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PARTE II - POLÍTICAS, PLANIFICACIÓN Y ACUERDOS INSTITUCIONALES

Evolución del marco institucional

Los cambios en las políticas económicas nacionales y en las exigencias de la sociedad respecto de los bosques están teniendo importantes efectos directos sobre las instituciones forestales gubernamentales y los acuerdos administrativos relacionados con la ordenación forestal. Estos efectos incluyen modificaciones en las funciones de las administraciones forestales, una tendencia a la descentralización y variaciones en la orientación y la estructura de la investigación y la enseñanza forestales.

NUEVAS FUNCIONES Y ESTRUCTURA DE LAS ADMINISTRACIONES FORESTALES

En muchos países, la administración forestal central ha abandonado sus funciones tradicionales como guardián supremo de los bosques. En algunos lugares, las funciones normativas relacionadas con la formulación de políticas se han separado de las atribuciones operacionales, que se han transferido de modo creciente al sector privado, a organizaciones no gubernamentales y a grupos locales.

Esta cesión voluntaria de atribuciones de la administración pública centralizada ha asumido cuatro formas principales:

Muchos países industrializados han avanzado considerablemente hacia la privatización y la descentralización. La reorientación de las funciones de las administraciones forestales públicas ha sido más gradual en los países en desarrollo, donde el contexto histórico es diferente y la necesaria reforma normativa y legislativa y su aplicación han sufrido frecuentes demoras.

Las tendencias a la descentralización han coincidido con el aumento de los esfuerzos de las administraciones públicas para que los diversos grupos de intereses participen en el debate público sobre los bosques y en los procesos decisorios. En la actualidad, el sector forestal se caracteriza por un entorno pluralista, es decir con múltiples interesados, en el que un número cada vez mayor de grupos independientes (ONG, diferentes niveles y ramos del gobierno, organizaciones de campesinos, empresas del sector privado, partidos políticos, sindicatos, etc.) exigen, y a menudo consiguen, un mayor papel en la adopción de decisiones sobre los bosques, las actividades forestales y el desarrollo rural.

Estros grupos tienen con frecuencia opiniones, objetivos y conocimientos muy diversos sobre el sector forestal. Estos intereses contrapuestos están creando tensiones en los mecanismos tradicionales de adopción de decisiones. Algunos de estos mecanismos parecen estar incluso al borde de la parálisis, como lo atestigua el gran número de planes de ordenación forestal atascados en los tribunales de los Estados Unidos y la resistencia a las decisiones y medidas de los departamentos forestales en muchos países.

La existencia de intereses múltiples y contrapuestos contribuye sin duda a enriquecer el debate forestal. Proporciona un sistema de «contrapeso» institucional que asegura una estrecha vigilancia y un cuidadoso examen de las decisiones. No se trata de averiguar si han de reconciliarse los intereses múltiples, sino de determinar cómo hacerlo. Sin unos mecanismos de coordinación y colaboración, la posible fragmentación de las atribuciones en materia de organización plantea un riesgo evidente para el desarrollo forestal y rural sostenible. Muchos intentos de lograr la participación del público y de aplicar enfoques participativos han resultado infructuosos, debido en parte a que en ocasiones se ha tratado de procesos de cooptación y aprobación pasiva, y no de negociación y diálogo. Los métodos e instrumentos elaborados para los enfoques participativos y la gestión de conflictos pueden ser útiles en la elaboración de mecanismos de colaboración (véase el Recuadro 21). La comunicación y el aprendizaje parecen ser fundamentales para cualquier intento de coordinación en entornos pluralistas.

