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METODOS DE CONTROL

El uso de productos químicos para controlar las pestes de los árboles es caro y requiere intensa mano de obra aún en países donde la agricultura y la forestería son competitivas y económicamente viables. Sería antieconómico usar las mismas técnicas en zonas áridas o semiáridas donde la dispersión de la vegetación implicaría el traslado de equipos sobre una vasta área.

Para el continuo éxito de cualquier forma de aforestación en áreas áridas debe ponerse mucha atención a la selección de las especies forestales, que debe concentrarse a su vez sobre el conocimiento profundo de la ecología del área. Cuando estos árboles alcanzan la etapa de fructificación, asumiendo que las semillas no son atacadas por los insectos, tendrá lugar la regeneración (siempre que las otras condiciones sean favorables).

Las únicas circunstancias en las que debe tomarse en cuenta el empleo de productos químicos es en la situación controlada de la investigación de un compuesto sobre árboles destinados a dar indicaciones sobre la producción específica de semilla, entre otras cosas. Alternativamente puede emplearse sobre una pequeña superficie plantada intensivamente un pulverizador montado sobre vehículo. El costo resulta prohibitivo en los casos de pulverizaciones en gran escala. Estos dos métodos serán discutidos en las respectivas secciones.

Puede ser posible planear programas de control para determinadas áreas usando las técnicas integradas de control químico y biológico una vez que se hayan evaluado las capacidades de los enemigos naturales indicados más adelante y que se hayan reunido los datos biológicos referentes a las especies. Para mantener el balance natural, éste debería seguramente ser el objetivo.

La actual situación con respecto a algunas acacias en Africa, como lo señalaron Lamprey et al. (1974), es tal que una mayor interferencia indiscriminada sobre el sistema ecológico, que ha sufrido ya notablemente, podría sólo agravar aún más la situación. Mientras éste puede ser el único caso registrado donde los insectos están implicados como agentes causantes del daño en la ecología de la zona árida, es igualmente probable que otras regiones pongan en evidencia situaciones similares que requieran ser tratadas de la misma manera.

Control químico

Como se ha indicado en la introducción de esta sección, debe recurrirse a los productos químicos como pesticidas sólo como método de control después de hacer un estudio profundizado de la ecología del insecto.

Las principales áreas donde puede encararse el control de las pestes sobre especies arbóreas son los bosques de coníferas en las regiones templadas. En esta situación, no solamente los árboles se hallan en una elevada densidad, sino que los insectos que deben ser controlados están razonablemente expuestos ya que son foliófagos. Con las limitaciones impuestas por las condiciones bajo las cuales opera este proyecto, la situación se vuelve algo compleja. Primero, nos hallamos frente a las severas condiciones ambientales en las que el pesticida debe ser aplicado y estas condiciones pondrán en evidencia sus efectos residuales hasta el extremo. Segundo, el aspecto especial en la producción de cantidades de semilla viable a partir de acervos de genes impone problemas especiales. La mayoría de las especies de insectos quedan, durante la mayor parte de su vida, escondidos dentro de la semilla y todo control debe por lo tanto orientarse a la fase expuesta, o sea, la adulta. Esta fase tiene un período limitado de actividad por lo que los momentos oportunos de intervención, serán críticos.

Equipos para la aplicación del control químico

No hay información de antecedentes sobre los cuales guiarse, puesto que esta forma de control no ha sido llevada a cabo anteriormente en esta situación. Sería posible adaptar el equipo empleado para el control médico y veterinario de vectores en áreas tropicales y para ello es de gran utilidad el aparato descrito e ilustrado en la publicación de la Organización Mundial de la Salud, “Equipment for Vector Control”.

A continuación se mencionan las medidas a tomar para el control en lo que se refiere a este proyecto.

