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FACTURAS DE IMPORTACIÓN DE ALIMENTOS: EXPERIENCIAS, FACTORES SUBYACENTES A LOS CAMBIOS Y CONSECUENCIAS DE POLÍTICA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA DE LOS PAÍSES MENOS ADELANTADOS Y PAÍSES EN DESARROLLO IMPORTADORES NETOS DE ALIMENTOS - A. A. GÜRKAN, KELVIN BALCOMBE Y ADAM PRAKASH[17]


El estudio analiza en detalle la evolución histórica observada durante el período 1970-2001 en las facturas de importación de alimentos de dos grupos de países (los países menos adelantados y los países en desarrollo importadores netos de alimentos, PMA y PEDINA, respectivamente). En la primera parte del estudio se coloca dicha evolución en una perspectiva económica más amplia utilizando datos nacionales para todos los productos alimenticios básicos, mientras que la segunda parte se detiene sobre los aspectos relativos a las facturas de importación de alimentos correspondientes al plano nacional analizando las fuentes de las variaciones registradas en las facturas de importación de determinados productos alimenticios. En pocas palabras, el estudio encuentra indicios de que las cantidades y los precios de los productos alimenticios tienden a verse afectados por las variaciones de política, los cambios sustanciales en el comportamiento de los agentes económicos, u otros factores que afectan a los principios fundamentales del mercado, cuyos efectos tienden a concentrarse en torno a ciertos fenómenos importantes, tales como la crisis alimentaria mundial de 1974. Se ha visto, además, que las varianzas de los precios, las cantidades, y la factura total de importación no se han mantenido constantes a lo largo del tiempo, sino que ha habido momentos de gran inestabilidad que tendía a disminuir hacia el final del período. También hay indicios de que los precios tienden a tener simultáneamente una influencia notable en las cantidades importadas, ya que las variaciones de los precios de los productos alimenticios más elásticos con respecto a los ingresos ejercen una influencia mayor en las cantidades importadas. De conformidad con esto, la contribución de los precios a la variación de las facturas de importación tiende a ser mayor (más del 50 por ciento) para aquellos productos cuyos precios tienen efectos mayores en las cantidades. Desde una perspectiva de política, los resultados indican la necesidad de concentrar la atención en los países menos adelantados ya que han estado bajo una tensión relativamente mayor y exhiben una mayor vulnerabilidad desde la perspectiva de su seguridad alimentaria nacional.

1. Introducción

Dada la dependencia económica de muchos países en desarrollo vulnerables y aquejados de inseguridad alimentaria respecto del comercio de productos agropecuarios, para asegurar tanto un acceso estable a los alimentos como recursos suficientes para mantener y potenciar el crecimiento económico, es importante comprender la naturaleza y las causas de las novedades registradas en los mercados mundiales de productos agropecuarios. Ha habido períodos en los que los precios internacionales de los productos alimenticios, por ejemplo, han aumentado de forma pronunciada causando consternación en los países en desarrollo afectados por la pobreza que dependen de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias, aunque favorecieron a los productores que estaban en condiciones de aprovechar la coyuntura. En cambio, ha habido otros períodos, a veces prolongados, en los que los precios de los alimentos se han mantenido bajos, causando en tal caso dificultades a los productores pero facilitando a los consumidores el acceso a los alimentos.[18]

La producción de productos agropecuarios está sujeta a menudo a las circunstancias variables del tiempo y a otros fenómenos naturales, como plagas y enfermedades, y tiende a hacer frente a una demanda inelástica, que explica en cierto sentido la inestabilidad observada en los mercados. También juegan un papel muy importante en este proceso el carácter de las estructuras institucionales y normativas y las variaciones que se registran en ellas. Ahora bien, la comunidad internacional es consciente de estos problemas y ha utilizado diferentes instrumentos de política en distintos momentos para subsanar sus consecuencias no deseadas.

Al entrar en vigor a mediados de 1990 el Acuerdo sobre la Agricultura de la Ronda Uruguay, el comercio de los productos agropecuarios quedó sometido a la disciplina de normas de comportamiento aceptadas casi universalmente, lo cual ha implicado también un ajuste progresivo de las políticas agrícolas internas. Los análisis ex ante de las posibles repercusiones del programa de reforma en la agricultura suscitaron preocupaciones en el sentido de que el proceso pudiera, por un lado, reducir la disponibilidad de suministros suficientes de productos alimenticios básicos de fuentes exteriores en términos y condiciones razonables, y, por otro, ejercer una presión sobre los mercados internos más difíciles de proteger en el marco de los nuevos acuerdos, poniendo en peligro los medios de subsistencia de productores vulnerables.

Gráfico 1. Participación de las importaciones de alimentos en el consumo total efectivo - en equivalente de calorías

Para salir al paso de la primera preocupación se aprobó la Decisión Ministerial sobre medidas relativas a los posibles efectos negativos del programa de reforma en los países menos adelantados y en los países importadores netos de alimentos[19]; mientras que las cláusulas de salvaguardia especial se refieren a la segunda cuestión. Pero dentro de la actual ronda de negociaciones comerciales multilaterales, es decir la Ronda de Doha, son objeto de continuos debates.[20]

El objetivo del presente estudio es analizar la experiencia de los países menos adelantados y de los países importadores netos de alimentos con respecto a sus facturas de importación de alimentos en los tres últimos decenios, con vistas a ofrecer una información básica que sirva para enriquecer el actual debate internacional sobre el tema. Se hace hincapié en los países menos adelantados y países en desarrollo importadores netos de alimentos, ya que son los más vulnerables, desde una perspectiva de seguridad alimentaria, a las novedades imprevistas que pudieran producirse en los mercados mundiales de productos agropecuarios en el nuevo entorno internacional de política comercial, como ya lo ha reconocido la comunidad internacional. El estudio se centra, además, en las novedades observadas en el plano nacional más bien que en el de los mercados mundiales.

