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MARCO CONCEPTUAL

Las consideraciones conceptuales que se presentan a continuación no fueron todas pensadas en los inicios del CESPAC. Algunas de ellas fueron desarrolladas con el tiempo, en base a la experiencia. De hecho, uno de los principios del proyecto ha sido la continua experimentación. La información que se presenta a continuación proporciona una visión general de los lineamientos y condiciones que rigen el desarrollo de la metodología y de los principales aspectos conceptuales.

Primero, es importante anotar que el significado de la palabra "capacitación", que es utilizada invariablemente en el contexto de la metodologia desarrollada, no se limita a un mejoramiento de habilidades técnicas: implica nociones generales de mejoramiento de la capacidad de una persona en elevar su condición de vida. Tomando una traducción directa de una frase utilizada por un miembro del proyecto: "capacitación" es ayudar a la gente para que puedan tomar acción y modificar su realidad.

Naturalmente, el mejoramiento de habilidades técnicas es parte de la capacitación", pero va implícito también un cambio de actitud, o un incremento de conciencia personal que conlleva a una acción que probablemente nada tenga que ver con aspectos técnicos.

En este sentido, retornamos al Proceso Fogo descrito en la sección anterior, o a lo que el famoso educador brasilero Paulo Freire denomina concientización" En este contexto significa ayudar a la gente a incrementar su nivel de conciencia sobre su situación y su propia confianza, de tal manera que sea estimulado a examinar sus problemas objetivamente y a adoptar opciones para resolverlos. Se puede pensar como un primer paso hacia la autoayuda y la toma de responsabilidades sobre su propio destino.

Conforme el CESPAC se fue compenetrando más y más con los grupos marginados de la sierra, y en particular con su agricultura de subsistencia, se fue reconociendo la necesidad de que la metodología debía tomar en cuenta el conocimiento campesino tradicional y su práctica. Este conocimiento histórico, empírico y tradicional, que por lo menos ha permitido la supervivencia durante siglos, no podía ni debía ser subestimado ni dejado de lado bajo pretextos de modernización. Más bien, este conocimiento campesino debía ser analizado juiciosamente desde un punto de vista moderno, racional y científico. El sistema de capacitación rural debía facilitar esto. También debía dirigirse al campesino en su propio idioma y con imágenes que reflejaran su propia realidad.

Las circunstancias que se vivían en el Perú también condicionaron el trabajo que se estaba haciendo. Tal como se mencionó en la sección anterior, el proceso de la Reforma Agraria peruana hacia necesaria una orientación y capacitación masiva de la población rural a fin de prepararla para su nuevo papel y modernizar el sector agrícola. En sus primeros años el personal del CENCIRA era de 180 personas, de las cuales sólo 60 eran técnicos con la posibilidad de convertirse en capacitadores. En gran medida, la capacitación que ellos realizaban era para el personal del Ministerio de Agricultura y, en todo caso, ese número tan reducido poco podía aportar en el nivel rural.

Como en muchos países, los servicios de extensión del Perú presentaban deficiencias de personal, capacidad y equipos. Más aún, su método consistía en un flujo en una dirección, de arriba hacia abajo, de manera autoritaria. No era posible depender solamente de ellos para llevar a cabo la capacitación masiva.

El sistema de capacitación también debía tomar en cuenta el alto nivel de analfabetismo de la población rural peruana, estimado en 42 por ciento para hombres y 67 por ciento para mujeres. Este factor favorecía el uso de un sistema audiovisual.

Cualquiera que fuera el medio de información, éste debía tomar en cuenta las necesidades específicas del Perú. Es decir, debía tener un nivel tecnológico apropiado para su asimilación en el país; ser económicamente viable para un país pobre como el Perú, y ser útil en zonas remotas y soportar los rigores del transporte en malos caminos.

El contenido de los programas debía basarse en las necesidades de los campesinos; es decir, cualquier información que fuera transmitida a ellos debía tener un "valor práctico" que pudieran reconocer fácilmente.

En relación a esto se encontraba la necesidad de proporcionar información que fuera relevante para la localidad interesada, o como se dice en la jerga de los especialistas en comunicación, que fuera "localmente específica", ya que es sabido que los materiales audiovisuales preparados en localidades distintas a aquellas donde van a ser utilizados, tienen menos impacto, aún cuando sí poseen un valor práctico. Esto es particularmente cierto entre grupos de bajo nivel educacional cuyas limitaciones de conocimiento y experiencia les dificulta percibir la importancia y la aplicabilidad de la información foránea en su propio medio. Sin embargo, la necesidad de la "especificidad local" se encuentra en directa contradicción con la necesidad de capacitar en forma masiva. En este sentido, el conflicto entre el mayor alcance del proyecto y la intención de proporcionar información localmente específica resulta inevitable.

