ERC/00/4


 

22a CONFERENCIA REGIONAL DE LA FAO PARA EUROPA

OPORTO (PORTUGAL), 24-28 DE JULIO DE 2000

Tema 7 del programa

EL ESTADO DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACI�N EN LA REGI�N

�ndice



 

I. RESUMEN

1. Desde el comienzo de las reformas en los primeros a�os del decenio de 1990, el n�mero de personas que se encuentra por debajo del umbral de pobreza ha aumentado en todos los pa�ses en transici�n. A mitad de los a�os noventa, 28,1 millones de personas est�n por debajo de ese umbral en diez de los pa�ses de Europa central y oriental (PECO) m�s Moldova. En 1999 y comienzos del 2000, la inseguridad alimentaria, causada sobre todo por la pobreza y los conflictos locales, afectaba a la mayor parte de los pa�ses con PIB per c�pita m�s bajo o los que hab�an sufrido conflictos locales (los pa�ses del C�ucaso y los de la antigua Yugoslavia). Estos conflictos dieron lugar a un desplazamiento masivo de la poblaci�n y a la perturbaci�n de las actividades agr�colas normales. En tales casos, la ayuda alimentaria fue decisiva para evitar enormes descensos de la ingesti�n de alimentos y para frenar la incidencia de la malnutrici�n.

2. En 1999, como consecuencia de las malas cosechas, la producci�n de cereales disminuy� en Europa un 6 por ciento. Las malas condiciones atmosf�ricas en los pa�ses de Europa central y oriental (PECO) provocaron en particular una ca�da de la producci�n de trigo de casi el 50 por ciento en Hungr�a y Croacia y del 35 por ciento en la Rep�blica Federativa de Yugoslavia y en Eslovaquia.

3. A pesar del descenso de la producci�n agr�cola interna en 1998-99, sobre todo en los PECO, se registr� una fuerte presi�n a la baja en los precios agr�colas como consecuencia ante todo de la deflaci�n de los precios mundiales de muchos productos agr�colas, unida al efecto de la crisis financiera rusa en los mercados regionales. En consecuencia, aumentaron la ayuda interna y la protecci�n en la frontera.

4. En octubre de 1999, la Comisi�n de la Uni�n Europea propuso el comienzo de negociaciones simult�neas de adhesi�n con los PECO-10, Malta y Chipre. La propuesta inclu�a un reconocimiento oficial de la condici�n de Turqu�a como candidato para su ingreso en la UE. El Consejo del Helsinki aprob� la propuesta de la Comisi�n.

II. NOTAS INTRODUCTORIAS

5. En este documento se presenta un panorama de la situaci�n de la agricultura y la alimentaci�n en Europa en 1999 y comienzos de 2000. Como el tema y la regi�n son muy amplios, la exposici�n no puede ser exhaustiva. En varias ocasiones, para abreviar, algunos acontecimientos se resumen mediante ejemplos de pa�ses representativos, dej�ndose de lado los pa�ses restantes.

6. El documento comprende los pa�ses europeos que son Miembros de la FAO. En este contexto, la CEI-4 abarca Armenia, Azerbaiy�n, Georgia y la Rep�blica de Moldova, �nicamente. Los PECO son Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungr�a, Letonia, Lituania, Polonia, la Rep�blica Checa, la Rep�blica Federativa de Yugoslavia, la ex Rep�blica Yugoslava de Macedonia y Rumania. Los PECO y la CEI-4 reciben a veces el nombre de "pa�ses en transici�n". Con ello se quiere subrayar el paso de la planificaci�n centralizada a la econom�a de mercado, que ha tenido profundas consecuencias en la evoluci�n de la agricultura y la seguridad alimentaria. Seis pa�ses entre los PECO y la CEI-4 son pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos: Albania, Armenia, Azerbaiy�n, Bosnia y Herzegovina, Georgia y la ex Rep�blica Yugoslava de Macedonia. Aunque su producci�n nacional y la evoluci�n del comercio se examinan por separado, cuando se presentan las cifras agregadas de los PECO y de la CEI-4, se incluyen datos correspondientes a estos pa�ses de bajos ingresos y con d�ficit de alimentos.

III. ACONTECIMIENTOS RECIENTES RELACIONADOS CON LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA POBREZA EN LA REGI�N

7. Durante la transici�n, ha aumentado la parte de la poblaci�n de Europa oriental y central y de la CEI-4. La desigualdad de los ingresos no ha disminuido en ning�n pa�s hasta 1999, a pesar de que en ellos ha comenzado la estabilizaci�n. La desigualdad de los ingresos aument� sobre todo en la CEI-4.

8. A mediados de los a�os noventa, 28,1 millones de personas viv�an por debajo del umbral de pobreza en diez de los PECO m�s Moldova, lo que representa un aumento de 3,9 millones de personas desde finales de 1980. En esas cifras totales se incluyen 8,1 millones de Europa central, 13,5 millones en Rumania, 1,3 millones en Bulgaria, 2,3 millones de los Estados b�lticos y 2,9 millones de Moldova (BERD, 1999).

9. Un indicador del alcance de la pobreza por debajo del umbral oficialmente establecido es el ingreso medio (registrado) de todos los que viven por debajo del umbral de pobreza dividido por el ingreso correspondiente a ese umbral, expresado en forma porcentual. Es bastante elevado, en general superior al 20 por ciento, y en el caso de Moldova alcanzar�a el 43 por ciento.

10. Lo mismo que hay grandes divergencias en el alcance de la pobreza en toda la regi�n, hay tambi�n una gran diversidad con respecto a otro indicador, el que mide hasta qu� punto se ha ca�do por debajo del umbral de pobreza. En porcentaje del PIB, es insignificante en los pa�ses de Europa central y en Bulgaria; es m�s elevado en los Estados b�lticos -entre el 2 y el 4 por ciento- y significativo en Rumania y Moldova, donde se sit�a en torno al 5 y el 7 por ciento del PIB, respectivamente.

11. La inseguridad alimentaria regional en Europa ha estado provocada sobre todo por la pobreza y los conflictos locales. Ha afectado a la mayor parte de los pa�ses con el PIB m�s bajo per c�pita, o los castigados por conflictos locales, a saber los pa�ses del C�ucaso y los de la antigua Yugoslavia. Estos conflictos han provocado un desplazamiento masivo de poblaciones y han repercutido negativamente en la producci�n agr�cola. En estos casos, la ayuda alimentaria fue decisiva para evitar un enorme descenso de la ingesti�n de alimentos y de la incidencia de la malnutrici�n. Contin�a siendo necesaria la existencia de importantes programas de ayuda alimentaria para las personas econ�micamente vulnerables y desplazadas de los Balcanes, sobre todo en la provincia de Kosovo de la Rep�blica Federativa de Yugoslavia. La econom�a de Bosnia y Herzegovina se vio tambi�n negativamente afectada, y el pa�s est� recibiendo un n�mero considerable de refugiados (FAO, 2000a).