El estudio se divide en tres secciones: en la primera se presenta un panorama estadístico del desarrollo de todas las variables pertinentes (valor de las importaciones comerciales de alimentos, valor de la ayuda alimentaria, costos unitarios de las importaciones, contribuciones relativas de las importaciones alimentarias a la disponibilidad de alimentos en el plano nacional, etc.); en la segunda se evalúan las fuentes de la variación de las facturas de importación de alimentos y se determina la incidencia que los cambios imprevistos de cierta envergadura pueden tener en el valor de las importaciones de alimentos y sus componentes; y en la última sección se resumen los análisis y se señalan las enseñanzas de orden normativo que podrían deducirse de las variaciones observadas.

2. Experiencia relativa a las facturas de importación de alimentos

En el último decenio[21] las importaciones de alimentos de los países en desarrollo han ido en aumento (véase en el gráfico 1 su importancia también en términos relativos[22]). Para muchos, sobre todo los países de bajos ingresos e importadores netos de alimentos aquejados de inseguridad alimentaria, esta situación podría generar una tensión mayor si el crecimiento de la renta y de los ingresos de exportación no fuera suficiente para sostener las importaciones de alimentos o si el crecimiento de las importaciones minara las posibilidades de la producción interna. Para favorecer el análisis de la situación actual, en los gráficos 2 a 4 se presentan, respectivamente, los promedios nacionales de la participación de las facturas totales de importación de alimentos (es decir, el valor de los alimentos importados comercialmente) en el PIB (Producto Interno Bruto), las exportaciones totales de mercancías y las importaciones totales de mercancías.[23]

Gráfico 2. Participación de las facturas de importación de alimentos en el PIB

Gráfico 3. Participación de las facturas totales de importación de alimentos en el valor total de las exportaciones de mercancías

Como en el caso de la participación en el PIB, a partir de 1986-87 las participaciones en las exportaciones totales de mercancías aumentaron significativamente, a una tasa de alrededor del 5 por ciento anual para los países MA y de alrededor del 2,5 anual para los PEDINA, creando en este caso una situación difícil en sus escasas reservas de divisas. Es evidente, sin embargo, que los países MA son más vulnerables que los PEDINA, ya que disponen de una proporción mucho más reducida de reservas de divisas para importar otros bienes y servicios que podrían utilizarse para desarrollar su infraestructura.

Gráfico 4. Participación de las facturas totales de importación de alimentos en el valor total de las importaciones de mercancías

Otro aspecto de la vulnerabilidad de estos países desde la perspectiva de los tres indicadores es la variabilidad de sus valores con el transcurso del tiempo: las pruebas indican que la inestabilidad de los países MA en esos indicadores es significativamente mayor que la de los PEDINA. Si bien una parte de la inestabilidad global se debe a factores que los países pueden prever, es probable que la vulnerabilidad de los primeros sea mayor que la de los segundos, debido a que su capacidad financiera para hacer frente a las consecuencias negativas de la inestabilidad, aunque fueran previstas, tiende a ser relativamente más limitada. La situación no varía cuando se hacen pruebas semejantes sobre la variabilidad “imprevista”[26], cuyas consecuencias son significativamente mayores para los países MA.

Téngase presente que los países que pertenecen a estas dos categorías son también los que reciben considerables envíos de ayuda alimentaria, que se deducen de las facturas totales de importación de alimentos con objeto de calcular los tres indicadores utilizados hasta ahora en el análisis. Puede ser que lo que ocurre con las importaciones comerciales de alimentos esté estrechamente relacionado con las corrientes de ayuda alimentaria: por ejemplo, si en los años noventa entraba más ayuda alimentaria en los PEDINA, puede suponerse que la participación de sus importaciones de alimentos en el PIB y en las importaciones totales de mercancías haya disminuido; o si los países MA recibieron menos ayuda alimentaria, puede suponerse un aumento del valor de los tres indicadores con el fin de mantener la seguridad alimentaria nacional. El gráfico 5 presenta la evolución de la relación entre el valor de la ayuda alimentaria y el valor total de los alimentos importados[27] por un país MA y PEDINA de nivel medio. Prescindiendo del hecho de que desde la crisis alimentaria mundial de principios de los años setenta los países MA han tenido una dependencia (relativa) mayor respecto de la ayuda alimentaria que los PEDINA, es evidente que las circunstancias de ambos grupos de países han sido diferentes, especialmente a partir de finales de los años ochenta. No es probable que la disminución del peso de las importaciones comerciales de alimentos de los PEDINA durante los años noventa se deba a un aumento de las corrientes de ayuda alimentaria, ya que la relación del valor de la ayuda alimentaria en las importaciones totales de alimentos comenzó a disminuir a mediados de los años ochenta, pasando de alrededor del 20 por ciento a alrededor del 10 por ciento a final de los años noventa.[28] Por consiguiente, al parecer no sólo el crecimiento del PIB ha superado el aumento de las importaciones comerciales; ello ha ocurrido también cuando la importancia de la ayuda alimentaria fue disminuyendo.[29] Justo lo contrario de lo que ocurrió con los países MA, en los cuales, pese a una variación anual relativamente mayor, la notable disminución de la participación del valor de la ayuda alimentaria en las importaciones totales de alimentos durante el último decenio y medio se ha visto compensada por la dedicación relativamente mayor de recursos internos a satisfacer las necesidades alimentarias nacionales percibidas.

