Durante la segunda mitad de la década de los ochenta y principios de los noventa, el entorno internacional con el que interactúa Costa Rica ha sufrido una serie de cambios socioeconómicos, sociales y políticos, que han incidido con diferente intensidad en la evolución del país hacia el desarrollo, poniendo en peligro la estabilidad lograda y retardando el crecimiento económico.
La utilización más eficiente de la energía y la diversificación de los insumos energéticos para el consumo en los sectores económicos, implica un cambio estructural que ha sido posible en los países industrializados y en algunos menos desarrollados como Brasil. La disminución de la intensidad energética en las actividades productivas, de servicios y domésticas conlleva la adaptación tecnológica y social para la utilización de una mezcla de insumos energéticos menos vulnerable a la discontinuidad en el suministro, sobre todo en cuanto al petróleo en los países importadores del mismo.
Sin embargo, este cambio que ha variado notablemente la estructura mundial de consumo, intensificando la utilización de gas natural, carbón mineral, energía hidráulica y nuclear, no ha sido posible en la mayoría de los países en desarrollo debido al volumen de inversiones que este cambio conlleva y la dificultad existente para conseguir el financiamiento externo necesario para ejecutarlas. No cabe duda que en Costa Rica el esfuerzo realizado en cuanto al ahorro de energía, se ha visto distorsionado por decisiones políticas que van desde la importación masiva indiscriminada de vehículos en 1986 y 1987, hasta el atraso en la aprobación del financiamiento necesario para la ejecución de proyectos de producción energética indispensable. Por otro lado, la política nacional de precios no refleja todavía la importancia y escasez de los diferentes energéticos y mucho menos una consistencia real en cuanto a las posibilidades de sustitución entre éstos, especialmente de los importados.
En los últimos años, surge además la preocupación por el deterioro que los proyectos energéticos causan en el medio ambiente. Aunque esta inquietud es de origen foráneo, repercute ampliamente en el modelo de desarrollo energético que los países en desarrollo quieran adoptar, pues el financiamiento externo se condiciona con un costo adicional relativo a la mitigación del impacto ambiental. A pesar de que los países en desarrollo están conscientes de la importancia de la protección ambiental, tienen ante sí la disyuntiva de encarecer su desarrollo económico usando tecnologías más sofisticadas o viéndose inhibidos de utilizar sus recursos naturales.
En Costa Rica la dependencia de este energético continúa y se acrecienta, a pesar de los esfuerzos realizados para disminuirla. Entre 1985 y 1990, la participación del petróleo pasó de 38, 6% a 43, 2% en el país. Es así evidente la necesidad de emplear todos los recursos energéticos que posea el país para sustituirlo cuando sea factible y además preparar las estrategias para reaccionar rápidamente ante los posibles aumentos de precios futuros y ante su escasez.
Política energética nacional
Principios básicos
La política energética nacional se fundamenta en cinco principios generales, que describen la esencia de su contenido:
Mantener el papel preponderante del Estado en las actividades relacionadas con la explotación de los recursos energéticos.
Asegurar que el desarrollo energético contribuya a mantener el equilibrio social, económico y político.
Resguardar la soberanía nacional de la excesiva dependencia externa de insumos estratégicos.
Reducir la vulnerabilidad de nuestra economía debido a factores externos, incontrolables, difíciles de prever y que pueden tener efectos devastadores en nuestro sistema socioeconómico.
Mantener y mejorar la calidad de vida de la sociedad costarricense.
Objetivos
El conjunto de acciones que realiza el sector energía está orientado a satisfacer el objetivo fundamental de:
Asequrar el abastecimiento de la energía necesaria para el desarrollo integral de la sociedad costarricense.
El aprovechamiento energético de los recursos naturales y su transformación en energía útil, está constituido por una cadena de procesos que involucran aspectos políticos, técnicos, económicos y sociales. La búsqueda de la manera más eficiente y eficaz de llevar a cabo estos procesos y la orientación de las relaciones entre los diferentes actores, que de una u otra forma interactúan con el sistema energético, constituyen el fin básico del Estado en materia energética del cual se derivan objetivos específicos que dan contenido práctico a la política energética y que se enuncian a continuación:
Determinar y desarrollar el potencial energético nacional.
Suministrar en forma económica y oportuna, la energía necesaria para el desarrollo socioeconómico.
Brindar a todos los costarricenses, el acceso a las diferentes fuentes de energía, mejorando su calidad de vida.
Promover el ahorro y el uso eficiente de la energía en todas sus formas.
Disminuir la dependencia de fuentes energéticas y su infraestructura asociada, cuando sean de origen externo.
Promover la sustitución de los energéticos importados, por nacionales y de éstos entre sí, cuando sea económicamente conveniente.
