Página precedente Indice Página siguiente


3. Conclusiones y Recomendaciones

Considerando la diversidad de situaciones y casos existentes de utilización conjunta de biomasa para la producción de energía y alimentos y las inmensas posibilidades existentes en la Región, las discusiones sobre las conclusiones y recomendaciones del evento se organizaron en dos Grupos de Trabajo.

Dichos grupos iniciaron las discusiones con un diagnóstico general de las potencialidades y limitaciones de la biomasa energética, en sus múltiples aspectos. Basado en este conjunto de ideas que se presentan en el Cuadro I fue posible establecer algunas directivas fundamentales para las acciones a emprender, buscando dinamizar y consolidar el empleo racional de las bioenergías y reforzar sus sinergias con la producción de alimentos. En este sentido fue considerado sobretodo el potencial de actividades y el ámbito de acción que caracterizan la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Dendroenergía y el Grupo Latinoamericano y del Caribe sobre Energización para un Desarrollo Rural Sostenible, GLAERS.

Cuadro 1. Diagnóstico de las condiciones de desarrollo de la biomasa energética

AspectosPuntos fuertes, ventajas y fortalezasPuntos débiles, desventajas y riesgos
AMBIENTALESPuede integrarse con procesos de recuperación ambiental, principalmente cuando corresponden a la utilización de subproductos de procesos productivos. Sustituye o disminuye las emisiones de CO2.
Posibilita el uso productivo de tierras marginales, en pendientes o semiáridas.
Puede promover la monocultura extensiva y reducir la biodiversidad. Puede incrementar la erosión y la degradación de los suelos.
Puede emitir partículas en la combustión.
SOCIOECONOMICOSFavorece la generación de empleo en las áreas rurales.
Contribuye a internalizar las inversiones y a reducir las desigualdades.
Presenta normalamente un menor componente en divisas en comparación con otros sistemas de suministro energético.
En muchas situaciones presenta competitividad frente a combustibles fósiles, particularmente en el contexto agroindustrial.
En algunos países existen nuevas modalidades de financiamiento para el suministro energético en localidades aisladas.
Existen muchos actores, poco o nada articulados.
La relación oferta-consumo frecuentemente es definida por el mismo agente. sin una valoración explícita del recurso.
Los sistemas bioenergéticos presentan en general costos de capital comparativamente más elevados que los sistemas convencionales basados en energía fósil.
El costo de transporte tiene una fuerte incidencia y típicamente las distancias factibles en términos económicos entre los sitios de producción y utilización son inferiores a pocas centenas de kilómetros.
TECNOLÓGICOSDisponibilidad de varios sistemas de tecnología probada para su uso racional y diversificado en sus diversas formas.
Gran parte de los equipos necesarios pueden ser fabricados localmente.
Amplia gama de capacidades, tecnologías condiciones para su uso.
Los sistemas requieren comparativamente más mantenimiento y atención en la operación.
La eventual heterogeneidad en tamaño, alta humedad o baja densidad del biocombustible puede imponer sistemas de preparación previa.
Existen pocos sistemas en el rango de decenas de kW, suficientemente confiables y de operación sencilla.
INSTITUCIONALESLos cambios institucionales en el sector energético en muchos países estimulan la producción privada de energía e indirectamente, el uso de la biomasa energética.Normalmente no existe un marco institucional eficiente para estimular la producción y utilización racional de la bioenergía.
Los sistemas de información disponibles muchas veces no permiten fundamentar acciones y definir estrategias bioenergéticas.
CAPACITACIÓN Y DIFUSIÓNExiste en la actualidad un número razonable de personas capacitadas e instituciones con conocimientos, pero aun poco articuladas para actuar en temas bionergéticos.
Los nuevos sistemas de comunicación permiten incrementar el intercambio de información entre las instituciones y otros actores del escenario bionergéticos.
El conocimiento y la tecnología bioenergética puede considerarse de libre disponibilidad, sobre todo cuando se comparan con otras cadenas energéticas.
Los sistemas de información disponibles muchas veces no permiten fundamentar acciones y definir estrategias bionergéticas.
Algunas veces existen prejuicios para la utilización de la biomasa por falta de conocimiento de las oportunidades de sostenibilidad de esta fuente energética.
La temática bioenergética es poco considerada en los programas de formación profesional y en los niveles de postgrado son pocas las oportunidades de formación, que aborden los distintos aspectos de las bioenergías.

3.1 CONCLUSIONES

Se presentó a la reunión un número interesante de documentos con una considerable cantidad de datos, informaciones y experiencias que ponen en evidencia el importante papel desempeñado por el uso de combustibles lignocelulósicos, derivados de diferentes actividades de producción agrícola y forestal, para la generación de energía tradicional y moderna en la Región. Se discutieron las múltiples interrelaciones existentes entre diferentes disciplinas del área agrícola, forestal, energética y del medio ambiente.

Además se analizaron las perspectivas de utilización de los biocombustibles en la Región teniendo en cuenta las circunstancias actuales por las que atraviesan la mayoría de los países. A pesar de las sinergias que se pueden establecer en la producción combinada de biocombustibles y alimentos y las diversas ventajas que se pueden derivar en términos económicos (fuerte impacto local, reducción de costos de producción de productos agrícolas y alimentos); socioeconómicos (mediante la generación de empleos, especialmente en áreas rurales); energéticos (aumento de la oferta de combustibles localmente disponibles) su realización en la Región es relativamente pequeña y muy reciente. Además, el continuado desarrollo tecnológico en este tema permite nuevas perspectivas que también hay que considerar (“Evaluación de las tecnologías energéticas disponibles y en desarrollo para la producción de energía y alimentos”, A. Curbelo).