12. En 1999, los pa�ses de los Balcanes se han visto afectados, en mayor o menor medida, por el conflicto en torno a la provincia de Kosovo de la Rep�blica Federativa de Yugoslavia. Inicialmente, la crisis dio lugar a un �xodo masivo de refugiados hacia los pa�ses vecinos, en particular hacia Albania. En el punto �lgido de la crisis, a comienzos de junio, unos 440 000 refugiados kosovares estaban alojados en campamentos y en familias del pa�s. Entre los efectos m�s notables de la crisis figuran la perturbaci�n de los suministros alimentarios enviados desde las zonas rurales a las urbanas. La necesidad de compartir los alimentos con los refugiados (aproximadamente el 60 por ciento de �stos viv�an con familias albanesas) contrajo los excedentes disponibles para la comercializaci�n en los hogares rurales (OCDE, 1999). Adem�s, las intervenciones militares y el desplazamiento de los animales tuvieron efectos negativos en la ganader�a, en particular en la zona lim�trofe de la provincia de Kosovo. Por otro lado, una parte importante de la poblaci�n de esas zonas eran personas internamente desplazadas, lo que provoc� una perturbaci�n de las labores agr�colas de primavera. La ayuda alimentaria para personas afectadas fue oportuna y consisti� sobre todo en alimentos importados. Aparte de las consecuencias de la crisis de Kosovo, la pobreza es la principal fuente de inseguridad alimentaria en Albania.

13. Tambi�n la ex Rep�blica Yugoslava de Macedonia se vio sometida a presi�n debido a la gran afluencia de refugiados kosovares, estimados en 200 000, en la primera mitad de 1999. El efecto de la crisis de refugiados en el suministro de alimentos y en sus precios fue peque�o, debido a la oportuna asistencia de la comunidad internacional. No obstante, prescindiendo de la crisis de los refugiados, en la ex Rep�blica Yugoslava de Macedonia hay grupos tradicionalmente vulnerables, entre los que figuran las poblaciones de las regiones monta�osas remotas y las comunidades roma en las zonas urbanas. En 1999, el 12 por ciento del total de la poblaci�n, es decir, unos 63 000 hogares, recibieron prestaciones en efectivo calculadas sobre la base de un umbral de pobreza predeterminado. A pesar de la pobreza, no hay pruebas de una reducci�n importante de la ingesti�n de alimentos. En el per�odo julio-diciembre 1999, un consorcio de donantes y ONG complement� las prestaciones sociales ofrecidas por el gobierno con ayuda alimentaria, en particular con raciones mensuales de harina de trigo, aceite vegetal, legumbres, az�car y sal.

14. La Rep�blica Federativa de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) se encuentra tambi�n en una situaci�n de aguda crisis econ�mica tras el conflicto de Kosovo y varios a�os sucesivos de sanciones econ�micas. A comienzos del a�o 2000, aproximadamente 1,2 millones de personas vulnerables, incluidos los refugiados y las personas econ�mica y socialmente indigentes de Serbia (con exclusi�n de la provincia de Kosovo), estaban recibiendo socorro alimentario con fines humanitarios. En la provincia de Kosovo, la producci�n alimentaria interna en 1998 y 1999 se vio afectada por la situaci�n de inseguridad. La FAO estimaba la cosecha de trigo de 1999 en 100 000 toneladas, mientras que el nivel normal antes de la guerra era de unas 300 000 toneladas. Los grandes d�ficit alimentarios registrados desde el final del conflicto se han cubierto con ayuda alimentaria e importaciones comerciales. Aunque estas �ltimas se recuperaron con rapidez una vez finalizado el conflicto, la escasa capacidad adquisitiva de la poblaci�n tanto rural como urbana, unida a la necesidad urgente de productos no alimentarios de primera necesidad, contin�a planteando un serio problema. A lo largo de los primeros meses del a�o 2000 aproximadamente un mill�n de personas recibieron asistencia alimentaria en la Provincia.

15. Al final de 1999, la situaci�n de los ingresos en Bulgaria se deterior�. Los grupos m�s vulnerables, en funci�n del ingreso, eran las personas con nivel de instrucci�n m�s bajo, los pensionistas y la comunidad roma. La parte de los gastos alimentarios en los presupuestos familiares de todos los tipos de hogar era elevada y estable. M�s de un tercio de los hogares incluidos en una encuesta por muestreo confesaban que hab�an producido m�s del 50 por ciento de los alimentos consumidos en el hogar (PNUD, 1999). Los alimentos de producci�n propia son una fuente importante de alimentaci�n para los hogares vulnerables. No hay se�ales de malnutrici�n en el pa�s, pero la pobreza es un motivo importante de preocupaci�n.

16. En Rumania, la magnitud y gravedad de la pobreza es mayor en las zonas rurales. Seg�n el Banco Mundial, 3,8 millones de personas pobres viven en las zonas rurales del pa�s. El d�ficit de consumo, que mide el consumo de las personas pobres que viven por debajo del umbral de pobreza, ha sido del 27 por ciento en el campo frente al 24 por ciento en la ciudad (Banco Mundial/Comisi�n Nacional de Estad�stica). La mayor parte de los habitantes rurales viven de la tierra. Los hogares rurales pobres siguen estrategias de producci�n de bajo riesgo y escasa rentabilidad. Los per�odos del crecimiento del PIB en Rumania revelaron que incluso un crecimiento de breve duraci�n bastaba para sacar a millones de personas de la pobreza. En consecuencia, la estrategia perseguida es la reanudaci�n de las medidas de crecimiento y desarrollo rural. No obstante, algunos grupos vulnerables, como los ni�os que reciben atenci�n institucional, necesitan medidas orientadas m�s espec�ficamente a ellos.

17. En los otros pa�ses, la inseguridad alimentaria afecta a los grupos vulnerables, pero en general no se producen situaciones de escasez de alimentos en las zonas rurales ni urbanas. La producci�n alimentaria en Azerbaiy�n aument� en 1999 pero continu� siendo d�bil, a pesar de las buenas condiciones vegetativas, de la estabilidad financiera y de unas reformas fundamentales orientadas al mercado, iniciadas en 1997. El pa�s ofrece buenas posibilidades agr�colas pero, a corto plazo, la producci�n se ve obstaculizada por el agotamiento de la fertilidad de los suelos, una escasez cr�tica de cr�dito rural, una infraestructura insuficiente y la necesidad de rehabilitar los sistemas de riego y drenaje. Tras la liberalizaci�n del comercio, toda escasez de los suministros internos se compensa con importaciones. Lo que preocupa es la baja capacidad adquisitiva de la mayor parte de la poblaci�n (8 millones). Los gastos en alimentos representan al 70 por ciento de los gastos totales de los hogares m�s vulnerables. En los �ltimos a�os, el n�mero de personas vulnerables ha disminuido, pero no obstante hay todav�a unas 860 000 personas internamente desplazadas y refugiados, sobre todo como consecuencia del problema de Nagorno Karabakh, todav�a sin resolver. En conjunto, casi 500 000 personas, la mitad del total de personas desplazadas, est�n todav�a necesitadas de asistencia humanitaria. El PMA ofrece este tipo de asistencia a Azerbaiy�n desde 1993, y contin�a prestando apoyo a 485 000 beneficiarios a trav�s de una operaci�n prolongada de socorro y recuperaci�n de tres a�os, que comenz� en julio de 1999.