Transferir y desarrollar tecnologías que utilizan eficazmente la energía y sustituir materias primas y equipos importados.
Desarrollar un programa de inversiones que garantice un suministro de energía oportuno, confiable, económico, de la mejor calidad y en las cantidades requeridas.
Determinar y asegurar el financiamiento externo e interno, necesarios para mejorar la infraestructura actual y desarrollar nuevos proyectos.
Implantar un sistema de precios de venta de la energía que refleje al usuario su costo verdadero, que permita a las empresas oferentes atender sus obligaciones y procure ordenar los mercados.
Establecer un sistema de planificación dinámico, en concordancia con los objetivos y metas de los otros sectores de la economía nacional.
Procurar la conservación de los recursos naturales y disminuir el impacto ambiental de los proyectos y procesos energéticos.
Estrategias
Fuentes nuevas y renovables de energía
Se evaluará y explotará sistemáticamente el potencial de los recursos nacionales de energía biomásica, solar y eólica. La responsabilidad sobre estas actividades recaerá en la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE), en el caso de la biomasa y en el ICE en lo que se refiere a energía solar y eólica.
Se fomentará el desarrollo de consultoría y de investigación entre los centros estatales de educación superior y las entidades del sector energía, en la investigación de mercados y tecnologías para la implantación de nuevas cadenas de producción y uso de los recursos biomásicos, solar y eólico.
Se harán los estudios necesarios de planeamiento y explotación adecuados del suelo, para producción de leña. Esto en concordancia con los esfuerzos de la Dirección General Forestal en el manejo de sistemas agroforestales.
Se propiciará el uso de biomasa como fuente de materia prima en la industria química y eventualmente para la producción de combustibles utilizados en el transporte, en condiciones técnica y económicamente viables.
En el “Segundo Plan Nacional de Energía 1990–2010 para Costa Rica” se menciona la leña dentro del Grupo de Fuentes Nuevas y Renovables de Energía, pero en forma tímida y fugaz, a pesar de que constituye más del 28% de la energía neta consumida a nivel nacional, solamente superada por los hidrocarburos. No se expresa claramente cuál será la estrategia a seguir para asegurar su abastecimiento a los diferentes sectores que dependen de la leña para su desarrollo socioeconómico.
A pesar de que se menciona que “se promoverá la sustitución de los energéticos importados por nacionales”, no hay planes concretos que contemplen a la leña dentro de estrategias de sustitución. En este sentido, la ausencia de iniciativas nacionales e internacionales, para proponer planes estratégicos que aseguren el abastecimiento de la sociedad costarricense, es evidente.
Un aspecto interesante que nace alrededor del recurso leña, es quién tiene la competencia gubernamental. Por una parte, RECOPE tiene la responsabilidad sobre la explotación y evaluación del recurso y por otro lado, la Dirección General Forestal (DGF) es la encargada de ejecutar proyectos dendroenergéticos y dar los permisos de aprovechamiento, transporte e industrialización secundaria de la misma. Esta situación hace que las escasas acciones que se ejecutan sean un tanto aisladas y faltas de coordinación entre las dos instituciones. Cabe destacar aquí el papel que ha jugado el “Plan Nacional Forestal para Costa Rica (PAF-CR)”, el cual contempla leña dentro de las áreas de trabajo.
El PAF-CR ha definido dos subáreas de trabajo, la de “Abastecimiento dendroenergético para los sectores industrial y doméstico” y la de “Generación y uso”.
Los objetivos estratégicos propuestos son:
Lograr que el aporte de los dendroenergéticos al Balance Energético Nacional cubra la demanda total de los sectores industrial y doméstico, mediante el manejo sostenido del recurso, promoviendo el desarrollo socioeconómico.
Alcanzar un nivel de eficiencia aceptable en la utilización de materiales dendroenergéticos en los sectores industrial y doméstico, acorde al nivel de desarrollo sostenible.
Si bien no se han ejecutado proyectos específicos en este marco, sí se ha contribuido a darle cierta relevancia a este recurso dentro del Ministerio de Recursos Naturales Renovables, Energía y Minas (MIRENEM).