Tratamiento con insecticidas residuales sobre:

  1. Ramas individuales

  2. Pequeños árboles individuales

  3. Grandes árboles individuales

  4. Areas de plantación establecidas para la producción de semilla especializada.

Para ello, el equipo requerido será el siguiente:

  1. Pequeños pulverizadores a palanca con capacidad de 7 a 9 litros

  2. Pulverizadores manuales a compresión con capacidad de entre 10 y 20 litros

  3. Mochilas rociadoras motorizadas capaces de alcanzar 6 a 9 metros dentro del dosel de los árboles

  4. Rociadores montados sobre vehículos, de cobertura a tapete sobre grandes superficies. Estos rociadores son de dos tipos: uno con picos de activación centrífuga en forma de discos o copas a revolución y el otro, un generador aerosol termal. El primero está accionado por motores eléctricos o de combustión interna, y las gotitas producidas en los picos de este tipo se dispersan a causa de una corriente de aire de un ventilador o de un soplete (aventador). En el segundo, el producto químico disuelto en un aceite de conveniente alto grado de expansión, se vaporiza al ser inyectado en una corriente de gas caliente a elevada velocidad. El producto que sale como una neblina densa se dispersa entre las ramas de los árboles. Este tratamiento tiene acción indiscriminada y debería usarse sólo cuando los otros métodos fallan. El severo desajuste ecológico que se produce toma mucho tiempo para recuperarse.

Composiciones químicas

Lo mismo que para las tecnicas, debe ponerse mucho cuidado en la selección del insecticida más apropiado y de su portador.

En el limitado trabajo ya realizado en el control de los Bruchidae sobre cultivos de granos de leguminosas, el Endosulphan y el Tetrachlorvinphos han dado resultados prometedores, pero como ellos no han sido usados en situaciones como las previstas en este proyecto o contra las especies de escarabajos involucradas, debe recalcarse de que es imperativo llevar a cabo ensayos en condiciones de campo y de laboratorio para determinar la composición química más prometedora. Su elección eventual dependerá de los resultados de estos ensayos.

El objetivo final puede ser el desarrollo de productos químicos específicamente orientados, selectivos contra grupos individuales de insectos y que no desajusten los efectos de los parasitoides o el uso de trampas feromonas. Estos encaramientos sofisticados pueden emplearse solamente después que se ha cubierto el trabajo biológico de base.

Los enemigos naturales de los Bruchidae y su uso eventual en el control

Los estudios ulteriores sobre la biología de los insectos asociados con los árboles de leguminosas pondrán a la luz el papel jugado por los parasitoides y predadores. Algunos parasitoides ya han demostrado la amplitud de su influencia sobre las poblaciones de los escarabajos de semillas en circunstancias agrícolas. La manipulación de su ciclo vital puede permitir su cría masiva y ser liberados en el tentativo de controlar los escarabajos de semillas.

Los parasitoides que atacan los Bruchidae pertenecen casi totalmente a los Himenoptera y atacan los huevos y las fases larval y pupal.

Parasitoides del huevo

Los parasitoides localizan fácilmente los huevos de los Bruchidae debido a su ubicación sobre el exterior de la vaina. En los Himenoptera el género Uscana de la familia Trichogrammatidae tiene varias especies asociadas con los Bruchidae. En la literatura ellos han sido ubicados bajo el nombre U. semifumipennis, pero un reciente documento de Stephen (1981) sugiere que se trata de un complejo de especies, una que ataca Bruchus sp., dos asociadas con Callosobruchus y una con el género Bruchidius, y cada uno de ellos parece ser huésped específico. No puede por lo tanto dependerse de las referencias publicadas sobre parasitoides del huevo que han usado el nombre de U. semifumipennis.