18. En Georgia, la producci�n agr�cola se recuper� notablemente en 1999, sobre todo como consecuencia de unas condiciones vegetativas mucho mejores y de algunos progresos en la disponibilidad de insumos y en la ordenaci�n agraria. No obstante, el rendimiento medio de los cultivos podr�a ser todav�a mucho mayor. El sector agr�cola contin�a estando deprimido y estancado en un sistema agr�cola de escasos insumos y baja rentabilidad, ya que el acceso a los mercados y los recursos es limitado. La principal causa de inseguridad alimentaria es la pobreza. Los alimentos contin�an acaparando una gran parte -hasta el 60-70 por ciento- del gasto de los hogares y un porcentaje considerable de la poblaci�n (entre el 16 y el 50 por ciento, seg�n el umbral de pobreza utilizado) contin�a siendo pobre. Aunque no hay una malnutrici�n aguda oficialmente reconocida, se est� observando un aumento tendencial lento pero claro de la malnutrici�n en los ni�os, a pesar de algunas distribuciones de ayuda alimentaria complementaria destinada espec�ficamente a ellos. En total, necesitan todav�a asistencia humanitaria varios centenares de miles de personas, incluidas las 182 000 que reciben asistencia del PMA en el marco de la actual cooperaci�n prolongada de socorro y recuperaci�n.

19. En Armenia, la producci�n de cereales en 1999 disminuy� como consecuencia de la competencia de las importaciones y de la reducci�n de la superficie sembrada. El consumo de patatas, fruta y hortalizas se cubre pr�cticamente con la producci�n interna y la producci�n ganadera se est� recuperando. No obstante, dada la superficie relativamente peque�a de tierra cultivable per c�pita y la ausencia de ventaja comparativa en la producci�n de cereales, �stos tienen que importarse. Aunque no hay una malnutrici�n aguda, hay riesgos de inseguridad alimentaria debido a la pobreza. En enero de 1999, una cuarta parte de las familias de Armenia estaban registradas en el Ministerio de Seguridad Social como personas vulnerables y recib�an prestaciones familiares (PNUD, 1999). Desde entonces, el 25-30 por ciento de las familias han sido dadas de baja de ese registro. No obstante, a pesar del crecimiento del PIB per c�pita en los �ltimos a�os, el poder adquisitivo de los hogares contin�a siendo bajo y en ocasiones insuficiente para cubrir el costo de la canasta m�nima de consumo. El nivel de vida baj� algo en 1999 debido a la reducci�n de las remesas de los trabajadores de la Federaci�n de Rusia. Ello elev� el gasto medio de los hogares en alimentos al 67 por ciento en 1999, frente al 57 por ciento de 1998. En total, unas 170 000 personas vulnerables ser�n atendidas con asistencia alimentaria del PMA, incluidos unos 110 000 refugiados y personas vulnerables que est�n recibiendo ayuda alimentaria de socorro, mientras que 60 000 recibir�n ayuda a trav�s de actividades comunitarias de alimentos por trabajo, en apoyo del desarrollo econ�mico y social. El programa tiene una duraci�n prevista de tres a�os y se revisar� anualmente.

IV. MARCO DE POL�TICAS AGR�COLAS EN 1998-99

20. El a�o 1999 fue dif�cil para los agricultores europeos, debido sobre todo a los bajos precios del mercado mundial. Por ejemplo, el ingreso agr�cola alcanz� un m�nimo hist�rico en el Reino Unido, y en la Rep�blica Eslovaca las p�rdidas del sector agr�cola fueron cuatro veces superiores a las de 1998. Los agricultores de la Rep�blica Federativa de Yugoslavia sufrieron un fuerte recorte de sus ingresos como consecuencia de la falta de insumos a trav�s de los cauces oficiales de comercializaci�n. Estos insumos ten�an que obtenerse en el mercado negro a precios mucho m�s elevados.

A. Pol�ticas agr�colas

21. A pesar del descenso de la producci�n agr�cola interna en 1998-99, sobre todo en los PECO, hubo una fuerte presi�n a la baja sobre los precios agr�colas. Ello se debi� en especial a la deflaci�n mundial de los precios de muchos productos agr�colas unida al efecto de la crisis financiera rusa en el mercado regional. En respuesta, aument� la ayuda interna y la protecci�n en frontera en varios pa�ses de la regi�n. Ello se manifest� en un crecimiento de las estimaciones de ayuda al productor (EAP).

22. Las EAP cuantifican el sostenimiento de los precios de mercado y varios pagos directos ofrecidos a los agricultores a trav�s de las pol�ticas agr�colas. Los ingresos agr�colas aumentan y los gastos disminuyen de acuerdo con el monto de la ayuda otorgada. Las EAP pueden expresarse en forma monetaria y desglosarse por pa�s o por producto o bien como coeficiente porcentual de los ingresos agr�colas brutos, incluido el apoyo presupuestario. En la Figura 1 se presentan los cambios registrados en las EAP para el sector agr�cola general en algunos PECO y en la UE.

FIGURA 1 - Estimaci�n de la ayuda al productor

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Fuente: OCDE.

23. En 1998, la EAP aument� en todos los PECO as� como en la UE. Ese gran aumento fue tambi�n consecuencia de una ca�da de los precios del mercado mundial, que no se trasmiti� plenamente a los mercados internos. La ayuda otorgada a los agricultores en diferentes PECO convergi� hasta cierto punto. El apoyo a los agricultores de la UE en el marco de la Pol�tica Agr�cola Com�n (PAC) contin�a siendo notablemente superior al de los PECO.

24. El aumento de la ayuda interna y de la protecci�n en frontera en los PECO durante 1998 y 1999 impidi� la liberalizaci�n del comercio agr�cola dentro del acuerdo comercial regional, el Acuerdo de Libre Comercio de Europa Central (ALCEC), y la expansi�n dentro del Acuerdo de Libre Comercio del B�ltico. Las graves tensiones entre los miembros del ALCEC plante� algunas dudas sobre el futuro de la liberalizaci�n del comercio agr�cola regional. No s�lo se congel� una posible ulterior liberalizaci�n, sino que se abandonaron algunas de las concesiones bilateralmente negociadas dentro del ALCEC.

