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Las actividades forestales y la
lucha contra el paludismo en Italia

A principios del siglo XX, la reforestación era uno de los medios a los que se recurría en la batalla para la eliminación del paludismo en Italia.

El paludismo ya estaba difundido en la región mediterránea en el siglo V a.C. En la antigua Roma, la gravedad del problema se agudizó a finales del período republicano con la llegada, probablemente desde África, del Plasmodium falciparum (que causa la forma más aguda de la enfermedad). Los cambios climáticos junto con la degradación del paisaje, la deforestación y el abandono de las tierras dedicadas a la agricultura provocados por la guerra, determinaron la expansión de tierras pantanosas que favorecieron de tal manera la difusión de vectores eficientes como el Anopheles labranchiae y la propagación de la enfermedad. Hacia fines del siglo XIX, más de una tercera parte de la población de Italia padecía de paludismo. El primer boletín médico italiano, publicado en 1897, señalaba que 21 000 personas morían anualmente por la enfermedad.

Si bien el paludismo fue definitivamente erradicado de Italia en la década de 1950 con la introducción del DDT, ésta representó sólo la etapa final de una larga serie de intervenciones contra la enfermedad que se habían llevado a cabo desde fines del siglo XIX. Estas labores comprendían no sólo las intervenciones sanitarias públicas sino también medidas socioeconómicas y medioambientales, entre ellas, la intervención directa con respecto al asentamiento agrícola, la ordenación de aguas, la conservación de suelos, la reforestación y la estabilización de dunas.

Entre 1920 y 1940, se introdujeron las primeras leyes sobre «reclamo integrado» (bonifica integrale) con el fin de estimular el cultivo de las zonaspantanosas para reducir los focos de reproducción de los mosquitos. El concepto de reclamo integral, según lo presentó la legislación forestal de 1923, integraba la restauración, conservación y protección mediante la ordenación hidrológica (especialmente, el suministro de agua y los sistemas de drenaje), la construcción de carreteras y la reforestación de tierras degradadas, de pendientes inestables, de pastizales y de tierras de pastoreo.

En Italia, uno de los mejores ejemplos de tales intervenciones integradas es la duna de la Feniglia en la costa toscana. Ya a principios del siglo XIX, la densa zona de maquí mediterráneo se había degradado considerablemente a causa de las actividades del hombre y el pastoreo. La desaparición de la vegetación de la tierra costera favoreció el desplazamiento de arena hacia el interior y como consecuencia se creó un pantano que era sumamente peligroso porque favorecía la propagación del paludismo.

El proceso de reforestación iniciado por el Gobierno a principios del siglo XX comprendió la construcción de represas hacia el mar, el establecimiento de varias hileras de vallas de setos muertos para detener el avance de la arena y la plantación de Pinus pinaster a lo largo de la ribera marina y de Pinus pinea en la sección interior de la duna. Los plantones se protegieron con la plantación de especies herbáceas (Arundo atenacea, Ulix europaeus, Medicago marina, Euphorbia parialis y Cakile maritima).

En la actualidad, estos terrenos boscosos son una reserva forestal importante para el esparcimiento y la conservación de la
naturaleza.

La reserva forestal de la Feniglia, originalmente plantada para recuperar las tierras pantanosas favorables a la propagación del paludismo
www.ansedoniaonline.it/P. Tarantelli

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