del curso de agua («concepto del impulso de la corriente»). Por ejemplo, dicho modelo de rendimientos puede calcular que en una sección del río de 25 km se obtendrían capturas de 9 113 kg/año a una distancia de 50 km del nacimiento del río. A 250 km del nacimiento, una sección de 25 km del mismo río produciría 37 197 kg/año. Si se construyera una presa a 400 km del nacimiento del río, lo que provocaría una pérdida de 25 km de río en ese punto, el embalse tendría que compensar 57 925 kg/año de capturas.

Las presas interrumpen la continuidad longitudinal y lateral de un río y pueden bloquear notablemente el flujo de nutrientes a través del ecosistema, perjudicando con ello la producción pesquera en embalses aguas abajo y canales fluviales, así como en el estuario y en ambientes marinos. Cuanto más largo es el río y más aguas abajo está situada la presa, hay menos probabilidades de que la pesca del embalse pueda compensar las pérdidas de rendimientos de la pesca en el río. Debido a la dinámica de producción, el potencial de compensación es superior en embalses menos profundos y en regiones tropicales que en los embalses más profundos y en latitudes más al norte.

Las estimaciones indican potenciales de rendimientos de hasta 143 kg/ha/año en la pesca de especies naturales de los ríos y llanuras de inundación de África, si bien sea difícil compensar las pérdidas de rendimientos de la pesca fluvial. Se ha desarrollado la pesca productiva en embalses alcanzando rendimientos de hasta 329 kg/ha/año en pequeños embalses de África, de hasta 125 kg/ha/año en América Latina y el Caribe y de hasta 650 kg/ha/año en Asia. Se pueden desarrollar buenas pesquerías en embalses de zonas donde la pesca fluvial contribuye poco a los rendimientos pesqueros nacionales o en regiones más secas donde se construyen presas para el riego y la pesca es secundaria. Los beneficios de los embalses menores y menos profundos son mayores. La repoblación con especies exóticas tanto de los embalses como de los niveles de descarga de las presas, puede incrementar los rendimientos, siempre que los peces exóticos sean ambientalmente compatibles y culturalmente aceptables para la población humana de la zona; en algunas zonas no hay ninguna tradición de pesca y consumo de pescado.

En cierta medida se puede mitigar la obstrucción de las migraciones creando pasos para los peces (llamados algunas veces «pasos para la fauna») que faciliten su avance aguas arriba, y abriendo derivaciones para su paso aguas abajo, pero no es fácil compensar el hábitat perdido. Para las especies anadromas y potamodromas, se pueden superar los obstáculos para el paso aguas arriba con distintos procedimientos, incluyendo los pasos para peces del tipo piscina, los pasos Denil, los canales de derivación que imitan a la naturaleza y los elevadores o esclusas para los peces. Se puede también recoger a estas especies y transportarlas si se dispone de servicios para hacerlo. Durante los dos últimos decenios, sobre todo en Austria, Francia, el Japón y Nueva Zelandia, se han logrado notables progresos en el desarrollo de tecnologías específicas de las regiones para mejorar los sistemas de paso de los peces, primero aguas arriba y ahora también aguas abajo. En 2000, se construyó en la presa de Iffezheim, en el Rin, un paso vertical para los peces a fin de que, entre otros, los salmones puedan emigrar aguas arriba. Algunos países, como Francia, han enmendado las normas pertinentes para restablecer de forma obligatoria el paso libre de los peces por los obstáculos, al menos en ríos clasificados como importantes para la migración de los peces. Cada vez con mayor frecuencia el propietario de las presas y vertederos tiene que pagar para restablecer el paso libre.

Para que las instalaciones de paso de los peces sean eficaces y eficientes hace falta tener conocimientos sobre la biología y comportamiento de las especies en cuestión. Por ello, si no se tiene la información biológica básica, es difícil trasladar la tecnología del paso de los peces a proyectos de presas de otros continentes o sistemas fluviales, o de climas templados a tropicales. No obstante, el conocimiento limitado de la biología pertinente no justifica que se deje de afrontar el problema. Deberá aplicarse siempre el enfoque precautorio, según se indicó recientemente en el primer taller sobre el paso de los peces celebrado en Sudáfrica.