Se ha publicado muy poco sobre la evidencia del efecto de los parasitoides del huevo en las poblaciones de Bruchidae. Bridwell (1918) en uno de sus primeros trabajos indicaba valores de muy alta mortandad para el escarabajo importado de la semilla de maní (Caryedon serratus (Ol.) = C. gonagra (F.)) en Hawai. El autor consideraba que la mortandad en este caso era debida enteramente al parasitoide del huevo del género Uscana. Por este motivo, el estudio detallado de la biología de este grupo puede sugerir que la cría masiva de estos insectos podría ser usada para el control biológico. Ello podría ser particualrmente oportuno si los parasitoides demuestran ser específicos para un huésped.

Parasitoides larvales y pupales

Los Himenoptera asociados con las fases de larva y de pupa en las poblaciones de campo de Bruchidae que atacan las Acacia y árboles relacionados, no provocan serias reducciones en su cantidad. Término medio, las vainas producen un Bruchidae por semilla con sólo dos parasitoides que emergen por cada veinte escarabajos. No son muy claras las razones de la baja incidencia del parasitismo, pero podrían deberse a la dificultad que tiene la avispa en ubicar o alcanzar la larva que está protegida por una vaina así como por la semilla.

Los parasitoides del género Bruchobius son las especies principales asociadas con el Bruchidius sobre Acacia. Los documentos de Stepha (1981) y De Luca (1965) comentan algunas observaciones sobre estas asociaciones, pero no proporcionan datos biológicos útiles.

Parasitoides de los adultos

Los Himenoptera parecen no haber explotado las fases adultas de los Bruchidae debido a la brevedad de la vida de estos últimos.

Predadores

Las pestes de las vainas y semillas de las leguminosas están notablemente libres de predadores, con una excepción. Una proporción de Bruchidae en muestras de legumbres recogidas en áreas tropicales no llega a completar su ciclo, en parte debido a la presencia de ácaros (Acarina) del género Pymotes. Estos ácaros, largos alrededor de 0,2mm a desarrollo completo, se alimentan con larvas, pupas y adultos de Bruchidae. Los efectos que se evidencian en las muestras de laboratorio sugieren que en condiciones de campo las poblaciones de escarabajos podrían ser reducidas en gran cantidad. No se ha encarado, sin embargo, el estudio de su incidencia como agente de control, si bien Moser (1975) insinúa la posibilidad de que una especie del complejo P. ventricosus podría ser un posible agente de control para los Scolytide sp. (escarabajo de la corteza). El autor menciona que este tipo de trabajo ha sido obstaculizado por la falta de identificación de la especie implicada y cita un Bruchidae adulto con una cantidad de ácaros hembras adheridos al costado dorsal del abdomen. En un documento posterior Cross y Moser (1975) revieron la taxonomía de Pymotes e indicaron la presencia de una cantidad de especies diferentes que los investigadores anteriormente tuvieron la tendencia de ubicarlas todas bajo el nombre específico de P. ventricosus Newport. La especie de Pymotes que ataca los Bruchidae corresponde muy probablemente a P. boylei.

Ciclo vital

Si bien no se tienen datos científicos sobre estos ácaros, su ciclo biológico general parece seguir las líneas convencionales. Los huevos se forman dentro del cuerpo hinchado de la hembra quedando allí hasta que reciben el estímulo necesario para emerger, posiblemente por el contacto con una larva de Bruchidae en desarrollo. Después de varias mudas llegan a la madurez y las hembras se adhieren a los Bruchidae adultos que han sobrevivido los ataques en sus fases larval y pupal.

Las hembras migran al costado dorsal del abdomen del escarabajo y se asientan debajo de las alas y élitros. Estas se alimentan allí de los escarabajos engrosándose, el abdomen se hincha hasta adquirir un tamaño varias veces mayor del original. Los huevos se desarrollan dentro de estos abdómenes engrosados y eventualmente los ácaros mueren. Se supone que los ácaros muertos se sueltan y caen cuando los escarabajos vuelan a un nuevo lugar de oviposición. Los ácaros son a veces tan numerosos debajo de los élitros hasta el punto de impedir que éstos y las alas se mantengan en una posición normal de descanso.


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