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6.  OPCIONES PARA LA ORDENACION MEDIOAMBIENTAL DEL DESARROLLO DE LA ACUICULTURA COSTERA

171.   En esta sección, se presentan una serie de opciones de ordenación medioambiental, muchas de las cuales se están realizando. Se describe en primer lugar un marco general de ordenación para la protección del medio ambiente costero (6.1). Se da una visión panorámica de un enfoque de ordenación integrada de las zonas costeras (6.2) y se expone la legislación que regula la acuicultura costera (6.3). Se señalan el papel y las funciones de la planificación y ordenación del desarrollo de la acuicultura costera (6.4) y se resumen algunas opciones de ordenación medioambiental en piscifactorías o a nivel de proyectos (6.5). Se subraya que estas opciones de ordenación reflejan enfoques que son en alguna medida conceptualmente diferentes.

172.   En la elección y realización de estas opciones de ordenación, que posiblemente suponen una selección o combinación de elementos relevantes de dichas opciones, habría que considerar las circunstancias a nivel local, de distrito y de gobierno central. Esta elección deberá basarse en una exacta comprensión de las influencias mutuas entre acuicultura y medio ambiente, así con un conocimiento adecuado de métodos y procedimientos de valoración del impacto medioambiental.

6.1  Un marco de ordenación para la protección del medioambiente costero

173.   Se expone a continuación un marco de ordenación para la protección del medio ambiente costero, adaptado a partir de GESAMP (1991b). Los esfuerzos de evaluación del impacto medioambiental deberían guiarse por prioridades de desarrollo previamente determinadas y objetivos bien formulados de protección del medio ambiente. Es igualmente importante que, sobre la base de la evaluación del impacto medioambiental, el comportamiento medioambiental de las actividades costeras sea seguida y controlada según directivas bien definidas y regulaciones específicas para dichas actividades que plantean una seria amenaza para el medio ambiente costero.

174.   El marco de ordenación medioambiental de GESAMP tiene tres componentes: el proceso de planificación de la ordenación, el proceso de evaluación de impacto medioambiental y el proceso regulador (Ver Figura 17). Se especifican diez niveles de acción en relación a consideraciones y factores importantes. Este marco y los procesos de ordenación que en él se describen son funciones institucionales permanentes y no funciones que surjan sólo por iniciativa de propuestas individuales.

175.   Juntamente con los procesos de planificación de la ordenación se adoptan metas generales y específicas (beneficios del desarrollo y condiciones medioambientales deseadas) y se identifican y jerarquizan valores y usos de los recursos. En el nivel (3) de acción el objetivo es determinar las características medioambientales que sustentan valores y recursos específicos y en qué medida pueden cambiarse sin causar daño.

176.   Estos valores limitadores se expresan normalmente como criterios de calidad medioambiental que se pueden utilizar para formular patrones específicos de situación y contaminación. Como se ha señalado antes, se debería aquí tener en cuenta el tamaño/intensidad de la actividad generadora de desechos y la capacidad del medioambiente de recibir masas de agua. En los niveles de contaminación establecidos para especies comestibles se deberían reflejar las pautas de consumo de pescado.

177.   Los procesos de valoración del impacto medioambiental incluyen los niveles (4) y (5) de acción, en los que se evalúa la situación medioambiental actual y se identifican y

cuantifican los insumos existentes y posibles. En el nivel (6) se valoran la utilización de recursos actuales y en proyecto con vistas a la determinación de las capacidades medioambientales. Si es necesario, se formulan medios para reducir los efectos, los cuales incluirían también la adaptación y la modificación de la utilización de los recursos. En caso de que se sobrepase la capacidad medioambiental, se evaluará de nuevo el desarrollo previsto. En caso de necesidad, en el nivel (7) se comparan todas las opciones factibles de mitigación y control, para seleccionar aquéllas que sean más útiles y eficaces a la hora de alcanzar metas y prioridades específicas.

178.   Junto con los procesos reguladores, en el nivel (8) se lleva a cabo una acción operativa y correctiva, de modo que se apliquen los controles exigidos a las actividades que suponen riesgos medioambientales tal como se han identificado en el nivel (5). Las medidas reguladoras podrían ir desde la limitación de las sustancias químicas en los efluentes hasta la prohibición de determinadas prácticas y productos. Todo ello debería también incluir incentivos y frenos financieros, ayudas, multas, imposición de tratamiento de desechos o campañas públicas de concienciación que incluyan la educación del consumidor. La eficacia de las medidas de control se mide - en el nivel (9) - a través de programas de seguimiento: primeramente, para asegurar el cumplimiento de los controles impuestos a determinadas actividades y, en segundo lugar, para medir regularmente aquellas variables que se han utilizado para indicar que se han alcanzado metas específicas. Finalmente, es necesario que haya un compromiso de actuar si el programa de seguimiento indica que hay una falta de cumplimiento en los controles o que son ineficaces o una tendencia indica que se corre el riesgo de no acercarse a los criterios limitadores. Tal acción - nivel (10) - que resulta del seguimiento completa el circuito del tratamiento.

Prerrequisitos básicos para la realización del marco de una ordenación de GESAMP

179.   Respecto a la realización de estos procesos de ordenación, GESAMP subraya las siguientes exigencias:

180.   Planificación medioambiental: Se necesita una planificación coordinada multisectorial de novedades que pueden afectar al medio ambiente marino. Debería incluir la asignación de objetivos y prioridades medioambientales, atribuciones de recursos y la preparación de planes de ordenación integrada para todos los sectores pertinentes.

181.   Evaluaciones de impacto medioambiental: Todos los desarrollos e inversiones a gran escala propuestos que tengan probablemente efectos directos o indirectos en el desarrollo marino deben estar sujetos a evaluaciones preferentes. Esta evaluación debería abarcar cambios físicos, químicos y biológicos, riesgos para la salud humana, atractivos y recursos y, en especial, beneficios y daños del proyecto para el cumplimiento de los objetivos medioambientales y de desarrollo.

182.   La necesidad de precaver: La precaución forma parte integrante de la evaluación científica del riesgo. Es esencial una aproximación pesimista para tener en cuenta las incertidumbres en las medidas y cálculos incorporados a las predicciones. Hay que utilizar la ciencia para resolver y reducir estas incertidumbres proporcionando una información cuidada de la relación entre la práctica y su efecto en los recursos marinos. Otra utilización totalmente complementaria de la precaución es tomar todas las medidas posibles práctica y económicamente para reducir al mínimo la contaminación medioambiental a través inter alia de una buena dirección y la aplicación de tecnologías eficaces y de baja producción de desechos.

Figura 17

Figura 17: Marco completo de ordenación para la protección del medioambiente marino u otro (tomado de GESAMP, 1991b)

183.   Aceptación del cambio: La aceptación de que el cambio es una característica del medio ambiente natural y también una consecuencia inevitable de las actividades humanas y del desarrollo social es algo que está implícito en este contexto. Es necesaria y está legitimada la intervención humana para limitar y controlar tales cambios.

Criterios básicos para la adaptación de un marco de ordenación medioambiental en la acuicultura costera

184.   Los criterios básicos que se señalan a continuación pueden resultar útiles en la formulación, establecimiento y mejora del marco institucional y regulador para la ordenación medioambiental de la acuicultura costera (adaptado a partir de Muir y Baird, 1991). El sistema de ordenación medioambiental debería caracterizarse por:

185.   Simplicidad: Debería ser lo más fácil posible de poner en práctica, y ser claro y comprensible para todos los que están concernidos, incluido el público.

186.   Equidad: Debería actuar imparcialmente en todos aquéllos que están involucrados en la ‘utilización’ de recursos costeros, según el grado de utilización. Debería poder aplicarse a todos los usuarios, así como a los acuicultores.

187.   Capacidad: Las instituciones ejecutoras pueden requerir fortalecimiento mediante la formación y el equipamiento; sin embargo, se debería prestar la debida atención a las exigencias actuales y a los recursos financieros disponibles.

188.   Distribución equitativa de costes: El sistema no debería ser demasiado gravoso, ni sobrecargar ni impedir excesivamente las actividades que se le han encomendado abarcar, o poner un impuesto demasiado grande a las instituciones responsbles de su ejecución.

189.   Racionalidad: Debería estar asentado sobre bases lógicas y científicas, que proporcionen su verificabilidad y, una vez puesto en práctica, que ofrezcan capacidad predictiva.

6.2  Ordenación integrada de zonas costeras (OIZC)

190.   La acuicultura costera es una de las muchas actividades que utilizan los recursos costeros. La ausencia de una adecuada coordinación entre sectores y de control del desarrollo de las diferentes actividades costeras ha contribuido en cierta medida a la reducción de los recursos naturales, a la degradación del medio ambiente y a conflictos en la utilización de los recursos. En muchos casos se puede exigir que la acuicultura costera se desarrolle en el marco general de un programa de planificación y ordenación de la zona costera. Se propone a continuación una visión panorámica de la OIZC, que puede resultar útil para los que planifican el desarrollo de la acuicultura costera.

