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Criterios e indicadores para el desarrollo sustentable del sector forestal

Como se señalara en el capítulo 9 Proyectos forestales de fijación de carbono, el manejo adecuado del bosque nativo descripto anteriormente, se halla sistematizado en los criterios e indicadores del Proceso de Montreal. Este Proceso se prevé que tenga un importante rol en el manejo de los recursos forestales hacia el futuro, por lo cual se lo detalla en este estudio. Para la realización de este capítulo se tomó como base el trabajo realizado por el Licenciado Hugo Zucchini.

Para la sostenibilidad de la producción que vaya a elaborar la industria sobre la base del bosque nativo y del implantado y para posibilitar su comercialización internacional u ofrecimiento para la absorción de carbono, debe tenerse presente el cumplimiento de los criterios e indicadores incluidos en el Proceso de Montreal.

Estos son muy abarcativos e incluyen en su detalle varios de los capítulos que ya fueron incluidos en el estudio. En este punto se centra la atención sobre este aspecto y se destaca su importancia, volcada, en parte, en la necesidad de certificar bosques y producciones con normas de aceptación generalizada. Esto no sólo va a ser necesario para perpetuar el aprovechamiento de los bosques, sino también para viabilizar la comercialización, si la misma comienza a volverse restrictiva sobre la base de estos límites.

7.1 Situación de la Argentina frente a los criterios del Proceso de Montreal

Argentina se sumó a los criterios del Proceso de Montreal al suscribir la Declaración de Santiago, en agosto de 1995. Los criterios del Proceso de Montreal constituyen una guía orientadora de la política forestal argentina, siendo los indicadores herramientas que, a través de su monitoreo periódico, permitirán verificar la calidad de las políticas nacionales y provinciales orientando las medidas correctivas correspondientes. Los criterios e indicadores constituyen una herramienta de educación y toma de conciencia para avanzar hacia el manejo sustentable de los ecosistemas boscosos.

Debido a la heterogeneidad de los ecosistemas forestales argentinos y a su extensión, no existe para todos los casos información en el ámbito nacional y muchas veces los datos regionales no son extrapolables. A continuación se realizará un resumen del PRIMER REPORTE ARGENTINO PARA EL PROCESO DE MONTREAL, publicado en MAYO 2002, a cargo del Grupo de Trabajo compuesto por la SAyDS, la SAGPyA, el INTA y A.P.N

Los Criterios & Indicadores son de carácter general aplicables a todos los tipos de bosques en cualquier parte del mundo. Los Criterios constituyen las declaraciones de finalidad que el buen manejo espera lograr en los aspectos ambiental, económico y social. Un Criterio se operacionaliza en el terreno a través de Indicadores que dan cuenta del estado de la situación local.

7.2 Criterio 1: conservación de la diversidad biológica

El Convenio sobre Diversidad Biológica ratificado por Argentina a través de la Ley N° 24.375 propende a la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Insta a las Partes, a integrar el examen de la conservación y la utilización sostenible de los recursos biológicos en los procesos nacionales de adopción de decisiones y, entre otros puntos, adoptar medidas relativas a la utilización de los recursos biológicos para evitar o reducir al mínimo los efectos adversos para la biodiversidad. Sobre la base de lo establecido por el Convenio se elaboró la Estrategia Nacional de Biodiversidad (ENB), que está en proceso de ratificación en el Congreso Nacional y que en lo concerniente a los bosques nativos, plantea como lineamientos estratégicos:

Crear un mercado que capture los servicios ambientales esenciales que ellos prestan.

Mejorar la base legal, institucional y de control de los bosques nativos fortaleciendo las capacidades de los organismos responsables en el ámbito nacional y provincial.

Aumentar la información de base realizando inventarios actualizados de las masas forestales nativas y estableciendo un sistema de monitoreo para conocer su estado.

Desarrollar experiencias piloto de manejo sostenible de bosques nativos

Restaurar ecosistemas forestales degradados implementando proyectos modelo de restauración en los principales tipos de bosque.

Indicador 1.1.a Superficie por tipo forestal con relación a la superficie total de bosques

Apoyados en los datos de distintas fuentes a principio de siglo habrían existido aproximadamente 100.000.000 ha cubiertas por bosque en el país. Para 1956 esta superficie se redujo a la mitad y los resultados preliminares del Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos, obtenidos por la Dirección de Bosques, arrojan un valor para el año 2002 de 30.613.154 ha de tierras forestales.

Estos resultados se obtuvieron unos meses antes de finalizada la cartografía y superficie del Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos. Particularmente en la Región del Parque Chaqueño (la de mayor extensión), la superficie fue calculada con imágenes del satélite argentino SAC-C año 2001.

Para resultados definitivos (al año 1998) remitirse al Capítulo referido a Inventario Forestal Nacional, incluido en la página 50.

Indicador 1.1.b. Superficie por tipo forestal y por clase de edad o etapa de sucesión

Actualmente no se cuenta con información en el ámbito nacional para todos los tipos forestales que permita elaborar este indicador. Podrá ser desarrollado para los Bosques Andino-Patagónicos cuando finalice el Inventario Nacional. Adicionalmente, los bosques subtropicales suelen presentar estructuras discetáneas, lo cual dificultaría su caracterización por clases de edad. Para el caso de plantaciones forestales se cuenta con información para algunas provincias.

Indicador 1.1.c Superficie por tipo forestal en las categorías de áreas protegidas definidas por UICN u otro sistema de clasificación

Considerando la totalidad de las eco-regiones, Argentina posee 15.883.354 ha bajo áreas protegidas, lo que equivale al 5,69 % de la superficie total del país. En las eco-regiones forestales existen 7 Reservas Naturales Estrictas, 16 Parques Nacionales, 9 Parques Nacionales con Reservas Nacionales, 15 Parques Provinciales y otros de carácter Municipal, 15 Refugios Privados de Vida Silvestre, 12 Áreas de Paisaje Protegido, 2 Reservas de Biosfera y 105 Reservas de distintos tipos (de uso múltiple, de flora y fauna, cultural natural, de caza, de vida silvestre, ecológica, forestal, hídrica e ícticas).

Indicador 1.1.d Superficie por tipo forestal en áreas protegidas, de acuerdo a las clases de edad o etapas de sucesión

Los datos de este indicador serán obtenidos de la misma manera que en el Indicador 1.1.b.