 

RECUADRO 21
Instrumentos y foros para conciliar intereses múltiples
en el sector forestal


Para abordar situaciones con múltiples interesados se han elaborado, entre otros, los instrumentos y métodos siguientes:

- aprendizaje en colaboración: técnicas para llegar a un acuerdo valiéndose de instrumentos tomados de la gestión de conflictos y de metodologías de sistemas multidisciplinarios, que se ha utilizado para planificar y ejecutar programas de recuperación de incendios forestales en los Estados Unidos;
- subsidiariedad en la mediación y la gestión patrimonial: mecanismos para alcanzar un acuerdo sobre procesos históricos y situaciones hipotéticas futuras y para promover la descentralización de la adopción de decisiones en el nivel más bajo posible, que se está utilizando en programas forestales en Madagascar;
- ordenación en común de zonas protegidas: ordenación en colaboración, que combina métodos participativos con la distribución de tareas y la delegación oficial de facultades en grupos y comunidades locales, que se ha utilizado en programas realizados con el apoyo de la UICN;
- ordenación de los recursos renovables adaptada a las circunstancias: ordenación que promueve conscientemente el aprendizaje y la adaptación permanentes, que se ha utilizado en Queensland (Australia) y en la cuenca del Columbia en los Estados Unidos y el Canadá, entre otros lugares.

Estos métodos están evolucionando todavía y distan mucho de ser perfectos, pero evidencian el creciente reconocimiento de la necesidad de incorporar y encauzar los procesos sociales en las actividades forestales. Todos ellos son procesos polifacéticos e iterativos que hacen hincapié en el aprendizaje y el diálogo y admiten también en cierta medida una distribución de facultades entre los grupos de intereses, manteniendo en todo caso mecanismos de coordinación y colaboración.

Diversos foros locales, nacionales, regionales e internacionales ofrecen a los grupos cada vez más oportunidades para la interacción y la negociación. Estos foros comprenden una gran variedad tanto de procesos locales como de programas forestales nacionales, el FIB, programas de bosques modelo y la Comisión Mundial sobre los Bosques y el Desarrollo Sostenible (véase la Parte III).

Aunque se dispone de un conjunto creciente de instrumentos, métodos y plataformas o foros para evaluar los intereses múltiples, fortalecer la cooperación y establecer mecanismos de colaboración, sigue siendo necesario fomentar la investigación y el desarrollo. Conciliar los intereses múltiples resulta en ocasiones complicado y no siempre tiene éxito, pero parece ser inevitable.

 

La función de las instituciones forestales como mediadores entre las diversas partes interesadas está adquiriendo creciente importancia. Esto es evidente, por ejemplo, en América del Norte y Escandinavia, donde las instituciones forestales se están convirtiendo en intermediarios entre posiciones opuestas sobre los sistemas idóneos de utilización de los recursos forestales. Las técnicas de gestión de conflictos se aplican cada vez más en el sector forestal de los países tanto desarrollados como en desarrollo, a nivel local y nacional (véase el Recuadro 22).

 

RECUADRO 22
Gestión de conflictos relacionados con los recursos naturales


Muchos países e instituciones reconocen la necesidad de comprender las causas y las consecuencias de los conflictos relacionados con la propiedad, la ordenación y la utilización de los recursos naturales, incluidos los bosques y los árboles, y de incorporar mecanismos de gestión de conflictos en la planificación y ordenación de los recursos naturales. La base para la gestión de los conflictos es que los intereses contrapuestos entablen un diálogo que permita llegar a una solución mutuamente aceptable. Instituciones en diversas partes del mundo se están centrando en la creación de capacidad, en la potenciación del papel de las comunidades y en cuestiones relacionadas con las políticas y la reforma de la legislación correspondiente.

En Asia, por ejemplo, el Centro Regional de Capacitación en Actividades Forestales Comunitarias (RECOFTC), con sede en Bangkok, Tailandia, está preparando una colección de manuales de capacitación en solución de conflictos. La colección comprende técnicas básicas de solución de diferencias y conocimientos prácticos para afrontar conflictos ambientales, económicos, culturales y relativos a diferencias por razón de sexo. Otras instituciones que están trabajando en la creación de capacidad para la gestión de conflictos, son ENDA GRAF Sahel (ENDA Sahel y Foro de los grupos de investigación, acción y formación de África occidental), que está desarrollando redes nacionales, la Universidad de la Paz, en Costa Rica, y la Universidad Politécnica Salesiana, en el Ecuador.

