Sección 2
Condiciones previas para obtener resultados satisfactorios
El hecho de que una asociación de grupos de pequeños agricultores obtenga resultados satisfactorios no es algo que simplemente "ocurre". En la formación y desarrollo de una asociación influyen muchos factores: la madurez de los grupos de pequeños agricultores que desean constituir la AGPA, varias condiciones locales y externas, y la capacidad de los promotores intergrupales.
La condición previa más importante es la "madurez del grupo", lo que significa que los grupos de pequeños agricultores que quieran reunirse en una AGPA tienen que estar preparados y dispuestos a hacerlo, y ser a la vez capaces de hacerlo. Si no son maduros para ello, es probable que sus intentos de crear una AGPA fracasen.
Los grupos que deseen formar una AGPA tendrán que contar con lo siguiente:
Los grupos que demuestren poseer todos estos indicadores relativos a la madurez del grupo -y tal vez que ya hayan establecido alguna forma de colaboración con otros grupos-, son los candidatos ideales para crear una AGPA.
HACIA LA MADUREZ DEL GRUPO
Los grupos tienen un vínculo y un objetivo en común. El proceso de formación de una AGPA avanza con menores dificultades cuando los grupos tienen intereses, problemas y necesidades similares. Los grupos que comparten los mismos puntos de vista y opiniones están más dispuestos a trabajar para el logro de objetivos comunes, por lo cual es menos probable que pierdan tiempo en discusiones y conflictos.
Es posible que los grupos establezcan un enlace incluso cuando tienen antecedentes diferentes. Todo lo que necesitan es un objetivo común que vaya más allá del alcance de un solo grupo que actúa por cuenta propia, como por ejemplo la compra de semillas y fertilizantes en grandes cantidades, la reparación de un puente en una aldea o la construcción de un centro comunitario de atención de salud.
Los grupos que comparten un mismo problema, y necesitan a muchas personas para solucionarlo, tienen un buen motivo para cooperar porque cada grupo espera beneficiarse del resultado que se obtenga. De manera análoga, si los grupos no esperan obtener beneficios de la cooperación intergrupal, es improbable que la apoyen. Por ejemplo, los arrendatarios, los trabajadores sin tierra y los pequeños agricultores autónomos tienen con frecuencia posturas diferentes en cuanto a inversiones y riesgos, por lo cual es posible que resulte difícil reunirlos en una AGPA.
UN LAZO Y UN OBJETIVO EN COMÚN
Grupos cercanos. Es más probable que formen una AGPA los grupos que están situados cerca. Un motivo práctico de ello es la necesidad de mantener reuniones a intervalos regulares y con una nutrida asistencia, y es evidente que tener que recorrer 10 kilómetros a pie requiere un mayor esfuerzo y tiempo que caminar por un kilómetro.
Participación de la mujer. Las mujeres pueden y deben jugar un papel importante en el desarrollo de las AGPA. Sin embargo, la forma en que participen dependerá de los hábitos y las tradiciones locales. Por regla general, las mujeres del campo están más unidas al hogar, tienen menos libertad de movimiento y son menos activas en la toma de decisiones fuera del hogar. En algunas sociedades se desalienta el establecimiento de grupos mixtos (integrados por hombres y mujeres) fuera de la familia. Por lo tanto, muchos organismos de desarrollo promueven la formación de grupos separados para mujeres y hombres, en lugar de grupos mixtos.
Análogamente, a veces es conveniente crear AGPA que estén constituidas en su totalidad solo por hombres o solo por mujeres. Por ejemplo, podrían formarse grupos de hombres que se encargaran de la producción de trigo, maíz o arroz, y sus mujeres podrían establecer otra AGPA para gestionar a nivel local un molino para cereales u otra actividad de elaboración.
También puede ser que resulte difícil para los promotores intergrupales trabajar directamente con grupos de mujeres. En estos casos podría ser mejor utilizar a promotoras que les ayuden a desarrollar sus AGPA.