Indicador 1.1.e Fragmentación de los tipos forestales

No existe información acerca de la fragmentación de bosques en el ámbito nacional. Sobre la base del sistema de monitoreo que se está implementando a partir del Inventario Forestal de Bosques Nativos se detectaron áreas de alto dinamismo en las cuales se realizarán estudios detallados de la estructura del paisaje y la fragmentación de los bosques. Por su parte, la Dirección de Bosques de la SAyDS, ha iniciado las labores en el pedemonte de la alta cuenca del Río Bermejo, correspondiente a la zona de transición entre el tipo forestal Parque Chaqueño y Yungas, previendo tener los primeros resultados para fin del 2002, consistentes en grupos de índices de paisajes para los últimos cinco años. Se pretende de esta manera generar una metodología extrapolable a los Bosques Nativos del resto del país.

Indicador 1.2.a Número de especies dependientes del bosque

No se cuenta con información detallada, para todas las clases, acerca de la dependencia del bosque. La información actualmente disponible es la extraída del Proyecto base para el Informe Nacional de Biodiversidad, de 1994, elaborado por el Museo de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.

Indicador 1.2.b Estado de conservación (amenazada, rara, vulnerable, en peligro o extinta) de especies dependientes del bosque, en riesgo de no mantener poblaciones reproductivamente viables, de acuerdo a lo determinado por la legislación o la evaluación científica

La información disponible en el ámbito nacional corresponde al registro de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), a cargo de la Dirección de Fauna y Flora Silvestre perteneciente a la SAyDS.

Indicador 1.3.a Número de especies dependientes del bosque que ocupan una pequeña parte de su rango de distribución original

No se cuenta en la actualidad con información en el ámbito nacional, solo con casos particulares.

Indicador 1.3.b Niveles de población de especies representativas de diversos hábitat, medidos periódica y sistemáticamente a través de su rango de distribución

No se cuenta en la actualidad con información al respecto.

7.3 Criterio 2: mantenimiento de la capacidad productiva de los ecosistemas forestales

El mantenimiento de la capacidad productiva de los bosques nativos depende de la existencia de ejemplares sanos y en crecimiento activo, luego de cualquier tipo de disturbio, como la extracción; y de la existencia de regeneración. Aunque no existen suficientes datos provenientes de mediciones sistemáticas, es posible que la productividad de ciertas áreas boscosas esté disminuyendo debido a la extracción selectiva que predomina en ellos y que elimina generalmente, los ejemplares más productivos. Menos se sabe aún del otro proceso involucrado en la capacidad productiva de los bosques, como la regeneración. Es posible sin embargo, que la presencia de ganado en muchas de las formaciones boscosas del país esté impactando negativamente sobre la regeneración. A pesar de esto, la alta capacidad productiva de los suelos, acompañada de la gran variedad de climas, permite el cultivo de numerosas especies forestales exóticas de rápido crecimiento. Las mismas demostraron aumentos en sus rendimientos volumétricos respecto de sus lugares de origen.

Indicador 2.a Superficie de tierras forestales y superficie neta de tierras forestales aptas para producción

La superficie de tierras forestales aptas para producción es de 28.223.110 ha, que es el resultado de restar a la superficie de tierras forestales (bosque nativo más implantado), la superficie de tierras forestales dentro de áreas protegidas de carácter estricto. Si se considera la superficie con aptitud productiva, es decir aquella en la que se puede establecer una plantación, Argentina posee 16.679.900 hectáreas de suelos con aptitud adecuada.

Indicador 2.b Volumen total de especies de árboles comerciales y no comerciales en terrenos forestales disponibles para la producción de madera

Esta información estará disponible en el ámbito nacional cuando finalice el Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos. Se cuenta en la actualidad con datos puntuales en aquellas provincias que han podido realizar sus inventarios.

Indicador 2.c Superficie y crecimiento acumulado de plantaciones de especies nativas y exóticas

Según el Inventario Nacional de Plantaciones Forestales realizado por el Proyecto Forestal de Desarrollo de la SAGPyA, los volúmenes de madera en pie del país se estimaron para 494.899 hectáreas de plantaciones jóvenes y maduras incluidas en la cartografía. Las plantaciones cuya superficie fuera menor a 5 ha, o realizada en formas de cortina o recién implantadas, no fueron tenidas en cuenta. De la superficie cultivada el 50% corresponde a latifoliadas (30% Eucalyptus ssp., el 16% Populus ssp. y Salix ssp. y el 4% restante de especies varias), y el otro 50% a coníferas (principalmente Pinus ssp). El 80% de las plantaciones forestales se concentra en la Mesopotamia (provincias de Misiones, Corrientes y parte de Entre Ríos), en la provincia de Buenos Aires y en el Delta bonaerense-entrerriano del río Paraná. El volumen en pie sin corteza hasta 10 centímetros de diámetro en punta fina fue de aproximadamente 94,3 millones de metros cúbicos. También se calculó el volumen total y los volúmenes comerciales (con y sin corteza) con una punta fina de 15 y 20 cm de diámetro.

Indicador 2.d Extracción anual de productos madereros en comparación al volumen determinado como sustentable

En la actualidad no se posee información en el ámbito nacional sobre los volúmenes de extracción considerados sustentables. A partir del monitoreo del Inventario Nacional, se tendrá información relacionada con el crecimiento de las masas forestales y por comparación con las tasas de extracción se podrá comenzar a definir los volúmenes sustentables.

Indicador 2.e Extracción anual de productos forestales no madereros (por ejemplo animales pelíferos, frutos, hongos, caza), en comparación con el nivel determinado como sustentable

En este caso no se cuenta con información en el ámbito nacional. Sin embargo, existen casos puntuales para algunos productos de gran valor comercial para las comunidades que dependen del bosque, como es el caso del Loro Hablador (Amazonia aestiva) del cual se conocen los niveles de sostenibilidad de sus poblaciones. Por la importancia que tiene, el estudio realizado por la Dirección de Fauna sobre este recurso no maderero, fue incluido en el capítulo 6.2.7.2 de página 108.

7.4 Criterio 3: mantenimiento de la sanidad y vitalidad de los ecosistemas forestales

El hombre causa múltiples efectos sobre los ecosistemas forestales, generando pérdida de diversidad, alteraciones del suelo, pérdidas de productividad o polución del aire, entre otros. El monitoreo de la sanidad y vitalidad del bosque constituye una herramienta que permite implementar medidas preventivas o de control tendientes a minimizar los riesgos de degradación de los ecosistemas forestales. No se conoce el nivel de variación natural de las principales perturbaciones a que se refiere el presente criterio. Tampoco se cuenta con series de tiempo lo suficientemente largas como para realizar un tratamiento estadístico de la información. Sin embargo existe alguna información temporal que permite analizar las tendencias de algunas de las perturbaciones que se incluyen en indicador 3.a.