Cuadro 1. Resumen del potencial dendroenergético. En métros cúbicos. Año 1986–1987
Fuente | Región | Total | |||||
Central | Brunca | Pacífico Central | Huetar Norte | Huetar Atlántica | Chorotega | ||
Cafetales | 608 921 | 139 175 | 5 083 | 18 770 | 12 575 | 3 416 | 787 940 |
Charrales y tacotales | 178 688 | 601 059 | 178 688 | 443 834 | 362 670 | 895 579 | 2 660 518 |
Arboles aislados en potreros | 2 028 148 | 2 641 603 | 1 733 427 | 4 729 123 | 1 312 343 | 4 946 518 | 17 391 162 |
Cercas vivas y cortinas rompevientos | 198 668 | 189 024 | 77 684 | 210 647 | 103 785 | 205 257 | 985 065 |
Industria del aserrío | 152 581 | 15 047 | 8 154 | 91 241 | 29 766 | 17 521 | 314 310 |
Madereo 1 | 319 122 | 31 471 | 17 053 | 190 829 | 62 255 | 36 644 | 657 374 |
Plantaciones forestales2 | ND | ND | ND | ND | ND | ND | ND |
Total | 3 486 128 | 3 617 379 | 2 020 089 | 5 684 444 | 1 883 394 | 6 104 935 | 22 796 369 |
Porcentaje | 15 | 15,9 | 8,9 | 24,9 | 8,3 | 26,8 | 100 |
Fuente: Elaboración propia.
1 Incluye la tala ilegal
2 No hay datos disponibles regionalmente
Impacto ambiental del consumo de leña
En el caso de Costa Rica, se ha determinado que el impacto ambiental del consumo de leña es mínimo, debido a que las principales fuentes que producen cerca del 95% de la leña provienen de sistemas silvopastoriles (ver Cuadro 1); básicamente nos referimos a cafetales, árboles aislados en potreros, charrales y tacotales, cercas vivas y cortinas rompevientos. La forma en que los campesinos obtienen la leña de estos sistemas se puede considerar como sostenible, ya que se hace en forma periódica y sistemática. Por ejemplo la fuente “café arbolado” puede producir leña por largos períodos 15 ó 20 años, los “árboles aislados en potreros” y específicamente el guácimo, quazuma ulmifolia), se podan cada 4 años y vuelven a rebrotar y este ciclo puede repetirse varias veces.
Se ha estimado que solamente un 10% del total de la leña consumida proviene del Bosque, o sea unos 200 000 m3.
En relación a la oferta de leña, Costa Rica en términos generales no presenta una situación crítica, o sea que las fuentes tradicionales producen y satisfacen las necesidades de los usuarios. Lo anterior no quiere decir que no se presenten problemas localizados de abastecimiento deficitario, por ejemplo en la Región Central del país, es ocasionada especialmente por la alta concentración de industrias consumidoras de leña. A pesar de que el 85% de los hogares que consumen leña son autosuficientes, se presentan algunas localidades, especialmente ubicadas en la Región seca, en donde hay problemas de abastecimiento, o comunidades rodeadas de desarrollos agrícolas en base a monocultivos, como en el caso del banano y la piña, ya que por el tipo de manejo cultural que se le da a estos cultivos, no permite la coexistencia de árboles cercanos.
Se han identificado una serie de líneas de acción tendientes a cubrir la demanda, haciendo un uso racional y sostenido de las fuentes productoras:
Fomentar sistemas agroforestales con el objeto de buscar la integración del árbol a las actividades agropecuarias y su uso complementario como leña.
Mejorar las técnicas de aprovechamiento y producción que permitan obtener los mejores rendimientos posibles.
Fomentar el suministro de leña, principalmente de fuentes tradicionales.
Metodologías de cuantificación del consumo
La Dirección Sectorial de Energía (DSE) es la dependencia responsable de realizar los estudios en el sector energía, que básicamente son estudios de demanda y oferta energética a nivel nacional, tanto para realizar predicciones como para definir programas de administración de la energía.
Anualmente se realizan este tipo de estudios con los cuales se construye el balance energético anual de Costa Rica y se resumen en los informes estadísticos.
Una vez definido el problema a investigar, por ejemplo consumo energético en el sector transporte, consumo energético en el sector público, oferta de leña en la Región Central de Costa Rica y así por el estilo, se elabora la herramienta para ejecutar la investigación, la cual consiste en una encuesta estructurada.
Se define el universo de interés, se caracteriza en detalle, a través de información primaria y secundaria, luego se define el marco muestral, asegurando la confiabilidad de los datos, correlacionando los parámetros cuantificables con los productos esperados. Se procede a calcular el coeficiente de variación real y con un coeficiente de variación deseado en las estimaciones, se logra la estimación del tamaño de la muestra.
Se procede a capacitar al grupo de entrevistadores, para que se familiaricen con los detalles de la encuesta y sobre todo, para aclarar los temas de que se trata la investigación. Se realizan las pruebas de los cuestionarios con el propósito de que las preguntas se comprendan para no provocar confusiones a los entrevistadores.
Uno de los paquetes más utilizados para el análisis estadístico es el “Statistical Package Science Social” (S.P.S.S.).
