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Apéndice II
ALOCUCION DE APERTURA DEL DR. FERNANDO S. ANTEZANA, SUBDIRECTOR GENERAL, PRONUNCIADO EN NOMBRE DEL DR. HIROSHI NAKAJIMA, DIRECTOR GENERAL DE LA ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD

Ginebra, 28 de junio de 1993

Sr. Presidente, distinguidos colegas, señoras y señores:

El Dr. Nakajima, Director General de la Organización Mundial de la Salud, me ha pedido que trasmita a ustedes su pesar por no haber podido asistir a la sesión inaugural de este memorable período de sesiones de vuestra Comisión, por lo que me ha pedido que pronuncie en su nombre esta alocución de apertura.

Deseo darles mi más cordial bienvenida al 20o período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius. Este 20o período de sesiones representa treinta años de satisfactoria colaboración internacional, intersectorial y entre-organismos en el campo de la normalización de los alimentos. Nuestro doble objectivo ha sido la protección del consumidor, la facilitación del comercio de alimentos, que han conducido a realizaciones de las que podemos estar todos justificadamente orgullosos.

En noviembre de 1961, la Conferencia de la FAO adoptó una resolución por la que estableció la Comisión del Codex Alimentarius. Percatándose de la importancia de los aspectos de la salud en la labor relativa a las normas alimentarias, la Conferencia pidió al Director General de la FAO que señalara a la atención del Director General de la OMS la propuesta de que se creara un programa conjunto FAO/OMS sobre normas alimentarias. Menos de tres meses más tarde, en enero de 1962, la Junta Ejecutiva de la OMS aprobó la propuesta de convocar un Comité Mixto FAO/OMS de Expertos Gubernamentales. Dicho Comité había de examinar el programa propuesto de la FAO y la OMS sobre normas alimentarias y formular recomendaciones para actividades futuras en este campo.

El Comité de Expertos Gubernamentales se reunió en Ginebra en octubre de 1962 en la “Conferencia FAO/OMS sobre Normas Alimentarias”. A esta Conferencia asistieron 44 Estados Miembros de la FAO y/o de la OMS, junto con observadores de 24 organizaciones internacionales. La mitad de los países representados, unos 20, eran países en desarrollo.

La Conferencia ratificó la propuesta de crear un programa conjunto FAO/OMS sobre normas alimentarias, cuyo órgano principal sería la Comisión del Codex Alimentarius. La Conferencia sugirió, y la 16a Asamblea Mundial de la Salud acordó más tarde que el primer período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius se convocara en 1963. El período de sesiones se celebró en la Sede de la FAO, en Roma, el 25 de junio de 1963, hace casi exactamente treinta años.

Sus primeros períodos de sesiones la Comisión los dedicó principalmente a elaborar y adoptar sus normas de procedimiento, a acordar el sistema de financiación de la labor de la Comisión, y a decidir acerca de las modalidades y prioridades de trabajo. De conformidad con los métodos nacionales de normalización de alimentos prevalecientes en la época, la Comisión adoptó en general un enfoque orientado a la normalización de productos específicos; es decir, se establecieron comités a los que se encargó la elaboración de normas internacionalmente acordadas para los distintos alimentos que desempeñaban una función importante en el comercio internacional de alimentos. No obstante, los diversos comités horizontales o de asuntos generales, tales como los de aditivos alimentarios, y de higiene de los alimentos, etiquetados en los alimentos, métodos de análisis y muestreo, y residuos de plaguicidas, comenzaron su labor entre 1964 y 1966.

En el presente 20o período de sesiones de la Comisión tienen ustedes el privilegio de ver los resultados impresionantes de la labor realizada durante estos treinta años. Actualmente, con sus 144 Estados Miembros, la Comisión tiene una dimensión verdaderamente mundial, con la satisfacción más que justa de la participación de los países en desarrollo. Desde la celebración del último período de sesiones en Roma en 1991, se han adherido a la Comisión otros seis países. Quisiera dar la bienvenida individualmente a estos nuevos miembros: Belice, Estonia, Estados Federados de Micronesia, Lituania, Mongolia y Eslovenia. Con su amplia composición de miembros, la Comisión representa alrededor del 95 por ciento de la población mundial.

