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La silvicultura diversificación del cultivo en los países productores de café

R. A. DE ROSAYRO

El presente trabajo resumido se debe a un miembro de la dirección de Montes e Industrias Forestales de la FAO Y está basado en las comunicaciones hechas para estudios OIC/BIRD/FAO sobre la economía del café en determinados países. Se ha utilizado al máximo la información facilitada a la Dirección en los estudios por países recopilados para el Plan Indicativo Mundial de la FAO. También se han entresacado datos de los Informes de Misiones N° 11/67 (Kenia) y N° 13/67 (Tanzania) del Programa de cooperación FAO/BIRD Y de los informes preparados para el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, especialmente el Informe N° WH- 170a, Economic development and prospects of Central America, Volume V, Forestry and wood-using industries, 1967.

El café constituye un cultivo asociado con un medio ambiente forestal. Los suelos donde se cultiva son generalmente friables y margosos, de origen laterítico o volcánico, generalmente de color pardo, chocolate o rojo; en Brasil, los suelos de terra roxa, o rojos, son siempre apreciados para el cultivo del café. Las dos principales especies comerciales, Arabica (Coffea arabica) y Robusta (Coffea canephora)¹ y sus variedades crecen en condiciones ambientales algo diferentes que, sin embargo, se dan por lo general en las formaciones vegetales que constituyen los montes mesolíticos tropicales.

¹ Las otras dos especies importantes son: Coffea liberica, indígena de Liberia, y C. excelsa, indígena de partes de Africa occidental y Sudán, pero que actualmente está siendo sustituida sobre todo por C. canephora.

El café Arabica se asocia corrientemente con el tipo de monte tropical mesofítico de altitudes elevadas. En su habitat natural en Etiopía, se halla normalmente a una altitud comprendida entre 1800 y 2400 m. En otros países, las condiciones ambientales naturales de clima pueden simularse mediante una combinación adecuada de zonación latitudinal y altitudinal, siempre que el carácter húmedo esencial del tipo de monte no se altere y se obtenga una gama apropiada de condiciones edáficas.

El café Robusta es indígena de los montes higrofíticos ecuatoriales de Africa desde la costa occidental hasta Uganda y Sudán meridional. Se presenta desde el nivel del mar hasta 1200 m de altitud y se halla en estado natural bajo sombra densa. En general, por lo tanto, Robusta se ha introducido en condiciones húmedas más cálidas y Arabica en condiciones más frescas templadas. Para Robusta es esencial la necesidad de conservar la sombra natural o de introducir una sombra artificial en armonía con el medio ambiente forestal natural. En el caso de Arabica, la cuestión de la sombra es mas compleja. La sombra se considera generalmente necesaria, excepto cuando existe una combinación de condiciones climáticas y edáficas especialmente favorables. En la misma zona latitudinal y con altitudes generalmente superiores a 1500 m, con temperaturas más frescas, lluvias más uniformemente distribuidas y humedad mayor, parece ser que la sombra es innecesaria. Tales áreas existen en las tierras altas de Kenia, por encima de los 1500 m. También hay áreas semejantes en zonas climática y edáficamente análogas, aunque más templadas, por ejemplo en la mayor parte de los Estados meridionales de Brasil.

Papel de la silvicultura en las áreas cafetaleras

ARABICA

En las áreas de Arabica, tanto en Africa como en América, las zonas en que prospera el café tienen corrientemente intereses forestales definidos, sobre todo desde el punto de vista de su productividad actual o potencial de la estación, en el desarrollo de plantaciones industriales de especies de crecimiento rápido, especialmente coníferas y eucaliptos. Sin embargo, en Africa, si bien hay una considerable superposición entre las áreas forestales y las de cultivo del café (especialmente en el caso de las plantaciones forestales), la principal expansión planificada de plantaciones forestales se sitúa fuera de las áreas de cultivo del café. Desde el punto de vista del aprovechamiento de la tierra, las plantaciones de café en Africa están en general bien mantenidas y no particularmente sujetas a erosión o a otros riesgos, en gran parte como resultado de la política seguida por los gobiernos, los cuales establecen normas estrictas para el cultivo del café y cuentan con buenos servicios técnicos de extensión. La situación en América Latina varía de unos países a otros.

América Latina

En Brasil, las principales áreas madereras y cafetaleras se entremezclan, especialmente en las regiones meridional y oriental de los montes de pino de Paraná, que proporcionan el 60 por ciento de los abastecimientos de madera industrial del país. Los recursos de pinos en el Estado de Paraná se habían reducido en 1963 hasta una superficie calculada en 1,5 millones de ha, desde una superficie forestal total de 6,5 millones de ha. Entre 1953 y 1963, la roturación anual de montes para el cultivo agrícola (incluido el del café) en Paraná se estimó en 270000 ha, de las cuales 250000 eran de monte tropical o subtropical de frondosas y el resto de pino de Paraná (Araucaria angustifolia). El volumen total de Araucaria en Paraná (en 216000 ha de masas inventariadas de madera para aserrío) se estimó en 1963 en 50-60 millones de m³ y la corta anual en 4 millones de m³. Si la corta se prosigue a este ritmo, los recursos forestales de pino de Paraná podrían quedar desprovistos de madera de aserrío hacia 1975-80. Sin embargo, las áreas en que se cultiva realmente el café se concentran sobre todo en la zona forestal de frondosas tropicales. Una consideración importante es la caída de heladas en parte de esta zona (particularmente en el Estado de Paraná), que ocasionan graves daños en los cafetales. La helada es también una causa que contribuye considerablemente a los incendios en las épocas de sequía que abarcan todos los montes y plantaciones comerciales. Por ejemplo, en Paraná, unos 2 millones de ha de montes de propiedad privada fueron arrasados por el fuego en 1963, entre ellos unas 20000 ha de plantaciones industriales. La deforestación extensiva de montes comercialmente valiosos en algunos de los Estados en que se cultiva el café, por ejemplo en Minas Gerais, para el abastecimiento de leña industrial, ha sido causa de escasez en el suministro de madera. La erosión debida a deforestación, con los corrimientos y las inundaciones consiguientes, es también grave en ciertas partes de los alrededores de Río de Janeiro.

