Raramente se construyen hornos de superficie de a uno a la vez. Más comunmente se construyen en grupos o baterías que consisten en varias unidaes.
Se elije el lugar para la construcción, después de un cuidadoso estudio que cubre muchos aspectos, principalmente la disponibilidad de madera combustible a una distancia conveniente; el acceso, con referencia especial a la entrada de la leña y a la salida del carbón vegetal; la disponibilidad de agua para los hornos y para el personal; la cercanía de pueblos y casas, o la posibilidad de construirlas; la naturaleza del terreno (preferiblemente plano) y la calidad de la tierra (con preferencia impermeable y firme).
Una vez que el sitio ha sido bien elegido, la construcción sigue
los siguientes pasos (ver Fig. 15, 16):
2. Marcar el centro del horno y, en este punto, clavar una estaca redonda P.
3. Marcar la línea L, recordando que las puertas de carga y descarga del horno serán marcadas arriba de ella. Por este motivo, la línea L debe ser orientada con la de las entradas para la carga y descarga (BC y BD).
4. Marcar la línea D perpendicularmente (a ángulos rectos) a la línea L.
5. Haciendo centro en la estaca P, dibujar los círculos I y E; el largo de línea D será igual al diámetro de los hornos; el círculo interno I será dibujado exactamente a este diámetro; el círculo externo E será trazado con este diámetro incrementado de 40 cm
6. Tomando mitad de las distancias, entre las líneas L y D en los cuatro cuadrantes marcados, trazar lar. líneas L2 y L3.
7. Donde la línea L corta los círculos, marcar las aperturas para la carga BC y para la descarga BD, cada una con un ancho de un metro y, al mismo tiempo, marcar las espaldas) de cada una. Donde las líneas L2 y L3 cortan los círculos, marcar las chimeneas C.
8. Espesor de la pared: 1 ladrillo. Columnas de las puertas reforzadas con un ladrillo adicional. Paredes de la chimenea: media ladrillo. Corte transversal de la chimenea: espacio equivalente a medio ladrillo.
9. Se ve ahora la planta del horno sobre la superficie del terreno.
10. Excavar los surcos para los cimientos según el plano. Normalmente es suficiente una profundidad de 20-30 cm.
11. Levantar los cimientos, sin olvidar las aperturas para las puertas (BC y BD). Los cimientos deben ser de un ladrillo más ancho que el cuerpo del horno. La superficie de los cimientos debe ser perfectamente nivelada.
12. Conectar una vara de madera al poste central P, clavando un gancho a una altura conveniente. (El clavo evita que el gancho caiga). Esta vara servirá de guía para levantarla pared del horno. La cuerda puede moverse alrededor del poste central P, como un gran compás.
13. Comenzar la construcción de la pared, dejando las aperturas para las puertas y cons truyendo los pilares de las puertas y las chimeneas; puede usarse más de una cuerda para que puedan trabajar al mismo tiempo dos o tres albañiles; usar argamasa hecha con una parte de arcilla suave (no se presta el suelo arenoso) y una parte de carbonilla pulverizada, más agua suficiente para darle una correcta consistencia; controlar la pared con frecuencia, usando una plomada y un nivel.
14.Cuando se alcanza al nivel del suelo, dejar tres aperturas igualmente distanciadas entre cada par de chimeneas T. Estas aperturas se llaman "tatus" y tienen un corte transversal igual a un ladrillo.
15. Cuando la pared alcanza a un cuarto de su elevación (aproximadamente 45 cm arriba de los cimientos), dejar dos aperturas entre cada par de chimeneas, alineadas con las dos "tatus" externas S, y cuando la pared alcanza tres cuartos de su altura total (alrededor de 1,50 m arriba de la base), dejar otras dos aperturas entre cada par de chimeneas, alineadas verticalmente con las tatus externas; estas son las aperturas de seguridad y su sección transversal es de 7 cm x 7 cm.
16. Cuando la pared alcanza 1,60 a 1,70 m de altura, colocar entre las columnas de las puertas, alineada con las paredes una chapa de acero o piezas de bambú y continuar la colocación de los ladrillos de las paredes, arriba de ella. Se han completadoahora las aperturas para las puertas de 1,00 m de ancho y de 1,60 a 1,70 m de alto.
17. La pared termina cuando se alcanza a 1,80 m de altura, y tiene que ser perfectament a plomo y su ¡superficie superior perfectamente nivelada.
18. Encimar sobre la pared una hilera de ladrillos de costado (E Fig. 16); usar muy poca argamasa entre estos ladrillos; colocar en la parte externa de este anillo de ladrillos, una cinta de acero o varias vueltas de hilo de alambrado, con o sin púas, y ajustarlo sin apretar demasiado. (El ajuste final se hace después de terminar el domo CI).