DEBE OÍRSE TAMBIÉN LA VOZ DE LA MUJER
Número total de miembros no superior a 150. Los grupos de pequeños agricultores que funcionan bien suelen tener un número escaso de miembros, es decir, de 5 a 15. Una AGPA de éxito, además, comienza a funcionar con un número limitado de grupos asociados. El número ideal de grupos por cada AGPA oscila entre 5 y 10 (con un número total de miembros de 25 a 150). Las AGPA pequeñas son más fáciles de manejar y promueven la adquisición de nuevas aptitudes. A medida que la AGPA adquiere más experiencia y aprende a manejar operaciones más complejas, puede tomar en consideración la posibilidad de una ampliación.
Al formar una AGPA, es lógico reunir a grupos que tengan el mismo tamaño y se hallen en una fase de desarrollo análoga. Esto contribuirá a asegurar que todos los grupos empiecen en condiciones de relativa igualdad y contribuyan en la misma medida a la AGPA, y que ningún grupo domine a los demás.
Presencia en el grupo de al menos algunos miembros que saben leer y escribir. Las AGPA tienen que llevar registros escritos de las decisiones adoptadas, las contribuciones pagadas, los ingresos generados y los servicios prestados. Tales registros contribuyen a evitar que surjan desacuerdos y malentendidos entre los miembros de estas asociaciones.
Mantenimiento de buenas relaciones entre los grupos y las autoridades locales. Los líderes comunitarios locales pueden pensar que la formación de una AGPA perturbará de alguna manera el orden establecido. Para obtener su apoyo los grupos interesados y sus promotores de grupo asegurarán que la AGPA ayudará a todos, a saber, la comunidad, sus líderes y los propios grupos. Una vez que los líderes comunitarios estén informados y comprueben los beneficios concretos de la AGPA, su apoyo será mucho más decidido.
Más tarde, cuando las actividades de la AGPA empiecen a extenderse fuera de la zona local, tal vez se haga necesario establecer buenas relaciones con las autoridades externas y volver a asegurarles que también ellas sacarán provecho de las actividades de la asociación. La AGPA deberá demostrar que está dispuesta a colaborar con las otras agencias y partes interesadas, en lugar de competir con ellas.
Postura de fomento, o por lo menos de tolerancia, con respecto a los grupos de carácter extraoficial. En algunos países la normativa que regula el número, tamaño y representación geográfica de las organizaciones rurales puede plantear problemas para los grupos que desean formar una AGPA. En estas circunstancias es más fácil establecer una AGPA de carácter extraoficial. Incluso en las sociedades con un alto nivel de reglamentación, las autoridades locales alientan, o por lo menos toleran, la presencia de algunas asociaciones de carácter no oficial que tengan fines religiosos, culturales, sociales, deportivos o comerciales. Se trata de ver si en la zona en cuestión ya existen una o más asociaciones de este tipo; de haberlas, es probable que no haya ningún inconveniente en establecer otra más.
Independencia de los grupos con respecto a las subvenciones. Los gobiernos, los donantes y las ONG a menudo proporcionan donaciones, préstamos o insumos subvencionados para ayudar a los pequeños grupos a formar y desarrollar una propia AGPA. Sin embargo, estos "donativos" raramente son gratuitos. Quien los hace por lo general quiere algo a cambio, ya sea fidelidad, obediencia o una cuota de las ganancias. Por esto los grupos tienen que examinar tales ofertas con mucha atención.
Las subvenciones pueden ayudar a una AGPA en sus fases iniciales, pero no necesariamente dan lugar a organizaciones sostenibles. De hecho, la experiencia demuestra que con frecuencia se verifica todo lo contrario, es decir, que al confiar en medida excesiva en las subvenciones se crea dependencia. Esto, a su vez, desalienta a la AGPA de alcanzar la autonomía y la autosuficiencia financiera, que son factores fundamentales para lograr un desarrollo a largo plazo.
