MALAWI (19 de mayo)
Una evaluación de la vulnerabilidad llevada a cabo por el Comité nacional de evaluación de la vulnerabilidad y una misión conjunta de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos del PMA y la FAO terminaron su trabajo sobre el terreno a mediados de mayo y están ultimando sus informes. Las conclusiones provisionales indican que la cosecha de maíz, el cultivo alimentario básico del país, estará en torno a 1,7 millones de toneladas, o sea alrededor de un 15 por ciento menos que la cosecha casi normal del año anterior. La merma se atribuye a las precipitaciones atrasadas, irregulares y por lo general insuficientes recibidas especialmente en la mitad meridional del país. Las buenas precipitaciones recibidas entre febrero y abril especialmente en la mitad septentrional favorecieron a la mayor parte de los cultivos. En la mayoría de los mercados los precios del maíz han atenuado su tendencia a la baja propia del período de la poscosecha y en algunos mercados están incluso empezando a subir. Se ha visto transportar maíz mozambiqueño al sur de Malawi, índice de una importante actividad comercial transfronteriza extraoficial.
El Comité de evaluación de la vulnerabilidad ha identificado los sectores de planificación de la extensión más afectados dentro de las diversas zonas de sustento, pero hasta ahora no se han obtenido resultados seguros. La distribución de las existencias de maíz del organismo gubernamental de comercialización de alimentos, la Corporación de Desarrollo y Comercialización Agrícolas (ADMARC), se interrumpió debido al agotamiento casi total de sus existencias. El Organismo nacional de reservas alimentarias tiene actualmente alrededor de 7 000 toneladas de maíz como parte de su reserva estratégica de cereales y ha llamado a licitación para la adquisición de otras 28 000 toneladas, financiadas por la UE, en el lugar o en los países vecinos. En este momento ADMARC actúa como empresa comercial comprando y vendiendo maíz y otros productos agrícolas con fines de lucro. Los comerciantes privados entrevistados por la misión no están seguros de las políticas de subvención del gobierno y, por lo tanto, se mantienen en una actitud de espera antes de embarcarse en la comercialización del maíz.