Página precedente Indice Página siguiente


SESION II. INFORMES DE PAISES (continuo)

EL SALVADOR

Introducción

El Salvador, uno de los países más deforestados de América Central, ha venido tratando de impulsar los programas de reforestación por más de 50 años, sin que éstos hayan podido tener los éxitos esperados. A inicio de los años 80 – 85, se impulsaron programas de reforestación que no obedecían a criterios técnicos, únicamente a tratar de contrarrestar las políticas antigubernamentales que en ese momento se estaban generando. De esta manera, con el proyecto ORE/MAG se cubrió un área de 6 587 ha reforestadas, con el consecuente fracaso de un 40 a 50%, ya que las áreas reforestadas no tuvieron el apoyo necesario para continuar con el establecimiento final de éstas.

La silvicultura en El Salvador no ha tenido la importancia necesaria, principalmente en aquellas áreas de poder de decisión, que podrían permitir un incremento forestal acorde a las demandas del país; no se ha tenido una ley forestal, que reúna los requisitos para hacer atractivo el cultivo forestal, ésta nunca fue apoyada por una reglamentación que permitiera impulsar, conservar, manejar y proteger los recursos forestales de El Salvador.

Se ha carecido de un programa de incentivos para hacer más atractiva la reforestación, donde se pudieran establecer incentivos crediticios, económicos y fiscales, que darían lugar a que el agricultor tomara como un medio de producción las plantaciones forestales.

Avances de la silvicultura en El Salvador

Durante los últimos tres años han habido progresos en cuanto a la importancia que se debe dar a la silvicultura en El Salvador; se han logrado avances sobre la formulación de una nueva ley forestal, la cual en un tiempo muy próximo, será presentada ante la Asamblea Legislativa para su estudio y aprobación. Se espera que con esta nueva ley forestal, la situación silvicultural referente a la dendroenergía tendrá mejor apoyo en cuanto al establecimiento de plantaciones forestales energéticas; asimismo, se ha elaborado un documento de política forestal con el convencimiento de que el desarrollo del sector forestal sólo será posible si el país cuenta con un marco de políticas que definan claramente las reglas del juego y con un marco legal e institucional que las apoye. La nueva política forestal podrá ser la guía para la acción silvicultural en El Salvador.

Asimismo, la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), ha estructurado la Gerencia de Recursos Naturales y Medio Ambiente que cumplirá con el objetivo de contribuir al ordenamiento, rehabilitación y manejo integrado de los recursos naturales renovables en las cuencas hidrográficas de interés energético, con el fin de asegurar el suministro de energía al país, manteniendo niveles de calidad ambiental aceptables.

A través del Banco Central de Reserva se han puesto a disposición créditos blandos para la reforestación, lográndose motivar a los agricultores para el establecimiento de plantaciones forestales.

Demanda de productos forestales

El Salvador tiene un consumo de productos forestales estimado en 4,9 milliones de metros cúbicos anuales; de este total, aproximadamente el 93,5% se destina al abastecimiento de madera para energía (leña y carbón vegetal).

La biomasa forestal es responsable de la generación del 53,5% de toda la energía nacional, estimada en 18 856 tcal/año.

Por lo tanto, la leña es el principal producto forestal del país, el 77,3% de la población es consumidora de leña como combustible doméstico, ya que en el 92,5% de los hogares es el principal combustible utilizado; en el sector rural se consume un 71% de toda la leña producida.

El consumo industrial de leña representa un 15% del consumo total de este producto o sea unos 688 700 m3 anuales, que principalmente se destinan al cocido de ladrillos, panaderías, restaurantes y salineras; se estima que cada ciudadano necesita 0,84 m3 de madera anuales, sólo para generación de energía.

Consumo doméstico de leña en El Salvador

Zona1 000 t1 000 m3%Número de familias % Población
Area metropolitana   200,8   268   6,8  82 80037,4
Otras áreas urbanas   651,7   869  22,3202 70073,0
Subtotal Consumo Urbano   852,51 137  29,2285 50056,7
Area rural2 082,62 763  70,8429 70097,9
Total2 935,13 900100,0715 20077,3

Fuente: CEL, Fuentes no convencionales de Energía, basado en un estudio del Ing. Martínez Montalvo, Julio 1987. Consumo promedio per cápita = 2,10 kg/usuario/día, promedio de 5,36 personas por familia.