B. Ampliaci�n de la UE y agricultura: nueva estrategia en 1999

25. La ampliaci�n de la UE ha alcanzado nuevo impulso en el �ltimo a�o. Hubo una mayor conciencia dentro de la UE de la dimensi�n estrat�gica de la ampliaci�n como medio de garantizar la paz, la seguridad, el crecimiento y la prosperidad en toda Europa (Comisi�n Europea, 1999). En octubre de 1999, la Comisi�n de la UE propuso el comienzo de negociaciones de adhesi�n en forma paralela con los PECO-10 Malta y Chipre, y no como se hab�a decidido en 1997, �nicamente con los seis adelantados, Chipre, la Rep�blica Checa, Estonia, Hungr�a, Polonia y Eslovenia. La propuesta inclu�a el reconocimiento oficial de la condici�n de Turqu�a como candidato para el ingreso en la UE. En diciembre de 1999, el Consejo de Helsinki aprob� la propuesta de la comisi�n y a comienzos del a�o 2000, comenzaron oficialmente los tr�mites de la adhesi�n con el segundo grupo: Bulgaria, Letonia, Lituania, Malta, Rumania y la Rep�blica Eslovaca.

26. Las negociaciones agr�colas no han comenzado todav�a de forma oficial. Los pa�ses del primer grupo presentaron los documentos de posici�n, y se espera una respuesta de la UE que autorice las negociaciones durante la segunda mitad del a�o 2000. Se han identificado tres �reas de posible roce entre la UE y los pa�ses solicitantes.

27. En primer lugar, los PECO no pueden adaptarse plenamente a las normas de salud e higiene de la UE durante el breve per�odo previo a la adhesi�n. Por ejemplo, Polonia ha pedido un per�odo de transici�n de hasta cuatro a�os durante el cual podr� mejorar sus instalaciones de sacrificio, productos l�cteos y elaboraci�n. Se han recibido peticiones semejantes de otros pa�ses solicitantes.

28. En segundo lugar, se prev�n dificultades para determinar el nivel de los contingentes de producci�n. En sus documentos de posici�n, Hungr�a y la Rep�blica Checa solicitan contingentes de leche superiores a la producci�n actual. Eslovenia ha pedido que todos los contingentes sean superiores al nivel de producci�n actual. No obstante, como en el caso de la leche, si la UE va a continuar con el sostenimiento de los precios, los contingentes para los nuevos miembros deben ser pr�ximos a su nivel actual de producci�n con el fin de evitar excedentes no exportables e impedir que se superen los compromisos de la OMC para una UE ampliada.

29. En tercer lugar, el problema m�s dif�cil es la aplicaci�n de los pagos directos. La UE desear�a evitar la extensi�n de los pagos directos definidos en el marco de la Agenda 2000 a los nuevos miembros con el fin de evitar la carga presupuestaria que se crear�a con tal ampliaci�n. A comienzos del a�o 2000 hab�a se�ales de que la UE podr�a adoptar una postura m�s flexible en cuanto a los pagos directos, lo que significa que los agricultores de los nuevos Estados miembros podr�an recibir algo de ayuda en el momento de la adhesi�n, al mismo tiempo que se armonizar�a plenamente el sistema de pagos a largo plazo.

C. Armonizaci�n de la pol�tica agr�cola

30. En parte para reducir los posibles problemas de la adhesi�n, pero sobre todo por razones pol�ticas internas, los PECO han armonizado progresivamente sus pol�ticas agr�colas con la PAC. Ello se ha efectuado mediante el aumento gradual antes citado en el nivel de ayuda a los agricultores y, en un plano general, con una convergencia de los medios de ayuda a los agricultores entre los PECO y entre ellos y la UE.

31. La UE ha experimentado una importante remodelaci�n de la estructura de su apoyo, con un aumento en la utilizaci�n de pagos directos y el correspondiente descenso de los mercados con ayuda. Los PECO han reducido tambi�n su dependencia del sostenimiento de los precios de mercado, con excepci�n de Polonia. Algunos de los pa�ses han aumentado el uso de los pagos directos, en particular Lituania. M�s all� de estos elementos de convergencia con la UE, se ha observado en los PECO una utilizaci�n mucho mayor de "otras" medidas de apoyo, incluidas las subvenciones a los insumos, en particular el cr�dito subvencionado.

32. Hay tambi�n importantes divergencias entre los PECO y la UE en lo que se refiere a los niveles de apoyo otorgados a productos concretos. En el caso de la UE, los productos de ganado rumiante (carne de bovino y de ternera y leche) reciben m�s ayuda que los cereales (trigo y ma�z), y los productos derivados de la ganader�a intensiva son los que reciben menos ayuda. Todos los PECO tienen una estructura diferente de apoyo a los productos b�sicos. El �nico producto cuyo monto y orden de ayuda es semejante al de la UE es la leche, que recibe fuerte apoyo en seis de los PECO. En la mayor parte de los PECO, las aves de corral y el ganado porcino cuentan con m�s ayuda que en la UE. Se prev� que la futura armonizaci�n de la pol�tica agr�cola de los PECO con la de la UE pueda provocar nuevos e importantes ajustes en los pa�ses solicitantes durante los dos o tres a�os pr�ximos.

V. TENDENCIAS DE LA PRODUCCI�N AGR�COLA, 1995-99

(En esta secci�n se presentan los resultados de la producci�n agr�cola, con inclusi�n de los datos correspondientes a 1999, y las tendencias de la producci�n durante el periodo 1995-99 en lo que se refiere a los cereales (en la definici�n de cereales de la FAO se incluye el arroz), las semillas oleaginosas, la ganader�a y la producci�n pecuaria).

A. Cereales

33. Durante el per�odo 1995-99, la producci�n agr�cola de Europa aument� con una tasa media anual del 1 por ciento y del 1,8 por ciento en el subsector de los cereales. En el marco de la PAC se preve�an incentivos para la producci�n agr�cola en la UE, y tasas de crecimiento del 1,5 por ciento para todos los productos primarios, incluido un 2,7 por ciento en el caso de los cereales. No obstante, en 1999, seg�n la �ltima estimaci�n de la FAO sobre la producci�n global de cereales de la regi�n (UE m�s PECO-10 m�s CEI-4) es de 276 millones de toneladas, es decir, un 5 por ciento menos que el a�o anterior. Esta reducci�n se atribuy� a la disminuci�n de la superficie cultivada y a las malas condiciones atmosf�ricas. La producci�n total de trigo de la regi�n baj� un 8 por ciento, situ�ndose en 126 millones de toneladas, mientras que la de cereales secundarios, con 150 millones de toneladas, cay� aproximadamente un 3 por ciento. En los pa�ses de la UE, la producci�n agr�cola baj� un 1,3 por ciento, pero la de cereales se contrajo casi un 5 por ciento, incluida una ca�da del 6 por ciento en el caso del trigo; el total fue 97,6 millones de toneladas. La superficie ocupada por los cereales en la cosecha de 1999 disminuy� debido a la mayor detracci�n de tierras de cultivo y a las malas condiciones atmosf�ricas que perjudicaron los rendimientos. Si bien la mayor parte de los PECOS se han recuperado de la ca�da de la producci�n que sigui� a la reforma, varios pa�ses vieron mermadas las cosechas de cereales debido sobre todo a los efectos del mal tiempo. La producci�n de trigo se redujo casi a la mitad en Hungr�a, debido a las inundaciones m�s graves de los 50 �ltimos a�os. La producci�n disminuy� tambi�n en torno al 50 por ciento en Croacia, y baj� a aproximadamente el 65 por ciento del nivel de 1998 en la Rep�blica Federativa de Yugoslavia y en Eslovaquia.

