INTRODUCCIÓN - EL TEMA

El desafío de la formulación de políticas y la planificación tanto agrícolas como económicas radica en aumentar la productividad y la producción al tiempo que se mantienen los recursos naturales, se protegen e incrementan los ingresos rurales, se genera empleo y se mejora la nutrición y seguridad alimentaria de los hogares y las personas. Cada vez es mayor el reconocimiento y la evidencia de que el desarrollo necesita, más que los recursos naturales y bienes de capital, que las personas sean agentes económicos eficaces y productivos; en pocas palabras, lo que importa realmente es la inversión en los recursos humanos.

Los cambios en la economía, y especialmente en la agricultura, afectan de distintos modos a la mujer y al hombre, dado que las funciones, responsabilidades, necesidades y limitaciones de aquélla son diferentes de los de éste. Aunque la mujer desempeña un papel fundamental en la economía, su contribución a la producción agrícola es en gran medida invisible en las estadísticas nacionales y por consiguiente no se le presta la debida atención tanto en el análisis económico, como en la formulación de políticas. Esto constituye un importante obstáculo para promover un desarrollo sostenible que responda a las necesidades de la mujer.

En el presente documento se examina el modo en que los enfoques participativos y la información pueden facilitar la formulación de planes y estrategias acordes con el género. También se intenta responder a la cuestión de por qué es importante una perspectiva de género para la política y la planificación del desarrollo agrícola y económico. El supuesto básico es que esa política y esa planificación saldrían beneficiadas si se incorpora una dimensión de género, aunque la falta de información es una de las principales barreras a dicha incorporación. Todavía se considera que los datos sobre la mujer tienen una importancia marginal para la formulación de políticas, y por lo general se carece de fuentes fiables de datos de esa índole, especialmente en el sector agrícola.

Los prejuicios basados en el género están presentes en todas las etapas, desde la concepción y el diseño, a las entrevistas, el análisis y la aplicación sobre el terreno. Esto agrava la dificultad en la recopilación de datos en las zonas rurales, en particular en el sector informal. Los datos desglosados por sexo no pueden por sí solos dar una idea de los procesos que determinan el diferente impacto de las políticas para el hombre y la mujer1. A efectos de la formulación de políticas, estos datos deben ir acompañados del marco analítico necesario para comprender las relaciones de género.

El actual contexto normativo propugna la "participación de la mujer", pero no promueve necesariamente un análisis del tema de género en la planificación y aplicación de políticas, programas y proyectos. El análisis de género permite analizar diferencialmente los roles entre mujeres y hombres, así como sus responsabilidades el acceso, uso y control de los recursos, los problemas o las necesidades, propiedades y oportunidades con el fin de planificar el desarrollo con eficiencia y equidad. La incorporación del análisis de género en los instrumentos de planificación agrícola participativa permite a los encargados de formular políticas y a los planificadores a comprender la necesidad de modificar la estructura de las políticas y programas si se quiere que la mujer participe en igualdad de condiciones con el hombre. El análisis de género puede demostrar por qué algunos proyectos y políticas tienen consecuencias negativas para la mujer.

Los cambios en las políticas, macroeconómicas y sectoriales, cuando están bien planificados pueden estimular un crecimiento con equidad. También ofrecen la oportunidad y los instrumentos para que la mujer rural mejore la productividad de sus actividades de producción, procesamiento y comercialización en los sectores agrícola e industrial del medio rural.

Una planificación con un enfoque de género significa, en primer lugar, comprender cómo el género configura las oportunidades y limitaciones con que se enfrentan la mujer y el hombre para asegurar sus estrategias de subsistencia dentro de los contextos cultural, político, económico y ambiental. Dado que la mujer y el hombre tienen diferentes tareas y responsabilidades, y diferentes estrategias de subsistencia y limitaciones ambos deben ser consultados. La evidencia es abrumadora y demuestra que para obtener resultados efectivos, el desarrollo debe tener en cuenta las necesidades y prioridades tanto de la mujer como del hombre.

1 El desglose de datos por sexo guarda relación con la recopilación de datos por atributos físicos. Por el contrario, los datos desglosados por género son indicadores analíticos basados en datos desglosados por sexo sobre atributos sociales y económicos. En este contexto, el término "género" se refiere a un conjunto de estadísticas obtenidas a partir de los resultados de un análisis social y económico.