En Colombia, los principales recursos forestales potencialmente productivos y también las estaciones potenciales para plantaciones industriales quedan fuera de las áreas de cultivo del café. La cordillera central de los Andes, que es la principal zona cafetalera, estaba cubierta en otro tiempo de densos bosques montanos, que han sido reemplazados con plantaciones de cafeto. Los cafetales bien ordenados conservan y protegen adecuadamente las condiciones del suelo y han demostrado ser el cultivo agrícola más provechoso. En términos generales, el reemplazamiento de cafetales bien ordenados con masas forestales no es ni conveniente ni factible, si bien está indicada en ciertos casos la repoblación forestal con vistas a combatir la erosión. El monte natural está actualmente muy por encima de los límites del cultivo del café, esto es, a altitudes superiores a 2500 m; en estas altitudes, la repoblación forestal hecha por razones de protección y producción, es necesaria y se ha efectuado ya en pequeña escala con resultados relativamente buenos. El bambú indígena (Guadua angustifolia) está asociado con la zona cafetalera y se presenta principalmente en forma de masas residuales en las tierras desmontadas para el cultivo del café o para pastos en altitudes comprendidas entre 900 y 2000 m. Constituye la principal fuente de material de construcción y sirve para diversas aplicaciones agrícolas en las áreas de cultivo del café. También resulta aceptable empleado a razón de hasta el 2025 por ciento en la mezcla celulósica destinada a la producción de papel kraft que utiliza una de las principales fábricas de pasta y papel.

México y América Central

En México y América Central, las zonas de cultivo del café se hallan fuera de las principales áreas forestales productivas o potencialmente productivas. El tipo de monte mesofítico subtropical² (que es de distribución restringida) está asociado con la mayor parte de las zonas cafetaleras de esta región en las altitudes comprendidas entre 300 y 2000 m. En estos montes no hay ninguna especie maderera importante, aun cuando existen maderas de valor medio que se utilizan para usos locales. En México y Guatemala, los montes de coníferas naturales subtropicales, sobre todo de Pinus spp., se presentan, por lo general, a altitudes superiores a las de la zona de cultivo del café.

² Véanse clasificación y mapas de Holdridge para estos países.

En México, aproximadamente la mitad de los montes de coníferas se concentra en los Estados de Durango y Chihuahua, ninguno de los cuales es productor de café. No obstante, existen también algunos montes importantes de coníferas en los Estados cafetaleros de Oaxaca, Chiapas, Puebla e Hidalgo. Aunque hay posibilidades para la plantación de especies de crecimiento rápido, tanto dentro como fuera de las zonas de cultivo del café, apenas existen plantaciones comerciales. La excepción principal la constituyen las plantaciones en la región de Valles, que suministra la materia prima para tableros de fibra (18000 toneladas en 1964).

Recientemente se ha estimado la superficie total de pinares de Guatemala en 2,8 millones de ha, de los cuales se calcula que los pinares de la sierra de las Minas y la sierra Chuaous cubren 0,5 millones de ha y encierran unos 50 millones de m³ de madera.³ Estas cifras hacen pensar que Guatemala posee una riqueza muy grande de pinos, mucho mayor de lo que indica la estimación hecha por una reciente misión del BIBD,4 lo cual sitúa a este país casi en el mismo rango que Honduras en cuanto a recursos de pinos. El Salvador sólo tiene una superficie reducida de pinares en el norte.

³ FUENTE: Papelera del Istmo, Ciudad de Guatemala.

4 BIRD: Economic development and propects of Central América, Volume V, Forestry and wood-using industries.

ROBUSTA

Los principales países cultivadores de Robusta - Costa de Marfil, Angola, Uganda, Tanzania y Congo (Kinshasa) - se hallan en la faja forestal ecuatorial que se clasifica como monte húmedo a subhúmedo, principalmente semicaducifolio, a altitudes bajas y medias,5 con una lluvia anual media de 1500 a 2000 mm, y se presenta en terrenos llanos o levemente ondulados. Este tipo de monte se extiende en Angola hasta el dembos, esto es, los bosques de árbol del café a 400-1000 m de altitud en terreno muy accidentado. Los montes higrofíticos ecuatoriales de Africa occidental y central están asociados con las áreas de cultivo del café Robusta y desempeñan una importante función económica, base de un comercio organizado y firme de maderas de alto valor comercial exportadas a Europa especialmente.

5 Véanse Phillips, J., Agriculture and ecology in Africa, Faber & Faber, Londres, 1959, y Vegetation map of Africa publicado por cuenta de la Association pour l'étude taxonomique de la flore d'Afrique tropicale, con la asistencia de la Unesco, Oxford University Press, 1959.

