3.13 La reserva nacional Pampa del Tamarugal: Recuperación de un bosque forrajero en el desierto de Atacama en Chile

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por
LIC. HERNAN TORRES
Director Regional I Región Corporación Nacional Forestal, Chile

INTRODUCCION

Uno de los mayores problemas de conservación de recursos naturales, que encaran los países en vías de desarrollo es, en muchos casos, el insuficiente desarrolo rural. En su afeo por obtener bienes y servicios, un número creciente de comunidades rurales no encuentra otra solución que agotar al máximo la vegetación en inmensas superficies, provocando aceleradamente los procesos de desertificación.

A menudo, las comunidades rurales que causan este deterioro ambiental, están en conocimiento de la situación que provocan, observando impotentes la escasez creciente de alimentos, combustible y otros beneficios.

Esto lleva a efectuar un análisis profundo del concepto "conservación para un desarrollo sostenido". La preparación de estas comunidades rurales para enfrentar la situación y obtener un sustento de manera sostenida, podría lograrse considerando un esquema de análisis ambiental que contemple la identificación de los problemas, la acción necesaria, la restauración y compensación de recursos degradados y el respeto de los conocimientos tradicionales.

En este trabajo se analiza un caso de estudio que corresponde a la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal, que protege el bosque de Prosopis tamarugo, en el Desierto de Atacama en Chile. Se recomiendan medios para contribuir al logro de un equilibrio entre la conservación y desarrollo de recursos naturales en un medio desértico, entendiéndose que la conservación es la base esencial de aquel desarrollo que tanto anhelan las comunidades rurales que habitan en esa porción del desierto del norte de Chile.

1. EL TAMARUGO

El Tamarugo (Prosopis tamarugo), pertenece al Orden Leguminosas, Familia Mimosacea. Es una especie endémica poco conocida, ignorándose las etapas sucesionales de su aparición, como así también de su dispersión.

Se han determinado edades de tamarugos asignándoseles aproximadamente cuatrocientos años de edad (pizarra, 1965). crece sobre los salares de la pampa del tamarugal con ausencia casi total de precipitaciones, aprovechando aguas subterráneas.

Alcanza un promedio de 15 m. de altura, 0,50 a 0,80 m. de diámetro de tronco y un diámetro de copa de 15 m. a 20 m. Sus ramas nuevas son delgadas y angulosas y poseen espinas de base ancha y de unos 3 cm. de largo. Las hojas compuestas, son cortas y caedizas. El froto es una legumbre gruesa y corta de 25 mm. con forma de maní. Las semillas son pequeñas, de color oscuro, comprimidas y separadas por tabiques (Habit, 1981).

Las flores del tamarugo son polinizadas por insectos himenópteros como (Centrix mixta) y la abeja común (Apis mellifera) que son sus principales agentes polinizantes, con un periodo de actividad máxima entre comienzos de Septiembre y Noviembre.

El crecimiento del árbol ocurre durante todo el año, siendo máximo en los meses de agosto a noviembre que coincide con la época de floración plena y mínimo crecimiento entre marzo y julio. Acevedo (1970) establece un periodo de receso invernal, por la inactividad Salavial.

El tamarugo, posee un doble sistema radicular, un sistema pivotante o de anclaje, formado por 3-4 raíces gruesas, no ramificadas, que alcanzan una profundidad máxima en suelos francos de 7 m. a 8 m. (donde se encuentran las napas freáticas) y una masa o conjunto de raíces absorventes que se desarrolla y penetra a una profundidad no mayor de 1.50 m. Las raíces absorventes presentan en toda la proyección de su volumen una humedad que alcanza fácilmente a un 40% en árboles de 30 años de edad, prosperando en un suelo cuya napa freática estaba a 13 m. de profundidad (Toro, 1967).

La etapa productiva ocurre entre el 7° y el 8° año pero se ignora la vida productiva del árbol. La fisiología del tamarugo es muy particular, en determinadas condiciones de alta humedad atmosférica 80%, absorve agua a través de su sistema foliar transportándola al sistema radicular y depositándola en la microrizosfera de donde es reabsorvida como agua (Sudzuki, 1969). Esta característica explica la razón por la cual prosperan tamarugos en áreas donde la napa freática se encuentra a 40 o más metros de profundidad, no existiendo entre ésta y el árbol un contacto radicular.