A veces es necesario reducir la disparidad de poder antes de que las partes puedan entablar un diálogo efectivo. Las mujeres y los grupos marginados en particular suelen ser desfavorecidos a este respecto. En el Ecuador, Bolivia y el Perú, un grupo de trabajo integrado por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS), la UICN, el Programa bosques, árboles y población (FTPP) de la FAO y otras instituciones, ha prestado asistencia a las comunidades indígenas fortaleciendo su posición y su capacidad de negociación en los conflictos con compañías petroleras por la explotación de petróleo en zonas forestales. En el Ecuador, el proceso ha culminado en la creación de un comité técnico sobre medio ambiente, con representantes de la población indígena, la compañía petrolera y el gobierno.

Las legislaciones nacionales, como la Ley de Derechos de los Pueblos Indígenas de 1997, promulgada recientemente en Filipinas, que reconocen y apoyan los derechos comunitarios de ordenación forestal y de propiedad, constituyen un medio para abordar los conflictos de manera más equitativa. Además, es posible utilizar las propias técnicas de gestión de conflictos en la formulación de políticas de manera participativa; por ejemplo, la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA), una organización privada que tiene su sede en el Ecuador y está especializada en la solución de conflictos y en procesos participativos de examen de políticas, facilitó las negociaciones sobre la revisión de la legislación forestal de Bolivia.

 

EFECTOS DE LA DESCENTRALIZACIÓN SOBRE LA ORDENACIÓN FORESTAL

Los intentos de los países para descentralizar ciertas funciones de sus administraciones públicas centrales han comprendido cambios en el sector forestal. En el África occidental, el proceso se ha iniciado en los últimos años, en particular en países francófonos como Malí, el Senegal y Burkina Faso. También se cita con frecuencia a Bolivia y Filipinas como países que promueven activamente la participación de los gobiernos locales en la ordenación de los recursos naturales.

Varios factores favorecerán probablemente la prosecución de las iniciativas de descentralización. Entre ellos se incluyen algunas circunstancias específicas del sector forestal:

Otros factores están relacionados con los procesos políticos de potenciación y participación:

Otros factores están relacionados con las prioridades nacionales o internacionales:

Es difícil evaluar los efectos de la descentralización sobre la ordenación de los recursos naturales. Ello se debe en parte al inicio relativamente reciente de los intentos de descentralización. Además, el modo en que se pone en práctica la descentralización varía de un país a otro y de un sector a otro, lo que dificulta la comparación y evaluación entre países e incluso entre sectores de un mismo
país. El análisis se ve obstaculizado también por las variaciones en la capacidad y los recursos de los escalones inferiores del gobierno, las comunidades y los órganos de gobierno de reciente creación a los que se transfieren facultades y tareas.

Aunque tal vez sea demasiado pronto para realizar una evaluación profunda de los efectos de la descentralización sobre la ordenación forestal, están comenzando a obtenerse ciertas enseñanzas. A menudo, al transferir facultades y tareas a nivel local, no se facilitan recursos humanos y financieros suplementarios en consonancia con las nuevas funciones. Esto fue lo que sucedió con el Programa integrado de actividades forestales sociales en Filipinas. Antes de la promulgación del Código de Gobierno Local de 1991, el Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales había recomendado que se descentralizara ese programa para que respondiera en mayor medida a las diversas necesidades y condiciones locales. Sin embargo, cuando se efectuó oficialmente la descentralización, no todas las provincias recibieron su parte correspondiente de personal, material y equipo. Al no contar con suficientes recursos humanos, financieros y técnicos, los gobiernos locales tuvieron dificultades para afrontar el volumen y las peticiones de actividades del programa. Además, los gobiernos locales concedieron poca prioridad al programa, al igual que a otros proyectos que no generaban ingresos. Varios años después de la promulgación del Código de Gobierno Local, se observó que los proyectos ejecutados por el Programa habían disminuido.