Para diseñar bien los pasos de los peces se necesita un enfoque multidisciplinario con la participación de ingenieros, biólogos y encargados de la ordenación. Es preciso evaluar sistemáticamente el diseño, de ser posible mediante un programa obligatorio y completo de seguimiento a largo plazo. Gracias a una evaluación y gestión ambiental eficaces, unidas a mejoras en el diseño de las estructuras de ingeniería civil, se ha conseguido que algunos proyectos recientes de presas sean algo más aceptables ecológicamente y más favorables para los peces.

Fuente: G. Marmulla, Servicios de Recursos de Aguas Continentales y Acuicultura de la FAO. Basado en el Documento técnico de pesca de la FAO Nš 419.

Recursos continentales

En El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2000, se informaba de que los recursos de pesca continental se hallan infravalorados y bajo la amenaza causada por la alteración del hábitat (véase el Recuadro 2 de El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2000), la degradación y las actividades pesqueras insostenibles. Estudios de campo realizados recientemente en Asia sudoriental1 han puesto de manifiesto que existen importantes problemas relacionados con la exactitud de las estadísticas de pesca continental en la región. Estos problemas se derivan de la falta de recursos suficientes para compilar estadísticas de pesca, de la dificultad de obtener información sobre el sector, de la mala información y de la falta de capacidad para utilizar la información a fin de mejorar la ordenación de los recursos de pesca continental. La experiencia indica que probablemente se registra una situación análoga en otras partes del mundo.

La disponibilidad de información exacta es decisiva para comprender la importancia de los recursos de pesca continental y ordenarlos en beneficio de las poblaciones rurales. La información incompleta o incorrecta supone un obstáculo en los esfuerzos por proporcionar seguridad alimentaria a las regiones en desarrollo. Como continúan realizándose esfuerzos para mejorar la información sobre los recursos de pesca continental, resulta en este momento inapropiado presentar datos adicionales en El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2002.

ACUICULTURA

Producción

Según las estadísticas de la FAO, la contribución de la acuicultura al suministro mundial de pescado, crustáceos y moluscos continuó creciendo, ya que pasó del 3,9 por ciento de la producción total en peso en 1970 al 27,3 por ciento en 2000. La acuicultura crece con mayor rapidez que todos los demás sectores de producción de alimentos de origen animal. En el ámbito mundial, el sector ha aumentado por término medio a la tasa compuesta del 9,2 por ciento al año desde 1970, frente al crecimiento de sólo el 1,4 por ciento registrado en la pesca de captura y el 2,8 por ciento en los sistemas terrestres de producción de carne a base de cría de animales. El aumento de la producción acuícola en aguas continentales ha sido particularmente grande en China, donde alcanzó el promedio del 11,5 por ciento al año entre 1970 y 2000, frente al 7,0 por ciento al año en el resto del mundo durante el mismo período. La producción de la maricultura en China aumentó a la tasa media anual del 14 por ciento, frente a la del 5,4 por ciento del resto del mundo. No obstante, es posible que la producción acuícola de China, especialmente su crecimiento desde comienzos de los años noventa, haya sido sobreestimada en las estadísticas (véase el Recuadro 2). En la Figura 18 se muestran las tendencias de la producción acuícola continental y marina en China y el resto del mundo.

figura 18

En 2000, la producción total notificada de la acuicultura (incluidas plantas acuáticas) fue de 45,7 millones de toneladas en peso y de un valor 56 500 millones de dólares EE.UU. Según los informes, China produjo el 71 por ciento del volumen total y el 49,8 por ciento del valor total de la acuicultura. Más de la mitad de la producción total mundial de la acuicultura en 2000 consistió en peces propiamente dichos, y continúa hasta la fecha el aumento de la producción de los principales grupos de especies sin que se registre ningún descenso aparente (Figura 19). La producción mundial de plantas acuáticas ascendió a 10,1 millones de toneladas (5 600 millones de dólares), de las que 7,9 millones de toneladas (4 000 millones de dólares) se obtuvo en China.