Todas estas necesidades y consideraciones fueron englobadas finalmente en una metodología que se denominó "pedagogía audiovisual", término utilizado en el nombre CESPAC. La "pedagogía audiovisual" se basa en el dicho "lo que escucho, lo olvido. Lo que veo, lo recuerdo. Lo que hago, lo conozco". Se han desarrollado "paquetes" de capacitación para campesinos, tal como veremos en mayor detalle en una sección posterior. Es suficiente decir por ahora que los paquetes pedagógicos estaban compuestos por programas de vídeos, material gráfico-escrito, discusiones y trabajo práctico.

Un principio básico de la metodología es "recuperar, producir, conservar y reproducir el conocimiento del campesino", pero agregando un conocimiento científico moderno cuando sea el caso. El vídeo es un medio ideal para crear circuitos abiertos de comunicación con este propósito. Circuitos donde la información puede entrar en cualquier punto y transmitirse en cualquier dirección. Por ejemplo, las grabaciones hechas con campesinos en el campo mostrando aspectos tradicionales de conocimiento y práctica pueden ser mostrados a técnicos para sus comentarios o a otros campesinos. El proceso también puede originarse con una propuesta técnica para el comentario de los campesinos.

Esquemáticamente, el arreglo puede ser presentado de la siguiente manera:

En efecto, un puente de comunicación es establecido entre todos aquellos que desempeñan un papel activo en la capacitación a nivel rural y es importante señalar que no existe ningún orden jerárquico. Ciertamente, la mejor información disponible en el paquete educativo puede alcanzar directamente al nivel rural, mientras que en la mayoría de los sistemas normales de extensión la información es filtrada a través de varios niveles del servicio antes de que alcance el nivel rural, con todos los riesgos y distorsiones inherentes.

Obviamente el asunto de las costos es de vital importancia. Como se detallará posteriormente, la metodología insiste específicamente en la producción artesanal de materiales de capacitación, con equipo sub-profesional a fin de mantener los costos de acuerdo a las posibilidades de un país en desarrollo.

Finalmente, habiendo esquemitazado el marco conceptual de la metodología, debe mencionarse que el personal del CESPAC habla de "Modelo Teórico'' y del "Modelo Práctico".

El Modelo Teórico es lo que ellos aspiran a lograr, la implementación ideal de la metodología. Sin embargo, existen limitaciones reales y problemas cotidianos que con frecuencia los limitan a un Modelo Práctico, que consiste en lo que realmente puede ser logrado. Con frecuencia el personal del CESPAC, llevado por el entusiasmo, habla del "Modelo Teórico'' como si fuera una realidad alcanzada, creando alguna confusión o incredulidad entre personas que conocen las actividades del proyecto. Ellos evidentemente procuran una implementación perfecta de la metodología; la meta es en sí realista, pero las condiciones bajo las cuales se trabaja en el Perú no son nada fáciles y la metodología es aún joven.


TECNOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN

El Equipo Utilizado

Cuando el Departamento de Comunicación del CENCIRA y el personal del proyecto FAO acordaron comprar equipo de vídeo no se había decidido aún que las actividades de comunicación se iban a centrar en el uso de este medio. Se venía aplicando un método de múltiples medios y los programas de diapositivas aún se producían después de haber recibido el primer equipo de vídeo. El proyecto produjo unos 90 programas de diapositivas.

Con referencia a otros medios, se decidió que si bien el CENCIRA disponía de equipo de cine, películas de 16 mm a 8 mm serían inapropiadas pues requerían un procesamiento fuera del país y además el cine implica un costo muy alto.

El material impreso fue también una parte importante de las actividades de comunicación y un asesor FAO trabajó en CENCIRA por un largo período apoyando en este aspecto.

Era claro que aún en esos primeros años existía una fuerte convicción en el personal del proyecto de que la abortada experiencia chilena en vídeo debía ser reactivada y ampliada en el Perú. La experiencia previa del asesor FAO que estuvo en Chile y su reciente experiencia en televisión educacional y circuitos cerrados en Chile y Argentina, tuvieron ciertamente una fuerte Influencia a favor del vídeo.

En base a discusiones del personal se llegó a la conclusión de que en el corto, mediano y largo plazo, la grabación electrónica y proyección de imágenes y sonido, esto es el vídeo, ofrecerían más ventajas y posibilidades que cualquier otro método más tradicional que utilizara productos químicos sensibles a la luz, es decir, la fotografía y técnicas derivadas.

