PC 88/5 (a)


Comité del Programa

88º período de sesiones

Roma, 9-13 de septiembre de 2002

Evaluación temática de la estrategia A.3: Preparación para emergencias alimentarias y agrícolas y respuesta eficaz y sostenible a éstas

Índice



Siglas

ACNUR

Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados

AG

Departamento de Agricultura (FAO)

AGAH

Servicio de Sanidad Animal (FAO)

AGLW

Servicio de Recursos, Fomento y Aprovechamiento de Aguas (FAO)

AGLL

Servicio de Manejo de las Tierras y de la Nutrición de las Plantas (FAO)

AGPP

Servicio de Protección Vegetal (FAO)

AGPS

Servicio de Semillas y Recursos Fitogenéticos (FAO)

AOD

Asistencia oficial para el desarrollo

DCSE

Dependencia de Coordinación de Servicios de Emergencia

EMPRES

Sistema de prevención de emergencia de plagas y enfermedades transfronterizas de los animales y las plantas

EPAI-REHAB

Esfera prioritaria para la acción interdisciplinaria – relativa a la prevención y mitigación de las catástrofes y preparación para afrontarlas, y socorro y rehabilitación después de las emergencias

ES

Departamento Económico y Social (FAO)

ESAF

Servicio de Seguridad Alimentaria y Análisis de Proyectos Agrícolas (FAO)

ESCH

Servicio de Información y Alerta Mundiales (FAO)

ESD

Oficina del Subdirector General, ES (FAO)

ESNP

Servicio de Programas de Nutrición (FAO)

FAOR

Representante de la FAO

FI

Departamento de Pesca (FAO)

FIDA

Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola

FO

Departamento de Montes (FAO)

GCSU

Grupo de Coordinación para Situaciones de Urgencia

MANUD

Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo

MECSA

Misiones de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos

OCAH

Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios

ONG

Organización no gubernamental

OSRO

Oficina de Operaciones Especiales de Socorro para el Sahel - Oficina de Operaciones Especiales de Socorro

PBEE

Servicio de Evaluación (FAO)

PC

Programa de Campo

PCT

Programa de Cooperación Técnica

PMA

Programa Mundial de Alimentos

PNUD

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

PO

Programa Ordinario

PPM

Plan a Plazo Medio

RADAR

Programa de diagnóstico rápido de catástrofes agrícolas

SADC

Comunidad para el Desarrollo del África Meridional

SAIA

Sistema de alerta y de información sobre alimentación

SD

Departamento de Desarrollo Sostenible (FAO)

SDRN

Servicio del Medio Ambiente y los Recursos Naturales (FAO)

SICIAV

Sistema de información y cartografía sobre la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad

SMIA

Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura

TC

Departamento de Cooperación Técnica (FAO)

TCA

Dirección de Asistencia para las Políticas (FAO)

TCDC

Cooperación técnica entre países en desarrollo

TCE

Dirección de Operaciones de Emergencia y Rehabilitación (FAO)

TCEO

Servicio de Operaciones de Emergencia (FAO)

TCER

Dependencia de Políticas Humanitarias y de Rehabilitación (FAO)

TCES

Servicio de Programas de Emergencia Especiales (FAO)

TCI

Dirección del Centro de Inversiones (FAO)

UNICEF

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

UNMIK

Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo

USAID

Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional

VAM

Dependencia de Análisis y Cartografía de la Vulnerabilidad

 


Resumen operativo

i. La presente evaluación es el primer examen a fondo de las actividades de la FAO que contribuyen al logro de un objetivo estratégico concreto desde la puesta en marcha del Marco Estratégico de la FAO para 2000-2015. El objetivo estratégico A3 (“Preparación para emergencias alimentarias y agrícolas y respuesta eficaz y sostenible a éstas”) tiene su origen en el gran aumento durante los últimos años de los desastres naturales y los conflictos civiles, que han afectado o amenazado la seguridad alimentaria de millones de personas. El objetivo estratégico abarca las actividades de la FAO en relación con cuatro componentes principales, a saber: preparación para catástrofes y alerta rápida; socorro agrícola; transición del socorro a la rehabilitación y el desarrollo; y fortalecimiento de la capacidad de recuperación. La Organización ha venido participando desde los primeros años setenta en la acción encaminada a atender las necesidades relacionadas con las situaciones de emergencia alimentaria y agrícola, sobre todo en las operaciones de alerta temprana y ayuda para el sector agrícola. Estas últimas han aumentado en alto grado durante los últimos años.

ii.  La evaluación, que abarca el período comprendido entre 1996 y 2001 y fue realizada por el Servicio de Evaluación con la colaboración de consultores, incluía un examen de la labor normativa de la FAO en el marco del Programa Ordinario (PO) con respecto al objetivo estratégico A3; una encuesta de las opiniones de los Estados Miembros de la Organización y sus asociados, y de los donantes externos; una evaluación de las necesidades de los países y los resultados logrados en las actividades de campo en 15 países relacionadas con todo tipo de desastres; y un estudio de los mecanismos de coordinación, tanto dentro de la propia FAO como con sus asociados. Las conclusiones y recomendaciones de la evaluación fueron examinadas por un Grupo de examen colegiado externo en junio de 2002 y sus comentarios se adjuntan en el anexo 3 1. En el anexo 4 se presenta la respuesta de la administración.

 


CONCLUSIONES PRINCIPALES

iii.  La evaluación confirmó la relevancia e importancia globales del objetivo estratégico A3, ya que los desastres naturales y los causados por el hombre contribuyen a la inseguridad alimentaria y la pobreza en el mundo, sobre todo en las zonas rurales. Los componentes del objetivo estratégico también son, en general, apropiados y útiles, ya que abordan todos los aspectos fundamentales de una situación de emergencia, y este enfoque holístico potencia la ventaja comparativa única en su género de la FAO, es decir, poder prestar apoyo con una base técnica en todos estos sectores (véanse los párrafos 126 a 128).

iv.  La relativa atención que la FAO presta a cada uno de los componentes de la estrategia ha variado. La alerta rápida, comprendida la evaluación de las necesidades, ha sido una esfera prioritaria durante muchos años, y la labor en relación con ella es apreciada en todo su valor por los Estados Miembros y los asociados de la Organización que se ocupan de las situaciones de emergencia en las Naciones Unidas y la comunidad de las organizaciones no gubernamentales (ONG). Con todo, debido al aumento del número de situaciones de emergencia y el estancamiento de la financiación los recursos destinados a esta labor han debido estirarse al máximo.

v.  La financiación de las operaciones de ayuda para el sector agrícola con recursos extrapresupuestarios se ha más que triplicado durante el período que se examina (1996 a 2001). En conjunto, en los proyectos referentes a esa ayuda se han obtenido resultados satisfactorios. Por lo común han proporcionado soluciones técnicamente apropiadas, y los coordinadores de las situaciones de emergencia asignados por la FAO en los casos graves de emergencia han sido eficaces y sus servicios han sido muy apreciados por otros asociados. La capacidad de la Organización para aprovechar sus ventajas en esta esfera se ve limitada por varios factores, tanto internos como externos, que afectan la rápida entrega de los insumos. Un factor importante al cual tiene que hacer frente la FAO en sus procedimientos administrativos y financieros es garantizar la adquisición y distribución oportunas de los insumos de la ayuda para el sector agrícola (véanse los párrafos 129 a 131).