191.   Hay una variedad de enfoques y concepciones de la ordenación de las costas. Sorensen y McCreary (1990) catalogan y estudian 11 estrategias para la ordenación de los recursos y el medio ambiente costero, donde se incluye planificación económica nacional, planificación sectorial de largo alcance de los usos o recursos costeros, mares regionales, planificación y regulación nacional o estatal del uso de la tierra, zonas especiales o planes regionales, exclusión o restricción de las riberas, evaluación de impacto ambiental de las propuestas de desarrollo costero, políticas de obligado cumplimiento y orientaciones consultivas, programas de adquisición, atlas y bancos de datos de las costas.

6.2.1  Definiciones y conceptos referidos a la OIZC

192.   La zona costera es un terreno entre la tierra y el mar que se extiende tierra adentro y hacia el mar en una extensión variable. El término “zona costera” remite a un espacio geográfico que no ha sido definido como una zona. La definición de los límites de una “zona costera” en un área determinada (“zonificación”) dependerá de consideraciones políticas, administrativas, ecológicas y pragmáticas. Por ejemplo, allí donde hay gran cantidad de posibles consecuencias e impactos costeros, deben considerarse como límites los de la zona donde es mayor la intensidad de utilización conflictiva. Si las consecuencias en la cuenca son de importancia, se hace necesaria una extensión tierra adentro de “zona de ordenación costera”. La zonificación, es decir, el proceso de definir los límites de la zona costera que hay que desarrollar y ordenar, es un componente esencial de la OIZC.

193.   La OIZC es un concepto y un instrumento para la coordinación intersectorial. Incorpora principios modernos de toma de decisiones en la planificación y ordenación de los recursos naturales de la zona, procesos interdisciplinares, bases de información intensiva. Está previsto que sea un marco general eficaz para responder a las influencias mutuas de los diferentes usos de las zonas costeras, y se basa en la consulta y en la participación de los usuarios y gestores de los recursos. La OIZC aspira a un equilibrio entre una variedad de usos compatibles, los beneficios económicos y sociales sean máximos y la conservación y el desarrollo resulten objetivos compatibles. La integración en este caso remite a (1) los diferentes sectores (por ejemplo, pesquerías, disposición de los desechos, transporte marítimo), (2) a las tareas que abarca la OIZC y (3) a los aspectos ecomómicos, tecnológicos, ecológicos e institucionales involucrados.

194.   Corresponde de manera específica a la OIZC la resolución de conflictos entre los muchos usos de los recursos costeros y el intento de determinar la combinación óptima de usos a lo largo del tiempo, reconociendo la naturaleza dinámica de los recursos y de las demandas de dichos recursos. Un programa de la OIZC tiene normalmente las siguientes características:

-   Es ejecutado por el gobierno como respuesta a una manifiesta degradación de los recursos, exposición a riesgos y conflictos derivados de los usos múltiples, o como, parte de la planificación para el desarrollo económico regional o nacional.

-   Al ser un programa, es continuo y por tanto distinto de un proyecto singular. Tiene una cierta duración y normalmente es una respuesta a un mandato legislativo o ejecutivo.

-   El programa remite a una zona física con límites tierra y mar adentro, definida como la zona costera.

-   Se aplica a una serie específica de objetivos o cuestiones. Estas cuestiones, y/o su importancia relativa, va cambiando a lo largo del tiempo.

-   El programa tiene una identidad institucional, es decir, es identificable bien como una organización independiente o (lo más frecuente) como una red cooperativa de organizaciones vinculadas por mecanismos formales que distribuyen tareas entre las organizaciones (entidades, agencias).

6.2.2  Formulación del programa

195.   Los objetivos y prioridades así como los contenidos y la complejidad de un programa de OIZC variarán de una zona a otra, según las tendencias de desarrollo, las necesidades de conservación, tradiciones, normas, sistemas de gobierno y cuestiones críticas y conflictos existentes. Pero la perspectiva principal deberá ser siempre los objetivos compatibles de usos múltiples. Si los recursos humanos y financieros son limitados, se pueden simplificar los programas de OIZC de manera que incluyan tan sólo los siguientes componentes (FAO, 1991c): (i) harmonización de políticas y finalidades sectoriales, (ii) mecanismos de reforzamiento intersectorial; (iii) una oficina de coordinación y (iv) procedimientos de aprobación y valoración de impacto ambiental (EIA).

196.   Según la FAO (1991c) los programas de OIZC deberían referirse a la planificación nacional y tal vez a planes específicos de desarrollo costero. Deberían proporcionar consejo a agentes de desarrollo y a gestores, organismos de coordinación y accionistas en orden a objetivos previamente acordados. Deberían dar oportunidades para análisis de opciones, de legislación e instituciones y para la creación de una base de información. En el Anexo 7 se hacen algunas consideraciones que pueden orientar la formulación de programas de OIZC. En la Figura 18 se da un ejemplo para el desarrollo de un plan de OIZC (Chua 1989). Chua (1991) resume procedimientos de identificación de cuestiones de OIZC y de formulación de planes de OIZC (ver Figura 19).

197.   La planificación de la OIZC debería comenzar con un “plan estratégico” que ponga los cimientos para la legislación o las disposiciones ejecutivas que son necesarias para autorizar las siguientes etapas de desarrollo del programa. El plan estratégico debería (FAO, 1991c):

-   establecer claramente los objetivos del programa de OIZC;

-   indicar cómo se pueden alcanzar esos objetivos;

-   asignar la responsabilidad del programa a un organismo particular;

-   identificar los fondos necesarios para el desarrollo del programa;

-   asegurar la colaboración de los diferentes organismos sectoriales e intereses privados concernidos;

-   establecer los límites de tiempo exigidos para las diferentes etapas de desarrollo del programa.

6.2.3  La base de información

198.   Las necesidades de información para planificar la OIZC se deberían determinar en un análisis preliminar de la situación dada, basado fundamentalmente en los datos existentes (Clark, 1991), con el objeto de:

a)   valorar los niveles y estructuras espaciales de las actividades costeras, en el momento presente, y para los años señalados en el futuro;

b)   estimar las demandas para el uso de los recursos costeros como resultado de las actividades de (a);

c)   analizar los medios posibles para producir/satisfacer las demandas estimadas en (b):

d)   analizar los impactos de las actividades en los ecosistemas costeros, basados en el vertido de desechos la costa y en la ocupación del espacio de las zonas costeras;

e)   formulación y evaluación de estrategias para la OIZC (se entiende por estrategia la combinación de rendimientos, medidas físicas, procedimientos de actuación, incentivos de ejecución, acuerdos institucionales y programas de financiación);

f)   presentación de resultados a los responsables y a las partes interesadas.

199.   En el Anexo 8 se señalan algunos tipos principales de la información que se precisa para la OIZC. En la OIZC se consideran muy útiles inventarios, atlas, bases de datos referentes a recursos, hábitats, entornos y actividades reales o posibles de desarrollo. Son especialmente útiles los sistemas de información geográfica (SIG) que ayudan a recuperar, recopilar y utilizar información existente pero difícilmente disponible sobre recursos, entornos y usos (Meaden y Kapetsky, 1991; Cendrero, 1989a; Kam, 1989; FAO, 1989a; Butler et al., 1988; Kapetsky et al., 1987; FAO, 1985b). Todo esto ayuda también a identificar las lagunas de datos, reduciendo al mínimo la necesidad de informaciones adicionales. Para ejemplos sobre la recogida de información de la OIZC, se remite al lector a los perfiles medioambientales costeros que se han realizado para algunas zonas del Sudeste Asiático (McManus y Chua, 1990; White, Martosubroto y Sadorra, 1989; Chia, Habibullah y Chou, 1988; Paw et al., 1988; Chua et al., 1987).

6.2.4.  Estrategias de ordenación

200.   La ordenación puede ser reactiva y proactiva. La ordenación reactiva integral es un proceso de dirección de asuntos y la naturaleza de las cuestiones particulares dicta el tipo de programa que se ha de crear y los límites del programa. En esta modalidad, el esfuerzo y los gastos que se requieren para poner en marcha un programa de OIZC no se justificarían a menos que se puedan abordar cuestiones múltiples e importantes. Sin embargo, cuando hay un conflicto entre intereses diferentes, puede ser muy difícil aplicar medidas correctoras. La ordenación proactiva integrada es parte de la planificación del desarrollo. Puede ayudar a evitar los conflictos más serios a la hora de tomar decisiones “justas” al comienzo del proceso. Esta consideración es especialmente importante para los países en desarrollo. En el Anexo 9 se proponen algunas cuestiones previas y consideraciones para una estrategia de ordenación en OIZC.

