Comercio agrícola: hojas informativas de la FAO
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CONFERENCIA SOBRE COMERCIO INTERNACIONAL DE ALIMENTOS A PARTIR DEL AÑO 2000: DECISIONES BASADAS EN CRITERIOS CIENTÍFICOS, ARMONIZACIÓN, EQUIVALENCIA Y RECONOCIMIENTO MUTUO

Del 11 al 15 de octubre de 1999 tuvo lugar en Melbourne (Australia), una Conferencia de la FAO sobre Comercio Internacional de Alimentos a Partir del Año 2000. La Conferencia se celebró en cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Asistieron a la Conferencia 350 participantes, entre ellos los representantes de 75 países y observadores de 25 organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales.

LAS RECOMENDACIONES DE MELBOURNE

La Conferencia de la FAO sobre Comercio Internacional de Alimentos a Partir del Año 2000: Decisiones basadas en criterios científicos, armonización, equivalencia y reconocimiento mutuo, reunida en Melbourne (Australia) del 11 al 15 de octubre de 1999, señaló a la atención de los Gobiernos Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Comercio, las siguientes recomendaciones generales:

  • La Conferencia de la FAO sobre Comercio Internacional de Alimentos a Partir del Año 2000: Decisiones basadas en criterios científicos, armonización, equivalencia y reconocimiento mutuo, reunida en Melbourne (Australia) del 11 al 15 de octubre de 1999, señaló a la atención de los Gobiernos Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Comercio, las siguientes recomendaciones generales:

  • La Conferencia subrayó la importancia de la protección de la salud del consumidor en los trabajos de la Comisión del Codex Alimentarius e instó a la OMS a que ponga mayor empeño en su labor e intensifique su participación en relación con la Comisión del Codex Alimentarius. La Conferencia instó también a la FAO y a la OMS a que revisen su actual relación en virtud del Programa Conjunto FAO/OMS sobre Normas Alimentarias con miras a establecer un arreglo más equitativo.

  • La Conferencia instó a los países a que se adhieran al Código de Ética para el comercio internacional de alimentos para velar por que los productos alimenticios exportados a los países en desarrollo cumplan los requisitos nacionales o internacionales.

  • La Conferencia reafirmó también su compromiso con las Declaraciones de Principios Relativos a la Función de la Ciencia en el Proceso de Toma de Decisiones del Codex y la Medida en que se Tienen en Cuenta Otros Factores y con las Declaraciones de Principios Relativos a la Función de Evaluación de Riesgos para la Inocuidad de los Alimentos.

  • La Conferencia instó a todas las partes a que reconozcan que la precaución ha sido y debe seguir siendo un elemento esencial del análisis de los riesgos en la formulación de normas nacionales e internacionales y convino en que la Comisión del Codex Alimentarius era el foro más apropiado para discutir esta cuestión.

  • Los gobiernos deberían reconocer claramente la función de los consumidores y productores y de sus órganos representativos en el desarrollo de normas alimentarias nacionales e internacionales para mejorar la transparencia y engendrar un compromiso. De igual forma, deberían realizarse esfuerzos para establecer estructuras consultivas nacionales para el Codex Alimentarius que incluyan la participación de todas las partes interesadas.

  • Para que se pongan a disposición recursos suficientes para aplicar sistemas efectivos de control alimentario, los países en desarrollo tienen que darse cuenta urgentemente de las ventajas económicas y sanitarias de esos sistemas en los niveles político y normativo más altos del país. Al ejecutar los trabajos del Codex, la FAO, la OMS y los organismos de financiación deberían prestar una atención prioritaria a las necesidades especiales de los países en desarrollo, como la infraestructura, los recursos, las capacidades técnicas y jurídicas, al estudiar y elaborar textos del Codex.

  • Los países deberían aceptar el desafío de reforzar las capacidades y posibilidades de sus sistemas nacionales de regulación alimentaria consagrando más recursos, mejorando los sistemas de la tecnología de la información y participando más activamente en las reuniones de los comités y comisiones técnicos pertinentes que tratan de cuestiones de regulación de los alimentos.

  • Los gobiernos y los países Miembros deberían adoptar todas las medidas necesarias para aplicar las normas del Codex a todos los alimentos importados, exportados y que han sido producidos y son objeto de comercio dentro del país.

  • La FAO, la OMS, los organismos gubernamentales y la industria deberían realizar mayores esfuerzos por conocer las legítimas preocupaciones de los consumidores sobre inocuidad y calidad de los alimentos y responder a las mismas, y por velar por que la comunicación relacionada con los alimentos sea un proceso en dos direcciones respetuoso e interactivo.

  • La FAO, la OMS, los organismos gubernamentales y la industria deberían realizar mayores esfuerzos por conocer las legítimas preocupaciones de los consumidores sobre inocuidad y calidad de los alimentos y responder a las mismas, y por velar por que la comunicación relacionada con los alimentos sea un proceso en dos direcciones respetuoso e interactivo.

  • Los Gobiernos Miembros, la FAO y la OMS deberían adoptar políticas totalmente compatibles con la necesidad de un proceso de evaluación de los riesgos independiente y transparente, en particular en relación con la selección de los expertos científicos, los procedimientos de trabajo y la aplicación más rigurosa de las exigencias que imponen los intereses opuestos. La FAO y la OMS deberían proporcionar también recursos suficientes a los órganos de expertos para que la determinación de los riesgos continúe garantizando la confianza y la competencia en las evaluaciones de los expertos.

  • La OMS y la FAO deberían establecer un órgano internacional de expertos semejante al JECFA y la JMPR que proporcione apoyo en la evaluación de los riesgos microbiológicos a la FAO, la OMS y otros órganos.

  • La Conferencia apoyó los esfuerzos realizados por la FAO y la OMS para estudiar las estrategias para recoger información de todas las regiones del mundo acerca de las necesidades, percepciones, creencias y motivaciones de los consumidores en relación con la alimentación, la nutrición y la inocuidad de los alimentos con objeto de considerar la función que el etiquetado de los alimentos y otros medios de comunicación pueden desempeñar a la hora de abordar esos asuntos.

  • La FAO, la OMS, la OMC y otras organizaciones internacionales interesadas, en cooperación con los organismos de financiación y otros donantes apropiados deberían aumentar su apoyo técnico a los países en desarrollo para reforzar sus sistemas de seguridad y control de la calidad e inocuidad alimentarias de forma que puedan participar activamente en el comercio internacional de alimentos a partir del año 2000.