El PIB real medio creció un 3,2 por ciento en las economías de mercado desarrolladas121 en 1999, después de haber registrado una tasa modesta del 2,4 por ciento en 1998. Como la actividad económica mundial se recuperó con relativa facilidad de la crisis de los mercados emergentes de 1997 y 1998, todas las economías de mercado desarrolladas experimentaron un crecimiento del PIB en 1999.
En Estados Unidos siguió la rápida expansión económica alcanzándose un crecimiento del PIB del 4,2 por ciento en 1999, tercer año consecutivo en que el crecimiento real del PIB superó el 4 por ciento. En el Canadá, el PIB aumentó también mucho, el 4,5 por ciento, en 1999. El crecimiento fue algo más moderado en la Unión Europea, donde se registró la tasa relativamente modesta del 2,4 por ciento en 1999. En Japón se interrumpió la reducción del 2,5 por ciento del PIB padecida en 1998, pero su nivel de actividad económica se mantuvo estancado en 1999. Australia experimentó un crecimiento real del PIB del 4,4 por ciento en 1999 tras la elevada tasa del 5,2 por ciento registrada en 1998.
Como se indica en el Análisis mundial de esta cuestión, la actividad económica se fortaleció algo más en las economías de mercado desarrolladas en 2000, ya que se estima que el PIB creció un 4,2 por ciento y la mayoría de los países esperan obtener tasas superiores de crecimiento. Se estima que en el Canadá y los Estados Unidos el producto aumentó el 4,7 y 5,2 por ciento, respectivamente. En la Unión Europea, la fuerte demanda interna y el descenso del tipo de cambio entre el euro y el dólar EE.UU. estimuló el crecimiento económico que se estima alcanzó el 3,4 por ciento. La aceleración del crecimiento real del PIB fue especialmente fuerte en Alemania e Italia. El aumento de la demanda de exportación como consecuencia de la recuperación mundial y la baja cotización del euro fueron los principales factores de la recuperación de las economías de mercado desarrolladas. En Japón, parece que se está produciendo cierta recuperación económica, pues se estima que el crecimiento del PIB será del 1,4 por ciento, pero sigue habiendo muchas incertidumbres con respecto a la recuperación del país. Se calculan tasas de crecimiento relativamente fuertes, de un 4 por ciento aproximadamente, en 2000 para Australia y Nueva Zelandia, país este último que depende más de factores externos favorables.
La producción agrícola general de las economías de mercado desarrolladas aumentó el 1,8 por ciento en 1999, tras el modesto incremento de menos del 1 por ciento obtenido el año anterior. En 1999 la producción de cultivos y la ganadera aumentaron el 1,8 y 1,6 por ciento, respectivamente, si bien la de cereales disminuyó un 2,8 por ciento. Las estimaciones preliminares para 2000 indican una expansión más moderada, de menos del 1 por ciento, de la producción agrícola total. Sin embargo, se espera que se recupere la producción de cereales aumentando aproximadamente un 3 por ciento.
Se obtuvieron buenos rendimientos en los países de la CE, donde la producción agrícola aumento el 2,2 por ciento en 1999, tras el estancamiento de 1998. Sin embargo, la producción de cereales disminuyó un 4,6 por ciento y la de trigo, en especial, se redujo un 6 por ciento debido a mayores exigencias de detracción de tierras de cultivo y a condiciones atmosféricas adversas. No obstante, como los rendimientos de otras cosechas fueron relativamente buenos, la producción total de la CE aumentó un 3,4 por ciento. La producción ganadera aumentó sólo un 0,5 por ciento. Se obtuvieron malos rendimientos en Francia y el Reino Unido, donde la producción agrícola creció menos del 0,5 por ciento en 1999, mientras que en Alemania, Italia y España se consiguió un incremento que varió del 1,5 al 5,5 por ciento. En 2000, según estimaciones provisionales, la producción agrícola de la Unión Europea se ha reducido marginalmente, en menos del 0,5 por ciento. No obstante, se espera que la producción de cereales se recupere y crezca en torno al 7 por ciento, ya que todos los principales productores, excepto Italia, han logrado aumentos en la producción de cereales.