34. Los primeros indicios del a�o 2000 apuntan a un aumento general de la producci�n de trigo en la UE y en los PECO, ya que las condiciones atmosf�ricas para el crecimiento de los cultivos han sido favorables. La superficie total dedicada al trigo de invierno en la UE ha aumentado, seg�n las estimaciones, un cinco por ciento, sobre todo a expensan de las semillas oleaginosas. Se estima tambi�n que la superficie del trigo de invierno ha aumentado en varios de los PECO. No obstante, en dos de los grandes productores -Polonia y Rumania-, la superficie parece haber disminuido. En los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos, la limitaci�n del acceso al cr�dito para los peque�os agricultores ha representado un obst�culo a la compra de insumos variables y al aumento de la productividad. Los rendimientos en los PECO continuaron siendo m�s bajos que en la UE, a pesar de algunas se�ales de mejor�a en 1999 (Figura 2).

FIGURA 2 - Rendimientos del trigo

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Fuente: Base de datos de la FAO.

35. Las tasas de crecimiento de los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos fueron negativas. El total de la producci�n de cereales en 1999 fue s�lo el 38 por ciento del nivel de 1995. La producci�n disminuy� en Bosnia-Herzegovina debido a unos precios de sostenimiento poco remunerados y a las malas condiciones atmosf�ricas. La cosecha de trigo fue especialmente escasa en Albania y ello hizo que ambos pa�ses dependieran m�s de las importaciones de cereales. La producci�n agr�cola disminuy� tambi�n en la CEI-4. La tasa media m�s elevada de disminuci�n se registr� en Moldova. La producci�n de trigo se redujo casi a la mitad durante 1995-99, pasando de 1,3 millones a 800 000 toneladas. Adem�s de estos pa�ses, Bulgaria, Estonia y Rumania han tenido tambi�n tasas de crecimiento medio negativas. Tanto Belar�s como Ucrania tuvieron cosechas de cereales muy escasas como consecuencia de los persistentes problemas econ�micos y del mal tiempo, lo que hizo que las cosechas cayeran casi un 40 por ciento por debajo de los cinco �ltimos a�os, en el primer caso, y un 17 por ciento en el segundo.

36. El total de las exportaciones de cereales (en su mayor parte trigo y cebada) de la UE, aumentar�, seg�n las previsiones, aproximadamente un 7 por ciento con respecto a la anterior campa�a de comercializaci�n, situ�ndose en unos 26 millones de toneladas, como consecuencia de una importante expansi�n de la demanda mundial de importaci�n de cereales durante 1999/2000 (julio/junio) y al descenso de las disponibilidades de exportaci�n en varios peque�os pa�ses exportadores (entre ellos Hungr�a y Rumania). El mercado de exportaci�n de los cereales de la UE encontr� ulterior apoyo en un euro m�s competitivo, dada la persistente debilidad de la moneda frente al d�lar de los Estados Unidos. Adem�s del descenso de la producci�n y del aumento de las exportaciones, la utilizaci�n de piensos de producci�n interna en los pa�ses de la UE continu� aumentado, aunque a un ritmo m�s lento que en los tres a�os anteriores. Ello provoc� una fuerte merma de las existencias de cereales en la UE, donde bajaron de 41 millones de toneladas al comienzo de la campa�a de comercializaci�n de 1999/2000 a unos 35 millones de toneladas al final de la misma. Se preve�a tambi�n cierta reducci�n en las existencias de intervenci�n, debido sobre todo al gran volumen de las ventas de exportaci�n de cebada de los almacenes de intervenci�n. En t�rminos generales, se preve�a que el total de las exportaciones de cereales de los PECO-10 en 1999/2000 descendiera casi dos millones de toneladas, mientras que las importaciones aumentar�an casi un mill�n de toneladas. No obstante, en conjunto, se preve�a que la regi�n continuar�a siendo exportadora neta de cereales tambi�n en 1999/00. Los flojos resultados se manifestaban en la balanza comercial agr�cola. A pesar de la reducci�n de las exportaciones y del aumento de las importaciones, se preve�a que el total de las existencias de cereales de los PECO-10 disminuir�a, correspondiendo el principal descenso a las existencias de ma�z. Aunque era inevitable cierto retroceso en la utilizaci�n de piensos, el consumo total de cereales per c�pita permanecer�a en gran parte sin cambios.

37. La balanza comercial de cereales (exportaciones menos importaciones, medidas en funci�n del valor) continu� siendo negativa en la CEI-4 y en los pa�ses de ingresos bajos, aunque en 1998 el d�ficit disminuy� ligeramente (Figura 3). Despu�s de dos a�os con una balanza comercial negativa, los PECO tuvieron un peque�o excedente en el comercio de cereales en 1998; no obstante, �ste fue mucho menor que en 1995.

FIGURA 3 - Balanza comercial de cereales

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Fuente: Base de datos de la FAO.

B. Semillas oleaginosas

38. En 1999 se produjo en Europa una significativa expansi�n de la producci�n de semillas de oleaginosas, que estuvo en consonancia con las tendencias de la producci�n mundial. A continuaci�n se examinan dos de las principales semillas oleaginosas para la regi�n: la colza y el girasol.

39. En la UE, la superficie destinada a la producci�n de girasol alcanz� un m�ximo a comienzos de los a�os noventa y la destinada a la soja hizo otro tanto en 1990. Posteriormente, estos dos cultivos han disminuido, al mismo tiempo que la superficie ocupada por la colza ha aumentado de forma ininterrumpida. En consecuencia, durante 1995-99, la producci�n de colza aument� un 9,6 por ciento al a�o, mientras que la de girasol se redujo un 2,4 por ciento.