vi.  Los demás componentes de la estrategia han sido objeto de menos atención. Las actividades para lograr un buen estado de preparación han sido escasas y han estado dispersas, aunque la FAO tiene una capacidad potencialmente grande en relación con muchas de ellas. Se está tratando de encontrar los medios requeridos para hacer frente a esta situación, sobre todo con ayuda del mecanismo de la esfera prioritaria para la acción interdisciplinaria (EPAI) relativa a la prevención y mitigación de las catástrofes y preparación para afrontarlas, y socorro y rehabilitación después de las emergencias (EPAI-REHB). Tampoco se han desarrollado muchas actividades en lo concerniente a promover una transición efectiva del socorro a la rehabilitación, un área relativamente nueva para la cual la Organización está elaborando un enfoque apropiado basado en su experiencia reciente (véase el párrafo 132).

vii.  Así pues, las esferas prioritarias esbozadas en el objetivo estratégico A3 tienen que ser delineadas gradualmente a través del proceso de programación y planificación del Plan a Plazo Medio (PPM), con miras a garantizar un mejor aprovechamiento de las ventajas de la FAO en el marco del enfoque holístico. La EPAI-REHAB brinda ese mecanismo de planificación y programación para integrar e incorporar a la corriente general de acción todas las actividades relevantes en apoyo de este objetivo estratégico (véanse los párrafos 133 y 134).

 


RECOMENDACIONES PRINCIPALES

viii.  Las principales recomendaciones son las siguientes:

Incorporación de la labor relacionada con las emergencias a las actividades principales

a) Las direcciones técnicas deberían programar la aportación de insumos concretos en relación con las situaciones de emergencia e incluirlos en el Programa de Labores y Presupuesto, sobre todo en las esferas que hayan sido objeto de insuficiente atención hasta la fecha. Las exposiciones adicionales de las dependencias técnicas deberían reflejar sus funciones en dichas situaciones, y en las dependencias clave se deberían nombrar coordinadores con un mandato apropiado acerca de la labor relativa a tales situaciones (véase el párrafo 135).

b) En el caso de los países especialmente expuestos a los desastres naturales, la FAO debería contribuir a garantizar que la gestión de los desastres sea una consideración fundamental en las actividades de desarrollo agrícola, comprendido el fortalecimiento de la capacidad de los representantes de la FAO y de los equipos regionales encargados de la elaboración de programas por medio de actividades de capacitación (véase el párrafo 136).

Preparación

c) Elaboración de una estrategia y medidas prioritarias de la FAO para lograr un buen estado de preparación (véase el párrafo 139).

d) Elaboración de un manual práctico para la realización de misiones de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos (MECSA) (véase el párrafo 140).

e) En las situaciones posteriores a conflictos, o cuando se hayan desplomado las instituciones gubernamentales, la provisión de capacitación en materia de reunión y análisis regulares de información (véase el párrafo 140).

f) La creación de una base de datos unificada con información por países para facilitar la evaluación de los efectos y las necesidades en el caso de desastres futuros (véase el párrafo 140).

g) En el sistema de información y cartografía sobre la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad (SICIAV) se debería prestar más atención a los aspectos de la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad relacionados con los desastres y las crisis (véase el párrafo 140).

Ayuda para el sector agrícola

h) La descentralización de las actividades de adquisición de insumos mediante la ejecución de un programa de capacitación para el personal de las representaciones de la FAO cuando haya, o sea probable que haya, un volumen considerable de operaciones y la elevación, caso por caso, de los límites de adquisiciones por parte de los representantes de la FAO de los insumos relativos a la ayuda para el sector agrícola (véase el párrafo 142).

i) El nombramiento de coordinadores para situaciones de emergencia, cuando la magnitud y duración de la operación lo justifiquen, y la creación de un grupo de candidatos cualificados (véase el párrafo 144).

j) La vinculación de los planes de trabajo relativos a las operaciones de socorro con el calendario de cultivo, con una clara indicación de las responsabilidades (véase el párrafo 144).

k) El establecimiento de criterios para la selección de los beneficiarios de proyectos y la participación en el proceso de selección de las distintas partes directamente interesadas, incluidos los beneficiarios (véase el párrafo 146).

l) El estudio de enfoques alternativos en lo tocante a la distribución de los insumos (por ejemplo, ferias y cupones de semillas) cuando ello sea posible (véase el párrafo 148).

m) La prestación de asistencia técnica en el contexto de las intervenciones y garantía de que los insumos que se distribuyan no comportan necesidades de gestión distintas de las que puedan atender los propios beneficiarios (véase el párrafo 150).

n) Los componentes de socorro y rehabilitación no deberían combinarse en el caso de pequeños proyectos (véase el párrafo 152).

o) Un mayor empleo de la evaluación en los proyectos de ayuda para el sector agrícola (véase el párrafo 154).

Evaluación del Programa “Petróleo por Alimentos”

p) El Programa Petróleo por Alimentos en el Iraq septentrional, no abarcado por esta evaluación, debería ser objeto de una evaluación a fondo en 2003-2004, centrándose en la eficiencia y eficacia de la operación durante todo el período que ha abarcado (véase el párrafo 156).

Asistencia en el período de transición del socorro a la rehabilitación y el desarrollo

q) Por el momento, y hasta que se adopten disposiciones institucionales permanentes, el Subdirector General responsable del Departamento de Cooperación Técnica debería establecer las responsabilidades en lo tocante a las actividades de programación en el período de transición, una vez que se haya preparado la estrategia para éste (véase el párrafo 161).

r) Debería nombrarse un director del programa en régimen de plena dedicación en los países en los que la FAO preste asistencia en materia de políticas y programación con posterioridad a una situación de emergencia (véase el párrafo 163).

Colaboración con los asociados

s) La FAO debería examinar sus actividades en casos de emergencia a fin de elaborar programas conjuntos sobre el terreno con otros organismos de las Naciones Unidas y con ONG. Debería hacerse un esfuerzo para concluir con éxito las negociaciones sobre los memorandos formales de entendimiento (véase el párrafo 165).

Financiación

t) Debería crearse un Fondo de Respuesta Rápida (de un monto de 1,5 millones de dólares EE.UU.), que sería financiado con el saldo acumulado de la cuenta de gastos directos de funcionamiento de los proyectos de la Dirección de Operaciones de Emergencia y Rehabilitación (TCE) o (con el consentimiento de los donantes) con los fondos no utilizados de proyectos (véase el párrafo 168).

u) De manera análoga al Fondo de Respuesta Rápida, debería establecerse otro fondo para la designación de asesores en materia de rehabilitación durante la fase de transición tras un conflicto y para financiar la programación de las actividades en el período de transición (véase el párrafo 170).

v) La FAO debería entrar en contacto con los donantes en un esfuerzo para recaudar fondos adicionales con destino a las actividades no relacionadas con el socorro de emergencia, poniendo de relieve las esferas en que tiene una ventaja comparativa y los beneficios que comporta la mitigación de los desastres (véase el párrafo 172).

 


Capítulo I. Introducción y antecedentes

1. El Marco Estratégico de la FAO para 2000-2015 fue aprobado por la Conferencia en su 30º período de sesiones, celebrado en noviembre de 1999. Formulado después de un proceso de consultas entre los Estados Miembros de la Organización, los asociados en la esfera del desarrollo y la Secretaría, el Marco define una serie de estrategias de carácter interdisciplinario basadas en la asociación. La finalidad de las estrategias es dar una orientación más clara a la labor de la FAO, a fin de concentrarla en las esferas en las que ésta goza de ventajas comparativas. El Marco Estratégico para 2000-2015 tiene 12 objetivos estratégicos, uno de los cuales es el A3, titulado “Preparación para emergencias alimentarias y agrícolas y respuesta eficaz y sostenible a éstas”.