En América del Norte, la producción aumentó el 1,9 por ciento en 1999 tras haber crecido el 1,3 por ciento en 1998. En los Estados Unidos, el incremento fue del 1,3 por ciento en 1999, pero el año anterior había sido inferior al 1 por ciento. La producción de cereales disminuyó el 4,1 por ciento, después de haber registrado una expansión del 3,9 por ciento en 1998. La producción de trigo, en particular, disminuyó entre el 9 y el 10 por ciento como consecuencia de la reducción de las siembras. El crecimiento de la producción en 1999 fue más sólido en el Canadá, donde se alcanzó la tasa del 6 por ciento aproximadamente por segundo año consecutivo. La producción de cereales aumentó el 5,7 y 3,9 por ciento en 1999 y 1998, respectivamente, pero no se ha vuelto a alcanzar el nivel récord de 1996 tras el descenso del 16 por ciento padecido en 1997. Se prevé que en 2000 la producción agrícola general de América del Norte habrá aumentado un 2 por ciento aproximadamente, debido a que el crecimiento ha sido algo superior al 2 por ciento en los Estados Unidos y se ha estancado en el Canadá.
En la región de Oceanía, la producción agrícola se estancó en 1999 tras haberse incrementado un 3,4 por ciento en 1998. La de Australia aumentó casi el 2 por ciento, pero la de Nueva Zelandia bajó el 5,1 por ciento en 1999. Se estima que en 2000, la producción total habrá crecido el 1,6 por ciento, lo que se deberá principalmente a los incrementos en el sector ganadero, ya que es probable que la producción de cultivos disminuya casi un 4 por ciento. Se espera que la producción total de Australia aumente un 0,5 por ciento, mientras que la de Nueva Zelandia lo hará en un 4,5 por ciento. La producción agrícola del Japón creció menos del 1 por ciento en 1999, tras la contracción de 1998. La producción de cultivos y la de cereales se recuperaron algo del profundo descenso registrado en 1998. Se estima que en 2000 la producción general habrá crecido menos del 0,5 por ciento.
Cuadro 41
TASAS DE CRECIMIENTO NETO DE LA PRODUCCIÓN EN LAS ECONOMÍAS DE MERCADO DESARROLLADAS
Año |
Agricultura |
Cereales |
Cultivos |
Alimentos |
Ganado |
Productos no |
(Porcentaje) | ||||||
Economías de mercado desarrolladas |
||||||
1997 |
1,5 |
-2,1 |
2,1 |
1,4 |
0,6 |
5,0 |
1998 |
0,8 |
3,3 |
0,0 |
1,3 |
1,9 |
-11,7 |
1999 |
1,8 |
-2,8 |
1,8 |
1,6 |
1,6 |
6,5 |
20001 |
0,9 |
3,1 |
0,7 |
1,0 |
0,6 |
-1,1 |
CE |
||||||
1997 |
0,0 |
-0,7 |
1,0 |
-0,1 |
-0,5 |
6,8 |
1998 |
0,1 |
3,4 |
-1,0 |
0,1 |
1,8 |
1,5 |
1999 |
2,2 |
-4,6 |
3,4 |
2,2 |
0,5 |
5,3 |
20001 |
-0,3 |
7,0 |
0,3 |
-0,3 |
-0,8 |
-0,1 |
América del Norte |
||||||
1997 |
3,2 |
-1,8 |
3,6 |
3,2 |
1,3 |
2,3 |
1998 |
1,3 |
3,9 |
0,7 |
2,3 |
2,4 |
-21,5 |
1999 |
1,9 |
-2,8 |
0,4 |
1,5 |
3,6 |
12,9 |
20001 |
2,1 |
1,3 |
1,5 |
2,2 |
1,6 |
-2,1 |
Oceania2 |
||||||
1997 |
2,4 |
-10,9 |
-2,2 |
1,2 |
4,6 |
9,4 |
1998 |
3,4 |
3,5 |
7,2 |
4,1 |
1,7 |
-0,7 |
1999 |
0,1 |
5,6 |
6,2 |
0,5 |
-1,5 |
-2,0 |
20001 |
1,6 |
-1,2 |
-3,9 |
1,8 |
2,7 |
-0,1 |
Japón |
||||||
1997 |
-0,7 |
-2,6 |
1,5 |
-0,7 |
-2,1 |
2,4 |
1998 |
-3,4 |
-10,4 |
-7,9 |
-3,3 |
0,9 |
-8,6 |
1999 |
0,8 |
2,8 |
1,8 |
0,8 |
-0,5 |
3,8 |
20001 |
0,3 |
2,5 |
0,8 |
0,3 |
-0,2 |
0,0 |
1 Estimación. 2 Australia y Nueva Zelandia. Fuente: FAO. |
Durante el último decenio aproximadamente, las economías de mercado desarrolladas han introducido reformas en las políticas agrarias que han variado mucho en cuanto al alcance y calendario de aplicación de las medidas. En virtud del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC (al concluirse la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales en 1994), los países se comprometieron no sólo a mejorar el acceso al mercado para las importaciones agrícolas, sino también a reducir gradualmente las subvenciones a la exportación y la ayuda interior que se traduce en distorsiones del comercio. Muchos países han introducido cambios de políticas encaminados a reducir los niveles de ayuda y orientados a medidas más específicas. Sin embargo, las reformas de políticas son todavía un proceso en curso.