40. En la campa�a de comercializaci�n de 1999/00 (octubre/septiembre), la producci�n de colza en Europa registr� un aumento r�cord del 23 por ciento, mientras que la de girasol disminuy� un 1,8 por ciento. El crecimiento de la colza fue consecuencia sobre todo del aumento de la producci�n de la UE, que pas� de 9,5 a 11,2 millones de toneladas. El ascenso de la producci�n se debi� a una expansi�n de la superficie cultivada, fruto a su vez del incremento de la tasa de detracci�n obligatoria de tierras de la UE (que estimul� la producci�n de colza para usos industriales) y de los atractivos pagos de compensaci�n previstos en la PAC. A ra�z del aumento de la producci�n interna, se preve�a un descenso moderado de las importaciones netas de semillas oleaginosas de la UE en 1999/00, as� como un crecimiento del consumo mundial de aceites y grasas. En cuanto a las tortas y harinas oleaginosas, el consumo -que depende sobre todo de las exportaciones de harina de soja- se estancar�, seg�n las previsiones, debido a la desaceleraci�n prevista de la producci�n pecuaria y a la constante competencia de los cereales para piensos a precios competitivos. En la actual campa�a (2000-01) se ha se�alado una marcada reducci�n de la superficie cultivada, lo que indica que los agricultores han respondido a la ca�da de precios del a�o pasado y a la perspectiva de unas existencias excesivas as� como a la reducci�n de los pagos compensatorios para las semillas oleaginosas decidida en la reforma del a�o pasado de la PAC (Acuerdo de Berl�n).

41. Las semillas oleaginosas son tambi�n importantes en los PECO. La producci�n de estas semillas, sobre todo de colza, aument� en los PECO en 1995-99. No obstante, los rendimientos de la colza en esos pa�ses son todav�a notablemente inferiores a los de la UE (Figura 4). En 1999, la parte de las semillas oleaginosas en el total de la superficie dedicada a cereales m�s semillas oleaginosas alcanz� un 12,7 por ciento. La superficie ocupada por las semillas oleaginosas lleg� a su punto m�ximo en 1999, debido a que los precios eran m�s favorables que los de los cereales y a los problemas atmosf�ricos durante la plantaci�n de �stos. En consecuencia, los PECO consiguieron grandes aumentos en la producci�n de semillas oleaginosas en 1999 (la de girasol creci� casi un 14 por ciento y la de colza un 50 por ciento, cifras sin precedentes en ambos casos). Los acontecimientos de 1999 en el sector de las semillas oleaginosas en los PECO indican que los productores comenzaron a responder con rapidez a los cambios en los precios relativos del mercado. Como consecuencia del fuerte aumento de la producci�n, se preve�a que las exportaciones de semillas oleaginosas de la regi�n crecer�an casi un 50 por ciento en 1999/00, mientras que la trituraci�n nacional de semillas oleaginosas y el consumo de aceites y harinas oleaginosas continuar�a aumentando. En la actual campa�a, se preve�a que la producci�n de colza en los PECO registrara un descenso, sobre todo debido a una disminuci�n de la superficie sembrada en Polonia, donde los precios de ese cultivo alcanzaron casi m�nimos hist�ricos.

42. Entre la CEI-4, el �nico productor importante de semillas oleaginosas es Moldova, que produce sobre todo girasol. En 1999, la producci�n de girasol aument� casi un 45 por ciento.

FIGURA 4 - Rendimientos de la colza

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Fuente: Base de datos de la FAO.

C. Ganader�a y producci�n pecuaria

43. La producci�n de carne y de leche en Europa disminuy� ligeramente en 1999: un 0,6 y un 0,5 por ciento, respectivamente. La producci�n de carne de cerdo y aves de corral creci� marginalmente, pero ese crecimiento no fue suficiente para compensar el constante descenso de la producci�n de carne de bovino, sometida a presi�n por las constantes liquidaciones de hatos inducidas por la encefalopat�a espongiforme bovina (EEB) en la UE. El total de la producci�n de carne creci� en la mayor parte de los pa�ses bajos y con d�ficit de alimentos, en los PECO y en la CEI. Fueron notables excepciones Moldova y Letonia, donde baj� un 5,5 por ciento y casi un 11 por ciento, respectivamente. En menor medida, se produjo un descenso total de la producci�n de carne en la Rep�blica Checa, en la Rep�blica Eslovaca y en Croacia.

44. La balanza comercial del total de carne (excluidos los animales vivos) ha continuado siendo negativa en los pa�ses de ingresos bajos, al mismo tiempo que se ha deteriorado ligeramente en la CEI (Figura 5). La reducci�n de las oportunidades de mercado en Rusia erosion� la balanza comercial positiva de los PECO en 1998. El comercio de animales vivos y de carne de los PECO a la UE es especialmente importante, y en 1997 represent� el 25 por ciento del comercio total. Uno de los desaf�os que se presentan al comercio de animales vivos y productos c�rnicos de los PECO es el cumplimento de las estrictas normas de la UE. Como muchas de las compa��as privadas recientemente creadas en las econom�as en transici�n no pueden cumplir esas normas, los pa�ses que solicitan documentos de posici�n para las negociaciones de adhesi�n en relaci�n con la agricultura han pedido per�odos de ajuste m�s largos. Mientras tanto, la incapacidad de cumplir las normas pone en peligro las exportaciones de los PECO y la CEI a la UE.

FIGURA 5 - Balanza comercial: total de carne

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Fuente: Base de datos de la FAO.

Ganado vacuno y carne de bovino

45. El sector de la carne de bovino de Europa se ha visto sometido a presi�n desde mediados de los a�os noventa, y la producci�n disminuy� a un ritmo anual del 1,1 por ciento. Las medidas preventivas relacionadas con la EEB, como el Over-Thirty-Month Scheme (Reino Unido) y el Calf Processing Aid Scheme (CPAS) han eliminado del mercado un total de 5,4 millones de cabezas de ganado desde su entrada en vigor. El Early Marketing Premiun (EMP), medida orientada a reducir la producci�n de carne de bovino de la UE alentando el sacrificio con pesos m�s bajos, se aplic� en el sacrificio de 3,6 millones de terneros de la UE. El CPAS y el EMP se eliminaron gradualmente en noviembre de 1998, aunque el CPAS se ampli� en el Reino Unido, donde finaliz� en julio de 1999.

46. La reducci�n de los hatos inducida por la EEB en la UE y los ajustes estructurales de este sector en los PECO, donde la producci�n est� vinculada fundamentalmente al ganado dedicado a la producci�n de leche, dio lugar a una contracci�n de la caba�a de ganado vacuno y a un descenso marginal de la producci�n en 1999. El principal productor, la UE, inici� la fase negativa de la coyuntura en la segunda mitad de 1999, mientras que se prev� que la producci�n aumentar� en el a�o 2000.