Indicador 3.a Superficie y porcentaje de bosques afectados por procesos o agentes más allá del rango de variación histórica, por ejemplo por insectos, enfermedades, competencia de especies exóticas, incendios, tormentas, despeje de tierras, inundación permanente, salinización y animales domésticos.

Incendios: En 1988 el IFONA inició la estadística de incendios en bosques nativos, plantaciones, montes y pastizales. Luego de su disolución en 1991 continuaron la tarea la SAyDS y la SAGPyA, esta última solo hasta 1997. A partir de 1993 se incorporó al Programa de Estadística Forestal la información referida a incendios forestales. Si bien durante los dos primeros años el nivel de respuesta de los informantes fue escaso y variable con relación a las características solicitadas, a partir de 1996 coincidiendo con la creación del Plan Nacional de Manejo de Fuego se conformó una red de informantes de incendios forestales integrada por diferentes organismos que mostraron un gran compromiso con el sistema. Consecuentemente mejoró la cantidad y calidad de los datos, lográndose ampliar la cobertura de las áreas monitoreadas. La actual se refiere a cantidad de incendios desagregada por tipo de causa (negligencia, intencionalidad, natural y desconocida) y superficie afectada en hectáreas desagregada por mes, departamento, provincia y tipo de vegetación (bosque nativo, bosque cultivado, arbustal y pastizal). En la actualidad, el Programa de Estadística Forestal, conjuntamente con el Plan Nacional de Manejo del Fuego están elaborando un nuevo sistema de captación de datos donde será posible conocer la superficie afectada por incendio.

Usos de la tierra: La mayor tasa de deforestación ocurrió en las primeras décadas de este siglo y se debió a la habilitación de tierras para la ganadería o agricultura. Existe información adicional que indicaría que éste proceso, ha continuado aunque a un ritmo mucho menor. No todo incremento en el área labrada puede ser asignado a la deforestación ocurrida en el período analizado (1960-1988). En algunos casos se instalaron cultivos en áreas de pastizales naturales. Por otro lado, en regiones donde la vegetación original era boscosa, es también posible que se haya deforestado anteriormente para instalar cría o engorde de ganado y el área labrada se refiera a un cambio de uso ganadero hacia uso agrícola.

Ocurrencia e impacto de biota exótica: en el ámbito nacional no existe un registro de las especies exóticas que causan daños sobre el bosque. Se conoce sobre la base de investigaciones puntuales, algunos efectos de especies exóticas silvestres o domésticas sobre la regeneración de los bosques o alteración de ciclos biogeoquímicos.

Indicador 3.b Superficie y porcentaje de terrenos forestales sujetos a niveles de contaminantes específicos del aire (por ejemplo sulfatos, nitratos, ozono) o radiación ultravioleta B que pueda causar impactos negativos en el ecosistema forestal

No se cuenta en la actualidad con un cálculo de superficie preciso, sin embargo se está investigando el problema de la radiación ultravioleta B en los Bosques Andino-Patagónicos. No se dispone de información sobre la existencia de otros problemas de contaminantes dentro en los bosques de Argentina. Ello se puede deber a que los centros industriales y urbanos están alejados de las grandes extensiones de tierras forestales.

Indicador 3.c Superficie y porcentaje de terrenos forestales con componentes biológicos menoscabados, lo que indica cambios en procesos ecológicos fundamentales (por ejemplo reciclaje de los nutrientes del suelo, dispersión de semillas, polinización) y/o en la continuidad de procesos ecológicos (medición periódica y sistemática de especies funcionalmente importantes tales como hongos, epífitas de árboles, nemátodos, coleópteros, avispas, etc.)

No se cuenta en la actualidad con información en el ámbito nacional.

7.5 Criterio 4: conservación y mantenimiento de los recursos suelo y agua

El agua y el suelo son componentes esenciales de los ecosistemas forestales ya que sustentan el funcionamiento y la capacidad productiva de los mismos, así como la vida en la corteza terrestre. Los bosques cumplen una función esencial en la conservación de estos recursos, protegiendo a los suelos de la erosión, reciclando nutrientes y regulando las cuencas hidrográficas.

Indicador 4.a Superficie y porcentaje de terrenos forestales con erosión significativa del suelo

No se cuenta con información en el ámbito nacional. Se está trabajando en el Parque Chaqueño con relación al problema ocasionado por la conversión de tierras forestales a otros usos.

Indicador 4.b Superficie y porcentaje de tierras forestales manejadas primariamente con funciones de protección.

Las áreas manejadas con funciones de protección se corresponden con las áreas protegidas. Si bien las provincias consideran la categoría de bosque protector en las cabeceras de cuencas y en áreas de pendiente importante, no se conoce la superficie asignada a esta función. La Ley Nº 13.273 de Defensa de la Riqueza Forestal, dicta la importancia de declarar bosques protectores a aquellos que por su ubicación sirvieran para:

• proteger el suelo, caminos, las costas marítimas, riberas fluviales y orillas de lagos, lagunas, islas, canales, acequias y embalses y prevenir la erosión de las planicies y terrenos en declive;

• proteger y regularizar el régimen de las aguas;

• fijar médanos y dunas;

• asegurar condiciones de salubridad pública;

• defensa contra la acción de vientos, aludes e inundaciones;

• albergue y protección de especies de la flora y fauna cuya existencia se declare necesaria.

Cada provincia adhirió a la ley nacional respetando su geografía. Sin embargo, no ha constituido una prioridad la cuantificación de estas superficies, por la dificultad de su medición. Recientemente varias provincias se han equipado de tal manera de poder procesar imágenes satelitales y fotos aéreas con tecnología moderna. Es de esperar que algunas de ellas dispongan de información en el futuro.

Indicador 4.c Porcentaje de kilómetros de cursos de aguas en cuencas forestadas, en los cuales el caudal y la periodicidad del flujo se ha desviado significativamente del rango histórico de variación

Se cuenta con información relacionada con los kilómetros de cursos de agua dentro de tierras forestales obtenidos a partir de sistemas de información geográfica, sin embargo no se conocen los rangos históricos de variación.