201.   Se han utilizado algunas estrategias específicas de ordenación como elementos de programas integrales de ordenación de recursos costeros (Clark, 1991; Lowry, 1989):

202.   Mediante planes de zonificación, se destinan explícita y legalmente espacio y recursos a diferentes tipos de usos que pueden incluir la conservación de la naturaleza y de la diversidad biológica.

203.   Las zonas protegidas (y las reservas en la biosfera) pueden proporcionar protección a zonas y especies críticas o especialmente delicadas. Sin embargo, las zonas protegidas deben combinarse con zonas de uso múltiple; un planteamiento que incluya una “zona núcleo” estrictamente protegida con áreas contiguas de amortiguación y zonas de uso múltiple. Esta combinación producirá seguramente menos resistencia que las reservas indiferenciadas.

Figura 18

Figura 18: Un ejemplo de desarrollo de un plan de ordenación integrada de la zona costera (tomado de Chua, 1989)

Figura 19

Figura 19: Procesos de identificación de resultados de ordenación de la zona costera y de formulación de planes de ordenación de la zona costera (tomado de Chua, 1991)

204.   Las zonas de exclusión en la línea de costa tienen por objeto prohibir explícitamente o limitar de manera importante la utilización en una franja o banda en la zona costera. La zona de exclusión en la línea de costa se utiliza en primer lugar para asegurar el acceso público, preservar el paisaje y proteger las costas de la erosión. Las zonas sometidas a restricción como zonas de costa son típicamente zonas hacia tierra adentro hasta la marca de la pleamar.

205.   Se pueden destinar zonas específicas para actividades prioritarias. La actividad prioritaria en una zona particular puede adquirir la condición de “uso preferente”. Pueden tener cabida otros “usos permitidos”, pero sólo en la medida en que no comprometan el uso preferente. Las designaciones de zonificación están normalmente indicadas para anticipar y coordinar futuros usos más que para responder a propuestas de desarrollo específico, como ocurre en los sistemas de licencia.

206.   En el sistema típico de licencia los usos específicos de la costas en zonas costeras concretas están sometidos a autorización. Las solicitudes de licencias requieren normalmente información sobre la actividad prevista y la naturaleza de las repercusiones que tendrá probablemente dicha actividad (ver las secciones sobre evaluación de impactos ambientales).

207.   Las directrices de localización de las instalaciones son requisitos especiales para proyectos particulares que probablemente van a tener mayor impacto en la costa. Algunas directrices de instalación especifican un proceso concreto de examen al que el proyecto se debe ajustar. Otros concretan normas referentes a emisiones y efluentes que la instalación debe cumplir (ver las secciones sobre evaluación de impacto ambiental).

208.   El establecimiento de sistemas de propiedad y ocupación puede ser el modo más seguro de proteger y ordenar los hábitats críticos y sus recursos. Si se trata de zonas propiedad del estado, debe limitarse y controlar el acceso para evitar la degradación debida a la competencia. Deben reconocerse a comunidades costeras o a intereses privados derechos de uso en exclusiva para cierto tipo de recursos o zonas. La delegación a comunidades costeras de derechos de uso y de responsabilidades de dirección puede ayudar a promover una ordenación de la costa con un costo real. La utilización de incentivos o desincentivos financieros puede también favorecer la exigencia de control o los índices de polución.

209.   Podrá ser necesario mejorar las estructuras de comunicación y negociación entre las partes involucradas en la OIZC (ver Lowry, 1989). Se puede organizar un diálogo sobre cuestiones normativas para resolver conflictos de políticas en la etapa de la planificación. Un moderador neutral organiza reuniones para resolver conflictos entre organismos u otros. El mediador ayuda al grupo a estructurar un orden del día y guía las discusiones de una manera metódica. La mediación es importante en el uso múltiple de recursos o en las disputas sobre utilización del lugar. Esto supone la utilización de una parte no partidista que diseña un proceso que asegure que todas las partes pertinentes estén representadas e identifique sus intereses; y que haga posible para los litigantes presentar opciones que se enfrenten a los intereses de cada parte y preparen acuerdos.

6.2.5.  Ejecución y aplicación

210.   La experiencia en OIZC es limitada, ya que la integración del desarrollo y ordenación de zonas costeras es un concepto relativamente nuevo. Las experiencias en la planificación y ejecución de la OIZC hechas hasta ahora en países en desarrollo e industrializados son muy diferentes (Clark, 1991; Burbridge, 1991; Chua y Scura, 1991; Sorensen y McCreary, 1990; Chua y Pauly, 1989; Juhasz, 1991; Bashirullah et al., 1989; Merschrod, 1989; Chen, 1989; Katz, 1989; Kennedy, 1990; Chong y Manwan, 1987; Charlier, 1989; Cendrero, 1989b; Archer, 1988; Hildebrand, 1989; Gubbay, 1990). Existen también propuestas de ordenación de la zona costera especialmente diseñadas para la acuicultura costera en países industrializados (ver por ejemplo Black, en prensa; Pedersen et al., 1988).

211.   Hay muchas estrategias, políticas y planes afines a la OIZC producidos por gobiernos expertos y organizaciones internacionales. Sin embargo, la ejecución de los programas de OIZC se ha enfrentado a menudo a serias dificultades y constricciones que han llevado a una escasa consecución de los objetivos de la OIZC.

212.   Las principales dificultades y razones de los fallos de los programas de OIZC incluyen: falta de apoyo técnico y financiero; falta de compromiso politico a largo plazo; cuestiones de recursos de propiedad común y asignación de derechos de los usuarios de los recursos; falta de conocimiento, motivación y participación en la gente; instituciones inadecuadas y fragmentación administrativa; definición inadecuada de los límites de la zona costera; falta de metas claramente establecidas; falta de compatibilidad con planes sectoriales de desarrollo; predominio de una ordenación de “crisis”, en lugar de una planificación de largo alcance y una ordenación proactiva; bases de información y capacidad de investigación inadecuadas; falta de personal capacitado; para identificar el organismo competente de contraparte.

213.   Las estrecheces financieras constituyen una cuestión especialmente seria, sobre todo para países en desarrollo. Es necesario encontrar fuentes financieras para la OIZC, que pueden incluir permisos y cuotas y derechos de los usuarios, según los principios de “países polucionados” y “países usuarios”, subvenciones internacionales y préstamos blandos, porcentaje sobre los programas de desarrollo, etc.

214.   Se requiere un cierto nivel de aplicación obligatoria de las normas en todos los programas de ordenación. Ello supone la existencia de un marco legal operativo y acarrea costes. Los costes de la aplicación dependen del nivel de adhesión y cooperación así como del sistema de medidas reguladoras de control, de los incentivos y desincentivos adoptados. Parecen más baratos de hacer cumplir los sistemas basados en derecho ya que pueden contar más con un autocumplimiento.

6.3  Legislación que rige la acuicultura costera

215.   Las medidas legislativas y administrativas tendentes a la compatibilidad medioambiental de las distintas prácticas acuícolas deberían ser consideradas en un contexto legislativo más amplio que rige la acuicultura costera. Muchos países tienen escasa o nula legislación acuícola específica expresamente destinada a proteger o permitir esta actividad. Sin embargo, muchos acuicultores deben hacer frente a leyes y reglamentos complejos sobre propiedad de la tierra, utilización del agua, protección del medio ambiente, prevención de la polución, sanidad pública y pesca en general. Pocos de entre ellos están redactados específicamente para promover o regular la acuicultura y existe confusión, conflictos y solapamientos (Van Houtte et al., 1989).

Cuadro 15: Un resumen de las opciones de control de la acuicultura utilizadas en algunos países industrializados (tomado de NCC, 1989)

Opción de controlCanadáDinamarcaFinlandiaFranciaJapónNueva ZelandiaNoruegaSueciaEE.UU.
Legislación esencial         +
límites de distancia 
- entre emplazamientos
- desde las zonas de
conservación
   +  +  
+        
Limites en la producción
- por factoría
- zona o número de jaulas
- por volumen
- por densidad de siembra
         
+ +      
+   +   +
      +  
    +    
Regulaciones de profundidad del agua     +  +
Zonas restringidas      +  
Moratoria sobre nuevas factorías +    +  
Regulaciones de la propiedad      +  
Informe de impacto ambiental (EIS)        +
exigido         
Control de la calidad del agua  +     +
Plan de ordenación exigido   +     
Variación de las regulaciones según el tamaño de la factoría  +    ++

216.   Un régimen jurídico particular para la acuicultura costera en un determinado país debe asegurar la satisfacción de las necesidades de los acuicultores, y también que se integren cuidadosamente las leyes pertinentes actuales o futuras. Las legislación debería tomar en consideración claramente:

a)   los objetivos de la industria: e.g. producción y mercado (local o de exportación) de alimentos, empleo, entretenimiento, etc.;

b)   los recursos o especies utilizados;

c)   el sistema o elementos utilizados para la producción; y

d)   el entorno en el que tiene lugar la producción.