El tiempo ha demostrado que esta decisión fue absolutamente correcta, ya que el desarrollo en el área del vídeo en los últimos 15 años ha sido sorprendente. Siempre debemos recordar que en 1972, cuando ICIRA decidió probar el vídeo en Chile, solamente existían equipos en blanco y negro para el uso exterior. Se utilizaban cintas abiertas de una pulgada de ancho. Una cámara típica pesaba 5 kg y la grabadora 20 kg. Ambos requerían energía de un generador. Una cinta permitía un tiempo de grabación de 30 minutos. El costo de- la cámara y grabadora era del orden de $8 000. Los fabricantes lo llamaban "portátil", pero los usuarios en el campo bromeaban llamándolo "transportable".

Comparemos este equipo con el sistema de vídeo 8 lanzado el año 1985, solamente 13 años después: tiene una cámara y grabadora montada en una sola unidad; graba en color, y con una calidad que hubiera sido difícil de crear pocos años atrás; utiliza una batería recargable y una cinta de 8 mm de ancho en un cassette que permite dos horas de grabación. El peso total de la unidad, incluyendo batería y cassette, es de sólo 2.18 kg y cuesta 1 200 dólares.

Sin embargo, la visión futurista del proyecto no era compartida por todos y hubo críticas virulentas de muchas partes que no aceptaban la mera noción de que algo tan sofisticado como el vídeo pudiera tener éxito y fuera intensamente usado en las duras condiciones rurales.

Acusados de que tenía una posición interesada a favor del vídeo, el personal del proyecto tuvo dificultades en sustentar su posición. Para esto, llegaron a utilizar algunos argumentos que dificílmente podrían aprobar un examen cuidadoso.

Por ejemplo, dijeron que los campesinos preferían el movimiento del vídeo en lugar de las diapositivas; y esto es probablemente cierto pero no existe ninguna investigación formal que lo haya comprobado. Por otro lado, se sostuvo que el vídeo era más económico que las diapositivas. Si bien es cierto que la película para diapositivas es más cara que las cintas de vídeo, el equipo para diapositivas es mucho más barato. Y parece ser cierto que no se hizo ningún análisis serio sobre la posibilidad de establecer un laboratorio de película que permitiera producir múltiples copias de programas de diapositivas en base a un proceso inter-negativo. En Europa este proceso ha permitido reducir costos a la mitad para el caso de 50 copias. En la China se calculó a principios de este año que un minuto completo de vídeo costaba 4 veces más que un minuto completo de diapositivas.

A pesar de estos puntos, resulta claro que el personal del proyecto tomó la decisión correcta, dados los objetivos y el tipo de trabajo que se pensaba realizar. Pero esto no fue evidente en un inicio y durante muchas discusiones los argumentos utilizados no ayudaron para convencer a los opositores.

Si bien existía la convicción de que el vídeo era la mejor solución, el primer equipo fue comprado con un enfoque experimental, pues se reconocía que su conveniencia debía ser probada y no se conocía aún cuáles modelos eran los más apropiados.

Sin embargo, durante el período en que el ICIRA compró su equipo "portátil" de una pulgada hasta que el Perú hizo su primera orden, la Compañia Sony había lanzada su sistema Porta Pak. Este equipo sí era portátil y trabajaba con baterías recargables. Utilizaba una cinta de media pulgada y rollos abiertos y grababa en blanco y negro. Un micrófono venía incorporado a la cámara y era un equipo de calidad subprofesional.

Al llegar el equipo, un especialista de Sony dió apoyo durante un mes para su instalación. Esta ha sido la única asistencia externa en ingeniería electrónica recibida por el proyecto.

Un problema técnico inicial fue la conexión del micrófono incorporado con el sistema automático de nivelación del sonido. Cuando se grababa una escena con un alto ruido ambiental, o escenas de actividades ruidosas - por ejemplo, la reparación de maquinaria - el sonido de una persona hablando cerca del micrófono era grabada correctamente y el ruido ambiental quedaba como un sonido de fondo. Pero durante las pausas entre oraciones o palabras, el sistema automático de nivelación aumentaba el volumen del ambiente al nivel de la última palabra creando una grabación muy dispareja y disturbada.

Desde un inicio el proyecto tuvo la suerte de contar con tres ingenieros electrónicos, dos peruanos y un extranjero residente en el país. Ellos pudieron modificar el equipo eliminando el sistema de nivelación automática de sonido e incorporaron, en su lugar, un sistema manual con indicador visual. Se pudieron conseguir las partes apropiadas en Lima.