Indicador 4.d Superficie y porcentaje de terrenos forestales con disminución significativa de la materia orgánica del suelo y/o cambios en otras propiedades químicas del suelo

No existe información para este indicador en el ámbito nacional. Existen numerosos trabajos de investigación que describen cambios en la materia orgánica y fertilidad de los suelos con relación al manejo forestal, en algunos ecosistemas del país.

Indicador 4.e Superficie y porcentaje de terrenos forestales con una compactación o cambio significativo de las propiedades físicas del suelo a causa de actividades humanas

El tema de compactación de suelos en tierras forestales se ha comenzado a investigar a mediados de la década del 90. No se cuenta en la actualidad con información en el ámbito nacional. Se ha generado información para algunos bosques de la Selva Tucumano-Boliviana, Selva Misionera y el Bosque Andino-Patagónico.

Indicador 4.f Porcentaje de cuerpos o cursos de agua en áreas forestales (kilómetros de ríos, hectáreas de lagos) con una variación significativa de su diversidad biológica respecto del rango histórico de variabilidad

No se cuenta con información en el ámbito nacional en este tema.

Indicador 4.g Porcentaje de masas o cursos de agua en áreas forestales (kilómetros de ríos, hectáreas de lagos) con una variación significativa respecto del rango histórico de variabilidad del pH, oxígeno disuelto, contenido de sales (conductividad eléctrica), sedimentación o cambio de temperatura

No se cuenta con información en el ámbito nacional. Se ha estudiado este aspecto en numerosos cuerpos de agua, pero aún las series de tiempo son heterogéneas.

Indicador 4.h. Superficie y porcentaje de terrenos forestales que están experimentando una acumulación de sustancias tóxicas persistentes

No se cuenta con información en el ámbito nacional, pero considerando que las tierras forestales se encuentran distantes de los centros industriales y urbanos, la posibilidad que se estén acumulando sustancias tóxicas persistentes se supone mínima. Sin embargo es necesario evaluar este aspecto, principalmente considerando los desechos de los obrajes de aprovechamiento forestal.

7.6 Criterio 5: mantenimiento de la contribución del bosque al ciclo global del carbono

La actividad humana puede alterar el balance del carbono almacenado en los suelos y la biomasa forestal a través de la conversión de bosques en tierras agrícolas o ganaderas, el uso de los bosques para la obtención de maderas o derivados, la forestación y la reforestación, el abandono de las tierras agrícolas que revierten a masas forestales y las prácticas agrícolas que afectan el uso del suelo. Los bosques naturales e implantados son una importante fuente de captura de CO2, aunque en determinados casos pueden ser fuentes de emisión, al menos durante cierto período de tiempo.

Indicador 5.a Biomasa total de los ecosistemas forestales y acumulación de carbono, si es pertinente, por tipo forestal, clase de edad y etapa de sucesión

Una vez finalizado el Inventario Nacional de Bosques Nativos se va a contar con una estimación respecto a la biomasa de los ecosistemas forestales. Con investigación detallada que determine las tasas de acumulación de carbono se podrá contar con la información necesaria para el desarrollo de este indicador en el ámbito nacional. Se cuenta con información de detalle para ecosistemas forestales de la Patagonia, para los cuales se ha estudiado la acumulación de C en plantaciones de “pino poderosa” (Pinus ponderosa), bosques de “lenga” (Nothofagus pumilio) y “ciprés de la cordillera” (Austrocedrus chilensis).

Indicador 5.b Contribución de los ecosistemas forestales al balance global total de carbono, incluyendo absorción y emisión de carbono

En 1997 se elaboró el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (SAyDS 1999), allí se tuvieron en cuenta las fuentes y sumideros de carbono derivados de la conversión agrícola y el aprovechamiento del bosque nativo, así como el establecimiento y manejo de plantaciones forestales de especies de crecimiento rápido en áreas desmontadas y en ambientes de pastizal; también se consideraron los procesos naturales que tienden a la regeneración de bosques, tales como la sucesión natural en tierras desmontadas, cultivadas y abandonadas. Para determinar el comportamiento como fuente o sumidero de la superficie forestal, se consideraron los cambios de superficie y existencias por cosechas, considerando también el destino de la madera indicado en las estadísticas. Como fuente de datos se utilizó la información nacional y en los casos en los que no hubiera información disponible, se emplearon los coeficientes por defecto de los manuales del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático).

La información original carece de mediciones o presenta estimaciones incompletas de las variables relevantes. Para diversas áreas de bosques nativos no se cuenta con estimaciones adecuadas de las superficies anuales de desmonte. No existen estimaciones de mediciones de existencias totales y comerciales ciertas, ni volúmenes o masas de productos por unidad de área por tipo forestal, tampoco hay mediciones sobre tasas de crecimiento, fracciones quemadas in situ o tasas de descomposición. En ciertos casos faltan precisiones sobre el consumo de leña de la población rural, que no circula comercialmente.

Indicador 5.c Contribución de los productos forestales al balance global de carbono

No se cuenta con información en el ámbito nacional, pero por la estructura que posee nuestro sistema industrial, la mayor parte de la producción proveniente de los bosques cultivados contribuiría positivamente al balance global debido a que los volúmenes de productos obtenidos muestran un equilibrio entre productos de larga duración (rollizos para industria de transformación mecánica) y corta duración (pasta y papel). No ocurre lo mismo con los productos obtenidos del bosque nativo ya que los principales productos obtenidos son, leña, carbón, de corta duración y en menor escala producción de rollizos para aserrado y mueblería que serían de larga duración.

7.7 Criterio 6: mantenimiento y mejoramiento de los múltiples beneficios socioeconómicos de largo plazo para cubrir las necesidades de las sociedades.

La cuantificación de cada uno de los beneficios que brindan los bosques a la sociedad a través de sus bienes y servicios constituye una herramienta que permite identificar políticas económicas ambientales que deben implementarse para satisfacer las necesidades de la sociedad, presentes y futuras. Muchos bienes son fácilmente medibles en especial los relacionados con la producción de madera, carbón y otros productos no madereros. Sin embargo es más difícil la estimación de los servicios que producen los bosques a través de sus funciones ecológicas y culturales.

Indicador 6.1.a Valor y volumen de la producción de madera y productos de la madera, incluyendo el valor agregado a través del procesamiento secundario.

