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SPAIN - ESPAGNE - ESPAÑA

Excmo. Sr. Don José María Aznar López, Presidente del Gobierno del Reino de España y Presidente del Consejo de la Unión Europea


Es para mí un honor dirigirme como Presidente del Consejo de la Unión Europea a esta Cumbre que es expresión y resultado de una honda preocupación y de una firme voluntad.

Nuestra honda preocupación parte del hecho de que si sigue la tendencia actual no se podrá ver cumplido el compromiso que se asumió en la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996 y en la Declaración del Milenio. Esto es reducir a la mitad en el año 2015 la población que sufre hambre. Nuestra firme voluntad es la de revertir esta perspectiva y renovar el compromiso de lucha contra esa inaceptable situación en la que vive una gran parte de la humanidad y ese debe ser el mensaje de esta Cumbre: pasar decididamente de los compromisos a la acción.

La Unión Europea entiende que esta Cumbre Mundial sobre la Alimentación es una de las reuniones claves de las Naciones Unidas centrada en la erradicación de la pobreza y el hambre junto con la Conferencia de Monterrey que sienta las bases de la financiación adicional, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que se celebrará en Johannesburgo, la Conferencia sobre países menos adelantados y la Conferencia de la Organización Mundial de Comercio celebrada en Doha. Todos estos constituyen hitos importantes en la lucha contra la pobreza. Pero esta reunión centrará sus trabajos en un aspecto esencial de esta lucha que es la erradicación del hambre en el mundo, que la Declaración del Milenio considera íntimamente ligada a la pobreza. El hambre es tanto causa como efecto de la pobreza y ha llegado el momento de una nueva asociación de los Gobiernos, sociedad civil y sector privado para reducir el hambre en el mundo en un contexto de seguridad alimentaria y de desarrollo sostenible.

El objetivo global de la política europea es el fomento del desarrollo sostenible desde un enfoque integral. Este enfoque quiere combinar la ayuda de los países en desarrollo con el diálogo sobre medidas en el ámbito de la cooperación y el comercio. Consideramos que la existencia de un entorno político, social y económico propicio constituye un requisito imprescindible en la lucha contra la pobreza. El logro de estos objetivos requiere el fortalecimiento del buen gobierno y la existencia de un Estado de derecho en un marco democrático. Exige, así mismo, políticas macroeconómicas adecuadas y precisa, también, de avances en la integración y la cooperación inter-regionales.

El respeto a los derechos humanos, que incluye también el derecho al desarrollo, debe ser garantizado. Los derechos humanos y la democracia son elementos básicos y esenciales para la creación de un entorno que ayude a la erradicación de la pobreza y al logro de la seguridad alimentaria, esto incluye el derecho de toda persona al acceso a alimentos sanos y nutritivos y, en tal sentido, la Unión Europea recomienda la elaboración de un conjunto de pautas de conducta que sean asumidas con carácter voluntario por los Estados Miembros.

Sabemos que existen otros factores que afectan a la seguridad alimentaria, por ejemplo las catástrofes tanto de origen natural como de origen humano, por ejemplo las pandemias como el SIDA cuyos efectos devastadores son especialmente sentidos en regiones en desarrollo y por eso vemos con gran esperanza la creación del Fondo Global de Lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria. También sabemos el efecto terrible de los conflictos armados, porque paz y desarrollo se refuerzan mutuamente.

La Unión Europea sabe que la lucha contra la pobreza requiere la movilización de recursos, fortalecer el crecimiento económico sostenido en un desarrollo rural y agrícola que sea relevante para estos fines. Garantizar la seguridad alimentaria incumbe en primer lugar a los gobiernos nacionales, con la participación de la sociedad civil y del sector privado y con el apoyo de la comunidad internacional. En este sentido, quisiera señalar que la Unión Europea es el primer donante del mundo en ayuda oficial al desarrollo y reitera a ese respecto sus compromisos. La Estrategia de Seguridad Alimentaria y Desarrollo Sostenible constituyen una de nuestras prioridades junto con la Salud y la Educación. Quiero recordar que la Uni¨Žn Europea hizo un esfuerzo muy importante en la Conferencia de Monterrey que implicará un considerable aumento de recursos destinados al desarrollo concretado en el Consejo Europeo de Barcelona, donde acordamos alcanzar en el año 2006 una contribución media del 0,39 por ciento del producto nacional bruto para ayuda oficial al desarrollo. Trabajamos en las políticas que faciliten la participación del sector privado para asegurar flujos cada vez más importantes de inversión en los países en desarrollo. Sabemos que tanto el volumen de la ayuda oficial al desarrollo como su eficacia son fundamentales. Una buena gestión es básica para el éxito de esa cooperación. Por eso consideramos en la Unión que es preciso hacer compatible el aumento de la productividad y la conservación de los recursos naturales. El objetivo de la conservaci¨Žn explica la especial atención que la Unión presta a los recursos escasos compartidos entre países como es el caso del agua. De igual forma, sabemos que la lucha contra el hambre requiere un crecimiento sostenible que garantice una distribución equitativa de alimentos; y por eso sabemos que la tierra, el acceso a la tierra y la seguridad jurídica de la propiedad son aspectos capitales. Se debe, a su vez, facilitar la existencia de un mercado de tierras eficaz que incluya el derecho de la mujer a la propiedad y a la herencia. La mujer, que representa la mayoría de la población pobre rural, desempeña un papel principal en la agricultura y en el logro de la seguridad alimentaria, y por eso debemos aumentar nuestros esfuerzos para mantener su participación en igualdad de condiciones en la economía y en la sociedad.

Sabemos que debemos aumentar el comercio internacional como firme y verdadero motor para aumentar las posibilidades de prosperidad y desarrollo de nuestros países. La decisión de la Unión Europea de reducir aranceles para que todas las exportaciones de los países menos adelantados, en virtud de la iniciativa: "Todo menos armas", sea un jalón significativo en la aplicación de una nueva política para el desarrollo.

Esta Conferencia Mundial sobre la Alimentación es una buena oportunidad para reactivar un diálogo. Para aplicar coherentemente los consensos surgidos en Monterrey, en Doha y esperemos que surja también en Johannesburgo. Ese diálogo exige una acción continuada por parte de la Unión Europea en aplicación de las conclusiones aprobadas en el Consejo Europeo celebrado en Barcelona.

Queremos erradicar el hambre de todos los países. Queremos ratificar ante ustedes nuestra firme voluntad política de cumplir los objetivos que nos hemos marcado. Estamos decididos a que ese derecho fundamental de toda persona, esa exigencia de dignidad humana, de vivir sin padecer hambre. Podemos conseguirlo entre todos, y espero y deseo que esta Cumbre nos acerque para bien a nuestra meta y a nuestro objetivo.

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