2. Un interés explícito de los órganos rectores es que la labor de evaluación de la FAO esté más centrada desde el punto de vista estratégico. La adopción del Marco Estratégico proporciona pues una oportunidad para examinar de forma más amplia los resultados de sus actividades, teniendo presentes las prioridades y estrategias de la Organización, a fin de evaluar las áreas fuertes y débiles y proponer una reorientación de cara al futuro.

3. La presente evaluación es la primera actividad de esta índole. Aunque se trata de una oportunidad que se ha acogido con satisfacción, debería tenerse en cuenta que la evaluación tiene lugar en una fecha muy temprana de la “vida” del Marco Estratégico. Se dedicaron muchos esfuerzos a su creación; la FAO se encuentra aún en una etapa bastante temprana del proceso encaminado a elaborar mecanismos para aumentar la interdisciplinariedad y las asociaciones en la aplicación del Marco Estratégico. Esta evaluación tiene lugar en el tercer año de una estrategia que abarca 15. Por este motivo, se trata de una evaluación formativa y no una estimación definitiva de las realizaciones de la Organización en cuanto al objetivo estratégico de que se trata. En consonancia con la práctica anterior en lo concerniente a la evaluación de programas, en la presente evaluación se examinan tres bienios de actividad. Dos de ellos son anteriores a la adopción del Marco Estratégico.

4. Con todo, el objetivo estratégico A3 fue una buena opción para la primera actividad de ese carácter. La labor relacionada con las situaciones de emergencia se ha venido desarrollando en la FAO desde hace largo tiempo, y muchas de las tareas que se desempeñan no se han modificado de manera significativa. Al mismo tiempo, los trabajos de la Organización en lo que respecta a la ayuda para el sector agrícola han aumentado enormemente en los 10 últimos años, y se consideró oportuno examinarlos en esta ocasión, junto con todas sus actividades con respecto al ciclo de los desastres, por medio de una evaluación en profundidad.

A. OBJETIVO ESTRATÉGICO A3: ORIGEN Y CONCEPTOS

5. El objetivo estratégico A3 tiene su origen en el gran aumento registrado recientemente de los desastres naturales y los conflictos civiles que han afectado o amenazado la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el mundo, con frecuencia las más vulnerables. En los últimos años han aumentado la frecuencia y severidad de los desastres naturales, en particular tormentas, inundaciones y sequías, y el número de países afectados por grandes desastres naturales creció entre 1996 y 2001, pasando de 10 a 18 al año. Un aspecto aún más alarmante es el agudo incremento del número de países afectados por los conflictos civiles, que subió de un promedio de cinco al año en el decenio de 1980 a 22 en 2000.

6. Además de causar sufrimientos humanos, esas situaciones de emergencia provocan muy a menudo una perturbación de los sistemas agrícolas y alimentarios. En la actualidad se reconoce plenamente la existencia de vínculos entre la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, por un lado, y la pobreza y la degradación del medio ambiente debidas a las presiones económicas, sociales y demográficas por otro. Las personas pobres de las zonas densamente pobladas de los países en desarrollo son las más expuestas a los desastres naturales. Las situaciones de emergencia debidas a la acción del hombre ocurren con frecuencia en el medio rural y, por esta razón, suelen producir efectos devastadores sobre la población rural y la agricultura.

7. Las situaciones de emergencia alimentaria y agrícola después de un desastre adoptan diversas formas o implican varios síntomas, como se indica en el cuadro 1.

Cuadro 1: ¿Qué factores crean una situación de emergencia alimentaria y agrícola después de un desastre?2

Ø  Escasez local de alimentos

Ø  Pérdida de ingresos agrícolas

Ø  Pérdida de bienes

Ø  Pérdida de medios de subsistencia

Ø  Menor ingesta de alimentos por parte
     de las personas vulnerables

Ø  Destrucción de la infraestructura física

Ø  Escasez de alimentos a nivel nacional
 

Ø  Hundimiento de la infraestructura de
     comercialización y de servicios

Ø  Degradación de la base de recursos
     naturales

Ø  Desplazamiento de las personas de sus
     hogares y medios de subsistencia

Ø  Quebrantamiento de la estructura social

Ø  Mayor incidencia de la desnutrición, las
     enfermedades y la muerte entre las
     personas vulnerables
 

8. Estos síntomas corresponden a diversas situaciones; algunos de ellos se registran en una etapa muy temprana de una crisis (degradación de los recursos naturales) y otros ocurren mucho más tarde durante el proceso de indigencia (mayor incidencia de la desnutrición). Estas diversas situaciones exigen diferentes tipos de intervención en distintos momentos, cada una de las cuales tendrá efectos diferentes sobre el grado de severidad de la crisis. Se reconoce que las intervenciones tempranas en el extremo superior de la línea de indigencia reducen la posibilidad de que una situación se convierta en tragedia. La amplia gama de intervenciones ligadas a los síntomas, y de sus repercusiones, exige la aplicación de un enfoque holístico a la gestión de las crisis, tanto por lo que respecta al tipo de intervención como al momento en que ésta tiene lugar.

9. Anteriormente, el principal objetivo de la respuesta de los donantes a las situaciones de emergencia alimentaria y agrícola era la prestación de ayuda alimentaria a las poblaciones afectadas. Sin embargo, los efectos negativos de muchos programas de ayuda de este tipo sobre los sistemas locales de agricultura y alimentación, su elevado costo y, con frecuencia, su larga duración, con la consiguiente dependencia respecto de una ayuda constante, dieron lugar a la elaboración de nuevos enfoques. Como consecuencia de ello, se ha venido reconociendo cada vez más que el suministro de insumos agrícolas es una parte importante de las intervenciones humanitarias. La idea es lograr una rápida transición desde la ayuda alimentaria a una temprana rehabilitación de la capacidad productiva local.

10. Debido al incremento de los desastres naturales y las situaciones de emergencia provocadas por del hombre, la ayuda humanitaria ha crecido constantemente durante el decenio pasado. Tras casi duplicarse de 1990 a 1991, hasta alcanzar la cifra de 4 600 millones de dólares EE.UU., tocó un nivel máximo de 5 700 millones de dólares en 1994, que representaba un 10 por ciento del total de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD)3. En 1998, tras disminuir durante cuatro años, la asistencia humanitaria aumentó nuevamente hasta alcanzar la cifra de 4 500 millones de dólares EE.UU.

11. Durante el decenio pasado, la FAO, junto con otros organismos del sistema de las Naciones Unidas y con la comunidad de la ayuda internacional, ha atendido a un número creciente de solicitudes para la prestación de asistencia humanitaria a países afectados por situaciones de emergencia.

12. La Organización ha venido satisfaciendo diversas necesidades en relación con las situaciones de emergencia alimentaria y agrícola desde los primeros años setenta. Las operaciones de ayuda para el sector agrícola comenzaron en 1973 cuando se estableció la Oficina de Operaciones Especiales de Socorro para el Sahel (que posteriormente pasó a llamarse de Oficina de Operaciones Especiales de Socorro, u OSRO) para prestar asistencia de emergencia a los Estados Miembros afectados por la sequía que asoló la región sudanosaheliana de África. En 1974 se creó el Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura (SMIA) para seguir de cerca el suministro alimentario mundial y dar una alerta temprana en caso de grave escasez de alimentos. De manera análoga, y como parte del Plan de Asistencia para la Seguridad Alimentaria (PASA), en 1976 se inició la prestación de apoyo para la creación de sistemas de alerta e información sobre la alimentación (SAIA). El SMIA se ha convertido en una importante actividad, financiada en gran parte con recursos del PO, y ha proseguido la asistencia a los SAIA regionales y nacionales, en gran parte en el marco del Programa de Campo (PC). Mientras que las operaciones de emergencia se centraron inicialmente en el suministro de insumos agrícolas a raíz de un desastre natural, la Organización ha venido participando cada vez más en la acción relativa a las situaciones provocadas por desórdenes y conflictos civiles. En la actualidad, alrededor de dos tercios de la ayuda de emergencia de la FAO se presta en respuesta a situaciones en que existen conflictos4.