La producción de madera surge de las encuestas anuales que realizan en forma coordinada la SAyDS con competencia en bosques nativos y la SAGPyA con competencia en bosques de cultivo, a las distintas Direcciones Provinciales de Bosques. La información que resulta de dichas encuestas está referida a rollizos, leña, postes, carbón, durmientes y otros productos (varillas, varas, estacas, etc.) y que se obtiene a través de la contabilización de las guías forestales extendidas como permiso de corta. La Ley 25.080 (Art. 6°, ítem “c”) desalienta el uso de guías forestales cuando se trate de madera proveniente de bosques de cultivo, no obstante la información se recaba en forma indirecta generalmente utilizando la encuesta industrial. La extracción de especies cultivadas es significativamente mayor que la de especies nativas y ha ido aumentando su importancia relativa en los últimos 20 años.

Indicador 6.1.b Valor y cantidad de producción de productos forestales no madereros.

La estadística de PFNM referida a productos derivados de la flora elaborada por la DRFN, tiene como fuente de información las Direcciones Provinciales de Bosques y empresas privadas. Debido a que la mayoría de estos productos es comercializado a través de mercados no convencionales y recolectados en forma artesanal, no incluyen la totalidad de productos no madereros. Las aromáticas, así como las aceites esenciales utilizadas en la industria de cosméticos, constituyen un ejemplo de productos que no son registrados por las estadísticas oficiales. Se consideraron además los PFNM referidos a fauna, que provienen de la contabilización de los permisos de exportación emitidos por la DFFS de la SAyDS correspondientes a especies incluidas en CITES. Un detalle de lo exportado actualmente de este tipo de recursos, fue incluido en el capítulo 8.5 de página 155.

Indicador 6.1.c Abastecimiento y consumo de madera y productos de la madera, incluyendo consumo por habitante.

Según el Censo del año 2001, en Argentina hay un total de 36,03 millones de habitantes, con un consumo aparente total de 6.603.280 metros cúbicos lo que significa, un consumo per capita de 0,183 m3 de rollizos. A partir de la información disponible también es posible calcular un coeficiente de autoabastecimiento, que proporciona información sobre que porcentaje del Consumo aparente está cubierto por la producción nacional.

Indicador 6.1.d Valor de la producción de madera y no madereros como porcentaje del Producto Bruto Nacional

El sector forestal, considerando silvicultura, productos de madera, muebles, papel y cartón representa el 1,6% del PBI de nuestro país.

Indicador 6.1.e Grado de reciclaje de productos forestales

Para el desarrollo de este indicador se consideró el reciclaje de papel y otras fibras de origen vegetal, y el aprovechamiento de los residuos de la madera. Se consideraron papeles viejos o en desuso de preconsumo y de posconsumo (diarios, revistas, cartón y otros) y residuos de aserraderos (costaneros, aserrín y despunte) y astillas.

Indicador 6.1.f Abastecimiento y consumo/uso de productos no madereros

Los registros de producción de productos forestales no madereros son parciales, debido a que no existe un sistema de información conformado, además muchos productos forestales no madereros caen en las economías informales, en zonas rurales del país, y por consiguiente no se registran en las estadísticas nacionales. Por este motivo el consumo aparente y el coeficiente de autoabastecimiento no son representativos y responden solo a los productos forestales no madereros de origen vegetal. El coeficiente de autoabastecimiento, respetando el procedimiento de cálculo realizado en el indicador 6.1.c, fue igual a 68 para el año 2000, encontrándose el país en un nivel muy deficitario. El consumo aparente fue de 19.720 tn para el mismo año.

Indicador 6.2.a Superficie y porcentaje de terrenos forestales manejados para recreación general y turismo, con relación a la superficie total de terrenos forestales

Se cuenta con información de superficie manejada para recreación y turismo en el ámbito nacional, la cual se encuentra dentro de los Parques Nacionales, Provinciales y Reservas de Usos Múltiple. Para el año 2001 esta superficie correspondió a 3.094.971 ha, equivalente al 9,7 % de las tierras forestales. La superficie manejada para usos recreativos en tierras forestales privadas constituye una proporción muy pequeña y no se cuenta con datos precisos al respecto.

Indicador 6.2.b Número y tipo de instalaciones disponibles para recreación general y turismo, con relación a la población y superficie de bosques

No se cuenta en la actualidad con un registro detallado del número y tipo de instalaciones dentro de las áreas protegidas. Se cuenta únicamente con información que señala a grandes rasgos los tipos de instalaciones en áreas protegidas nacionales.

Indicador 6.2.c Número de visitantes-día atribuidos a la recreación y turismo, con relación a la población y superficie de bosques.

La información disponible en el ámbito nacional proviene de la Base de Datos de Áreas Protegidas de la Argentina, que lleva adelante la Administración de Parques Nacionales. Para el año 2001 el número de visitantes fue de 1.555.201.

Indicador 6.3.a Valor de las inversiones, incluyendo inversiones en bosques en crecimiento, sanidad y manejo de bosques, bosques plantados, procesamiento de madera, recreación y turismo

De la información suministrada por el Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Economía, la inversión registrada en emprendimientos privados del subsector forestoindustrial asciende a 4.631,4 millones de dólares en el período 1990-2001, estimándose que la inversión de origen extranjera es cercana al 90 % del total de las mismas.

La inversión en forestación para el período 1992-2000 fue de 533,5 millones de dólares; considerando que de ese total un 10,7% se orientó a la habilitación de tierras, el 20,8% exclusivamente a la compra de predios para la forestación y el 68,5% a la plantación e infraestructura. De los 533,5 millones, la inversión del Estado Nacional en el período 1992-2000 fue de 142 millones de dólares a través de aportes no reintegrables del Régimen de Promoción para Plantaciones Forestales instrumentado por la DF de la SAGPyA. La promoción a la forestación benefició a 12.301 productores pequeños, medianos y grandes. Se forestaron 347.769 ha con especies de rápido crecimiento y, se fomentó el manejo de las plantaciones con beneficios no reintegrables para podar 91.706 ha y ralear 46.156 ha.