Cuadro 42
INDICADORES DE LA OCDE PARA EL APOYO A LA AGRICULTURA1
Indicador |
1986-1988 |
1998-2000 |
1998 |
1999 |
20002 |
EAP |
|||||
Miles de millones de $EE.UU. |
236 |
258 |
253 |
273 |
245 |
EAP porcentual |
39 |
35 |
34 |
37 |
34 |
EAT |
|||||
Miles de millones de $EE.UU. |
8 |
340 |
339 |
356 |
327 |
EAT porcentual |
2,2 |
1,3 |
1,4 |
1,4 |
1,3 |
1Todos los países de la OCDE. 2 Estimación. Fuente: OCDE. |
En 1999, la ayuda total a la agricultura en todos los países de la OCDE, medida con arreglo a la estimación de la ayuda total (EAT) de la OCDE (Recuadro 4), ascendió a 356 000 millones de dólares en 1999, es decir, el 1,4 por ciento de su PIB agregado. Dicha cifra se ha mantenido bastante estable en los tres últimos años, pero es inferior al promedio del 2,2 por ciento del PIB registrado en el período de 1986-1988. En 2000, se estima que la EAT ha disminuido a unos 327 000 millones de dólares.
Recuadro 4 INDICADORES DE LA AYUDA ELABORADOS POR LA OCDE La OCDE utiliza varios indicadores para medir la ayuda a la agricultura. Dos de los indicadores fundamentales son la estimación de la ayuda al productor (EAP) y la estimación de la ayuda total (EAT), que se definen a continuación. Estimación de la ayuda al productor. Indica el valor monetario anual de las transferencias brutas de los consumidores (resultantes de los precios internos que se mantienen por encima de los niveles del mercado mundial) y de los contribuyentes a los productores agrícolas. Se expresa también en EAP porcentual, es decir, en porcentaje de los ingresos agrícolas brutos. Estimación de la ayuda total. Indica el valor monetario anual de todas las transferencias brutas de los contribuyentes y consumidores derivadas de medidas de política en apoyo del sector agrícola. Incluye transferencias al productor y servicios generales prestados a la agricultura. La EAT porcentual indica la carga que esta ayuda general representa en porcentaje del PIB. |
La ayuda a los productores agrícolas en todos los países de la OCDE, medida por la estimación de la ayuda al productor (EAP) elaborada por la OCDE (Recuadro 4), aumentó en 1999 por segundo año consecutivo. Esto se debió principalmente a la diferencia creciente entre los precios internos y los de los mercados internacionales y el descenso de los precios internacionales de los productos agrícolas. La EAP porcentual varía de menos de 1 por ciento en Nueva Zelandia a más del 60 por ciento en algunos países. El nivel de la ayuda varía también según los productos, siendo el arroz, la leche y el azúcar los que reciben niveles más altos. Sin embargo, se estima que en 2000 habrá disminuido a un 34 por ciento de los ingresos agrícolas brutos, lo que representa un 5 por ciento menos que el promedio de 1986-1988. Diminuyó la ayuda en la mayoría de los países y para la mayoría de los productos debido principalmente a que fue menor la diferencia entre los precios internos y los mundiales, ya que estos últimos subieron en 2000. Aunque se registraron algunos cambios en los precios de apoyo aplicados en varios países, no se introdujeron nuevos mecanismos de política para rebajar los precios de apoyo. En los Estados Unidos se concedió asistencia a los productores agrícolas para compensarlos por la baja de los precios mundiales por tercer año consecutivo y, en el Canadá, se concedieron pagos por la misma razón.