Las normas, códigos de prácticas y límites máximos para residuos de plaguicidas, para medicamentos veterinarios y otros contaminantes, así como otros textos consultivos, constituyen una tal riqueza de conocimientos, sobre los cuales se ha alcanzado el consenso internacional, que todos los interesados -los Estados Miembros de la Comisión y sus dos organizaciones patrocinadoras, la FAO y la OMS- tienen óptimas razones para estar orgullosos. No es de sorprender que los órganos rectores de la FAO y de la OMS, al examinar la labor y las realizaciones de la Comisión, se hayan limitado a observar con satisfacción los resultados, sino que se han mostrado siempre dispuestos a avanzar hacia otras realizaciones.

Por ejemplo, en 1987, la 40a Asamblea Mundial de la Salud hizo un llamamiento a los Estados Miembros de la OMS para que hicieran todos los esfuerzos apropiados para adoptar las normas del Codex y aplicar plenamente las recomendaciones de la Comisión para el fomento de la inocuidad de los alimentos y el comercio alimentario internacional. Más recientemente, en diciembre de 1992, la Conferencia Internacional sobre Nutrición reconoció la labor de la Comisión y sugirió que en los reglamentos alimentarios nacionales se tuvieran plenamente en cuenta las recomendaciones del Codex.

No obstante, queda todavía mucho por hacer, principalmente a nivel nacional, para poner en práctica la riqueza de recomendaciones del Codex y, en particular, en el campo de la salud pública. En este contexto, desearía hacer referencia a las negociaciones del GATT que se están realizando en el marco de la “Ronda Uruguay”. El Codex Alimentarius ha servido desde hace tiempo como referencia para el GATT en lo que respecta a los obstáculos técnicos al comercio. No obstante, el Acta Final propuesta de la Ronda Uruguay, que entre sus casi treinta acuerdos comprende dos que tendrán repercusiones directas en cuestiones de salud, tendrán consecuencias para el Codex.

Si bien la aceptación y aplicación de las normas del Codex seguirán siendo voluntarias, la aplicación, por las autoridades nacionales, de aquellos requisitos que sean más estrictos que las recomendaciones del Codex requerirá que estén justificados como realmente necesarios para la protección de la salud. En consecuencia, el Acta Final de la Ronda Uruguay, en particular el Acuerdo sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, harán cambiar el carácter de las recomendaciones del Codex, sobre todo las referentes a la inocuidad de los alimentos. Por consiguiente, debemos percatarnos de nuestras responsabilidades y asegurar que las recomendaciones del Codex relacionadas con la inocuidad de los alimentos estén actualizadas y sean irreprochables.

Conociendo la función que desempeñan tales recomendaciones en el comercio internacional, puede que sea más difícil formular nuevas normas del Codex, y dicha formulación esté tal vez sujeta a mayores presiones políticas. La Comisión y sus órganos auxiliares deben, por tanto, seguir constituyendo un foro para el diálogo abierto entre representantes de los gobiernos, quienes deberán presentar una visión equilibrada de su industria alimentaria y de los consumidores. En consecuencia, será importante para todos los miembros de la Comisión, particularmente los que se ocupan de los sectores de la salud, que participen incluso más activamente en su labor y en la de sus órganos auxiliares.

En los próximos treinta años cabe esperar cambios y desafíos notables. Teniendo en cuenta las realizaciones que se han hecho hasta ahora, estoy seguro que con vuestro apoyo y orientación la Comisión del Codex Alimentarius continuará sirviendo a la humanidad a cumplir con uno de sus requisitos esenciales: la producción de alimentos suficientes, nutritivos y sanos.