Gráfico 5. Relación entre el valor de la ayuda alimentaria y el valor total de las importaciones de alimentos

3. Determinantes de las facturas de importación de alimentos

En la presente sección se propone y aplica una metodología para descomponer la variación del valor de las importaciones comerciales de determinados productos alimenticios básicos por parte de los países MA y PEDINA en sus componentes constitutivos, sus precios de importación y sus cantidades (véanse los gráficos 6 y 7 para los índices apropiados aplicados a los promedios correspondientes a los países que integran ambos grupos).[30] El objetivo principal es llevar el análisis al producto y evaluar la incidencia de los aumentos repentinos e imprevistos tanto de los precios como de las cantidades de lasimportaciones y cómo contribuye la variación de estas dos variables a la variación de las facturas de importación. Dada la vulnerabilidad de los países examinados, es necesario conocer la frecuencia y magnitud de los cambios, especialmente en sus fronteras, para evaluar la necesidad de instrumentos de política con los cuales hacer frente a las posibles consecuencias negativas, y ofrecer en tal caso indicaciones para su uso más apropiado.

Gráfico 6. Índices de volumen y precios de alimentos para los PEDINA (1995 = 100)

Gráfico 7. Índice de volumen y precios de alimentos para los PEDINA (1995=100)

3.1 La metodología[31]

La factura de importaciones It, es el producto de un precio agregado (pt), es decir el costo unitario de importación del producto en cuestión, y una cantidad agregada (xt), es decir el volumen de importaciones del producto.

(1)

Con objeto de analizar el efecto de pt y xt en It,, y de pt en xt, se propone un marco conjunto. A medida que crece la muestra, es probable que la tendencia de los datos predomine sobre cualquier otra fuente de variaciones. Pero si las tendencias pertenecen al tipo de las que pueden eliminarse mediante diferenciación, pueden desdoblarse en un componente determinista y un componente estocástico. Además, se puede facilitar el análisis estudiando la transformación logarítmica natural de It en vez de It en cuanto tal. Ello se debe al hecho de que:

(2)

Por consiguiente, Dln(I) puede descomponerse linealmente en los cambios registrados en las transformaciones logarítmicas de precios y cantidades, y servir de base para un análisis totalmente coherente. Es más, las conclusiones de dicho análisis se aplicarían igualmente al realizado mediante las series no transformadas.

La variación de Dln(p) y Dln(x) puede analizarse, por supuesto, separadamente y decirse que el componente que registra la varianza mayor es el que regula la variación de las transformaciones logarítmicas de las facturas de importación. Hay, sin embargo, dos complicaciones importantes. Primero, hay que tener en cuenta la relación entre Dln(p) y Dln(x), porque lo lógico sería que las cantidades de las importaciones estuvieran reguladas, en parte, por los precios. Segundo, también hay que examinar los comportamientos de autocorrelación de Dln(p) y Dln(x). El método econométrico estándar para este tipo de problemas es el del “análisis de la respuesta impulsiva” y la “descomposición de la varianza prevista” que se examinan a continuación.

Análisis de la descomposición de los vectores autorregresivos

Las dos variables pueden indicarse como “vector autorregresivo” (VAR) de la siguiente manera:

,

(3)

donde la denota los operadores de rezago polinomial, que constituyen una notación conveniente para

.

(4)

En este marco, las variables están determinadas por “innovaciones” o “perturbaciones” aleatorias, ep,t y ex,t, que representan cambios repentinos en el comportamiento de productores y consumidores económicos y en el entorno normativo o en los acontecimientos estocásticos que afectan a los principios fundamentales del mercado. Estas perturbaciones se propagan en una forma regulada por las señales y magnitudes de la . Los interceptos µi(t) pueden tratarse como una variable respecto de “regímenes” que permanentemente alteran las repercusiones de los precios y de las cantidades en las facturas de importación de alimentos (es decir, alteran la tasa media del cambio en las variables, dado que las series se transforman en logaritmos y después se diferencian).[32]

Los parámetros que interesan no son solamente los valores de mi(t) y aij(L), sino también las varianzas de innovación de ej,t así como la covarianza entre ep,t y ex,t. Tomadas conjuntamente, sirven de base para analizar la importancia relativa de las perturbaciones registradas en las cantidades y los precios, y sus repercusiones globales en el valor de las importaciones de alimentos. Se pueden estudiar también las repercusiones en los cambios de las facturas de importación a causa de sus relaciones indicadas en la ecuación (2).

Contrastando la causalidad

Si las cantidades no causan los precios (en el sentido de la causalidad de Granger), sería válida la fórmula a12(L)=0. Según esta hipótesis, los precios no reaccionan a los cambios verificados en las cantidades de las importaciones y deberían de mantenerse en los países que no influyen en los precios internacionales de las importaciones (por ejemplo, un país pequeño en relación con la demanda mundial) o en los que los efectos de las variaciones de los precios en las cantidades se disipan rápidamente y no dejan huella. Pero en circunstancias en las que las cantidades de las importaciones estuvieran orientadas hacia el futuro (por ejemplo, cuando se prevén correctamente las variaciones en los precios), no sería raro que esta hipótesis fuera rechazada. De ahí que habría que considerarla como una hipótesis subsidiaria.

La hipótesis contraria a21(L)=0 sería rechazada allí donde los precios estuvieran regulando las importaciones, pero donde el efecto completo del cambio de precios también afectara a otros años.

Descomposición de la varianza

Las hipótesis anteriores (es decir, a12(L)=0, a12(L)=0) se usan por lo general para construir un “ordenamiento causal”. Dicho ordenamiento puede justificarse cuando el país importador es relativamente “pequeño” en términos de impacto en los mercados mundiales, como lo son todos los países menos adelantados y países en desarrollo importadores netos de alimentos. En consecuencia, cabría esperar que las variaciones en los precios afectaran a la demanda de importaciones, pero no viceversa. Las estructuras de rezago capturan sólo parcialmente la relación entre los precios y las cantidades. Interesa, además, la correlación entre ex,t. y ep,t.. En la hipótesis de un “país pequeño”, aunque es probable que exista una correlación entre las perturbaciones observadas en las cantidades y los precios, una parte de la perturbación sufrida por las cantidades se deberá a una perturbación en los precios. Se podría, por consiguiente, escribir:

,

(5)

donde representa la varianza de innovación en x (ortogonal a ep,t) no debida a las innovaciones registradas en los precios de las importaciones. El parámetro r puede interpretarse como una elasticidad a corto plazo de la cantidad de las importaciones con respecto a los precios de las importaciones.