Indicador 6.3.b Nivel de gasto en investigación y desarrollo y en educación

A pesar de que la información se encuentra sumamente dispersa, se estima, que el gasto en educación en el sector forestal en el ámbito nacional se produce en las Universidades Nacionales dependientes del Estado Nacional que brindan educación gratuita. Existen también tecnicaturas de nivel terciario. La investigación en el sector surge principalmente desde entidades estatales entre las cuales se pueden citar Universidades, INTA, Administración de Parques Nacionales y CONICET. Existen también Organizaciones No Gubernamentales que dedican parte de su presupuesto a la investigación, pero no se cuenta con información detallada al respecto. Los fondos destinados a la investigación surgen de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación, de partidas presupuestarias específicas de las Universidades, de subsidios de entidades nacionales y del exterior, del propio CONICET, y en algunos casos de presupuestos provinciales. Los fondos provienen del estado nacional, a partir del tesoro nacional o por medio de créditos del Banco Mundial No se cuenta con datos de inversión del sector privado en el área forestal.

Indicador 6.3.c Extensión y uso de tecnologías nuevas o mejoradas

La generación de nuevas tecnologías, es relativamente reciente en el país. Gran parte de la misma está dirigida a mejorar los niveles de productividad de las plantaciones forestales, a través del mejoramiento genético y la silvicultura. En bosques nativos en los últimos años se ha generado tecnología de manejo para las masas Andino-patagónicas, Parque Chaqueño y Selva Misionera y en menor medida para las Yungas. Existe tecnología generada para este último ecosistema relacionada con los sistemas agrosilvopastoriles. El sistema de extensión abarca en mayor o menor medida todos los ecosistemas forestales del país. Lo lleva a cabo el INTA y el Proyecto Forestal de Desarrollo (SAGPyA - BIRF).

Indicador 6.3.d Tasa de retorno de las inversiones

Para las plantaciones forestales la tasa interna de retorno se ubica en un rango de 9–15%, dependiendo de la zona del país y la aptitud forestal dentro de ella.

Indicador 6.4.a. Superficie y porcentaje de terrenos forestales manejados para proteger todo el rango de necesidades y valores culturales, sociales y espirituales, en relación con la superficie total de terrenos forestales

A partir de la reforma de la Constitución Nacional de 1994, que reconoce con fuerza los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades aborígenes de Argentina están tramitando sus títulos de propiedad de las tierras que habitan. En áreas administrativas como Parques Nacionales, el reconocimiento al derecho de los pueblos indígenas ha recibido especial atención en los últimos años, teniendo de esta manera un manejo integral de las áreas. Por otra parte, a partir de 1996, el gobierno nacional está impulsando el concepto de Bosque Modelo en el ámbito regional con el objeto de lograr la gestión integral de los recursos naturales, con fuerte base de participación social. A la fecha se cuenta con dos Bosques Modelos aceptados por la Red Internacional, cubriendo un área de 1.500.000 ha.

Indicador 6.4.b Valores del uso forestal no consumible

No se cuenta con información para desarrollar este indicador

Indicador 6.5.a Empleo directo e indirecto en el Sector Forestal y empleo en el Sector forestal como porcentaje del empleo total.

La estimación para el año base de la cantidad de puestos de trabajo generados por las actividades de viveros, silvicultura y extracción de madera se realizó a partir de coeficientes técnicos de mano de obra.

Indicador 6.5.c Viabilidad y adaptabilidad a condiciones económicas cambiantes, de las comunidades dependientes de los bosques, incluyendo comunidades indígenas

No se cuenta en la actualidad con información al respecto.

Indicador 6.5.d Superficie y porcentaje de terrenos forestales usados con propósitos de subsistencia

No se cuenta con información precisa al respecto, pero se entiende que una superficie considerable de la superficie correspondiente al tipo forestal Parque Chaqueño y Selvas Tucumano-Boliviana es utilizada con estos fines.

7.8 Criterio 7: marco legal, institucional y económico para la conservación y el manejo sustentable de bosques

La temática forestal ha adquirido rango constitucional a través del Art. 41 de la Constitución Nacional, conforme la reforma llevada a cabo en 1994. Se ingresa así en una nueva fase que deberá contemplar los aspectos productivos como ecológicos, conforme a las tendencias de nivel internacional en el campo del derecho ambiental. La competencia en materia de bosques se estructura de la siguiente manera: en los bosques ubicados en cualquier lugar del país, sean de propiedad privada de los habitantes o privada pública provincial o nacional, cualquier bosque que sea declarado por el Poder Ejecutivo Nacional, de interés nacional y sujeto a las normas de la ley 13.273, queda sometido a la competencia forestal de la Nación; en los bosques que estén ubicados en territorio sometido a la competencia provincial y no se hayan declarado de interés público nacional, sean de propiedad privada de los habitantes o privada o pública provincial, la competencia forestal sobre los mismos queda en cabeza de las provincias, las que, si se acogen al sistema que establece la ley 13.273, recibirán beneficios por parte de la Nación siempre que cumplan con las obligaciones que establece la misma ley a esos fines.

Las siguientes normas y leyes están directa o indirectamente relacionadas con los bosques y el ambiente en que ellos se desarrollan:

Indicador 7.1.a. Clarifican los derechos de propiedad, proporcionan arreglos apropiados de tenencia de la tierra, reconocen los derechos tradicionales y consuetudinarios de los pueblos indígenas y se proveen medios para resolver disputas de propiedad.

Acciones en defensa de la propiedad: Las leyes nacionales, las provinciales y las procesales (locales) aseguran acciones reales y personales en defensa del derecho real de dominio y del derecho de propiedad. El Código Penal tipifica los delitos contra la propiedad.

Derechos indígenas: Por el art. 75 inc.17 de la Constitución Nacional, corresponde al Congreso, reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten por medio de las leyes que al efecto se dicten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones. Por medio de la ley Nº 24.375 se aprobó el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Por medio de la ley Nº 24.544 se aprobó el Convenio Constitutivo del Fondo para el desarrollo de los Pueblos indígenas de América Latina y el Caribe suscripto durante la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. Por la ley Nº 25.517, todo emprendimiento científico que tenga por objeto a las comunidades aborígenes incluyendo su patrimonio histórico y cultural deberá contar con el expreso consentimiento de las comunidades interesadas.

Indicador 7.1.b Proveen revisiones periódicas de la planificación, evaluación y políticas relativas a los bosques, que tomen en consideración todo el rango de valores provenientes de estos, incluyendo la coordinación con otros sectores relevantes

Están contempladas en la legislación forestal nacional y provincial las revisiones periódicas, las evaluaciones consecuentes y la elaboración permanente y sistemática de las políticas nacionales relativas al sector.

