Aunque las recomendaciones de este manual son de carácter genérico, los principios que contiene servirán a la mayoría de los enfermos de VIH/SIDA. Sin embargo, las recomendaciones nutricionales que son específicas deberán adaptarse a las necesidades de los individuos y de la comunidad local.
Al formular estas recomendaciones, se han incorporado las conclusiones de la investigación y de la experiencia adquirida en una amplia gama de circunstancias. No obstante, muchos de los países y organizaciones que se sirvan de este manual dispondrán de sus propios conocimientos y experiencia para cuidar a los enfermos de VIH/SIDA. Es importante que esos conocimientos y experiencia de carácter local se incorporen a las recomendaciones del manual.
Al adaptar el manual para su utilización a nivel local, las organizaciones locales tendrán la oportunidad de participar, y experimentarán una sensación de propiedad en virtud de la cual será más probable que se sirvan de él.
La adaptación puede tener lugar a distintos niveles. Los países u organizaciones tal vez deseen ampliar el manual para uso nacional, o efectuar otras adaptaciones para atender a las necesidades regionales o más locales.
Los cambios para adaptar el manual a las necesidades de un determinado país o región deberán comprender:
Cambios en los alimentos y recetas para ajustarse a la disponibilidad de alimentos que haya en el lugar y a los gustos y preferencias de colectividades nacionales, regionales, urbanas o rurales. Esto puede significar que haya que omitir algunos alimentos del manual y agregar otros que tengan un valor nutricional equivalente.
Inclusión de recetas para platos locales, en particular alimentos existentes a nivel local, asegurándose de que las recetas sean compatibles con las directrices para una alimentación sana. Pueden formularse sugerencias para combinar alimentos con platos locales a fin de procurar una comida equilibrada. Podrán adaptarse recetas o técnicas culinarias para tener en cuenta determinadas complicaciones relacionadas con el VIH (véanse las recetas que se mencionan en el Anexo 1).
La adaptación de las recomendaciones a las circunstancias del lugar, por ejemplo, tipos de sistemas de abastecimiento de agua protegidos, disponibilidad de frigoríficos, procedimientos locales de cocción y medidas de peso y volumen.
Selección de las partes del manual que tienen que ver con la situación local, por ejemplo, problemas nutricionales, sintomatología, disponibilidad de tratamientos para manejar el VIH/SIDA, tratamientos medicinales y prioridades locales para prestar apoyo a las personas enfermas.
Modificaciones para incorporar experiencias adquiridas a nivel local en apoyo nutricional de los enfermos de VIH/SIDA.
Adaptación al nivel educativo y formación cultural de los usuarios. Podrá probarse el manual una vez adaptado a los usuarios locales para averiguar si las palabras y las figuras se comprenden y son aceptables. Cualquier palabra y figura que no se comprendan bien deberán ser sustituidas y probarse nuevamente las versiones finales.
El manual puede adaptarse de diferentes formas según el uso que pretende dársele y los recursos y personas de que se disponga. Un criterio sería el de constituir un grupo técnico de trabajo formado por interesados que ocupan cargos públicos clave y por organizaciones no gubernamentales (ONG) para fomentar la nutrición de los enfermos de VIH/SIDA. Dicho grupo de trabajo podría reunirse periódicamente, pasar revista al manual, hacer sugerencias sobre su contenido y producir luego una versión para uso local. En el recuadro de la pág. 7 se hacen sugerencias sobre las funciones de este grupo de trabajo.
Otro criterio sería el de comenzar por un taller a nivel nacional que trataría de involucrar a todos los principales interesados, como agentes de salud y de extensión y otros proveedores de servicios, expertos en VIH/SIDA y nutrición, organizaciones que trabajan con enfermos de VIH/SIDA y enfermos que se reúnen entre sí. Los objetivos del taller consistirán en identificar el tipo de manual que se necesita y elaborar un plan de trabajo y un presupuesto para redactar un texto que sea pertinente desde el punto de vista local. De este proceso participativo surgiría un grupo técnico de trabajo para llevar a cabo la labor detallada de aplicación de las recomendaciones y producción del manual revisado. A continuación figura la lista de las labores sugeridas para un taller de este tipo.
Funciones de un grupo técnico de trabajo · Planificar cómo movilizar los recursos e iniciar las etapas necesarias. · Identificar y analizar los actuales materiales/servicios de educación nutricional y apoyo domiciliario. Como, en línea de principio, el asesoramiento nutricional para los enfermos de VIH/SIDA no difiere de los consejos nutricionales generales, parte del material ya existente puede servir para la formulación de las directrices. · Determinar las deficiencias informativas en el material existente y la información adicional que haga falta; formular una estrategia de acopio de datos y delimitar responsabilidades. · Señalar qué necesidades hay que atender. · Identificar los materiales de referencia, incluidas las actuales directrices genéricas y las partes que puedan adaptarse. · Reunir recetas sobre alimentos, pociones obtenidas de hierbas y curas domésticas y ensayarlas en voluntarios para verificar su aceptabilidad. · Averiguar cuál es la experiencia local en materia de nutrición y SIDA, identificar otras recetas más y evaluarlas para ver si son adecuadas para su inclusión en el manual. · Pedir al comité de redacción elaborar las directrices. · Compartir las directrices con todos los interesados para recabar comentarios. · Incorporar los comentarios. · Experimentar previamente las directrices en personal local de campo para comprobar que son de lectura fácil, clara y aceptable. · Ultimar las directrices nutricionales. Lista de tareas sugerida para un taller nacional · Organizar un taller con todas las personas interesadas para:
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Una vez ultimadas las directrices, habrá que elaborar un programa para su divulgación a nivel nacional, de distrito y local. Este programa comprenderá:
la comunicación de las directrices a entidades gubernamentales, internacionales y nacionales;
talleres de capacitación para el personal de campo sobre la aplicación de las directrices en su labor nutricional con enfermos de VIH/SIDA;
elaboración de instrumentos de ayuda educativa como folletos, carteles, panfletos, hojas informativas, programas radiofónicos, espacios en televisión, materiales de capacitación, charlas temáticas, actividades musicales y teatrales, y embajadas en materia nutricional.
Es importante seguir de cerca la aplicación de las directrices y examinarlas a la luz de la experiencia local. Esta labor podrá comprender:
el seguimiento del número de personas capacitadas y del número de ejemplares de directrices distribuidos;
una reunión de seguimiento con personas clave de organismos que se interesan por la elaboración de las directrices locales para evaluar la experiencia en el ámbito de su organismo sobre utilización del manual;
el seguimiento y evaluación del empleo que se hace del manual, problemas con que se tropieza y enseñanzas aprendidas por el respectivo personal de campo;
observaciones solicitadas a grupos de autoayuda sobre las directrices;
entrevistas con enfermos de VIH/SIDA que han recibido educación nutricional como parte del programa para evaluar el grado en que han podido seguir las directrices y sugerir modificaciones.