CCP:GR 99/4-RI 99/4





COMITÉ DE PROBLEMAS DE PRODUCTOS BÁSICOS

REUNIÓN CONJUNTA
DEL GRUPO INTERGUBERNAMENTAL SOBRE CEREALES
(28ª REUNIÓN) Y EL GRUPO INTERGUBERNAMENTAL
SOBRE EL ARROZ (39ª REUNIÓN)

Roma, 22 - 24 de septiembre de 1999

APLICACIÓN DE LAS DIRECTRICES PARA LAS CAMPAÑAS NACIONALES E INTERNACIONALES DE PROMOCIÓN
DEL ARROZ EN 1996-1999

 

Índice

 


 

I. INTRODUCCIÓN

1. A partir de 1972, el Grupo Intergubernamental (GIG) sobre el Arroz ha venido examinando en cada una de sus reuniones las medidas normativas aprobadas por los Gobiernos que tenían consecuencias directas para sus sectores arroceros y evaluándolas en el marco de las Directrices para las Campañas Nacionales e Internacionales de Promoción del Arroz1. En este documento se analizan los cambios principales habidos en las políticas arroceras de los países desde la última reunión del GIG en 1996. Esta información se ha sacado de varias fuentes, en particular de las respuestas de 52 Gobiernos al cuestionario de la Secretaría.

2. La economía mundial del arroz atravesó un período de turbulencia entre los años 1997 y 1999, causada en gran parte por las anomalías del tiempo relacionadas con los fenómenos de El Niño y La Niña que trastocaron los parámetros normales de producción en muchos países, sobre todo en Asia y América Latina y el Caribe. En muchos casos, estas circunstancias se agravaron por la crisis financiera que amordazó las economías de varios países productores y consumidores de arroz importantes. Ese período coincidió también con la primera fase de aplicación del Acuerdo de la Ronda Uruguay sobre la Agricultura (ARUA).

3. La producción mundial de arroz alcanzó unas cifras sin precedentes en 1996/97 y 1997/98 aunque sufrió una recesión en 1998/99, período en el que varios productores registraron un brusco descenso en su producción. Estos déficit indujeron a una retirada sustancial de las existencias mientras que el comercio mundial alcanzó una nueva cota en 1998. No obstante unas disponibilidades relativamente grandes por parte de los países exportadores, la subida de la demanda de importación provocó un enrarecimiento de los suministros acompañado de una subida de los precios mundiales. La situación del mercado internacional del arroz cambió en la primera mitad de la temporada de 1999, en que la recuperación de la producción en Asia y en América Latina y el Caribe provocó una baja en la demanda de importación y una caída en los precios internacionales del arroz.

4. Los países han respondido de distinta manera a los cambios habidos en el entorno comercial internacional, reaccionando algunos de ellos a las bajas de producción con un incremento del apoyo dado a los productores. Al propio tiempo, la necesidad de cumplir los compromisos dentro de unos programas de reajuste estructural y el ARUA, junto con las limitaciones de recursos, han limitado la posibilidad de la mayoría de proceder a un aumento de los incentivos de sus respectivos sectores nacionales del arroz.

5. Entre los países exportadores en desarrollo de Asia, India incrementó considerablemente los precios de sostenimiento del arroz que, sin embargo, siguieron siendo en términos reales inferiores al nivel relativamente alto que hubo de 1993 a 1995. Por otra parte, a principios de 1999, el Gobierno elevó el precio de la urea subvencionada en un 11 por ciento llevado del afán de aliviar los costos presupuestarios conexos. En Pakistán, los precios reales de sostenimiento quedaron suspendidos y la intervención pública directa siguió siendo limitada a medida que el Gobierno se retiraba progresivamente del apoyo a la comercialización y de la sustentación de los precios al propio tiempo que aceleraba la prestación de crédito subvencionado a los pequeños agricultores y fomentaba el cultivo de arroz híbrido. Los precios oficiales de compra mejoraron notablemente en términos reales en Myanmar, en contraste con la tendencia predominante en la primera parte de la década de los noventa. A finales de 1997, el Gobierno introdujo el "sistema de compra anticipada de arroz cáscara", en virtud del cual los agricultores venden, antes de recolectar la cosecha, una cantidad fija de arroz por hectárea al organismo de compra a precios oficiales. Tailandia sigue aplicando un plan de hipoteca del arroz para sostener los precios al productor, así como programas de distribución de fertilizantes y semillas. En 1996 y 1997, hizo que los precios reales de sostenimiento del arroz cayeran, pero en 1998 éstos aumentaron considerablemente. A principios de 1999, como reacción a una caída de los precios al productor, el Gobierno destinó 3,5 mil millones de bath (95,6 millones de dólares EE.UU.) a financiar compras de arroz y sus gastos de almacenamiento. En 1999 se tomaron en Viet Nam medidas análogas, con las que se instó a los exportadores a anticipar las compras de arroz, cubriendo el Gobierno los correspondientes gastos de almacenamiento.