Cuadro 2. Consumo neto total de energía según año y por fuente
Fuente | 1987 | 1992 | ||
TJ | % | TJ | % | |
Leña | 24 488 | 34,03 | 23 726 | 28,19 |
Residuos vegetales | 5 928 | 8,24 | 4 086 | 4,85 |
Electricidad | 10 655 | 14,81 | 13 191 | 15,67 |
Hidrocarburos | 29 907 | 41,55 | 42 045 | 49,96 |
Otros | 9821 | 1,37 | 1 1212 | 1,33 |
Total | 71 960 | 100,00 | 84 169 | 100,00 |
Fuente: Dirección Sectorial de Energía, Balance Energético de Costa Rica de 1992
1 Carbón de leña representa 374 TJ
2 Carbón de leña representa 324 TJ
Consumo nacional
Los datos que se presentan a continuación han sido extraídos del Balance Energético de Costa Rica, 1992 y se retomó un año anterior de referencia, 1987, para poder observar más en detalle los cambios ocurridos durante el período.
Si observamos el Cuadro 2, puede apreciarse que a nivel de todos los sectores el consumo de leña ha decrecido en un 3,11%. En 1987 la leña representaba el 34,03% del consumo total, mientras que en 1992 bajó al 28,19%.
Esta situación también se observa con el carbón de leña, el cual ha experimentado un decrecimiento de 13,37%.
Estos indicadores muestran que la bioenergía está siendo sustituida por hidrocarburos y electricidad.
Cuadro 3. Consumo de energía del sector residencial comercial según año y por fuente
Fuente | 1987 | 1992 | ||
TJ | % | TJ | % | |
Leña | 23 214 | 72,85 | 20 741 | 64,75 |
Electricidad | 7 258 | 22,79 | 9 563 | 29,86 |
Hidrocarburos | 1 018 | 3,19 | 1 403 | 4,38 |
Carbón de leña | 374 | 1,17 | 324 | 1,01 |
Total | 31 864 | 100,00 | 32 031 | 100,00 |
Fuente: Dirección Sectorial de Energía, Balance Energético de Costa Rica de 1992.
Sector residencial, comercial
En el Cuadro 3 puede apreciarse el comportamiento en cuanto a consumo en este sector. La tasa de decrecimiento durante el período de 6 años es del 10,65%.
Lo anterior se debe a que en Costa Rica el 94% de los hogares tiene acceso a la electricidad, lo que ha generado un incremento del consumo eléctrico en un 31%; situación similar a la leña, se observa con el carbón vegetal cuyo consumo ha decrecido en un 13,37%.
Cuadro 4. Consumo de energía del sector industrial y agro según año y por fuente
Fuente | 1987 | 1992 | ||
TJ | % | TJ | % | |
Leña | 1 274 | 7,40 | 2 985 | 13,95 |
Residuos vegetales | 5 928 | 34,45 | 4 086 | 19,10 |
Electricidad | 3 061 | 17,79 | 3 007 | 14,05 |
Derivados de petróleo | 6 941 | 40,34 | 11 312 | 52,87 |
Total | 17 209 | 100,00 | 21 396 | 100,00 |
Fuente: Dirección Sectorial de Energía, Balance Energético de Costa Rica de 1992
Consumo industrial y agro
Ubicándose en el Cuadro 4, puede apreciarse claramente que, a diferencia del consumo residencial, aquí hay un incremento del 57,3% en relación a 1987.
Este comportamiento ha sido provocado por dos aspectos. El primero, por los pocos estudios sobre consumo que se tenían hace unos años atrás, lo cual subestimaba la participación de la leña dentro del balance energético nacional, y especialmente referido al sector industrial, esta situación se ha corregido gracias a la participación de la FAO, RECOPE y la DSE. El otro aspecto es el incremento en los volúmenes industrializados por el sector el cual depende de la leña para sus procesos, en este punto el caso más palpable es el de los Beneficios de Café.
El empleo de la madera como combustible comenzó desde que el hombre descubrió el fuego y perdura hasta hoy, tanto en el sector doméstico como en el industrial, con significativa importancia en el mundo. Se estima que es la fuente energética básica de las tres cuartas partes de la población mundial.
La dinámica presentada en la producción y consumo de la leña y el carbón vegetal como fuentes de energía en Cuba, sigue una tendencia decreciente entre los años 1961 y 1990, donde la producción de leña osciló entre 2,0 y 2,9 millones de metros cúbicos estéreos1, alcanzándose en los indicadores per cápita los siguientes valores:
Leña para combustible = 0,20 m3/habitante en 1961, a 0,12 en 1990, con una disminución de un 40%.
Carbón vegetal = 18,6 kg/habitante en 1961, a 5,8 en 1990 con una disminución de un 60%.