217.   Se han desarrollado y aplicado diferentes medidas preventivas y correctivas para el control y ordenamiento del impacto ambiental de la acuicultura (ver por ejemplo Van Houtte et al., 1989; Bye, 1990; Quincy, 1990; McCoy, 1989; Howarth, 1990; Rosenthal et al., 1988). En el Cuadro 15 se hace un resumen de las opciones de control utlizadas en diferentes países industrializados. Van Houtte et al. (1989) han identificado cinco enfoques reguladores que incluyen (i) planificación y zonificación del uso del suelo, (ii) control de instalación y funcionamiento, (iii) límites del vertido y tratamiento de prevertido para conocer los límites, (iv) incentivos fiscales y (v) prohibiciones.

218.   En la planificación del uso del suelo y de los recursos acuáticos se debería incluir la zonificación de áreas para fines acuícolas. Además, una vez que se establezcan zonas protegidas como parques y reservas naturales, se debe establecer con claridad dónde y bajo qué condiciones se permitirían, en todo caso, prácticas de acuicultura. No se deben permitir prácticas acuícolas en aguas muy polucionadas. En las zonas de alto riesgo se deben valorar debidamente los riesgos de contaminación para acuicultura y sus consecuencias.

219.   Antes de autorizar la instalación de una piscifactoría, se pueden exigir las evaluaciones de impacto ambiental (EIA) o declaraciones de impacto ambiental (DIS). En el primer caso, se exige normalmente al inversor hacer un informe general de los efectos del proyecto en el medio ambiente; en el segundo caso, el informe es mucho más riguroso y debe incluir todos los detalles acerca del proyecto y una estimacióm minuciosa de sus efectos en el medio ambiente.

220.   Las actividades/instalaciones específicas de acuicultura costera deben identificarse y clasificarse como empresas críticas desde el punto de vista del medio ambiente y estar sujetas a procedimientos especiales de declaración o autorización.

221.   Se debe promover la instalación de equipos de control de la calidad de los efluentes o modos de tratamiento del vertido del agua por medio de incentivos fiscales, tales como ayudas directas o deducciones y exenciones de impuestos. Existen también cargas o impuestos sobre los efluentes polucionantes.

222.   Hay que regular el vertido de materias polucionantes a las aguas colindantes a causa de la acuicultura o de otras industrias mediante el establecimiento de límites cuantitativos y cualitativos al vertido de aguas residuales. Además, en orden a establecer estos límites, a menudo se hace necesario el tratamiento de los efluentes antes del vertido.

223.   Se deben promulgar leyes que regulen y controlen el movimiento de huevos, larvas/crías y ejemplares adultos de especies exóticas de peces, que puede combinarse con una certificación obligatoria de que están libres de ciertas enfermedades y prohibiendo cualquier movimiento de los ejemplares enfermos. Se recomienda la adopción y aplicación de los Códigos de Prácticas del CIEM/CAEPC para la introducción y transporte de organismos marinos y de agua dulce (Turner, 1988; Arthur y Shariff, 1991; Shariff y Subasinghe, 1990).

224.   Los productos de la acuicultura costera deberán ajustarse a normas de seguridad para mariscos antes de que se permita su consumo humano (ver, por ejemplo, WHO Expert Committee, 1974). La Comisión del Codex Alimentarius de la FAO/OMS prepara en la actualidad un borrador de código sobre la utilización higiénica de los productos de la acuicultura (FAO/OMS, 1991a), que incluye en su mayor parte un borrador sobre el uso de fármacos de veterinaria en acuicultura ((FAO/OMS, 1991b). La GESAMP (1991c) propuso un código de prácticas para el uso de compuestos inhibitorios en acuicultura, que se recoge en el Anexo 10.

225.   Se necesitan regulaciones constructivas y de adaptación con objeto de evitar obstáculos en el desarrollo de la acuicultura costera e, igualmente, asegurar que el medio ambiente esté debidamente protegido. Una regulación claramente excesiva y dudas legales pueden, sin embargo, dificultar el desarrollo de la acuicultura, creando barreras importantes para el establecimiento o el funcionamiento continuado de las piscifactorías. Se debe subrayar que el papel especial de la acuicultura en la utilización del suelo y de los recursos acuíferos para la producción de alimentos exige una legislación medioambiental integrada y flexible, que se cumpla, sea eficaz y esté adaptada a las condiciones socioeconómicas y a las necesidades de desarrollo de desarrollo de las comunidades locales, especialmente las que predominan en los países en desarrollo.

6.4  Planificación y ordenación del desarrollo de la acuicultura costera

226.   Los planes nacionales de desarrollo de la acuicultura son siempre útiles para identificar dónde debería desarrollarse la acuicultura en el país, cómo poner en práctica este desarrollo y la estructura y los recursos que se requieren. Son también útiles para regular tales actividades de modo que se asegure al máximo el éxito y se reduzcan al mínimo los conflictos de desarrollo y medioambientales.

Experiencias en el pasado

227.   Se ha afirmado que la mayor parte de las actividades acuícolas se han desarrollado mediante esfuerzos aislados y descoordinados (Pillay, 1990). El crecimiento de la acuicultura en Asia no ha estado en general guiado por planes nacionales de desarrollo pertinentes ni se ha administrado debidamente la industria (Chua y Tech, 1990). Obviamente, el crecimiento de la acuicultura ha estado y está todavía dirigido por las fuerzas del mercado. La mayor parte del desarrollo apoyado en el sector privado se guía por estas fuerzas del mercado donde es la rentabilidad lo que determina el índice de expansión. Márgenes comparativamente altos de beneficio, por ejemplo, han fomentado el desarrollo a gran escala del cultivo del camarón, que sin embargo se enfrenta ahora a una competencia cada vez mayor del mercado internacional, lo que da como resultado grandes fluctuaciones en los precios y en la demanda y problemas de comerciabilidad. Por desgracia se han sentado a menudo los esfuerzos excesivamente en obtener beneficios a corto plazo y se ha dedicado una atención insuficiente a la pianificación a gran escala (ver, por ejemplo, Hwang, 1992).

228.   En lo referente a Asia, Chua y Tech (1990) han comprobado también que no se han hecho esfuerzos para estudiar las oportunidades de desarrollo de desarrollo de la acuicultura y las implicaciones medioambientales en la transferencia de tecnología para la acuicultura de un país a otro. Se ha considerado que este factor ha tenido parte en el fracaso de algunos proyectos acuicolas en Asia.

229.   Se ha sugerido igualmente (PNUD/Noruega/FAO, 1987) que los esfuerzos internacionales para ayudar a los países en la preparación de planes nacionales de desarrollo de la acuicultura han demostrado ser problemáticos, debido a: (i) una preocupación por lo que es posible técnicamente más que por lo que es viable económicamente y socialmente aceptable, (ii) esfuerzos demasiado escasos y aislados en la preparación del plan, e (iii) insuficiente conexión con una política nacional acuícola. Se ha señalado además que la ayuda internacional en la formulación de políticas nacionales de acuicultura podría haber sido posiblemente más eficaz si se hubiera prolongado por un largo período y hubiera habido acceso a los responsables de las decisiones en un nivel más alto que el de los responsables de la acuicultura o de la pesca.

Hacia un desarrollo más sostenible de la acuicultura costera

230.   Se dispone de orientaciones y estrategias preliminares sobre una mejor planificación y ordenación del desarrollo de la acuicultura (ver, por ejemplo, Maine y Nash, 1987; ADCP, 1989; Pillay, 1990). Muchos países siguen esforzándose para mejorar su capacidad de planificación y ordenación del sector acuícola. Hay que subrayar aquí sin embargo que los esfuerzos para un desarrollo sectorial estén guiados por el principio del desarrollo sostenible, como lo define la FAO (1988):

“El desarrollo sostenible es el manejo y conservación de la base de recursos naturales y la orientación del cambio tecnológico e institucional de tal manera que se asegure la continua satisfacción de las necesidades humanas para las generaciones presentes y futuras. Este desarrollo sostenible (en los sectores agrícola, forestal y pesquero) conserva la tierra, el agua y los recursos genéticos vegetales y animales, no degrada el medioambiente y es técnicamente apropiado, económicamente viable y socialmente aceptable.”

