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Contribución especial

¿Puede el comercio redundar en beneficio de los pobres? Una perspectiva de la sociedad civil

A continuación se ofrece una contribución a El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2005 hecha por organizaciones y movimientos sociales y extraída de declaraciones, evaluaciones y propuestas recientes relacionadas con la liberalización del comercio agrícola y sus consecuencias. El Comité Internacional de Planificación de las ONG/OSC para la soberanía alimentaria (CIP)1 ha facilitado este proceso colectivo, el cual está referido especialmente a quienes carecen de seguridad alimentaria, que en su vasta mayoría son productores de alimentos que trabajan en condiciones de vulnerabilidad.

Esta contribución es una reflexión autónoma e independiente sobre el comercio agrícola y la pobreza y por ningún concepto supone el aval del análisis publicado en el texto principal de El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2005.

LA SOBERANíA ALIMENTARIA: UN DERECHO PARA TODOS…

El 13 de junio de 2002, durante el último día de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, organizado por la FAO, al sintetizar el análisis político del Foro para la Soberanía Alimentaria2 ante la presencia de jefes de Estado y de delegaciones gubernamentales, afirmamos que:

… los Gobiernos e instituciones internacionales han presidido la globalización y la liberalización que han intensificado las causas estructurales del hambre y la malnutrición. Han forzado la apertura de los mercados al dumping de productos agrarios y la privatización de las instituciones básicas de apoyo económico y social, la privatización y la conversión en mercancía de las tierras comunales y públicas, el agua, las pesquerías y los bosques…

… Pedimos que se ponga fin a las políticas económicas neoliberales que están imponiendo el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los países del Norte y otros acuerdos multilaterales y regionales de libre comercio…

… Pedimos que la agricultura sea excluida de la OMC…

En la resolución final del Foro de las ONG/OSC sobre soberanía alimentaria de 2002 se delinearon cuatro esferas de acción prioritarias, una de las cuales era la relación entre el comercio y la soberanía alimentaria. En el plan de acción del Foro de las ONG/OSC se afirma que la soberanía alimentaria «es un derecho de los países y los pueblos a definir sus propias políticas agrícolas, pesqueras y alimentarias de forma que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas para ellos. La soberanía alimentaria fomenta el derecho a la alimentación para la entera población, basada en una producción de mediano y pequeño tamaño, respetando: las culturas y la diversidad de campesinos, pescadores y pueblos indígenas y sus modos y medios de producción, distribución y comercialización y su manejo de las áreas rurales, en las que las mujeres juegan un papel fundamental». Observamos ahora que la FAO, en su Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2004, indica que el 80 por ciento de las personas más aquejadas por la inseguridad alimentaria en el mundo son pequeños agricultores, campesinos sin tierra, pastores, pescadores y hombres y mujeres que dependen de los bosques, reconociendo de esta manera que las políticas actuales no han logrado hacer frente a las verdaderas causas del hambre.

En el planteamiento estratégico del comercio formulado en el plan de acción del Foro de las ONG/OSC de 2002 se pone de manifiesto que:

La globalización y la liberalización han eliminado todas las formas de apoyo y protección existentes para la mayoría de los campesinos. Esto desestabiliza los precios locales al mismo tiempo que impide a los productores locales acceder a sus propios mercados. Fuerza a los campesinos a producir para mercados lejanos a precios bajos e inestables. Todos los subsidios destinados a la agricultura agroexportadora tienen un efecto de dumping. […] El comercio debería ser una fuerza positiva para el desarrollo, y no contradecir ninguno de los derechos humanos. La soberanía alimentaria requiere un comercio agrícola justo que dé acceso a los productores locales. Desde su creación la OMC no ha aplicado principios de soberanía alimentaria. La OMC no es transparente, ni democrática ni responsable. Tampoco tiene la posición legítima para tratar con alimentación y agricultura.

RESUMEN DE LA POSICIóN DE VíA CAMPESINA SOBRE COMERCIO

Es urgente reorientar el debate sobre la producción agrícola y tomar iniciativas hacia una política de soberanía alimentaria3

La agricultura y la alimentación son fundamentales para los pueblos y la gente de todo el mundo, tanto en términos de producción y disponibilidad de cantidades suficientes de alimentos nutritivos y seguros, como en cuanto pilares de comunidades, culturas y ambientes rurales y urbanos saludables. Esas funciones están amenazadas y socavadas por las políticas económicas neoliberales que con ímpetu creciente impulsan las grandes potencias como los Estados Unidos de América y la Unión Europea, a través de instituciones multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. En lugar de garantizar la alimentación de la población mundial, esos organismos presiden un sistema que da prioridad a la producción con fines de exportación, multiplica el hambre y la malnutrición, y excluye a millones de personas del acceso a bienes y recursos productivos tales como la tierra, el agua, los peces, las semillas, las tecnologías y el conocimiento. Se requieren cambios urgentes y fundamentales a este régimen mundial.