En 2000, varios Estados Miembros de la CE, así como Australia y Japón, establecieron planes multianuales para el sector agrícola y varias medidas de apoyo. En general, los planes se centraban en cambios estructurales, el desarrollo rural y la calidad del medio ambiente, a pesar de que el programa japonés tuvo por objeto incrementar la autosuficiencia alimentaria al 45 por ciento para 2010, frente al 40 por ciento en 1998.
En cuanto a las políticas de comercio agrícola, continuó en 1999 y 2000 la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura. La reducción de los aranceles y la ampliación de los accesos con cuotas arancelarias progresaron en consonancia con los compromisos contraídos, si bien algunos países elevaron los aranceles estipulados en sus compromisos o en virtud de disposiciones especiales de salvaguardia. Los niveles totales de las subvenciones a las exportaciones disminuyeron también en 2000, principalmente en la CE debido a la subida de los precios mundiales.
Ante la creciente preocupación de los consumidores, ha ido cobrando importancia la cuestión de la mayor inocuidad de los alimentos. Casi todas las economías de mercado desarrolladas han introducido o están introduciendo cambios en sus reglamentos sobre inocuidad de los alimentos, incluidas las medidas para atender las preocupaciones relacionadas con la biotecnología. Estas cuestiones se están afrontando cada vez más tomando como referencia la Comisión del Codex Alimentarius y sus organizaciones patrocinadoras, la OMS y la FAO. Varios países han creado organismos de inocuidad de los alimentos y la CE ha acordado establecer la Autoridad Alimentaria Europea para supervisar estas cuestiones. La CE, Japón y Suiza han introducido también requisitos de etiquetado para productos derivados de organismos modificados genéticamente (OMG).
En 2000 se introdujeron varias nuevas medidas de política en respuesta a catástrofes naturales o a las preocupaciones por la salud de los animales, las plantas y los seres humanos. La más importante de estas emergencias fue la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), que dio lugar a varias medidas encaminadas a reducir los riesgos para la salud humana. La CE adoptó una serie de medidas en respuesta a la EEB, especialmente la prohibición del comercio de piensos que contienen harina de carne y huesos y pagos compensatorios a favor de los agricultores damnificados. Más recientemente, el brote de fiebre aftosa en Europa a comienzos de 2001 ha provocado también una amplia gama de medidas para evitar la propagación de la misma, pero también para ayudar a los ganaderos.
Las repercusiones medioambientales de la agricultura han seguido siendo objeto de preocupaciones en los últimos años. Muchos países han elevado sus presupuestos para programas agroambientales y varios han introducido nuevos programas centrados en la conservación de los recursos y la agricultura orgánica.
La CE, como parte del programa de política de desarrollo rural para 2000, decidió que los agricultores deben cumplir las normas ambientales establecidas por cada Estado Miembro para tener derecho a obtener financiación en el ámbito de determinados programas. Se introdujeron nuevas políticas para mejorar la calidad del agua en Australia, Dinamarca y los Países Bajos. Se adoptaron también iniciativas en favor de la agricultura orgánica en Italia, los Países Bajos, el Reino Unido y los Estados Unidos.
El 2000 fue el último año para la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC. Los niveles actuales de la ayuda a la agricultura en las economías de mercado desarrolladas son todavía altos y siguen fomentando la producción interna, distorsionando el comercio y deprimiendo los precios mundiales. Se calcula que los precios recibidos por los agricultores de esos países son en promedio un 43 por ciento más altos que los del mercado mundial.
No obstante, según la OCDE, el nivel general de la protección del mercado en las economías de mercado en desarrollo ha disminuido desde el 61 por ciento alcanzado en 1986-88, en parte como consecuencia de los esfuerzos por cumplir los compromisos de la OMC. El apoyo a los precios internos han ido variando gradualmente hacia la aplicación de medidas menos perturbadoras de mercado, pero los progresos han sido muy limitados en algunos países. A pesar de que la reducción de los indicadores de la ayuda en 2000 refleja una tendencia hacia una mayor orientación al mercado, la diferencia entre los países con el mayor y el menor nivel de apoyo está aumentando. La reanudación de las negociaciones sobre el comercio agrícola dentro de la OMC ofrecerá una oportunidad para acelerar el proceso de reformas de las políticas y ayudará a los sectores agrícolas de la mayoría de las economías de mercado desarrolladas a convertirse en más orientadas hacia el mercado.
NOTAS
1 Los datos macroeconómicas de esta sección proceden de FMI. 2000. Perspectivas de la economía mundial, octubre de 2000. Washington, D.C.