6.4.1  La acuicultura costera en el desarrollo económico nacional

231.   En muchos países, el éxito del desarrollo de la acuicultura costera dependerá del grado de priorización e integración en los planes nacionales para el desarrollo económico y agrícola. Asimismo, el éxito de los planes de desarollo de la acuicultura costera vendrá determinado por el grado de compatibilidad con los planes de desarrollo de otros sectores. Considerando las prácticas acuícolas relevantes para la realización de una agricultura y desarrollo rural sostenibles (ADRS), la Conferencia FAO/Países Bajos sobre Agricultura y Medio Ambiente (FAO/Netherlands, 1991a) ha identificado y presentado los siguientes elementos para una estrategia permanente:

a)   Creación de un marco político adecuado. Se perseguirán dos objetivos importantes tendentes a:

-   ampliar las opciones de la gente, de modo que no necesiten estropear su medio ambiente;

-   crear las condiciones para que las fuerzas del mercado actúen eficazmente, al tiempo que se proporcionan medidas correctoras en los casos en que el mercado no pueda asegurar una ordenación sostenible de los recursos naturales.

b)   Para una agricultura y desarrollo rural sostenibles se consideran esenciales tres objetivos de política sectorial:

-   seguridad alimentaria, garantizando una combinación adecuada de autosuficiencia y autodependencia;

-   generación de empleo e ingresos en las zonas rurales;

-   conservación de los recursos naturales y protección del medio ambiente.

c)   Hay tres objetivos que podrían dirigir la elección de opciones para una agricultura y desarrollo rural sostenibles:

-   mejorar la eficacia

-   aumentar la capacidad de adaptación y reducir al mínimo los riesgos

-   promover la diversidad

d)   Se consideran cuatro opciones principales:

-   intensificación por medio de la especialización

-   intensificación por medio de la diversificación

-   combinar actividades dentro y fuera de la factoría (pluriactividad)

-   sistemas extensivos

232.   En muchos casos estas opciones no son fácilmente aplicables, y se requerirán los siguientes ajustes y cambios principales:

-   descentralización delegando más responsabilidades al nivel local, proporcionando incentivos para iniciativas por parte de las comunidades locales, en lugar de dejarlas en manos de mecanismos administrativos de “vuelva usted mañana”;

-   señalando claramente los derechos respecto al uso de los recursos;

-   aliviando la presión sobre los recursos naturales, acometiendo trabajos de mejora, rehabilitación y conservación, de modo que los recursos puedan ser utilizados más intensivamente; fomentando la demanda de productos que se pueden producir de forma permanente; y mejorando la relación hombre/tierra (y agua) por medio de la reforma agraria y, allí donde sea deseable y factible, fomentando la emigración;

-   utilizando tecnologías adaptadas a objetivos de sostenibilidad, en orden a proporcionar ayuda en los puntos en que el medio ambiente esté sometido a una presión especial; proporcionando paquetes de sistemas de cultivo más que tratando cada problema separadamente; buscando soluciones en tecnologías de información, prácticas provechosas y conocimientos técnicos más que en el uso creciente de inversiones y bienes exteriores.

6.4.2  Desarrollo de la pesca y la acuicultura costera

233.   Lo más importante es que la planificación y gestión de la acuicultura costera haga hincapié en esfuerzos de desarrollo compatibles con las condiciones actuales o en proyectos de acuicultura continental y de pesca de captura, tanto costera como en aguas continentales (Bailey y Skladany, 1991). Se deben tener en cuenta y prever los efectos del desarrollo de la acuicultura costera en los recursos de pesquerías costeras y en la aceptación por parte del consumidor y en su comerciabilidad, especialmente distribución y mercadeo de productos pesqueros. En algunos casos se hará incluso necesario limitar la expansión de la acuicultura costera en orden a evitar daños a los usuarios de los recursos de las pesquerías costeras, tales como las comunidades tradicionales de pesca en pequeña escala. En la selección de emplazamientos acuícolas, métodos y especies se deben tener en cuenta las oportunidades de empleo (jornada parcial o completa) para los pescadores y la demanda local de especies que no suministran las pesquerías de captura o que se pescan en cantidades insuficientes.

6.4.3   Acuicultura costera y desarrollo rural

234.   Los planificadores del desarrollo de la acuicultura costera deberían, donde fuera preciso, participar activamente en la formulación y ejecución de planes de ordenación transectorial con vistas a coordinar el uso de la tierra y el desarrollo de los recursos en las zonas costeras. La asignación de recursos y posibles emplazamientos a la acuicultura así como la selección de formas de prácticas acuícolas deberían ir precedidas de estudios de campo y evaluaciones adecuados. Es importante que los planificadores del desarrollo de la acuicultura costera y los acuicultores experimentados participen en los estudios de costas que lleven a la designación de zonas con especificación del uso de los recursos.

235.   La viabilidad económica y la aceptabilidad social de las actuales prácticas de acuicultura pueden ser promovidas todavía más mediante una mayor integración horizontal y vertical en las economías locales. Los acuicultores pueden estimular la aceptación y ayuda por parte de los representantes de otras actividades económicas mediante la obtención de acuerdos, por ejemplo, sobre cambios en las pautas de uso de suelo y agua y eliminación de desechos, diversificación de métodos, uso de subproductos agrícolas, promoción de sistemas locales de mercadeo, fomento de instalaciones de tratamiento con base local, etc.

6.4.4  Acuicultura y políticas medioambientales

236.   La planificación y ordenación de la acuicultura costera tendrá en cuenta, en muchos casos, las políticas nacionales establecidas encaminadas a la protección del medio ambiente. En los planes de desarrollo de la acuicultura, habría que señalar cómo se ha adaptado el marco general de gestión adoptado para la protección de los ambientes costeros para responder a las necesidades y características específicas de las prácticas acuícolas. Las exigencias de protección medioambiental para la acuicultura deberían también integrarse en los planes de desarrollo de otros sectores. Las exigencias y especificaciones de la evaluación medioambiental y control de las prácticas acuícolas deberían formar parte integrante de un plan de desarrollo organizado que contendría también opciones para la mitigación de impactos en el ambiente. En los planes de desarrollo hay que dar prioridad a las prácticas de acuicultura aceptables desde el punto de vista del medio ambiente. Los planificadores del desarrollo de la acuicultura costera deberían participar activamente en la formulación de la legislación medioambiental que rige la acuicultura.

6.4.5  Ayuda a la acuicultura costera y limitaciones del desarrollo

237.   Las estrategias gubernamentales de desarrollo para apoyar una acuicultura sostenible deberían dar importancia creciente a las consideraciones medioambientales, promoviendo los siguientes aspectos (Chua y Tech, 1990):

-   demostración de la viabilidad técnica y económica de los sistemas de acuicultura con orientaciones para la elección de especies y sistemas de cultivo apropiados y procedimientos adecuados para el funcionamiento de las piscifactorías;

-   infraestructura básica en la zona de acuicultura en forma de medios para el suministro y expulsión de agua, electricidad, carreteras, servicios posrecogida y de mercadeo;

-   accesibilidad a instituciones de crédito y planes de seguros para la inversión en acuicultura;

-   formación técnica y de gestión para pequeños acuicultores, técnicos y gestores;

-   desarrollo y transferencia de tecnologia, apoyado por investigaciones adecuades.

238.   Al formular o modificar planes de desarrollo de la acuicultura costera, puede resultar útil señalar específicamente limitaciones al desarrollo impuestas por (i) el estado actual de la tecnología y pericia en la acuicultura, (ii) condiciones socioeconómicas imperantes, (iii) insuficiencia de instituciones y normas (iv) acceso a y disponibilidad de los recursos exigidos, y (v) estado actual del medio ambiente costero y su capacidad para asimilar todavía más efectos de contaminación y modificaciones físicas.

6.5  Opciones de ordenación medioambiental a nivel de piscifactoría o de proyecto

239.   Se ha subrayado que la ordenación medioambiental a nivel de piscifactoría puede ser lograda fundamentalmente mediante una planificación y diseño apropiados, y en particular, mediante una adecuada elección del emplazamiento que permita un intercambio suficiente de agua y a través de la racionalización en el funcionamiento y mantenimiento de la piscifactoría, que incluya adecuada selección de especies, tasas de población adecuadas, regímenes alimenticios apropiados y uso esmerado de sustancias químicas acuáticas. Se requiere un seguimiento constante de las condiciones de los productos cultivados, la calidad del agua y las circunstancias higiénicas.

6.5.1  Formulación de proyectos acuícolas

240.   Es esencial una cuidadosa planificación para formular proyectos sostenibles de acuicultura costera. Se dispone de material orientativo sobre la formulación de proyectos acuícolas (Insull y Nash 1990; ver también Eid 1986; FAO, 1989c). El Programa de Desarrollo y Coordinación de la Acuicultura (ADCP) ha publicado unas orientaciones generales para la bioprogramación y diseño de una instalación acuícola (Brown y Nash, 1988). En el Anexo 11 se ofrece una lista elemental para proyectos de acuicultura costera en ambientes tropicales. En el diseño y construcción de una nueva instalación acuícola, especialmente cuando se aplican nuevas tecnologías no experimentadas en una zona particular, la prudencia aconseja desarrollar el nuevo sistema por etapas, de forma que cualquier cambio necesario pueda incorporarse fácil y económicamente.