Todo esto es consecuencia del aumento del nivel de vida después del triunfo de la Revolución en Cuba (1959), el incremento de la electrificación y la posibilidad de adquirir combustibles derivados del petróleo en forma económicamente justa y ventajosa para el país. En 1990, el 78% de los núcleos familiares de toda la nación cocinaban fundamentalmente con kerosén.
1 1 m3 estéreo contiene como promedio unos 0,42 m3 sólidos
Situación actual
La crisis presentada en los llamados Países del Este de Europa y la desintegración de la URSS, traen repercusiones significativas en los abastecimientos de los combustibles de origen fósil (petróleo y sus derivados).
Como consecuencia de estos efectos, así como la actual difícil situación económica y la creciente importancia que se le está prestando a la conservación ambiental en todo el mundo y lo que es un factor de decisión política en Cuba, adiciona un peso aún mayor en la necesidad de buscar nuevas alternativas a los combustibles fósiles y al desarrollo de la eficiencia energética con el objetivo de alcanzar los mayores resultados socioeconómicos posibles en materia de energías limpias y con un mínimo de consumo.
Un importante rol ha venido a jugar dentro de este contexto, el incremento en cuanto al uso de la leña y el carbón vegetal como fuentes alternativas de energía, fundamentalmente en el sector doméstico para la cocción de los alimentos.
Se ha calculado que del potencial de leña existente, la producción de la misma alcance este año valores de 3, 4 millones de metros cúbicos estéreos, lo que significa un incremento del 65% con relación a los niveles máximos producidos en períodos anteriores.
Es significativo señalar que los estudios y evaluaciones realizadas recientemente han demostrado que el potencial total de leña en el país, sin afectar las estructuras y composición de los bosques, no satisfacen la creciente demanda que presentan estos productos actualmente.
Grandes han sido los esfuerzos y las medidas que se han tenido que tomar para que no se presente una sobre-explotación de los recursos forestales leñosos del país. Dentro de dichas medidas, podemos señalar:
El estricto cumplimiento del manejo de los Proyectos de Ordenación de Bosques, los cuales existen en todas y cada una de las empresas forestales y para toda la superficie del patrimonio forestal del país.
La existencia de un Programa de Establecimiento de Bosques Energéticos, a través del cual se piensa plantar unas 130 000 ha en el período 1991 – 1995.
Aplicación de técnicas más eficientes en el uso y transformación de la leña, como son la implantación de baterías de hornos brasileños tipo colmenas, conformadas por 7 hornos cada una, en áreas productoras de leña y que garantizan un aprovechamiento racional; el ordenamiento y una producción sostenible del bosque, así como un sustancial incremento en la producción de carbón vegetal y una mayor humanización del trabajo, comparado con los métodos tradicionales de producción artesanal donde se utilizan hornos de tierra.
Cambios en la tecnología productiva de algunas entidades altamente consumidoras de leña y carbón vegetal, por otras biomasas, para favorecer el destino de éstas hacia el sector doméstico en general.
No obstante estos progresos, existen problemas y dificultades que impiden optimizar el uso de la leña y el carbón vegetal, entre los cuales podemos mencionar:
La tala y utilización de volúmenes significativos de leña, que escapan de los controles.
Falta de envases para la producción de posturas, destinadas a garantizar el Programa de Bosques Energéticos.
Falta de herramientas fundamentales para estos fines, tales como son: machetes, limas y espiochas.
Falta de recursos económicos que permitan desarrollar tecnologías más eficientes para la carbonización.
Sin embargo, el nivel de talas rasas anuales con fines energéticos oscila alrededor de 2 500 ha, lo que sin lugar a dudas, a pesar de que se cumple con lo establecido en las normas técnicas de aprovechamiento, provoca algunos impactos ambientales negativos.
Otro de los hechos que también provocan efectos ambientales negativos, es un número significativo de talas ilícitas y sin control, que actualmente se incrementan dada la urgente demanda de leña en el sector rural y suburbano.
Las causas fundamentales de estos hechos, son el desabastecimiento de combustibles tradicionales para la cocción de alimentos por parte de la población y empresas locales, así como la práctica negativa de pequeñas talas por parte de algunos campesinos para dedicar esos suelos forestales a la producción agrícola local de autoconsumo en sus pequeñas comunidades. Fundamentalmente, en algunas regiones montañosas remotas.
Dentro de las regiones más críticas, debido a los efectos que causan, se pueden mencionar las zonas montañosas que ocupan el 18 % de la superficie total nacional, así como zonas del litoral donde se asientan altas concentraciones poblacionales que inciden sobre el ecosistema de manglares y bosques costeros.
Todas estas transformaciones han provocado algunos efectos sociales negativos, como como por ejemplo, los cambios acelerados en las tecnologías de las cocinas domésticas destinadas a la cocción de alimentos.
