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Condiciones de vulnerabilidad de las plantaciones de pequeños agricultores

J. Carle

Jim Carle es Oficial forestal superior (plantaciones y protección), Servicio de Desarrollo de Recursos Forestales, Departamento Forestal, FAO, Roma.

Una porción significativa de los bosques plantados (comprendidas las plantaciones forestales y el componente de plantación de los bosques seminaturales) es propiedad de pequeños agricultores. De los 272 millones de hectáreas de bosques plantados en todo el mundo (excluyendo los árboles fuera del bosque), el 26 por ciento es propiedad de pequeños agricultores con tierras de una superficie de entre 0,5 y 100 ha; el 15 por ciento es propiedad del sector de la empresa privada y el 59 por ciento es propiedad del gobierno (FAO, 2006). Además, de los 205 millones de hectáreas de bosques plantados que se ordenan con fines de producción, el 32 por ciento es de propiedad de los pequeños agricultores, el 18 por ciento, del sector de la empresa privada y el 50 por ciento, del gobierno.

Los bosques plantados pertenecientes a los pequeños agricultores se caracterizan por sitios, mecanismos, especies, prácticas silviculturales, rotaciones y aprovechamientos diversos y por un uso sostenible de la tierra que se ajustan a las propias necesidades de los medios de vida de estas personas. En los países en desarrollo, las plantaciones pequeñas pueden contribuir verdaderamente a conseguir la seguridad alimentaria y a aliviar la pobreza. Por ello, los gobiernos y el sector de la empresa privada tienen razón valedera para establecer políticas e incentivos que estimulen las inversiones de los pequeños agricultores en los bosques plantados. Sin embargo, muchos pequeños agricultores, especialmente en los países en desarrollo, son particularmente vulnerables a dificultades de orden comercial, técnico, de política, jurídico, reglamentario e institucional que es necesario reconocer y superar. Estas dificultades son las siguientes:

  • la carencia de políticas y procedimientos favorables y explícitos acerca de la tenencia de la tierra, la propiedad de las cosechas y el derecho de manejar, cosechar, transportar y comercializar los productos forestales;
  • la complejidad de los incentivos y el insuficiente acceso a los fondos de desarrollo necesarios para invertir en bosques plantados; esta dificultad se ve agudizada por los elevados tipos de interés y los estrictos requisitos que gobiernan los préstamos con garantía;
  • los escasos conocimientos técnicos y el insuficiente acceso a la información sobre germoplasma y materiales reproductivos, prácticas de vivero, desbroce, plantación, cuidados culturales, silvicultura, protección (contra insectos, enfermedades, otras plagas e incendios), cosecha y medición del volumen y valor de los productos forestales cosechados;
  • los escasos conocimientos en materia de comercio y empresas, y el escaso poder de negociación de contratos y acuerdos (de cosecha, transporte y ventas);
  • el escaso acceso a la información de mercado sobre los productos, especificaciones, precios de mercado y tarifas contractuales de transporte y sus consecuencias para las inversiones y la toma de decisiones en materia de gestión;
  • la fragmentación y aislamiento de las explotaciones pequeñas, y las dificultades conexas que entorpecen los sistemas de comunicaciones básicas y la formación de redes;
  • las carencias de recursos de unos servicios técnicos y de extensión del gobierno que no consiguen apoyar las inversiones de los pequeños agricultores en los bosques plantados;
  • las desventajas que pueden representar para las inversiones de los pequeños agricultores los instrumentos destinados a la ordenación forestal sostenible (por ejemplo, los códigos de mejores prácticas, la certificación, etc.).

Las mencionadas condiciones de vulnerabilidad pueden acentuar los riesgos y conducir al menoscabo de los rendimientos técnicos y comerciales de las inversiones hechas por los pequeños agricultores en los bosques plantados, y traducirse por ejemplo en la insuficiente calidad de los bosques plantados y de los productos forestales, los bajos rendimientos, los precios contractuales elevados, los precios de mercado bajos y una distribución injusta de los beneficios.

Para que las inversiones de los pequeños agricultores en bosques plantados produzcan rendimientos mejores, las asociaciones de pequeños agricultores, además de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, deberán desempeñar por consiguiente una función cada vez más importante al representar a sus miembros en el diálogo sobre las políticas; en la provisión de apoyo técnico y de servicios de extensión, y en la asistencia en la toma de decisiones en materia de mercadeo y actividades empresariales.

Un vivero y plantaciones en una pequeña explotación forestal, en las cercanías de Luanda (Angola)
FAO/J. Carle

Bibliografía

FAO. 2006. Global planted forests thematic study, results and analysis. Planted Forests and Trees Working Paper FP38E. Roma.



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