El proyecto hizo un buen trabajo con su equipo de blanco y negro con cinta abierta. A partir de 1978 aparecieron en el mercado los sistemas a color en casete. Inicialmente, el equipo a color era bastante más caro que el blanco y negro y se discutió mucho sobre la conveniencia de comprarlo. (Actualmente, el equipo blanco y negro es fabricado para cámaras de vigilancia solamente, y el precio del equipo de color es menor al precio antiguo del blanco y negro.)

El ingreso al mercando del sistema de casete a color U-matic 3/4" con un sistema de edición mejorado, así como su calidad visual superior, abrió una nueva era para el proyecto. Desde entonces, todos los programas han sido producidos mediante el formato U-matic. El grado del equipo es de "banda baja" (low band), vale decir, subprofesional, manteniendo el criterio de economía del proyecto. Todo el equipo a color utiliza la norma NTSC de los Estados Unidos. Es menos costoso que el PAL/SECAM y es más utilizado en el Perú. Sin embargo, no puede dudarse que el PAL/SECAM permitiría una mejor calidad de color, lo cual constituye una importante consideración cuando se trata de aspectos agrícolas.

Si bien la tecnología de grabación en el campo y de edición presentó pocas dificultades, el asunto de una reproducción adecuada en áreas rurales fue más problemática. Mientras que las unidades de grabación de campo utilizaban baterías, las unidades de reproducción no contaban inicialmente con dicha facilidad. Estas requerían una fuente de electricidad y la única solución en el campo era el uso de generadores. Sin embargo, dichos generadores, como en muchas otras experiencias., crearon más problemas que el mismo equipo electrónico de vídeo. Más aún, éstos eran bastante caros; por lo tanto, solucionar este problema era un asunto prioritario.

Se decidió que un inversor podía cumplir con las necesidades. Un inversor podía tomar 12 voltios de corriente continua de la batería de un automóvil y convertirla a 110-130 voltios de corriente alterna requerida por el equipo.

Los ingenieros electrónicos del proyecto iniciaron el diseño y fabricación de su propio inversor, utilizando los componentes disponibles en el mercado local de Lima. El mecanismo resultante, que costó $200 en ese momento, era bastante más barato que cualquier otro mecanismo que se pudiera comprar.

La llegada de grabadores de vídeo para uso doméstico en casetes de 1/2", con los sistemas Betamax y VHS, hicieron el sistema de reproducción mucho más fácil. Existen modelos que operan directamente de fuentes de 12 voltios CC, y las grabadoras son ahora mucho más pequeñas y ligeras. Sin embargo, aún en los modelos que operan con una fuente de 12 voltios, un monitor grande necesario para un grupo mayor de espectadores, siempre requiere de una fuente de corriente alterna en 110 a 220 voltios.

Los inversores y las baterías de 12 voltios de automóviles y camiones se han convertido en la solución común a este problema, tanto en el Perú como en otros lugares, a tal nivel que la firma Sony fabrica actualmente estos equipos.

Obviamente, la producción industrial hace posibles costos aún más bajos, pero fue el CESPAC quien exploró primero esta solución.

Sin embargo, en áreas remotas sin electricidad - que son muchas en el Perú - aún subsiste el problema de la recarga de la batería. Una batería cargada permite como promedio una operación de cuatro horas, pero existe una tendencia creciente, entre los equipos de reproducción, a permanecer en las comunidades entre 10-14 días por cada visita a fin de reducir los costos de transporte. Si un vehículo tiene que hacer viajes adicionales para traer baterías recargadas no habría ningún ahorro en transporte.

Por lo tanto, durante los últimos meses se ha desarrollado un generador a pedal para recargar las baterías. El personal del proyecto opina que la voluntad que tengan los campesinos en recargar una batería mediante este sistema durante un período de hasta cuatro horas, será una medida de su interés en ver los programas de vídeo hechos para ellos. Es decir, una especie de evaluación mediante realimentación.

La técnica que se viene utilizando en el CESPAC consiste en grabar todo el material necesario para los programas en U-matic 3/4", y editar en el mismo formato aprovechando la conveniencia y rapidez del sistema de edición U-matic. Los programas son luego copiados y reducidos a Betamax 1/2" para su uso en las comunidades campesinas.

Mientras se escribe este informe, el proyecto viene experimentando el nuevo Video-8 a fin de ver la posibilidad de utilizarlo en la reproducción y reducir el peso y las demandas de energía. Video-8 permite una calidad de imagen casi tan buena como la del U-matic 3/4".