6. Entre los países asiáticos en desarrollo importadores de arroz, en Bangladesh se mantuvieron los precios de sostenimiento del arroz en términos reales durante las tres últimas campañas pero se liberalizó el comercio de insumos básicos, sobre todo de fertilizantes. A raíz de las fuertes inundaciones acaecidas en 1998/99, se emprendió un programa de rehabilitación que incluía la distribución de insumos básicos y créditos subvencionados. Aunque el Gobierno sigue comprometido a llevar a cabo un programa de reducción de la superficie arrocera, ha habido poca desviación de tierras dedicadas antes al cultivo del arroz en estos diez años últimos. En su lugar, el régimen de cultivo se ha desplazado al cultivo del arroz boro de regadío, casi siempre a costa del cultivo de arroz Aus, predominantemente de secano. Los precios de sostenimiento al productor se han mantenido estables en términos reales en Malasia, donde sigue funcionando un programa de distribución gratuita de fertilizantes a los cosecheros de arroz a pesar del elevado costo presupuestario que ello lleva consigo. Por otra parte, según se tiene entendido el país está pensando en elevar su objetivo de autosuficiencia arrocera para el 2010 pasando del 65 por ciento al 72 por ciento. En Filipinas, el nivel de los precios de sostenimiento se ha mantenido inalterado desde 1996 hasta 1999, pero en mayo de este año se anunció un aumento del 25 por ciento. Desde 1996, el país ha aplicado el programa de "cosecha dorada", con el que se pretenden impulsar la producción de arroz y maíz proporcionando apoyo técnico y créditos al sector privado. El Gobierno también dictó unas directrices provisionales para la conversión del uso de la tierra a fin de fomentar el cultivo de arroz en terrenos de regadío y en otros terrenos de primera calidad e impedir la desviación de zonas arroceras a otros empleos. De modo análogo, Indonesia ha venido llevando a cabo un programa de desarrollo del arroz en Kalimantán desde 1996 en un intento de compensar la pérdida de arrozales a favor de usos no agrícolas en Java. Como consecuencia de la reducción de la producción por la sequía en 1997/98, el país elevó considerablemente los precios de sostenimiento, en contraste con los años anteriores en que simplemente se mantenían parejos con la inflación. Estos aumentos compensaron en parte, sin embargo, un aumento de los precios de los fertilizantes a raíz de un corte en las subvenciones estatales que se registró a principios de 1997. En Sri Lanka se elevaron en 1999 por primera vez desde 1994 los precios de sostenimiento del arroz cáscara. No obstante, con el desmantelamiento de la Junta de Comercialización del Arroz en 1996, las compras hechas por el Estado han sido esporádicas y las cantidades adquiridas pequeñas. En la República de Corea se elevaron los precios de sostenimiento en 1996, después de haberse mantenido inalterados a lo largo de tres años, y de nuevo volvieron a aumentarse en 1998, aunque los precios en términos reales se mantuvieron por debajo del nivel previo al ARUA. En efecto, la capacidad del Gobierno de incentivar los precios a los cosecheros de arroz está limitada desde 1995 por la obligación que le incumbe en virtud del ARUA de reducir el grado global de apoyo a la agricultura, de cuya cantidad un 93 por ciento corresponde al arroz. Por consiguiente, al seguir estando el país comprometido a una autosuficiencia arrocera, ha pasado a practicar políticas del "compartimento verde", apoyando en concreto el desarrollo de variedades híbridas de alto rendimiento.

7. Después de tres magníficas cosechas consecutivas recogidas entre 1995/96 y 1997/98, China ha adoptado medidas especialmente rigurosas para contrarrestar la caída de los precios del arroz al productor con la introducción en 1995 del sistema de responsabilidad por sacos de granos de los "gobernadores", y en junio de 1998 de la reforma2 de "cuatro separaciones y un consumo". La reforma de 1995 atribuyó a los gobiernos provinciales de China la responsabilidad de elevar la autosuficiencia en materia de cereales en sus provincias, para cumplir los objetivos de existencias establecidos por el gobierno central y para comerciar con las otras provincias. Inició un proceso de descentralización que limitaba la intervención de las autoridades centrales subvencionando en gran parte las pérdidas sufridas por las juntas de cereales, administrar las existencias nacionales y llevar a cabo transacciones de divisas. La reforma siguiente de 1998 introdujo nuevas directrices para la adquisición de cereales y responsabilizó a las provincias de las pérdidas en que incurriesen las juntas locales de cereales. Además, restableció un monopolio de compra del Estado para los cereales, incluido el arroz, permitiéndose a los comerciantes privados comprar sólo cereales de los organismos gubernamentales. En virtud de las nuevas directrices de determinación de los precios, las juntas estatales de cereales quedan obligadas a aceptar todo el arroz que les ofrezcan los agricultores de sus provincias respectivas (el único territorio en el que pueden operar), abonando el precio fijo de compra sobre una parte (cupo) del cultivo y, para las entregas superiores a ese cupo, el precio negociado (de mercado) o el precio de sostenimiento (mínimo), de estos dos el mayor. Además, los precios han de diferenciarse según la variedad y calidad del producto ofrecido. Los organismos estatales de cereales recibieron también instrucciones de revender el grano con beneficio.