La soberanía alimentaria de los pueblos es un derecho

Para garantizar la independencia y la soberanía alimentaria de todos los pueblos del mundo es crucial que los alimentos sean producidos mediante sistemas de producción diversificados y de base comunitaria. La soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y alimentarias, proteger y reglamentar la producción agropecuaria nacional y el comercio interno a fin de alcanzar objetivos de desarrollo sostenibles, decidir en qué medida quieren ser autosuficientes, impedir que sus mercados se vean inundados por productos de otros países que los vuelcan al mercado internacional mediante la práctica del dumping, y a darle preferencia a las comunidades pesqueras locales con respecto al control del uso y los derechos sobre los recursos acuáticos. La soberanía alimentaria no niega el comercio, más bien defiende la opción de formular aquellas políticas y prácticas comerciales que puedan atender mejor los derechos de la población a disponer de métodos y productos inocuos, nutritivos y ecológicamente sostenibles.

A este respecto, es preciso concebir políticas comerciales para:

Las reglas de comercio tienen que garantizar la soberanía alimentaria

No se debe conceder primacía al comercio internacional por encima de otras metas sociales, ambientales, de desarrollo o culturales a nivel nacional o local. Es imperativo dar prioridad a la producción de subsistencia y culturalmente apropiada de alimentos sanos, nutritivos, de buena calidad y a precios razonables, para el mercado interno y los mercados subregionales y regionales. La liberalización actual del comercio que deja en manos de las fuerzas del mercado y poderosas empresas transnacionales las decisiones acerca de qué alimentos deben producirse y comercializarse, y de qué manera, no puede dar cumplimiento a estas importantísimas metas sociales. El comercio de alimentos puede desempeñar un papel positivo, por ejemplo en tiempos de inseguridad alimentaria regional, o en el caso de productos que sólo se pueden cultivar en determinados lugares del planeta, o para el intercambio de productos de calidad. No obstante, esas reglas de comercio deberán respetar el principio de precaución en todas las políticas a todos los niveles, así como reconocer los procesos democráticos y participativos en la toma de decisiones y la primacía de la soberanía alimentaria de los pueblos por encima de los imperativos del comercio internacional.

Los nexos entre el comercio y la pobreza

Las políticas de fomento a las exportaciones han dado origen a precios de mercado para los productos mucho menores que los costos reales de producción. Eso alienta y perpetúa la práctica del dumping. Los efectos adversos de esas políticas y prácticas se revelan cada vez con mayor claridad. Ellas conducen a la desaparición de la agricultura familiar y las comunidades pescadoras de pequeña escala tanto en el norte como en el sur; la pobreza ha aumentado, especialmente en las zonas rurales; los suelos y el agua están contaminados y degradados; y ha habido pérdidas irreparables de diversidad biológica y destrucción de hábitat.

No existe un «mercado mundial» de productos agropecuarios

El llamado «mercado mundial» de productos agropecuarios en realidad no existe. Lo que existe, ante todo, es el comercio internacional de excedentes de cereales y productos lácteos y cárnicos volcados al mercado internacional. Hoy en día, el comercio internacional en productos agropecuarios compromete solamente a un 10 por ciento del conjunto total de la producción agropecuaria mundial, mientras que los denominados «precios del mercado mundial» son sumamente inestables y no guardan relación alguna con los costos de producción.

Protección agrícola: ¿de quién? ¿de qué manera?

La mayor parte de los subsidios agropecuarios y pesqueros de los países ricos son en realidad subsidios para la industria agroalimentaria, las grandes empresas mercantes, las cadenas minoristas y una minoría de los mayores productores. Estas políticas llevan a una desacreditación de los subsidios al sector agrícola en general, que afecta de manera muy negativa a la posibilidad de mantener los apoyos financieros públicos, tan necesarios para la agricultura campesina. Eliminar los subsidios directos e indirectos a la exportación es un paso importante, pero aún más importante es introducir una política de reglamentación de la oferta. El control de la oferta evita que se produzcan excedentes. Un control efectivo de la oferta también permite fijar precios que cubran los costos de producción y prestar apoyo financiero público a la agricultura campesina sin crear excedentes que después generan el dumping en otros mercados. Los países exportadores de excedentes deben limitar su producción y gestionar su oferta con objeto de evitar la superproducción y el dumping. Esos países deben orientar su asistencia pública al desarrollo de una producción campesina sostenible y destinada al mercado interno. Los países importadores deben tener el derecho de detener las importaciones para proteger la producción interna y los consumidores; este principio debería aplicarse también a los productos cuya calidad e inocuidad no sean seguras, por ejemplo en el caso de organismos modificados genéticamente.