13. En los últimos años, la FAO ha adoptado medidas para una mejor definición de su papel en las situaciones de emergencia, así como del enfoque que aplica a ellas. Ello se debió al hecho de reconocerse el alto costo que comportaban esas situaciones, tanto en términos humanos como financieros, y la necesidad consiguiente de prestar más atención a las medidas para intervenir o mitigar los efectos de los desastres. En 1993 se estableció el Grupo de Coordinación para Situaciones de Urgencia (GCSU) con miras a armonizar y coordinar diversas actividades de la FAO relacionadas con las situaciones de emergencia en el marco del PO y el PC, así como para aumentar su participación en el procedimiento de llamamientos unificados del sistema de las Naciones Unidas. En 1996, la Organización y los Países Bajos hicieron un análisis conjunto de las operaciones especiales de socorro de la FAO5 a fin de analizar los resultados obtenidos por ella en la prestación de asistencia para afrontar situaciones de emergencia, incluso una evaluación de sus ventajas comparativas con respecto a otros proveedores de ayuda humanitaria. Las conclusiones de ese examen fueron en gran parte positivas, indicando que la Organización contaba con un considerable potencial si se combinaba su apoyo para una temprana rehabilitación con la ayuda de socorro mediante la utilización de su capacidad de asistencia técnica y su gran experiencia en materia de actividades de desarrollo. En el examen se proponían también varias medidas para reforzar el papel de la FAO en consonancia con ese potencial, incluida la elaboración de una estrategia general para la asistencia en situaciones de emergencia.

14. En respuesta a ese examen, la Organización publicó un folleto sobre sus actividades de emergencia, junto con la exposición presentada por una misión acerca del papel de la FAO en esas situaciones, y en 1998 publicó una serie de manuales técnicos sobre sus actividades. Todo ello aclaró sus funciones y el ámbito de sus actividades en relación con varios aspectos de la prevención, la preparación y la respuesta en caso de situaciones de emergencia. Esos documentos propugnaban que la Organización desempeñara un papel en todas las fases de una crisis, incluso previniendo o reduciendo la posibilidad de que un riesgo se convirtiera en un desastre; que apoyara un mejor estado de preparación para afrontar una situación de emergencia, y con ello lograr que las intervenciones para prestar socorro -comprendida la ayuda para el sector agrícola- fueran más eficaces, y que mejorara las actividades de rehabilitación y recuperación. La capacidad para actuar en todas estas esferas proporciona a la FAO una ventaja comparativa en la gestión de crisis.

15. El papel de la FAO se volvió a examinar posteriormente a la luz de los compromisos enunciados en la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. Este último incluye el compromiso de prevenir los desastres naturales y las situaciones de emergencia causadas por el hombre, y prepararse para hacerles frente, así como de atender las necesidades de alimentos de carácter transitorio y de urgencia de modo que se estimulen la rehabilitación/recuperación y el desarrollo y se cree una capacidad para satisfacer las necesidades futuras. Ello quedó reflejado en el Marco Estratégico como objetivo estratégico A3, cuya finalidad es “aumentar la resistencia y capacidad de los países y de sus poblaciones para superar las consecuencias de las catástrofes que afectan a la seguridad alimentaria nacional y familiar y, cuando se producen las catástrofes, contribuir a las operaciones de emergencia que favorecen la transición del socorro a la recuperación de los sectores alimentario y agrícola”.

16. El objetivo estratégico tiene los siguientes componentes principales:

  1. fortalecimiento de la preparación para catástrofes y de la capacidad para atenuar los efectos de las emergencias que afectan a la seguridad alimentaria y a la capacidad productiva de la población rural;
  2. pronóstico y alerta de condiciones desfavorables en los sectores alimentario y agrícola y de emergencias alimentarias inminentes, incluida la vigilancia de plagas y enfermedades de los animales y las plantas;
  3. evaluación de las necesidades y formulación y aplicación de programas de socorro y rehabilitación agrícolas, así como formulación de políticas y marcos de inversión que favorezcan la transición del socorro de emergencia a la reconstrucción y el desarrollo en los sectores alimentario y agrícola; y
  4. fortalecimiento de la capacidad y de los mecanismos locales para hacer frente a la situación orientando la elección de prácticas y tecnologías agrícolas y de servicios de apoyo a la agricultura, de manera que se reduzca la vulnerabilidad y se aumente la capacidad de recuperación.

17. El objetivo estratégico refleja los enfoques elaborados anteriormente y que se basan en las ideas fundamentales de que el desarrollo no puede dejarse de lado durante las situaciones de emergencia y, a la inversa, que los efectos de los desastres están estrechamente relacionados con las modalidades de desarrollo. La vinculación de estos diversos componentes en torno a un solo objetivo estratégico pone aún más de relieve la necesidad de contar con un planteamiento amplio y coherente de la gestión de crisis. En este contexto, el papel concreto de la FAO es respaldar las medidas que haya que adoptar mucho antes de la situación de emergencia y ayudar a los países proporcionándoles, o poniendo a su disposición, información para dar una pronta alerta y datos que permitan formular respuestas apropiadas en materia de socorro, así como formulando políticas y previendo inversiones que permitan restablecer los medios de subsistencia de las personas que se hayan visto afectadas por una situación de emergencia, de forma que aumente su capacidad de resistencia y de recuperación ante posibles desastres futuros.

Aclaración del ámbito del objetivo estratégico A3

18. Muchos de los términos utilizados para describir las respuestas a las situaciones de emergencia pueden tener significados diferentes para distintas personas. A los efectos de la evaluación, existía pues la necesidad evidente de aclarar exactamente el ámbito del objetivo estratégico A3 y, en consecuencia, lo que sería objeto de examen. Ello se aplicaba especialmente a los términos “prevención” y “preparación”.

19. En su Technical Handbook Series, serie de manuales técnicos, sobre las actividades en las situaciones de emergencia, la FAO define prevención como las medidas destinadas a prevenir los procesos naturales o los acontecimientos y procesos sociopolíticos que den lugar a desastres caracterizados por destrucción y pérdidas. El objetivo estratégico A3 no menciona el término “prevención”, aunque sí se refiere a la mitigación, la alerta temprana y el fomento de la capacidad. El ámbito del objetivo estratégico está en consonancia con la propuesta encaminada a “fortalecer la capacidad de la FAO para prepararse a fin de hacer frente a las situaciones de emergencia y responder a ellas”, presentada por el GCSU a la alta administración en 1999. En el documento correspondiente se reconoce que las operaciones de prevención de desastres están presentes en todo el programa de la Organización y, por consiguiente, es difícil englobarlas en un conjunto distinto de actividades. En muchas de las actividades en materia de desarrollo realizadas por la FAO se abordan las causas subyacentes de los desastres naturales y las situaciones de emergencia provocadas por el hombre, contribuyendo con ello a su prevención. Aunque esas actividades (definidas como “prevención dinámica” por el Grupo de Trabajo Especial sobre la prevención y la preparación, del GCSU) desempeñan un papel fundamental en el programa de trabajo general de la Organización sobre las situaciones de emergencia, su objetivo primordial suele ser el fomento del desarrollo, y su contribución a la prevención de esas situaciones es más una consecuencia lógica que un resultado que se prevé lograr6.