8. En África, varios países pretendieron aligerar la intervención estatal directa en el sector arrocero, casi siempre dentro del contexto de los programas de ajuste estructural. Al propio tiempo, la inquietud por el aumento de la dependencia de las importaciones estimuló a algunos países a reformular medidas de refuerzo de la producción de arroz. Egipto siguió limitando la superficie arrocera en vista de las restricciones del agua de riego, sosteniendo al propio tiempo los aumentos de los rendimientos mediante una labor intensiva de investigación y extensión. Desde 1994 este sector funciona sin subvenciones a los insumos o al crédito. De igual forma, en Nigeria se retiraron en 1997 las subvenciones a los fertilizantes destinados al sector arrocero y la ayuda que se da se limita ahora en gran parte a la distribución de semillas mejoradas. En Senegal, se liberalizó el comercio arrocero del país a raíz de la retirada del organismo estatal regional, el SAED, que dejó de comprar y distribuir insumos básicos en 1995. Esta iniciativa, junto con una apertura del mercado a las importaciones, indujo un aumento sustancial de los costos de producción y una competencia más aguerrida por parte del extranjero, lo que contribuyó a una contracción acentuada de la producción en 1994-1996. No obstante, el suministro de crédito subvencionado por el Gobierno ha contribuido a invertir la caída desde 1997. Con la liberalización del sector arrocero, que comenzó en 1994, los precios oficiales al productor en Côte d'Ivoire han tenido escasas repercusiones sobre los precios a pie de granja. La ayuda del Gobierno se limita ahora principalmente a la rehabilitación de los arrozales y a la infraestructura de obras de riego. De manera análoga, el sector arrocero en Madagascar se ha ido liberalizando en gran parte y la ayuda se concentra casi toda en el desarrollo de obras de infraestructura y en extensión agraria. En cambio, Ghana está tratando de invertir una tendencia a la baja de la producción mediante la distribución de variedades de alto rendimiento y el suministro de crédito a los productores. Guinea está también prestando especial atención al sostenimiento de la producción, especialmente a través de las inversiones en infraestructura rural y riego, crédito y extensión. Mozambique emprendió un programa en 1998 para fomentar el desarrollo de la producción de arroz promoviendo el empleo de fertilizantes y semillas de calidad. La rehabilitación de las instalaciones de riego y la mejora del acceso a los créditos han contribuido también a sostener una expansión de la producción desde 1995.

9. En América Latina y el Caribe, se registró también una tendencia general a pasar a unos sistemas más liberalizados de mercado interno. En la República Dominicana se sustituyeron los precios mínimos de sostenimiento con precios indicativos en el año 1996, y en 1997 se retiraron los créditos subvencionados al sector agrícola. En Cuba, el Gobierno ha centrado tradicionalmente su atención en el desarrollo de la producción en grandes haciendas estatales. Últimamente, se está prestando también atención a las pequeñas unidades productivas en que el arroz se cultiva principalmente para consumo doméstico. Costa Rica sigue aplicando precios de sostenimiento a los productores. Aunque desde 1995 se han venido aumentando cada año, este aumento ha sido insuficiente para ofrecer incentivos reales a los agricultores. No obstante, la producción ha tendido al alza en los últimos años, sostenida por una expansión del riego. En virtud del programa "Alianza para el Campo" de 1995-2000 (Procampo), los cosecheros de arroz en México han tenido acceso a varios planes de apoyo a la mecanización, uso de fertilizantes y riego. Además, se dio un incentivo de "trueque de un kilo por un kilo" para intercambiar semillas tradicionales con semillas mejoradas de arroz. En virtud del Procampo, los cosecheros de arroz han tenido también derecho a cobrar cada semestre una prima en efectivo por hectárea desde la temporada de 1994/95 (Cuadro 1). También se han prestado otras ayudas a través de subvenciones a la comercialización, que se elevaron en 1998 a 150 pesos mexicanos por tonelada, el doble de la cuantía aplicada de 1994 a 1997.

Cuadro 1: Primas por superficie arrocera abonadas por Procampo en México cada semestre
 

1995

1996 1997 1998 1999
Pesos/ha 440 484 556 626 708
$EE.UU./ha 68,5 63,7 70,2

68,5

72,0 *

* Convertidos al tipo de cambio de enero-abril.

10. En 1997, Perú puso en marcha un programa para eximir a los fertilizantes y a otros insumos básicos de impuestos, incluidos los de importación. Los pequeños agricultores podían también adquirir semillas selectas en condiciones de crédito preferente. El apoyo dado a los productores arroceros en Brasil sigue otorgándose principalmente en forma de créditos subvencionados con unos precios mínimos de sostenimiento que sirven de base para la estimación de los préstamos respaldados por productos. La tasa anual de interés de esos préstamos se redujo del 12 por ciento en 1996/97 al 9,5 por ciento en 1997/98 y el límite de los créditos se elevó para sostener la recuperación de la producción afectada por el fenómeno de El Niño. Ecuador adoptó también medidas especiales para superar los efectos de dicho fenómeno sufrido por la producción en 1997, incluida la distribución de semillas certificadas de arroz a los pequeños agricultores y la asignación de 200 millones de dólares EE.UU. para la reconstrucción de obras de infraestructura básica. La mayor parte de los esfuerzos desplegados en Guyana y Suriname se volcaron en la concentración de las unidades productivas de arroz y en la rehabilitación de la infraestructura básica al haber abandonado sus respectivos Gobiernos la intervención directa en la producción y la comercialización. En Colombia, la ayuda dada a los pequeños agricultores por el IDEMA, que es el organismo oficial de comercialización, ha venido disminuyendo desde 1997 al suprimirse este organismo. Sin embargo, en 1998 el Gobierno subvencionó el almacenamiento del arroz del país por la industria elaboradora para fomentar una compra temprana de arroz a los agricultores.