Costa de Marfil es un país productor y exportador de frondosas particularmente importante. El tipo de monte semicaducifolio es el más productivo y contiene las principales especies de maderas rojas, como caobos (Khaya y Entandrophragma), Mimusops y Afromosia y especies de utilidad general como Triplochiton scleroxylon (obeche o wawa). El monte semicaducifolio, que se halla en condiciones de alguna mayor sequedad formando galerías en la sabana, encierra también especies como el iroko (Chlorophora excelsa), de valor comercial. La zona cafetalera se extiende marginalmente hasta esta galería. En los anos últimos la superficie de monte cerrado de Costa de Marfil ha disminuido desde la cifra estimada de 13 millones de ha hasta unos 7 millones, de los cuales sólo 2,8 millones son montes reservados. La invasión continua de la agricultura migratoria, que sigue generalmente a la explotación y las nuevas plantaciones de cultivos agrícolas (incluso caté y cacao), reduce la superficie forestal en unas 120000 ha anualmente, particularmente a lo largo de las carreteras recién abiertas para la extracción de productos forestales. La superficie dedicada al cultivo del cafeto aumentó desde 385000 a 720000 ha en el período 1959-66. Simultáneamente, las cortas de madera comercial crecieron rápidamente bajo la presión de la demanda de exportación. La corta de madera para elaboración (trozas para aserrío y chapas) subió de 320000 m³ en 1955 a 2,55 millones de m³ en 1965, exportándose el 85 por ciento de esta cantidad principalmente en forma de trozas. Las exportaciones anuales de madera pasaron desde 1100 millones de francos CFA en 1953-55 (4 por ciento del total de exportaciones) a 15700 millones de francos CFA en 1963-65 (23,6 por ciento del total de las exportaciones), es decir, al segundo lugar después del café (41,2 por ciento de todas las exportaciones en 1963-65). La enajenación progresiva de las tierras forestales (cada vez en mayor medida para dedicarlas al cultivo del café), unida a la grande y creciente corta anual de madera, está agotando los recursos madereros del país, hoy día en demanda, los cuales, si sigue el ritmo actual de agotamiento, es probable que desaparezcan en unos 30 años. Por esto, es necesario detener inmediatamente la expansión de la agricultura en las tierras forestales productivas.

FIGURA 1. - Un rodal reliquia de Araucaria angustifolia en el intentar de Maringá, Paraná (Brasil).

FOTO: PRISMA

Desarrollo de la silvicultura y las industrias forestales

AMÉRICA LATINA

Brasil

En Brasil, los principales Estados donde se cultiva el café, es decir, Sao Paulo, Paraná, y, en menor medida, Minas Gerais y Santa Catarina, son los más industrializados. Las industrias forestales se relacionan directamente con los derivados de la madera o con otras industrias importantes, por ejemplo la metalúrgica en Minas Gerais. Entre las industrias primarias derivadas de la madera, la más importante es la del aserrío, que utiliza principalmente el pino de Paraná. Las industrias de los contrachapados y las chapas son también importantes, especialmente en el Estado de Paraná. En los cuatro Estados mencionados la producción anual en 1961-65 fue de unos 3 millones de m³ de madera aserrada de pino y 0,7 millones de m³ de madera de otras especies (frondosas). La producción ha disminuido ligeramente desde 1961, lo que indica que los recursos de pino de Paraná a duras penas pueden mantener la producción. Al pino de Paraná corresponde la mayoría de las exportaciones de madera; esta especie proporcionó anualmente 1,9 millones de m³ (en equivalente en madera rolliza) en 1964-66 (83 por ciento del total de las exportaciones de madera), por un valor de 51,8 millones de dólares (74 por ciento del total de las exportaciones madereras), en tanto que la producción total fue de 2,2 millones de m³ (en equivalente en madera rolliza) y su valor de 70,1 millones de dólares. La producción de carbón vegetal para la industria es particularmente importante en el Estado de Minas Gerais, donde los montes naturales han sido sometidos a una explotación muy excesiva. En 196365, la producción anual fue de 728300 toneladas, valoradas en 7,73 millones de cruzeiros nuevos. Las plantaciones industriales en Minas Gerais (principalmente de eucaliptos) que abastecen la industria del carbón vegetal cubren actualmente unas 50000 ha.

La principal industria brasileña que saca del monte su materia prima es la de la pasta y el papel, sobre todo en Sao Paulo y Paraná, aunque se está extendiendo también en los Estados meridionales de Santa Catarina y Rio Grande do Sal. Esta industria utiliza en su mayoría pino de Paraná natural de montes y plantaciones de propiedad privada, de los que Sao Paulo posee la mayor extensión (355000 a 525000 ha de eucaliptos y aproximadamente 8000 ha de coníferas). Muchas de las principales empresas son dueñas de extensas plantaciones de eucaliptos y algunas coníferas; las plantaciones de éstas (Pinus elliottii y P. taeda principalmente) para el abastecimiento de pasta de fibra larga están en expansión. Las empresas mencionadas emplean los procedimientos mecánicos más modernos en la plantación, algunos de ellos basados en la labor de grandes centros de investigación experimental.

Como resultado de este progreso, Brasil ha llegado en los últimos años a bastarse a sí mismo prácticamente para sus necesidades de madera para pasta y papel (excluido el papel prensa, cuyas importaciones son todavía considerables). Antes de 1965, el país dependía en gran manera de las importaciones de pasta para su producción de papel y cartón, pero un déficit de 51965 tm de pasta en 1964 se convirtió en un excedente de 27750 tm en 1965; en 1966 sólo hubo un pequeño déficit de pasta (940 tm). El consumo aparente registrado de papel y cartón subió desde 311000 tm anualmente en el período 1949-51 hasta 713000 tm en 1963 (índice de crecimiento medio, 6,1 por ciento).