Este ejemplo, unido a experiencias adquiridas en otros lugares, como en Bolivia (véase el Recuadro 23), pone de manifiesto que, para que la descentralización tenga efectos positivos sobre la ordenación forestal, es necesario que se cumplan, entre otras, las siguientes condiciones:

 

RECUADRO 23
Descentralización: el ejemplo de Bolivia


Con la esperanza de que la descentralización conduzca a una ordenación más eficiente de los recursos naturales, varios países de América Latina han transferido recientemente derechos y atribuciones en materia de ordenación y conservación de bosques a los gobiernos municipales y locales de nivel inferior. En ninguna parte ha llegado tan lejos este proceso como en Bolivia. La Ley de Participación popular de 1994 delegó en los gobiernos municipales una gran variedad de atribuciones, especialmente en materia de educación, salud e infraestructura urbana, y les garantizó un determinado porcentaje del presupuesto nacional. La Ley Forestal de 1996 asignó el 20 por ciento de los bosques públicos a las administraciones municipales con miras a su utilización por grupos comunitarios y concedió a los gobiernos locales el control directo sobre el 25 por ciento de las regalías derivadas de esas concesiones forestales.

Los efectos de esos cambios han sido hasta ahora desiguales. Grupos anteriormente marginados, como la población indígena, los pequeños agricultores y los pequeños productores de madera, se han beneficiado de un mayor acceso a los recursos forestales y del aumento de las oportunidades para influir en las decisiones de los gobiernos municipales relativas a la ordenación local de los bosques. Varios ayuntamientos han establecido dependencias forestales municipales y los gobiernos locales han incrementado su participación en una amplia variedad de actividades relacionadas con la ordenación de los bosques, el sector agroforestal, las zonas protegidas y la planificación del uso de la tierra.

Sin embargo, no todos los grupos locales han estado en condiciones igualmente buenas para aprovechar las oportunidades, y no siempre se han conseguido mejoras en la ordenación forestal. Sigue habiendo problemas importantes, como la escasa competencia técnica y de gestión de los gobiernos locales y de las comunidades y la falta del apoyo externo necesario, en particular del gobierno nacional y de los departamentos, para fortalecer la capacidad local. El contexto normativo general no es apropiado para que los grupos locales puedan ejercer plenamente sus derechos y atribuciones legales, y como resultado de ello ha tendido a obstaculizar las iniciativas locales en materia de ordenación forestal.

La descentralización ha dado en ocasiones a las comunidades locales los medios necesarios para proteger sus recursos, pero otras veces ha posibilitado el abuso de poder por grupos locales y particulares y ha ocasionado una degradación de los bosques.

 

Dado el creciente impulso de la descentralización, se prevé que las comunidades locales tendrán más oportunidades para negociar una mayor participación en la gestión de los recursos forestales locales y en los beneficios derivados de ellos. Es de esperar que este proceso permita a los gobiernos locales responder mejor a las necesidades de los interesados a nivel local. El supuesto básico es que todas las instituciones locales tendrán un mayor sentido de su responsabilidad en la administración de los recursos locales, debido en parte a que esa responsabilidad irá asociada a una mayor participación en los beneficios. Lo demuestran actualmente muchos casos, como el de los grupos de usuarios de bosques de Nepal. La descentralización de la responsabilidad de gestión a favor de grupos locales ha dado lugar a la rehabilitación de tierras degradadas, la plantación de nuevos bosques y la mejora de las actividades de ordenación forestal.

Aunque hay muchas señales positivas de que la descentralización se traduce en una ordenación forestal más eficiente y sostenible, especialmente en la medida en que proporciona más oportunidades para la participación local en la adopción de decisiones, el proceso encierra posibles riesgos. Cuando se transfieren derechos y atribuciones en materia de ordenación forestal a nivel de distritos o municipios, el control y el apoyo del gobierno central suelen reducirse. Existe la posibilidad de que minorías selectas locales o grupos de intereses especiales se hagan con el control de la ordenación de los recursos forestales. Un medio para protegerse contra este riesgo es velar porque, en aquellos lugares donde hay sistemas tradicionales de gobierno local representativos, equitativos y responsables, tales sistemas se incluyan en el proceso de adopción de decisiones sobre la ordenación de los recursos forestales. También es importante que se disponga de capacidad local, información y personal capacitado suficientes para asegurar el desempeño efectivo de las nuevas funciones a nivel local.