20. La preparación para afrontar desastres se refiere a “las medidas adoptadas de antemano para crear una capacidad y unos mecanismos que permitan responder en forma rápida y eficaz a los desastres cuando se produzcan y reducir con ello la intensidad o escala de cualesquiera situación de emergencia resultante”7. Se considera que esta definición refleja el significado subyacente de la palabra “preparación” en el contexto del objetivo estratégico A3 y, por consiguiente, se utilizará en todo el presente informe.

21. En consonancia con la orientación prioritaria del objetivo estratégico A3, la presente evaluación abarca las actividades de la FAO en relación con la preparación, la alerta temprana, la evaluación de los efectos y las necesidades, y el socorro y la rehabilitación, pero excluye la “prevención” de ámbito global. Con todo, al examinar la medida en que las actividades de la Organización promueven una menor vulnerabilidad y una mayor capacidad de resistencia y recuperación, la prevención será una preocupación y un interés fundamentales (véase el capítulo II, sección D). Las principales actividades abarcadas se resumen en el cuadro 2.

Cuadro 2. Distribución institucional de las actividades relacionadas con las situaciones de emergencia abarcadas por la evaluación

Preparación

Ayuda para el sector agrícola

Transición del socorro de emergencia a la rehabilitación y el desarrollo

Aumento de la capacidad de resistencia y recuperación ante los desastres

Alerta temprana e información para un mejor estado de preparación

Alerta temprana
Reacción rápida

Varias actividades encaminadas a aumentar la eficiencia de la respuesta


Ø
 SMIA

Ø Apoyo al SAIA

 

 

 

 

ESCG
ESAF
Dependencias técnicas de ES y ESD
SDRN


Ø
EMPRES

 

 

 

 

 

 

AGPP
AGAH
TCEO


Ø
Seguridad en materia de semillas

Ø Evaluación de desastres

Ø Planes de preparación (generales, subsectoriales y relacionados con los desastres)

AGPS
SDRN
ESAF
ESNP
FI
FO
Otras dependencias técnicas


Ø
Grueso de las actividades: distribución de insumos agrícolas de emergencia

 

 

 

 

TCES/TCEO
AGPS
AGAH
AGLL
Otras direcciones técnicas, esencialmente del AG
FI


Sobre el terreno:
Representantes de la FAO
Personal de proyectos
Coordinadores de situaciones de emergencia
 


Ø
Proyectos financiados con fondos para situaciones de emergencia encaminados a una temprana rehabilitación de subsectores (semillas, sanidad animal, riego, etc.)

 

TCE
AGPS
AGAH
AGLW
AGLL
Otras direcciones técnicas


Ø Formulación de políticas y  marcos de inversiones

TCER (nueva)
TCI
TCA/Subdirecciones de asistencia para las políticas


Ø
Actividades destinadas a aumentar la capacidad local y los mecanismos de supervivencia en la respuesta de la FAO a una situación de emergencia

 

 

 

TCE
AGPS
AGAH
AGLW
Otras dependencias técnicas, en su mayoría del AG

Nota: Las siglas que se utilizan en el cuadro 2 se explican en la lista de siglas que figura al comienzo del presente documento.

B. LA EVALUACIÓN: ÁMBITO Y METODOLOGíA

22. La evaluación abarca, a la vez, las actividades en el marco del PO y del PC en relación con el objetivo estratégico A3. Como evaluación de carácter formativo, se examina en ella la cuestión de si la respuesta de la FAO es apropiada para lograr los resultados deseados en función del objetivo estratégico, se estiman las virtudes y los defectos de las actividades en el contexto de los cuatro componentes del objetivo y se formulan recomendaciones para mejorar el diseño, la realización, los resultados y el seguimiento de esas actividades en el futuro. La evaluación incluye concretamente exámenes de las actividades para afrontar las situaciones de emergencia financiadas por el Programa de Cooperación Técnica (PCT): éste fue una importante fuente de financiación, y la presente evaluación va unida a un estudio temático de los proyectos del PCT relativos a esta esfera. La evaluación abarca también la labor ligada a las situaciones de emergencia que se desarrolló en el período comprendido entre 1996 y 2001.

23. El mandato (véase el anexo 2) prevé que en la evaluación se determinen:

Metodología

24. La evaluación comenzó con un inventario, realizado a nivel interno, de las actividades relacionadas con esas situaciones para determinar el alcance de la labor que se estaba llevando a cabo. La evaluación propiamente dicha se desarrolló en cuatro fases principales:

1. Evaluación de la labor normativa de la FAO acerca del objetivo estratégico A3

Esta parte consistía en reunir y examinar el material producido por la Organización y por otras entidades, e incluyó un análisis por un consultor externo de las publicaciones pertinentes sobre la materia. El estudio del material escrito se complementó con entrevistas con oficiales técnicos de las principales dependencias clave.

2. Encuesta de los Estados Miembros, los asociados en las actividades de ejecución y los donantes

Se presentó a los Estados Miembros, a los asociados en las actividades de ejecución y a los donantes un cuestionario en relación con las actividades de emergencia a fin de evaluar las necesidades de los países en desarrollo y la calidad de la respuesta de la FAO desde los distintos puntos de vista. Los resultados de los cuestionarios enviados figuran en el anexo 1.

3. Evaluación de las necesidades de los países y resultados de la asistencia sobre el terreno

Se hicieron visitas sobre el terreno a 15 países en el marco de cinco misiones, cada una de ellas con un funcionario del Servicio de Evaluación (PBEE) y un consultor externo independiente, para realizar una evaluación en profundidad, incluyendo el examen de distintas intervenciones de la FAO, la mayoría de las cuales eran proyectos de socorro y rehabilitación temprana financiados por el PCT o por donantes de fondos fiduciarios.

Los 15 países se seleccionaron de modo que hubiera un equilibrio entre los tipos de desastre abarcados. Por consiguiente, en algunos países (los que sufrieron primordialmente desastres naturales) hubo un número relativamente bajo de intervenciones, la mayoría de ellas financiadas por el PCT. En otros (los que experimentaron, en su mayoría, situaciones complejas de emergencia) hubo un número mucho mayor de intervenciones, la mayor parte de las cuales fueron financiadas por donantes bilaterales. En cada país se examinó toda la gama de intervenciones de la FAO, independientemente de las fuentes de financiación. Esas intervenciones incluyeron proyectos de ayuda para el sector agrícola, misiones de evaluación de los cultivos y el suministro de alimentos (MECSA), otras actividades relacionadas con una buena preparación y, cuando procedía, actividades en el período de transición a la rehabilitación.

La cobertura regional fue la siguiente:

La evaluación también aprovechó otras experiencias recientes en materia de evaluación sobre el terreno (2001) de las actividades de la FAO en dicha esfera en Mozambique, la República Popular Democrática de Corea y Tayikistán. La evaluación incluyó un estudio de la asistencia de la Organización durante la transición en el período posterior a la prestación de socorro en Kosovo, donde había un programa de asistencia de gran magnitud para situaciones de emergencia.

Las misiones de evaluación se reunieron en todos los países con otros organismos de las Naciones Unidas, con donantes y con ONG. La selección de interlocutores varió de un lugar a otro, pero en todos los casos las misiones se reunieron con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). También lo hicieron con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) en todos los países donde estaban presentes estas organizaciones. Las ONG con las que se celebraron reuniones fueron las que ejecutaban proyectos de la FAO, realizaban actividades análogas en cooperación con ésta o actuaban en ambos respectos.