47. El consumo de carne de bovino en la UE ha continuado registrando una lenta recuperaci�n tras el p�nico de la EEB de 1996. En 1999, el consumo per c�pita se estimaba en 20,03 kg, s�lo ligeramente inferior al de 1994, es decir, antes de dicho p�nico. A pesar de la recuperaci�n, las tendencias a largo plazo apuntan a un nuevo descenso gradual del consumo, ya observado antes de la crisis de 1996.

48. En casi todos los PECO el tama�o de los hatos en 1999 fue inferior al de 1995. Dicho tama�o ha disminuido un 2,6 por ciento durante el periodo considerado, con unas tasas cada vez m�s lentas a medida que se ha pasado de las granjas estatales a las de propiedad privada. No obstante, el sector de la carne de bovino en los PECO presenta diferencias en los distintos pa�ses. En algunos de ellos, el n�mero de cabezas de ganado vacuno se ha estabilizado o ha comenzado a crecer, por ejemplo en Bulgaria, Hungr�a y Eslovaquia. En otros, el descenso continu� en 1999, por ejemplo en Estonia, Croacia, Lituania y Polonia. Entre los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos, los hatos disminuyeron �nicamente en la ex Rep�blica Yugoslava de Macedonia. En la CEI-4, el descenso continu� en Moldova. En Azerbaiy�n, debido a la pronta privatizaci�n del sector y a la disponibilidad de tierras de pasto, el n�mero de cabezas de ganado se hab�a recuperado en 1999 con respecto al nivel de 1995, lo mismo que ocurri� en Georgia y Armenia.

Sector de la carne de porcino

49.  En el per�odo 1995-99, la producci�n de carne de porcino en Europa aument� casi un dos por ciento anual, respaldada por la subida de los precios que sigui� a la crisis de la EEB. Alemania, Dinamarca, Espa�a, Francia, y los Pa�ses Bajos contin�an siendo los principales productores de la UE, con una parte significativa de la producci�n danesa y holandesa orientada hacia los mercados de exportaci�n de terceros pa�ses.

50. El mercado de cerdos a finales de 1998 y en 1999 sufri� los efectos de una ca�da de los precios a m�nimos hist�ricos. No obstante, los bajos precios de los piensos y la mayor concentraci�n e integraci�n vertical permitieron a muchos productores europeos mantener la producci�n a pesar de la ca�da de los precios. De hecho, la producci�n de carne de porcino en la Uni�n Europea se mantuvo elevada en 1999, alcanzando un total de 17,6 millones de toneladas, es decir, un 2 por ciento m�s que en 1998. No obstante la abundancia de suministros mundiales de carne de porcino y la continuada inestabilidad econ�mica de Rusia, las exportaciones de la UE aumentaron un 30 por ciento debido a la utilizaci�n por parte de la UE de subvenciones a la exportaci�n, a la ayuda al almacenamiento privado y a la ayuda alimentaria a Rusia. La utilizaci�n actual de las subvenciones a la exportaci�n ha avanzado m�s r�pidamente que el a�o pasado, y la UE ha alcanzando ya, en los ocho primeros meses del a�o julio de 1999/junio de 2000, el 70 por ciento del nivel de compromiso de este a�o.

51. La carne de porcino es la m�s producida y consumida en los PECO. A pesar de la agitaci�n econ�mica en el mayor mercado de la regi�n (Rusia) y del estancamiento del principal productor regional (Polonia), la producci�n total de carne de porcino en los PECO aument� un uno por ciento en 1999. Se registraron tambi�n crecimientos en Hungr�a y Rumania, que junto con Polonia representan casi el 64 por ciento de la producci�n de los PECO en 1999. La producci�n de carne de porcino disminuy� en los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos, debido sobre todo a la merma de la producci�n en Albania. Los bajos precios de la producci�n fueron consecuencia de la aton�a de las importaciones rusas y del desplazamiento de los PECO del mercado ruso en beneficio de la carne de porcino subvencionada de la UE. Esta situaci�n del mercado provoc� una intervenci�n en los mercados internos y medidas de protecci�n en frontera y de soluci�n de diferencias comerciales. Muchos de los pa�ses, para protegerse frente a las importaciones subvencionadas de bajo precio, incrementaron los impuestos a la importaci�n de carne de porcino.

Sector de la carne de aves de corral

52.  La carne de aves de corral ha sido el sector c�rnico de m�s r�pido crecimiento dentro de la regi�n y, en particular, los PECO registraron tasas anuales de crecimiento del 3,7 por ciento desde 1995. A pesar de que los precios generales de la carne fueron bajos en 1999, en los PECO la producci�n de aves de corral continu� incrementando su parte en el conjunto de mercado de carnes -22 por ciento en 1999, sobre todo en los principales productores regionales de Hungr�a, Polonia y Rumania. La producci�n de carne de aves de corral aument� en los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos a un ritmo semejante al de los PECO. No obstante, se ha observado una contracci�n en Croacia, Letonia, Lituania y Rumania, y sobre todo en Bosnia y Herzegovina, donde baj� de 14 800 a 8 200 toneladas. En la CEI-4, la producci�n de aves de corral ha aumentado en Azerbaiy�n (aumento m�s importante) y en Georgia, pero ha disminuido notablemente en Armenia y Moldova.

53. Si bien la producci�n mundial de carne de aves de corral en 1999 cont� con el apoyo del bajo precio de los cereales, este crecimiento no se reflej� debidamente en Europa. El aumento de la producci�n de la UE fue de menos de un 2 por ciento, ya que los precios generales de la carne se mantuvieron bajos y la demanda sufri� los efectos de la contaminaci�n de dioxina en los piensos para consumo animal, que perturbaron las exportaciones de B�lgica y de los pa�ses vecinos. No obstante, el consumo regional de aves de corral ha crecido din�micamente y ha pasado de 13,2 kg/per c�pita en 1996 a 15,6 kg per c�pita en 1999.

54. Los PECO han mantenido su posici�n de exportadores netos (Figura 6) y Rusia constituye un mercado importante. Los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos contin�an siendo importadores netos, y el valor de las importaciones netas ha disminuido ligeramente despu�s del m�ximo de 1996.

FIGURA 6 - Balanza comercial de la carne de aves de corral

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Fuente: Base de datos de la FAO.

Leche

55. En el per�odo 1995-99, la tendencia de la producci�n de leche en Europa fue a la baja, con una tasa media de descenso anual del 0,35 por ciento (0,38 por ciento en la UE). En 1999, la producci�n de Europa se estimaba en 176,6 millones de toneladas, es decir, un 0,5 por ciento menos que en 1998. La producci�n de la UE en 1999, con 124,3 millones de toneladas, baj� casi 2 millones de toneladas con respecto a 1995. El n�mero de vacas de leche ha ido en descenso, pero los rendimientos por vaca han subido. La mayor parte de la leche producida en la UE (aproximadamente el 94 por ciento) se ha entregado a las lecher�as.

