Página precedente Indice Página siguiente


39o período de sesiones (Contd.)

Reorientación de las actividades de la FAO (inclusive el Decenio para el Desarrollo)

114. El Consejo consideró la reorientación de las actividades de la FAO, expuesta en el C 61/57 10 y examinada por el Comité del Programa en su sexto período de sesiones. En el 11o período de sesiones, la Conferencia manifestó gran satisfacción por la iniciativa del Director General de exponer sus ideas acerca de la reorientación de las actividades encuadradas en el Programa Ordinario para apoyar de modo más eficaz los los programas de ejecución local, y recomendó que las propuestas fueran materia de un examen detallado por parte del Comité del Programa y del Consejo.

10 Reorientación de las actividades de la FAO que permita a ésta ayudar mejor a los gobiernos en el desarrollo de sus agriculturas.

115. A este respecto, el Consejo tomó nota de la Resolución 1710 (XVI) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 19 de diciembre de 1961, por la cual se designó al de 1960 como Decenio para el Desarrollo, y de la subsiguiente Resolución 916 (XXXIV) del Consejo Económico y Social, donde se pedía a los gobiernos, a las Naciones Unidas y a los organismos especializados, ciertas actividades específicas en pro del Decenio.

116. El Consejo pudo apreciar que la reorientación de las actividades de la FAO revestía una importancia considerable dados los cambios registrados en los últimos años tanto en la magnitud como en el carácter de las funciones de ésta, y estuvo de acuerdo con el Comité del Programa en que los diversos aspectos se presentaban estrechamente entrelazados y que ninguno debería considerarse aisladamente. Sin embargo, y con objeto de traducir los principios en conceptos prácticos, el Comité del Programa había abordado como sigue las cuestiones principales: (a) asistir a los países en el planeamiento de su desarrollo económico y en el uso más eficaz de la asistencia técnica; (b) ayudar a los países a formular directivas a largo plazo para su desarrollo agrícola; (c) la función y posición de los representantes en los países; y (d) mantenimiento de la competencia técnica de la FAO en los programas de orientación práctica.

117. El Consejo reconoció que los puntos (a) y (b) eran de particular importancia para los países en desarrollo, pues aunque la mayor parte habían preparado o preparaban planes de desarrollo agrícola --generalmente encuadrados en otros de desarrollo general--, muchos de ellos necesitaban basar sus planes a plazo breve o intermedio en objetivos y metas de política de más largo alcance. Cada país debería establecer sus directivas para un largo período teniendo en cuenta sus necesidades futuras y sus posibilidades. Esto ayudaría también a los países más desarrollados a evaluar la eficacia con que sus programas de ayuda pueden contribuir a la consecución de los objetivos a largo plazo.

118. El Consejo encomió las medidas adoptadas por el Director General para hacer efectiva la reorientación mediante (i) la organización de estudios apropiados por países, (ii) el establecimiento, como fuerza de choque, de un pequeño grupo asesor de economistas especializados en planificación, y (iii) la organización de medios de capacitación en planificación agrícola.

119. Se tomó nota de que, a petición del Gobierno de Nigeria y con cargo al Programa Ampliado de Asistencia Técnica, una misión había empezado a evaluar el potencial de recursos del país, a preparar directivas a largo plazo para el desarrollo agrícola y a formular en la medida posible un programa integrado de desarrollo agropecuario. En respuesta a una solicitud del Gobierno de Indonesia, se había enviado a este país una misión análoga con el encargo de evaluar los recursos agrícolas para trazar un plan a largo plazo de desarrollo del sector, y a proceder a un examen de la parte correspondiente a la agricultura en el Plan global de Desarrollo para 1961–69.

120. Con cargo al presupuesto de asistencia técnica del Programa Ordinario se estaba organizando, como fuerza de choque, un grupo asesor de tres economistas especializados en planificación agrícola para prestar asistencia inmediata a los Estados Miembros tocante a sus problemas de planificación agrícola. Si bien estaría estacionado en Roma, para facilitar las consultas con el personal, esta fuerza de choque pasaría la mayor parte del tiempo fuera, sobre todo en los países africanos. No era posible hacer frente al creciente número de peticiones de ayuda para formular planes agrícolas, para aconsejar sobre proyectos del Fondo Especial de las Naciones Unidas y para participar en otras misiones, transfiriendo funcionarios de plantilla o contratando asesores por plazos breves. Además de los tres miembros del grupo precitado, se destinaría a la Oficina Regional para el Cercano Oriente, con cargo también al presupuesto de asistencia técnica del Programa Ordinario, un economista especializado en planificación agrícola.

121. Sin embargo, en último término, una programación agrícola más eficaz requiere ante todo personal más abundante y preparado en el país mismo, por lo que el Consejo acogió complacido la propuesta del Director General de utilizar una parte de los fondos disponibles para asistencia técnica en el Programa Ordinario para organizar en 1963, con duración aproximada de 6 meses, un curso de capacitación para unos 40 becarios empeñados efectivamente en la planificación agrícola en sus propios países. Era probable que la primera parte de dicho curso tuviera lugar en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya para dar una idea de conjunto de los principios fundamentales del crecimiento económico y la relación entre el agrícola y el económico, en su conjunto. La segunda parte, dedicada a problemas más concretamente agrícolas, se efectuaría en Roma para aprovechar los conocimientos especiales de los muchos funcionarios de la secretaría que no podrían acudir a un curso celebrado fuera. El Consejo tomó nota de que, pasado 1963, el Director General se proponía continuar las actividades de capacitación en planificación agrícola en todas las regiones, y que se estudiaban métodos de cooperación con los institutos de las Naciones Unidas para el desarrollo (que para entonces ya estarían establecidos en Africa, el Lejano Oriente y América Latina).

122. En cuanto al papel y a la posición de los representantes de la FAO en los países (véase el párrafo 116 (c)), habían sido bastante menores los progresos realizados desde el 11o período de sesiones de la Conferencia, según constaba en los párrafos 62– 64 del informe del Comité del Programa (CL 39/13). El Director General había notificado la Resolución núm. 17/61 de la Conferencia a todos los gobiernos beneficiarios de una ayuda sustancial de la FAO con cargo al PAAT, pero las respuestas recibidas revelaban una gran indecisión en lo tocante a incluir en sus programas del PAAT representantes en el país con puesto de tiempo completo. El Consejo se adhirió a la sugerencia del Comité del Programa en el sentido de que, tanto el Director General como los órganos rectores de la FAO, tengan siempre presentes las cuestiones esbozadas en el párrafo 64 del informe de este último. Reconoció que el representante de la FAO en cada país se había convertido en un elemento clave respecto al planeamiento y ejecución de las operaciones de la FAO, en rápido crecimiento, y que, por lo tanto, debería quedar relevado, siempre que fuera posible, de toda misión técnica específica, con objeto de que pudiera dedicar todo su tiempo a planear e inspeccionar las operaciones de la FAO en el país, en cooperación con el Representante Residente de la JAT.

123. El Consejo tomó nota de las opiniones del Comité del Programa respecto al mantenimiento del nivel técnico del personal de la FAO (CL 39/43, párrafos 65–67) y tuvo oportunidad de conocer la propuesta del Director General de elevar el nivel técnico del personal del Programa Ordinario (véase párrafo 116(d)). En los párrafos 137–158 de este informe ha expuesto el Consejo su juicio acerca de la repercusión de los programas de campo en las actividades del Programa Ordinario. Las medidas previstas para el mantenimiento del nivel técnico del personal del Programa Ordinario, mediante diversas formas de capacitación en el servicio, deberán ser examinadas más adelante.