La fauna asociada está representada por los reptiles Phrynosaura reichei y Tropidurus tarapacensis (lagartos), por los mamíferos Dusicyon culpeaus, Dusicyon griseus (zorros), Galictis cuja (Húron o Quique), Ctenomys robustus y Phyllotis darwini (roedores).

Entre las aves destacan la Zenaida asiática (Paloma), Speotito cunicularia (Pequen), Tyto alba (lechuza) y varias otras especies del orden Passeriforme.

Junto a la especie vegetal dominante que es el Prosopis tamarugo, se encuentran en menor proporción bosques de Prosopis chilensis (Algarrobo); Prosopis Strombulifera, Prosopis burkartii (Fortuna) y otras del mismo género ocupando los estratos medios y altos.

Entre los arbustos de menor desarrollo se deben mencionar el Atriplex atacamensis (cachiyuyo); Caesalpinia aphylla, (retamo); Tessaria absinthiodes, (brea o sorona); Euphorbia tarapacana y Tagetes glandulosa. En el estrato herbáceo, se encuentran las especies Cressa cretica y Distichlis spicata, especie que cuando crece sobre los salares, experimenta un crecimiento en masas compactas y de gran desarrollo vertical. Además se encuentran otras especies de este mismo género. (CORFO, 1983).

2. SITUACIÓN DE LA ESPECIE

El explorador Antonio O'Brien en 1765 levantó un plano sobre la Pampa del Tamarugal en el que señala una vasta superficie cubierta de bosques de tamarugo, representando mucho más de lo que hoy existe. (Larraín, 1975).

La Pampa del Tamarugal fué conocida o denominada en lengua aymara como Tarpacá (selva enmarañada). Por otro lado, antiguas crónicas consignan que esta área estaba densamente arbolada de tamarugos los que fueron talados, en gran parte, a fines del siglo pasado y principios del actual, para abastecer de combustible a las necesidades mineras locales. (Larrain, 1975). Trozos semifósiles encontrados en lugares donde no hay bosque permiten asumir que la extensión cubierta en el pasado era muy superior (Habit, 1981).

En la actualidad, la masa forestal se encuentra confinada a unos pocos miles de hectáreas en terrenos privados y a 28.214 hectáreas que cubre la Reserva Nacional.

A partir de 1964 la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) inició los ensayos de reforestación los que hasta 1970 completaron 23.623 hectáreas. Posteriormente, a fines de 1983, se transfirió este ensayo a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) organismo que propuso la creación de la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal, que agregó más terrenos, incorporando de este modo a la propriedad del Estado este valioso recurso forestal del Desierto del Norte de Chile.

Se han reiniciado las labores de reforestación y así en 1984 se plantaron 200 hectáreas y para 1985 se espera completar 300 hectáreas. Se mantendrá en los próximos años, una meta similar de plantación que permita asegurar la sobrevivencia del bosque permitiendo un uso sostenido de los beneficios que otorga: forraje, madera, leña, carbón y recreación al aire libre. Para lograr estos objetivos se trabaja en la elaboración del Plan de Manejo y Desarrollo que guía el uso del área.

Existen 3.400 hectáreas de bosques privados que pertenecen a pequeños propietarios que rodean a la Reserva Nacional. Estos bosques se encuentran en un marcado proceso de degradación motivado por una falta de conocimientos silvícolas. Presentan una proliferación de hijuelas o varetas que surgen de la práctica sistemática de cortas, lo que facilita el ataque de plagas diversas perdiéndose de este modo, el valor del bosque que produce menos miel, forraje, leña y otros beneficios.

3. DESCRIPCIÓN DEL AREA DE MANEJO

La Reserva Nacional Pampa del Tamarugal, que debe su nombre al Prosopis tamarugo que en ella crece, se ubica en una planicie que se extiende desde los 19°33'S. hasta los 21°50'S. con una inclinación del 1% al 2% de Este a Oeste, y con una altitud sobre el nivel del mar que varia entre los 300 m. y los 1.200 m. en el Desierto de Atacama.

El clima que caracteriza la Pampa del Tamarugal corresponde a un desértico normal (B.W.) destacándose por su fuerte oscilación térmica y carencia de precipitaciones las que muy rara vez se presentan. Muy sobresaliente es la baja humedad relativa, la que durante el día fluctúa entre un 10% y un 30%. Sin embargo, se presentan varios días al mes con humedad de más de un 80% sin precipitar, mayormente durante la noche.