figura 19

En contraposición a los sistemas de explotación agrícola terrestre, en los que la mayor parte de la producción mundial se obtiene de un número limitado de especies de animales y plantas, en 2000 se señalaron más de 210 especies de plantas y animales acuáticos cultivadas. Esta gran diversidad se debe al gran número de especies acuáticas que pueden adaptarse fácilmente a la amplia gama de sistemas y condiciones de producción existentes en los distintos países y regiones del mundo. Hay que señalar asimismo que el número de especies cultivadas es probablemente mucho mayor que el notificado, ya que, en 2000, no se detalló la especie con respecto a más de 9,7 millones de toneladas (21,2 por ciento) de la producción acuícola mundial. Este grupo «sin especificar» incluye probablemente especies que no se han registrado como cultivadas.

En 2000, más de la mitad de la producción acuícola mundial se obtuvo en aguas costeras marinas o salobres. Sin embargo, la mayor tasa media de crecimiento anual (en el período 1970-2000) se obtuvo en la producción acuícola de agua dulce. La producción en aguas salobres representó, en peso, sólo el 4,6 por ciento de la producción acuícola mundial en 2000, pero alcanzó el 15,7 por ciento de su valor total. Los principales grupos de especies criados en agua dulce fueron los de peces propiamente dichos. En las aguas salobres predominan los crustáceos y peces de valor elevado, mientras que en aguas marinas se producen sobre todo moluscos y plantas acuáticas (Figura 20). En las Figuras 21 y 22 se indica la producción en cantidad y valor de los principales países productores y los principales grupos de especies.

figura 20

figura 21

figura 22

Es especialmente significativo que la producción acuícola de los países en desarrollo y países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) ha crecido constantemente a la tasa anual media del 10 por ciento aproximadamente desde 1970. Sin embargo, el crecimiento de la producción (tanto en cantidad como en valor) en los PBIDA, si se excluye a China, ha sido más lento que en los que no son PBIDA (Figura 23). En cambio, la producción acuícola de los países desarrollados ha crecido a la tasa anual media de sólo el 3,7 por ciento desde 1970, registrándose incluso una reducción del 2,4 por ciento de 1999 a 2000. En 2000, la mayor parte de la producción acuícola de los países en desarrollo consistió, con la excepción de camarones marinos, en peces omnívoros/herbívoros o especies que se alimentan por filtración. En cambio, el 73,7 por ciento de la producción piscícola de los países desarrollados fue de especies carnívoras.

figura 23

En lo que respecta al suministro de pescado para el consumo humano (es decir productos de peces y mariscos acuáticos para consumo humano, enteros y en peso en vivo, excluidas las plantas acuáticas), el sector acuícola mundial, con exclusión de China, produjo en 2000 alrededor de 11 millones de toneladas de productos acuáticos cultivados, frente a unos 52 millones de toneladas que se obtuvieron de la pesca de captura. Las cifras comunicadas por China son 20 millones de toneladas aproximadamente de la acuicultura y 7 millones de la pesca de captura, lo que indica claramente el predominio de la acuicultura en China. Fuera de China, el suministro de pescado per cápita para el consumo humano obtenido de la acuicultura se ha cuadruplicado, pasando de 0,6 kg en 1970 a 2,3 kg en 2000.

Sostenibilidad

Durante los tres últimos decenios, la acuicultura ha crecido, se ha diversificado, se ha intensificado y ha registrado adelantos tecnológicos. El potencial de estos avances para mejorar la seguridad alimentaria local, mitigar la pobreza y mejorar los medios de subsistencia rurales es ampliamente reconocido. La Declaración y Estrategia de Bangkok (Red de centros de acuicultura de Asia y el Pacífico [NACA] y FAO, 2000) subraya la necesidad de que el sector acuícola continúe desarrollándose hasta alcanzar todo su potencial, y de que aporte una contribución neta a la disponibilidad de alimentos mundial, la seguridad alimentaria interna, el crecimiento económico, el comercio y la mejora de los niveles de vida.

1 FAO. 2002. Inland capture fishery statistics of Southeast Asia: current status and information needs, por D. Coates. RAP Publication 2002/11. Bangkok, Oficina Regional de la FAO para Asia y el Pacífico. 121 págs.

Página precedenteIndicePágina siguiente