124. Aun apreciando las medidas adoptadas, el Consejo estimó que no sería completa la reorientación de las actividades de la FAO para fortalecer su capacidad de ayuda a los gobiernos en el sector del desarrollo agrícola de no insistirse debidamente en ciertas cuestiones básicas, a saber: (a) la promoción de una política estructural adecuada, en los países en desarrollo, en consonancia con las metas y objetivos del desarrollo agrícola, el cual abarcaría no sólo la estructura institucional de la agricultura y de cuanto repercuta en ésta, sino, asimismo, el sistema de cultivos y las formas de aprovechamiento de tierras y aguas; (b) la necesidad de coordinar toda la ayuda externa a los países en desarrollo; la FAO podría actuar como centro coordinador o de consulta para toda la ayuda a la agricultura, con objeto de que alcance la máxima eficacia para los países beneficiarios y (c) el fomento de la acción nacional e internacional para estabilizar los precios de los productos básicos agrícolas y, en particular, los destinados a la exportación para dar más estabilidad a los ingresos por este concepto. El Consejo estimó que había margen para una mayor actuación de la FAO en esos sectores. Asimismo, sugirió que podrían ser de gran utilidad para tales países los estudios sobre las posibilidades de promover el comercio intrarregional, particularmente en Africa.

125. El Consejo observó que varias de las cuestiones antes examinadas se reflejaban en las actividades de la Campaña de la FAO contra el Hambre y estaban incluídas en el programa del Decenio para el Desarrollo, de las Naciones Unidas. Posteriormente habían sido también puestas de relieve por el Consejo Económico y Social en su período de sesiones del verano de 1962 que adoptó por unanimidad la resolución sobre el Decenio para el Desarrollo. Esa resolución definía el proceso de desarrollo como “un proceso de múltiples facetas, basado principalmente en el desarrollo industrial y en una agricultura de gran productividad, para cuyo éxito hace falta un decidido esfuerzo propio y un planeamiento cuidadoso de los países en proceso de desarrollo”. Se reclamaba atención especial para cuanto pudiese mejorar el acceso de los países en desarrollo a los mercados mundiales y para otras medidas adecuadas que incrementasen sus ingresos por concepto de exportación, con objeto de dotarles del capital necesario para su desarrollo, y se insistía también en el desenvolvimiento de los recursos humanos mediante programas adecuados de enseñanza y formación profesional. La resolución citada encarecía también que los gobiernos participantes concedieran pleno apoyo a la Campaña Mundial contra el Hambre.

126. En este contexto, el Consejo se adhirió plenamente a las metas y objetivos del Decenio para el Desarrollo, de las Naciones Unidas, conviniendo con el Director General en que la aportación principal de la FAO sería la Campaña contra el Hambre y observando, al mismo tiempo, que si bien un decenio tal vez fuera un período muy corto para lograr el objetivo, durante él debería ponerse una sólida base para eliminar del mundo el hambre y la malnutrición.

127. El Consejo aprobó plenamente el criterio o enfoque de conjunto expuesto por el Director General para la reorientación de las actividades de la FAO, pero hizo subrayar que no se le había presentado todavía ningún programa concreto, incluídas las consecuencias presupuestarias, para su aplicación.

128. En consecuencia, el Consejo adoptó la resolución siguiente:

Resolución No 2/39

REORIENTACION DE LAS ACTIVIDADES DE LA FAO

EL CONSEJO

Habiendo estudiado el informe del Comité del Programa sobre las propuestas que sometió el Director General al 11o período de sesiones de la Conferencia, aceroa de la “reorientación de las actividades de la FAO que permita a ésta ayudar mejor a los gobiernos en el desarrollo de sus agriculturas” (C 61/57);

Apoya plenamente el análisis y los puntos de vista del Director General acerca de este tema, entre ellos el de la necesidad de proporcionar a la FAO una sólida base para su ayuda en la formulación de planes de desarrollo valiéndose de evaluaciones sistemáticas de los recursos, teniendo debidamente presentes las perspectivas demográficas a largo plazo, las necesidades alimentarias y las posibilidades de exportación, y conducentes a los cambios de estructura y formas de aprovechamiento de tierras y aguas que saquen el mayor partido posible de los recursos naturales y humanos disponibles;

Advierte y aprueba las medidas ya tomadas para prestar mayor asistencia a los Estados Miembros en este terreno, entre ellas las encuestas sobre Nigeria e Indonesia, la formación de una fuerza de choque para actuar en Africa, principalmente, y las propuestas para un programa ampliado de formación en técnicas de planeamiento;

Reconoce que laspropuestas formuladas hasta ahora por el Director General constituyen, antes que un programa de acción, una concepción o un método general de planteamiento de las tareas con que se enfrenta la Organización;

Considera que la traducción de esas opiniones generales en un programa concreto de acción revisten la máxima importancia para la futura labor de la FAO;

Pide al Director General que tenga en cuenta en todo lo posible, al preparar su Programa de Labores y Presupuesto de 1964–65, las propuestas de reorientación de las actividades de la FAO;

Pide asimismo al Director General que someta a los Comités del Programa y de Finanzas, en sus próximas reuniones, un programa concreto, con sus consecuencias presupuestarias, y sus propias propuestas sobre posibles fuentes de financiamiento, incluso las oportunidades de participar en él que pudiesen tener otros organismos de las Naciones Unidas y fundaciones científicas, para conseguir los objetivos señalados a la Conferencia en el documento CL 61/57, teniendo presentes también los fines perseguidos por la Campaña contra el Hambre y la necesaria aportación de la FAO al Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo, e

Invita al Director General a que, como parte del esfuerzo general para prestar una ayuda exterior más eficaz a los gobiernos en pro de su desarrollo económico, considere las formas en que podría contribuir la FAO a establecer un medio de consulta más adecuado entre las fuentes proveedoras de ayuda multilateral y bilateral en el ámbito de la agricultura y la alimentación.

Programa Ampliado de Asistencia Técnica y Fondo Especial de las Naciones Unidas

129. El Consejo tomó nota del informe del Director General sobre el Programa Ampliado de Asistencia Técnica y el Fondo Especial de las Naciones Unidas.

a) Programa Ampliado de Asistencia Técnica (PAAT)

130. Se informó al Consejo de que, dentro de un programa global de asistencia técnica de campo --aumentado hasta una suma aproximada de 85 millones de dólares para el bienio 1963/64--, la Organización tendría que realizar un programa cifrado en unos 21 millones de dólares, o sea un cuarto, más o menos, del total de recursos financieros disponibles. Sumadas las peticiones de los países, el programa solicitado para 1963 era mayor que el de 1964. Como los fondos disponibles para 1963 serían la mitad, aproximadamente, del total disponible para el bienio, el hecho de que el programa solicitado para el primer año fuera mayor, acarrearía a la Organización ciertas dificultades administrativas. Sería, pues, necesario, reducir las actividades del programa de 1963, difiriendo o aplazando algunas hasta 1964.