Se da por supuesto que estas innovaciones tienen medias y covarianzas equivalentes a 0 y varianzas equivalentes a y . Cuanto mayor es la varianza de con respecto a , ceteris paribus, la variación más importante de los precios está en determinar la variación de la factura total de importación. Sin embargo, el efecto de los precios en la cantidad también se determinará por medio de los parámetros a21 de la ecuación (3) y r de la ecuación (5). De hecho, reemplazando la ecuación (5) en (3) se obtiene como resultado:

.

(6)

Para la descomposición de la varianza es necesario reformular la representación autorregresiva en la ecuación (6) en función de su contraparte de “promedio móvil” (para mayores detalles véase el Anexo B), que expresa los cambios en los precios y las cantidades como la suma ponderada de sus “perturbaciones” anteriores. Con lo cual se puede determinar la contribución de las varianzas de precios, R(I/P), y de las cantidades de importaciones, R(I/X), a la de las facturas y cantidades de las importaciones, respectivamente.

Además, dada la supuesta relación entre las innovaciones de los precios y las cantidades de las importaciones, expresada en la ecuación (6), es posible estimar la contribución de la variación de los precios a la de las cantidades, R(X/P) (para mayores detalles véase el Anexo B).

Identificación de los precios máximos

Las innovaciones que regulan los precios y las cantidades están representadas por ep,t y . Las innovaciones importantes conducirán, simultáneamente y a medida que se propagan en el curso del tiempo por los rezagos en los VAR, a cambios importantes en los precios y las cantidades. En términos econométricos, estas perturbaciones suelen llamarse también “imprevistas” porque sus valores en un determinado momento t no pueden deducirse de los datos históricos correspondientes al momento t-1. En el presente estudio, los valores que están fuera de dos desviaciones típicas superiores a cero se definen como precios máximos. En consecuencia, si las innovaciones se distribuyeran en forma normal, cada cien años deberían registrarse alrededor de tres niveles máximos de precios.

3.2 Análisis empírico

Datos

Los datos utilizados en el presente estudio son tomados de FAOSTAT y se refieren a los valores y las cantidades de las importaciones de trigo, arroz, cereales secundarios, azúcar, carne de pollo, leche desnatada, soja y aceite de palma por parte de los países menos adelantados y los países en desarrollo importadores netos de alimentos. Como ya se indicó en la sección anterior, las estimaciones publicadas de FAOSTAT se han ajustado para incluir estimaciones de las entregas de ayuda alimentaria, tanto en volumen como en valor. Para el presente estudio, sin embargo, las estimaciones tanto del volumen como del valor de las corrientes de ayuda alimentaria destinadas a los distintos países menos adelantados y países en desarrollo importadores netos de alimentos se deducen de los totales registrados en FAOSTAT. Dado que sólo a partir de 1970 se dispone de las estimaciones de las corrientes de ayuda alimentaria destinadas a los países, para el período 1970-2001 los análisis estadísticos se realizan con un máximo de 32 observaciones. Los “precios” de importación se calculan implícitamente dividiendo la serie de valores por la serie de volúmenes; por tanto, no se refieren a los precios pagados por productos “homogéneos”.[33] Así pues, las variaciones en los precios calculados de esta manera capturan también las variaciones de la composición de los productos importados por cada país (es decir, la proporción entre productos elaborados y productos en bruto, etc.).

3.3 Resumen de los resultados

En la aplicación del modelo de vectores autorregresivos descrito en la ecuación (3) se emplea el siguiente procedimiento:

Rupturas estructurales y puntas en los precios y volúmenes de las importaciones

En varias de las series (de países) se encuentran rupturas en los promedios (individuales y múltiples) dentro de cada uno de los grupos de productos.[34] El resultado más notable con respecto a las rupturas en los precios[35] es que en el caso del azúcar y del trigo más de una cuarta parte de los países registran al menos una variación significativa en la tasa de crecimiento de los precios de importación, casi todas dentro del período 1974-1976, que coincide más o menos con la época de la “crisis alimentaria mundial”. Otros cultivos han experimentado menos variaciones (por término medio, alrededor del 7,5 por ciento de los países para cada producto, casi dentro de los límites de tolerancia); además, hay pocos indicios de que en el caso de estos productos las rupturas coincidan en las fechas como en el caso del azúcar y del trigo.

Por otro lado, en cuanto a las rupturas relativas a la cantidad, no hay mucha coherencia. Sin embargo, el número de los países que experimentan variaciones significativas en el crecimiento de la tasa de los volúmenes de importación es mayor que los que experimentan variaciones en el alza de los precios para los cereales secundarios, la carne de pollo, la leche desnatada y el aceite de palma.

El cuadro cambia, sin embargo, especialmente para los precios, cuando se tienen también en cuenta los niveles máximos: más del 50 por ciento de las veces que se producen grandes perturbaciones anómalas - pero cuyos efectos no duran más que un solo período - coincide también, para casi todos los productos estudiados aquí, con el período de la crisis alimentaria mundial[36] (véase el gráfico 8).[37] En los dos decenios siguientes se presenta un cuadro parecido: casi dos terceras partes de los precios máximos experimentados durante los años ochenta parecen haberse registrado en la última parte de ese decenio (con excepción solamente del azúcar, cuyos precios máximos se registraron al principio del decenio). Este descubrimiento es interesante porque el período coincide con importantes cambios de política en algunos de los principales países desarrollados, especialmente los Estados Unidos (donde en 1985 se aplicó la legislación agraria) y la CE (que aumentó apreciablemente las existencias de intervención de trigo) (véase OMC 2002, ibíd.). Algo análogo se produce en los años noventa, con precios máximos más frecuentes después de mediados del decenio, cuando coincidieron algunos de los diferentes factores que afectaron a los principios fundamentales del mercado: desde los efectos negativos y generalizados de El Niño en la producción de diversos productos agrícolas en muchas partes del mundo, el comportamiento variable relacionado con el mantenimiento de existencias públicas de cereales en algunos países en desarrollo, y la continua ayuda interna proporcionada en muchos países desarrollados, hasta la entrada en vigor del Acuerdo sobre la Agricultura de la Ronda Uruguay[38] (véase también FAO 2002a, págs.33-39).[39]