11. Entre los países desarrollados, desde 1996 se han venido aplicando unos cambios drásticos en las políticas de producción arrocera. En virtud de lo dispuesto en la Ley Federal de Mejora y Reforma Agrícolas de 1996 (FAIR)3, los Estados Unidos eliminaron el programa de reducción de superficie de cultivo, el precio indicativo de sostenimiento para el arroz cáscara y los pagos compensatorios4. y proveyeron a siete años de pagos anuales desconectados de la producción en virtud de "contratos de flexibilidad de la producción" (CFP)5 Sin embargo, la Ley FAIR mantuvo dos instrumentos clave para ayudar los productores cuando los precios son bajos, a saber: los préstamos de apoyo a la comercialización, con arreglo a los cuales se hacen pagos compensatorios por préstamos6 (PCP), y el préstamo en productos sin recursos7. Gracias a esta reforma, los cosecheros de arroz recibieron pagos desconectados en virtud de CFP de cerca de 450 millones de dólares EE.UU. tanto en 1996 como en 1997, y 478 millones de dólares en 1998. Estimado por tonelada, el apoyo a los ingresos proporcionado por los CFP ha promediado unos 60 dólares por tonelada a partir de 1996. Como los precios del mercado superaban abundantemente la tasa de los préstamos (fijada en 143 dólares por tonelada, en equivalente de arroz cáscara, para todo el período de 1996-2002), les quedaba a los agricultores poco margen para recurrir a pagos compensatorios de los préstamos y a préstamos de arroz sin recursos, situación que podría cambiar durante el año comercial actual, con la caída de los precios de mercado del arroz (Cuadro II del suplemento).

12. En 1995, Japón promulgó la Ley para la estabilización de la oferta, demanda y precios de los alimentos básicos, que supuso una suavización de la intervención del Gobierno sobre el mercadeo interno del arroz mediante un aumento en el número de minoristas y mayoristas de arroz con licencia. Para mantener bajo control la producción, el Gobierno sigue fijando objetivos para desviar tierras del cultivo del arroz dedicándolas a cultivos alternativos. En 1998/99 y 1999/2000, dicho objetivo se fijó en 960 000 ha, la mayor reducción propuesta desde la aplicación del programa (Cuadro 2). Además, los precios de sostenimiento al productor, que se habían mantenido inalterados desde 1991, se redujeron en 1997 y 1998, período en el que las existencias de arroz estaban alcanzando unas cotas sin precedentes. Japón está actualmente fomentando también la concentración parcelaria de los arrozales para mejorar la competitividad del sector.

Cuadro 2: Japón, programa de desviación de la superficie arrocera (miles de ha)
1990/91 1991/92 1992/93 1993/94 1994/95 1995/96 1996/97 1997/98 1998/99 1999/00
830 827 698 673 579 680 787 787 960 960

13. La Comunidad Europea (CE) aplicó la nueva Organización del Mercado Comunitario del Arroz en 1996/97, cuyas principales características consistían en una innovación en el régimen de precios, con la eliminación del precio umbral e indicativo, una abreviación del período de intervención de siete a cuatro meses (de abril a junio); el establecimiento de zonas base para el pago por ingresos, y una mayor rigidez en las condiciones de calidad para la intervención. En consonancia con la reforma cerealera, el precio de intervención de la CE para el arroz se redujo en un 15 por ciento pasando a ser de 316 ecus por tonelada entre 1995/96 y 1998/99 (Cuadro III del suplemento). Se compensó a los productores de la CE por la reducción mediante pagos directos, fijados por hectárea, con una superficie máxima garantizada para cada país de suerte que las siembras no superasen un tope. Con arreglo a esos principios, la superación de ese límite dio lugar a una reducción en la ayuda compensatoria en el caso de España durante 1998, que pasó de 222,89 ecus a 176,25 por hectárea. Como los precios del mercado de la CE eran bastante inferiores al nivel de intervención, sobre todo para el arroz índica, tuvieron que aceptarse a efectos de intervención durante las temporadas de 1996/97 y 1997/98, unas 162 000 toneladas y 350 000 toneladas, respectivamente.

14. El comercio del arroz alcanzó una cota sin precedentes en 1998, tras un ligero descenso el año anterior. Durante el período de 1996-1999, la mayoría de los países hicieron progresos por lo que atañe a su acomodación a las disciplinas del ARUA sobre el acceso a los mercados y subsidios a la exportación8, avances que se vieron favorecidos por los elevados precios internacionales que reinaron durante el período. Entre los mayores exportadores, la ayuda a los exportadores de arroz ha venido mermando desde 1995, pues los precios mundiales generalmente altos que existían han limitado la necesidad de subvenciones a la exportación. Por ejemplo, entre los países exportadores desarrollados, los Estados Unidos no han notificado desde 1996 ventas de arroz en virtud del Programa de fomento de las exportaciones. Ahora bien, los exportadores siguieron beneficiándose de los programas crediticios de la Commodity Credit Corporation (CCC) pero las cantidades cubiertas por esos programas bajaron de 321 000 toneladas en 1995 a 215 000 toneladas en 1996 y a menos de 90 000 toneladas luego. En la CE se exportaron 88 600 toneladas (en equivalente de arroz elaborado) con subvenciones en 1995/96 por un valor de 30,3 millones de ecus, bastante por debajo de los límites del ARUA de 163 000 toneladas y 54,6 millones de ecus. No obstante, la porción no utilizada de las exportaciones con subvención autorizadas se arrastró en 1996/97, período en el que se expidieron 226 500 toneladas con un desembolso por subvenciones de 72,2 millones de ecus, frente a los límites del ARUA de 157 100 toneladas y 51,1 millones de ecus. Las exportaciones de arroz efectuadas con reembolsos representaron el 94 por ciento de los envíos totales a terceros países.