131. El Consejo quedó también informado de que el nuevo procedimiento de programación de proyectos no había resultado plenamente satisfactorio en todos los casos. Se esperaba, sin embargo, mejorarlo en subsiguientes períodos de programación, cuando tanto los gobiernos como las organizaciones participantes hubiesen adquirido más experiencia en la programación aludida, que continuaba mereciendo pleno apoyo.

132. El Consejo vio con satisfacción que el Comité Administrativo de Coordinación (CAC) y la Junta de Asistencia Técnica (JAT) habían reaccionado de una manera positiva a la sugestión hecha por el Comité Especial de los Ocho, del Consejo Económico y Social, respecto al reconocimiento de la necesidad de que, en ciertos casos, los expertos del PAAT realizasen trabajos prácticos a solicitud de los gobiernos beneficiarios. A este propósito, el Consejo apoyó las recomendaciones del Comité del Programa (CL 39/13, párrafos 23–25).

133. El Consejo tomó nota también de que el Consejo Económico y Social había pedido al Presidente Ejecutivo de la JAT que considerara la posibilidad de mejorar los métodos para ayudar al Comité de Asistencia Técnica (CAT) a evaluar la labor del PAAT en los países beneficiarios y que presentara un informe sobre este asunto al CAT durante el período de sesiones de noviembre de 1962. El Consejo convino con el Director General en que en vista de esto, el estudio de la FAO sobre programación y evaluación a que se alude en el párrafo 384 del Informe del 11o período de sesiones de la Conferencia se suspendiera y que en vez de ello, el Director General cooperase plenamente con el Presidente Ejecutivo de la JAT para preparar una evaluación mejor de todo el Programa Ampliado.

b) Fondo Especial de las Naciones Unidas (FENU)

134. El Consejo fue informado de que la Organización se enfrentaba con dos problemas principales en las actividades que realizaba para y en nombre del Fondo Especial de las Naciones Unidas, a saber, la necesidad de llevar a la práctica los proyectos lo antes posible una vez aprobados por el Consejo de Administración del Fondo Especial, y las repercusiones de estas y otras actividades, financiadas con fondos extrapresupuestarios, en el trabajo del personal de la Organización.

135. Respecto a la preparación y negociación de los planes de operaciones, la experiencia había demostrado que estas cuestiones exigían un trabajo muy minucioso y largo, y que el período medio entre la aprobación de un proyecto por el Consejo de Administración y su ejecución excedía de 6 meses. El Consejo fue informado de que se estaban tomando medidas en cooperación con el Fondo Especial, para reducir dicho período.

136. La cuestión de las repercusiones de las actividades del Fondo Especial en las del Programa Ordinario de la Organización se trata mas adelante.

Efectos de los programas de campo en el Programa Ordinario

137. El Director General informó que el rápido crecimiento de los programas de campo de la Organización había ofrecido nuevas y valiosas oportunidades para servir a los Estados Miembros. Tales programas, aunque financiados casi enteramente con fondos extrapresupuestarios, eran parte esencial de las actividades de la Organización. Esta se ha beneficiado considerablemente de la creciente extensión de sus actividades locales, que le han procurado una relación más estrecha y efectiva con los Estados Miembros. El hecho de que sea la FAO quien reciba la parte mayor de los fondos disponibles del PAAT y del Fondo Especial, superior a la que reciben las Naciones Unidas o cualquier otro organismo especializado, era de por sí el reconocimiento de la importancia de la alimentación, la agricultura, la pesca y los montes en las economías de los países en desarrollo.

138. El Director General subrayó que, al mismo tiempo, este hecho representaba una creciente y pesada carga de trabajo para el personal de la Organización. El resultado inevitable había sido un retraso evidente en las actividades del Programa Ordinario.

139. El Director General añadió que el personal estaba orgulloso de participar en los programas de campo, dedicándoles con entusiasmo sus esfuerzos, su energía y su tiempo. Sin embargo, la capacidad del mismo para absorber trabajo adicional tenía sus límites, que ya se habían rebasado. El Director General hizo hincapié en que éste era uno de los principales problemas que se les planteaban a él y al personal en el desempeño de la labor fijada por la Conferencia.

140. El reconocimiento pleno de estos dos aspectos --la importancia de las actividades externas de ejecución en la labor de la FAO, y las graves consecuencias del incremento espectacular de dichas actividades-- fue lo que incitó al Consejo, en su 35o período de sesiones de junio de 1961, a pedir que se preparara un análisis pormenorizado de “las consecuencias de los programas de campo sobre el Programa Ordinario desarrollado por el personal de las oficinas centrales de la Organización…”; estudio en el que debía figurar “una estimación del tiempo dedicado por el personal de las oficinas centrales, así como otros costos no identificables respecto de la formulación, evaluación y administración de los proyectos de campo”. El Director General presentó en el mes de junio de 1962 los resultados del estudio a los Comités del Programa y de Finanzas para que los consideraran e informaran conjuntamente.

141. A fin de presentar al Consejo un cuadro al día de la situación, el Director General había revisado algunas de las conclusiones y tabulaciones del estudio original, mediante una cuidadosa comprobación por muestreo, dedicando especial atención a los Departamentos Técnico y de Economía.

142. El informe original y las conclusiones y juicio de la reunión conjunta de los Comités del Programa y de Finanzas, junto con unos cuadros e información preliminar revisados, que ponen al día la información del estudio básico, figuran en CL 39/30, 11 que fue objeto de un prolongado debate del Consejo.

143. El Consejo manifestó su satisfacción por la forma en que se efectuó el estudio y por la presentación de los resultados con referencia al presente. Tomó nota de que el Director General seguiría atentamente la situación para facilitar la futura consideración de los factores legislativos, técnicos, de gestión administrativa y presupuestarios que entraban en juego.

144. Escuchó también el Consejo con satisfacción las observaciones del Director General del Fondo Especial, expuestas por el Director General Adjunto.

11 Efectos de los programas de campo sobre el Programa Ordinario

145. De las conclusiones del estudio del Director General, el Consejo tomó nota de los hechos siguientes, destacados por los Comités del Programa y de Finanzas:

  1. Las sumas totales facilitadas a la Organización para sus actividades se habían triplicado desde 1954.

  2. El Programa Ordinario aportaba un porcentaje cada vez menor de los recursos totales disponibles --alrededor de un tercio solamente.

  3. El personal de la sede y el regional dedicaba cada vez más tiempo a los programas de campo --el personal de categoría profesional, alrededor del 52 por ciento al Programa Ordinario y un 48 por ciento a dichos programas. En el Departamento Técnico, el personal de categoría profesional dedicaba al Programa Ordinario sólo el 36 por ciento de su tiempo y el 64 por ciento a los de campo.

  4. En cambio, desde el punto de vista presupuestario, el Programa Ordinario sufragaba todavía más del 80 por ciento de los gastos de las oficinas centrales y regionales.

  5. La proporción de los gastos de las oficinas centrales y regionales sufragados con recursos de los programas de campo distaba mucho de ser reflejo fiel del dinero, el tiempo y la energía a ellos dedicados.

  6. La cantidad relativa de tiempo empleada en el PAAT estaba disminuyendo mientras que la dedicada al Fondo Especial ha aumentado.

  7. La Organización estaba absorbiendo casi completamente, sin reembolso alguno, el costo de planeamiento y evaluación de los proyectos del Fondo Especial, así como el de preparación y negociación de los planes de operaciones.