2 A menos que se indique otra cosa, las fuentes de las estadísticas del SIDA en esta sección son: UNAIDS/OMS. AIDS epidemic update: December 1998 y December 2000; y UNSIDA. Report on the global HIV/AIDS epidemic: June 2000. Ginebra.
3 J. Decosas. 1996. HIV and development. Special edition of AIDS, 10 (Suplemento 3): 69-74.
4 UNAIDS/OMS. AIDS epidemic update: December 1998. Ginebra.
5 UNAIDS, op. cit., nota 2.
6 Ibid.
7 Este factor se utiliza para medir el costo de la enfermedad. Los cálculos incluyen los efectos de invalidez así como los efectos de mortalidad de la enfermedad, y los pesos por edad se usan para descontar la importancia de las muertes de niños pequeños y de ancianos.
8 UNAIDS/OMS. 2000. Op. cit., nota 2.
9 L. Bollinger y J. Stover 1999. The economic impact of AIDS. Glastonbury, Connecticut, Estados Unidos, The Futures Group International.
10 FAO. 1994. What has AIDS to do with agriculture? Por M. Halswimmer. Roma.
11 Op. cit., nota 5.
12 Op. cit., nota 10; y FAO. 2000. HIV/AIDS in Namibia: the impact on the livestock sector. Por I.E. Engh, L. Stloukal y J. Du Guerny. Roma.
13 Citado en FAO. 1994. Is HIV/AIDS a threat to livestock production? The example of Rakai, Uganda. Por M. Halswimmer. Roma.
14 Op. cit., nota 4.
15 Op. cit., nota 13.
16 Estimación del Banco Mundial para 1999.
17 Las sequías se han producido en Etiopía muchas veces a lo largo de su historia. Véase P. Webb y J. von Braun. 1994. Famine and food security in Ethiopía: lessons for Africa. Chichester, Reino Unido, John Wiley & Sons.
18 Las políticas agrícolas aplicadas en el período de 1974-1991 se analizan en FAO. 1993. El estado mundial de la agricultura y la alimentación 1993. Roma.
19 Economist Intelligence Unit. Ethiopia: country profile 2000. Londres.
20 FAO. 2000. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2000. Roma.
21 Ibid.
22 Autoridad Estadística Central 1993. Report on the National Rural Nutrition Survey, Core Module. Statistical Bulletin, No. 113. Addis Abeba.
23 La malnutrición crónica está relacionada no sólo con la disponibilidad de alimentos y se encuentra incluso en regiones que tienen un excedente de alimentos. Véase, por ejemplo, D.L. Pelletier, K. Deneke, Y. Kidane, B. Haile y F. Negussie. 1995. The food-first bias and nutrition policy: lessons from Ethiopia. Food Policy, 20: 279-298.
24 La fuente de datos de esta sección es el Banco Mundial. 1998. Ethiopia: the social sector note. Report No. 16860-ET. Washington, D.C.; y UNICEF (las estadísiticas se pueden consultar en: www.org.unicef).
25 A menos que se indique otra cosa, los datos de esta sección proceden del FMI, op. cit., nota 1.
26 FMI, 1999. Ethiopia: recent economic developments. IMF Staff Country Report Nº 99/98. Washington, D.C.
27 Estimación del Banco Mundial para 1999.
28 Actualmente el Gobierno de Etiopía es un observador de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
29 Op. cit., nota 26.
30 Ibid.
31 Banco Mundial, op. cit., nota 24.
32 FMI, 1998. Ethiopia - Enhanced structural adjustment facility medium-term economic and financial policy framework paper, 1998/99-2000/01. Washington, D.C.
33 Etiopía es la región de origen del Eragrostis tef. Este producto, que representa aproximadamente el 31 por ciento de la superficie dedicada al cultivo de cereales, es el principal cultivo de cereales y se utiliza para preparar enjera, un alimento básico parecido a una tortilla.
34 Autoridad Estadística Central. 1999. Agricultural Sample Survey 1998/99, Volume 1: Report on Area and Production for Major Crops. Statistical Bulletin No. 200. Addis Abeba.
35 FAOSTAT (consúltese en: www.fao.org).
36 Ibid.
37 El qat es un estimulante suave que, como el café, se cultiva sobre todo en las regiones del sur y se exporta principalmente a países del Cercano Oriente. En 1995/96 representó aproximadamente el 7 por ciento de todo el comercio exterior de Etiopía.