Señor Presidente, usted se ha ocupado de la labor de la Comisión y de sus órganos auxiliares durante muchos años. Ha presidido ya, muy satisfactoriamente, dos períodos de sesiones del Comité Ejecutivo. No obstante, este es el primer período de sesiones de la Comisión en que ocupará la presidencia del mismo. Le deseo éxito en esta difícil tarea, y deseo también a todos ustedes unas fructíferas deliberaciones y una agradable estancia en Ginebra.

DECLARACION DE LA ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION
en ocasión del
20o PERIODO DE SESIONES DE LA COMISION DEL CODEX ALIMENTARIUS
Ginebra, 28 de junio de 1993

Sr. Presidente;
Dr. Antezana;
Distinguidos delegados;
Señoras y señores:

Tengo el placer de comunicarles los saludos del Director General de la FAO, Sr. Edouard Saouma, en ocasión del presente 20o período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius y también del 50o aniversario de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Alimentación y Agricultura convocada por el Presidente Franklin D. Roosevelt en Hot Springs, Virginia, en mayo y junio de 1943. Fue la Conferencia constitutiva del primero de los organismos especializados de las Naciones Unidas: la FAO.

La Conferencia de Hot Springs reconoció claramente la importancia creciente del comercio internacional de alimentos y su función en el desarrollo nacional general. La Conferencia subrayó la necesidad de armonizar las normas y reglamentos alimentarios para promover dicho comercio y proteger a los consumidores. En cumplimiento de las recomendaciones de la Conferencia de Hot Springs, la FAO estableció una serie de actividades, a menudo conjuntamente con la OMS, sobre nutrición, residuos de plaguicidas y aditivos alimentarios en los años cuarenta y cincuenta. La Comisión del Codex Alimentarius, fundada en 1962 en la primera Conferencia FAO/OMS sobre Normas Alimentarias celebrada aquí en Ginebra desarrolló ulteriormente este trabajo como el medio de aplicar más plenamente las recomendaciones de aquellos fundadores de largas miras de la FAO.

La Comisión del Codex Alimentarius es uno de los ejemplos mejor conocidos de eficaz cooperación entre-organismos en el sistema de las Naciones Unidas. Después de más de treinta años, podemos todavía rendir homenaje a la sabiduría de aquellas primeras delegaciones que establecieron los objetivos, principios y procedimientos de un programa con dos fines altamente compatibles: proteger la salud de los consumidores y facilitar al mismo tiempo el comercio internacional de alimentos. Todas las naciones se dan cuenta de que deben disponer de suficientes mecanismos de inocuidad y control de calidad para asegurar un funcionamiento constante y sin problemas de su comercio nacional e internacional de un valor de miles de millones de dólares en productos agrícolas sin elaborar y elaborados. Las normas del Codex proporcionan la base para tales mecanismos de inocuidad y control de calidad para la totalidad de sus 154 países miembros participantes.

Si bien la Comisión del Codex Alimentarius se fundó hace unos 30 años, la labor de la Comisión se mantiene en constante examen para asegurar que las realizaciones del Programa respondan a las necesidades del presente y del futuro previsible. Hace apenas dos años, en marzo de 1991, por iniciativa de la FAO, la Conferencia FAO/OMS/GATT sobre Normas Alimentarias, Sustancias Químicas en los Alimentos y Comercio Alimentario, estableció un nuevo programa para la Comisión del Codex, un programa que permitiría a la Comisión desempeñar su función reforzada en el marco de las decisiones que forman parte del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) de la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales. La Conferencia de 1991 indujo a la Comisión del Codex Alimentarius a responder a este nuevo entorno comercial de forma que mejorara la transparencia de los procedimientos de la Comisión, a reforzar la función de los consumidores en el proceso de toma de decisiones a nivel nacional e internacional, y a mejorar la eficacia de la Comisión. Tengo el placer de señalar que, para el final del presente período de sesiones, la Comisión habrá aplicado o considerado casi todas las recomendaciones de dicha Conferencia.