  8. La FAO era la única organización de la familia de las Naciones Unidas cuyo presupuesto ordinario aportaba menos de la mitad de los recursos totales que administraba; en 1962 la Organización gastará 40.000.000 de dólares, de los cuales el Programa Ordinario solamente aportaba 14.000.000.

  9. Se preveía que en 1963 los desembolsos de la FAO por cuenta del Fondo Especial serían casi el doble que en 1962 y que esto, junto con los aumentos en otros programas, haría que el desembolso total en 1963 ascendiera a unos 50.000.000 de dólares.

  10. La Organización estaba contribuyendo de hecho a los costos en las oficinas centrales del Fondo Especial y de otros programas con una cantidad calculada en más de 4.000.000 de dólares al año.

146. El Consejo tomó también nota de algunos de los elementos que contribuían a aumentar el efecto de las actividades del Fondo Especial en el personal y las operaciones de la sede:

  1. No había ningún reembolso para compensar las actividades preparatorias, que suponen un trabajo considerable y complicado.

  2. La tarea de preparar planes de operaciones realistas era mucho mayor de lo originalmente previsto.

  3. Incluso cuando se encargaba a terceros la realización por contrata de algunas partes de los proyectos, ello implicaba dilatadas negociaciones así como una continua supervisión.

  4. Hay que intensificar y acelerar los esfuerzos para la contratación de personal en muchos campos que presentan dificultades especiales.

  5. La adquisición se estaba convirtiendo en una compleja tarea técnica en gran escala.

  6. Las cuestiones de política y las extensas relaciones con los gobiernos exigen una considerable participación de muchos funcionarios de alta categoría.

  7. Aparte de la labor de contratación y adquisición mencionada, suponen actividades adicionales administrativas y de ejecución las finanzas y contabilidad, los informes sobre la marcha de los trabajos, la administración de moneda y la aplicación de las condiciones de servicio en zonas nuevas y a menudo difíciles.

  8. Las actividades de supervisión han de mantenerse a un alto nivel de competencia técnica una vez puestos en marcha los proyectos. Es necesario idear nuevos sistemas, revisar los planes de operación, vigilar constantemente el rendimiento del personal y proveer los puestos vacantes.

147. Al mismo tiempo, el personal técnico y administrativo de las oficinas centrales debe atender a la realización del Programa Ordinario, no sólo a título de operación independiente, sino también como elemento indispensable e insustituible para respaldar y apoyar los programas externos de ejecución.

148. El Consejo expresó su preocupación por las conclusiones del estudio, que parecían subrayar el peligro de que la calidad y eficacia del Programa Ordinario se vieran dañadas en detrimento del mismo y de los programas de campo. Apoyó resueltemente el parecer del Director General, según el cual, al aceptar plena responsabilidad técnica de programas externos de ejecución, la FAO no podía desviarse de la política de mantener a un alto nivel los aspectos de planificación, supervisión técnica y evaluación de tales programas, lo que a su vez presuponía el mantenimiento de la labor del Programa Ordinario al alto nivel de eficiencia tradicional. Los admirables esfuerzos desplegados por el Fondo Especial para hacer más expeditivas las complejas actividades de planificación y preparación y además para acelerar la entrada de los proyectos en plena ejecución, exigían todavía más esfuerzos, más tiempo del personal y mayores fondos.

149. Los Comités del Programa y de Finanzas habían indicado que para hacer frente a la situación crítica del momento cabía seguir uno de los tres métodos siguientes:

  1. tratar de absorber los efectos con desdichadas consecuencias tanto para el Programa Ordinario como para los de campo;

  2. aumentar el presupuesto del Programa Ordinario para hacer así frente a la escasez de recursos y personal;

  3. conseguir, para asegurar una gestión y unos servicios centrales más adecuados, un apoyo financiero más acorde con la realidad, por parte de las fuentes extrapresupuestarias que patrocinan los crecientes programas de campo.

150. El Consejo se declaró plenamente de acuerdo con los Comités del Programa y de Finanzas y con el Director General en que la tercera alternativa era la más adecuada y refrendó vigorosamente los esfuerzos que el Director General estaba ya desplegando, sobre todo con el FENU, para restablecer el equilibrio entre los programas y establecer la fórmula más realista y directa que no sólo rectificaría, al menos en parte, la situación de los efectos de los programas de campo, sino que simplificaría asimismo la administración y la planificación presupuestaria.

151. Como en el momento el principal factor del problema del impacto lo constituía la labor relacionada con los proyectos del FENU, el Consejo tomó particular nota de esta situación y asimismo de que evidentemente era la diferencia de interpretación de las normas constitucionales y legislativas, lo que impedía llegar a un pleno acuerdo sobre una solución equitativa y mutuamente aceptable entre el Director General del Fondo Especial y el de la FAO.

152. La principal diferencia de interpretación se refería a la Resolución 1240 (XIII) de la Asamblea General, en la que se estipula que los servicios de los Organismos Especializados deberán reembolsarse “cuando se trate de gastos adicionales claramente identificables”. Otra discrepancia se refería al reembolso del costo de la planificación y evaluación anticipada de proyectos y la preparación de acuerdos sobre actividades, que el Fondo Especial no consideraba que pudieran reembolsarse a la Organización, si bien esta función constituía un importante factor en la participación de la FAO en las actividades de los proyectos del FENU.

153. Se aseguró al Consejo que el Consejo de Administración del FENU conocía bien las dificultades de la Organización. El Consejo aprobó la propuesta del Director General del Fondo de contratar a un consultor independiente para visitar los organismos de ejecución y preparar un informe acerca de la base más equitativa para el reembolso. El Consejo expresó su creencia de que el estudio del Director General de la FAO ponía de manifiesto un enfoque realista de la interpretación de la frase “gastos adicionales claramente identificables” efectuados por la FAO para la ejecución de proyectos del FENU, sobre todo teniendo en cuenta las cantidades relativas aplicadas a efectos de actividades técnicas y servicios centrales, tanto por organismos oficiales como por las empresas privadas en circunstancias análogas.

154. El Consejo estimó que muy bien podría llegarse a un acuerdo mediante una interpretación realista de la resolución 1240 (XII) de la Asamblea General, pero de no ser posible tal cosa, habrían de desplegarse, sin duda, esfuerzos para recabar la anuencia de la Asamblea General a una aplicación razonable de las directivas expuestas en su resolución.

155. Se informó al Consejo de que la Organización había sido ya designada organismo de ejecución para 96 proyectos del FENU que suponían 76.000.000 de dólares de los fondos del mismo (excluída una suma todavía mayor en participación gubernamental de contrapartida) y que existían grandes posibilidades de que esta cantidad se acercara a los 100.000.000 de dólares en enero de 1963, abarcando más de 110 proyectos en unos 50 países. De hecho, la cantidad gastada anualmente por la Organización en proyectos del FENU exclusivamente no tardaría en exceder del total de la consignación presupuestaria anual del Programa Ordinario.

156. Por tanto, el Consejo aprobó plenamente los esfuerzos del Director General para poner en práctica la recomendación de la Conferencia, en el sentido de que los costos de organismos recobrados de fuentes externas debían ser suficientes para sufragar no sólo las fases de ejecución de los programas de campo, sino también las de planeamiento, preparación y prosecución.