Colombia

En Colombia los principales recursos forestales y las industrias derivadas están fuera de la zona cafetalera. Las exportaciones de madera rolliza y elaborada se estiman en unos 200000 m³ al año (en equivalente en madera rolliza) por un valor de 4 millones de dólares. La tendencia actual es hacia un rápido aumento en las exportaciones de madera elaborada, especialmente aserrada, que en 1966/67 fueron mayores que las exportaciones de madera en rollo. Con la reciente creación de fábricas de pasta y papel, las exportaciones de papel y cartón aumentaron hasta 3600 toneladas en 1965 (1 millón de dólares). Las importaciones de madera y productos madereros ascienden a menos de 0,5 millones de dólares al año. Los acontecimientos relativos al papel y el cartón han constituido el elemento más dinámico en el sector de los productos forestales: el consumo subió desde 73000 a 240000 toneladas en 1958-66, y la producción local creció todavía más rápidamente. La materia prima para la producción de papel y cartón procede en su mayoría de frondosas tropicales de la región sudoccidental del Pacífico. Las plantaciones (por un total de 17000 ha) satisfacen la mayoría de las necesidades locales de leña y postes y apenas contribuyen a la industria. En el Departamento de Caldas, que es una de las principales áreas de cultivo del café, existían en 1967 unas 800 ha de plantaciones, que ejercían sobre todo una función de protección para la forestación de prados degradados o la mejora de zonas de captación de aguas. La principal contribución de la silvicultura en la zona del café corresponde al bambú indígena (Guadua angustifolia). Se estima que la contribución de este bambú al mercado maderero en Caldas en 1964 fue de 1 millón de pesos, mientras que el valor de la leña y el carbón vegetal fue de 13 millones de pesos; esto apenas da una idea de la importancia de la especie en la economía de la región. El consumo futuro para usos industriales tiene que volver a examinarse, puesto que se acepta ya hasta 20-25 por ciento de este bambú en la mezcla para pasta en una de las mayores fábricas de Cali. El excelente desarrollo y amplio uso indican la necesidad de un reconocimiento de los bosques de bambú Guadua y de su contribución real y potencial al desarrollo forestal, incluyendo su función protectora en la zona.

El Salvador

Entre los países centroamericanos productores de café, El Salvador es el que menos importancia tiene en cuanto a industrias forestales, ya que carece prácticamente de recursos de esta clase. Este país sólo cuenta con unas 226000 ha de montes, de las que 30000, aproximadamente, son de coníferas, con unas existencias en formación de alrededor de 1,4 millones de m³ (reconocimiento de 1963). La producción de madera aserrada en 1964 se estimó en sólo 6000 m³ y el consumo, en 60000 m³. El Salvador importa aproximadamente el 90 por ciento de sus necesidades, principalmente de Honduras. El consumo de productos de pasta y papel es relativamente grande, según refleja la cifra de 28700 tm correspondiente a 1964.

Guatemala

En Guatemala, la principal producción industrial y el potencial para exportación se hallan fuera de la zona mayor de cultivo del caté. Guatemala tiene un claro déficit de madera y productos madereros (0,65 millones de dólares en 1963), sobre todo porque su consumo de papel y cartón esta en aumento (de unas 2,3 tm por 1000 habitantes en 1955-57 a 2,8 tm, aproximadamente, en 1961-63). La leña es todavía el producto principal. La producción de madera industrial; especialmente de coníferas, está muy poco desarrollada, ascendió a una media anual de nada más que 824000 m³, en 1961-63. La producción media de la industria del aserrío fue de 100000 m³, anualmente en 1964-65, la de contrachapados, de 3000 m³, en 1965, y la de tableros de partículas, de 2400 tm en 1967. No existen instalaciones de preparación de madera para pasta. Actualmente (1968), se fabrican unas 8500 tm de productos de papel y cartón anualmente en una fábrica que aprovecha pastas fibrosas no leñosas del país, papel viejo y pasta importada. Existe un vasto potencial para la expansión de la producción industrial en el norte, sobre todo en el departamento de El Petén. Los últimos informes relativos a los recursos de madera de coníferas existentes en la zona cafetalera indican que, habida cuenta de los extensivos pinares de Guatemala (que cubren unos 2,8 millones de ha), se debiera prestar gran atención al futuro papel de esta nación en la producción de pasta y papel para hacer frente al rápido crecimiento del consumo en América Central.

México

México es rico en recursos forestales. Sin embargo la silvicultura, aunque está bastante adelantada, no contribuye considerablemente a la economía nacional y solamente representa alrededor del 0,3 por ciento del producto interno bruto (PIB), cifra que ha disminuido desde un 0,5 por ciento estimado en 1950. Las industrias forestales contribuyen al PIB con el 4 por ciento, aproximadamente. El valor de la producción de pasta y papel aumentó desde 88 millones de dólares en 1958 hasta 128 millones de dólares en 1963. Hay unas 70000 personas empleadas directamente en actividades relacionadas con la silvicultura y las industrias forestales. Con arreglo al sistema actual de unidades, se distribuyen unidades de explotación para necesidades industriales concretas. En estas unidades se mantiene la fiscalización y jurisdicción del gobierno, incluso en las tierras de propiedad privada. Algunos de los principales Estados cafetaleros (Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz), contribuyen también en manera importante a la producción y la industria forestales, sobre todo mediante sus recursos de pinos naturales.