La labor del Codex ha sido examinada también en detalle en la Ronda Uruguay del GATT y ha sido objeto de un reconocimiento especial en los textos finales propuestos del GATT. La orientación mundial del Codex por lo que respecta a la normalización es coherente con los dos textos que forman parte del proyecto de Acta Final del GATT de la Ronda Uruguay, a saber, el Acuerdo Revisado sobre Obstáculos Técnicos al Comercio y la Decisión de las Partes Contratantes sobre la Aplicación de las Medidas Sanitarias y Fitosanitarias. En estos textos se menciona al Codex como la base de un programa a largo plazo de armonización de las medidas sanitarias nacionales o de los requisitos y reglamentos de calidad e inocuidad de los alimentos. La razón del reconocimiento de las normas del Codex por el GATT es que han sido preparados y aceptados por 144 gobiernos miembros de la FAO/OMS que son, a su vez, miembros de la Comisión del Codex Alimentarius.

Sr. Presidente, es claro que la importancia siempre creciente de la labor del Codex para los países miembros requiere una atención creciente por parte de todos, por lo que respecta a la formulación y aplicación de los trabajos del Codex en los países. Para fomentar la eficaz participación en los trabajos del Codex y su aplicación, muchos países miembros han establecido mecanismos nacionales de coordinación del Codex para abarcar un amplia gama de organismos gubernamentales, academias, consumidores y la industria para asegurar un consenso de base amplia a nivel nacional, antes de que las delegaciones gubernamentales asistan y participen en las reuniones del Codex. El sistema del Codex invita a sus reuniones, además de a las delegaciones de los gobiernos, a una amplia variedad de grupos de consumidores, científicos y organizaciones internacionales no gubernamentales basadas en la industria como observadores activos. Por supuesto, las delegaciones gubernamentales pueden incluir también a representantes de los consumidores, de la industria o de otros grupos nacionales no gubernamentales como asesores de sus delegaciones nacionales.

Está claro que para llegar a los acuerdos finales del Codex se requieren las aportaciones de muchos grupos. En el pasado, la participación de los grupos de la industria alimentaria ha sido eficaz en la labor del Codex, bien sea a través de las aportaciones hechas a nivel nacional, o bien mediante la participación directa como organizaciones internacionales no gubernamentales reconocidas en la labor de la Comisión y sus órganos auxiliares, puesto que reconocían claramente la importancia de la labor del Codex. Puedo decir con satisfacción que la importancia de la labor del Codex es ahora más reconocida también por los grupos de consumidores y de protección del medio ambiente. La Organización Internacional de Uniones de Consumidores es un participante ordinario en las reuniones del Codex y Greenpeace ha participado recientemente en reuniones del Codex sobre residuos de plaguicidas. La FAO espera que crezca la participación de los consumidores y ambientalistas en la labor del Codex. Reconocemos que dicha participación es una demostración clara de la conciencia creciente de todos respecto a la importancia de la labor del Codex, lo que justifica la aportación técnica y financiera que esta participación requiere. No obstante, el peso de la toma de decisiones del Codex recae exclusivamente en los Gobierno Miembros que, juntos, componen la Comisión. Las normas del Codex deben continuar basándose en el asesoramiento científico independiente y sólido elaborado por expertos de la FAO y de la OMS, tales como la Reunión Conjunta FAO/OMS sobre Residuos de Plaguicidas (JMPR) y el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios y Contaminantes de los Alimentos, pero son los gobiernos quienes deben tomar la decisión de adoptar o no una norma del Codex. Al hacerlo, deben tener en cuenta sus propias prioridades nacionales, en particular los intereses válidos de sus consumidores y la industria, y sus responsabilidades para el desarrollo económico y nacional y la protección de los consumidores y del medio ambiente.