Residuos vegetales (biomásicos)

Con respecto a los bioenergéticos provenientes de residuos, puede asegurarse que existe un potencial aún no explorado suficientemente, ni mucho menos explotado.

Dentro de ellos se cuentan los residuos agroindustriales y otros residuos con potencial energético, que se muestran a continuación.

ResiduoCantidad tmPoder calorífico kcal/kgEnergía potencial tcal
Pulpa de café seca    35 6043 300   117,49
Cascarilla de café    33 8144 200   142,13
Bagazo de caña 1  947 0951 8251 728,44
Granza de arroz    16 9394 802     81,34
Residuos de maíz 2  183 7983 248   596,97
Residuos de maicillo    53 2553 248   172,97
Desechos de bovinos4 570 200 5 500   936,89
Desechos de porcinos    88 5005 500     23,72

Fuente: Dirección General de Economía Agropecuaria e ISIC - MAG.
1: Poder calórico al 50% de humedad.
2: Sólo se considera olote a 13,2% de humedad.
Las unidades dadas en kcal/m3 de biogás son en base a las siguientes conversiones: estiércol bovino: 37,2 m3/tm, estiércol porcino: 52,0 m3/tm.

El Salvador es el país en situación más grave en la región en cuanto al abastecimiento de leña. Un 87% del territorio es considerado en situación “muy crítica”, es decir, donde las necesidades de leña superan la disponibilidad y consecuentemente hay escasez.

El crecimiento de la población y el aumento gradual del consumo son los causantes del déficit en cuanto a la producción de leña, debido a que se corta más de la capacidad de producción (crecimiento).

Consumo anual de productos leñosos en El Salvador

ProductoConsumoImportaciónProducción local
1 000 m3%1 000 m3%1 000 m3%
Leña de consumo doméstico3 913,0479,50,00,03 913,40100,0
Leña de consumo Industrial688,1714,00,00,0688,17100,0
Madera para aserradero250,005,1200,080,055,9020,0
Postes y pilotes para cercas y construcción56,201,10,30,50,0099,5
Postes para electricidad1,200,01,2100,00,000,0
Durmientes13,200,30,00,013,20100,0
Total4 921,81100,0201,5 4 670,67 

Fuentes: CEL, Balance Energético Nacional 1988. El consumo industrial de la leña representa el 17,6% del consumo doméstico. FUSADES Y FENADESAL. Todos los volúmenes se refieren a madera rolliza.

Efectos por la demanda y uso de la leña

La actual valorización preliminar del potencial de producción de leña, ha permitido poner en claro ciertos fenómenos totalmente desconocidos en este escenario de oferta y sobre todo las causas de los mismos y las posibles tendencias de su comportamiento.

Aparte de la variación en la superficie de cada fuente dendroenergética, respecto a las que se han venido manejando, se logró establecer que la calidad florística y densidad vegetativa de las mismas ha cambiado significativamente, encontrándose que en muchos casos se está sustituyendo la clase de bosque, como ser el cambio de bosque latifoliado a bosque arbustivo y de éste a matorrales; o la sustitución de bosques de coníferas por latifoliado, lo cual afecta la oferta potencial de leña estimada en base a las extensiones consideradas. Asimismo, al ser eliminada la vegetación arbustiva, los suelos quedan expuestos completamente a la erosión acelerada y como consecuencia los embalses del sistema hidroeléctrico se ven afectados en su vida útil para la generación de energía hidroeléctrica. Se ha podido comprobar también, el aumento inusitado de temperatura tanto en el sector rural como urbano. Como se puede apreciar, los problemas de las necesidades y abastecimiento de leña aumentan cada día. Según estudios de CEL, en cuanto a las proyecciones de demanda de leña, para el año 2 000 se necesitarán 4 113 536 toneladas de leña para el sector residencial e industrial.

Estufas mejoradas

El uso de estufas mejoradas permite a los agricultores de las comunidades rurales, obtener un mejor rendimiento en cuanto al uso de la leña, además de permitirles una mejor operación de sus cocinas, ya que éstas no permiten el encierro de humo, lo cual hace que disminuyan las enfermedades pulmonares en niños y adultos.

La escasez de productos forestales en general lleva como consecuencia, el aumento indiscriminado de los precios. En el transcurso de 10 años el precio de la leña se ha triplicado, lo que hace más difícil en ciertos momentos la obtención de ésta y los productos elaborados con dendroenergía también aumentan de precio.