Además de entrevistar a las personas que participaron en la formulación, la realización y el seguimiento de las intervenciones de proyectos en los países seleccionados (con inclusión de los beneficiarios previstos, sobre la base de una muestra), las misiones se reunieron con los asociados en las actividades de ejecución a fin de conocer su evaluación de las necesidades del país de que se trataba y de la labor realizada en éste.

4. Examen de la coordinación de las actividades y los vínculos entre ellas

En la evaluación se examinaron las formas en que se reconocía, procesaba y tramitaba en la FAO una situación de emergencia, así como los mecanismos de coordinación en la Organización, y entre ésta y otros agentes, en las situaciones de emergencia.

De conformidad con el procedimiento normal de la FAO acerca de las principales actividades de evaluación, el informe de la evaluación se presentó a un grupo de examen externo que lo analizó, entrevistó a especialistas de la Organización y preparó un informe sobre la evaluación, formulando comentarios sobre su calidad, sus conclusiones y sus recomendaciones. La evaluación y el informe del grupo de examen externo fueron estudiados por la alta administración de la FAO y sus observaciones se presentan, junto con la evaluación y el informe, al Comité del Programa de la Organización en su período de sesiones de septiembre de 2002.

C. SINOPSIS DE LOS TRABAJOS DE LA FAO QUE CONTRIBUYEN AL LOGRO DEL OBJETIVO ESTRATÉGICO A3

C.1 Labor en el marco del Programa Ordinario

25. De las cuatro esferas que comporta el objetivo estratégico A3 ( preparación, alerta temprana, evaluación de las necesidades/socorro y asistencia en el período de transición) la labor en el contexto del PO se ha dirigido más intensamente hacia la alerta temprana. En particular, se ha hecho especial hincapié en el SMIA, las plagas de las plantas y las enfermedades de los animales, sobre todo en el contexto del sistema de prevención de emergencia de plagas y enfermedades transfronterizas de los animales y las plantas (EMPRES), el apoyo a los sistemas de alarma nacionales y regionales y, en los últimos años ochenta y los primeros noventa (antes del actual período de examen), las reservas para la seguridad alimentaria. Varias otras direcciones técnicas desarrollan una labor en relación con las situaciones de emergencia, la cual se aborda en las siguientes secciones del presente informe. La labor en el marco del PO se coordina a través del GCSU, que ahora constituye el mecanismo de coordinación de la EPAI relativa a la prevención y mitigación de las catástrofes y preparación para afrontarlas, y socorro y rehabilitación después de las emergencias (EPAI-REHAB) (véase el párrafo 41).

26. El objetivo estratégico A3 tiene carácter intersectorial en la Organización porque muchas de las actividades que contribuyen a su logro pueden también contribuir a la consecución de otros objetivos estratégicos. Esto, junto con la estructura modificada de los programas de la FAO, hace difícil indicar con exactitud la cantidad total de recursos del P O destinados efectivamente al logro del objetivo A3. Sin embargo, se pueden calcular algunos de los principales elementos en el contexto del PO que han mantenido su identidad presupuestaria durante todo el período del examen. Éstos se presentan en el cuadro 3.

Cuadro 3. Principales actividades en el marco del Programa Ordinario
relacionadas con situaciones de emergencia y recursos estimados
con cargo a este Programa

(miles de dólares EE.UU.)

Componente

Asignación para 1996-1997

Asignación para 1998-1999

Asignación para 2000-2001

Operaciones de respuesta a situaciones de emergencia

3 317

3 618

3 325

Sistemas de información alimentaria y alerta temprana

6 504

6 244

6 099

SICIAV12

-

880

1 221

EMPRES-Ganadería

3 21813

2 340

2 334

EMPRES-Plagas de las plantas (langosta del desierto)

1 930

1 638

1 665

Gestión de las plagas migratorias

1 775

1 770

1 750

Producción y seguridad nacionales en el sector de las semillas14

1 196

2 000

1 930

Nutrición y seguridad alimentaria de la familia en situaciones de emergencia

-

-

759

Total

17 940

18 490

19 083

27. El cuadro 3 no abarca varias otras actividades de programas con componentes ligados a situaciones de emergencia, en relación con los cuales son difíciles de estimar los recursos del PO. El principal de ellos es el relativo al asesoramiento y fomento de la capacidad en materia de políticas agrícolas. Otros proyectos técnicos encaminados al logro del objetivo estratégico A3 incluyen los referentes a la ordenación sostenible de los bosques y tierras forestales naturales (la relacionada con los incendios de bosques) y al desarrollo sostenible de la pesca en pequeña escala (seguridad en el mar).

28. De las principales actividades enumeradas en el cuadro 3, los sistemas de información alimentaria y alerta temprana y el SICIAV están en gran parte relacionados con las actividades de alerta, el EMPRES se ocupa, a la vez, de la alerta y la preparación, y la gestión de las plagas migratorias abarca la preparación y la respuesta a las situaciones de emergencia. Los dos últimos programas se refieren a la preparación, y las operaciones de respuesta a las situaciones de emergencia a las actividades de la TCE.

29. Aun cuando el volumen total de recursos con cargo al PO para esas actividades registró un aumento de alrededor del 6 por ciento durante el período que se examina, la mayor parte del mismo correspondió a las nuevas actividades iniciadas durante el período (algunos elementos del SICIAV y los trabajos relativos a la nutrición) y no a un incremento de las actividades tradicionales. Entre éstas, solamente los trabajos relacionados con las semillas registraron un incremento durante el período que se examina. Los recursos del PO disminuyeron en lo que concierne a la mayoría de las demás actividades. Ello contrasta agudamente con el incremento de los recursos para actividades de socorro y rehabilitación temprana en el marco del PC y lo explica el hecho de que los recursos del PO han disminuido en cifras reales, y muchas prioridades compiten entre sí por unos recursos en disminución. Así pues, aunque la labor relativa a las situaciones de emergencia se ha convertido en una prioridad de la Organización, la importancia relativa atribuida a ella ha variado entre las distintas dependencias técnicas. Los recursos estimados del PO que figuran en el cuadro 3 representan un 3 por ciento del presupuesto total de éste para 2000-2001.

30. En cuanto a la programación futura, al preparar el PPM para 2002-2007 se estimó que un 7 por ciento de los recursos de la FAO se destinarían al logro del objetivo estratégico A3 durante el período del Plan.

C.2 Programa de Campo FAO

31. La configuración del PC de la FAO (con inclusión del PCT) ha sufrido grandes cambios en los últimos años, con un rápido aumento de la parte correspondiente a las actividades para afrontar emergencias en la cifra total correspondiente al PC (desde el 10 por ciento en 1996-1997 a alrededor del 50 por ciento en 2000-2001). Casi todo ello se ha destinado a las actividades de socorro y rehabilitación temprana realizadas por la TCE.