AFRICA

Angula

En Angola, la silvicultura y las industrias forestales se han desarrollado principalmente fuera de la zona del café Robusta. Sin embargo, el monte mesofítico, relativamente pequeño, del distrito cafetalero de Cabinda proporciona un tercio de la madera de Angola, en particular trozas y algo de madera transformada para exportación. Alrededor de la mitad del total de los suministros madereros de Angola procede de los bosques de Brachystegia de Miombo. En las tierras altas de la meseta central (en la zona de bosque sabanero de Brachystegia - Julbernadia - Isoberlinia), que ya abarca pequeñas áreas de café Arabica, empresas principalmente privadas han establecido con muy buen resultado plantaciones de eucaliptos, algunos cipreses (Cupressus lusitanica) y pinos (Pinus patula), por un total de 103000 ha en 1965. Estas plantaciones suministran actualmente la mayor parte de las necesidades de leña (510000 m³ anualmente) de la Compañía Ferroviaria Benguela y, desde 1964, madera para pasta para una fábrica de celulosa y papel sita en Alto Cadumbela. Hoy día, las largas distancias que han de recorrer los transportes y la falta de materias primas de fibra larga baratas (el sisal que se utiliza en la actualidad es demasiado caro) son graves inconvenientes. Sin embargo, para 1968 se ha planeado una expansión casi doble de la producción (140 toneladas de pasta y 40 toneladas de papel por día), que depende de la posibilidad de aumentar la superficie de plantación dentro de un área económica de transporte.

Etiopía

Etiopía posee aproximadamente 4 millones de ha de montes cerrados y más o menos igual superficie de montes improductivos, bosques y algunas masas de bambú. No obstante, la contribución de la silvicultura a la economía nacional es pequeña y es, en gran manera, en forma de leña (22,8 millones de m³ en 1962). Plantaciones de Eucalyptus globulus, de propiedad privada (16000 ha), sitas en su mayoría en las proximidades de Addis Abeba, proporcionan cierta cantidad de postes y leña. Etiopía es un importador neto de productos forestales y no los exporta. Las importaciones son sobre todo de papel y cartón (70 por ciento) y manufacturas de madera (26 por ciento). El valor anual medio de las importaciones en 1961-65 fue de 5,78 millones de dólares etíopes. Las industrias de la madera están muy poco desarrolladas y comprenden algunos aserraderos, una fábrica de contrachapados y una nueva fábrica de tableros de partículas.

Costa de Marfil

En Costa de Marfil, el máximo desarrollo en las industrias forestales, unido a la expansión de las exportaciones de maderas preciadas, se ha producido en las zonas de cultivo del café Robusta. Si se exceptúa la región sudoccidental inaccesible, las zonas del cultivo del café coinciden con la de monte mesofítico comercialmente productivo. En 1965 había en explotación concesiones por una superficie de unos 6,7 millones de ha y, no obstante la decisión del gobierno de estabilizar la producción en las cifras de 1962/63, la producción de madera industrial en 1965 aumentó hasta casi 2,9 millones de m³. Aunque se perdió para la agricultura una extensión considerable de área forestal, la magnitud de las plantaciones establecidas en compensación ha sido muy pequeña, pues en total no pasa hoy día de 13720 ha (principalmente 6000 ha de teca y 5700 ha de anacardo). La tendencia actual en la producción se concentra sobre todo en la madera en trozas para exportación. El valor de las exportaciones de trozas aumentó en más del 166 por ciento entre 1960 y 1964. También hubo un aumento en la producción de madera aserrada, ya que pasó de 157000 m³ en 1963 a 258000 m³ en 1965, y diversificación en nuevas industrias de chapas y contrachapados que produjeron aproximadamente 10000 m³ cada una en 1965. Es probable que la situación mejore en un futuro próximo por causa de:

1. el reciente inventario de los montes de la región sudoccidental, que revela que los recursos madereros son considerablemente mayores de lo que se suponía anteriormente, con la posibilidad de estabilizar la extracción de trozas en unos 3 millones de m³ por año y de aumentar proporcionalmente el empleo de especies secundarias;

2. el proyectado establecimiento de unas 58000 ha de plantaciones industriales. En la actualidad no hay producción de pasta y papel en Costa de Marfil. Mientras el consumo anual medio en 1961-63 fue de 4700 tm, la FAO estima la demanda de pasta y papel en unas 37000 tm para 1975 y 75000 para 1985. Se tiene el propósito de construir una gran factoría para exportación que utilice diversas frondosas tropicales (con una capacidad anual de 170000 toneladas), en parte para satisfacer la creciente demanda de cajas para bananos, pero se duda que este proyecto pueda convertirse en realidad antes de 1975.