La cuantificación del consumo de leña ha sido evaluada principalmente a través de los Balances Energéticos que CEL ha estado publicando anualmente. También se han hecho algunas evaluaciones de consumo de leña en ladrilleros, mediante las boletas de venta que luego son procesadas.

Consumo de energía neta por sectores

AñoResidencial y comercialTransporteIndustriaOtrosTotal
Tcal%Tcal%Tcal%Tcal%Tcal
197011 217,771,01 874,012,02 349,815,0328,02,015 737,5
197512 986,765,02 646,013,03 938,120,0418,02,019 908,8
198013 651,166,02 978,014,03 855,818,0316,02,020 800,9
198611 556,462,03 356,018,03 313,118,0393,22,018 618,7
Tasa 70/860,2 3,8 2,0 1,1 1,1

Consumo de energía secundaria por sectores y energéticos, año 1991

EnergéticoTotalResidencial y comercialTransporteIndustria y comercioOtros
TcalTcal%Tcal%Tcal%Tcal%
Total2 069,110 487,1100,04 766,1100,04 649,7100,0756,2100,0
%100,050,80,023,20,022,5100,00,00,0
Leña10 143,98 889,084,80,00,01 254,927,00,00,0
%100,087,60,00,00,012,40,00,00,0
Derivados del Petróleo7 537,2621,15,94 766,1100,01 684,53 620,0464,561,4
%100,08,30,063,20,022,30,06,20,0
Residuos vegetales1 109,30,00,00,00,01 109,323,80,00,0
%100,00,00,00,00,0100,00,00,00,0
Electricidad1 759,1869,18,30,00,0598,312,9291,738,6
%100,049,40,00,00,034,00,016,60,0
Carbón de leña106,9106,91,00,00,00,00,00,00,0
%100,0100,00,00,00,00,00,00,00,0
Carbón mineral y coque2,70,00,00,00,02,70,10,00,0
%100,00,00,00,00,0100,00,00,00,0

Fuente: CEL, Balance Energético Nacional 1991

Bibliografía consultada

MANSUR E. Plan Nacional de Reforestación, primer borrador, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO. Agosto, 1990.

COMISION EJECUTIVA HIDROELECTRICA DEL RIO LEMPA, CEL, Primer Plan Nacional de Desarrollo Energético Integrado para 1980–2000.

MINISTERIO DE AGRICULTURA Y GANADERIA DE EL SALVADOR, Política Forestal.

CATIE. Técnicas de producción de leña en fincas pequeñas y recuperación de sitios degradados por medio de la silvicultura intensiva, del 24 al 28 de junio 1985. Turrialba, Costa Rica.

GUATEMALA

Introducción

A partir del año 1972 se origina la crisis del petróleo, la cual afectó adversamente las economías de muchos países, dando lugar a que las fuentes nuevas y renovables de energía cobraran importancia dentro de las políticas energéticas en la República de Guatemala, principalmente en la búsqueda de la sustitución de combustibles importados utilizados para la generación de energía eléctrica, para procesos de producción en el sector industrial y principalmente en el sector transporte, teniendo como una meta a mediano plazo facilitar el acceso a la población rural, zonas rurales aisladas y zonas urbanas de escasos recursos a otros tipos de fuentes de energía que son indispensables para poder continuar con el desarrollo del país.

Aspectos generales

Guatemala tiene una superficie de 108 900 km2 y en 1991 la población fue de 9,5 millones de habitantes aproximadamente.

El producto interno bruto (PIB) ha crecido a un promedio de 3,5% anual.

Posee además un parque automotor en circulación, de aproximadamente 300 000 vehículos y un consumo promedio de 25 000 barriles/día de petróleo y derivados.

En el sector eléctrico se cuenta con una capacidad instalada de 750 MW en el Sistema Eléctrico Nacional, exceptuando autoproductores y aproximadamente 315 000 usuarios del Instituto Nacional de Electrificación (INDE) y de 375 000 de la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA).

En lo concerniente a la biomasa, es importante destacar que la leña es el combustible de mayor consumo, alcanzando 7,6 milliones de toneladas que representan 19,62 millones de barriles equivalentes de petróleo.

Características del consumo energético

La leña es el principal energético consumido en Guatemala, representando en 1991 aproximadamente el 61% del total de la energía.

Se estimó, por medio de encuestas de consumo energético, que cerca del 75% de los hogares utilizan leña para la cocción de alimentos, utilizando estufas denominadas “tres piedras” (fuego abierto) y estufas de fuego cerrado.