Los efectos ambientales negativos se observan mucho más marcadamente en las zonas montañosas, donde no se practica una agricultura que tenga en cuenta las medidas de protección y conservación de suelos para estas condiciones topográficas. El resultado es la degradación de estos suelos frágiles y poco estables, producto de la erosión acelerada a que son sometidos y cuyos daños en cuanto a su fertilidad, en ocasiones se hacen irreversibles.
Numerosos son los esfuerzos que se realizan en el país para contrarrestar estos efectos negativos:
Aprobación de cuerpos legales por el Consejo de Estado de la República de Cuba, en marzo de 1993.
Decreto-Ley № 136 del Patrimonio Forestal y la Fauna Silvestre. Que establece los reglamentos para la protección, la conservación, el desarrollo sostenible, el incremento y el uso racional de los bosques y la fauna silvestre.
Decreto-Ley № 180 sobre las Contravenciones de los Reglamentos del Patrimonio Forestal y la Fauna Silvestre.
La confección de los Proyectos de Ordenación y Manejo de los Bosques, los cuales existen a niveles de empresas, áreas protegidas, provincias y Nación, para todo el Patrimonio Forestal.
El Programa de Proyectos para el Manejo de Cuencas Hidrográficas y Acciones de Restauración Hidrológico-forestal, donde se han estudiado hasta el momento 24 cuencas o subcuencas en una superficie de unas 100 000 ha, estando en proyección otras 19 cuencas.
La existencia de un programa para la Creación de Bosques Energéticos, que establece plantar en el quinquenio 1991–95, 130 000 ha.
La implantación de un Nuevo Sistema de Reforestación en el país con una fuerte participación local de empresas y entidades estatales, campesions y la población en general a través de sus organizaciones de masas.
Fortalecimiento del Cuerpo de Guardabosques del país.
La producción de leña en Cuba en los últimos años ha sido alrededor de 2, 7 millones de metros cúbicos estéreos, de los cuales el 41% ha sido destinado a la producción artesanal de carbón vegetal y el resto al uso directo.
Teniendo en cuenta que las producciones actuales de estos productos son insuficientes para satisfacer la creciente demanda y que el 97% de las mismas corresponde al sector estatal, el control fundamental de esta producción, su distribución, entrega y consumo, corresponde a organismos y entidades de la Administración Central del Estado, entre los cuales podemos mencionar:
El mecanismo existente para este control se sustenta, fundamentalmente, a través de la Dirección de Planificación y Estadísticas y el Centro de Computación del propio Ministerio de la Agricultura, principal organismo productor y que ejecuta el balance de estos productos, apoyado por sus dependencias a nivel de provincias, municipios y empresas.
La metodología aplicada se basa principalmente en la elaboración del balance de dichos productos (leña+carbón), conformada por 2 secciones: la fuente y los destinos.
La fuente se conforma por los inventarios de producción con cierre (balance final) del año anterior y la producción planificada para el año en curso.
Los destinos se establecen basados en las estructuras de demandas de todos los consumidores de la economía nacional, y las asignaciones de dichos productos se definen según un orden de prioridad y de acuerdo al sector de la economía que corresponda.
El consumo de carbón vegetal y de leña ha tenido el siguiente comportamiento en los últimos años.
Destinos | Consumo de carbón vegetal (miles de toneladas) | ||
Residencial | 1990 | 1991 | 1992 |
34,8 | 34,6 | 34,3 | |
Comercial | 8,7 | 8,1 | 7,0 |
Industrial | 15,5 | 19,0 | 11,8 |
Destinos | Consumo de leña para combustible (miles de metros cúbicos estéreos) | ||
Residencial | 1990 | 1991 | 1992 |
8,5 | 9,0 | 12,0 | |
Comercial | 493,7 | 714,1 | 1 159,5 |
Industrial | 664,2 | 763,7 | 766,1 |
Como puede apreciarse, la producción de leña y carbón vegetal deberá ser una tarea debidamente atendida en los próximos Programas de Desarrollo a corto y mediano plazo en Cuba.
Introducción
La leña es un recurso renovable de gran disponibilidad en el país. Sin embargo, debido a la gran extensión que tiene Chile (más de 4 000 km de largo) y a la diversidad climática, que se traduce en la existencia de zonas del país en que las precipitaciones prácticamente no existen hasta lugares en que éstas alcanzan a 8 000 mm anuales, ha significado que el consumo y abastecimiento de leña sea muy distinto de un lugar a otro.
Por otra parte, existe el elemento de la estacionalidad del consumo doméstico, que es mayor en invierno que en verano, que ligado al factor climático determina fuertes variaciones en el consumo de leña. Es así que en el Sur del país es del orden de 4,0 m3/persona, en tanto que en el Norte disminuye a 0,4 m3/persona y en el Centro del país alcanza a 1,2 m3/persona.