Las pruebas realizadas para determinar las rupturas estructurales en la inestabilidad de los precios y las cantidades denotan también cambios importantes en la varianza de las innovaciones de la VAR: una tercera parte de los países, por término medio, experimentó por lo menos una ruptura en todos los productos durante el período examinado. En el caso de los precios, las rupturas en la inestabilidad coinciden casi exclusivamente con los años en los que se identificaron grandes perturbaciones; registrándose un aumento de la inestabilidad en o cerca del año en el que vigen precios máximos, y decreciendo cuando acusan una fuerte disminución.[40]

Causalidad entre precio y cantidad

Gráfico 8. Distribución de la incidencia de los precios máximos de las importaciones de determinados productos alimenticios básicos durante los tres últimos decenios

Las pruebas estadísticas no indican causalidad, en el sentido de Granger, entre los precios y las cantidades de los productos estudiados en más de cuatro quintas partes de los países. Ello indica que las repercusiones de las variaciones de los precios en las cantidades de las importaciones pueden producirse en forma relativamente rápida.[41] Sin embargo, la ausencia de causalidad en el sentido de Granger no significa que las series sean independientes. De hecho, las estimaciones de r en la ecuación (6) representan el efecto simultáneo de los precios en las cantidades de las importaciones. Casi tres cuartas partes de las estimaciones aparecen como muy negativas, lo que indica que las “perturbaciones” de los precios tienen simultáneamente un efecto negativo importante en las cantidades de las importaciones. Sin embargo, hay muchos casos de grandes perturbaciones en las cantidades de las importaciones que no parecen inducidas por las variaciones de los precios (es decir, sin que se hubieran registrado perturbaciones semejantes en los precios). Por tanto, aunque todo parece indicar que las variaciones de los precios repercuten en las cantidades, sería erróneo llegar a la conclusión de que constituyen el único, o más importante, factor determinante de los grandes cambios que se registran en las cantidades de las importaciones.

Efecto de los precios en las facturas y cantidades de las importaciones de alimentos

Como ya se ha indicado, las perturbaciones en los precios conducen a que cambien las cantidades de las importaciones en la dirección prevista y las estimaciones de r pueden interpretarse como la elasticidad a corto plazo de las cantidades con respecto a los precios de las importaciones. Ahora bien, el efecto completo de una determinada innovación se deberá en parte a la dinámica del sistema. Las elasticidades medias (entre países) de los grupos de alimentos oscilan entre -0,38 para el trigo y -0,97 para el pollo,[42] lo que implica, en el caso del pollo, que un aumento del 1 por ciento de su precio de importación podría determinar una disminución del 0,97 por ciento de la cantidad importada en un año. Como hay una gran variedad entre países para cada producto, los promedios de los distintos países deberían tratarse con cautela. Pese a estas variaciones entre países, así como a los grandes errores típicos de las estimaciones de algunos países, las pruebas indican que los promedios para el pollo, la soja y el aceite de palma tienden a ser significativamente más altos que para los otros productos; aunque no se detectaron diferencias apreciables entre los países menos adelantados y los países en desarrollo importadores netos de alimentos.

Gráfico 9. Contribución estimada de los precios a las facturas (R(I/P) y cantidades (R(X/P) de determinados productos alimenticios básicos

Pasando a las contribuciones de los precios a las variaciones de las facturas (R(I/P) y cantidades (R(X/P)) de las importaciones de alimentos, en el gráfico 9 se presentan los promedios (entre países) para cada uno de los grupos de alimentos. Por ejemplo, para el pollo la R(I/P) es 0,67, lo que indica que los precios son responsables de aproximadamente el 67 por ciento de la variación de sus facturas de importación. El valor R(X/P) 0,60 indica que aproximadamente el 60 por ciento de la variación en las cantidades de las importaciones de pollo se debe a los precios. Los cuales tienen un efecto directo en las facturas de importación de alimentos, e indirecto a través de su efecto en las cantidades. Teóricamente, sin embargo, es posible que los efectos de los precios y de las cantidades se neutralicen recíprocamente y no influyan en las facturas de importación. Por consiguiente, desde un punto de vista teórico la R(I/P) puede ser mayor o menor que R(X/P). Las conclusiones generales indican que los precios de las importaciones parecen contribuir, por término medio, a alrededor de una o dos terceras partes de la variación de las facturas de importación. Las proporciones son semejantes con respecto a la variación de las cantidades de las importaciones totales explicada por la variación de los precios. Cabe señalar, además, que cuanto mayor sea la contribución de los precios, tanto más influyen sus innovaciones en las variaciones de las cantidades. Una salvedad importante es que la variación dentro de los grupos de los distintos países es muy amplia. Por lo tanto, sería problemático aplicar las mismas cifras a todos ellos.

4. Conclusiones y consecuencias de política

En el estudio se analizaron en detalle la evolución observada durante el período 1970-2001 en las facturas de importación de alimentos de dos grupos de países reconocidos como vulnerables desde la perspectiva de su seguridad alimentaria. Estos países, conocidos como países menos adelantados y países en desarrollo importadores netos de alimentos, han sido el objeto de los actuales acuerdos comerciales multilaterales y negociaciones que miran a asegurar que las normas comerciales adoptadas no comprometan la seguridad alimentaria de países cuya situación es ya vulnerable. La primera parte del estudio enfoca la evolución observada en una perspectiva económica más amplia utilizando datos nacionales sobre todos los productos alimenticios básicos con el objeto de facilitar, a través de datos ajustados en función de las exigencias específicas de los análisis, la comparación entre los dos grupos de países y evaluar la carga económica total de sus facturas de importación de alimentos.