Además, es necesario que haya unas políticas claras y propicias y que los sistemas e instituciones legislativos se coordinen con el fin de ofrecer un marco favorable y perfectamente comprendido que permita conseguir una ordenación forestal sostenible y crear incentivos a nivel local para armonizar las actividades de desarrollo y conservación. Como ya se ha indicado, deben establecerse mecanismos que aseguren que las instituciones descentralizadas competentes tienen a su disposición suficientes recursos financieros y que los beneficios económicos derivados de las actividades forestales se distribuyen equitativamente. También debe crearse una estructura central de fiscalización que sea adecuada para asegurar el cumplimiento de las leyes y reglamentaciones.

Aunque es todavía pronto para evaluar en su totalidad los efectos de la descentralización sobre la ordenación de los bosques y de otros recursos naturales, la experiencia ha demostrado que, siempre que se han transferido mayores facultades decisorias y derechos más seguros a nivel local, con unas funciones y atribuciones perfectamente claras, la ordenación de los recursos naturales ha tendido a ser más sostenible y eficaz.

TENDENCIAS EN LA INVESTIGACIÓN Y LA TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍAS FORESTALES

La investigación forestal está siendo utilizada para afrontar las necesidades de una mayor variedad de usuarios y en unas esferas técnicas más numerosas que nunca. Sin embargo, diversos cambios institucionales en países tanto desarrollados como en desarrollo están afectando a la capacidad de la investigación forestal para hacer frente a estas necesidades.

En muchos países en desarrollo, la capacidad de investigación es insuficiente, las instituciones de investigación son endebles, el acceso a la información es precario y la investigación tiende a estar fragmentada y a centrarse estrictamente en temas tradicionales. El fortalecimiento de los sistemas nacionales de investigación forestal es más que nunca un objetivo prioritario. Sin embargo, diversas reformas económicas y normativas, entre ellas los ajustes estructurales, la descentralización y la privatización, corren el riesgo de tener los efectos contrarios.

Los programas de ajuste estructural en curso en muchos países del África subsahariana han dado lugar, como en otras partes, a una reducción de la escala de las instituciones públicas. También se han reestructurado los sistemas nacionales de investigaciones agronómicas (SNIA), de los que forma parte la investigación forestal. La tendencia predominante ha consistido en descentralizar la investigación agrícola transfiriendo personal nacional de investigación a programas regionales de investigación multidisciplinaria dentro del país. Aunque esta medida esté justificada en principio, puede mermar de hecho la capacidad nacional en materia de investigación forestal, al menos a corto plazo, dado que diluye un caudal de conocimientos especializados ya por debajo de la masa crítica.

Uno de los sistemas mediante los cuales los proyectos de desarrollo han tratado de compensar la insuficiencia de la capacidad nacional de investigación ha sido incluir en sus actividades un componente relacionado con la investigación. Aunque esta medida tiene efectos estimulantes sobre la esfera concreta de la investigación mientras dura el proyecto, los beneficios no son sostenibles si las instituciones nacionales permanentes de investigación forestal no están en condiciones de participar en las actividades y de beneficiarse de los resultados, como suele suceder.

En algunos países en desarrollo están surgiendo nuevos arreglos institucionales en materia de investigación forestal para compensar en parte la reducción del apoyo gubernamental (FAO, 1997k; FAO/FORSPA, 1998). Las universidades que constituyen depósitos importantes, pero insuficientemente utilizados, de conocimientos especializados (Kowero y Spilsbury, 1997), ONG y el sector privado están empezando a desempeñar un papel más activo en la investigación forestal. Aunque esta tendencia es en principio positiva, la posibilidad de que redunde en una mayor eficacia de la investigación dependerá de una buena coordinación entre estos grupos y de la capacidad para aprovechar sus ventajas comparativas y sus conocimientos técnicos. Otra novedad importante es que los programas de investigación se están viendo obligados a responder en mayor medida a los usuarios finales, en la medida en que éstos están mejor organizados y en que los gobiernos insisten cada vez más en los conceptos de la recuperación o la distribución de los costos.

