MAURITANIA (10 de mayo)
La situación con respecto a las langostas del desierto sigue siendo extremadamente grave en el país. Se señalan daños considerables a los cultivos en los oasis y los pastizales, pero las operaciones de lucha continúan paralizadas por la falta de recursos. Según estimaciones oficiales, se necesitan 6 millones de dólares EE.UU. para tratar alrededor de 500 000 hectáreas infestadas.
La CILSS ha revisado últimamente la producción total de cereales de 2003 situándola en alrededor de 200 000 toneladas, aproximadamente un 73 por ciento más que en 2002 y un volumen marcadamente superior a la media de los cinco años anteriores. Una cosecha buena que llega después de una sucesión de tres cosechas reducidas por la sequía que crearon una situación cercana a la hambruna en varias regiones.
Mauritania es un país que depende de las importaciones de alimentos ya que en un año normal su producción interna cubre menos de la mitad de la necesidad de utilización de cereales del país. La seguridad alimentaria depende sobremanera del comercio y del tipo de cambio del ouguiya, la moneda nacional. Debido a la constante depreciación del ouguiya con respecto al euro y al franco CFA desde el comienzo de 2003, los precios de los cereales han ido aumentando significativamente a pesar de la buena cosecha y de las considerables importaciones provenientes de los países vecinos de la Comunidad Financiera Africana (CFA). Esta situación está afectando gravemente a la seguridad alimentaria de muchos hogares rurales y urbanos en todo el país.
Las necesidades de importaciones de cereales para la campaña comercial 2003/04 (noviembre/octubre) se pronostican en alrededor de 315 000 toneladas, principalmente trigo, incluidas 30 000 toneladas de trigo para reexportación.