241.   A continuación se señalan diez “principios” de desarrollo sostenible para la orientación de proyectos, que pueden ayudar a prever problemas medioambientales y de desarrollo en la acuicultura costera (Brindley, 1991):

1)   Consultar con los aldeanos, granjeros y todos los demás participantes. Llegar a un acuerdo sobre problemas y soluciones antes de actuar.

2)   Planificar a pequeña escala, proyectos flexibles. Un plan debe ser un anteproyecto, no una cárcel. Debe ser capaz de incorporar nueva información que vaya surgiendo durante el proyecto.

3)   Dejar que la gente que se beneficia del proyecto tome las decisiones. La tarea del experto es compartir sus conocimientos, no imponerlos.

4)   Buscar soluciones que pueden multiplicarse en cientos de miles para el mayor impacto sobre el desarrollo. Pero las soluciones deben ajustarse estrictamente a las necesidades locales.

5)   Proporcionar educación y formación, especialmente para jóvenes y mujeres, que siguen siendo los agentes más eficaces del cambio, porque se enfrentan a la realidad de la supervivencia de la familia.

6)   Mantener al minimo las inversiones externas para reducir la dependencia y aumentar la estabilidad. Las ayudas, suplementos y tecnología inapropiada no son sostenibles.

7)   Edificar sobre lo que la gente está haciendo bien. Se adoptarán nuevas ideas solamente si no son contrarias a la práctica local. Las nuevas tecnologías deben ayudar a las ya existenttes, no reemplazarlas.

8)   Evaluar los impactos de los cambios propuestos. Un equipo inter-disciplinar, que idealmente incluyera especialistas pertenecientes a una misma cultura, debería examinar los aspectos económicos, sociales, culturales y medioambientales.

9)   Considerar insumos y resultados. El fracaso de proyectos enfocados a un único resultado, como por ejemplo la productividad agrícola, ha demostrado que lo mejor es enemigo de lo bueno.

10)   Mantener o mejorar el nivel de vida de los participantes. Las mejoras medioambientales a largo plazo son insostenibles, a menos que se apliquen también a los problemas a los que se enfrenta hoy el pobre.

6.5.2 Medidas de adaptación y mitigadoras

242.   Actividades acuícolas debidamente emplazadas y dirigidas no pueden provocar cambios ecológicos inaceptables. No obstante, si se dieran esos cambios, se pueden tomar medidas para evitarlos o reducirlos al mínimo.

Uso racíonal de manglares

243.   EI GESAMP (1991c) recomienda que se desaconseje para la acuicultura el uso de manglares a lo largo de la costa o en las riberas de los ríos por su contribución importante a la estabilidad costera, ya que evitan la erosión del suelo, y por su papel como hábitats valiosos. A diferencia del cultivo extensivo de camarón en marismas de manglares que utilizan la energía de las mareas para el cambio del agua y proporcionan larvas de camarón, el moderno cultivo intensivo de camarón utiliza bombas mecánicas para el suministro del agua y cría en incubadoras. En cuanto tal, la utilización de marismas de manglares para el cultivo intensivo de camarón es injustificable en términos medioambientales. El uso tradicional de tierras húmedas de manglares para la acuicultura intensiva tiene un impacto ecológico mínimo.

244.   Burbridge et al. (1988) sugieren el siguiente enfoque para la construcción de estanques de peces y camarones en zonas de manglares:

1)   En zonas de manglares, la primera alternativa que se debería considerar es la colocación de los estanques en el interior del manglar.

2)   Antes de plantearse la habilitación de zonas adicionales de manglares, habría que considerar la rehabilitación de estanques abandonados y/o la mejora de la gestión de los ya existentes.

3)   Cuando no hay alternativa a la reconversión del manglar, se deberían tener en cuenta las siguientes directrices:

a)   evitar suelos con alto potencial de sulfato de ácido;

b)   si esto es inevitable, incorporar al diseño del estanque la posibilidad de cambiar diariamente el 25% aproximadamente del volumen de agua del estanque por agua de las mareas o agua bombeada;

c)   si no se puede conseguir el adecuado cambio de agua, habría que utilizar cal para neutralizar los ácidos, habría que trasladar al sitio suelos no ácidos para formar las paredes y revestir los estanques;

d)   no situar los diques sobre los canales de marea porque se piensa que forman un hábitat primario para el estado postlarval de algunas especies de peces que se crían normalmente en estanques; los lechos del canal de marea forman también bases débiles para los “bunds” y es probable que se hundan;

e)   no bloquear los canales de marea u otros canales que permiten la circulación de las aguas de las mareas del manglar contiguo;

f)   evitar el desvío del agua dulce fuera del manglar; cuando haya que desviar agua dulce, se debería redirigir hacia el manglar por medio de canales poco profundos a lo largo de los márgenes de los estanques que dan hacia el mar.

245.   Kapetsky (1987a) subraya la necesidad de un ordenamiento integral a largo plazo de las zonas de manglares. Soluciones que se proponen con frecuencia, tales como la intensificación del cultivo en estanque en lugar de la extensificación y la promoción de técnicas de acuicultura no destructivas como jaulas, recintos y balsas como alternativas al cultivo en estanques, no son muchas veces aceptables a causa de sus exigencias tecnológicas y económicas. Thorhaug (1987; 1990; ver también Coats y Williams, 1990) ha estudiado métodos y resultados de restauración de manglares y zostera como medios benéficos para la pesca y acuicultura, tanto ecológica como económicamente.

Tratamiento de residuos

246.   Es necesario el tratamiento de los efluentes sobre todo en sistemas intensivos de acuicultura. Sin embargo, índices altos de volumen de caudal y concentraciones de contaminantes relativamente diluidas en tales efluentes plantean problemas importantes. En los países industrializados se han desarrollado técnicas de tratamiento basadas en la sedimentación, decantación, oxidación biológica y filtración (Warrer-Hansen, 1982; ver también Petit y Maurel, 1983). A menudo estas técnicas están previstas para sistemas de alta tecnología (ver por ejemplo Mäkinen et al., 1988; Cripps, en prensa; Beveridge et al., 1991; Dryden, 1991). Huguenin y Colt (1989) estudian modos de reciclaje del agua, que incluyen nitrificación y biofiltros, fraccionamiento de la espuma, absorción del carbono, intercambio iónico, sistemas de algas y ozono.

247.   Las dificultades económicas en los costes de producción y funcionamiento hacen a menudo difícil de sostener el tratamiento de residuos de las piscifactorías (Muir, 1982), sobre todo en los países en desarrollo. Las instalaciones para el tratamiento deben ser eficaces, más aún, viables económicamente en la instalación y en el funcionamiento. Sin embargo, la utilización de estanques de sedimentación convenientemente proyectados parece ser en muchas granjas comerciales una práctica eficaz en lo que se refiere al costo. Mientras los métodos de sedimentación son eficaces generalmente para la eliminación de sólidos en suspensión (Henderson y Bromage, 1988), el proceso mismo puede aumentar el índice de eyección de sustancias disueltas durante la descomposición de los sólidos El fango acumulado en estanques de sedimentación o en viveros de cultivo debería depositarse en la tierra sobre las paredes de barro de los estanques.

248.   Se puede lograr también la eliminación de la materia en suspensión procedente de estanques en estanques de sedimentación poblados con organismos de alimentación por filtro, como ostras o mejillones. Se puede reducir la cantidad de nutrientes si se cultivan en estanques algas marinas como la Gracilaria o la Caulerpa juntamente con camarón o sabalote o se crían en canales de salida (Chua, en prensa). Las prácticas integrales de policultivo fuera del fondo de bivalvos y algas (Ruying y Qingyin, 1992), cría de salmónidos en jaulas combinada con el cultivo de mejillones (Folke y Kautsky, 1989), la utilización de mújoles en jaulas de fondo debajo de jaulas de besugo (Porter et al., en prensa), o sistemas de coproducción de camarón/ostra (Wang, 1990) resultan muy útiles para reducir los efectos de la cantidad de residuos procedentes de piscifactorías basadas en el mar (ver también Shpigel y Fridman, 1990).

249.   Cambiar el emplazamiento de los cultivos es un método que puede utilizarse en piscifactorías basadas en el mar de acuicultura para evitar una excesiva acumulación de sedimentos, orgánicos. La rotación en el emplazamiento puede contribuir a la recuperación del sedimento mediante la dispersión y la desintegración natural de los residuos en los períodos en que se dejan en barbecho las zonas de cultivo. A veces se recurre al arrastre adicional de sedimentos para favorecer la oxigenación y mineralización de los residuos. Se puede reducir la cantidad de sedimentos por unidad de superficie mediante sistemas de único punto de amarre en las piscifactorías de jaulas (Ives, 1989).

250.   Se está experimentando una tecnología sofisticada, como bombas sumergibles y mezcladoras, y dispositivos o colectores en forma de embudo para la captación de desechos, que tal vez puedan usarse regularmente en el futuro para recoger o dispersar los desechos orgánicos depositados (NCC, 1989; Weston, 1991).