Sr. Presidente, añado unas pocas palabras acerca de la situación financiera del Codex y de las prioridades de la FAO en este Programa. Como todos ustedes saben, los organismos especializados de las Naciones Unidas han tenido algunos problemas presupuestarios en los últimos años, con los retrasos de los pagos por muchos países miembros y reducciones en los presupuestos generales. A pesar de estos problemas, la prioridad y el empeño de la FAO respecto al Codex han continuado siendo elevados y el apoyo técnico y financiero ha seguido asegurando la ejecución plena del Programa del Codex. Los países miembros de la FAO están examinando ya la situación para establecer el Programa y Presupuesto para 1994–95 y, una vez más, la FAO se ve amenazada con nuevos recortes presupuestarios. Como ustedes saben, la FAO ha sido el principal contribuyente al presupuesto del Programa Conjunto FAO/OMS sobre Normas Alimentarias desde que el presupuesto del Programa fue incorporado en los Programas Ordinarios de la FAO y de la OMS en 1974. La contribución de la FAO se ha mantenido constantemente alrededor del 83 por ciento de los costos totales del Codex. Al mismo tiempo, los países miembros de la FAO han apoyado muy firmemente el Programa del Codex y esperamos sinceramente que los recortes presupuestarios generales para 1994/95 no impidan la plena financiación del Codex. No obstante, las constantes reducciones en los presupuestos generales pueden a la larga perjudicar a todos los programas. Por supuesto, les mantendremos a ustedes y al Comité Ejecutivo del Codex informados acerca de las novedades al respecto. Sería oportuno también, en este momento, expresar nuestro aprecio por otra sustancial aportación al presupuesto del Codex, a saber, la aportación directa proporcionada por los países hospedantes de los comités permanentes del Codex, al proporcionar instalaciones y servicios para las reuniones, así como servicios de interpretación, traducción y distribución de los documentos de trabajo. Los países hospedantes proporcionan asimismo apoyo técnico y administrativo a los comités del Codex. Por otra parte, todos los Gobiernos Miembros demuestran además su apoyo sufragando los gastos del envío de delegaciones a las reuniones del Codex.

Sr. Presidente, la FAO cree firmemente en que el comercio de alimentos debe basarse en sistemas agrícolas y de producción sostenibles que satisfagan las necesidades de los consumidores y protejan al mismo tiempo el medio ambiente. La FAO es el organismo principal de las Naciones Unidas en lo que se refiere a la aplicación del Tratado de Biodiversidad emanado por la Conferencia CNUDE de Río de 1992 y está evaluando las posibles repercusiones ambientales de la liberalización del comercio de productos agrícolas. La FAO sigue comprometida la labor de desarrollo agrícola y rural sostenible, del uso apropiado de sustancias agroquímicas medicamentos veterinarios, y de desarrollo y aplicación de técnicas, tales como la gestión integrada de plagas y los sistemas mejorados de control de calidad, los cuales protegen el medio ambiente y mejoran la producción y el suministro de alimentos, reducen la pérdida de alimentos y aseguran alimentos más sanos, de mejor calidad y menos costos.

Estos objetivos se han reforzado mediante la Declaración y Plan de Acción sobre la Nutrición adoptada por la Conferencia Internacional sobre Nutrición celebrada en Roma en 1992. La Conferencia Internacional sobre Nutrición constituyó un hito en muchos aspectos, en particular en cuanto a la magnitud y elevado nivel de participación de los gobiernos. Por primera vez, se examinó en conjunto toda la gama de problemas relacionados con la nutrición, desde el alivio de la pobreza a la evaluación científica de los efectos de la nutrición excesiva, o la exposición a las sustancias tóxicas o la falta de micronutrientes. La cuestión de la calidad e inocuidad de los alimentos fue reconocida por las delegaciones de 159 países y la Comunidad Económica Europea, incluidos los 137 ministerios de agricultura y sanidad que estuvieron presentes, como elementos esenciales para la nutrición y el desarrollo nacional. Una vez más se identificaron las normas y los códigos del Codex como puntos de referencia internacionales para la calidad e inocuidad de los alimentos.