No obstante las dificultades señaladas, la leña en Chile ocupa un claro segundo lugar en el consumo de energía, participando con una cifra cercana al 25 %. En el cuadro siguiente se presenta, la evolución del consumo de diversos energéticos.
Cuadro 1. Evolución del consumo final de energía
Energético | Consumo pro año (teracalorías) | ||
1969 | 1979 | 1988 | |
Petróleo y gas natural | 37 227 | 44 202 | 52 110 |
Leña y derivados | 14 784 | 16 802 | 23 825 |
Carbón coke y alquitrán | 7 840 | 4649 | 6 932 |
Electricidad | 5 212 | 8 042 | 11 861 |
Gas | 1 971 | 3 231 | 6 235 |
Total | 67 034 | 76 926 | 100 963 |
Fuente : Comisión Nacional de Energía.
Política dendroenergética, progresos y problemas
A pesar de que la leña ocupa el segundo lugar en el consumo de energía, no forma parte importante de la política energética nacional. Por lo mismo, son escasos los trabajos realizados en el país relacionados con la dendroenergía y no existen series estadísticas de consumo, precios y producción que muestren con más precisión la situación.
No obstante lo señalado precedentemente, la Corporación Nacional Forestal, CONAF, desde hace algunos años a la fecha ha venido desarrollando una serie de actividades tendientes a incrementar las plantaciones dendroenergéticas.
Entre las principales actividades destacan:
Fomento de la creación de plantaciones forestales a través de la bonificación del 75% de los costos de forestación. Esto ha permitido que la superficie de plantaciones forestales supere las 1,8 millones de hectáreas, con una tasa promedio anual, para el período 1990 – 1993, de 119 000 hectáreas. Además, a partir del año 1991 se incrementó significativamente el costo de forestación para superficies de hasta 5 ha con el propósito de favorecer la plantación familiar con fines energéticos.
Ejecución directa de proyectos de forestación en pequeñas propiedades con fines energéticos. Entre el año 1990 y 1993, se ha plantado una superficie de 28 361 ha beneficiando a un total de 29 585 familias, a las cuales se les entregó más de 35 milliones de plantas.
Entrega de asistencia técnica a campesinos forestales para la elaboración y ejecución de planes de manejo para la explotación de bosques nativos. Este proyecto se inició a partir del año 1991. Hasta la fecha se han elaborado planes de manejo por un total de 6 514 ha, beneficiando a 1 866 familias.
Entre los problemas pendientes destacan:
Integración de la energía proveniente de la madera en las políticas nacionales.
Sesgo desfavorable para los productores a escala familiar en las políticas o programas que se han ejecutado en el país.
Insuficiente organización de la población rural, lo que les impide tener un mayor peso y participación en la toma de decisiones que la involucra.
Insuficiente dotación y capacidad de acción de la institucionalidad pública que permita asegurar que la transferencia, la extensión, la información oportuna, el apoyo a la gestión productiva y comercialización, sean un aporte efectivo para superar las deficiencias actuales.
Readecuación de la legislación de fomento de la forestación. Hasta la fecha, la gran mayoría de la pequeña propiedad forestal ha estado al margen de los beneficios de la Ley de Fomento Forestal principalmente debido a que la propiedad de los terrenos no se encuentra saneada. Actualmente la CONAF está preparando las modificaciones legales que permitan superar esta situación.
En la tecnología del uso de la leña se deben desarrollar dos líneas de investigación. Una destinada a mejorar el aprovechamiento de la leña con equipos de muy bajo costo. La otra tendiente a lograr el máximo de calorías útiles junto con resolver problemas de contaminación por combustión incompleta.
El comercio de leña y carbón se realiza bajo diferentes modalidades, ninguna de las cuales garantiza al usuario que el producto adquirido se ajuste a la calidad y precio esperado. Por ello se hace indispensable la normalización de pesos y medidas.
Impactos ambientales
El consumo anual de leña se estima en 9,26 millones de m3, en tanto que la cosecha industrial de madera alcanza la cifra de 17,8 millones de m3 anuales. Es decir, un poco más de un tercio de la corta anual de bosque se destina a la producción de energía.
Otro elemento importante de destacar es que la extracción de leña es realizada, en general, por un gran número de personas con extracciones individuales de baja cuantía y mediante el empleo de técnicas muy rudimentarias. Además, esta actividad se realiza a lo largo de todo el país, es decir, abarcando zonas con muy escasa vegetación hasta zonas con vegetación exuberante.
De lo precedentemente señalado se desprende que los impactos negativos sobre el medio ambiente son significativos debido a que las cortas se efectúan sin aplicar técnicas silviculturales adecuadas, agravándose más aún cuando éstas se llevan a cabo en zonas muy frágiles desde el punto de vista ecológico.