En lo que se refiere a hidrocarburos, el consumo de productos petroleros alcanzó el 28% del total de la energía consumida en el país.

El “diesel oil” es el combustible más demandado (41%), principalmente por su uso intensivo en los sectores industria y transporte y en la generación de energía eléctrica; mientras que las gasolinas usadas en el sector transporte ocupan un segundo lugar (28%).

El consumo de “fuel oil” que se usa en la industria y en la generación de energía eléctrica, ocupa un 15% del total.

El gas licuado de petróleo con un 10%, es el producto petrolero de mayor dinámica en su crecimiento, dada su preferencia en los hogares guatemaltecos.

El bagazo de caña de azúcar representó aproximadamente el 6% del consumo total de energía, el cual es aprovechado en los ingenios azucareros para el proceso de elaboración del azúcar.

Por su parte la electricidad ocupa un 5% en el consumo final energético.

El INDE prestó servicio a cerca de 315 000 usuarios del interior de la República y la EEGSA a 375 000 usuarios en su área de concesión (los departamentos de Guatemala, Sacatepéquez y Escuintla).

El consumo de energía por los sectores económicos que la requieren, muestra que el sector residencial es el mayor demandante de energía, con el 63% del total y que es precisamente la leña el combustible más utilizado.

La energía en este sector se utiliza para la cocción de alimentos (92%), calentamiento de agua (6%), iluminación (1, 5%) y otros usos (0, 5%).

En cuanto a la cocción de alimentos, la leña es el principal energético utilizado con un 97%; mientras que el gas licuado de petróleo con un 2,5% ocupa un segundo lugar y al kerosene le corresponde un 0, 5%.

A nivel sectorial, en segundo lugar se encuentra el transporte con un 17% del total del consumo de energía, donde todos los energéticos son productos petroleros.

El sector industrial es el tercer consumidor de energía con un 12% del total, consumiendo prácticamente todos los tipos de energía disponibles. El principal energético en este sector es el bagazo de caña de azúcar (32%), el cual es quemado en las calderas de los ingenios azucareros para la producción de vapor requerido, tanto para el proceso industrial como para la generación de energía eléctrica.

Este subproducto está siendo también utilizado para la cogeneración eléctrica, es decir, los excedentes de energía eléctrica de los ingenios son vendidos a las empresas de servicio público.

El “fuel oil”, que representa el 29% del consumo del sector, es utilizado básicamente en la producción de vapor de proceso (53%) y para la producción de calor (47%).

Los sectores comercial, gobierno y otros, consumen un 8% del total de la energía.

La situación energética presentada para 1991 es prácticamente la misma que se ha identificado para años anteriores.

Si se considera un escenario tendencial, sin tomar acciones de sustitución de combustibles importados ni de conservación de leña, el consumo de energía por fuente y por sector económico conservará su misma estructura: gran consumo de leña y una dependencia cada vez mayor de los productos derivados del petróleo.

Como conclusiones del análisis del comportamiento energético en Guatemala se tienen:

Problemática energética

No únicamente la distorsión evidente que existe entre consumo y oferta de energía incide negativamente en el desarrollo del sector, existen otros aspectos que guardan relación directa con la misma, como los que se indican a continuación:

HONDURAS

Introducción

En Honduras, como en la mayoría de los países de América Latina, predominan las comunidades rurales que viven en condiciones de extrema pobreza, situación que ha obligado a los gobiernos y a la comunidad internacional a formular y ejecutar planes y proyectos que en su mayoría no han alcanzado los resultados deseados.

En el campo de la dendroenergía, como parte importante del balance energético del país, existen experiencias negativas pero también algunos resultados positivos.

La principal dificultad que enfrenta el sector energía es que no hay a nivel sectorial, un ente responsable que formule las políticas nacionales. Esta situación debe ser atendida por el Estado a través de sus instituciones vinculadas al ramo, como ser la ENEE, Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal, la COHDEFOR, la Dirección de Minas e Hidrocarburos y la Comisión Administradora del Petróleo.

Hasta el momento la solución a los problemas energéticos se ha basado en el trasplante de experiencias y modelos que han resultado en un deterioro significativo del medio ambiente y de la calidad de la vida. Sin embargo, los recursos forestales de Honduras continúan siendo el principal recurso energético del país puesto que actualmente abastecen más del 60% del consumo de energía.