Kenia

En Kenia, el desarrollo de la silvicultura y las industrias forestales se ha producido fuera de las áreas de cultivo del café. Las necesidades para el cultivo del café son algo distintas de las que tienen las plantaciones forestales, porque las coníferas crecen generalmente a altitudes superiores y en climas menos húmedos. En 1965 Kenia tenía en total 70800 ha de plantaciones de coníferas exóticas (Cupressus lusitanica, Pinus patula y P. radiata) establecidas principalmente por el sistema taungya tradicional, mediante el cual se efectúa el cultivo migratorio combinado con el establecimiento de plantaciones de especies de árboles forestales. La plantación de coníferas exóticas por parte del gobierno se prosigue a razón de unas 4850 ha por año con un aumento previsto hasta unas 6070 ha anuales para 1968 y una meta total provisional de 150000 ha para el mismo año. En consecuencia, las trozas procedentes de plantaciones están reemplazando gradualmente las indígenas como fuente principal de materia prima para la industria de la madera aserrada. En 1965, de una corta total registrada de 187000 m³ correspondió a las coníferas de plantaciones 99800 m³. La industria del aserrío, diseñada originariamente para el aprovechamiento de trozas de gran diámetro sacadas de los montes indígenas, se está modificando gradualmente para que pueda aserrar coníferas. Tres grandes aserraderos de propiedad privada, que aprovechan coníferas, están en el oeste del valle del Rift, en la región de la máxima concentración de madera de plantaciones. Es probable que el principal progreso ocurra en el sector de la pasta y el papel. Las importaciones de papel y cartón ascienden actualmente a unas 37000 toneladas largas por año, por un valor de 3,5 millones de libras. El reciente aumento con relación a la cifra de 1958 de 17000 toneladas largas fue estimulado por el establecimiento de industrias locales de fabricación de envases que consumen más de 10000 toneladas de papel y cartón industriales al año. La FAO ha recomendado una industria viable, con una capacidad de fabricación de 50000 toneladas, integrada con un aserradero de 10000 standards de capacidad (unos 50000 m³ para la comarca que circunda a Broderick Falls. A este respecto, el Programa de Cooperación FAO/BIRD ha propuesto también el establecimiento de unas 30000 ha de plantaciones de coníferas (6000 ha en rotación corta para la obtención de madera para pasta y 24000 ha para trozas de aserrío). El proyecto propuesto representa parte del programa de forestación a largo plazo del Gobierno de Kenia.

Tanzania

En Tanzania, la principal zona de cultivo del café Arabica se halla en el área de lluvias reducidas de la cordillera del Kilimanjaro. Por lo que respecta a Robusta, la situación en Tanzania es análoga a la de Kenia, con la excepción de que los montes indígenas siguen siendo todavía la fuente principal de leña para la industria. Se han establecido plantaciones de coníferas, con las mismas especies que en Kenia y en condiciones semejantes de extracción y clima en diversos lugares de la meseta, las cuales ocupan actualmente unas 16000 ha, previendo el programa en vigor la plantación de 2400 ha al año. Las industrias derivadas de la madera no están muy desarrolladas, siendo la del aserrío la principal de ellas. Las exportaciones de madera aserrada en 1960-65 fueron por término medio de unos 21000 m³ anualmente. No hay ninguna fábrica de pasta ni de cartón. El gobierno examina en la actualidad un nuevo objetivo que habría de alcanzarse en 20 años para el establecimiento de unas 80000 ha de plantaciones de coníferas cerca de la costa, en la región de Ruvu.

Cultivo forestal como diversificación del cultivo del café

Las posibilidades de la silvicultura como diversificación del cultivo en las zonas cafetaleras varían en finalidad y alcance, según las condiciones ecológicas y de otra índole. En general, las zonas de cultivo del calé Arabica se prestan igualmente bien para el cultivo forestal, sobre todo para la plantación de especies de crecimiento rápido. La necesidad de proceder a la diversificación acudiendo a la silvicultura está dictada por:

1. la observancia de cuotas con arreglo al Convenio Internacional del Café, lo cual exige la sustitución parcial del cultivo del caté por otras formas de aprovechamiento de la tierra;

2. la necesidad de reemplazar los cafetales que prosperan en condiciones marginales con una forma de aprovechamiento de la tierra que dé mayores beneficios, lo cual quizá exija la estabilización y el restablecimiento de suelos adecuados y la mejora de las condiciones de humedad mediante la introducción de una cubierta forestal.

FIGURA 2. - Rodal típico del bambú indígena, Guadua angustifolia, en la zona cafetalera de Antioquía, Colombia. El bambú alcanza una altura media de 15 metros.

FOTO: ESCOBAR

Las perspectivas de la silvicultura deben examinarse teniendo en cuenta todas las posibilidades de aprovechamiento de la tierra que puedan reemplazar el cultivo del café. Donde están en expansión las industrias y las exportaciones de productos forestales, el desarrollo de la silvicultura está perfectamente justificado. Sin embargo, con pocas excepciones, los intereses industriales se hallan por lo general fuera de las zonas cafetaleras.

AMÉRICA LATINA

Brasil

La excepción más notable es la de Brasil, país donde los principales Estados productores de café, sobre todo Sao Paulo y Paraná, son también las áreas de máximo desarrollo industrial basado ya sea en recursos forestales naturales (principalmente pino de Paraná) o en plantaciones. En todas las zonas cafetaleras de Brasil las posibilidades de diversificar los cultivos mediante la forestación se han reconocido e incluido en los programas oficiales de diversificación IBC/GERCA6 pero, hasta ahora, sin resultados prácticos. Estos programas estipulan también un apoyo financiero apreciable para las industrias madereras, algunas de las cuales dependen de plantaciones. En los Estados de Paraná, Minas Gerais y Espirito Santo, la expansión acelerada de la forestación (en su mayoría con especies de crecimiento rápido) es posible y conveniente para reemplazar el calé desarraigado o el de mala calidad. Estas medidas deben basarse en la experiencia adquirida y las investigaciones relativas a la elección de especies y procedimientos. El uso en gran escala de Pinus caribaea está indicado para la expansión de la forestación, especialmente en los suelos arenosos degradados, por ejemplo, en el Estado de Paraná. En las áreas donde el calor es intenso en verano y el frío lo es en invierno, la forestación es necesaria como medio de restaurar el equilibrio entre la silvicultura y la ganadería, y también en ciertas localidades por razones especiales, como puede ser, por ejemplo, el combatir la erosión. Las plantaciones son necesarias, asimismo, para mejorar las condiciones del pastoreo facilitando sombra en verano y protección en invierno.