251.   La aplicación de métodos como la rotación del emplazamiento y la dispersión de los desechos sedimentados puede sin embargo aparecer poco deseable en algunos casos, ya que tales prácticas pueden perturbar una superficie mayor del fondo (Gowen et al., 1990; Weston, 1991).

Uso racional de alimentos y fertilizantes

252.   Puesto que el insumo de fertilizantes y, sobre todo, de piensos es a menudo la causa principal del deterioro de la calidad del medio ambiente dentro y fuera de la unidad de cultivo, son necesarias mejoras en el tratamiento (i. e., selección, almacenamiento, manipulación y aplicación) de dichos insumos. Remitimos al lector a la importante documentación existente, como por ejemplo, Tacon (1988); New (1987); Tacon (1987a, 1987b). Se subraya que la elección y adopción de métodos adecuados de alimentación y de piensos de “bajo índice de polución” dependerá, en muchos casos, de las circunstancias financieras a las que han de hacer frente los acuicultores.

253.   Se debería evitar el uso excesivo de fertilizantes inorgánicos y orgánicos. Dependiendo de las condiciones de la piscifactoría, es difícil predecir o regular el grado de fertilización requerido. Se debería llevar a cabo regularmente el control de la calidad del agua del estanque. Se sugiere consignar tiempo, frecuencia y modo de aplicación así como el tipo y la cantidad de fertilizantes aplicados. Habría que tener seguridad de que los fertilizantes se dispersen y diluyan bien. Piedrahita y Giovannini (1991) tratan de los

nuevos desarrollos en la ingeniería y la organización de sistemas de estanques fertilizados sin piensos.

254.   Desgraciadamente, en la actualidad es escasa o no existe información sobre las necesidades de nutrientes dietéticos de especies de peces de aguas templadas o camarones en condiciones de cultivo semiintensivo en estanques, o referente a la producción natural de alimento de los estanques con diferentes técnicas de tratamiento (es decir, agua, aireación, fertilizante y pienso) (Tacon, en prensa). Sin embargo, es práctica actual la transferencia y aplicación directa de estrategias de alimentación intensiva con dietas completas a sistemas semiintensivos de acuicultura en estanques. Por ejemplo, en la actualidad la mayoría de los acuicultores comerciales de camarón en América Latina y Asia emplean una estrategia de alimentación de dieta completa en sus estanques semiintensivos de camarón sin que se prevea la disponibilidad de alimento natural en las dietas artificiales utilizadas (Tacon, en prensa). Desde luego que se hace necesario remediar esta situación para que los acuicultores puedan reducir los costes de producción y la expulsión al medio ambiente de los desechos derivados de la alimentación.

255.   Nunca se insistirá demasiado en que los regímenes de alimentación necesitan adaptarse a los hábitos específicos de alimentación y al comportamiento de las especies cultivadas, sobre todo en sistemas de cultivo intensivo (cantidad de alimento). Idealmente, las cantidades de alimento se deberían determinar sobre la base del conocimiento del comportamiento alimentario y las exigencias nutricionales propias de cada especie así como de las estimaciones de biomasa en las unidades de cultivo. Sin embargo, resulta problemático el cálculo de índices óptimos de alimentación, ya que no se han elaborado todavía métodos adecuados para una evaluación exacta del peso y número de la población por unidad de cultivo.

256.   En muchos casos, el desperdicio de alimentos debido a una sobre alimentación puede reducirse mediante una esmerada alimentación manual. Habria que controlar estrictamente el alimento proporcionado por alimentadores automáticos. Se puede exigir que los alimentos se distribuyan de modo uniforme por la unidad de cultivo, o la estrategia de alimentación puede adaptarse al comportamiento territorial de la población cultivada o a los efluentes de agua predominantes en la unidad de cultivo.

257.   Se sugiere un registro meticuloso de la cantidad y tipo (por ejemplo, pescado de desecho, piensos compuestos, contenido de agua, composición química, tamaño de las partículas, etc.) de los alimentos que se dan, de los métodos y mecanismos de alimentación (alimentación manual, alimentadores a petición/automáticos, alimentación desde una embarcación, pulverizadores de comida, etc.) así como del tiempo y frecuencia diaria de alimentación o de cualquier cambio en la estrategia alimentaria, como la posición del operador/alimentador en relación a la unidad de cultivo. Habría que observar también, cuando sea posible, la respuesta de las especies cultivadas a la alimentación. Con la recogida de esta información, se puede mejorar el significado de los valores del coeficiente de conversión del alimento específico de la piscifactoría, como parámetro importante para la evaluación de la eficacia de la alimentación.

258.   Las pérdidas de alimento en el cultivo de salmónidos en jaulas se han reducido con la utilización de píldoras de alimentos que se hunden lentamente y, más recientemente en Escandinavia, con la introducción de píldoras flotantes que se depositan en la base de las jaulas y flotan lentamente hacia la superficie (NCC, 1989). Estas píldoras flotantes permiten controlar la pérdida de alimentos y extraer las píldoras no comidas. Estas técnicas que pretenden maximizar la posibilidad de ingestión de las píldoras se encuentran todavía en fase de desarrollo, pero pueden llegar a reducir de manera significativa las cantidades de sólidos. Sin embargo, la dispersión de las píldoras no capturadas por zonas más amplias a causa de los efluentes puede considerarse ventajosa o inconveniente para el medio ambiente. En relación al contenido de agua de las píldoras, NCC (1989) recomienda que se desaconseje la utilización de dietas mojadas o húmedas en el cultivo de salmónidos de Escocia.

259.   En la actualidad, se presta también una atención creciente a la reducción del volumen de desechos mediante el desarrollo de estrategias nutricionales tendentes a mejorar la composición de los piensos para la acuicultura intensiva tal como se hace en los países templados. Estas estrategias incluyen la aplicación de biotecnología en el preprocesado de los ingredientes alimentarios para aumentar su digestibilidad y pretenden lograr una nutrición óptima y un equilibrio energético en la dieta conducente por esa razón a una retención alta de materia nutritiva. Cho et al. (1991) señalan que el alimento más conveniente lo constituyen las dietas altamente digestibles, de alta densidad de materia nutritiva y con una proporción bien equilibrada proteína: energía. Sin embargo, se señala también que el coste por unidad de producción de pescado debe ser al mismo tiempo aceptable para la situación del mercado. En Cowey y Cho (1991) se puede encontrar una visión general de los estudios y experimentos actuales en relación a una mejor formulación y procesado de la alimentación para la acuicultura intensiva en países templados. Además se remite al lector a Akiyama (1991); Jensen (1991); Enell y Ackefords (1991); Carter (1991); Seymour y Bergheim (1991); Clarke (1991); New (1990b, 1989).

Uso de sustancias químicas

260.   Se deben utilizar con sumo cuidado en acuicultura sustancias químicas como los biocidas y biostatos, las sustancias químicas presentes en los materiales de construcción, etc. Gracias a una toma de conciencia creciente sobre el medio ambiente en todo el mundo, es de esperar que la cuestión del uso de sustancias químicas en acuicultura se convierta en un criterio muy importante en la aceptación por parte del consumidor y en la comercialidad de los productos acuícolas.

261.   Hay que animar a los acuicultores a que reduzcan, en la medida de lo posible, todos los tratamientos necesarios por medio del uso de prácticas prudentes que tiendan a la prevención del estrés, incluyendo un manejo cuidadosamente mínimo y, especialmente, el evitar la población excesiva (NCC, 1989). Hay que dar más importancia a las medidas preventivas, especialmente en los sistemas intensivos de cultivo. Se debería considerar el uso de sustancias químicas como el último recurso cuando otras medidas se han revelado insuficientes.

262.   La prevención de enfermedades debería, cuando sea posible, incluir un control de calidad estricto del material reproductor; almacenamiento, manejo y aplicación de los piensos apropiados; control regular de la calidad del agua; inspección de las especies; detección pronta de comportamientos inusuales, pérdida de apetito, etc. y separación o eliminación de cualquier organismo cultivado enfermo o muerto. Los métodos biológicos de control, tales como el uso de especies lábridos (Ctenolabrus spp.) para eliminar piojos parásitos en el salmón de Noruega, pueden ayudar a reducir la aplicación de productos químicos peligrosos (Anónimo, 1990).

263.   Habría que evitar el uso profiláctico de antibióticos y los antibióticos se deberían administrar sólo con la finalidad de curar enfermedades infecciosas (ADB/NACA, 1991; Braaten y Hektoen, 1991). Los riesgos para el medio ambiente se pueden reducir limitando la exposición a fármacos específicos, mediante, por ejemplo, la modificación de las formulaciones, evitar el uso frecuente de un único compuesto, la rotación de fármacos, cambios en los métodos de aplicación y un programa apropiado de aplicación.