157. El Consejo reiteró su complacencia ante la creciente participación de la Organización en las operaciones del FENU y la dedicación por parte del personal de todas sus energías y conocimientos a esta actividad. Sin embargo, la Organización debía insistir en mantener el alto nivel de eficacia técnica. Ello exigía la salvaguardia de las actividades del Programa Ordinario que aparte de ser obligaciones fijadas por la Constitución, constituían la base técnica de conocimientos y experiencia para todos los programas de campo. Para esto hacía falta ayuda. No siendo factible resolver el problema dentro del presupuesto del Programa Ordinario, ni desplegando nuevos esfuerzos simplemente para absorber el referido impacto, no existía más alternativa que recabar un apoyo financiero más realista por parte del Fondo Especial y de las demás fuentes extrapresupuestarias interesadas.

158. El Consejo esperaba, por tanto, que este punto de vista fuera apoyado plenamente por los Estados Miembros no sólo en la FAO, sino también en los órganos rectores del programa de campo, como el Consejo Económico y Social y el Consejo de Administración del FENU.

Preparación del Programa de Labores para 1964–65 y sus repercusiones en el Presupuesto

159. El Consejo tomó nota de la información facilitada por el Director General sobre sus propósitos acerca del proyecto de Programa y Presupuesto para 1964–65, que suponían un aumento del 25 por ciento sobre el presupuesto de 1962–63, del que el 9 por ciento, cuando menos, lo constituían aumentos obligatorios.

160. El Consejo agradeció este avance de información. Reconoció que era incumbencia del Director General preparar un programa que tuviera en cuenta las necesidades y peticiones de los Estados Miembros; supo asimismo que sería sometido a los Comités del Programa y de Finanzas, para su examen detallado en sus próximas reuniones, antes de presentarlo al Consejo y a la Conferencia. Varias delegaciones manifestaron que el asunto sólo podía enjuiciarse adecuadamente después que, formulado el programa, lo hubieran examinado en la forma acostumbrada los Comités del Programa y de Finanzas y lo hubiera discutido el Consejo en su reunión de junio de 1963. A este respecto, el Consejo solicitó del Comité de Finanzas que examinara pormenorizadamente la cuestión de los aumentos obligatorios anuales. Por otra parte, aun comprendiendo las dificultades con que tropezaba el Director General, entre ellas el aumento del volumen de trabajo de la Organización, no sólo del Programa Ordinario sino también de los programas externos de ejecución, el aumento del número de miembros, y las consiguientes peticiones de nuevos servicios, varias delegaciones le informaron que no podían apoyar un incremento tan alto como era el del 25 por ciento. Algunas de estas delegaciones pudieron precisar, teniendo en cuenta los aumentos anteriores y los que pudieran reconocerse como obligatorios en virtud del mencionado examen, que un aumento del 12 al 15 por ciento sobre el presupuesto en curso sería un máximo aceptable.

Presentación del Programa de Labores y Presupuesto

161. El Consejo consideró la presentación del Programa de Labores y Presupuesto de la FAO a la luz de las recomendaciones formuladas conjuntamente por los Comités del Programa y de Finanzas, atendiendo a la Resolución Núm. 7/61 del 11o período de sesiones de la Conferencia. Después de estudiadas las propuestas del Director General y teniendo en cuenta el volumen de trabajo y los costos, ambos Comités sugirieron que, por el momento, las variaciones en el formato del Programa de Labores y Presupuesto para 1964–65 debían consistir en la adición de un análisis de los gastos previstos para el próximo bienio en virtud del Programa Ordinario y de cada uno de los demás programas de operaciones de campo, así como del tiempo relativo que se pensaba dedicar a cada uno de dichos programas. El citado análisis habría de hacerse por direcciones en los Departamentos Técnico y de Economía, y por departamentos enteros en el caso de la Oficina del Director General, el Departamento de Administración y Finanzas y el de Relaciones Públicas y Asuntos Jurídicos. Los Comités propusieron asimismo que se presentase a la Conferencia, en su próximo período de sesiones, una tabla por proyectos del Programa Ordinario propuesto, así como una lista de publicaciones. Por último, a título experimental y para contribuir en parte al mejoramiento a largo plazo de la programación de las actividades de la FAO, habrá de efectuarse un análisis por “proyectos” o actividades de una sola Dirección. Dicho análisis lo examinarían los Comités del Programa y de Finanzas en su Reunión conjunta de la primavera de 1963, sirviéndoles de base para recomendar al próximo período de sesiones de la Conferencia las medidas ulteriores sobre este asunto.

162. El Consejo convino en que estas propuestas facilitarían mucho el terreno para atender a lo requerido por la Conferencia. Se decidió que el Programa de Labores y Presupuesto para 1964–65 debería contener, bien en el documento principal, bien en forma de suplementos:

  1. Un resumen general de todos los fondos administrados por la FAO: Programa Ordinario, PAAT, FENU y Fondos Fiduciarios.

  2. Cuadros por Dirección y Departamento en los que se indiquen los fondos totales administrados con arreglo a todos los programas, junto con el volumen de trabajo previsto para cada programa.

  3. Una lista de los “proyectos” o actividades del Programa Ordinario por direcciones; en esta lista se indicará el objetivo general de los “proyectos”; habrá de establecerse una distinción entre los “proyectos” nuevos y los que se continúan de otros ejercicios; deberán señalarse las modificaciones más importantes de los “proyectos” o actividades o las nuevas orientaciones que se les imprima, e indicarse también los “proyectos” terminados o interrumpidos; asimismo se enumerarán las actividades o proyectos de campo que se ejecutan con arreglo al PAAT, FENU, etc.

  4. Una lista de las publicaciones con sus costos.

  5. Una lista de las reuniones con sus costos.

  6. Un cuadro indicador de las variaciones en los servicios de personal, por puestos y por gastos.

163. El Consejo se mostró también de acuerdo en que, a título experimental y para una sola Dirección, se preparase un análisis por “proyectos” o actividades del Programa Ordinario para su examen por los Comités del Programa y de Finanzas en su próxima reunión.

164. El Consejo reconoció que la preparación de esta información complementaria significaría un mayor trabajo, pero estimó indispensable que la Conferencia dispusiera de un panorama lo más completo que fuera razonablemente posible, acerca de los fondos totales con que cuenta la FAO tanto de su Programa Ordinario como de los demás programas independientes de operaciones, así como de las repercusiones de estos programas autónomos en las actividades del Programa Ordinario. El Consejo advirtió que las operaciones del PAAT, el FENU y los Fondos Fiduciarios no estaban planificadas ni presupuestadas para los mismos períodos que el Programa Ordinario de la FAO, y que habría que tener en cuenta este particular. Se reconoció, por ejemplo, que las actividades del Fondo Especial que aparecen en el presupuesto de 1964–65 habrán de comprender tan sólo los proyectos que hubiesen sido ya asignados a la FAO al prepararse el presupuesto de ésta y que reflejarían únicamente las actividades propuestas en ellos para el bienio 1964–65.

Programa ordinario de asistencia técnica y Programa para Africa

165. El Consejo pidió al Director General que, en el momento oportuno, presentara en apoyo del Programa de Labores y Presupuesto para 1964–65, un informe pormenorizado sobre el empleo de los fondos especiales asignados en el corriente bienio a las actividades de asistencia técnica encuadradas en el Programa Ordinario, por una parte, y al Programa para Africa, por la otra.