6 IBC = Istituto Brasileiro do Café; GERCA = Grupo Executivo da Razionalizacão da Cultura Caféeira.

Por lo que se refiere a las necesidades institucionales, el Instituto Brasileño del Café estableció en julio de 1967 un programa para garantizar la financiación, sin intereses, del desarrollo agrícola y forestal en todas las áreas afectadas por contratos de abandono del cultivo del café por otros cultivos. Sin embargo, sería todavía más importante la adopción de medidas encaminadas a asegurar la facilitación de créditos. La silvicultura privada, que ha sido la base de la organización industrial forestal en Brasil, parece ser que posee iniciativa, conocimientos y medios técnicos para que la financiación, tanto exterior como interior, desempeñe una función primordial en el desarrollo futuro. No obstante, es necesaria una estrecha coordinación en la planificación industrial entre los sectores forestales público y privado para reforzar la infraestructura y las instituciones actuales.

Colombia

En Colombia, los planes para la expansión de las plantaciones industriales en las principales áreas cafetaleras son fundamentalmente correctos. En el principal departamento productor de café, el de Caldas, el Programa de Fomento Regional prevé el aumento del área de plantaciones desde 800 hasta unas 2700 ha mediante la inversión de 13,2 millones de pesos. En la restauración de las praderas degradadas se ha visto que Alnus jorullensis (especie indígena con buenas cualidades para madera aserrada y para pasta que crece en asociación con el pasto Kikuyu) ofrece beneficios económicos de 800 a 1000 pesos por ha en una rotación de 25 a 30 años. Deberá atenderse a la posibilidad de ampliar la actual área del bambú Guadua indígena mediante plantaciones, aprovechando especialmente la rehabilitación de cafetales marginales o praderas. Esta madera de bambú deberá seguir satisfaciendo las crecientes necesidades locales y sirviendo de materia prima para las industrias de pequeña escala (por ejemplo, la construcción de viviendas baratas) y para la industria de la celulosa y el papel. También son buenas las perspectivas para la expansión planificada de las plantaciones (sobre todo de coníferas) en el departamento de Antioquía, donde, con una nueva corporación forestal, se tiene el propósito de levantar una gran fábrica de papel para periódicos (aprovechando especies de fibra larga) y de iniciar otras actividades forestales.

AMÉRICA CENTRAL

En los países de América Central, el aspecto silvícola se ha descuidado generalmente hasta ahora en los proyectos de diversificación, sobre todo en Guatemala. Sin embargo, las principales perspectivas para un desarrollo más diversificado con vistas a las exportaciones se centran en Guatemala en la madera y los productos madereros, particularmente en la región sin desarrollar del norte (actualmente objeto de un reconocimiento merced a un proyecto PNUD/FAO), donde hay frondosas fuera de la zona de cultivo del café. Existen también pinares sin reconocer, íntimamente relacionados con las áreas cafetaleras. Parte de estos recursos se han estudiado ya con ocasión de proyectos privados para establecer una fábrica de celulosa y papel con una producción prevista de 90000 tm al año. En Guatemala, y también en México, donde la industria forestal está ya bastante desarrollada (sobre todo la que se basa en los pinares naturales), no existen incentivos para el establecimiento de plantaciones, a no ser las precisas para la restauración de las tierras de cafetales erosionados. Sin embargo, con el aumento del aprovechamiento de los recursos forestales, especialmente de las coníferas, es posible que las empresas privadas se sientan estimuladas a plantar pinos en la zona cafetalera. En El Salvador, país de recursos forestales muy limitados (entre los que destaca una extensión de 45000 ha, aproximadamente, en el norte), es muy necesario un programa planeado de forestación para aumentar los actuales recursos de pinos. Se ha sugerido una meta estimada de 42000 ha.7

7 Carlos A. Alegría, Estudio forestal de la FAO - El Salvador, 1961.

AFRICA

En Africa, el café Arabica se cultiva en Angola, Etiopía, Kenia y Tanzania, pero Angola y Tanzania producen también el café Robusta. Actualmente, la producción del café Arabica en Angola es pequeña, existiendo algunas plantaciones en la región de la meseta central (que proporcionó el 2,7 por ciento del total de la producción en 1965/66). Sin embargo, las posibilidades ecológicas para el cultivo del café en esta región son prácticamente ilimitadas. Se está adoptando ahora un sistema integrado café-silvicultura, y cada vez se utiliza más para sombra una buena especie maderera de crecimiento rápido (Grevellia robusta). En consecuencia, hay grandes posibilidades para una expansión bien planificada de plantaciones de otras especies de crecimiento rápido (sobre todo eucaliptos, pero con una creciente concentración en los pinos, particularmente el ya conocido Pinus patula) en oposición a los cipreses, de crecimiento más lento, para satisfacer las necesidades de madera de fibra larga para la industria de la pasta y el papel. Tal desarrollo, unido a la proyectada expansión de la industria de la pasta y el papel, los planes actuales de inversiones privadas para proceder a la fabricación de tableros de partículas y la creación de una industria del aserrío que aproveche eucaliptos y cipreses, podría contribuir igualmente a utilizar la mano de obra que probablemente quedará inactiva en las áreas de cultivo del café Robusta.

En Etiopía, es probable que la contribución de la silvicultura al desarrollo económico siga siendo limitada. La FAO estima que el valor de la producción forestal aumentará anualmente desde 34,2 millones de dólares que alcanzó en 1962, hasta unos 41,8 millones en 1975 y 49,3 millones en 1985. El potencial de los montes naturales de Etiopía orientado a la exportación seguirá siendo reducido, si bien existen perspectivas de que se lleguen a sustituir las importaciones de tableros de madera mediante una mejor organización de los abastecimientos a la fábrica existente en Addis Abeba y a la recién levantada en Jimma. La proyectada construcción de una fábrica de papel en Wonji (con una capacidad inicial de 7500 toneladas de pasta, que se aumentará a 15000 en la segunda fase) y el establecimiento de algunas instalaciones de conversión de papel pueden contribuir a reducir la actual dependencia completa de las importaciones.