Sr. Presidente, tiene usted ante sí un largo y difícil programa que llevar a cabo. Deseo para usted los mayores éxitos en abordar las cuestiones de política y las cuestiones técnicas que se plantearán durante el período de sesiones. En nombre del Director General, felicito a la Comisión por sus realizaciones hasta la fecha, y espero recibir otro informe positivo de los resultados del presente 20o período de sesiones de la Comisión.

RESPUESTA DEL PRESIDENTE DE LA COMISION DEL CODEX ALIMENTARIUS A LAS DECLARACIONES DE APERTURA PRONUNCIADAS POR EL SUBDIRECTOR GENERAL DE LA OMS Y EL DIRECTOR DE LA DIRECCION DE POLITICA ALIMENTARIA Y NUTRICION DE LA FAO

en ocasión del

20o PERIODO DE SESIONES DE LA COMISION DEL CODEX ALIMENTARIUS
Ginebra, 28 de junio - 7 de julio de 1993

Sr. Subdirector General,
Sr. Lupien,
Distinguidos delegados,
Señoras y señores:

En nombre de la Comisión del Codex Alimentarius deseo agradecerles sus amables palabras de estímulo. Es, sin duda, un placer y un honor presidir aquí, en Ginebra, este 20o período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius.

Es para mí motivo de gran satisfacción constatar la historia y el interés de los países en desarrollo en las actividades de la Comisión, como lo prueba en parte la participación de numerosas delegaciones de países en desarrollo presentes hoy con nosotros. Como habrán observado muchos de ustedes, no puedo pretender ser el primer Presidente de la Comisión del Codex Alimentarius de un país en desarrollo, ya que el Dr. Eduardo Méndez de México, detenta esa distinción. No obstante, soy el primer Presidente de la Comisión perteneciente a la región del Codex de Asia, y me causa placer pensar que podré gozar siempre de esta distinción.

Después de decenios de una rivalidad nociva de las superpotencias, la terminación de la guerra fría ha sido saludada con júbilo. A la comunidad mundial se le ha brindado la mejor oportunidad de trabajar juntos por un orden mundial equitativo y justo. Nuestro mundo de hoy está cambiando a un ritmo muy rápido debido a los enormes avances tecnológicos, en particular en el sector de la información. El fenómeno de la globalización en la economía mundial ha pasado a ser un hecho. No podemos permitirnos el lujo de ignorar o evitar esta situación. En este momento oportuno, desearía subrayar lo que llamaría la realidad de este fenómeno. Esa realidad es la necesidad de interdependencia entre países industrializados y países en desarrollo. Con la rápida globalización, esta interdependencia está también aumentando, ignorando fronteras.

Son varias las razones por las que esta interdependencia es tan importante hoy. Para los países industrializados, con el fin de seguir desempeñando su función en el mundo, deben mantener su posición más cercana tanto a la fuente de abastecimiento de las materias primas, como al mercado de los países en desarrollo. Por su parte, los países en desarrollo, con sus ventajas comparativas en cuanto a recursos naturales y abundante disponibilidad de fuerza laboral, deben mantener también una estrecha relación con los países industrializados para obtener capital, tecnología y expertos. Esta interdependencia continuará existiendo como consecuencia del desarrollo de nuevos productos y nuevos mercados.

Actualmente el mundo, en particular los países en desarrollo, son todavía vulnerables a los cambios en las reformas mundiales, políticas y económicas. En el sector económico se han erigido diversas formas de obstáculos no arancelarios que bloquean el libre comercio, en particular, la introducción de nuevos elementos, tales como requisitos sobre existencias locales e impuestos discriminatorios. Estos factores han obstaculizado gravemente el comercio mundial.