Comisión de Planificación Agrícola para el Cercano Oriente

166. El Consejo consideró la recomendación de la Sexta Conferencia Regional de la FAO para el Cercano Oriente acerca del establecimiento de algún mecanismo permanente que se encargara de revisar y estudiar regularmente los problemas con que se tropezara en la planificación agrícola de esta región. Entre las medidas previstas, la Conferencia Regional había recomendado el establecimiento para tal finalidad de una comisión regional, al amparo del párrafo l del Artículo VI de la Constitución de la FAO, y había pedido al Director General que sometiera una propuesta en tal sentido a la presente reunión del Consejo.

167. El Consejo apreció en todo su valor el deseo de los países del Cercano Oriente de arbitrar los medios adecuados para la revisión y estudio de los problemas de su planificación agrícola y, en particular, para proseguir la excelente iniciación que significó el Centro de Capacitación Regional sobre Planificación del Desarrollo Agrícola para el Cercano Oriente, de la FAO, que desarrolló sus tareas en El Cairo en marzo-abril de 1962. Después de un detenido examen de la propuesta de la Conferencia Regional acerca del establecimiento de la referida Comisión, apoyada por varias delegaciones, el Consejo estimó que, con el fin de arbitrar los medios más eficaces para afrontar las necesidades de los países del Cercano Oriente, toda la cuestión de la ayuda a estos países en materia de planificación agrícola deberá estudiarla en detalle el Comité del Programa. En su virtud, solicitó de este Comité, en caso necesario ayudado por el de Finanzas, que estudiara en su séptimo período de sesiones las propuestas formuladas en el informe de la Sexta Conferencia Regional de la FAO para el Cercano Oriente, sometiendo las recomendaciones pertinentes al 40o período de sesiones del Consejo.

168. Al propio tiempo, el Consejo sentía vivamente el deseo de no retardar la asistencia efectiva a los países del Cercano Oriente en su labor de planificación agrícola. Por consiguiente, expresó la esperanza de que, en tanto llegue el informe del Comité del Programa, el Director General continuará facilitando, dentro de los límites que le marquen los recursos disponibles, todos los medios necesarios a dichos países para ayudarles a resolver sus problemas de planificación agrícola, incluso, cuando proceda, convocando reuniones de expertos. El Consejo advirtió con satisfacción que estos medios estaban a punto de ser reforzados sensiblemente con la asignación de un asesor de planificación agrícola a la Oficina Regional del Cercano Oriente.

Problemas estadísticos entre los distintos organismos

169. El Consejo tuvo ante sí los documentos CL 39/11 y CL 39/11 Corr.1 12 que contenían la opinión y reservas de la FAO sobre la resolución adoptada por el Consejo Económico y Social relativa al establecimiento de un centro, dependiente de la Oficina de Estadística de las Naciones Unidas, para la compilación de estadísticas de comercio exterior, y un memorándum (CL 39/11 Sup.1 13) preparado por el Secretario General de las Naciones Unidas sobre el mismo asunto.

170. El Consejo ensalzó la gran calidad, la amplitud del campo cubierto y el continuo progreso de la labor de la FAO en materia de estadísticas del comercio exterior de alimentos, productos agrícolas y materiales necesarios para la agricultura, reafirmando la importancia fundamental para la Organización, en conjunto, del Boletín mensual y del Anuario de comercio de la FAO y la necesidad de evitar todo retraso en su publicación. Preocupó al Consejo la necesidad de un acuerdo satisfactorio entre la FAO y las Naciones Unidas para el establecimiento del centro propuesto. Tal acuerdo debería tener en cuenta los problemas --técnicos y prácticos-- con que se enfrentarían muchos países para enviar trimestralmente una masa voluminosa de fichas perforadas o tabulaciones y particularmente los relacionados con el emplazamiento del centro y su administración por los organismos interesados. A este respecto, el Consejo recalcó que en el campo de las estadísticas agrícolas las cuestiones relativas a la producción y el consumo no podían aislarse de los problemas concernientes al comercio. Sobre la base de las deliberaciones del Consejo sobre este tema se adoptó la siguiente decisión:

171. Habiendo tomado nota de que en el curso de las negociaciones celebradas a este respecto y durante las deliberaciones de los órganos competentes de las Naciones Unidas, los representantes de la FAO ya habían manifestado claramente su punto de vista, el Consejo lamentó que hubiesen surgido dificultades para llegar a una solución satisfactoria. Deseoso de que ambas organizaciones llegasen rápidamente a un acuerdo sobre este asunto, el Consejo pidió al Director General que sometiera la cuestión al Comité Consultivo de Estadística, que habrá de reunirse en los próximos meses, y, sobre la base de las consultas con este Comité, prosiguiera con los órganos competentes de la familia de las Naciones Unidas las negociaciones necesarias para asegurar el establecimiento de un sistema que fuera, por lo menos, ten satisfactorio como el vigente y que ofreciera a ambas organizaciones y a sus Estados Miembros las ventajas de que hasta ahora habían disfrutado. De todos modos, el Consejo quiso señalar que la FAO continuaría cumpliendo sus obligaciones en este dominio con los medios más eficaces de que dispusiera.

Preparativos para el próximo Censo Agropecuario Mundial

172. El Consejo tuvo ante sí, el Informe del sexto período de sesiones del Comité del Programa (CL 39/13 Sección II). Escuchó asimismo la exposición hecha, en nombre del Director General, sobre el plan general de los preparativos del Censo Agropecuario Mundial de 1970. Sancionó las líneas generales del plan que concedía especial importancia a la ayuda a los países mediante la transferencia de la elaboración de los censos agropecuarios.

173. El Consejo aprobó la recomendación del Comité del Programa de que el Director General explorara todos los medios y procedimientos posibles para acelerar los preparativos del censo de 1970.

12 Problemas estadísticos entre los distintos organismos.

13 Relaciones entre los distintos organismos en el campo de la estadística.

Sexto Congreso Forestal Mundial

174. En su 11o período de sesiones, la Conferencia pidió al Director General que se dirigiera a todos los Estados Miembros de la FAO y de las Naciones Unidas invitándoles a formular ofrecimientos para dar acogida al Sexto Congreso Forestal Mundial y encargó al Consejo que decidiera cuál ofrecimiento debía aceptarse.

175. Informado de que una tercera parte de los Estados Miembros no había respondido a la carta del Director General, el Consejo prefirió aplazar toda decisión sobre el asunto hasta su próximo período de sesiones.

176. Entre tanto, el Director General debería efectuar nuevas averiguaciones respecto a los servicios y medios que podrían proporcionar los países que habían comunicado estar dispuestos a albergar al Congreso, a saber, Tailandia, Kuwait, Líbano y Rumania. El Consejo manifestó su agradecimiento a esos países por sus generosas invitaciones.

Oceanografía e investigaciones de los recursos marinos

177. El Consejo tomó nota de que el Director General, previa consulta con los gobiernos, así como con los organismos intergubernamentales y de otra índole, había establecido un Comité Asesor sobre Investigaciones de los Recursos Marinos, en cumplimiento de las instrucciones del 11o período de sesiones de la Conferencia.