Tanto en Kenia como en Tanzania, los gobiernos principalmente estimulan y financian el desarrollo forestal fuera de las áreas cafetaleras, puesto que la compra de las tierras dedicadas al cultivo del café sería demasiado onerosa. Los planes nacionales de desarrollo incluyen ya la creación de industrias forestales basadas principalmente en plantaciones de coníferas en la misma zona, a menudo en áreas vecinas a las de cultivo del café.

En la zona de cultivo del café Robusta, en Africa occidental, los intereses forestales y cafetaleros coinciden en Costa de Marfil, donde es importante restaurar un desarrollo forestal equilibrado y mantener, si no mejorar, la contribución del mismo a las exportaciones y al producto nacional. A este fin, es necesario detener la expansión de los cultivos agrícolas, especialmente del café, del que hay superproducción, ya que se extiende en tierras marginales comprendidas en áreas forestales productivas. También es necesaria la mejora y rehabilitación de los recursos forestales. Un organismo estatal recién formado (SODEFOR) financia un plan para establecer unas 58000 ha de plantaciones industriales para lo cual se fija un impuesto de 2 por ciento sobre el valor nominal de las trozas exportadas. El proyecto comprende la plantación de unas 44000 ha de plantaciones para postes de uso local y para leña en las zonas de sabana. No obstante, la expansión planeada de plantaciones industriales se refiere en su mayoría a la teca, que se cultiva sobre todo en el monte mesofítico semi-caducifolio y, con peor resultado, en las zonas de sabana «derivadas'. El enriquecimiento de los montes naturales mediante el uso de técnicas adecuadas, entre ellas la plantación de especies de crecimiento rápido, no se ha intentado todavía en escala suficientemente grande.

Se ha introducido con buen éxito el bambú (Bambusa vulgaris) alrededor de Abidjan en plantaciones en pequeña escala, donde da un rendimiento anual de alrededor de 20 toneladas por ha. Sin embargo, no se conoce la existencia de planes para su extensión con vistas a la producción de pasta y papel.

El otro país principal en que se cultiva el café Robusta en Africa occidental es Angola. En la zona de cultivos de Robusta en este país, donde se combina el monte natural con la cubierta de plantaciones de caté, no hay necesidad de diversificar los cultivos en beneficio de la silvicultura, por lo cual la diversificación es ajena a esta zona.

Conclusiones

En la mayoría de los países de que se trata en este 3 estudio, la silvicultura y las industrias forestales pueden desempeñar una función importante en el desarrollo económico general. Sin embargo, hay dos condiciones fundamentales. Primera, es necesaria una mejor infraestructura para la explotación de los recursos naturales poco aprovechados hasta ahora. Segunda, se necesitan amplias políticas forestales nacionales e instituciones de ejecución eficientes. A este propósito, las medidas que se tomen inicialmente deberán comprender la demarcación permanente de un Patrimonio Forestal Nacional y la capacitación técnica.

Se necesitarán especialistas y técnicos en la planificación del aprovechamiento general de la tierra e incluso, en reforma agraria para introducir el más racional de las tierras forestales, con vistas a reemplazar la agricultura migratoria con sistemas de cultivo más estables. También deberá emprenderse la capacitación técnica en lo relativo a inventarios de recursos y la investigación en todos los aspectos de la silvicultura y la tecnología de la madera, insistiendo particularmente en la construcción de viviendas baratas, sobre todo en América Latina. Por último, habrá que preparar especialistas en planificación económica, comercialización, prácticas de aprovechamiento perfeccionadas y técnicas de las industrias del aserrío, contrachapados, chapas, celulosa y papel e industrias afines. En algunos países se cuida la capacitación técnica en lo relativo a las necesidades industriales, en especial en Brasil, principalmente en cuanto a la fabricación de pasta y papel, y, en menor grado, en Angola. Sin embargo, en todos los países objeto de este estudio productores de café, en particular América Latina, los servicios nacionales y provinciales no cuentan con el personal suficiente para ocuparse en programas intensivos de plantación forestal y la explotación mejorada y controlada de los actuales recursos naturales. Este es particularmente el caso del Brasil, donde las industrias derivadas de la madera se hallan en su mayoría en los cuatro principales Estados cafetaleros.

Todos los países que se examinan aquí necesitan una considerable asistencia técnica y financiera exterior para el desarrollo forestal. Se han efectuado, o están en vías de realización, en la mayoría de los países estudios preliminares de inversión y factibilidad patrocinados por el PNUD y la FAO, con participación local. Esta labor está principalmente adelantada en Brasil, Colombia, Guatemala y México. En Angola es probable que la mayor parte del desarrollo industrial basado en plantaciones siga correspondiendo al sector privado. En la mayoría de los demás países de Africa, los planes nacionales de desarrollo incluyen políticas forestales y existen adecuadas instituciones forestales gubernamentales. Los gobiernos extranjeros o las empresas privadas tradicionales (francesas en Costa de Marfil, británicas en Kenia y Tanzania) proporcionan asistencia técnica y financiera. Recientemente han surgido perspectivas para una nueva asistencia bilateral e internacional para satisfacer necesidades interiores de pasta y papel.


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