Indicador 7.1.c Proveen oportunidades para la participación del público en la toma de decisiones públicas y en la generación de políticas relativas a los bosques, así como para el libre acceso del público a la información

Indicador 7.1.d Impulsa la aplicación de recomendaciones sobre las mejores prácticas para el manejo forestal

Al respecto la Ley Nº 25.080, “De Inversiones para Bosques Cultivados”, considera obligatoria la realización de Estudios de Impacto Ambiental y su monitoreo, para todo emprendimiento incentivado por el estado. Por otra parte las leyes provinciales de adhesión a la Ley Nº 13.273 de “Defensa de la Riqueza Forestal”, consideran en su reglamentación la ejecución de un plan de manejo y aprovechamiento, previo a la concesión de la superficie a aprovechar.

Indicador 7.1.e Hace posible el manejo de bosques para conservar valores especiales de carácter ambiental, cultural, social y/o científico

Esta materia está específicamente contemplada en la ley 13.273 cuando prevé la creación de bosques protectores y permanentes para la protección del ambiente y el capital cultural, social y/o científico. Asimismo se cuenta con una normativa establecida por la Ley Nº 22.351, “De Parques Nacionales”, que establece un ámbito de protección específico.

Indicador 7.2.a Proveer actividades de participación pública, programas de educación, creación de conciencia y extensión, así como la publicación de información relativa a los bosques.

La ley 13.273 contempla especialmente la elaboración de programas de educación, creación de conciencia y extensión, estando a cargo de las mismas sus órganos de aplicación dentro de los cuales se encuentra el Plan Nacional de Manejo del Fuego, con sus actividades de asistencia y extensión. A partir del 2001, la Dirección Nacional de Ambiente Humano, dependiente de la SAyDS, lanzó el programa “Jóvenes por el medio ambiente”, que busca incorporar a los jóvenes y sus organizaciones como actores protagónicos en el desarrollo de la comunidad a fin de construir un modelo de desarrollo sustentable, estimulando la participación.

Indicador 7.2.b Emprender y poner en práctica revisiones periódicas de la planificación, evaluaciones y políticas relativas a los bosques, incluyendo la planificación y la coordinación intersectorial

En la Argentina no existe una política forestal explícita que se exprese a través de un Plan Forestal Nacional. Las instituciones encargadas de orientar las actividades en el ámbito nacional, mediante medidas concretas como leyes, decretos y resoluciones son la SAyDS (a partir del 30/06/03 la SAyDS pasa a depender del Ministerio de Salud), la SAGPyA dependiente del Ministerio de Economía y la Administración de Parques Nacionales dependiente de la Secretaría de Turismo y Deportes. Por su parte, cada provincia desarrolla sus propias normas, o adhiere a las leyes nacionales y poseen organismos como las Direcciones de Bosques encargadas de implementar las medidas a ese nivel. No existe en el ámbito nacional un organismo de planificación, y la coordinación intersectorial se realiza generalmente a través del Ministerio de Economía o la Jefatura de Gabinete del gobierno nacional. Justamente, la conclusión principal de este estudio, que intenta analizar las tendencias y perspectivas para el sector forestal, es que resulta preciso para dirigir a las mismas desde la política sectorial, la elaboración de un plan forestal nacional.

Indicador 7.2.c Desarrollar y mantener la capacitación de los recursos humanos en las disciplinas que sean relevantes

Existen en el país cinco Facultades de Ciencias Forestales pertenecientes a las Universidades de La Plata, Santiago del Estero, Formosa, de La Patagonia y Misiones. Además, en los últimos años se han implementado estudios de posgrado, en algunos casos en conjunto con otros países.

Indicador 7.2.d Desarrollar y mantener una infraestructura física eficiente para facilitar el abastecimiento de productos y servicios forestales y para apoyar el manejo forestal

La red caminera nacional se desarrolló a través de Vialidad Nacional y todas las regiones forestales se encuentran en su mayoría adecuadamente comunicadas con los centros de consumo y abastecimiento. En la década pasada el mantenimiento de las rutas nacionales fue privatizado en parte. A su vez en cada provincia existen rutas provinciales cuyo mantenimiento corre por cuenta de las respectivas administraciones.

Indicador 7.2.e Aplicar las leyes, reglamentos e instrucciones

Las provincias son las responsables de hacer cumplir las normas relativas al manejo de bosques nativos a través de sus Direcciones de Bosques y de las Policías Provinciales. Los delitos relacionados con los bosques son derivados a la Justicia Provincial que es la que aplica las sanciones correspondientes. Las Direcciones Provinciales de Bosques se encargan de las infracciones menores. Existe la impresión que el grado de acatamiento a las leyes que condicionan el manejo forestal, en especial del bosque nativo, no es suficiente.

Indicador 7.3.a Políticas de inversión e impuestos y un ambiente de regulación que reconozca la naturaleza de largo plazo de las inversiones y que permita el flujo de capital hacia y desde el sector forestal en respuesta a señales de mercado, evaluaciones económicas en ausencia de precios de mercado y decisiones de política pública adoptadas con el fin de satisfacer demandas de largo plazo por productos y servicios forestales

El gobierno nacional lanzó en 1997 el Plan de Desarrollo Forestal, compuesto de un conjunto de medidas de política sectorial destinadas a dinamizar el sector, vinculadas al fortalecimiento de los servicios de apoyo (Proyecto Forestal de Desarrollo con el BIRF), inversión y promoción (relacionados con los fondos fiduciarios de inversión directa), creación de empleo (Programa Nacional de Forestación Intensiva) y de promoción y desregulación (Ley de la estabilidad fiscal y proyecto de ley de inversiones en bosques cultivados, que fue sancionada en 1998). Por otro lado la SAyDS también con apoyo del BIRF está implementando el Proyecto Bosques Nativos y Áreas Protegidas mediante el cual se mejora la base de información realizando el Primer Inventario Forestal Nacional de Bosques nativos, se fomenta la investigación y se revisa la legislación para adecuar el manejo de los bosques nativo a los modernos conceptos de sustentabilidad.

Indicador 7.3.b Políticas de comercio no discriminatorias para los productos forestales

No existe discriminación alguna en el comercio de productos forestales en nuestro país.

Indicador 7.4.a Disponibilidad y cantidad de datos actualizados, estadísticas y otra información importante para medir o describir los indicadores asociados con los criterios 1 al 7.