178. En su segundo período de sesiones, celebrado en París del 20 al 29 de septiembre de 1962, la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI), establecida por la Unesco, aprobó una resolución designando al Comité Asesor de la FAO sobre Investigaciones de los Recursos Marinos como órgano asesor de la Comisión en los aspectos de la oceanografía que atañen a la pesca. Habida cuenta de la importante actividad que desenvuelve la U.R.S.S. en la oceanografía pesquera, la Comisión recomendó que se incorporaran al Comité dos técnicos de la U.R.S.S. en este campo de investigaciones cuando abordara cuestiones respecto de las cuales fuera preciso asesorar a la Comisión.

179. Esta resolución de la Comisión fue transmitida oficialmente al Director General, quien propuso se aceptara la sugerencia de la COI y que se facilitara a ésta el asesoramiento del Comité Asesor de la FAO sobre los aspectos pesqueros de la oceanografía. Cuando el Comité actuara en este aspecto, se complementaría con dos técnicos de la U.R.S.S. que el Director General se propone nombrar después de haber recibido las recomendaciones de la Dirección de la COI.

Posibilidades de facilitar el movimiento de fertilizantes en condiciones ventajosas a los países necesitados

180. El Consejo se enteró por un informe del Director General (CL 39/18) de que, conforme había solicitado la Conferencia en su 11o período de sesiones, el Director había escrito a 17 países exportadores de fertilizantes preguntándoles en qué medida podría incrementarse el movimiento de fertilizantes en condiciones especiales, a los países en desarrollo. Cinco países habían contestado indicando las medidas ya adoptadas, o dispuestas, y se esperaba recibir pronto otras contestaciones.

181. Se hizo hincapié en que los fertilizantes, en conjunción con otros elementos, tales como los plaguicidas y las semillas mejoradas, constituían uno de los medios más eficaces de incrementar la producción agrícola. En verdad, el suministro de fertilizantes era una solución más permanente al problema del hambre en los países poco desarrollados que el suministro de productos alimenticios excedentes. Una contribución aún más duradera podría ser aportada por la fabricación de fertilizantes en los mismos países en desarrollo, especialmente en los que cuentan con abastecimientos adecuados de materias primas o de combustibles. Se indicó que, a diferencia de los productos alimenticios, no existían excedentes reales de fertilizantes, sino sólo un exceso de capacidad productiva; el problema era, por tanto, en ciertos aspectos, más complicado que el de los excedentes alimentarios.

182. Se elogió la labor efectuada con arreglo al programa de fertilizantes de la Compaña Mundial contra el Hambre, costeado por la industria mundial de fertilizantes. Esta y otras actividades en la misma dirección, inclusive la ayuda prestada con arreglo a los proyectos del PAAT y del Fondo Especial de las Naciones Unidas, estaban incrementando gradualmente la demanda de fertilizantes, cuyo valor reconocían ya ampliamente los agricultores de los países en desarrollo. Para hacer frente a esta demanda creciente se necesitaba mejorar los suministros y el método de distribución.

183. Se recalcó que los países en desarrollo debían tratar en lo posible de suprimir todos los obstáculos al empleo de fertilizantes, tales como derechos de importación o costos excesivos de distribución. También se puso de relieve la necesidad de incrementar las facilidades para que los países en desarrollo pudieran conseguir los fertilizantes en condiciones favorables, por lo que respecta a crédito y precio.

184. Algunos delegados indicaron que podía hacerse un estudio más detallado sobre el asunto y el Consejo advirtió que en el programa de todas las conferencias regionales de la FAO previstas para 1962 figuraba el suministro de fertilizantes en condiciones especiales a los países necesitados.

Comités Técnicos de la Conferencia

185. La Conferencia, en su 11o período de sesiones (1961), pidió al Consejo que volviera a examinar sus propuestas acerca del funcionamiento y presentación de informes de los Comités Técnicos a la Conferencia, así como de sus funciones.

a) Funciones

186. El Consejo consideró que no era necesario hacer muchos cambios en las funciones de los Comités Técnicos de la Conferencia fijadas por ésta en su 11o período de sesiones, pero estimó que el siguiente texto, ligeramente modificado, podría definir mejor sus finalidades:

  1. examinar las actividades del bienio que finaliza, con cargo a los programas ordinario, de asistencia técnica y de otro tipo;

  2. considerar, desde un punto de vista técnico, los diferentes capítulos del proyecto de programa de labores para el bienio siguiente;

  3. considerar las tendencias del programa de labores más allá del bienio siguiente, y

  4. estudiar los temas que les encomiende específicamente el Consejo.

b) Reuniones de los Comités Técnicos

187. Se mantendría el sistema de crear seis comités técnicos que abarcaran los diversos campos de actividad de la Organización.

188. El Consejo recordó que en el 11o período de sesiones de la Conferencia los Comités Técnicos habían comenzado su labor una semana antes de inaugurarse aquél. Este procedimiento había contribuído hasta cierto punto a aligerar el trabajo de la Conferencia, pero el Consejo era de opinión que no había satisfecho completamente las necesidades.

Si los Comités Técnicos pudieran reunirse en fecha que permitiera remitir sus informes a los Estados Miembros con tiempo suficiente para que las delegaciones a la Conferencia pudieran estudiar las conclusiones antes de salir de sus países, la utilidad de los Comités Técnicos aumentaría enormemente.

189. Para lograr este propósito los Comités Técnicos podrían reunirse al mismo tiempo, o inmediatamente después, del período de sesiones que celebra el Consejo en primavera los años de Conferencia. También podrían reunirse durante el mes de septiembre de tales años, aunque dicha fecha haría difícil enviar sus informes a los gobiemos con tiempo para estudiarlos, como se ha sugerido anteriormente.

190. Por otra parte, el Consejo tomó nota también del parecer de algunas delegaciones de que el separar las reuniones de los Comités Técnicos de la parte principal del período de sesiones de la Conferencia sería embarazoso para una serie de Estados Miembros, tanto por la necesidad de enviar delegaciones numerosas dos veces en vez de una como por el gasto suplementario que ello implicaría. La Organización tendría también que hacer gastos adicionales para contratar el personal temporero de idiomas.

191. El Consejo consideró que incumbía a la Conferencia misma decidir sobre esta cuestión y por ello pidió al Director General que preparase y presentase a la Conferencia un análisis detallado de las consecuencias que tendría el reunir a los Comités Técnicos en las diferentes fechas antes indicadas.

c) Disposiciones especiales para 1963

192. Tocante al 12o período de sesiones de la Conferencia, el Consejo consideró que la celebración de otras reuniones de la FAO, y especialmente el Congreso Mundial de la Alimentación (Wáshington, junio de 1963) dificultaría enormemente la reunión de los Comités Técnicos tanto en junio/julio como en septiembre de 1963.

193. El Consejo, por lo tanto, convino en que los Comités Técnicos deberían reunirse, en 1963, unas dos semanas antes de que comenzasen las sesiones de la Conferencia, en el entendimiento de que habrían de dar fin a sus reuniones y aprobar sus respectivos informes antes de la apertura oficial de ésta.

d) Informes de los Comités Técnicos

194. Los informes de los Comités Técnicos deberán tener cuatro partes, tomando por base las funciones descritas en el párrafo 186. La parte relativa a las actividades del bienio en curso (párrafo 186 (a)) deberá examinar de una manera amplia cada uno de los programas, con referencias precisas cuando sea necesario. Idéntico tratamiento correspondería dispensar a la parte de las tendencias futuras (párrafo 186 (c)).