38 Autoridad Estadística Central. 1999. Ethiopia: Statistical Abstract 1998. Addis Abeba.
39 Op. cit., nota 35.
40 FAO. 1986. Ethiopian highlands reclamation study. Final report. 2 vols. Roma.
41 World Food Programme Ethiopia. 1998 Annual Report. Addis Abeba, United Printers.
42 Ibid.
43 M. Demeke, A. Said y T. S. Jayne. 1997. Promoting fertilizer use in Ethiopia: the implication of improving grain market performance, input market efficiency and farm management. Working Paper No. 5, Grain Market Research Project, Michigan State University, Estados Unidos y Ministerio de Desarrollo y Cooperación Económicos, Addis Abeba.
44 Op. cit., nota 38.
45 Op. cit., nota 38.
46 M. Demeke, 1999. Agricultural technology, economic viability and poverty alleviation in Ethiopia. Documento presentado al Taller sobre transformación agrícola en África, 27-30 de junio de 1999, Nairobi, Kenya. Egerton University Tegemeo Institute y Michigan State University.
47 Sasakawa-Global 2000 (iniciativa en colaboración de la Sasakawa Africa Association, una asociación no gubernamental, y de Global 2000) ha dado una nueva orientación a sus actividades para efectuar investigaciones sobre el trabajo mínimo de la tierra, maíz de proteína de calidad, la striga en el sorgo y máquinas trilladoras, que son sectores de los que no se ocupa el Gobierno.
48 El 80 por ciento de las transacciones de ventas de fertilizantes se hacen mediante créditos.
49 Las cifras sobre consumo de fertilizantes fueron proporcionadas por el Organismo Nacional de la Industria de Fertilizantes.
50 Los agricultores que participan en el Programa especial de seguridad alimentaria de la FAO lograron, en promedio, aumentos de los rendimientos de más del 100 por ciento para el tef, sorgo y trigo.
51 La región de Oromia constituye aproximadamente el 50 por ciento del mercado nacional de fertilizantes.
52 Las cifras se refieren a 1994.
53 Op. cit., nota 19.
54 La cosecha del belg representa entre el 5 y el 10 por ciento del total de la producción. Sin embargo en algunas zonas constituye el grueso del suministro alimentario anual.
55 FAO/PMA. 2001. Special report: FAO/WFP crop and food supply assessment mission to Ethiopia, 9 de enero de 2001. Roma.
56 La Reserva de seguridad alimentaria de emergencia mantiene una existencia rotativa de 283 000 toneladas de cereales.
57 A menos que se indique otra cosa, los datos y las proyecciones macroeconómicos de esta sección se han tomado de FMI. 2000. Perspectivas de la economía mundial, octubre de 2000. Washington, D.C.
58 BAsD. 2000. Asia Recovery Report, octubre de 2000. Manila.
59 Banco Mundial. 2000. East Asia. Recovery and beyond. Washington, D.C.
60 Banco Mundial. 1998. East Asia. The road to recovery. Washington, D.C.
61 Op. cit., nota 59.
62 FAO. 1999. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 1999, p. 27. Roma.
63 J.C. Knowles, E.M. Pernia y M. Racelis. 1999. Assessing the social impact of the financial crisis in Asia: integrative report. Manila, BAsD.
64 Los tipos de cambio de las monedas locales contra el dólar estadounidense bajaron hasta el 70 por ciento en Indonesia y entre el 30 y el 50 por ciento en Malasia, la República de Corea y Tailandia durante 1997 y 1998. Más tarde esos tipos se recuperaron en parte pero siguieron entre el 30 y el 50 por ciento por debajo de los niveles anteriores a 1997.
65 Banco Mundial. 2000. Indicadores del desarrollo mundial 2000. Washington, D.C.
66 Ibid.
67 FAOSTAT (consúltese en: www.fao.org), datos para 1998.
68 FAO. 1997. Asia-Pacific Forestry Outlook Study. Country Report - Viet Nam. Working Paper No. AFPSOS/WP/31. Bangkok, Oficina Regional de la FAO para Asia y el Pacífico.
69 FAO/PNUD. 1995. Agriculture in post-transition Viet Nam: opportunities and challenges. TSS-1 Report VIE/95/01T. Bangkok, Oficina Regional de la FAO para Asia y el Pacífico.