En algunos países industrializados la investigación está siendo también objeto de privatización y descentralización. Los resultados han sido desiguales. La descentralización se traduce a menudo en una reducción del apoyo a la investigación, dado que los gobiernos regionales y provinciales tienden a asignar poca prioridad a las actividades de larga duración. La privatización de la investigación en algunos países y el aumento de la proporción de investigaciones realizadas por el sector privado en otros están originando un desplazamiento hacia una investigación adaptada a la satisfacción de necesidades inmediatas y de orientación comercial. Las asociaciones entre empresas privadas y universidades están modificando también el carácter de los programas universitarios de investigación básica para dar preferencia a una investigación más aplicada. Aunque la reorientación de las actividades de investigación de manera que tengan más en cuenta las necesidades es un hecho positivo, el riesgo es que no se preste suficiente apoyo a la investigación científica básica y de larga duración (que es necesaria como fundamento de la investigación aplicada) y a la investigación destinada a atender necesidades sociales y
ambientales.

A nivel internacional, los programas de investigación forestal y agroforestal del CIFOR, del ICRAF y del IPGRI siguen desarrollándose de modo ininterrumpido, mientras que los programas de algunos otros centros internacionales de investigación agrícola (CIIA) del sistema del Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales (GCIAI) han sufrido notables reducciones. De acuerdo con su mandato, el CIFOR, el ICRAF y el IPGRI se centran en la investigación estratégica y aplicada a nivel mundial, que llevan a cabo en colaboración con instituciones de investigación regionales y nacionales. Los resultados deben ser adaptados a las condiciones locales por los sistemas nacionales de investigación. Sin embargo, los CIIA reconocen que la capacidad insuficiente de investigación a nivel nacional es una limitación importante para una aplicación generalizada de los resultados de sus
investigaciones.

Una importante iniciativa para movilizar a la comunidad científica mundial en torno a la investigación agrícola y fortalecer la capacidad nacional de investigación en los países en desarrollo dio como resultado el establecimiento del Foro Mundial sobre Investigación Agrícola (FMIA) en 1996. El FMIA ofrece un marco para la colaboración entre los CIIA, institutos de investigación (tanto públicos como privados) de países industrializados y los SNIA de países en desarrollo. Los SNIA están representados en el FMIA por foros regionales o subregionales sobre investigación agrícola. Aunque en principio estos foros comprenden la investigación forestal, por el momento se ocupan casi exclusivamente de la investigación agrícola en sentido estricto. El FMIA podría contribuir a fortalecer la investigación forestal a todos los niveles, pero sólo en el caso de que se prestara la debida atención al sector forestal y al medio ambiente.

Aunque los foros nacionales, regionales e internacionales siguen discurriendo sobre qué hacer (por ejemplo, establecimiento de un orden de prioridades en la investigación), en los últimos años han adquirido más importancia los debates sobre cómo hacer la investigación (por ejemplo, arreglos institucionales). Las instituciones de investigación están fomentando la participación de los usuarios, desde la programación hasta la fase de ejecución de las investigaciones, y están elaborando tecnologías mejoradas para asegurar una transferencia eficaz y acelerada de sus resultados.

En el último decenio se ha producido una importante evolución en el modo de concebir la transferencia de tecnología. Se reconoce en mayor medida que no existe una «solución tecnológica» para cada problema, y que tampoco es posible paliar cada uno de los factores que limitan la ordenación forestal sostenible mediante la transferencia de tecnología. Unos entornos normativos favorables a la ordenación forestal sostenible y a la aplicación de tecnologías son tan importantes como las propias
tecnologías.

La transferencia de tecnología ha dejado de concebirse de manera unidireccional, por ejemplo de los países desarrollados a los países en desarrollo o de las instituciones técnicas a las comunidades de usuarios. Se están buscando cada vez más medios para alentar la transferencia lateral e incluso en sentido ascendente de tecnología y oportunidades para intensificar el intercambio de información Sur-Sur. En algunos casos, el desarrollo participativo de la tecnología (basado en la participación activa de los destinatarios en su elaboración y adaptación) puede ser más eficaz y sostenible que la transferencia de una tecnología elaborada en otro lugar. También se admite cada vez más el valor de los conocimientos tradicionales relacionados con los bosques. Aunque existen importantes oportunidades para transferir esos conocimientos, así como tecnologías locales inocuas para el medio ambiente, la falta de una protección suficiente de los derechos de propiedad intelectual y por consiguiente de un medio para recompensar al proveedor de los conocimientos constituye un escollo importante.