19. Cortar ladrillos para formar la base del domo y colocarlos en el interior del anill de ladrillos, cara a cara.
20. Retirar el poste gula usado para la construcción de la pared y sustituirlo con una pequeña estaca, conectando en su extremo una cuerda usada para guiar la construcción del domo del horno.
21. El domo se construye del espesor de medio ladrillo y es sumamente importante caloca entre los ladrillos un mínimo de argamasa. Se asientan los ladrillos que se mantienen en posición más por la presión lateral que por la argamasa.
22. A un cuarto de la distancia desde la base del domo, hacia arriba, dejar 10 peque aperturas equidistantes (B Fig. 15); a mitad del domo dejar otras 10 aperturas, y a tres cuartos de distancia desde la base dejar otras seis aperturas también equidistantes. Estas aperturas se llaman "bainas" y tienen una sección transversal de 7 x 7 cm. En la cumbre del domo se deja una apertura de 20 x 20 cm para la boca de encendido (A Fig. 15).
23. El conducto de la chimenea debe comenzar desde el interior del horno y a un ángulo de 45 0 y luego subir verticalmente (Fig. 16). Una chimenea que se iniciase desde el interno del horno en ángulo recto con la porción vertical, no funcionaria bien y es más difícil de limpiar.
Al terminar el trabajo de ladrillos en el horno, las paredes pueden ser teminadas y el domo cubierto con barro, o lo que es más común, tanto las paredes como el domo son pinceladas con barro.
La lechada es un barro viscoso que se prepara de la siguiente manera: se mezcla arcilla del suelo en abundante agua, hasta la consistencia de una sopa densa,que se deja descansar hasta que las porciones arenosas del suelo precipitan al fondo del recipiente de la mezcla. El barro libre de la arena se vuelca sobre la superficie del horno y cierra perfectamente todas las grietas dejadas durante la construcción, especialmente en el domo, donde ha sido mínima la cantidad de argamasa usada.
La terminación o tratamiento con barro, hecho después
de haber terminado el horno y antes de la primera hornada, se repite invariablemente
durante cada ciclo de enfriamiento. Evita la filtración de aire
y de fuegos, pero también ayuda en forma notable el enfriamiento
del horno.
1. Cerrar la puerta de descarga, usando sólo barro para ligar los ladrillos; no emplear argamasa que dificultaría la apertura sucesiva y con el resultado de una pérdida casi total de ladrillos.
2. Apilar la leña larga por sus extremos, distribuyendo con cuidado primero la leña más chica a lo largo de las paredes del horno y luego hacia el centro, la leña de creciente grosor. La madera debería preferentemente tener sus puntas cortadas en bisel para facilitar la circulación de los gases. Es especialmente importante cortar en ángulo las puntas de las maderas más gruesas.
3. Rellenar con cuidado los espacios entre los largueros, para eliminar espacios abiertos, huecos o cualquier falla, a medida que se apila la madera. Esta operación puede llamarse, rellenado o emparejado. El amontonado de la leña y su rellenado puede llamarse, el apilado.
4. No mezclar leña fina con leña gruesa. Seguir aten-Lamente las recomendaciones del punto 2; la madera fina en la periferia cerca de las paredes y, la madera progresivamente más gruesa hacia el centro, donde los troncos más gruesos ocupan el centro o el alma de la pila.
5. Arriba de la leña apilada por sus puntas, la leña debe ser apilada sobre su lado en una posición horizontal debajo del domo del horno, comenzando de nuevo con la madera fina cerca de las paredes y la madera gruesa hacia el centro. Rellenar con cuidado todos los espacios libres.
6. Cerca de la boca de encendido, en la cumbre del domo, apilar madera que sea fácil de encender para facilitar el inicio de la carbonización.
7. Cerrar la puerta de carga del horno usando sólo barro corriente
para asentar los ladrillos, como se había hecho con la puerta de
descarga. Una vez que la carbonera se ha cargado, o sea llena de madera
con todas las aperturas abiertas ("bainas", aperturas de seguridad, "tatus"
y bocas de encendido), se inicia la carbonizacón. Esta operación
se llama, quema del combustible leñoso y sus fases son brevemente
las siguientes:
ii. Para encender el horno no usar ninguna otra apertura, excepto la boca de encendido de arriba.
iii. Cuando se inicia la combustión, saldrá humo por la boca de ignición; primero de color blanco, volviéndose más obscuro algunos minutos más tarde. Posteriormente, cuando el humo ha adquirido un color obscuro - señal de que el fuego ha "prendido"- cerrar la boca de ignición con ladrillo y barro.