15. Entre los países en desarrollo exportadores, Tailandia no ha otorgado apoyo alguno directo a la exportación en estos últimos años y el Gobierno se ha limitado casi siempre a ofrecer créditos baratos a los exportadores para el envasado del arroz. India creó en 1997 un fondo de fomento de la exportación de arroz Basmati, financiado con un impuesto sobre las exportaciones de ese tipo de arroz de 20 rupias por tonelada, que se duplicó en 1999. Las exportaciones en Viet Nam están reguladas por el Gobierno mediante la distribución de cupos de exportación a los comerciantes con licencia y la fijación de unos precios mínimos de exportación. Entre abril y agosto de 1998, en que la situación de sequía amenazó con reducir la producción, se gravó con un impuesto la exportación para limitar la salida de suministros y asegurar unas disponibilidades suficientes en el país. Myanmar ha venido permitiendo, según noticias, a algunas empresas privadas su participación en actividades de exportación pero exclusivamente del arroz adquirido por el Gobierno.

16. En virtud de lo dispuesto para el Trato Especial sobre Acceso al Mercado9 del ARUA, Filipinas amplió el acceso mínimo al mercado (AMM), pasando de 59 000 toneladas en 1996 a 69 000 toneladas en 1998. Fueron comerciantes privados con licencia los que efectuaron en 1999 las compras al amparo del AMM, con sujeción a unos derechos del 50 por ciento. En virtud de la misma disposición, Tailandia se comprometió a establecer unos cupos mínimos de importación para el arroz del orden de 243 000 toneladas, pero los comerciantes han mostrado escaso interés por cumplirlos. En cambio, la República de Corea, a través de su organismo comercial estatal, ha cumplido sus disposiciones de AMM (Cuadro 3). Las compras de arroz en Indonesia siguieron siendo realizadas por Bulog10, el organismo comercial estatal pero, según se tiene entendido, a los comerciantes privados se les permitió importar arroz en 1999. En diciembre de 1997, Jordania revocó el monopolio que mantenía el Ministerio de Suministros sobre las importaciones de alimentos de primera necesidad, incluido el arroz, y autorizó al sector privado a dedicarse a importar arroz de grano medio reduciendo los aranceles del 5 al 1 por ciento. En 1998, frente a la escasez de la oferta, Bangladesh suprimió temporalmente todos los impuestos sobre las importaciones de arroz, inclusive un recargo del 2,5 por ciento para el desarrollo. Asimismo, Sri Lanka renunció a los derechos del 35 por ciento sobre las importaciones de arroz tanto en 1996 como en 1997, aunque las volvió a gravar en 1998 al mejorar la situación de la oferta.

Cuadro 3: República de Corea, compromisos de acceso mínimo al mercado del arroz del ARUA (miles de toneladas)
1995 1996 1997 1998 1999
51 64 77 90 205

17. En África, el arancel sobre las importaciones de cereales se ha suprimido en Benin, pero éstas siguen gravándose con un impuesto suplementario. Guinea emprendió en 1996 un programa para hacer más rígido el control sobre las importaciones a fin de impedir que se fijaran sus precios por debajo de lo debido. En 1996, Senegal disolvió la Caja de Compensación, organismo comercial del Estado y permitió a los comerciantes privados dedicarse a importar arroz con sujeción a un gravamen variable del 0-30 por ciento, además de un 16 por ciento de derechos fijos. En 1998, dicho gravamen se redujo al 10 por ciento pero se aplicó un recargo del 20 por ciento sobre las importaciones de menos del 55 por ciento de arroz quebrado. De modo análogo, desde enero de 1997 las importaciones se han liberalizado en Côte d'Ivoire, con sujeción a un impuesto arancelario y a una tasa fiscal. A mediados de 1997, los aranceles sobre el arroz cáscara y el arroz descascarado se redujeron para asegurar unos suministros suficientes a los elaboradores. En 1996, Nigeria redujo los derechos de importación del arroz del 100 al 50 por ciento, con sujeción a un descuento del 35 por ciento. Este último se bajó al 25 por ciento en 1997 y quedó eliminado en 1999.

18. En América Latina y el Caribe, los países miembros del Acuerdo Caricom redujeron el arancel externo común para el arroz de un 25 por ciento a un 20 por ciento en 1998, aplicando Jamaica un tipo aún inferior del 15 por ciento. Nicaragua eliminó en 1997 el sistema de bandas de precios que se había establecido desde 1992 y lo sustituyó con derechos a la importación de un 30 por ciento. Éstos se redujeron al 25 por ciento en 1999, con una ulterior caída al 10 por ciento prevista para el 2001. Guatemala abrió varios cupos de importación y, con el fin de asignarlos entre comerciantes privados, creó en 1996 una comisión del arroz compuesta de representantes de los sectores privado y público. Costa Rica elevó los derechos de importación del 20 al 35 por ciento para volúmenes que superasen el cupo mínimo de acceso en 1999. Pero al propio tiempo autorizó la importación de unas 60 000 toneladas con un arancel reducido del 10 por ciento, bastante por encima de sus compromisos de AMM. Las importaciones de arroz de Chile están sujetas a un tipo de arancel general que se prevé que bajará un 1 por ciento cada año, pasando del 11 por ciento en 1998 al 6 por ciento en el año 2003. En 1997, Brasil elevó los aranceles para las importaciones desde países no pertenecientes al Mercosur, como excepción al arancel externo común. Sin embargo, en junio de 1998, como consecuencia de El Niño, el país redujo el tipo de arancel para el arroz elaborado, que pasó del 21 al 15 por ciento. Desde 1995, las importaciones de Ecuador están sujetas a un arancel fijo ad valorem del 20 y 15 por ciento para el arroz elaborado y cáscara, respectivamente. Además, en virtud del sistema andino de bandas de precios, aplica un arancel variable que depende de la diferencia entre un precio de referencia y el precio de importación CIF. En 1998, el país también recurrió a una "salvaguardia arancelaria". Como resultado, el equivalente arancelario se elevó al 26 por ciento y 20 por ciento en 1998 para el arroz elaborado y cáscara, respectivamente.