Los análisis indican que mientras ha habido mejoras en la reducción de la vulnerabilidad de los países en desarrollo importadores netos de alimentos, la situación de los países menos adelantados no ha sido tan prometedora, especialmente durante el último decenio. Aunque la participación de las importaciones alimentarias en el consumo efectivo total casi se ha duplicado en los últimos 30 años para ambos grupos, en el segundo el crecimiento de las facturas de importación de alimentos ha superado constantemente, y hasta muy recientemente, el crecimiento del PIB y del valor total de las importaciones y exportaciones de mercancías. Lo cual, sumado a una creciente inestabilidad, indica que los países menos adelantados han tropezado con graves dificultades para garantizar la seguridad alimentaria nacional. Aunque la situación de esos países ha experimentado un cierto alivio después del Acuerdo sobre la Agricultura de la Ronda Uruguay, parece que lo que más ha influido han sido algunas coyunturas especiales que afectaron a los principios fundamentales del mercado de los principales productos alimenticios.

La segunda parte se detiene en los aspectos relativos a las facturas de importación de alimentos en el plano nacional, analizando las fuentes de las variaciones de las facturas de determinados productos alimenticios. Los resultados confirman otros análisis que no utilizan datos tan pormenorizados como los utilizados en el presente estudio, y debidamente ajustados, además, en función de las cuestiones abordadas. Las coherencias que son de interés desde una perspectiva de política pueden resumirse de la siguiente manera:

Desde una perspectiva de política, los resultados indican que puede ser necesario centrar la atención en los países menos adelantados ya que han estado bajo una situación de tensión relativamente mayor y muestran una mayor vulnerabilidad desde la perspectiva de su seguridad alimentaria nacional. En efecto, tanto en el plano macroeconómico como a nivel de producto, es apreciable la variabilidad de los precios, cantidades y facturas de importación experimentada por ambos grupos de países; si bien la incidencia, especialmente de la variabilidad de los precios, ha ido disminuyendo en los tres últimos decenios, al menos en sus formas más extremas. En cuanto a los productos alimenticios más básicos, hay indicios de que la variación de la cantidad de las importaciones tiende a ser un factor más determinante de la variación de la factura de importaciones; mientras que para los productos que tienden a ser más elásticos con respecto a los ingresos es la variación de los precios de las importaciones la que suele ser más importante. Además, algunos hitos de política importantes han servido para producir cambios repentinos y sustanciales en los principios fundamentales del mercado que se han transmitido a la frontera de esos países vulnerables. Pero, afortunadamente, las variaciones no han tenido efectos duraderos en los precios en los períodos posteriores ni efectos a más largo plazo en las cantidades importadas, ya que en general los efectos se disiparon en el plazo de un año. En general, a corto plazo la inestabilidad parece ser una cuestión de política importante a la que debe prestarse atención para reducir la vulnerabilidad, especialmente de los países menos adelantados, al suministro continuo y garantizado de alimentos de los mercados internacionales.

Referencias

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Hamilton, J.D. 1994. Time Series Analysis, Princeton University Press, Princeton New Jersey.

Härdle W. 1992. Applied Nonparametric Regression. Cambridge University Press, Cambridge.

Prakash, A. y Gürkan, A. A. 2003. Structural Change and the Behaviour of Cereal Prices, FAO, Roma.

WTO. 2002. Inter-agency panel on short-term difficulties in financing normal levels of commercial imports of basic foodstuffs, Geneva, julio de 2002.

Anexo A - Identificación de rupturas estructurales

Todos los parámetros de los VAR son potencialmente dependientes del tiempo. Sin embargo, utilizando conjuntos de datos moderados el método más conveniente es el de tener en cuenta y contrastar sólo las variaciones en sus componentes deterministas. El tipo de variación estructural representado en el presente estudio supone que en alguno de los parámetros podría haber hasta K variaciones discretas. En el caso de que se conociera a priori el punto de ruptura estructural, en un marco estacionario (inducido aquí mediante la diferenciación de las variables) la inferencia respecto de las rupturas estructurales sería estándar. Pero si se desconocen las rupturas, debe adoptarse un procedimiento de búsqueda para elegir los puntos de ruptura en forma endógena. En ese caso, ya no se puede aplicar la prueba-F ni la prueba-LR-para determinar la importancia de estas variables ficticias allí donde las rupturas se eligen en función de un ajuste óptimo. El presente estudio utiliza una ampliación de las pruebas desarrolladas en Bai y Perron (1998) y Bai (1999).

Una búsqueda completa de las rupturas estructurales L en el tamaño de muestra T implica algunas regresiones del orden de TL. Aunque algoritmos más eficaces pueden reducir la dimensión de la búsqueda, en muestras de menos de cien no se requieren algoritmos eficaces, siempre que L £ 4. Para T £ 30, o más, prácticamente no hay ventajas en la utilización de algoritmos eficaces. En consecuencia, aquí se ha realizado una búsqueda completa.

Bai (1999) esboza una prueba de máxima probabilidad para rupturas l +1 en la hipótesis nula de l rupturas donde los componentes deterministas tienen tendencias polinomiales Q. Aquí se analiza un caso especial. En una regresión de la forma:

(A.1)

donde hay rupturas en los valores de µq. Los valores críticos © para una determinada magnitud á, se obtienen de la siguiente manera:

(A.2)

donde los valores de hi se calculan utilizando las proporciones estimadas de la muestra entre las rupturas li i=1,...K y la ruptura mínima proporcional permitida ehi = e/li.

En Bai (1999), la ecuación (A.2) es un caso especial de la ecuación (8).