En la Mesa Redonda sobre Dendroenergía, celebrada el 8 de octubre de 1992, se concluyó que los temas de interés para discutir más a fondo son los siguientes:

  1. Política de incentivos para la plantación de bosques energéticos. Tales políticas deben enmarcarse dentro de la política forestal, así como dentro de la política y estrategia energética del país.

  2. Transferencia y socialización de las tecnologías desarrolladas o mejoradas por los diferentes proyectos ejecutados y en ejecución.

  3. Información y divulgación masiva respecto a la importancia de la dendroenergía.

  4. Estudio de los patrones culturales que inciden en el uso racional y en el desarrollo de fuentes sostenibles de leña.

Es importante señalar que en Honduras se está dando una situación muy sui generis en el área forestal, derivada de la aprobación por el Congreso de la Ley para la Modernización y el Desarrollo del Sector Agrícola, en la que se contempla la redefinición de funciones de la COHDEFOR en cuanto a la administración forestal del Estado y el traspaso de los bosques en terrenos privados a los propietarios de la tierra. Este nuevo instrumento legal puso al descubierto la existencia de vacíos en el área dendroenergética, lo que motivó a la Red Nacional de Dendroenergía, con el apoyo de la Representación de la FAO en Honduras, auspiciar la creación de la Asociación para el Fomento Dendroenergético “PROLEÑA” en fecha reciente. Esta organización no gubernamental pretende, por un lado, ser la receptora de todas las experiencias y logros que existen sobre el tema y, por el otro, fomentar el cultivo de las especies preferidas para leña por la población rural, de tal suerte que el consumo de esta fuente energética sea sostenible.

Características generales del sector

La CEPAL, sobre la base de cifras oficiales, concluye que el consumo de energía en Centroamérica presenta como una característica relevante la participación mayoritaria de dos formas de energía: el petróleo y la leña, representando ambos energéticos más del 85% del consumo final.

En la década de los años 80, en Honduras la oferta energética estuvo conformada en más de un 60% por energéticos tradicionales, principalmente leña y carbón vegetal, 28% por hidrocarburos y cerca de 5% por electricidad. En lo que va de la presente década, la estructura se ha modificado levemente siendo de 56%, 36% y 8%, respectivamente.

En Honduras, la demanda de energía se incrementó a una tasa promedio anual de 6,5% en el período 1981–1985 y a 9,4% en el período 1985–1991. Al igual que en la mayoría de los países centroamericanos, no hubo nuevas centrales desde que en 1985 se inauguró la Central Hidroeléctrica Francisco Morazán (más conocida como “Presa El Cajón”). Con la puesta en servicio de dicha central, Honduras generó excedentes exportables de energía hidroeléctrica hasta 1991, pero en los últimos años el país se ha convertido en importador neto de energía eléctrica e, incluso, requerirá complementar su demanda con energía de origen térmico.

Impactos ambientales

Un distinguido estudioso del ambiente, el Ing. Jorge Arévalo, afirma que la mitad de la superficie forestal hondureña ha sido deforestada en tan solo las tres últimas décadas. En consecuencia, la deforestación se acrecienta cada día y la desertificación arrecia por las acciones del hombre.

La deforestación perjudica de manera directa o indirecta al desarrollo integral del país, deteriora la atmósfera y el medio ambiente, dañando la salud y el bienestar general de la población.

En los últimos años se observa un despertar en la población por los problemas ambientales. El Ministerio de Educación Pública fomenta la participación de las escuelas primarias y de educación media en actividades conservacionistas. En el nivel de educación superior, la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”, por medio del área de Ciencias Naturales, de alguna importancia, aunque no sistemática, a la preparación de profesores capacitados para realizar educación ambiental. En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y su Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico, por la afinidad de sus carreras relacionadas con el campo agrícola y forestal, se ha incorporado el estudio de problemas ambientales.

La Escuela Agrícola Panamericana “El Zamorano” ha venido fortaleciendo sus programas para estudiantes y pequeños productores en el manejo integrado de plagas, agricultura sostenible y agroforestería.

Alternativas

Con el apoyo de la FAO en Honduras, se están adaptando horizontalmente algunas experiencias que por el momento están arrojando resultados sorprendentemente positivos en algunas poblaciones rurales. Por ejemplo el caso de Chagüite Grande y el caso de sustitución de hidrocarburos por fuentes dendroenergéticas en una de las principales empresas de la industria del cemento del país, resultará a futuro, sin lugar a dudas, en un ajuste al balance energético del sector rural y nacional.