32. La mayor operación de campo ligada a una situación de emergencia es el Programa Petróleo por Alimentos en el Iraq, que comenzó en 1997. La FAO sigue de cerca la distribución a los beneficiarios de los insumos agrícolas, adquiridos por el Gobierno del Iraq, en 15 gobernaciones de las regiones central y meridional y presenta informes al respecto, y en el caso de ciertos artículos que se considera pueden ser de doble uso (por ejemplo, las piezas de recambio de helicópteros para fines agrícolas), la Organización se encarga de vigilar la recepción, el almacenamiento y el uso final. En tres gobernaciones de la región septentrional, la FAO ejecuta la totalidad del programa agrícola, con inclusión de las operaciones de adquisición, recepción y almacenamiento, distribución y vigilancia. Las asignaciones acumulativas en el marco del Programa Petróleo por Alimentos (Iraq septentrional) aumentaron de 46 millones de dólares EE.UU. en 1997 a 245 millones de dólares en el bienio 1998-1999 y a 687 millones de dólares en 2000-2001. Como el Programa tiene un carácter atípico respecto de las operaciones de la FAO en situaciones de emergencia, incluso por su magnitud, se decidió excluirlo de la presente evaluación, que tiene por finalidad centrarse más en las cuestiones estratégicas.

33. Los donantes de fondos fiduciarios han aumentado en grado significativo sus contribuciones a las actividades de socorro y de rehabilitación temprana en casos de emergencia, que han pasado de 31,5 millones de dólares EE.UU. en 1996-1997 a 41 millones de dólares en 1998-1999 y a 103,8 millones de dólares en 2000-2001. La financiación en el marco del PCT para proyectos encaminados a afrontar situaciones de emergencia también aumentó, pasando de 22,3 millones de dólares EE.UU. en el bienio 1996-1997 a 28,9 millones de dólares en 1998-1999 y a 26,8 millones de dólares en 2000-2001. Por término medio, los proyectos para situaciones de emergencia fueron de una magnitud considerablemente mayor que los del PCT no relacionados con tales situaciones. Por ejemplo, en 1998-1999, los proyectos del PCT relativos a dichas situaciones representaron un 24,5 por ciento del número total de proyectos (106 de los 432 aprobados), pero un 32 por ciento de las asignaciones totales. En 2000-2001, estos proyectos representaron un 19,4 por ciento de la cifra total (90 de 463) y un 27,3 por ciento de las asignaciones.

34. Durante el período examinado (1996-2001), los países (con exclusión del Iraq) que recibieron el mayor volumen de ayuda para el sector agrícola y de asistencia para una rehabilitación temprana fueron los siguientes:

1.    Kosovo    39 290 651 $EE.UU.
2.    Burundi    16 837 880 $EE.UU.
3.    República Popular Democrática de Corea    14 613 420 $EE.UU.
4.    Afganistán    14 478 565 $EE.UU.
5.    Mozambique    12 898 349 $EE.UU.
6.    Bosnia y Herzegovina    11 996 563 $EE.UU.
7.    República Democrática del Congo    11 686 412 $EE.UU.
8.    Rwanda    9 837 812 $EE.UU.
9.    Sudán    9 372 263 $EE.UU.
10.    Somalia    9 195 532 $EE.UU.

35. Además de los proyectos referentes a situaciones de emergencia, en el período objeto de examen se aprobaron proyectos para afrontar tales situaciones, que no comportaban actividades de socorro y rehabilitación, por valor de unos 10,3 millones de dólares EE.UU. La mayor parte de esta asistencia se destinó al desarrollo de sistemas de alerta en África.

C.3 Mecanismos Institucionales de Coordinación

C.3.1. Coordinación interna

36. Como la mayor parte de las actividades de la FAO relativas a situaciones de emergencia corresponde a la prestación de socorro y a una rehabilitación temprana, la mayor parte de la labor para promover el logro del objetivo estratégico A3 es responsabilidad de la TCE. Sin embargo, otras dependencias de la Organización participan también en la consecución de este objetivo estratégico, y los aspectos más importantes de esta labor se mencionan en el capítulo II (Evaluación de los resultados de las actividades para alcanzar el objetivo). En la FAO se han creado dos mecanismos para garantizar la coordinación institucional de la labor relacionada con dichas situaciones.

37. Uno de ellos, el GCSU, tiene la función de velar por que la FAO responda en forma coordinada a las emergencias en determinados países. Desde la creación del Grupo, su mandato se ha modificado dos veces. En 1996, se enmendaron su composición y mandato para reflejar la reestructuración de la FAO, la cual había dado lugar a la reasignación de funciones respecto de la asistencia en casos de emergencia. El mandato del GCSU se examinó nuevamente en agosto de 1999, tras la reestructuración de los mecanismos humanitarios interinstitucionales de las Naciones Unidas, cuya finalidad era aumentar la coherencia de la respuesta de éstas emergencias, incluso prestando más atención a las medidas para prevenir o mitigar los efectos de los desastres. La FAO consideraba que se encontraba en excelentes condiciones para hacer frente a estos nuevos desafíos y el mandato del GCSU se amplió, al tiempo que se aumentó el número de sus miembros, para garantizar la participación de todas las dependencias competentes de la Organización. El GCSU también tenía que encargarse del enlace con las actividades de campo, así como de dar mayor visibilidad en los foros internacionales a la labor de la FAO relativa a las situaciones de emergencia. Se cambió varias veces a su presidente y en la actualidad el GCSU está presidido por el Subdirector General responsable del Departamento de Cooperación Técnica, lo que refleja la gran importancia que se atribuye al Grupo.

38. El GCSU promueve el debate interno acerca del papel de la FAO en las situaciones de emergencia. La mayoría de los documentos citados en la sección A (“Objetivo estratégico A3: origen y conceptos”) fueron elaborados bajo su égida. El documento más importante preparado en coordinación con el GCSU es el titulado Strengthening FAO´s capacity to prepare for and respond to emergencies (Fortalecimiento de la capacidad de la FAO para prepararse a fin de hacer frente a las situaciones de emergencia y responder a ellas). Este documento contiene un examen de las actividades actuales, un resumen de las principales cuestiones y esferas que requieren mejoras en lo concerniente a la gestión y la coordinación internas de la labor de la Organización acerca de dichas situaciones, la realización de las actividades normativas y operaciones de la FAO en todas las fases de tales situaciones y medidas para incrementar la capacidad de respuesta de la Organización, incluso a nivel de los países. Las propuestas presentadas en el documento, concebidas en el contexto del PPM para 2002-2007, se utilizaron para formular las propuestas relativas al Programa de Labores y Presupuesto para 2002-2003. En la presente evaluación se abordan muchas de las recomendaciones de ese documento.

39. No obstante, y en lo que respecta a promover una respuesta coordinada de la Organización a las situaciones de emergencia de gran magnitud, el GCSU sólo ha tenido éxito en unos pocos casos. Kosovo es un ejemplo en el que logró movilizar al personal de varias direcciones técnicas para la adopción de medidas coordinadas sobre el terreno (por ejemplo, la organización de misiones de evaluación de la seguridad alimentaria). En conjunto el Grupo no ha logrado garantizar una colaboración eficaz entre las direcciones técnicas y la dirección operacional (TCE) en el contexto de la respuesta de la FAO a dichas situaciones.

40. Se considera al GCSU como un foro para el intercambio de información . Su secretaría prepara notas informativas periódicas y se han creado redes de correo electrónico para mejorar el intercambio de información en relación con el Grupo y la EPAI-REHAB (véase el párrafo siguiente).