El «libre» comercio con competencia «justa» es una ilusión. Los mercados agrícolas necesitan una política fuerte de intervención del Estado.

Por su propia naturaleza, los mercados agrícolas no pueden funcionar de forma socialmente correcta sin intervención del Estado. Si se pone fin a la intervención estatal eliminando los instrumentos de la política agrícola, uno por uno, se perpetuará una situación de reestructuración destructiva de la agricultura, en que serán expulsados millones y millones de campesinos y campesinas, dejándolos sin medios para ganarse la vida. Regiones y países enteros se quedarán sin producción alimentaria. En fin, solamente los que tienen dinero para comprar van a poder comer. Se trata de una perspectiva catastrófica en el contexto actual. Ni hablar de la pérdida inmensa en cuanto a variedades y alimentos locales, experiencia campesina, y biodiversidad agrícola.

UNA PERSPECTIVA AFRICANA

En el último decenio han nacido en África organizaciones de agricultores y pescadores bien estructuradas. Los planteamientos y las declaraciones de estas organizaciones se oponen a la liberalización del comercio agrícola mundial y hacen hincapié en la capacidad de la agricultura en África de proporcionar alimentos suficientes para los ciudadanos de esa región, tal y como se afirma en la campaña Afrique nourricière de la red de organizaciones de agricultores de África occidental, ROPPA4 .

La siguiente contribución recoge las consideraciones planteadas resultantes de los debates celebrados el 2 y 3 de febrero de 2005, cuando los representantes de organizaciones de campesinos y productores agrícolas de África, Asia, Europa y América se reunieron por invitación de la ROPPA y el CNCR5 , con la finalidad de preparar su contribución al Foro Agrícola de Dakar sobre la brecha agrícola mundial.

… En general se concuerda en que las políticas neoliberales y la visión dogmática que han caracterizado los modelos de desarrollo de los 20 últimos años han ignorado las misiones básicas de la agricultura relativas a la seguridad alimentaria, el equilibrio social (creación de empleos, limitación del éxodo rural, acceso a la tierra, agricultura campesina o familiar, expansión de las zonas rurales, etc.) y el medio ambiente (calidad del suelo, erosión, agua). Además, han hecho caso omiso de las imperfecciones de los mercados mundiales. Como resultado, se han producido crisis y la brecha se ha agrandado aún más. La prioridad asignada a las exportaciones ha provocado la caída de los precios mundiales y el deterioro de las relaciones de intercambio, sin reportar beneficio alguno a los consumidores. También ha contribuido a la ruina y la desaparición de numerosas fincas familiares en las zonas meridionales y septentrionales. Cada día aumenta el número de campesinos que carecen de tierras o de acceso a medios de producción o financiación.

Las soluciones propuestas por los participantes en el Foro pueden sintetizarse de la manera siguiente:

1. Volver a asignar prioridad a las misiones básicas de la agricultura. Esto supone, en particular, el respeto de los siguientes derechos:

* soberanía alimentaria;

* protección efectiva contra las importaciones;

* acceso a medios de producción: agua, tierra, semillas, financiación.

2. Estabilizar los precios agrícolas mundiales a un costo remunerativo para todos los agricultores mediante mecanismos de reglamentación y de control de la oferta. Es necesario dar prioridad a los mercados de productos tropicales.

3. Establecer una moratoria a las negociaciones agrícolas multilaterales y bilaterales (OMC y Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos [EPA]) hasta que consigan cumplir los principios mencionados.

LA POSICIóN DEL SECTOR DE LA PESCA ARTESANAL ACERCA DEL COMERCIO

Al igual que otras actividades productoras de alimentos, la pesca artesanal se ve muy afectada por las políticas de bajo costo, la privatización y la liberalización del comercio de los recursos marinos.

A continuación se expone la contribución del WFF6 para El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2005.

El comercio por sí solo no contribuye al desarrollo de los pueblos

… La pesca en pequeña escala en un aspecto a menudo olvidado en los análisis de los problemas internacionales relacionados con la seguridad y la soberanía alimentarias o con el comercio local e internacional. Del mismo modo, se ignora su función como fuente de ingresos económicos para los Estados costeros a escala nacional e internacional. Esta invisibilidad de la pesca en pequeña escala dio a los propulsores del libre comercio la posibilidades ejercer presión, más que en otros sectores, para que los gobiernos emprendieran la privatización de sus recursos pesqueros, lo que en ocasiones ha supuesto la transferencia de esos recursos a empresas pesqueras transnacionales. Hasta un 99 por ciento de las capturas de la pesca en pequeña escala se utilizan como producto básico comercial o para el consumo directo del ser humano.

La función de las pesquerías en pequeña escala en el comercio internacional

Garantizar la soberanía alimentaria

El pescado es fundamental en la alimentación de la población mundial puesto que aporta una proporción considerable del consumo de proteínas de cientos de millones de personas. Casi el 16 por ciento del consumo medio total de proteínas animales a escala mundial se deriva del pescado.