264.   Para un uso apropiado de fármacos en acuicultura en Canadá, se ha recomendado (Johnson y Ronnie, 1989, recogido en Schnick, 1991) que el acuicultor (1) obtenga un diagnóstico adecuado, (2) que use un compuesto y un itinerario de administración adecuado, (3) que utilice dosis por un tiempo mínimo, (4) que registre y evalúe tratamientos, y (5) que sea consciente de los residuos. Evidentemente, es necesario disponer de conocimientos técnicos especializados para ayudar a los acuicultores en el diagnóstico de problemas de enfermedad, en la mejora del trabajo de prevención de enfermedades en la piscifactoría y en el uso apropiado de fármacos.

265.   Puede ser conveniente establecer servicios públicos para la gestión sanitaria de la acuicultura que puedan satisfacer las necesidades en materia de cuarentena, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y control de calidad del producto. Habría que asegurarse de que estos esfuerzos beneficien también a los acuicultores a pequeña escala, por ejemplo, por medio de la capacitación y extensión.

266.   Los acuicultores deberían llevar registros del uso de productos químicos, con inclusión de tipo, cantidad y combinación de los productos químicos utilizados; razones para su aplicación; modo, frecuencia, comienzo y fin de las administraciones de dichos productos; cantidad/número y tamaños de las poblaciones tratadas; y tiempo de cosecha de las poblaciones tratadas. Son esenciales el almacenamiento y eliminación seguros de los productos químicos.

267.   ldealmente, se deberían establecer inventarios detallados del empleo de productos químicos para su uso por parte de las autoridades competentes. Se pueden exigir registro, licencias de mercado y otros tipos de control a la importación, manufactura, procesado (por ejemplo, productores de pienso) o venta de compuestos peligrosos. Hay que proporcionar a los acuicultores que compran productos que pueden contener componentes peligrosos una información comprensible para un uso adecuado que incluya advertencias, contraindicaciones, dosis recomendada, procedimientos de tratamiento, tiempos de retención del fármaco, tiempos recomendados de retirada, etc. Remitimos además al lector a (FAO/OMS, 1991a; ICES, 1990; Bernoth, 1991b; Ellis, 1991; Meyer y Schnick, 1989; Schnick et al., 1989; Williams y Lightner, 1988).

Descontaminación

268.   Los bivalvos tienen la virtud de concentrar y acumular microorganismos patógenos y sustancias químicas procedentes de aguas contaminadas, lo que, unido a la costumbre de consumir crustáceos crudos o muy poco cocidos, hace que los bivalvos sean peligrosos para el consumidor imprudente.

269.   Se están tomando o experimentando algunas medidas para prevenir problemas relacionados con la salud humana (Canzonier, 1988; Thrower, (1990). En NACA (1989) y Otwell et al. (1991) se puede hallar documentación sobre experiencias de depuración e higiene de mariscos en países en desarrollo e industrializados.

270.   Métodos de tratamiento por calor de los bivalvos tras de la recogida, que van desde el escaldado al vapor hasta la esterilización total en procesos tales como el enlatado, son apropiados sólo en bivalvos que contienen contaminantes que desaparecen al calor y que el consumidor acepta como productos cocidos. La aplicación de algunas soluciones de escabechado puede ayudar a eliminar bacterias y partículas de arcilla que recogen metales pesados de las agallas y las bocas. Se pueden utilizar, aunque son costosas, técnicas de irradiación para esterilizar productos, pero se pueden derivar cambios no deseables en cuanto a sabor, olor y textura.

271.   La recolocación es la recogida de mariscos de un lugar contaminado para permitirles purificarse ellos mismos de contaminantes en aguas no contaminadas durante príodos de tiempo relativamente largos. Esta práctica que puede, claro está, lograr una eliminación eficaz de algunos contaminantes como metales pesados, exige, sin embargo, mucho tiempo y trabajo.

272.   En los procesos de depuración, los animales son trasladados a depósitos especiales con un cambio constante o frecuente de agua de mar limpia de la que se supone que se han eliminado los elementos patógenos. La eficacia/duración del proceso es muy variable, y depende de la naturaleza del contaminante, de las especies que hay que depurar, de la tasa metabólica de las especies, y de la calidad del agua del depósito.

273.   Sin sistemas adecuados de desinfección, la depuración puede servir para propagar elementos patógenos de unos pocos animales contaminados a muchos otros en el sistema de depuración. Por eso se esteriliza a menudo el agua de mar, utilizando cloro, ozono o luz ultravioleta. Sin embargo, niveles altos de cloro pueden desactivar efectivamente muchos elementos patógenos, pero pueden también afectar negativamente a los animales. Con algunos desinfectantes, algunos animales se cierran del todo y por lo tanto no se desinfectan. Aunque costosa, la ozonación parece ser un método eficaz. Por otra parte, el ozono residual del agua, que no afecta negativamente a los alimentadores por filtro, da resultados en la desactivación de elementos bacteriales patógenos de los peces, de ciertos parásitos y, posiblemente, de virus, incluido el poliovirus (GESAMP, 1991c). Hay todavía una dura controversia sobre si la depuración elimina o no los virus patógenos (Thrower, 1990). Está más extendido el uso de luz ultravioleta y tiene la ventaja de su costo relativamente bajo y la ausencia de manchas residuales y olores de los residuos químicos (Thrower, 1990).

274.   Sin embargo, la depuración en pequeña escala no es viable económicamente, y puede exigir un trabajo en colaboración entre acuicultores e industrias de procesado, apoyada a ser posible por las autoridades públicas. La utilización del proceso impone también severas restricciones de tiempo en los sistemas de comercialización y puede exigir la aplicación de rigurosas medidas de control en la manipulación y distribución del producto depurado. Canzonier (1988) subraya que las exigencias de trabajo para una depuración eficaz son tan onerosas que a menudo o se abandona totalmente el proceso.

275.   Otros tipos de contaminantes como algunos hidrocarburos, metales pesados y biotoxinas, pueden estar tan apegados a los tejidos del bivalvo que el proceso de depuración para reducir esos contaminantes a niveles aceptables es prácticamente inútil. Shumway (1990, 1989) examinó los intentos para desintoxicar mariscos contaminados con ficotoximas a fin de reducir la duración de los tiempos de no comercialización (“off- market”). Mientras que la recolocación es satisfactoria para muchas especies, los tiempos de retención de toxinas varían considerablemente de una especie a otra, y algunas siguen siendo tóxicas durante mucho tiempo. La ozonación puede ser eficaz en algunos casos, mientras que resulta inútil en la desintoxicación de bivalvos que han ingerido quistes de algas o han tenido las toxinas en sus propios tejidos durante largos períodos. Hoy en día, la viabilidad económica de una desintoxicación eficaz de mariscos en sistemas artificiales a gran escala no es muy halagüeña (Shumway, 1990).

276.   En Japón y en otros países, se recurre a la aplicación de sustancias químicas tales como peroxocarbonato, sulfato de cobre, formalina y otros, para eliminar organismos de marea roja (Okaichi, 1991). Aunque se puede restringir el uso de tales sustancias químicas a estanques de acuicultura o a zonas acuáticas muy limitadas, se sigue evaluando a fondo la viabilidad ecológica y económica de este tipo de contramedidas. En vista del número creciente de floraciones de algas, Maclean (1991) subraya la necesidad del seguimiento de mariscos y/o plancton combinado con la investigación hidrográfica así como la educación pública.

277.   Las contramedidas para floraciones de algas a nivel de piscifactoria pueden incluir (Black, 1988): (i) provisión de tomas múltiples de agua (por ejemplo, bombeo desde diferentes profundidades de agua sin plancton; (ii) movimiento vertical de los organismos cultivados (por ejemplo, hundimiento de las jaulas); (iii) recolocación de las unidades de cultivo en zonas no afectadas lo cual exige amarres desmontables y estructuras remolcables; (iv) cosecha preemptiva; (v) reducción de la provisión de alimento y el estrés para reducir el metabolismo de la población cultivada; (vi) protección de las especies en el sitio mismo (por ejemplo, cortinas de burbujas, inyección de agua limpia, barreras no porosas); (vii) tratamiento con cortisona para reducir la hinchazón de las agallas.

278.   A modo de conclusión, parece que los esfuerzos dirigidos a la descontaminación de los productos acuícolas pueden, en muchos casos, ser la segunda mejor opción para hacer frente a problemas relacionados con la polución de las aguas costeras y la floración de algas. Habría que promover la producción acuícola en aguas no contaminadas y en zonas de bajo riesgo, todo ello combinado con una eficaz evaluación y un seguimiento regular del riesgo. Programas de concienciación pública pueden incitar a los consumidores a comer mariscos cocidos sin entrañas ni agallas, especificando períodos y especies para una consumo seguro. Desgraciadamente, en algunos casos, puede ser necesario reforzar transitoriamente la prohibición de recogida, transporte y comercialización de marisco que puede estar contaminado.


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