41. El otro mecanismo tiene un origen más reciente, datando de la fecha en que se adoptó el PPM para 2002-2007. Para mejorar los enfoques multidisciplinarios utilizados para lograr los objetivos estratégicos de la Organización, ésta estableció 16 esferas prioritarias para la acción interdisciplinaria (EPAI) a fin de coordinar las actividades en el marco del PO. Una de ellas -la prevención y mitigación de las catástrofes y preparación para afrontarlas, y socorro y rehabilitación después de las emergencias (EPAI-REHAB)– está dirigida al logro del objetivo estratégico A3. La EPAI-REHAB se encuentra todavía en la etapa de formación y es prematuro hacer ningún juicio acerca de su eficacia como mecanismo de coordinación. Con todo, los resultados de una consultoría reciente, que se llevó a cabo en el marco de las EPAI15 para elaborar un plan de trabajo, son prometedores. El documento y las acertadas recomendaciones que contiene son el resultado de un intenso proceso de consultas en la Organización, en el que participaron las dependencias interesadas, y sientan las bases para las esferas prioritarias y las actividades concretas en el marco de una colaboración interdisciplinaria. Hasta la fecha las EPAI están organizadas en torno a cinco grupos temáticos16, cada uno de los cuales presenta informes al presidente del GCSU. El actual equipo de evaluación aprueba las propuestas contenidas en el informe de la consultoría para organizar los grupos de trabajo sobre la base de los productos previstos, y no por temas intersectoriales, y para establecer un grupo de coordinación de la EPAI-REHAB con siete u ocho representantes de las direcciones que participen más activamente en la consecución de los productos previstos. El grupo presentará informes al presidente del GCSU y tendrá una responsabilidad delegada en relación con los limitados fondos asignados a la EPAI-REHAB.

C.3.2. Coordinación externa

42. La principal entidad con la que la FAO coopera en las actividades de respuesta a las situaciones de emergencia es la OCAH, la cual cuenta con oficinas en Nueva York, que se encargan de los aspectos normativos y diplomáticos de tales situaciones, y en Ginebra, desde donde se coordina la asistencia operacional. La Organización contribuye al logro de los objetivos de la OCAH de varias maneras, tanto a nivel de los países como en la sede, y por conducto de las Oficinas de Enlace de la Organización en Nueva York y Ginebra. La FAO participa en el Comité Permanente entre Organismos y su Grupo de Trabajo, en las misiones dirigidas por la OCAH y los llamamientos unificados entre organismos, en los cuales la Organización tiene la responsabilidad general de los componentes relacionados con los cultivos, el ganado y otros componentes ligados a la seguridad alimentaria, y (junto con el PMA) de la evaluación de las necesidades de ayuda alimentaria de emergencia. La FAO también realiza evaluaciones de las necesidades de ayuda para el sector agrícola y de rehabilitación, y prepara perfiles de proyectos en esta esfera. El Director de la TCE representa a la Organización en el Grupo de Trabajo del Comité Permanente y esta dirección coordina la preparación de la contribución de la FAO a los llamamientos unificados entre organismos para su presentación a la OCAH. En los últimos años, la FAO ha contribuido en alto grado a los debates sobre el papel del proceso de llamamientos unificados de las Naciones Unidas como instrumento de la programación y planificación estratégicas. La Organización ha sido miembro del Equipo de Tareas Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre Reducción de Desastres desde el establecimiento oficial a principios de 2001 del Grupo de Tareas Interinstitucional sobre la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres. También ha participado activamente en las actividades de los cuatro grupos de trabajo establecidos en calidad de mecanismo operacional de dicho Equipo de Tareas.

43. El PMA es la principal institución asociada de la FAO en muchas actividades relacionadas con las situaciones de emergencia, en particular las evaluaciones de los cultivos y el suministro de alimentos, la reunión de información sobre la vulnerabilidad y algunos aspectos de la ayuda para el sector agrícola. Otros asociados importantes de la Organización con respecto a esas situaciones incluyen el ACNUR, el PNUD, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y, en particular, la secretaría interinstitucional de la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres dentro del Programa Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de los Desastres. Los principales asociados ajenos a las Naciones Unidas incluyen el Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja. Las ONG son importantes asociados sobre el terreno, en particular en lo concerniente a la ejecución de proyectos de ayuda para el sector agrícola en los países donde las estructuras de la administración local son débiles. La FAO también ha sido un miembro dinámico de la red activa de aprendizaje para la rendición de cuentas y el logro de resultados en la acción humanitaria, que comprende organismos de las Naciones Unidas, donantes bilaterales y ONG.

44. El ACNUR, el PNUD, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Banco Mundial han venido financiando proyectos de rehabilitación a corto plazo para su ejecución por la FAO. Sin embargo, y en consonancia con la reducción del PC general de la Organización, ha disminuido la financiación del PNUD y el Banco Mundial y los proyectos financiados por el FIDA han sido escasos.

45. Es menester reforzar aún más la colaboración externa, especialmente sobre el terreno y en los momentos posteriores a las emergencias. Se han estudiado memorandos de entendimiento con el PMA y el ACNUR, pero no se han concluido aún. Se han organizado varias reuniones técnicas entre la FAO y el Comité Internacional de la Cruz Roja para examinar los sectores y modalidades de cooperación entre ambas organizaciones en las situaciones de emergencia.

_____________________________

1 Los miembros del Grupo de examen son los siguientes: Antonio Arenas (El Salvador), Director del Sistema Nacional de Estudios Territoriales; Yasemin Aysan (Turquía), Jefe Interino del Programa de Mitigación de los Efectos de los Desastres Naturales y de Recuperación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Ginebra; François Grunewald (Francia), Director de la organización no gubernamental francesa denominada “Urgence Réhabilitation Développement”; Julius Holt (Reino Unido), socio fundador del Food Economy Group Consultant SCF-UK; Robin Jackson (Estados Unidos de América), asesor en materia de políticas, Programa Mundial de Alimentos (PMA), Roma, y Mahboub Maalim (Kenya), coordinador de la Respuesta de Kenya a la Situación de Emergencia causada por la Sequía, Oficina del Presidente, Nairobi.

2 FAO Technical Handbook Series, 1998.

3 Grupo de Trabajo del Comité Permanente entre Organismos, 23ª reunión (5 de abril de 2000), tema 3 del programa: “Corriente de ayuda humanitaria y consecuencias para unas perspectivas y una orientación prioritaria positivas del suministro diario de energía per cápita”. (Las cantidades están expresadas en cifras reales, teniendo en cuanta la inflación y los tipos de cambio).

4 Estimaciones de la TCE.

5 Informe de evaluación del programa, 1996-1997.

6 FAO. 1999. Strengthening FAO´s capacity to prepare for and respond to emergencies (Fortalecimiento de la capacidad de la FAO para prepararse a fin de hacer frente a las situaciones de emergencia y responder a ellas). Roma.

7 Technical Handbook Series, FAO, 1998.

8 Bangladesh, Camboya, Tailandia, Viet Nam.

9 Burundi, Eritrea, Rwanda, Sierra Leona.

10 Georgia, Kazajstán, Mauritania.

11 Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua.

12 El SICIAV no está plenamente relacionado con el objetivo estratégico A3, ya que se centra en las causas subyacentes de la vulnerabilidad estructural a la inseguridad alimentaria y presta una atención limitada a los aspectos ligados a los desastres. Las cifras de las asignaciones representan un tercio del total correspondiente a cada bienio.

13 Esta cifra corresponde a toda la labor sobre las enfermedades transfronterizas de los animales realizada en 1996-1997.

14 Denominada “Mejora de la producción de semillas en la explotación y de la seguridad en la disponibilidad de semillas” en 1996-1997.

15 Proyecto de documento preparado por S. Lawry-White, Vine Management Consulting, marzo de 2002.

16 Se trata de los relacionados con la preparación; los manuales y directrices; la extensión; el asesoramiento en materia de políticas de capacitación; la información y el apoyo de las direcciones técnicas durante el proceso de ayuda de socorro y rehabilitación.

 


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