SI NO TIENE DEUDAS UNA AGPA PROGRESA MÁS RÁPIDAMENTE
Por otro lado, el uso ocasional de subvenciones, de estar atentamente planificado y tener carácter temporal y decreciente en el tiempo, podrá contribuir a introducir nuevas tecnología y nuevos conceptos. El punto fundamental es que las subvenciones han de utilizarse con la finalidad última de fortalecer la capacidad de la AGPA para administrar sus propios asuntos y financiar sus propias operaciones.
Cooperación entre los grupos y los organismos de desarrollo. Los grupos pueden beneficiarse de la colaboración con las agencias de los gobiernos, los donantes y las ONG que apoyan el desarrollo de los pequeños agricultores en sus zonas. Los objetivos de cada organismo pueden ser diferentes, por ejemplo, prestar servicios de atención de salud sobre el terreno o impartir capacitación en microempresas. No hay ningún problema mientras tales objetivos sean complementarios y apoyen la finalidad de lograr una AGPA sostenible. (Véase también pág. 90, Ponerse en contacto y cooperar con entidades no asociadas.
No obstante, los objetivos de un organismo pueden entrar en conflicto con esta finalidad. Por ejemplo, una agencia podrá promover las empresas rurales utilizando crédito subvencionado, mientras que un promotor de grupo tratará de fomentar el ahorro voluntario, la aplicación de tipos de interés realistas sobre los préstamos y el reembolso de los mismos a su debido tiempo. En este caso, es posible que esa agencia, aunque tenga buenas intenciones, perjudique las iniciativas encaminadas al logro de la autosuficiencia financiera. El mejor enfoque al respecto podría ser el de examinar el problema con la agencia y tratar de alcanzar una mejor coordinación y armonización de los objetivos.
La función del promotor intergrupal (PI) es análoga, por muchos aspectos, a la del promotor de grupo (PG)*. Al igual que el PG, un PI está sinceramente interesado en ayudar a los pequeños agricultores y está bien capacitado para facilitar la creación de pequeños grupos. El PI no actúa como un líder sino como un asesor o animador con el fin de ayudar a los miembros y líderes a desarrollar sus propias destrezas para analizar y solucionar los problemas. Ahora bien, también hay algunas diferencias importantes entre la promoción de grupos pequeños y la promoción de AGPA.
En primer lugar, la mayor parte de las decisiones en una AGPA son adoptadas por los representantes de los grupos asociados, y no por los miembros de dichos grupos. Por esto, el promotor de la AGPA necesita saber mucho sobre el proceso de adopción de decisiones del grupo y sobre cómo facilitar dicho proceso a nivel intergrupal. (Para mayores detalles acerca de algunos de los problemas relacionados con el proceso de adopción de decisiones intergrupal, véase la Parte B.2).
En segundo lugar, dado que los miembros del grupo no participan directamente en la toma de decisiones, normalmente es necesario introducir nuevos procedimientos para asegurarse de que la AGPA represente verdaderamente al conjunto de sus miembros. El PI puede ayudar a hacer los controles y los balances para asegurar, por ejemplo, que los fondos movilizados y las ganancias obtenidas se utilicen según lo convenido y se contabilicen de manera transparente. La experiencia del PI y la capacitación sobre el terreno pueden ayudar a los miembros de la AGPA a evitar errores costosos.
* Para mayor información sobre la función de un promotor de grupo, véase Manual de consulta para el promotor de grupo (FAO, Roma 1994).
El éxito final de un PI puede determinarse sobre la base del nivel de autosuficiencia y sostenibilidad de las AGPA a las que ha promovido. Por lo tanto, la principal tarea de un PI consiste en reforzar esas capacidades de autosuficiencia enseñando a los miembros de la AGPA a solucionar sus propios problemas con los recursos de que disponen y ayudándose a sí mismos. Una vez que se haya llevado a cabo esta labor, el PI debe pasar a ayudar a otros grupos a seguir adelante.