iv. Después de cerrar la boca de ignición, el humo comenzará a salir de las "bainas" aperturas en la cúpula inicialmente blanco, poniéndose luego azul al cabo de un cierto tiempo. Cuando el humo azul comienza a salir, es una señal que la zona de carbonización se está ampliando y deberá comenzarse a cerrar las "bainas"
v. Cuando se han cerrado las ''bainas" la chimenea comienza a funcionar (lo que puede suceder también antes de que se hayan cerrado las "bainas"), y cuando las cuatro chimeneas están funcionando normalmente, cerrar las aperturas de seguridad; dejar abiertas solamente las "tatus"
vi. La carbonera continuará a funcionar de esta manera hasta la terminación del proceso.
vii. El fogonero observará el color del humo; cuando el humo es blanco, gris-blanco o algo sucio, significa que el proceso está desarrollándose; una vez que el humo de la chimenea comienza a ponerse azul o azulado, deben cerrarse los ''tatus" a cada lado de la chimenea.
viii. El humo no se pone azulado simultáneamente en todas las chimeneas. Por lo tanto es necesario cerrar los ''tatus" por turno, a medida que el humo toma la coloración azulada.
ix. Las chimeneas pueden continuar a largar humo durante muchas horas después del cierre de los "tatus". En tal caso no debe permitirse que se cierren las chimeneas, puesto que el resultado sería la producción de una gran cantidad de tizones (material semi carbonizado) cerca de las chimeneas.
x. Las chimeneas tienen que cerrarse solamente cuando terminan de echar humo.
xi. La carbonización ha concluído cuando todas las aperturas y las chimeneas están cerradas y se ha parado completamente la emisión de humo; el horno puede ser recubierto con barro diluído y dejar que se enfríe. Cualquier cobertura de barro que cayese debe ser vuelta a aplicar con cuidado, puesto que toda infiltración de aire desarrollaría fuegos en el carbón vegetal.
xii. Puede apurarse el enfriamiento del horno por medio de pulverizaciones de agua a través de la boca de encendido.
xiii. El viento puede interferir con el funcionamiento de los hornos. Como protección contra el viento, las aperturas orientadas en su dirección deben ser parcialmente o en algunos casos, totalmente cerradas. También las chimeneas necesitan protección para desviar el viento de sus cabeceras, puesto que interfiere con la descarga del humo, y por consecuencia con la carbonización.
La descarga del horno debe iniciarse sólo cuando se ha enfriado
suficientemente
Nunca debe abrirse un horno que no está suficientemente frío; si no se sigue esta norma, muy seguramente se iniciará un fuego en el carbón vegetal. Si se apaga inmediatamente con agua, el resultado sera carbonilla en polvo, o sea un desperdicio.
Antes de abrir una carbonera, un elemento indispensable de precaución es de disponer de abundante agua cerca de la puerta de descarga para usarla en caso de emergencia, por ejemplo, una extensión de caños de agua, tambor de agua, etc.
Debe limpiarse inmediatamente el sitio donde se almacenará el carbón vegetal.
El vano de la puerta de descarga debe abrirse rápidamente. El fogonero controla, por el olor de los gases emanados, si hay un fuego en el carbón y, si lo hubiera, abre rápidamente la puerta para apagar el fuego con agua.
Una vez que se ha abierto completamente la puerta de descarga y que los ladrillos han sido apilados con cuidado a un costado, se saca el carbón vegetal del horno y se amontona. Durante la descarga deberá separarse el carbón vegetal bueno de las impurezas, como piedras, ladrillos usados como cuñas en la carga, tizones, cenizas etc. El carbón remanente es comerciable. El carbón vegetal descargado del horno absorbe aire y, por consecuencia, se recalienta lo que puede provocar la combustión espontánea. Es necesario, por lo tanto, dejar el carbón vegetal al aire abierto durante por lo menos 24 horas, para que absorba todo el aire posible antes de ser transferido a silos o depósitos.
La superficie de la carbonera (horno), como para cualquier otra instalación
o planta, requiere manutención para asegurar su eficiencia.
2. Si bien el horno es bastante sólido y estable, puede ser dañado con los golpes, y por lo tanto debe ser protegido.
3. Los ladrillos con frecuencia se aflojan y tienen que ser reemplazados de inmediato.
4. Las aperturas de seguridad y las ''bainas'' deben ser cerradas con ladrillos cortados en la forma de cuña y sellados con barro; no deberá nunca emplearse para este fin argamasa o arcilla espesa, puesto que los tapones deben volar fácilmente cuando el horno "sopla" 1 ya que el horno puede explotar o derrumbarse (colapso) si no puede descargar el gas ("puff") libremente.
5. Cuando el horno está cargado con madera de tamaño pequeño
y muy seca, y las chimeneas comienzan a funcionar, es común un aumento
de la presión de los gases en ¡al horno. Sus conductos de
escape son las aperturas de seguridad que se cierran progresivamente a
medida que adelanta la carbonizacón. Cuando tiene lugar la expulsión
de los gases, el horno "pulmonea" ("puffs") o respira y, si no se le da
una libre salida al gas, puede provocar una explosión y destruir
el horno.
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