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Reunión sobre políticas públicas que afectan a los incendios forestales: México - Victor M. Villalobos Arámbula[40]

Ante todo, deseo agradecer a la FAO por haber organizado esta reunión que, por primera vez, nos da la oportunidad de discutir acerca de los problemas relacionados con los incendios forestales a nivel mundial y, al mismo tiempo, de conocer la opinión de los expertos en este campo. Como se ha señalado en esta reunión, durante 1998 México enfrentó la temporada de incendios forestales más difícil de su historia.

Este año todo el país ha estado caracterizado por difíciles condiciones climáticas, con temperaturas extremas desde menos 15 grados centígrados hasta más de 35 grados centígrados durante el día, y con nevadas en ciudades en que nunca antes se había registrado dicho fenómeno, como en Guadalajara y Aguascalientes. Otro ejemplo evidente es el de Ciudad de México donde el termómetro registró una temperatura de casi 35 grados centígrados, la más alta en los últimos 50 años.

En febrero nuestra Secretaría adoptó medidas concretas para afrontar este dramático problema y elaboró inmediatamente un sólido programa al respecto. El Presidente, a dicho propósito, nos ordenó respetar todas las medidas establecidas en el mismo.

El programa, cuyos resultados han sido publicados, se encargó de 14 mil incendios que afectaron a casi 600 000 ha.

A pesar del hecho de que el número de incendios aumentó del cien por cien en comparación con el año anterior, el área afectada permaneció dentro de la extensión normal que se había registrado en las temporadas más intensas en las décadas de los 80 y 90.

Ello ha sido posible porque la SEMARNAP (Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca) a finales de 1997 ejecutó, a nivel regional, un programa preventivo para brindar información y orientación acerca de las acciones físicas, como las brechas corta fuego y las quemas controladas.

Las medidas de la SEMARNAP se ejecutaron en coordinación con otros importantes órganos gubernamentales, con inclusión de la Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, Secretaría del Interior, Secretaría de la Agricultura, Ganado y Desarrollo Rural y Secretaría de Transportes y Comunicación. Además, la SEMARNAP estableció una coordinación con varios gobiernos estatales y locales, así como con organizaciones no gubernamentales.

Asimismo reconocemos y deseamos manifestar nuestro agradecimiento a países como España, Canadá y el Reino Unido que nos brindaron su asistencia con programas de capacitación. A los Estados Unidos de América dirigimos un agradecimiento especial por habernos otorgado asistencia técnica, equipo y recursos económicos que nos permitieron controlar con éxito los incendios de Chimalapas en Oaxaca al final del período.

Los daños fueron de diferentes magnitudes: desde moderados, provocados por incendios superficiales que causaron pequeños daños al ecosistema, hasta incendios que afectaron la cubierta de copas de los bosques ocasionando graves perjuicios al ecosistema circundante. Estos últimos incendios, más graves, se propagaron en 10 de los 32 estados mexicanos.

No queremos minimizar la gravedad de la situación, pero dichos daños podrían haber sido peores en ausencia de un enfoque, serio y responsable, por parte del Gobierno y sus asociados.

Desgraciadamente, 70 personas perdieron la vida como resultado directo o indirecto de los incendios.

El año 1998 nos dejó como enseñanza la necesidad de evaluar y fortalecer nuestro modo de abordar el problema con acciones preventivas. Ante todo, necesitamos medidas que nos permitan formular soluciones viables y realistas que puedan traducirse en puestos de trabajo u opciones socioeconómicas que logren resolver los graves problemas de la agricultura de subsistencia y de las prácticas perjudiciales, como el desmonte por medio de las quemas, tan comunes en nuestras zonas tropicales.

Con el llegar de las lluvias y en el marco del programa nacional de reforestación (El Pronare), hemos establecido como objetivo recuperar las áreas seriamente dañadas por los incendios, y limitar los cambios del uso de la tierra en las áreas afectadas.

Este proceso se ha intensificado con el programa de repoblación forestal, en el ámbito del cual se reforestarán 185 000 ha distribuidas en 85 zonas de restauración.

Quisiera hacer presente que este programa ha sido orientado a través de la Declaratoria de Zonas de Restauración Ecológica hecha por el Presidente mexicano en el mes junio, en la que se prohiben los cambios del uso de la tierra en las superficies forestales.

La sociedad mexicana se alarmó por los incendios, de modo que se iniciaron distintas consultas para intentar identificar posibles soluciones a fin de prevenir o mitigar el problema de los incendios forestales en el próximo futuro.

Desde mayo hasta octubre se celebraron siete reuniones nacionales en México y, a finales de agosto, mi país fue anfitrión de una conferencia regional. A esta reunión, que recibió la asistencia de la FAO, participaron 13 países de América Central y Sudamérica, así como de los EE.UU.

La conclusión principal de estas reuniones fue que es necesario trabajar en manera conjunta para impedir que se repita la grave situación provocada por los incendios forestales de 1998. Las sociedades y los gobiernos deben colaborar a fin de encontrar las soluciones para reducir al mínimo el número de los incendios forestales en la medida del posible, incluidos sus efectos sociales, económicos y ambientales negativos.

Por estas razones, consideramos que esta reunión debe analizar las experiencias directas de los participantes y los resultados de las precedentes reuniones. Sería de gran valor poder acordar estrategias internacionales para prevenir y combatir los incendios forestales, así como para proteger el medio ambiente.

Dados los graves incendios forestales de este año, debemos encontrar estrategias a corto y largo plazo para combatirlos.

Considerando el impacto ecológico de los incendios forestales, sobre todo la contaminación atmosférica, estamos seguros de que llegaremos a una conclusión positiva para coordinar con éxito nuestras actividades. Los incendios forestales no conocen fronteras; nos afectan a todos. Es por esta razón que debemos encontrar la mejor solución para prevenirlos y combatirlos.

Nosotros estamos de acuerdo que la FAO, a través de sus comisiones forestales regionales, continúe desempeñando una función importante en este campo con objeto de elaborar estrategias para prevenir y combatir los incendios forestales.

En noviembre, México organizará la reunión de la North American Commission on Forestry. Uno de los temas más importantes del debate será precisamente el que estamos analizando hoy. En dicha reunión tenemos la intención de comunicar las conclusiones y recomendaciones que adoptaremos en esta sede.


[40] Subsecretario de Recursos Naturales, Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), México.

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