En la ecuación A.1, y y x podrían reemplazarse por los precios y cantidades registrados:

,

(A.3)

que es la primera ecuación de los VAR (por ejemplo, la ecuación 3 en el texto principal). Invirtiendo la posición de x y p se obtiene la segunda ecuación. Por tanto, este método es totalmente apropiado para la estimación de los VAR expuesto en el texto con interceptos variables con el correr del tiempo y tendencias temporales.

Este estudio establece la ecuación Q=0 (tiene en cuenta sólo los interceptos variables con el tiempo). Con objeto de elegir el número correcto de rupturas se ha utilizado un procedimiento secuencial. Primero, se han contrastado 0 rupturas con 1 ruptura. Si se rechazaban las 0 rupturas, se contrastaba 1 ruptura con 2 rupturas, etc. El número máximo de rupturas utilizadas fue de 4.

Rupturas en la inestabilidad

La varianza de las innovaciones dentro de los VAR podría cambiar con el transcurso del tiempo. Esto se manifestaría en períodos de gran inestabilidad de los precios y las cantidades, y en períodos de calma relativa. Los cambios en la varianza de las innovaciones pueden ser condicionales (conocidos como ARCH o GARCH) o incondicionales. Aunque hay una gama de pruebas para la heterocedasticidad (condicional e incondicional), por lo general no identifican los puntos de ruptura, sino sólo si la inestabilidad tiende a cambiar de manera sistemática. Por consiguiente, se lo utiliza en forma limitada en el análisis de políticas. Por tanto, en el presente documento se amplían las pruebas de Bai y Perron examinando las desviaciones absolutas de las innovaciones para las variaciones estructurales en sus promedios. Lo que equivale a realizar una prueba de la heterocedasticidad utilizando un marco de rupturas múltiples. Pero una salvedad importante es que los valores críticos aplicados a los residuos derivados de los VAR pueden inducir a error. Esto se basa en la suposición de que podrían encontrarse rupturas aparentemente importantes en la inestabilidad sin pruebas suficientes. La prueba es, sin embargo, potencialmente útil y por eso se la empleó en el análisis anterior.

Anexo B - Descomposición de la variación en las facturas de importación

Expresando la ecuación (6) en la notación matricial:

.

(B.1)

La descomposición de la varianza exige reformular la representación autorregresiva anterior en función de su contrapartida de “promedio móvil”:

.

(B.2)

Los parámetros Qi pueden calcularse desde los parámetros de los VAR junto con r.

En esta representación, los precios y las cantidades se han descompuesto en la suma de los términos “deterministas” y los términos “estocásticos” . Esta representación es útil en el sentido de que las variaciones de los precios y las cantidades pueden expresarse ahora como la suma ponderada de las perturbaciones anteriores en los precios y las cantidades.

La contribución de las varianzas de los precios y de las cantidades a las facturas totales de importación puede calcularse entonces de la siguiente manera:

(B.3)

o si no

.

El primer término del lado derecho de la ecuación es la contribución de la varianza de los precios a la de las facturas de importación, y el segundo es la de las cantidades de importación. Su importancia relativa puede, respectivamente, expresarse de la siguiente manera:

y/o

(B.4)

.

Para determinar el efecto de las innovaciones de los precios en las cantidades importadas, la variación total en Dln(xt) puede calcularse como:

(B.5)

o si no,

,

(que es una fórmula estándar de descomposición), en la que la proporción imputable a los precios se expresa de la siguiente manera:

.

(B.6)

Las cantidades R(I/P) y R(X/P) pueden estimarse a partir de los datos y utilizarse por lo tanto para resumir la importancia de los precios en la determinación de la variación en la factura total de importación de alimentos y el volumen de las importaciones, respectivamente.[43]