70 Se define la población agrícola como todas las personas que dependen de la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca o la silvicultura para su subsistencia. Esta estimación incluye a todas las personas activas en el sector así como a sus familiares a cargo.
71 Op. cit., nota 65.
72 Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico. 1995. Macroeconomic reforms in the economies in transition, pág. 10. Development Paper No. 18. Nueva York, Naciones Unidas.
73 P. Wolff. 1999. Viet Nam - the incomplete transformation, p. 24-25. German Development Institute Book Series No. 12. Londres, Frank Cass Publishers.
74 Ibid., p. 26-30.
75 General Statistical Office. 1999. Viet Nam Living Standards Survey 1997-98. Hanoi.
76 El proceso de colectivización y las consiguientes reformas de políticas se exponen en: Tran Thi Que. 1998. Viet Nam's agriculture. The challenges and achievements. Singapur, Institute of Southeast Asian Studies.
77 Ibid., p. 16.
78 Esta información fue suministrada por funcionarios del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Viet Nam.
79 Otro tipo diferente de problemas está relacionado con la falta de un marco jurídico y administrativo adecuado para el funcionamiento de la economía de mercado. Véase PNUD. 1999. Completion of Viet Nam's legal framework for economic development. UNDP Discussion Paper No. 2. Hanoi.
80 Véase IMF. 1999. Viet Nam: selected issues. IMF Staff Country Report No. 99/55 (julio de1999).
81 Véase FMI. 1998. Trade liberalization in IMF-supported programs. World Economic and Financial Surveys, Washington, D.C.
82 Op. cit., nota 80.
83 Ibid.
84 FMI. 2000. Perspectivas de la economía mundial, octubre de 2000. Washington, D.C.
85 Cerca de un tercio del total de la mano de obra agrícola no poseía tierras. (Véase S. Barraclough. 1973. Agrarian structure in Latin America. Lexington, Massachusetts, Estados Unidos, Heath.)
86 A. de Janvry, E. Sadoulet y W. Wolford. 1998. The changing role of the state in Latin American land reforms. Berkeley, Estados Unidos, University of California.
87 Este índice parte de cero, cuando todas las explotaciones están en la misma zona, hasta llegar a la unidad, cuando toda la zona agrícola funciona como una única explotación. Por ejemplo, el índice de Lorenz era de 0,85 en 1985 en el Brasil, 0,86 en 1994 en el Perú, 0,88 en 1993 en la Argentina y 0,93 en 1991 en el Paraguay.
88 F. Vogelgesang. 1996. Property rights and the rural land market in Latin America. CEPAL Review, 58.
89 Op. cit., nota 86.
90 Banco Mundial. 1997. Project appraisal for a land reform and poverty alleviation pilot project. Report No. 16342. Washington, D.C.
91 J. Heath y K. Deininger. 1997. Implementing "negotiated" land reform: the case of Colombia. Paper presented at the LAC Cross-fertilization Seminar, 6 de marzo de 1997.
92 C. Deere y M. Leon. 1997. Women and land rights in the Latin American neo-liberal counter-reforms. Working Paper No. 264. Michigan State University, Estados Unidos.
93 Guatemala se caracteriza por un elevadísimo grado de minifundismo, que afecta sobre todo a su población indígena. Entre 1964 y 1979 se triplicó el número de explotaciones agrícolas de menos de 0,7 hectáreas y aumentó entre el 20 y el 40 por ciento el total de familias rurales. En el mismo período la propiedad promedio dentro de esta categoría se redujo de 0,4 a 0,25 hectáreas.
94 P. Parera. 1998. Una revisión de la bibliografía relativa a ocho experiencias nacionales con reformas agrarias y de propiedad de la tierra en América Latina. Documento sin publicar preparado por la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la FAO.
95 Instituto Brasiliero de Geografia e Estatística (IBGE). 1985. Citado en A. de Janvry, E. Sadoulet y W. Wolford, op. cit., nota 86.
96 P. Groppo. 1996. Agrarian reform and land settlement policy in Brazil: historical background. Consúltese en: www.fao.org/sd/LTdirect/Ltan0006.htm
97 A. Buainain. Structural adjustment and financial crisis in Brazil: impacts on agriculture and food security. Documento de trabajo de la FAO (en preparación).
98 K. Deininger. 1998. Making market-assisted land reform work: initial experiences from Colombia, Brazil and South Africa. Banco Mundial.