Unos sistemas participativos y orientados a la solución de problemas, que concilien los conocimientos teóricos y prácticos de muchos participantes, se consideran esenciales para un desarrollo de las tecnologías y los recursos humanos que promueva una ordenación forestal responsable. Sin embargo, en muchos países estos sistemas están aún en ciernes en el sector forestal.

El GIB ha propuesto medidas para mejorar la investigación y la transferencia de tecnologías a nivel mundial y regional. El FIB está prosiguiendo los debates. En la segunda reunión del FIB, celebrado en Ginebra en agosto-septiembre de 1998, se abordó la cuestión de la transferencia de tecnologías inocuas para el medio ambiente. Los temas en los que se hizo mayor hincapié fueron, entre otros, las asociaciones entre los sectores público y privado, la colaboración Sur-Sur, la creación de un entorno normativo favorable, las oportunidades de financiación y las tecnologías tanto indígenas como modernas. Está programado un debate de las cuestiones relativas a la investigación para la tercera reunión del FIB, que se celebrará en Ginebra en mayo de 1999. El examen de estos temas se basará en los resultados de la Consulta Internacional sobre Sistemas de Investigación e Información que tuvo lugar en Ort-Gmunden, Austria, en septiembre de 1998. Entre las cuestiones examinadas en esta reunión se incluyeron el establecimiento de un orden de prioridades para los temas de la investigación, la creación de capacidad, la financiación, las redes mundiales y regionales de investigación y los sistemas mundiales de investigación.

Los años venideros serán decisivos para la investigación forestal y para una aplicación eficaz de sus resultados en el desarrollo. Las dos iniciativas internacionales más importantes en la actualidad -el establecimiento del FMIA y el diálogo internacional sobre los bosques dirigido por el FIB- pueden influir considerablemente en la dirección de la investigación y el desarrollo forestales. Los grandes retos serán asegurar que se establezcan los mecanismos necesarios para fortalecer la capacidad de investigación a todos los niveles, que se aborden las cuestiones relativas a la transferencia de tecnología, que es la necesidad y no la oferta la que guía la investigación y la transferencia de tecnología y, por último, que el apoyo internacional no se centre en áreas de investigación que se consideran «políticamente correctas», sino en lo que es necesario para facilitar el desarrollo de la capacidad a largo plazo.

LA PREPARACIÓN DE LOS TÉCNICOS FORESTALES PARA EL CAMBIO: ADAPTAR LOS PROGRAMAS DE EDUCACIÓN Y CAPACITACIÓN A LAS NUEVAS EXIGENCIAS

La educación forestal tradicional ha seguido estando sometida a presiones para que evolucione en respuesta a las nuevas prioridades de la ordenación forestal y a los cambios en el mercado de trabajo. Se espera que las instituciones educativas preparen técnicos forestales con una variedad de conocimientos y aptitudes más amplia que nunca. El carácter dinámico y complejo de la ordenación forestal sostenible requiere gestores forestales que posean un conjunto ampliado de conocimientos especializados, que sean capaces de adaptarse y que sepan responder a situaciones cambiantes. El sector privado y las ONG, que son una fuente cada vez más importante de empleo en el sector forestal, buscan graduados con conocimientos específicos que en el pasado eran menos necesarios. La reforma de los planes de estudio, las mayores oportunidades para una educación permanente y la nueva formulación del concepto de «entorno de aprendizaje» son algunas de las respuestas a las nuevas necesidades.