Hay una gran luminosidad en el área con un promedio de 250 días al año despejados, y las temperaturas fluctúan entre mínimas absolutas de -5°C a -12°C y máximas absolutas de 35°C y 36°C.

La parte oriental de la Pampa del Tamarugal, corresponde a un gran piedmont constituido por la unión de abanicos aluviales formados a la salida de las quebradas que abandonan la Cordillera de los Andes. Los suelos son profundos, planos o ligeramente inclinados, de buen drenaje o excesivo; salinos alcalinos de fertilidad natural o muy baja; en capacidad de arraigamiento muy variable. En la parte occidental de la Pampa del Tamarugal termina el piedmont y los materiales de relleno son más finos aunque predominan en ellos las arenas y limos. Aquí existieron algunos lagos; posteriormente se transformaron en salares, predominando los materiales arcillosos y limosos, estratificados y con una cubierta de sales de espesor variable que va de unos pocos centímetros hasta un metro o más. Las sales que componen estos salares son, generalmente, de sodio, calcio, magnesio y potasio, delicuescentes, de modo que da la impresión de encontrar un suelo permanentemente húmedo. (IREN, 1976).

Las napas freáticas y su consecuente recarga provienen de las diversas quebradas cordilleranas existentes en la zona de estudio. Dicha agua escurre como consecuencia de un fenómeno llamado Invierno Altiplánico, que afecta sólo a las partes altas de la Cordillera de los Andes, y que ocurre anualmente entre los meses de noviembre y marzo. La descarga del agua subterránea se produce por evaporación en los diversos salares, evapotranspiración de plantas freatófitas y cultivos, bomeo de pozos y por movimiento de agua hacia otros sectores no estudiados. (IREN, 1976).

La Reserva Nacional Pampa del Tamarugal cubre una superficie de 108.266 hectáreas que contemplan 4.591 hectáreas de bosque natural, 23.623 hectáreas de bosque restituido antrópicamente, una gran superficie, 80.052 hectáreas, compuesta por salares con gran potencial para ser plantados o conservados como tal y monumentales figuras hechas en piedra (Geoglifos), que testimonien la presencia del hombre desde hace milenios en el área.

MAPA UBICACION RESERVA NACIONAL PAMPA DEL TAMARUGAL

PERFIL SUPERFICIE CORDILLERA COSTA SITUACION RESERVA NACIONAL PAMPA DEL TAMARUGAL

4. EL PROCESO DE PLANIFICACIÓN

Para el logro de un uso sostenido de este recurso, se sigue el siguiente esquema de planificación:

Las características singulares del bosque de tamarugo, han llevado a definir una categoría de manejo que permita la conservación y el desarrollo de este bosque de desierto. De este modo, la elección de Reserva Nacional, como categoría de manejo, permite el cumplimiento de este propósito.

Según la ley que regula a las áreas Silvestres en Chile, la Reserva Nacional es un área cuyos recursos naturales es necesario conservar y utilizar con especial cuidado, por la susceptibilidad de éstos a sufrir degradación o por su importancia relevante en el resguardo del bienestar de la comunidad. El decreto de Ley del Gobierno que crea la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal se encuentra en sus trámites finales.

El objetivo principal es la producción de forraje, leña, carbón, madera y recreación, mediante procedimiento fundamentados en criterios de manejo de uso sostenido de tal manera que las necesidades económicas, sociales y culturales se satisfagan con un menoscabo mínimo del recurso forestal y de otros factores ambientales.

Para el logro de los objetivos planteados, la fijación de límites adecuados es vital. De acuerdo con esto, los limites que se han definido cobren una importante superficie de bosque nativo como así también de bosque plantado. Se ha incorporado además una gran superficie de salar que permita continuar con la reforestación culminando con la incorporación de valiosos geoglifos que testimonien la presencia del hombre desde hace cientos o miles de años.

Los recursos del área se administrarán con el fin de producir los diversos bienes y servicios relacionados con el bosque de tamarugo sobre la base de un rendimiento sostenido. Las normas siguientes deben considerarse para lograr este rendimiento sostenido:

a) Manejo de Recursos Naturales

b) Uso del área por visitantes y obras de desarrollo físico.

c) Investigación

d) Transferencia tecnológica

Los resultados que se obtengan de los estudios o investigaciones relacionadas con el manejo forestal, especialmente en lo que se refiere al manejo silvopastoral, deberán ser transferidas a los pequeños propietarios que viven en los pueblos aledaños a la Reserva Nacional, como así también, a aquellos que arriendan bosques dentro de la Reserva.