La energía es reconocidamente el eslabón común que conecta y activa todos los elementos de la cadena productiva alimentaria y la biomasa representa en este contexto un vector privilegiado, con roles simultáneos y complementarios (“Energización y seguridad alimentaria”, G.Best).

Las posibilidades de valorizar la biomasa como combustible resultante de las actividades agrícolas de producción de alimentos y por el otro lado, la posible contribución al mejoramiento de los costos de producción de ambos bienes: biocombustibles y alimentos, son más que atractivos como se demuestra en el estudio realizado por la FAO sobre la generación de energía (eléctrica y térmica) a partir de bagazo y leña en los ingenios azucareros (“Aspectos técnicos, económicos y ambientales en la producción combinada de energía y azúcar en Nicaragua”, R. van den Broek) y justifica particular atención en cuando a los aspectos normativos y regulatorios (“Evaluación preliminar del caso de Guatemala sobre la cogeneración eléctrica”, C.Avalos) y por sus posibilidades de extensión a otros contextos (“La industria azucarera como productora de energía y alimentos en Cuba”, A. Valdéz D.).

En otros contextos, la biomasa es el principal combustible utilizado por la industria alimentaria y la racionalización de su producción y condiciones de empleo, asimismo como su integración con el proceso, representa interesantes oportunidades de incremento de productividad y reducción de la contaminación (“El uso de leña en la industria de la yerba mate y té en la República Argentina”, J.A.Posluszny, “Biomasa para producción de energía y alimentos en Cuba”, R.Padrón y A.Curbelo y “Aprovechamiento de desechos agropecuarios para la producción de energía”, D.Alkalay). En algunos casos los aspectos energéticos no son inmediatamente evidentes, pero las ganancias son significativas al encadenarse el procesamiento de subproductos con las necesidades de producción (“Sistema de reciclaje a partir de desperdicios procesados para la alimentación de cerdos en su etapa de crecimiento y ceba”, C.M.Mederos).

El análisis histórico de los precios internacionales de las materias primas agrícolas y forestales producidas en la Región son decrecientes, poniéndose en evidencia que la Región, si bien cada vez produce más, recibe menos divisas como resultado de dicho deterioro, en cambio los precios internacionales de la energía son crecientes en términos relativos. Por lo tanto, para mitigar o hacer más rentables dichas actividades, dada la inmensa cantidad de biomasa disponible de las múltiples actividades agrícolas y agroindustriales de la Región, es necesario promover donde sea posible, la producción y utilización de dicha biomasa para la producción de biocombustibles (primarios y/o secundarios según los casos) para su utilización en la generación de energía para abastecer las necesidades crecientes de energía que tiene la Región como resultado de su mayor actividad industrial (“Visión regional de la biomasa para producción de energía y alimentos”, M.Trossero).

Los cambios que se están realizando en las políticas energéticas de la mayoría de los países de la Región, permiten la participación creciente del sector privado en la producción transporte y distribución de la energía eléctrica, así como también promueven la utilización creciente de fuentes renovables de energía, imponiendo una especial atención hacia el adecuado aprovechamiento de la biomasa (“Políticas de privatización en el sector energía y su impacto sobre las fuentes alternas de energía y las posibilidades de desarrollo de éstas en el nuevo marco legal e institucional”, C.Avalos, “Situación de la biomasa en el nuevo marco regulatorio energético del Uruguay”, G.Almeida, “Programa de electrificación rural en el Cono Sur de América Latina”, E.Sotelino y “Estrategia para el desarrollo energético del medio rural”, I.Loureiro Filho). A esto se debe sumar una creciente movilización de fondos internacionales para promover el uso de dichos recursos renovables de energía entre los cuales ocupa un lugar muy especial la bioenergía.

Según los datos de OLADE y de la FAO, la biomasa actualmente responde por más del 18% de la demanda energética y equivale al 65% de la producción forestal en América Latina y Caribe. El progresivo mejoramiento de la calidad de los datos de disponibilidad y demanda de biomasa en la Región, asociada a la concepción de sistemas de información ágiles y confiables sobre este tipo de energía, es un factor esencial para la adecuada toma de decisiones en este campo (“Biomasa para la producción de energía y alimentos en América Latina y el Caribe”, L. A.Horta Nogueira y “La biomasa en América Latina”, A.Lorena León).

Debido a la evolución del escenario energético, donde los mercados son cada vez mas competitivos como resultado de la globalización de la economía de la Región y debido a una creciente atención a las cuestiones ambientales derivados especialmente de la emisión de CO2 por el uso de combustibles fósiles. la utilización de la biomasa resultante de las actividades de producción de alimentos, de las industrias forestales y de las plantaciones forestales para fines energéticos de suplemento, como en el caso estudiado en Nicaragua, parece tener un excelente futuro en la Región para satisfacer las necesidades crecientes de energía en los diferentes sectores de la economía.

A título de recomendaciones, en los siguientes párrafos se resumen los puntos más sobresalientes discutidos durante la reunión.

3.2 RECOMENDACIONES

3.2.1 Generales

3.2.2 Específicas


Página precedente Inicěo de página Página siguiente