La reforma de los planes de estudio es probablemente el cambio más evidente en la educación forestal. Una encuesta sobre instituciones de educación y capacitación forestales, llevada a cabo en 1996, reveló que, de un total de 750 instituciones, más de 200 habían revisado sus planes de estudio en el período de 1989-1995 (FAO, 1996d). Los planes de estudios forestales revisados tienden a prestar mayor atención a temas como la ecología, las ciencias ambientales, la ordenación de los recursos naturales, las actividades forestales comunitarias, la agrosilvicultura, la comercialización, la gestión y la administración. Algunas de las reformas incorporan tanto nuevas técnicas como nuevos contenidos, valiéndose de nuevos modelos y tipos de aprendizaje, como por ejemplo enfoques interdisciplinarios de solución de problemas. En Malasia, se emprendió una revisión de los planes de estudio como parte de un replanteamiento de la educación forestal que incluyó la elaboración de un plan estratégico y la reestructuración de la facultad y los departamentos. En la República Checa, al igual que en otros países en transición, se están introduciendo modificaciones en los planes de estudios forestales en respuesta a las mutaciones radicales de las modalidades de propiedad de los bosques y otros cambios ocasionados por la reorganización económica y política. El anterior sistema de educación uniforme para todo el país de la República Checa se ha diversificado y adaptado a las distintas regiones para que sea más aplicable a sus circunstancias respectivas.

Sin embargo, sigue siendo difícil revisar de modo significativo los planes de estudio. Hay que seguir enseñando asignaturas tradicionales pero todavía importantes, como los sistemas de explotación y transporte, al tiempo que se añaden nuevas materias. Son necesarias difíciles soluciones de compromiso. En una encuesta del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), el 96 por ciento de sus graduados consideraba que el futuro de la profesión estaba en el sector privado, mientras que el 91 por ciento declaraba que había recibido poca capacitación en gestión y administración, que eran aptitudes solicitadas por el sector privado.

Los programas de aprendizaje de adultos y de educación permanente han adquirido creciente importancia como mecanismo para satisfacer las peticiones de nuevas aptitudes. Puede que los empleadores de los nuevos graduados tengan que proporcionarles, antes de que se incorporen al servicio, capacitación sobre materias concretas no incluidas en la enseñanza académica que han recibido. También se recurre cada vez más a la educación permanente o a la capacitación en el servicio para proporcionar nuevos conocimientos y aptitudes a personal que ha llegado a la mitad de su carrera.

También están aumentando las oportunidades para aprender fuera de las aulas. La educación a distancia ofrece una estructura académica pero flexible en lo que concierne al lugar y al período del aprendizaje. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, como por ejemplo Internet, facilitan un acceso inmediato a una cantidad sin precedentes de recursos informativos y educativos. Están favoreciendo una nueva concepción del tiempo y el espacio en la educación a través de conceptos como instituciones sin paredes y el aprendizaje como proceso que dura toda la vida. Estas tecnologías en rápida evolución, junto con otros cambios, están contribuyendo a una «inversión de la pirámide tradicional del aprendizaje» en virtud de la cual los profesionales de más edad tienen que solicitar de los más jóvenes información, capacitación y asesoramiento.

Se están produciendo cambios importantes como resultado de la disminución del apoyo público a la educación y la capacitación forestales y el aumento de la participación del sector privado y de las ONG en esas actividades. En algunas partes están surgiendo nuevas alianzas estratégicas entre instituciones públicas y privadas. ForKom, un foro forestal de Indonesia, en el que participan empresas forestales privadas, organismos gubernamentales, el Forestry Training College y donantes internacionales, es un ejemplo de coordinación oficiosa de actividades de desarrollo de los recursos humanos en el sector forestal. En algunos lugares, empresas privadas están patrocinando cursos sobre temas de interés para ellas, junto con universidades.

A pesar de los hechos positivos antes indicados, la educación en general ha tardado en adaptarse a las nuevas exigencias y siguen siendo necesarios muchos más cambios. Las instituciones tradicionales se verán obligadas a explorar nuevos medios de aumentar su flexibilidad, por ejemplo admitiendo cursos de una mayor variedad de disciplinas y valorando la experiencia y la formación adquiridas en diferentes instituciones. Habrá que aumentar la frecuencia de los programas de educación permanente y capacitación en el servicio y mejorar su formulación y aplicación. La educación de adultos y los métodos de aprendizaje utilizados en la educación y la capacitación serán cada vez más importantes para que los técnicos forestales puedan seguir aprendiendo y actualizando sus conocimientos. Aunque las asociaciones y alianzas dinámicas entre una variedad de ONG y los sectores público y privado en la preparación de programas de capacitación y educación serán cada vez más comunes, será necesario alentar su creación.

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