Todas las normas de manejo señaladas en la sección anterior, serán desarrolladas en detalle en el Plan de Manejo y Desarrollo que se elabora para la Reserva Nacional.

Este plan de manejo definirá las finalidades del área, las necesidades humanas que debe satisfacer, el valor de sus recursos, su relación con los alrededores, los objetivos de manejo y presentará una zonificación de los terrenos y un plan general de desarrollo para su manejo.

5. BENEFIFICIOS QUE SE DERIVAN DE LA CONSERVACIÓN DEL BOSQUE DE TAMARUGOS

Los bienes y servicios que entrega el bosque de tamarugos pueden analizarse bajo tres aspectos principales. La provisión de combustible y otros productos esenciales para atender necesidades básicas al nivel de la familia y de la comuidad local, la provisión de forraje para animales y la estabilidad ambiental necesaria para una producción continuada de ese forraje y la generación de ingresos y empleo para la comunidad local. Algunos de los beneficios que entrega el bosque de tamarugos se examinan a continuación.

La producción de leña y carbón sustituye a los combustibles comerciales que han subido considerablemente en sus costos en esta región de Chile.

La producción de forraje para animales motiva la existencia de una importante masa de caprinos y ovinos que proveen el consumo de carne de bajo costo y que diversifican los ingresos de las comunidades locales. Actualmente, 8.315 hectáreas de la reserva nacional son arrendadas a ganaderos quienes mantienen aproximadamente 7.000 animales dentro de la reserva bajo un plan de carga animal establecido. (1 ha por oveja y 1/2 ha por cabra al año). Este arriendo de muy bajo costo beneficia directamente a 30 familias e indirectamente a gran parte de las comunidades locales.

Los ensayos de producción de miel y cera y el mejoramiento genético y sanitario de los animales que pastorean el bosque significarán un complemento económico importante para estas comunidades que practican una economía restringida a muy pocos recursos.

Las labores de reforestación absorven cesantía y esta puede aumentarse si se hace extensiva a los sectores aledaños a la reserva aprovechando los incentivos fiscales. Asimismo, la producción de miel, carbón, leña y el pastoreo de animales generan empleos los que pueden hacerse permanentes con la práctica de un uso sostenido del recurso.

Las investigaciones y el control de plagas que afectan a la producción de frutos de los que se alimenta al ganado, mejoran el ingreso de las comunidades locales y les proveen productos de mejor calidad.

La reforestación que actualmente se realiza permite valorizar suelos marginales y recuperar una superficie de desierto que no tiene uso alternativo.

La recreación al aire libre entrega beneficios síquicos que inciden de alguna manera en las ciudades cercanas al área de estudio. La implementación de un área de recreación dentro de la reserva nacional otorgará este beneficio que no dispone la región donde se ubica la reserva.

Se efectúa una identificación de los árboles nativos procedentes de semillas. Se inició una colecta de semillas de toda la población involucrada, con este material, se obtendrán las plántalas para desarrollar los bosques que permiten mantener las características genéticas del bosque nativo.

Se diseñó un programa de mejoramiento genético, cuyas fases principales comprenden la selección del árbol con características genéticas relevantes, para que, a través de las técnicas de cultivo de tejidos se obtenga el material genético que permita mejorar los futuros bosques.

Se finalizó el estudio que entregó los resultados acerca de las propiedades físicas, mecánicas y químicas de la madera de tamarugo. Se está comenzando la etapa de identificación de 106 USOS probables de esta madera. Como consideración inicial se pueden vislumbrar posibles alternativas entre las que destaca maderas cortas para muebles, construcción de viviendas, descanso de motores, parquet, mangos de herramientas y artesanía diversa.

Literatura Consultada

CORFO Actividades Forestales y Ganaderas en la Pampa del Tamarugal 1983 1963-1982 Tomo I.

Ehrlich, Marko Alternative Management Systems for Conservation Areas (De 1978 Facto) Human Development: A Study of Area Management and Strategy Implications in Perú. IUCN/WWF.

Habit, Mario Prosopis tamarugo: Arbusto Forrajero para Zonas Áridas. 1981 FAO, Roma.