56. En otros lugares de Europa, la situaci�n de la producci�n de leche presenta signos diversos. En varios PECO, la producci�n de leche se recuper�, superando el nivel de 1995. Polonia es el �nico pa�s entre los grandes productores que registr� un descenso significativo en comparaci�n con 1998 -5,5 por ciento-, como consecuencia del descenso del n�mero de vacas de leche debido a la baja rentabilidad. En el a�o 2000, la producci�n de leche en Polonia se recuperar�, seg�n las previsiones, y alcanzar� de nuevo el nivel de 1998, debido a los mayores rendimientos y a la subida prevista de los precios de adquisici�n de la leche, resultado de la escasez de leche cruda de buena calidad para la elaboraci�n cuando entre en vigor una norma m�s estricta de calidad para ese tipo de leche. Se registr� un fuerte crecimiento de la producci�n en Azerbaiy�n y Georgia, del 3,3 y del 8 por ciento, respectivamente. En tres de los pa�ses de ingresos bajos y con d�ficit de alimentos, Armenia, Azerbaiy�n y Georgia, la producci�n de leche se recuper�, y en 1999 fue superior a la de 1995. En los otros tres, la producci�n es todav�a menor que la de 1995. La mayor ca�da se registr� en Bosnia y Herzegovina. Otro descenso dr�stico se experiment� en Moldova, donde se pas� de 837 000 en 1995 a 572 000 en 1999.

57. El super�vit comercial de productos l�cteos en Europa en 1998 fue ligeramente inferior al de 1997, habiendo bajado de 5 037,3 millones de d�lares EE.UU. a 4 770,9 millones de d�lares. El d�ficit comercial en la CEI-4 y en los pa�ses de ingresos bajos aument� ligeramente en 1998 (Figura 7).

FIGURA 7 - Balanza comercial de los productos l�cteos y los huevos

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Fuente: Base de datos de la FAO.

VI. CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS

58. Los principales factores que configurar�n el entorno econ�mico de la regi�n europea, de acuerdo con la definici�n de la FAO, en los pr�ximos a�os son la ampliaci�n de la UE, la reconstrucci�n de los Balcanes y la situaci�n de la CEI-4. La evoluci�n futura del sector agroalimentario en los pa�ses que preparan su adhesi�n a la UE depender� de la necesidad de armonizar la reglamentaci�n del mercado y las pol�ticas comerciales as� como las instituciones con los requisitos de la UE.

59. En 1999, la situaci�n econ�mica mundial parec�a haber mejorado despu�s de las perturbaciones de 1997-98 debidas a las crisis de Asia y Rusia. El crecimiento econ�mico en la Uni�n Europea disminuy� en la segunda mitad de 1998 pero se estabiliz� en 1999. El euro, introducido en 1999, trajo consigo el nivel m�s alto de integraci�n econ�mica entre los 11 Estados de Europa occidental. La inflaci�n de la zona del euro se mantuvo bajo control, en el 1,1 por ciento. El desempleo en la UE continu� siendo elevado, con un 10,5 por ciento en abril de 1999, un 0,5 por ciento menos que en abril de 1998.

60. En 1998-99 hab�a todav�a grandes diferencias en el progreso conseguido por las reformas en la transformaci�n de la econom�a entre los PECO y la CEI-4. La inflaci�n se consigui� frenar en 1998-99. La tasa media de inflaci�n para los PECO en 1998 fue del 7,7 por ciento, y baj� al 7,4 por ciento en 1999. El �nico pa�s de la CEI-4 con inflaci�n elevada era Moldova, donde se alcanz� una tasa del 30 por ciento en 1999. Las tasas de desempleo se mantuvieron relativamente altas. En la mayor parte de los pa�ses en transici�n, fueron superiores al 10 por ciento en 1998. El desempleo fue especialmente elevado en Croacia y Albania, donde se mantuvo en torno al 17 por ciento. El alto desempleo contribuye a la pobreza y es motivo de preocupaci�n en lo que se refiere a la seguridad alimentaria de los hogares afectados.

61. El comercio total de mercanc�as aument� en Europa, con una tasa media de casi el 6 por ciento durante el per�odo 1994-98. La tasa de crecimiento del comercio agr�cola fue mucho menor, aproximadamente del 1,6 por ciento. En consecuencia, la parte relativa de las exportaciones agr�colas en el total de las exportaciones de mercanc�as baj� del 10 por ciento en 1994 al 8 por ciento en 1998. En los PECO la parte de las exportaciones agr�colas disminuy� tambi�n, descendiendo desde el 12 al 9 por ciento.

62. Varios problemas relacionados con las pol�ticas, que alcanzaron creciente importancia en 1999, podr�an tener considerables repercusiones en la situaci�n del mercado y el comercio de productos agropecuarios en el futuro. Se trata de la creciente sensibilidad de la opini�n p�blica acerca de la calidad e inocuidad de los alimentos y de los efectos de las diferentes tecnolog�as en el medio ambiente. Se prev� la adopci�n de nuevos reglamentos en estas esferas, y el desaf�o est� precisamente en evitar que se utilicen como obst�culos no arancelarios al comercio.

63. Uno de los principales obst�culos al desarrollo de la agricultura de los PECO y de la CEI-4 es la dificultad del acceso al cr�dito para la inversi�n. En algunos de los pa�ses con PIB per c�pita m�s bajo, las necesidades de cr�dito se atienden sobre todo a trav�s de donantes multilaterales y bilaterales. Este apoyo sigue siendo indispensable. Buena parte de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) en los PECO y en la CEI-4 en 1999 se orient� expresamente a la alimentaci�n y la agricultura, ya que estos sectores son cr�ticos no s�lo para la seguridad alimentaria sino tambi�n para el empleo y el funcionamiento general de la econom�a.

64. Otra fuente de inversi�n en el sector agroalimentario es la inversi�n extranjera directa (IED). Seg�n estimaciones del BERD, en 1998 la entrada neta de IED registrada en la balanza de pagos de los PECO fue de 16 400 millones de d�lares EE.UU., y en la CEI-4 de 1 600 millones de d�lares. Ello represent� un aumento notable con respecto a 1997. La estimaci�n correspondiente a 1999 apunta a un ligero descenso de las entradas en los PECO, donde se situar�n en 16 000 millones de d�lares, y en la CEI-4, en que el total ser� de 1 200 millones de d�lares (BERD). En algunos subsectores, la IED ha sido importante para mejorar la calidad de los productos y las corrientes de suministros. La IED es de suma importancia para mejorar la competitividad de los sectores agroalimentarios en los pa�ses en transici�n y a fin de preparar a los pa�ses que se van a adherir a la UE para la competencia que encontrar�n en el mercado �nico europeo cuando consigan la adhesi�n a la UE y en los mercados internacionales, en general.

REFERENCIAS

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