Por la naturaleza de los Indicadores del Proceso de Montreal, que apuntan a diferentes aspectos relacionados con la Conservación y el Manejo Sustentable de los Bosques; y que abordan la amplia gama de las funciones que cumplen éstos bosques, la disponibilidad de datos e información disponible varía mucho, dependiendo del Criterio que se trate y sus respectivos Indicadores. Se insiste que en la Argentina es preciso mejorar las estadísticas de algunos sectores, como el aserrío, como así también mantener actualizados los inventarios nacionales. En el año 2003 se está mucho mejor que antes, desde el punto de vista que estos han sido realizados, pero su no actualización puede hacer perder gran parte del trabajo realizado y de los recursos invertidos.

Indicador 7.4.b Amplitud, frecuencia y confiabilidad estadística de los inventarios forestales, mediciones y evaluaciones periódicas y sistemáticas y otra información relevante

A partir de Decreto N° 2248/91, las competencias forestales en nuestro país fueron divididas en dos organismos nacionales: la SAGPyA para los bosques cultivados y la SAyDS para los bosques nativos. En el año 1997 la Argentina recibió ayuda del Banco Mundial para la ejecución de sus primeros Inventarios Forestales Nacionales. Como fuera dicho, queda pendiente el desafío de la actualización.

Indicador 7.4.c Compatibilidad con otros países en la medición, en la evaluación periódica y sistemática y en la publicación de resultados sobre los indicadores

No existen estudios de compatibilidad que permitan afirmar o negar equivalencias en indicadores.

Indicador 7.5.a Desarrollo de una comprensión científica de las características y funciones de los ecosistemas forestales

Dentro del INTA se está llevando a cabo estudios de Criterios e Indicadores de Manejo Forestal Sustentable en el ámbito de unidad de manejo y de paisaje. En varias Universidades se llevan a cabo investigaciones que tienden a avanzar en el conocimiento de procesos básicos de los ecosistemas forestales, incluyendo ciclaje de nutrientes, secuestro de C, polinización, dinámica de disturbios y regeneración. Por otra parte la APN trabaja también en el Manejo Forestal Sustentable y en monitoreo de fauna silvestre amenazada.

Indicador 7.5.b Desarrollo de métodos para medir e integrar los costos y beneficios ambientales y sociales en las políticas públicas y los mercados, así como para reflejar la disminución o incremento de las existencias de recursos forestales en los sistemas de cuentas nacionales

Se han realizado evaluaciones económicas de bienes y servicios producidos a través de funciones ecológicas de los bosques para algunos ecosistemas del país. En el indicador 6.1.d se realizó una primera cuantificación del valor económico de algunos servicios producidos por los bosques nativos en el ámbito nacional. Sin embargo no se ha comenzado a tratar este tema en las cuentas públicas nacionales hasta el momento.

Indicador 7.5.c Nuevas tecnologías y la capacidad para evaluar las consecuencias socioeconómicas asociadas con la introducción de tales tecnologías

Existen solamente estudios aislados de impacto de tecnologías sobre aspectos socioeconómicos. En la mayoría de los casos se relaciona con tecnologías agrícolas.

Indicador 7.5.d Mejoramiento de la habilidad para predecir los impactos de las intervenciones humanas sobre los bosques

El desarrollo de áreas de teledetección y GIS dentro de la SAyDS, la SAGPyA y el INTA ha permitido un avance considerable en la habilidad del estado nacional para comprender y predecir fenómenos a escala nacional, regional y subregional.

Indicador 7.5.e La capacidad para predecir el impacto de posibles cambios climáticos sobre los bosques.

No se cuenta con información al respecto.

7.9 Certificación bajo el esquema del Forest Stewardship Council (FSC)

Además del conocimiento del estado de la situación del sector forestal en el ámbito ambiental, avance de la legislación, condiciones socioeconómicas, y de la disponibilidad de información, entre otros factores, el establecimiento de C&I resulta relevante en otros aspectos.

Tal es el caso de la propuesta de certificación bajo esquema del Forest Stewardship Council (FSC) para el manejo forestal en la selva paranaense, provincia de Misiones, Argentina. Aquí las iniciativas de certificación surgen en un intento de promover la conservación forestal utilizando fuerzas de mercado, transformando la certificación en un incentivo de mercado, destinado a promover el buen manejo forestal. A través de la certificación, los productos forestales originados de bosques bien manejados, son ofrecidos al consumidor como productos ambientalmente responsables. Así, los consumidores tienen la oportunidad de apoyar el manejo forestal sostenible a través de la compra de productos elaborados con madera certificada. En este caso, la propuesta pretende adaptar los principios y criterios del FSC a las condiciones de Misiones, siendo el método más apropiado para juzgar la aplicabilidad de estos estándares, la forma en que se permita lograr un equilibrio entre la sostenibilidad ecológica, viabilidad económica y factibilidad social en vista de las condiciones del contexto. Dada la existencia de avanzados procesos de certificación forestal, para elaborar los C&I en Misiones se han recogido las experiencias resultantes del desarrollo de estándares o borradores de estándares nacionales de Bolivia, de la Regiones Amazónicas Brasileña y Peruana.

Tal como fuera mencionado en el capítulo sobre Evaluación de Impacto Ambiental, resulta importante recordar que, con el objetivo de satisfacer propósitos comerciales actuales o futuros, la necesidad de preparar un programa de gestión ambiental bien estructurado ofrece también a los productores una oportunidad para adoptar medidas estratégicas encaminadas hacia alguna forma de certificación forestal que les permite el acceso a nuevos mercados.

7.10 Conclusiones

Es importante la presencia y la atención que se brinde a los criterios e indicadores dentro de la Argentina como parte del conjunto de naciones. En el sector público tales criterios e indicadores están siendo una guía para la gestión por llevar adelante. En la actividad del sector privado los criterios e indicadores, hasta el momento, se hacen presentes por medio de la certificación.

Son varias las empresas en Argentina que cuentan con certificaciones ambientales; en especial, extendidas por la FSC. Sin embargo, todas ellas trabajan con el bosque implantado. Algunas de ellas son Forestadora Tapebicuá, Fiplasto, Forestal Las Marías, Lipsia y Faplac, entre otras.

Estas normas sintetizan la globalidad del planteo realizado en los capítulos anteriores y el hecho de que esta certificación se haya logrado, supone darle una importancia creciente al respeto del manejo de los bosques y de la cadena de custodia de un modo sustentable. No debe desconocerse, sin embargo, la importancia comercial que tiene contar con este tipo de certificaciones, que, aparte de su innegable necesidad desde el punto de vista del manejo responsable de los recursos naturales, puede convertirse en un instrumento de barreras paraarancelarias.

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