Instituto de Investigaciones de Recursos Naturales 1976 Inventario de Recursos Naturales por Método de Percepción del Satélite LANDSAT. I Región.

IUCN-UNEP Estrategia Mundial para la Conservación. 1980

Larraín, H. El plano de la Quebrada de Tarapacá de Antonio O'Brien. 1975 Revista Norte Grande. Vol. 1 N° 3-4.

Linn, Robert M. Introducción a la Planificación de Parques. Washington. 1976

Miller, Kenton Planificación de Parques para el Eco-Desarrollo en América 1980 Latina. FEPMA. Madrid.

Muñoz, C. Una nueva especie de Prosopis para el Norte de Chile. 1966 Boletín Museo de Historia Natural. Chile.

Wallaceana Ecodevelopment News. 1977

3.14 Improved use of genetic resources of woody species: A strategy for action

by
CHRISTEL PALMBERG
Chief, Forest Resources Development Branch Forest Resources Division Forestry Department

INTRODUCTION

Wise utilization of existing resources and their improvement to meet actual or potential needs for goods and services, presuppose knowledge of their variation and of the biological systems that govern their growth and development. Recognized steps essential for any successful genetic resources programme are outlined below.

1. BOTANICAL EXPLORATION

This is taken to include the correct taxonomic identification of sepecies and knowledge of the limits of its distribution, with particular reference to isolated occurrences. For some species adequate information on this has been available well before the start of genecological exploration, for others it may be necessary to combine the two operations together. In the past botanical exploration has often led to species trials, as genecological exploration now leads to provenance trials.

2. GENECOLOGICAL EXPLORATION

This is taken to include the study of patterns of ecological and phenotypic variation within the natural range. It leads directly to provenance seed collecting.

3. COLLECTION FOR THE PURPOSE OF EVALUATION

This follows from and can to some extent be combined with genecological exploration. The purpose is to collect relatively small samples of seed from each of a relatively large number of seed sources, covering the whole natural distribution, for evaluation. In the initial stage collections comprise range-wide sampling on a fairly coarse grid. In some cases a second stage, sampling a limited part of the range on a finer network, may be called for, perhaps ten or fifteen years later, after the results of the first stage provenance trials are available. Detailed information on seedlots used for research is essential (see Annex 1).

4. EVALUATION (PROVENANCE TRIALS)

As a rule collection of range-wide samples for provenance testing should be followed by immediate establishment of the trials themselves. In some cases, where a country has not the necessary trained staff to carry out the trials at once, the collection may need to be held in seed store for a few years until the necessary meticulous supervision for the trials can be assured.

5. CONSERVATION IN SITU

Conservation in situ, as part of a viable natural ecosystem, is the most desirable method of conserving forest genetic resources, provided that the area can be given full protection and provided that the genetic resources are available for collection and use both within and outside the country of origin. Where the exploration phase has indicated that conservation in situ is both practical and desirable, the necessary action to make this conservation a reality must be taken as soon as possible. This involves the passing of legislation, the marking of boundaries, and measures for effective protection, as well as some action in the field of public relations and education.

The most logical approach to conservation in situ is to combine the conservation of the ecosystem with the conservation of the genetic resources it contains. Some conflict may arise in the case of the strict "inviolable" nature reserve in which even seed collection may be forbidden, but a compromise can usually be effected through the use of several zones of varying intensity of management. In situ conservation can also sometimes be combined with wise management of forests for wood production.

Little is known about the minimum area needed to form a viable unit for conservation, either of the ecosystem or of the genetic resources, and a great deal more research is needed. For genetic conservation it is important to conserve a range of different provenances. A single large reserve in the centre of the range of a species is usually less effective than several smaller reserves covering a greater part of the variation among provenances.

6. COLLECTION FOR CONSERVATION/SELECTION EX SITU

Where the exploration phase has shown that certain populations are endangered but that conservation in situ is not likely to be possible, action to effect conservation ex situ must be taken at once. Collection for conservation ex situ involves the early collection of substantial quantities of seed of an endangered provenance either for temporary storage as seed or for immediate establishment of artificial stands on new sites. Similar procedures and quantities are required if selection and breeding, rather than conservation, are the primary purpose of the ex situ stands.

