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4. RESUMEN Y CONCLUSIONES

Las redes de deriva son un método muy sencillo de pesca con una larga tradición en todo el mundo. Actualmente se utilizan en muchas decenas de miles de embarcaciones de pesca y contribuyen en forma significativa al total de las capturas mundiales.

En los últimos años se ha registrado una expansión de la pesca con redes de deriva en alta mar. Esta expansión se ha debido en parte a la exclusión de las flotas de gran altura de las ZEE costeras y al crecimiento mundial de la demanda de pescado, y se ha visto impulsada por la fácil disponibilidad de hilos de nailon baratos para la fabricación de redes. Estos factores han hecho posible la explotación rentable de recursos pesqueros dispersos.

De las actuales pesquerías con redes de deriva, la mayor es la del calamar del Pacífico Norte, en que participan estacionalmente más de 780 embarcaciones, cada una de las cuales utiliza 40 o más km de red. Algunas pesquerías costeras pueden competir con ella en lo que se refiere al total de red desplegada.

En el Pacífico Norte, las principales pesquerías con redes de deriva son las del salmón, el calamar y el atún (pesquería con red de malla grande). Hay también una importante pesquería japonesa del salmón dentro de la ZEE japonesa, otra más pequeña (pez espada y tiburón) en aguas estadounidenses, y muchos miles de embarcaciones que utilizan redes de deriva en las aguas costeras de China, el Japón y los Estados Unidos. Las capturas de mamíferos marinos, aves y otras especies capturadas incidentalmente han sido supervisadas en las pesquerías del calamar y el salmón en alta mar. Las únicas estimaciones sobre las capturas y evaluaciones del impacto sobre las poblaciones que pueden considerarse fiables son las relativas a las marsopas de Puerto Dall capturadas por la flota japonesa con buques nodriza. Las marsopas de Puerto Dall, los delfines francos boreales y los delfines blancos del Pacífico son capturados en número relativamente elevado por las pesquerías de alta mar. Otras especies que pueden sufrir los efectos negativos de esta actividad pesquera son los laúdes y los albatros de Laysan.

La pesquería del atún blanco y el listado con redes de deriva de malla grande en aguas de alta mar del Océano Pacífico está actualmente en descenso y deberá interrumprise no más tarde de 1992. En esta pesquería se han señalado capturas de delfines comunes y ballenas de hocico de botella australes. Otras pesquerías del Pacífico Sur son las de atún, tiburones y pequeños cetáceos y de pez espada de Perú y Chile. El delfín oscuro y la marsopa de Burmeister son al parecer los mamíferos marinos más frecuentemente capturados en aguas de América del Sur.

En el Indo-Pacífico hay una pesquería taiwanesa en el Mar de Arafura, y muchas decenas de miles de embarcaciones con redes de deriva que faenan en aguas costeras de Tailandia, Malasia, Indonesia y otros países y, cuyo objetivo son sobre todo los pequeños túnidos y el carite atlántico. No hay información sobre las capturas incidentales.

En el Océano Indico, hay una pesquería taiwanesa en gran escala con redes de deriva en el Mar de Omán, al norte de las Seychelles y en el Océano Indico meridional, sobre todo en busca del atún blanco. Hay pesquerías costeras muy extensas en la India y Sri Lanka así como en Bangladesh, Pakistán, Irán y Estados del Golfo, también en este caso en búsqueda de atunes y del carite atlántico, pero también de diversas variedades de peces no pertenecientes a los escómbridos. La pesquería de Sri Lanka captura varias decenas de miles de pequeños cetáceos, sobre todo delfines hiladores y rayados. Las capturas incidentales de las otras pesquerías se conocen muy mal.

En el Atlántico hay una pesquería taiwanesa, no documentada, en la zona en torno a Tristan da Cunha y quizá en otros lugares. Se considera que su objetivo es el atún blanco, con pequeños cetáceos y algunos pingüinos. Las pesquerías costeras del Brasil y algunos países del Africa occidental emplean también redes de deriva, pero están poco documentadas.

Hay registros fiables sobre un pequeño número de embarcaciones taiwanesas que utilizan también redes de deriva en el Atlántico Norte, al parecer para la pesca del atún. Una pesquería francesa con redes de deriva busca atún blanco en el Atlántico Norte oriental, y hay numeras pesquerías costeras en pequeña escala del salmón y otros peces pelágicos con redes de deriva en gran parte del Atlántico Norte. Se han capturado incidentalmente marsopas comunes, delfines comunes, araos de Brünnich, araos comunes, alcas y cormoranes moñudos.

Recientemente se ha puesto fin a una importante pesquería italiana del pez espada. Mientras estuvo en activo capturó gran número de delfines rayados y un número significativo de cachalotes. Continúan algunas pesquerías del atún en pequeña escala en otras partes del Mediterráneo.

La expansión reciente de la pesca con redes de deriva de Taiwán en alta mar está insuficientemente documentada y se desconoce en gran parte la composición de las capturas incidentales.

Son numerosas las preocupaciones suscitadas por las pesquerías con redes de deriva en alta mar, muchas de las cuales se deben a la competencia supuesta o real con las pesquerías existentes. Muchas de esas preocupaciones se podrían resolver mediante el establecimiento de eficaces regímenes regionales para la ordenación de estos recursos pesqueros de alta mar.

Hay también una serie de problemas ambientales relacionados con las pesquerías con redes de enmalle y deriva en alta mar y que han sido abordados en una resolución reciente de las Naciones Unidas. Entre ellos cabe destacar el posible efecto de las pesquerías con redes de deriva sobre los animales de respiración aérea y algunas de las especies ícticas poco numerosas. Para poder hacer frente a estos problemas y para que pueda continuar la pesca con redes de deriva en alta mar, habrá que establecer regímenes regionales para la ordenación pesquera de alta mar, tal como se propone en la UNCLOS.

Hay pocas diferencias importantes entre las pesquerías con redes de deriva dentro y fuera de las ZEE, si se exceptúa que la ordenación y regulación eficaz de las aguas internacionales puede resultar más difícil. El impacto ambiental de numerosas embarcaciones cada una de las cuales faenaría en aguas costeras con un reducido número de paños de red puede ser equivalente o incluso mayor que el efecto de un número menor de embarcaciones de altura cada una de las cuales utilizara un número mayor de paños de red. La resolución 44/225 de las Naciones Unidas alienta a los países riberenños a cooperar en la ordenación de las pesquerías con redes de deriva teniendo en cuenta las medidas adoptadas sobre alta mar para la conservación de los recursos marinos vivos.

Para que las pesquerías de altura con redes de deriva puedan continuar operando después de 1992 y para someterlas a una regulación que permita minimizar los impactos ambientales, deberán adoptarse los pertinentes objetivos ambientales y establecerse las resultantes medidas de ordenación. Uno de los objetivos deberá ser controlar la importancia del impacto sobre las distintas especies capturadas incidentalmente. En este caso habría que determinar los niveles de impacto aceptables, si es que los hubiere, y adoptar medidas de ordenación que permitan supervisar y controlar el impacto de las pesquerías. Para ello se requerirían considerables recursos técnicos, financieros y logísticos.


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