99 De acuerdo con un documento oficial del Gobierno de 1997 (citado en A. Buainain, op. cit., nota 97), el coste puede alcanzar a 40 000 dólares por familia; de acuerdo con un informe conjunto del INCRA y la FAO, el coste por familia es de 23 000 dólares. El coste de la compra de la tierra en sí se estima en un promedio de 11 600 dólares por familia (K. Deininger, op. cit., nota 98).
100 El programa se puso en práctica primero en el estado de Ceará y luego se amplió para abarcar Bahía, Maranhão, Minas Gerais y Pernambuco. Un enfoque similar aplica la FAO con el apoyo del FIDA en el estado de Sergipe.
101 Op. cit., nota 97.
102 El Banco Mundial garantizó financiación de hasta 1 000 millones de dólares mientras que el Gobierno del Brasil pagará los 1 000 millones restantes.
103 Op. cit., nota 98.
104 IRAM/Groupe Croissance. 1998. La tarification des principaux produits agricoles en République d'Haïti. París.
105 Los datos macroeconómicos de esta sección se han tomado de FMI. 2000. Perspectivas de la economía mundial, octubre de 2000. Washington, D.C.; EIU. 2000. Country Forecast: Middle East and North Africa: Regional Overview, diciembre de 2000, Londres; y EIU, informes sobre distintos países.
106 Por ejemplo, el Mercado Común Árabe (MCA), el Consejo de la Unidad Económica Árabe (CUEA), el Consejo para la Cooperación en el Golfo (CCG), la Liga de Estados Árabes, la Unión del Maghreb Árabe (UMA), la Organización de Cooperación Económica, la Organización de la Conferencia Islámica. Además, en 1996 todos los países árabes firmaron el acuerdo de fundación del Área Árabe de Libre Comercio.
107 Los países del CCG son Bahrain, Kuwait, Omán, Quatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
108 J.A. Allan. 1999. A convenient solution. UNESCO Courier, febrero de 1999, p. 30. París.
109 FAO. 1997. Water resources of the Near East region: a review, p. 24. Roma.
110 FMI. 2000. Perspectivas de la economía mundial, octubre de 2000. Washington, D.C.
111 Por países de Europa central y oriental se entiende los países de Europa oriental y los Estados del Báltico.
112 J. Kornai. 1994. Transformational recession: the main causes. Journal of Comparative Economics, 19(1): 39-63; O. Blanchard. 1997. The economics of post-communist transition. Oxford, Reino Unido, Clarendon Press; S. Gomulka. 1998. Output: causes of the decline and the recovery. En P. Boone, S. Gomulka y R. Layard, eds. Emerging from communism: lessons from Russia, China and Eastern Europe, p. 13-42. Cambridge, Massachusetts, MIT Press.
113 Los agregados de la Figura 32 ocultan las variaciones en el crecimiento del PIB y de la producción agrícola entre los países incluidos en cada grupo.
114 Véase, por ejemplo, S. Gomulka, op. cit., nota 112.
115 Véase M. De Melo, C. Denizer y A. Gelb. 1997. From plan to market: patterns of transition. En M. Blejer y M. Skreb, eds. Macroeconomic stabilization in transition economies, p. 17-72. Cambridge, Reino Unido, Cambridge University Press.
116 Las cifras agregadas del crecimiento en la región de Europa central y oriental no incluyen Serbia, Montenegro, Kosovo y Bosnia y Herzegovina, de los cuales se carece de datos sobre el PIB.
117 K. Macours y J. Swinnen. 2000. Impact of initial conditions and reform policies on agricultural performance in Central and Eastern Europe, the Former Soviet Union and East Asia. American Journal of Agricultural Economics, 82(5): 1149-1155.
118 C. Csaki y A. Fock. 2000. The agrarian economies of Central-Eastern Europe and the Commonwealth of Independent States: an update on status and progress. ECSSD Environmentally and Socially Sustainable Development Working Paper No. 24. 3 de junio de 2000. Washington, D.C., Banco Mundial.
119 Estos datos proceden de la OCDE y el Banco Mundial.
120 OCDE. 2000. Agricultural Policies in OCDE Countries: Monitoring and Evaluation 2000. París.
121 Con exclusión de Sudáfrica.
122 Esta sección se basa en la OCDE. 2000 y 2001. Agricultural Policies in OCDE Countries: Monitoring and Evaluation. París; y otros datos de la OCDE.