Las plantaciones energéticas desarrolladas en base a los resultados de los ensayos sobre árboles de uso múltiple del CATIE, a través del proyecto MADELEÑA, ofrecen un futuro promisorio que debe fortalecerse para asegurar el desarrollo de sistemas dendroenergéticos integrales y sostenibles.

Aún quedan áreas que merecen mayor exploración. El Litoral Atlántico tiene un potencial promisorio, tanto en las zonas bajas inundables donde es necesario establecer cultivos rentables que resistan hasta meses bajo el agua, como en los sistemas de ladera donde es necesario establecer cultivos permanentes para el control de la erosión.

MEXICO

Antecedentes

México es uno de los países con mayores recursos forestales de América Latina. De acuerdo con el último inventario forestal, en 1990 la superficie de bosques de clima templado y selvas era de casi 50 millones de hectáreas, equivalente al 25% del territorio, recursos que son la principal fuente de energía de la población rural.

No obstante que el país es uno de los más importantes productores de petróleo, el uso de combustibles refinados aún es limitado en el medio rural, donde el 70% de la energía utilizada proviene de la leña.

Si bien a nivel nacional, el petróleo aporta casi el 70% de la energía y la leña menos del 4%, a nivel rural, esta situación es inversa ya que la leña representa casi el 70% del combustible y los derivados de hidrocarburos menos del 30%. El consumo anual de leña se estima en 32 millones de metros cúbicos, más de tres veces el volumen de madera producida para fines industriales.

El alto consumo de leña entre la población rural se debe en gran medida a factores culturales, pero esencialmente a sus bajos niveles de ingreso y a su alta dispersión en el territorio, lo que ha impedido la integración de un sistema bien articulado y confiable de distribución de combustibles refinados que pueda atender a precios accesibles la demanda rural.

En 1970 las comunidades rurales representaban el 42% del total de la población, mientras que en 1990 eran sólo el 29%, reducción significativa debida a intensos movimientos migratorios hacia las grandes ciudades y a la frontera norte. Para fines estadísticos, se considera población rural a la asentada en localidades de menos de 2 500 habitantes.

La población rural se distribuye en 150 000 comunidades, de las cuales el 91% tiene menos de 500 habitantes. El 57% de la población vive en 11 000 localidades de 500 a 2 500 habitantes. Casi el 77% de esa población se concentra en los estados del centro y sur del país, donde también se presentan los mayores índices de marginación. Del total de la población rural se estima que el 43% se encuentra por debajo de la línea de pobreza y el 19% son indigentes.

En México el principal destino de la leña es para uso doméstico, principalmente para la preparación de alimentos y en menor medida para el calentamiento de agua y de la casa habitación. El 98,8% de los usuarios de leña en el medio rural la utilizan para cocinar.

Una porción significativa de las industrias rurales (molinos, tortillas, mezcal, cerámica, ladrilleras, caleras) utilizan leña en sus procesos productivos, aunque con tecnologías de baja eficiencia. Su consumo puede representar un 10% del uso doméstico.

De acuerdo con la información censal, los consumidores de leña disminuyeron en los últimos 30 años, pasando de 22,6 millones de usuarios en 1960 a 18,7 millones en 1990. No obstante, esta tendencia debe tomarse con reservas ya que no se considera a los usuarios que usan en forma mixta gas y leña cuando ésta no es el principal combustible. De hecho, investigaciones de la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal (SEMIP), revelan que en 1987 en más del 90% de los hogares rurales aún se utilizaba leña, por lo que es posible que en el país más de 25 millones de habitantes utilicen este combustible, concentrados principalmente en las áreas rurales y periurbanas.

Acciones de planeación

Pese a su importancia como fuente de energía, el problema de la leña ha sido soslayado tradicionalmente, debido principalmente a su bajo nivel de comercialización (en 1987, el 85% de los usuarios recolectaba la leña que consumía) ya que se considera que es un problema de alcance local, cuyas consecuencias aparentemente son poco visibles.

En los últimos años la situación anterior ha cambiado sustancialmente debido a la escasez de leña que en diversos grados ya se registra a nivel local, a la presión que se ejerce sobre las áreas forestales, al enorme desperdicio derivado del uso de sistemas poco eficientes (el fogón abierto, común en las áreas rurales tiene eficiencia de menos del 20%) y a los impactos negativos sobre el ambiente y la salud de los usuarios, en particular de las mujeres y niños.