[17] Los autores son, respectivamente, Jefe del Servicio de Productos Alimenticios Básicos, de la Dirección de Productos Básicos y Comercio de la FAO; Catedrático del Imperial College de Wye, y Especialista en productos básicos, del Servicio de Productos Alimenticios Básicos, de la Dirección de Productos Básicos y Comercio de la FAO.
[18] Una situación similar vale también para los productos agrícolas no alimentarios de los que dependen muchos países en desarrollo afectados por la pobreza para obtener las divisas que tanto necesitan para importar los alimentos necesarios. Sufren cuando los precios son bajos y se benefician cuando son altos, siempre y cuando no coincidan con movimientos de los precios de los productos alimentarios que tienen que importar.
[19] El texto completo de la decisión puede consultarse en: http://www.wto.org/spanish/docs_s/legal_s/35-dag_s.htm.
[20] De conformidad con las disposiciones de la Decisión de Marrakech, un grupo de expertos establecido por la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha estado evaluando, por ejemplo, la eficacia de diversos instrumentos para estudiar los fuertes aumentos de los precios desde la perspectiva de los países menos adelantados y de los países importadores netos de alimentos, a partir de sus experiencias de mediados de los años noventa (véase OMC 2002).
[21] Para todos los países en desarrollo el crecimiento medio anual del volumen de las importaciones de alimentos ha estado en torno al 5,6 por ciento y para los países de bajos ingresos con déficit de alimentos en alrededor del 6,9 por ciento. Para los países desarrollados, el crecimiento medio anual de las importaciones de alimentos ha sido solamente de alrededor del 1,9 por ciento (véase FAO 2003, Cuadro 3).
[22] Como es de suponer, los PEDINA importan notablemente más de su consumo efectivo (cerca de una tercera parte últimamente) que los países MA (poco más de una décima parte en el decenio pasado); y de hecho, la participación de los primeros también ha crecido más deprisa en los tres últimos decenios que la de los segundos.
[23] Los promedios para cada categoría son promedios aritméticos calculados sobre la base de la participación de los países en cada categoría. Antes de calcular la participación, se resta de las estimaciones de FAOSTAT el valor de las entregas de ayuda alimentaria en un año civil. Dado que las donaciones de ayuda alimentaria no se comunican por separado aunque se incluyen en las estadísticas oficiales de las exportaciones de los países donantes, y se les asigna un “valor” aún cuando la ayuda alimentaria sea en forma de donación y en especie, los ajustes hechos a las importaciones de los países receptores para tomarlo en cuenta son en cierta medida arbitrarios. El problema se complica por el hecho de que no siempre los países importadores informan sobre los volúmenes de la ayuda alimentaria ni les asignan un valor, y cuando lo hacen no se sabe bien qué valor asignan a la ayuda, especialmente cuando una parte se concede en condiciones de favor. Se han hecho ajustes manuales para asegurar una coherencia entre los informes de los donantes y de los países receptores y excluir la ayuda alimentaria comprada localmente.
[24] Todas las afirmaciones que en el resto del documento se refieren a alguna “diferencia significativa” se basan sobre pruebas estadísticas destinadas a infundir mayor confianza en que las diferencias observadas no se deben a alguna variación “por error”.
[25] Los promedios presentados en los gráficos 2 a 4 también se han calculado ponderando cada país por la importancia relativa de las importaciones de alimentos en el consumo efectivo, medidos ambos en función de su contenido calórico. Los valores calculados de esa manera son superiores a los presentados aquí.
[26] Por inestabilidad “imprevista” se entiende aquí la variación residual derivada del ajuste de ecuaciones mediante técnicas de regresión no paramétricas aplicadas a cada serie (véase Härdle 1992); un método semejante al utilizado en la próxima sección, aunque diferente a causa de las técnicas econométricas utilizadas en la identificación de la inestabilidad “prevista”.
[27] Téngase presente que las estimaciones oficiales publicadas del valor de las importaciones de alimentos incluyen el valor de las corrientes de ayuda alimentaria.
[28] De hecho, la disminución no fue en términos sólo relativos sino también absolutos, con un promedio del 20 por ciento anual entre 1986 y 1987 (medido en términos de equivalentes en calorías).
[29] Durante el mismo período no hubo para este grupo de países una disminución neta en el valor absoluto de las corrientes de ayuda alimentaria (medido en equivalentes de calorías).
[30] El índice de volumen se calcula utilizando los valores unitarios de importación de 1995, y el índice de precios utiliza los valores unitarios medios de importación por 1 000 unidades de kilocalorías contenidas en los productos alimenticios importados.
[31] La presente sección se basa sobre análisis realizados por Kelvin Balcombe.
[32] La existencia y el número de los cambios de régimen se determinan utilizando las pruebas que figuran en Bai y Perron (1998) y Bai (1999) (para más detalles véase el Anexo A).
[33] Sin embargo, los volúmenes estimados de las importaciones se expresan en sus equivalentes en producto bruto.
[34] Las pruebas se realizan con una probabilidad de errores del 5 por ciento. Por lo tanto, cabría esperar una en veinte rupturas estimadas, aún cuando no se hubieran producido variaciones estructurales.
[35] También se hace un recuento de las “perturbaciones”, tanto positivas como negativas, además de tres desviaciones típicas. Aunque pareciera inverosímil encontrarse con valores atípicos tan extremos, los hay, lo cual da a entender que los errores de los VAR no se distribuyen normalmente como se supone.
[36] Se exceptúan el azúcar, en el que todas las rupturas estructurales parecen haberse producido durante el mismo período, y la leche desnatada, cuyo vínculo con los otros mercados de productos básicos es el más débil.
[37] Lo cual significa que la incidencia de la inestabilidad imprevista fue mayor durante los años setenta que en los años ochenta y noventa, lo que confirma las conclusiones de un estudio anterior de la FAO en el que se analizaron los precios internacionales representativos y no los datos nacionales que se utilizan aquí (véase FAO 2002b, págs. 134-136).
[38] El calendario de los precios máximos de importación coincide bastante con el de los que se descubrieron cuando se hicieron análisis similares de las rupturas estructurales utilizando precios internacionales representativos de algunos de los mismos productos (FAO 2002b, págs. 136-137; Prakash y Gürkan, 2002)
[39] Los gráficos 2 a 5 muestran la importancia de los períodos de finales de los años ochenta y mediados de los noventa en lo que se refiere al cambio de las tendencias de los indicadores elaborados también con variables macroeconómicas no relacionadas.
[40] Si se hubieran utilizado pruebas de heterocedasticidad condicional (ARCH), seguramente se hubiera rechazado la hipótesis de la varianza constante. Pero queda por verse cómo debería representarse la varianza. ARCH o GARCH pueden ser formas válidas para representar los cambios en la varianza, pero con series tan cortas es imposible determinarlos.
[41] Sin embargo, la aparente ausencia de causalidad entre las series también puede imputarse a lo reducido de la muestra, a la posible presencia de numerosos elementos atípicos en las series, a la inadecuación de las pruebas estadísticas estándar cuando se dan por supuestos una distribución normal de lasperturbaciones, y el carácter compuesto de los productos examinados en los análisis, etc.. Se impuso la ausencia de causalidad de las cantidades respecto de los precios, a menos que la causalidad no pudiera rechazarse en el nivel de 5 por ciento. En cambio, por razones apriorísticas, no se impuso la ausencia de causalidad de los precios con respecto a las cantidades.
[42] Para los otros grupos de productos las elasticidades son las siguientes: para el arroz, -0,49; para los cereales secundarios, -0,53; para la leche desnatada, -0,55; para el azúcar, -0,56; para el aceite de palma, -0,65; para la soja, -0.80.
[43] Las contribuciones de los precios y las cantidades al componente de tendencia pueden calcularse también de forma semejante. Sin embargo, dado que los precios se analizan en su forma nominal y también se determinarán e incorporarán en los análisis las rupturas estructurales en las tendencias, no se ha intentado estimar sus contribuciones al componente de tendencia de las facturas de importación de alimentos.

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