Impedir que las normas de la OMC sean aplicadas a las pesquerías

La OMC es una superpotencia cuyas normas comerciales internacionales contribuyen a la pérdida de soberanía de los Estados y las naciones. Como resultado de ello, la pesca se convierte en una moneda de intercambio equivalente a la de otros sectores económicos nacionales.

Es necesario que se formulen reglamentos internacionales sobre comercio pesquero en el ámbito de los organismos del sistema de las Naciones Unidas, como la FAO y, más específicamente, la Conferencia de las Naciones Unidos sobre el Derecho del Mar. Es preciso alcanzar un acuerdo internacional sobre subsidios y aranceles aduaneros diferenciados, y ello debe hacerse dentro de los órganos multilaterales y no dentro de la OMC.

Mejorar los acuerdos y tratados internacionales

Los recursos pesqueros son el patrimonio de las naciones, y los Estados tienen la obligación de velar por su ordenación sostenible. Por ello, los Estados no pueden transferir la propiedad de los recursos a otros Estados y mucho menos a consorcios internacionales.

UNA PERSPECTIVA GEOGRáFICA: LA REGIóN DE ASIA OCCIDENTAL Y CENTRAL Y DE ÁFRICA DEL NORTE

El CIP agrupa las opiniones de distintos grupos y regiones. La siguiente contribución representa el punto de vista sobre comercio de los representantes del CIP procedentes de la región de Asia occidental y central y África del Norte7 .

… En la región de Asia occidental y central y África del Norte, los gobiernos nacionales han acordado participar en todos los acuerdos comerciales a escala regional e internacional y los diversos países se encuentran en diferentes fases de negociación, firma o ratificación de tales acuerdos. La mayor parte de los países no toman parte debidamente en el proceso de negociación y en la práctica aceptan las condiciones de liberalización sin mayores reservas, de haberlas. Aunque se alega que existen diversas posibilidades de períodos de gracia para entrar a formar parte de las zonas de libre comercio, no se han adoptado medidas precisas que permitan cerciorarse de la capacidad de los mercados locales para soportar las repercusiones y afrontar la competencia que se generarían por la aparición de nuevos obstáculos, como las cuestiones relativas a la calidad y los subsidios que indirectamente producen efectos negativos.

Por otra parte, el proceso de consulta con los grupos afectados no está acompañado de un plan de sensibilización que los prepare a la fase posterior al acceso, por lo que esos grupos casi desconocen el contenido de los diferentes acuerdos comerciales a escala regional e internacional y sus repercusiones en sus medios de vida y soberanía alimentaria.

Es un hecho consabido que los países de esta región no poseen los medios para competir con los países más adelantados y prestar a sus agricultores el mismo tipo de apoyo.


1 El CIP se estableció como resultado del proceso que reunió a ONG/OSC y a movimientos sociales para organizar el Foro para la Soberanía Alimentaria (Roma, 8-13 de junio de 2002). El CIP es un órgano que desempeña una función facilitadora para promover y favorecer el debate con los organismos de las Naciones Unidas e instituciones internacionales con sede en Roma con respecto a las políticas agroalimentarias. Sus actividades están dirigidas a fomentar el debate entre las ONG, las OCS y los movimientos sociales y no sustituyen a las relaciones y negociaciones que puedan mantener directamente. Conforme a lo declarado por el Sr. Jacques Diouf, Director General de la FAO, en un intercambio de correspondencia destinada a determinar las principales orientaciones de las relaciones futuras entre la FAO y el CIP, «la FAO reconoce al CIP como su principal interlocutor de la sociedad civil global en lo que respecta a las iniciativas y los temas derivados de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después y del Foro de ONG/OSC de junio de 2002».
2 El Foro para la Soberanía Alimentaria logró reunir en el Palazzo dei Congressi de Roma entre el 8 y el 13 de junio a más de 700 representantes de ONG, OCS y movimientos sociales, incluidos agricultores, pescadores, pastores, pueblos indígenas, ecologistas, organizaciones de mujeres y sindicatos, como resultado de un proceso de consulta e interacción a escala internacional que se prolongó por más de dos años.
3 Vía Campesina es un movimiento internacional de agricultores (correo electrónico: [email protected]).
4 Réseau des Organisations Paysannes et de Producteurs de l'Afrique de l'Ouest (Red de organizaciones de campesinos y productores agrarios del África occidental) (ROPPA) (correo electrónico: [email protected]).
5 Conseil National de Concertation et de Coopération des Ruraux (Consejo Nacional de Concertación y de Cooperación Rural del Senegal) (correo electrónico: [email protected]).
6 Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (correo electrónico: [email protected]).
7 En el contexto del CIP, conocida por su sigla inglesa WESCANA.


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