En el aspecto de políticas dendroenergéticas, la principal limitación que se ha enfrentado es la falta de una estrategia integrada para la atención de este problema que considere todos sus aspectos, desde la producción y abastecimiento del combustible hasta su comercialización y el mejoramiento de los sistemas de consumo final. No obstante, en los últimos años se realizaron diversas acciones que permitieron crear las bases del programa nacional de dendroenergía que a partir de 1993 promueve la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos.

El programa nacional de dendroenergía es la estrategia institucional para orientar las acciones y programas relacionados con la dendroenergía, mediante la coordinación y concertación de acciones entre las dependencias públicas, las organizaciones privadas y los usuarios.

Otros problemas que han limitado la atención de la problemática dendroenergética son:

Las acciones operativas desarrolladas por la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, se han enfocado principalmente al establecimiento de plantaciones y al mejoramiento de los sistemas para el uso de leña. Como información de referencia, cabe señalar que como resultado del proyecto de construcción de estufas rurales, desde 1984 se han construido más de 46 000 de ellas, que han beneficiado a 250 000 habitantes principalmente en comunidades rurales, con un ahorro estimado de más de 500 000 m3 de madera.

Otras dependencias que han realizado acciones relevantes son el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia que promueve la construcción de estufas rurales, en coordinación con los gobiernos de los Estados y la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, SARH, y las universidades públicas con acciones orientadas a la determinación de balances de energía, demandas de leña y estudios para la producción de carbón.

En el sector energético, fundamentalmente en el marco de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, CONAE, se han realizado diversas investigaciones que han permitido establecer la magnitud e importancia que en el balance energético nacional tiene la leña y el carbón, así como la identificación de las características de su aprovechamiento y de posibles áreas críticas.

Impactos

El impacto de la obtención de madera para combustible depende de los métodos utilizados para la cosecha, por lo que cuando se hace con una perspectiva sostenible es incluso beneficioso para las masas forestales, ya que se reduce el riesgo de incendios y enfermedades forestales e incluso puede acelerarse el crecimiento de los árboles (cuando se hace como un método de poda). Por otro lado, la sobreexplotación de las masas forestales para obtener madera para combustible al igual que cualquier método abusivo de explotación, degrada los bosques, favorece la erosión del suelo, altera los ciclos de nutrientes y debido a la quema de grandes cantidades de madera se modifican las tasas de producción de gases que favorecen el efecto invernadero.

Uno de los principales problemas es detectar a tiempo, antes de que los efectos adversos sobre el ambiente sean evidentes, cuándo se está haciendo un aprovechamiento forestal sin una perspectiva sostenible. Esta dificultad se debe a que los métodos de manejo y aprovechamiento forestal comúnmente utilizados no consideran la producción de leña ya que los campesinos normalmente emplean principalmente desperdicios, ramas y madera muerta en lugar de árboles completos. Adicionalmente, muchas de las especies utilizadas como combustible no se incluyen en los inventarios forestales ya que no poseen valor comercial.

En realidad no existen indicios categóricos que permitan afirmar que el uso de madera como combustible sea un importante factor de la deforestación, por lo menos a escala nacional, aunque a nivel local hay informes que avalan la presunción del agotamiento de bosques para la obtención de combustible, como es el caso de las áreas cercanas a las zonas mineras y de beneficio de minerales en el centro de México y el agotamiento de masas de Encinos en los altos de Chiapas para la producción de carbón.

Más que una causa de la deforestación, el uso de madera para leña y su escasez es más bien una consecuencia del desmonte de tierras con fines agropecuarios. No obstante que en algunas regiones del país, como la costa del Golfo de México y los Estados del Pacífico sur, es común el uso de ramas y troncos de árboles vivos, esto se debe a que se emplean subproductos de la poda de árboles de sombra en plantaciones de café y los residuos de métodos de cultivo tradicionales como la roza, tumba y quema.

Si bien en el país la falta de leña no es generalizada, las altas tasas de deforestación, que superan más de 370 000 ha al año, pueden hacer difícil a mediano plazo mantener las altas tasas de extracción de madera para combustible. De hecho, localmente en algunas regiones empieza a ser más difícil su obtención. En una investigación que abarcó a todo el país, más de la mitad de los encuestados respondieron que la distancia a los centros de recolección ha aumentado, en particular en los Estados de clima árido del norte de México, donde las existencias de combustible son más limitadas. En los valles centrales de Oaxaca y en las sierras del Pacífico sur, la población ha tenido que cambiar sus especies preferidas ya que son cada vez más difíciles de encontrar.