7. STORAGE AS SEED, RESEARCH ON SEED AND ON FLORAL BIOLOGY

Storage of forest reproductive materials, most commonly of seed, is not only an important means of conserving genetic resources but is often needed temporarily before evaluation and utilization. It thus forms an essential link between collection and the later field operations. The provision of seed, both source identified and of known adaptability to new sites, is expensive; but much of the benefit can be lost if the seed does not receive meticulous handling and storage. For many species, particularly in the tropics, there is inadequate knowledge of this subject, therefore increased attention and development of research programmes are necessary. In related fields of floral biology, pollination and fertilization, still less is known about most tropical species, and research needs to be initiated at once.

8. CONSERVATION EX SITU

The establishment of artificial stands outside the natural range, but with a good prospect of long-term conservation, is a highly promising method of conserving gene pools. It requires careful siting and meticulous standards of site preparation, planting and tending. Ex situ conservation stands should be based on a large number of mother trees (minimum 25), representative of the parent stand, and be at least 5-10 ha each.

A combination of in situ and ex-situ conservation may be the solution in some species, certain provenances being suitable for permanent conservation in their natural ecosystems while others must be transferred to a new home if they are to survive.

9. UTILIZATION OF BULK SUPPLIES

As information becomes increasingly available from provenance trials as to the most suitable seed source for a given planting site, emphasis will switch to the utilization of bulk supplies of these locally adapted provenances for large-scale plantation establishment. Bulk seed supply should be the responsibility primarily of Government Forest Services or commercial seed merchants, but international involvement in ensuring common standards of quality and control through regional seed certification schemes will be esential. Artificial plantations of locally adapted "land races" will play an increasing part in future bulk seed supplies and offer better opportunities for quality control than natural stands.

10. INDIVIDUAL SELECTION AND BREEDING

Individual selection and breeding within locally adapted provenances provide a method of achieving additional improvement in productivity. in the case of exotics, an important interim stage between successful provenance trials and large-scale afforestation with the best-adapted provenances may be the establishment of one or more substantial blocks (minimum area 10 ha each) of these provenances to act as seed stands and as a basis for local selection and breeding. The same stands may combine the purposes of ex situ conservation and selection. for some provenances difficulties in seed procurement may be due to inaccessibility of the natural stands and the excess of seed demand over supply rather than to genetic erosion.

ANNEX 1

A prerequisite for any planting programme is an assured source of seed supply. Whether seed is collected locally or procured from elsewhere, its quality will determine not only the number of sound seedlings raised but also their subsequent survival and growth. "Quality refers to: (i) the physiological quality of the seed, which depends on factors such as timing and methodology of collection and the handling and treatment of the seed; and (ii) the genetic quality, which depends on inherent characteristics of the stand from which seed is collected, the number of trees involved in pollination of the ovules (and, thus, the probability of inbred or "selfed" - i.e. self-pollinated - seed), and the number of mother trees used as sources. The genetic quality of the seed will also determine the value of the stand grown from it for subsequent seed collection and for selection and breeding work. It will thus have long-term affects on the development of additional local plantation programmes.

For many species the demand for forest tree seed on the world market exceeds supply. Moreover, the majority of seed of tropical/sub-tropical arboreal species moving in international trade today is poorly documented or not documented at all. This is partly because of a tendency to accept whatever seed is available, but mainly because of lack of realization of the fundamental importance of adequate documentation on seedlots used for plantation establishment, tree planting and experimental work.

In view of the above and other commonly encountered ambiguities in seed orders, FAO's Forestry Department strongly recommends that the following points be taken into consideration when procuring seed:

i) If a species has not been tried before, order only small quantities of seed for use in statistically sound experiments, and always, include local species as "controls" in such trials. If the urgency for planting is great, use proven species. Experiences on species behaviour from other countries or planting regions can give some indications of which species are of potential value for specified conditions and uses and therefore should be included in experimental work, but can never serve as a substitute for locally established trials.

ii) Pay attention to number of seeds per kilogram and do not over-order.

iii) Always demand a certificate from the supplier which gives information on origin and provenance (latitude, longitude and altitude, as a minimum) and, ideally, the number of mother trees used as sources. If the seed is to be used for experimental purposes or for the development of local seed production or breeding populations, additional information is needed on stand characteristics and earlier treatments.

iv) If an introduced species is to be used on a large scale and the best or most likely provenances for each planting zone have been experimentally determined, give top priority to the procurement of semi-bulk quantities of seed from a reliable supplier for the establishment of local seed stands, managed for maximum seed production and aimed at making the country or planting region self-sufficient in seed.


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