19. Con la aplicación del ARUA, la CE sustituyó los impuestos variables a la importación con derechos fijos, con sujeción a unos precios máximos de importación con arancel para el arroz descascarillado y elaborado11. Como resultado del nuevo sistema de importación, los aranceles efectivos para el arroz de cualquier origen han ido bajando continuamente a partir de 1996 (Cuadro IV del Suplemento). El acceso preferencial al mercado de la CE (Cuadro 4) se amplió a raíz de la entrada de Austria, Finlandia y Suecia en 1995 para así compensar a los proveedores tradicionales de esos mercados.

Cuadro 4: Acceso preferente de la CE para las importaciones de arroz
Origen Reglamento Volumen
(miles de t)
Arancel
preferente *
ACP 1706/98

1595/98

2603/97

125 (descascarillado)

20 (100 por cien quebrado)

-65 por ciento
OCT 1036/97

2603/97

35 (descascarillado) 0 por ciento
Bangladesh 862/91 4 (Basmati, descascarillado) -50 por ciento
Egipto 196/97 32 (todo tipo de arroz) -25 por ciento
GATT

Art. XXIV.6

327/98 63 (arroz elaborado)

20 (arroz descascarillado)

80 (arroz quebrado)

0 por ciento

88 euros/tonelada

-28 euros/tonelada

India y Pakistán 1503/96 0 límite pero sujeto a determinadas condiciones -250 euros/tonelada
Todos los países 2058/96 1 (100 por cien arroz quebrado) 0 por ciento

* El arancel preferente dentro de cupo o la reducción de derechos se aplica a importaciones fuera de cupo.

20. A raíz de un alza en las entregas de arroz elaborado en los países y territorios de ultramar (OCT), que habían tenido un acceso ilimitado en franquicia a la CE, la Comunidad recurrió a dos salvaguardias en enero y mayo de 1997 por las que se estableció un tope combinado de 160 000 toneladas sobre las importaciones de acceso preferente de los OCT y África, y los países del Caribe y del Pacífico (ACP). Como consecuencia de ello, los envíos efectivos desde los países OCT se redujeron radicalmente, reorientándose parte de estos envíos a través del cupo de los países ACP.

21. En virtud de las disposiciones sobre trato especial para el acceso al mercado del ARUA12, Japón aplazó la arancelización de las barreras comerciales para el arroz y concedió un acceso comercial mínimo con franquicia13 equivalente a un 4 por ciento del consumo en 1995/96, que se elevará gradualmente al 8 por ciento en la temporada 2001/2002. Sin embargo, en 1999/2000 el país optó por la arancelización e impuso un arancel específico uniforme de 351,17 yenes por kilo (unos 3 000 dólares EE.UU. por tonelada) sobre las importaciones que sobrepasen el AMM. Aunque éste se mantuvo en 606 000 toneladas, las nuevas disposiciones ralentizarán la apertura del mercado14 en años sucesivos y permitirán que Japón pueda recurrir a las disposiciones especiales de salvaguardia del ARUA, junto con el régimen que aplica a los países que han establecido aranceles.

22. Los envíos de arroz en concepto de ayuda alimentaria, que habían alcanzado una cota máxima de 937 000 toneladas en 1995, bajaron en 1996 y de nuevo en 1997 (Cuadro V del Suplemento), no obstante los déficit de producción y las crisis financieras con que se enfrentaron muchos países a los largo de ese período. La reducción de 1996 respondió a una brusca baja en las donaciones del Japón, que sólo en parte fueron compensadas por un aumento de la ayuda de la CE y de sus miembros. La contracción en el año 1997 respondió a una disminución de las aportaciones de todos los grandes donantes. La ayuda alimentaria en arroz se recuperó fuertemente en 1998, superando el millón de toneladas por primera vez desde 1993, sostenida por envíos récord del Japón y por una recuperación en los de los Estados Unidos, mientras que los de la CE y otros donantes se contrajeron. El beneficiario principal en 1998 fue Indonesia, que por sí sola recibió el 40 por ciento del total, seguida por la República Democrática de Corea (14 por ciento). No obstante el aumento registrado en 1998, la ayuda alimentaria representó menos del 4 por ciento del comercio total, un 1 por ciento por debajo de la que hubo en 1995.

23. Las transacciones triangulares de ayuda alimentaria en arroz canalizada a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA) marcó una pauta diferente, elevándose en un 49 por ciento en 1996 y de nuevo en un 15 por ciento en 1997. En 1998, las cantidades se mantuvieron inalteradas en torno a las 195 000 toneladas financiando Japón un 37 por ciento, seguido por Alemania (14 por ciento) y Suecia (10 por ciento). Entre los países proveedores, Tailandia proporcionó más del 50 por ciento del total, seguida por Nepal e India (13 por ciento cada uno).

