Costa Rica había tenido desde los comienzos de los años ochenta su propia estrategia de inversiones y comercio. Por consiguiente, el efecto principal del ARU, en vigor desde 1994, ha sido el de ofrecer una ayuda complementaria a las políticas del país. Además, otros acuerdos comerciales han estado funcionando durante los últimos siete años. A medida que la economía del país se va haciendo más abierta y la agricultura más diversificada e integrada verticalmente, es más difícil distinguir cuáles han sido los efectos de la política comercial exclusivamente en la agricultura.
Los resultados de las políticas de liberalización del comercio han sido en general positivas, debido a las medidas complementarias relativas a la promoción de las inversiones extranjeras, la reforma institucional y el enfoque multi-sectorial del desarrollo. Por sí solas las reformas de las políticas agrícolas y comerciales no hubieran sido suficientes para alcanzar el nivel de crecimiento y desarrollo que se observa.
En el ámbito de la agricultura, se mantiene un nivel significativo de protección para aquellos productos susceptibles de grandes distorsiones comerciales a causa del proteccionismo aplicado en los países desarrollados. Lo cual es aceptable hasta que desaparezcan dichas distorsiones. No deberían existir más presiones sobre los países en desarrollo para que liberalicen el comercio de determinados productos si es el que sistema funciona bien para todos.
Las exportaciones de productos de gran valor son una condición necesaria para que el comercio aporte mayores ventajas económicas y cree más posibilidades de empleo. Los esfuerzos nacionales desplegados por cada uno de los países deben ir acompañados de una presión ejercida por la OMC para eliminar la progresividad arancelaria en las naciones desarrolladas.
La estabilización macroeconómica y la promoción de servicios eficaces en materia de promoción de las exportaciones han constituido un entorno adecuado para un comercio en general eficiente. No se han utilizado otras medidas destinadas a fortalecer la capacidad exportadora en el ámbito de la agricultura. El mensaje constante de los gobiernos ha sido el siguiente: “Los que no se esfuerzan por cambiar, no tardarán en quedar desplazados del ámbito comercial”. Su argumento consiste en que si el gobierno promueve el desarrollo de mercados eficientes y fomenta la creación de capacidad empresarial, está haciendo un aporte de mayor importancia que si se limitara a mantener un sistema público ineficiente en materia de extensión agrícola.
Con respecto a la seguridad alimentaria, el caso de Costa Rica demuestra que se puede lograr más con un enfoque multidimensional que tratando de conseguir la autosuficiencia. La creación de divisas, oportunidades de empleo e ingresos, la eliminación de las distorsiones económicas y el abaratamiento de los costos de transacción han determinado mejoras sustanciales en la seguridad alimentaria global de Costa Rica.