Duración y Mantenimiento

Tal como se mencionó inicialmente, el uso del vídeo tuvo inicialmente muchos críticos. La mayoría de los capacitadores del CENCIRA tenían por costumbre no utilizar nada más avanzado que la tiza y la pizarra. El salto a la era del vídeo era para muchos una locura. Obviamente, muchos de ellos dudaban de que cualquier información y capacitación sería o podría ser lograda con este sistema. Probablemente, relacionaban este medio con el mundo del entretenimiento o información superficial asociado a la televisión.

Otros argumentaron que el equipo no podría sobrevivir a los rigores del uso rural por un período mayor que unas pocas semanas o, en el mejor de los casos, por unos meses.

Sin embargo, una crítica más seria argumentaba que el proyecto estaba creando una dependencia tecnológica a largo plazo de la industria electrónica japonesa, y que esta solución era desfavorable para el Perú.

Los resultados del Análisis Técnico realizado en 1978 (que fuera mencionado en la Nota del Autor) confundieron a los peores críticos del proyecto. El consultor pudo comprobar que prácticamente todas las reparaciones del equipo se hacían en Lima. Considerando el intenso uso, el número de reparaciones era bastante reducido (durante meses y años se trabajó en turnos con el limitado equipo disponible, llegándose a un uso continuo en muchos casos). A pesar de esto y de las duras condiciones en el campo, el consultor estimó que la vida útil del equipo sería de por lo menos cinco años. Más aún, encontró el equipo en tan buen estado que llegó a opinar que podría durar hasta 10 años.

El pronóstico del consultor ha resultado ser bastante exacto, pues aún se están utilizando equipos que tienen más de cinco años.

Por otro lado, se ha demostrado claramente que la incidencia de fallas se incrementa rápidamente después de tres o cuatro años, particularmente para los unidades reproductoras. Es posible argumentar que, llegado ese momento, sería más económico reemplazar el equipo en lugar de continuar reparándolo. En todo caso, las unidades reproductoras tienen un costo relativamente bajo.

El equipo de edición ha trabajado más tiempo que cualquier otro, y por este motivo en 1984 se compró un equipo editor de "alta banda" (high band). Este equipo profesional es bastante más robusto que el equipo subprofesional que conforma el resto de las cuatro unidades.

En líneas generales, el equipo de vídeo ha demostrado ser bastante más confiable que las expectativas más optimistas. Las fallas más comunes han ocurrido en los cables y enchufes que conectan la cámara con la grabadora, grabadora con monitor, y otros. La constante acción de enchufar y desenchufar termina por malograrlos. Por este motivo, el proyecto ha desarrollado una caja de madera especial para alojar las unidades reproductoras (que actualmente suman 115).

La caja permite llevar la grabadora, el monitor, y los parlantes como una sola unidad separada internamente en varios compartimientos. Los cables que los conectan puedan permanecer en su lugar, evitando de esta manera el desgaste en los enchufes y permitiendo adicionalmente una excelente protección contra golpes y polvo. El único problema es que esta unidad completa, incluyendo la caja, pesa unos 63 kg: un peso bastante respetable aún para dos personas utilizando las largas asas de acero y una barra para el transporte.

Desde un inicio el proyecto ha dado mucho énfasis al apropiado cuidado y mantenimiento del equipo. Estos aspectos son enseñados al personal peruano durante los cursos de entrenamiento que los preparan como capacitadores rurales y usuarios del vídeo. No puede haber duda alguna de que este aspecto del entrenamiento del personal ha sido determinante para el éxito logrado en el uso del vídeo y los pocos problemas que se han presentado.

Además, hay una buena unidad de mantenimiento en el proyecto. La disponibilidad de personal con calificaciones básicas para trabajar con aparatos eléctricos ha determinado una situación favorable que, si embargo, no puede esperarse en todos los países del Tercer Mundo. Un proyecto como el CESPAC debe prever la necesidad de capacitar a su personal de mantenimiento en los equipos específicos utilizados. Sin embargo, sería ya demasiado esperar que el proyecto capacite técnicos electrónicos.

Cantidad de Equipo

La cantidad de equipo del proyecto en el transcurso de los años ha sido la siguiente


1975-78 1978-81 1982-85
Unidades de grabación de campo 3
(B & N)
5
(3 B & N y 2 color)
9
(color)*
Unidades de edición 1 2 5*
Unidades transmisoras de campo 8 45
(B & N y color)
115

* Uno de estos es BVU, es decir, calidad de radiodifusión.

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