24. Durante 1997 y 1998, los precios del arroz subieron considerablemente en varios de los países en desarrollo, especialmente en Asia y América central y parte de África, con las consiguientes penalidades entre la población pobre. Aunque varios gobiernos reaccionaron acelerando la distribución del arroz subvencionado y favoreciendo las importaciones, los altos precios mundiales supusieron en muchos casos que tuvieran que emplearse considerables sumas de divisas en pagar las facturas de importación. En algunos casos, los gobiernos siguieron manteniendo el control sobre los precios al consumo, por ejemplo en Samoa, Siria, así como en Malasia donde, en 1998, los controles de precios al por menor se ampliaron al arroz del país de primera clase. Varios otros países siguieron distribuyendo arroz a precios subvencionados, por ejemplo, la República Islámica de Irán y Bangladesh (Cuadro 5). En 1999, Egipto reaccionó a un alza de los precios anunciando que aumentaría el acceso de los consumidores a arroz barato en los puntos de venta del Estado.

Cuadro 5: Sistema de distribución de arroz en Bangladesh
(miles de toneladas)
  Monetizado No monetizado Total
1993/94

279

71 350
1994/95 263 66 329
1995/96 524 69 593
1996/97 121 618 739
1997/98 287 242 529

25. En otros casos, los gobiernos se hallaron bajo presión para modificar las políticas de distribución o de precios del arroz. Por ejemplo, Costa Rica permitió un incremento del 7 por ciento en los precios intervenidos del arroz al consumidor en junio de 1998 pero al propio tiempo autorizó grandes importaciones a tipos preferentes. A raíz de la liberación de los precios del mercado en 1997, Jordania elevó las restricciones sobre los márgenes de mercadeo de los precios aplicados al arroz y a otros alimentos básicos, suprimió el sistema de cupos de arroz al consumidor que llevaba establecido desde 1990 y lo sustituyó con pagos en dinero a determinados beneficiarios. A principios de 1999, India anunció un aumento de los precios al por menor del arroz, trigo y azúcar suministrados a través del Sistema de Distribución Público, llevada del afán de contener las subvenciones alimentarias previstas en el presupuesto. Hubo de aplicarse un aumento del 29 por ciento al precio del arroz que se vendía a todos los beneficiarios. Sin embargo, a la postre la subida de precios sólo se aplicó a las ventas al grupo de consumidores "por encima de la línea de pobreza". Asimismo, Myanmar redujo en 200 000 toneladas la cantidad de arroz distribuido a precios subvencionados a los empleados del Gobierno.

26. Las existencias mundiales de arroz al final de las temporadas comerciales de 1998 cerraron en su segundo nivel más bajo de la década de los noventa. Lo cual dio lugar a un empeoramiento de las existencias respecto de la relación proyectada de consumo, llegando a menos del 14 por ciento a nivel mundial. A nivel nacional, pocos gobiernos intervinieron para aumentar las reservas de arroz para la seguridad alimentaria. Por ejemplo, en 1997, Filipinas introdujo la política de asegurar tres meses de existencias reguladoras para finales de junio de cada año. Para mantener una reserva de consumo de dos meses, Costa Rica permite las importaciones a un tipo reducido del 1 por ciento para colmar cualquier déficit. A nivel regional, la Reserva Alimentaria Asiática se incrementó a 67 000 toneladas en 1997 y a 84 000 toneladas en 1998. En cambio, Ecuador está actualmente desmantelando las dos entidades públicas encargadas de la comercialización y almacenamiento del arroz, eliminando de esa forma la intervención del sector público en las tenencias de arroz. China subastó en mayo de 1999 parte los cereales viejos almacenados en las reservas estatales. En virtud de la reforma del mercado de cereales de 1998, el Gobierno central ha destinado fondos a la creación de instalaciones de almacenamiento de cereales con una capacidad de 25 millones de toneladas.

27. Las aportaciones a la Reserva Alimentaria Internacional de Emergencia (RAIE), después de caer bruscamente en 1995, se recuperaron en 1996 y volvieron a aumentar en 1997 y 1998, en que alcanzaron las 240 231 toneladas, valoradas en 72,5 millones de dólares EE.UU. Las aportaciones a las Operaciones Prolongadas de Socorro y Recuperación (OPSR)15, manejadas por el Programa Mundial de Alimentos, cayeron en 1997 pero se recuperaron hasta alcanzar las 61706 toneladas en 1998.

28. Los resultados decepcionantes de la producción de arroz en algunos grandes países productores durante 1997 y sobre todo en 1998 estimularon a los gobiernos a elevar los precios de sostenimiento al productor. Sin embargo, muchas veces ese incremento no bastó para compensar la inflación. En algunos casos, los precios de sostenimiento también perdieron su eficacia de influencia en la producción debido a que los organismos comerciales del Estado desempeñaron una función cada vez menor en las compras o quedaron suprimidos. También se registró una tendencia generalizada a reducir las subvenciones a los insumos para los agricultores, pero la ayuda dada en forma de servicios de extensión para técnicas y variedades mejoradas de producción, el desarrollo infraestructural y los créditos subvencionados fue muchas veces acelerada ejerciendo unos efectos positivos en la producción. Varios países desarrollados llevaron a cabo reformas fundamentales en cuanto a políticas nacionales arroceras, que supusieron un desplazamiento del sostenimiento de los precios al apoyo a los ingresos a favor de los productores.

