La costumbre de tratar separadamente los montes y las industrias forestales se ha traducido invariablemente en una mala ordenación forestal. Organizadas sobre todo con respecto a sus productos finales, y teniendo poco o ningún contacto con el bosque las varias industrias forestales han tendido a menospreciar sus problemas de materias primas y a ver en las demás industrias competidores en la explotación de los recursos naturales en vez de usuarios complementarios de un producto renovable... la consideración global de la silvicultura y los productos forestales primarios es para la FAO el enfoque lógico.»
Este pasaje figura en un informe dirigido en 1945 a los gobiernos que estudiaban la creación de la FAO. El enfoque propuesto se incorporó a la Constitución de la FAO y se ha observado siempre desde entonces.
La línea divisoria entre productos forestales y secundarios no es siempre clara. No todos los productos forestales primarios, entre los que figura la pasta de madera, caen dentro del campo de actividades de la FAO. Y tampoco ésta puede limitar su interés a los productos forestales primarios; por ejemplo, para los estudios del consumo tiene que mantenerse informada acerca de los productos forestales secundarios. Cada vez debe ser mayor su colaboración con otros organismos, tales como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), que también se interesan por los productos de las industrias forestales primarias.
Tal fue el parecer del Comité Asesor de la FAO sobre la Pasta y el Papel cuando elaboró su reunión anual en Roma en el mes de mayo último.
Este comité, creado en 1960 para asesorar al Director General sobre la evolución y ejecución de los programas de la Organización en materia de pasta y papel, está formado por industriales destacados y representantes de gobiernos y de asociaciones nacionales de la pasta y el papel. El grupo refleja ampliamente los intereses de los países productores y de los consumidores y en él están representadas las diversas regiones del globo. Más adelante se da la lista de sus miembros.
En su última reunión, el comité examinó las posibilidades de fomentar los mercados interiores del papel y el cartón en los países en desarrollo estableciendo fábricas de elaboración de papel. Las inversiones necesarias para crear factorías viables de este tipo no integradas con la producción de pasta son relativamente poco considerables. El ahorro de divisas extranjeras puede ser notable debido a la gran diferencia de precios entre el producto transformado y la correspondiente cantidad de papel. Las operaciones podrían servir para abrir el camino a futuras fábricas integradas.
Actualmente se producen algunos cambios interesantes en la industria de la pasta y el papel. Son cada vez mayores las cantidades de madera triturada de papel para periódicos que se obtienen con refinadoras en vez de con las trituradoras corrientes, lo que permite el empleo de partes menores y más baratas del árbol que hasta ahora se dejaban en el monte. Lleva varios años en experimentación un nuevo modelo de la pieza de las máquinas papeleras en que se forma la bobina de papel y actualmente ha llegado al punto que puede preverse un aumento de 30 a 40 por ciento en la velocidad de las rotativas, sin afectar la calidad.
El comité asesor examinó la situación de las capacidades mundiales de fabricación de pasta y papel. Observó que las estimaciones de la FAO cifraban la capacidad mundial, en 1968, en los millones de tm de pasta y 127 millones de tm de papel y cartón. Al parecer, el ritmo de expansión de la capacidad de fabricación de pasta para papel iba estando más en consonancia con el de la de papel y cartón. Por consiguiente, el exceso mundial de capacidad en el sector de la pasta, que en estimaciones anteriores parecía probable que se dejase sentir en el mercado internacional de la pasta 4 ó 5 años aún, podría dejar paso antes a una situación más equilibrada.
Considerando las perspectivas para los países en desarrollo, el comité estimó que el índice de expansión de la capacidad en América Latina, Asia y el Lejano Oriente podría calificarse de relativamente rápido a moderado, pero que el desarrollo en Africa era muy lento. La expansión del papel para periódicos era muy lenta en todos los países en desarrollo. El exceso de capacidad en varias categorías de pasta y papel, incluido el papel para periódicos, había dado origen a precios muy bajos en el mercado internacional, y en muchos países sin algún tipo de protección la producción resultaba antieconómica. Esto, sin embargo, no debiera frenar la elaboración de planes para lo futuro y, particularmente donde se impone emprender primero el desarrollo forestal, una pronta acción es fundamental. Las oportunidades para la producción destinada al consumo local son muy favorables. Debieran fomentarse las posibilidades de cooperación entre países vecinos en el desarrollo de la industria.
Las fábricas de pasta y papel orientadas hacia la exportación en los países en desarrollo parece que correrán graves riesgos a menos que se les aseguren de antemano mercados o que los costos de producción sean muy bajos.
Actualmente, con la ayuda de la FAO y del PNUD (Fondo Especial), el gobierno ha empezado a restaurar los bosques, dando nuevas oportunidades de trabajo a la población rural. Un cedro de la región (Cedrus libanis), que ha alcanzado su pleno crecimiento, proyecta su sombra sobre el terreno rocoso. Cuando alcanzan una edad avanzada, estos árboles son nudosos y majestuosos; en tiempos bíblicos fueron símbolo de poder y larga vida.