Las existencias de sorgo son mucho más reducidas que las de otros cereales. Al finalizar la campaña de 1994, las existencias se estimaban en 8 millones de toneladas (tan sólo el 3 por ciento de las existencias mundiales de cereales), frente a 20-25 millones de toneladas a mediados del decenio de 1980. Aunque las existencias globales han disminuido ahora están más repartidas. Hasta mediados de los años ochenta, más de la mitad de las existencias remanentes de sorgo pertenecían a los Estados Unidos, pero en los últimos años este país posee menos del 20 por ciento del total mundial. Se estima que en la actualidad China, la India y México cuentan con mayores existencias.
Una gran proporción de las existencias mundiales de sorgo está también en manos de los agricultores de los países del grupo I y en parte no están reflejadas en las estadísticas oficiales. En determinadas regiones, sobre todo en Africa, donde la producción de cereales alimentarios presenta grandes oscilaciones, esas existencias pueden suponer el equivalente al consumo de varios años. Pero más frecuentemente, las existencias de sorgo de las explotaciones familiares son mucho más reducidas, pues generalmente la producción de los pequeños agricultores apenas es suficiente para el consumo del año en curso y para cubrir las necesidades de semillas de la siguiente campaña agrícola. Cuando el año ha sido malo, se ven obligados a comprar alimentos y/o semillas en el mercado o a recurrir a la asistencia de socorro para las situaciones de sequía. Pese a la importancia de esas existencias, no se dispone de datos precisos sobre el volumen total y sobre su distribución.