29. Aunque algunos países abrieron sus mercados arroceros a las importaciones muy por encima de sus obligaciones del ARUA, otros se limitaron a cumplir esos compromisos. El recurso de ayudas a la exportación, que había disminuido en 1995, se redobló en 1996 pues algunas de las concesiones de subvenciones no aprovechadas el año anterior se arrastraron al siguiente. Sin embargo, a nivel mundial las exportaciones subvencionadas fueron muy inferiores a los límites generales del ARUA por países. Por otra parte, algunos países recurrieron a limitaciones cuantitativas de las exportaciones y a precios mínimos de exportación. Aunque algunos países elevaron el nivel de precios intervenidos al por menor o los liberalizaron, muchos de ellos lograron que los precios al consumo no subieran mucho con la apertura de sus mercados a la importación. No obstante, debido a los altos precios internacionales del arroz a lo largo del período y a la limitada disponibilidad de divisas, los suministros no fueron siempre suficientes para impedir que el consumo cayera.

30. Varias de las medidas de política arriba mencionadas sirvieron de respaldo a los objetivos de las Directrices, en particular:

31. Sin embargo, a pesar de estos fenómenos positivos, persistieron varios problemas y cuestiones:

32. En vista de todo lo anterior, el Grupo tal vez quiera:

a) recomendar un aumento de la ayuda multilateral y bilateral a los países en desarrollo para elevar la producción de arroz cuando así proceda (Directrices A ii) d, B v)) prestando especial atención al desarrollo de sistemas de producción que reduzcan al mínimo los efectos negativos de las veleidades del tiempo y que sean sostenibles;
b) solicitar de los países desarrollados que eviten el tomar medidas de política comercial que pudieran reducir el acceso de los países exportadores en desarrollo a sus mercados;
c) felicitarse de los esfuerzos desplegados por algunos países desarrollados donde se han acumulado excedentes para reducir la producción (Directrices B ii));
d) felicitarse de la sensibilización de la comunidad internacional para suministrar arroz como ayuda alimentaria a los países que sufren reveses de producción y hacer aportaciones a la RAIE (Directrices E iii)).

 


1 En el documento CCP:GR99/4-RI99/4-Sup.1 figura el texto básico de las Directrices así como los cuadros estadísticos esenciales del documento.

2 La reforma de la comercialización de cereales de 1998 exige la separación de responsabilidades de los gobiernos central y locales, la separación de la gestión de las reservas de aceites y granos de la comercialización de cereales, la separación de las funciones administrativas y comerciales de las compañías cerealeras estatales y la separación de las deudas viejas y nuevas de esas empresas.

3 En el Examen de las Políticas Cerealistas 1995-97 (de la FAO), Dirección de Productos Básicos y Comercio, aparece una exposición más detallada de las disposiciones de la Ley FAIR

4 El tipo de pago compensatorio equivalía a la diferencia entre el precio indicativo o el tipo de la tasa de interés de los préstamos por productos o el precio medio nacional durante un determinado tiempo, de estos dos el mayor.

5 El período de contrato comenzó con la campaña de 1996 y finalizará con la del año 2002. Para beneficiarse de los programas agrícolas del Gobierno, los agricultores quedan libres de plantas en el 85 por ciento de sus tierras cualquier combinación de los cultivos siguientes: trigo, cereales forrajeros, arroz, semillas oleaginosas, fríjol mungo, lentejas, guisantes, algodón y otros cultivos industriales. El pago del contrato anual se basa en un 85 por ciento de la superficie contratada y del rendimiento agrícola en 1995.

6 Cuando los precios del mercado caen por debajo de la tasa del préstamo, el agricultor tiene la opción de recibir un pago compensatorio por préstamo (PCP) en lugar de pasar al préstamo de ayuda a la comercialización. La tasa del PCP se calcula como diferencia entre la tasa del préstamo y el precio en la fecha de la solicitud.

7 Los agricultores pueden obtener un préstamo sin recursos de la Corporación de créditos a productos empleando el cultivo del año corriente como garantía. El valor del préstamo se calcula como el producto de una tasa del préstamo anunciada y la cantidad acogida al préstamo. Para redimir el cultivo, los agricultores deben reembolsar o la tasa establecida del préstamo más sus intereses, o el precio reinante en el marcado, de estas dos cantidades la menor.

8 Según el ARUA, el volumen de arroz para el que se permiten subvenciones a la exportación no debe superar las 503 000 toneladas en todo el mundo para finales del período de aplicación, frente a 604 000 toneladas en el período base de 1986-90.

9 En el artículo 4, párr. 2, y Anexo 5, Sección B sobre Trato Especial del ARUA.

10 Bulog abandonó su monopolio de importación para el trigo, soja y azúcar en el último trimestre de 1998.

11 El precio de importación con arancel para el arroz descascarillado no debe superar el 180 por ciento del precio de intervención para el arroz Índica y el 188 por ciento del precio de intervención para los otros tipos de arroz. Para el arroz elaborado, los topes son el 263 porciento para el arroz Índica y el 267 por ciento para los otros tipos de arroz.

12 En virtud del artículo 4, párr. 2, y Anexo 5, Sección A, sobre tratamiento especial del ARUA.

13 El Gobierno podría aplicar, sin embargo un margen de utilidad a la importación de 292 yenes/kilo sobre el precio de venta al por menor del arroz importado.

14 Por ejemplo, mientras el AMM debía haber alcanzado 758 000 toneladas en el 2000 (o el 8 por ciento del consumo), dentro del nuevo sistema ascendería a 682 000 toneladas.

15 Que sustituyeron a las Operaciones Prolongadas de Refugiados (OPR) a partir de junio de 1998.