195. La parte relativa al programa de labores para el bienio siguiente (párrafo 186 (b)) contendría un análisis de los asuntos y la situación de la Dirección, o comunes al programa de ésta en conjunto, seguido de una discusión de los asuntos específicos de cada subdirección. Dado que el material contenido en estos informes servirá también de orientación al Director General para desempeñar sus obligaciones, esta parte podría desglosarse, como hasta ahora, por subdirecciones. Los asuntos que exijan una decisión formal de la Conferencia deben colocarse, de preferencia, al final de la parte del informe relativa a la subdirección en cuestión, dedicándosele todo el pormenor que exija el informar sobre ellos a la Conferencia por conducto de la Comisión II. En la mayoría de los casos, únicamente lo contenido en esta parte del informe proporcionará asuntos específicos que hayan de ser presentados a la Comisión II, aunque la parte relativa a los problemas especiales (párrafo 186 (d) quizá aporte también un tema o dos.

196. El que el informe haya de atenerse a las directivas de los mandatos de los Comités Técnicos no supone igual obligación para la discusión del programa. La inserción de los diversos puntos en el lugar que les corresponda incumbirá a los encargados de la redacción del informe.

e) Forma y contenido del informe del relator

197. El Consejo se dio cuenta de que la presión a que el relator debe hacer su examen de los distintos informes de los Comités Técnicos y preparar el suyo propio, obliga a que tales informes posean la mayor uniformidad posible de presentación, estén redactados de manera que pongan de relieve los rasgos más salientes de la labor de cada Dirección y hagan percibir las cuestiones que habrá de resolver la Conferencia.

198. Es evidente, asimismo, que la función de la Comisión II consiste en preparar la acción constitucional de la Conferencia dentro del ámbito de responsabilidades de aquélla, así como las decisiones de ésta sobre los puntos más salientes relativos a políticas, tendencias y metodología. Sobre todo podrá prestar ayuda muy útil el relator a la Comisión, enumerando y exponiendo las cuestiones concretas y reuniendo los rasgos más salientes que los informes de los Comités Técnicos tengan en común. Además, el relator, al circunscribirse a los razonamientos de los informes de los Comités Técnicos que se presten al análisis según las líneas generales que tiene señaladas, podrá también desempeñar más fácilmente su propio cometido.

199. El Consejo propone que el informe del relator sobre la labor de los Comités Técnicos comprenda tres partes:

  1. una sección acerca de los asuntos que requieren aprobación formal de la Conferencia (toda medida que respecto a ellos adoptara la Comisión II quedaría sujeta, claro está, a un nuevo examen, desde el punto de vista presupuestario, llegado el momento de determinar el presupuesto del bienio siguiente);

  2. una sección en la que se destaquen los puntes más salientes de los informes de los Comités (exceptuadas las cuestiones formales, tratadas ya en la primera sección) que hubiesen de repercutir en el Programa de Labores y Presupuesto;

  3. una sección sobre las distintas consideraciones que influyen en las políticas y métodos de la Organización, en su totalidad.

200. Quizá convenga recordar a este respecto que el mandato de la Comisión II consiste en informar y formular recomendaciones sobre las actividades, en curso y en perspectiva, de la Organización, o sea, todo lo concerniente a:

  1. las tendencias de los programas de la FAO, y las consecuencias y conclusiones de carácter político que de ellas han de ser extraídas;

  2. el nivel del presupuesto (lo que supondría tomar medidas sobre las recomendaciones de los Comités Técnicos que tuvieran repercusiones presupuestarias);

  3. las actividades de los Estados Miembros y Miembros Asociados en conexión con cuestiones específicas de agricultura y alimentación que no haya examinado la Comisión I (la conservación de suelos, por ejemplo);

  4. las medidas de los organismos de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales referentes a los programas y métodos de colaboración;

  5. la creación, por la Conferencia, de comisiones compuestas de Estados Miembros y Miembros Asociados para asesorar sobre la formulación y aplicación de medidas de política y para coordinar la ejecución de tales medidas;

  6. * la creación, por la Conferencia, de comités y grupos de trabajo compuestos de Estados Miembros elegidos al efecto, o de individuos nombrados a título personal, para estudiar e informar sobre los asuntos relativos a las finalidades de la Organización;

  7. * la determinación, por la Conferencia, de las funciones y procedimientos de presentación de los informes de esas comisiones, comités y grupos de trabajo;

  8. * la convocación, por la Conferencia, de reuniones generales, regionales y técnicas, o de cualquier otra clase y grupos de trabajos o consultas y la estipulación de sus funciones y los procedimientos para la presentación de sus informes.

201. La frase: “asuntos específicos que requieran la intervención de la Conferencia”, deberá interpretarse en el sentido de asuntos sobre los que, según la Constitución y otras normas vigentes, se requiere una medida formal de la Conferencia (por ejemplo el establecimiento de una nueva Comisión). En realidad, se trataría en este caso de los puntos resenados en los incisos 200 (b) y 200 (h). A este respecto, el relator tendría que estar facultado para celebrar consultas con el secretario general de la Conferencia y con los presidentes y secretarios de los distintos Comités, así como con el asesor jurídico de la organización, según convenga, para determinar e informar sobre las conclusiones que hayan de requerir medidas por parte de la Conferencia, de acuerdo con los criterios antes mencionados.

* Son funciones que puede ejercer el Consejo y por delegación suya o de la Conferencia, el Director General.

f) Nombramiento del relator de la Comisión II

202. El Consejo consideró asimismo que era indispensable designar al relator con tiempo suficiente para que pudiera hacer los preparativos necesarios. En consecuencia, recomienda que el relator sea propuesto por el Consejo al proponer a los presidentes de las comisiones; es decir, en el período de sesiones de primavera, los años de Conferencia.

g) Enmiendas al Reglamento General de la Organización

203. Las siguientes enmiendas al Reglamento General reflejan las recomendaciones expuestas en los párrafos anteriores.

ARTICULO VII.1. Candidaturas

(Añádanse las palabras subrayadas)

1. El Consejo propondrá candidatos para las presidencias de la Conferencia y de las comisiones de la misma y para relator de las tareas de los comités a que se hace referencia en el número 3 del Artículo XV.

ARTICULO XIV. Subcomisiones

Suprímase el párrafo 6.

ARTICULO XV. Otros comités de la Conferencia

Modifíquese el párrafo 3 en la forma que sigue:

3. La Conferencia, en cualquier período de sesiones, puede designar comités para que examinen las actividades técnicas de la Organización, debiendo reunirse antes del siguiente período de sesiones de la Conferencia, en la fecha que determine el Consejo. Las funciones de cada uno de estos Comités serán, dentro de su esfera de competencia, principalmente las de:

  1. examinar las actividades del bienio que finaliza, con cargo al Programa Ordinario, a los programas de asistencia técnica y de otro tipo;

  2. considerar, desde un punto de vista técnico, los diferentes capítulos del proyecto de programa de labores para el bienio siguiente;

  3. considerar las tendencias del programa de labores más allá del bienio siguiente, y

  4. estudiar los temas que les encomiende específicamente el Consejo.


Página precedente Inicěo de página Página siguiente