En general, las zonas del país donde es más frecuente encontrar problemas relacionados con la disponibilidad de madera para combustible, corresponden a las tierras altas densamente pobladas del centro y sur de México, en particular porciones de los Estados de Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Michoacán.

La escasez de leña también ocasiona conflictos entre comunidades, ya que a menudo la demanda de ciertos tipos de leña se satisface mediante la extracción ilegal de predios, lo cual es muy común en regiones del centro de México como en el Estado de Michoacán.

Localmente la producción de carbón puede ser un importante factor de disturbio. Por ejemplo, en los Estados norteños de Tamaulipas y Sonora se ha detectado que las organizaciones de productores de carbón promueven la transformación de selvas bajas y matorrales en pastizales, con el fin de aprovechar los productos de los desmontes.

Metodologías para estimar el consumo de leña y carbón

Como se señaló anteriormente, las estimaciones de consumo y proyecciones de demanda de combustible se han hecho en algunas Universidades, como la Nacional Autónoma, la Autónoma Chapingo y la de Nuevo León. Adicionalmente, algunas Secretarías de Estado han hecho investigaciones relevantes, como la SARH, la SEMIP y la CONAE, en colaboración con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos de América.

Una de las investigaciones más completas es la desarrollada por la SEMIP entre 1987 y 1988, en la que contó con apoyo del Programa de Cooperación Energética de la Comisión de Comunidades Europeas.

En este estudio se estimó el volumen de madera utilizada como combustible en el medio rural y su distribución en el territorio.

En esta investigación se encuestaron 170 comunidades rurales distribuidas en todo el país. Esta información se complementó con la de otras 34 comunidades estudiadas previamente en cinco Estados del país y con los datos de ocho poblaciones estudiadas en Oaxaca y Guerrero.

Se analizaron los orígenes y usos de los energéticos empleados para fines domésticos y productivos; se identificaron posibles fuentes alternas y se detectaron los problemas asociados al abastecimiento de la energía.

Para el estudio se dividió el país en 10 regiones, considerando aspectos sociales, económicos, físicos ambientales y energéticos, así como experiencias anteriores en regionalización. A su vez las regiones se dividieron en 88 subregiones tomando en cuenta la información social, económica, ambiental y energética disponible.

La muestra de comunidades de cada subregión se basó en los siguientes criterios:

Para el levantamiento de la información se hicieron dos cuestionarios. Uno para la información de la comunidad y otro para la información familiar. En cada comunidad el número de entrevistas familiares dependió del tamaño de la localidad.

Para la aplicación de los cuestionarios y la captura de la información se contó con el apoyo de instituciones de investigación o de educación superior, ubicadas en las regiones.

Para facilitar la captura y análisis de la informacion se diseñó un programa de cómputo con el cual se integró una base de datos automatizada.

Del procesamiento de las encuestas se obtienen, entre otros, los siguientes datos: número de familias, número de personas promedio por familia, porcentaje de hogares que consume cada energético, cantidad consumida, costos, forma de abastecimiento y uso principales. Los energéticos analizados fueron leña, gas, electricidad, petróleo, gasolina y diesel.

Los resultados se agregaron por región y subregión y finalmente se sumaron para obtener la estructura energética rural nacional. Los resultados de esta investigación son la base del presente documento.

El aporte de cada energético analizado se presenta en el siguiente cuadro.

Estructura energética nacional, 1988

RegiónConsumo Total Kcal/año (x 10e12)Electricidad %GLP %Petróleo %Gasolina %Diesel %Leña %
Baja California   2,104,6410,100,2432,6110,7441,67
Pacifico Norte   7,09  4,012,470,9033,6512,1036,88
Norte   8,421,688,823,4411,40  1,4973,17
Golfo Norte  4,504,3610,551,9319,37  5,3358,41
Centro Norte  6,023,2015,150,3716,56  7,3957,33
Pacifico Centro14,132,6513,331,69  8,73  7,5266,08
Central17,932,5714,131,25  7,70  8,9665,39
Golfo Centro12,862,87 9,652,64  6,6912,0066,15
Pacifico Sur24,601,49 4,271,10  3,83  0,8788,44
Península Yucatán  2,167,75 1,311,78  4,00  0,0191,15
Nacional rural99,862,53 9,981,5810,43  6,3369,15

Fuente: Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal. Energía Rural en México, México, 1988.


Página precedente Inicěo de página Página siguiente