Además de las responsabilidades de la Comisión, tan claramente expuestas por los oradores que me han precedido, desearía señalar también que el Codex es el órgano en el que nos basamos para la coordinación de toda la labor sobre normas alimentarias emprendida por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. A este respecto, si bien el Codex se ha ocupado en el pasado de elaborar normas regionales, en los años más recientes ha llegado a la política de desalentar, en lo posible, la elaboración de normas por órganos regionales, ya que tendían a establecer un tratamiento preferencial para las partes comerciantes a nivel regional. La Comisión ha expresado su preocupación en muchas ocasiones acerca de los efectos negativos de las normas regionales en el comercio, y ha declarado que no deberían elaborarse tales normas para productos que circulan en el comercio internacional, puesto que tienden a crear confusión, se duplican los trabajos y a menudo dan lugar a una multiplicación de normas “internacionales” sobre alimentos. Aunque se reconozca a la Comisión del Codex Alimentarius como el único organismo de las Naciones Unidas encargado de elaborar normas internacionales para alimentos, ha tenido también en cuenta iniciativas regionales emprendidas por otros órganos. En el sector de los alimentos elaborados, el Codex ha logrado ya coordinar con éxito iniciativas regionales en su programa de trabajo.

El enfoque mundial del Codex en materia de normalización está contemplado en el recién Proyecto de Acuerdo Revisado del GATT sobre Obstáculos Técnicos al Comercio, por el que la elaboración de las disposiciones de calidad en las normas del Codex son y seguirán siendo responsabilidad de la Comisión del Codex Alimentarius. En este nuevo proyecto de Acuerdo del GATT se subraya que las normas de calidad y los reglamentos técnicos deberían basarse en normas internacionales. La definición de órgano internacional de normas especifica que la participación como miembros debe estar abierta a órganos competentes de al menos todas las partes que suscriben el Acuerdo del GATT sobre obstáculos técnicos al comercio. Como se les ha informado ya, el enfoque internacional del Codex es también coherente, en lo que respecta a las medidas y barreras sanitarias y fitosanitarias consideradas en el Proyecto de Acuerdo de la Ronda Uruguay del GATT sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias.

En diciembre de 1992 tuve el honor de participar en la Conferencia Internacional FAO/OMS sobre Nutrición como Presidente del Comité de Redacción de esta histórica asamblea. Como muchos de ustedes saben, la Conferencia adoptó unánimemente la Declaración Mundial y el Plan de Acción para la Nutrición. El Plan de Acción para la Nutrición entraña particular interés para el Codex, ya que subraya estrategias para proteger a los consumidores mediante el mejoramiento de la calidad y la inocuidad de los alimentos. Dichas estrategias miran a adoptar y reforzar medidas e infraestructuras para regular la calidad e inocuidad de los alimentos; establecer medidas para proteger al consumidor de los alimentos peligrosos, de baja calidad, adulterados, marcados erróneamente o contaminados; establecer relaciones eficaces de trabajo con las organizaciones de consumidores y productores; apoyar los esfuerzos internacionales por ampliar y reforzar los programas de normas alimentarias; desarrollar los recursos humanos necesarios; aplicar los acuerdos internacionales vigentes; preparar programas de supervisión y seguimiento para las enfermedades transmitidas por los alimentos y los contaminantes; y fomentar el desarrollo de prácticas agrícolas ecológicamente sanas y la investigación en materia de calidad e inocuidad de los alimentos.

Es evidente, una vez más, que la Comisión del Codex Alimentarius ha sido llamada y seguirá siendo llamada a servir como organismo internacional con la responsabilidad de establecer normas alimentarias internacionales.

En conclusión, desearía expresar mi agradecimiento personal a las organizaciones patrocinadoras de la FAO y la OMS por su apoyo constante y firme al Programa del Codex, a pesar de las dificultades por las que ambas organizaciones están atravesando, y deseo también subrayar de nuevo la importancia de que se siga prestando dicho apoyo en el futuro. Quisiera abordar el desafío de presidir la presente reunión con su largo y complejo programa durante los próximos diez días confiando en que podremos presentar un informe satisfactorio sobre sus resultados positivos y satisfactorios para ustedes. Estoy seguro de que la ayuda y la orientación que los distinguidos delegados proporcionen facilitará mi trabajo y lo harán mucho más agradable.

De nuevo, gracias a ustedes dos por sus amables palabras y por su apoyo. Trabajaremos, pues, juntos durante los próximos días.


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