Todo esto trae como consecuencia un empobrecimiento generalizado del medio ambiente, de la calidad de vida, de la fertilidad de los suelos e insuficiente dotación y resguardo de los recursos de agua, entre otros problemas.
Esta situación es particularmente grave desde el Norte de Chile hasta la VII Región del Maule, en el Centro del país, por tratarse de una zona árida y semiárida con escasa vegetación, generalmente de tipo matorral variando a bosque esclerófilo, en las áreas de mayor precipitación.
Otro factor ambiental negativo del uso de la leña se encuentra más bien en los residuos que genera su combustión incompleta en zonas urbanas. Esta situación ha implicado que en la ciudad de Santiago se ha prohibido el uso de leña como energía, excepto en aquellos casos en que se utilicen equipos que mejoren el proceso de combustión.
Entre los factores socioeconómicos negativos destaca el esfuerzo que debe realizar el grupo familiar para la recolección de leña. Este proceso es efectuado mayoritariamente por las mujeres, niños y hombres adultos. Dependiendo del sector, los radios de abastecimiento oscilan entre 1 y 4 km, lo que revela la dramática situación de tales usuarios considerando, además, que la recolección y el traslado son generalmente a pie y en ocasiones esporádicas con ayuda animal y carretas. Este tremendo esfuerzo implica, muchas veces, que un miembro de la familia debe dedicarse todos los días del año a la recolección de leña. Por lo general, esta tarea es encomendada a los niños, debiendo por consiguiente dejar sus estudios para desarrollar esta labor.
Por otra parte, dada la existencia de fuertes procesos migratorios del campo a la ciudad, en esta última hay un fuerte contingente de población que vive en las periferias en condiciones de pobreza, de diversos grados, y que mantienen sus costumbres energéticas aunque atenuadas por la oportunidad de energéticos alternativos que estén a su alcance. Al respecto, se puede establecer en forma preliminar que los cinco millones de pobres existentes en el país, en fuerte medida están condicionados a la leña como fuente energética principal.
En cuanto a las acciones que se están implementando para revertir la situación se pueden mencionar:
Determinación de costos de forestación especiales para plantaciones de hasta 5 ha con el propósito de hacer más atractiva la bonificación establecida en el D.L. 701 de 1974.
Puesta en marcha de un programa masivo de plantaciones con fines energéticos, para lo cual la CONAF entrega las plantas y capacita a los propietarios para realizar la plantación. Para llevar a cabo este proyecto en forma más coordinada se han suscrito Convenios de colaboración entre las instituciones del Agro y las Confederaciones Campesinas.
A la fecha se han entregado más de 35 millones de plantas, beneficiando a 29 361 familias, lo que ha significado crear 28 361 ha que en aproximadamente 5 a 8 años más comenzarán a revertir gran parte de los aspectos negativos asociados a la recolección de leña.
Puesta en marcha, también a través de gestión directa de la CONAF, de la elaboración de planes de manejo para explotación de bosque nativo y entrega de asistencia técnica a los campesinos forestales para su ejecución. A este proyecto se han incorporado 1 866 familias cubriendo una superficie de 6 514 ha de bosque nativo. El 70% del consumo anual de leña, es decir, 6,4 millones de m3 provienen de explotaciones realizadas en el bosque nativo.
Formulación del Plan Nacional de Acción Contra la Desertificación. El Ministerio de Agricultura delegó en la CONAF, la formulación y coordinación de dicho Plan, que es coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO y cuenta con el financiamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA. Su acción abarcará las zonas áridas y semiáridas del país a través de estrategias de desarrollo nacional y formulación de proyectos susceptibles de ser financiados internacionalmente. Actualmente este Plan se encuentra en la fase de preparación de talleres regionales de amplia participación de los organismos públicos, privados y de base vinculados al tema. Los resultados de este Plan permitirán revertir los procesos de degradación de tierras que afectan a la mitad del territorio nacional.
Metodología para cuantificar el consumo de leña
La metodología utilizada para el estudio de leña es el muestreo estratificado. Los estratos considerados fueron grandes consumidores (industrial), público, comercial y residencial (rural y urbano). El estudio considera 3 regiones del país, cuya información se complementará con estudios anteriores sobre el tema.
Bibliografía consultada
CORPORACION NACIONAL FORESTAL, 1986. Primer Encuentro Nacional sobre Dendroenergía. Informe del encuentro.
FRANCO, J., 1987. El problema de la dendroenergía en Chile y proposición de desarrollo.
INSTITUTO FORESTAL, 1992. El sector forestal en Chile, logros y desafíos.
MOYA, J., 1991. Contribución del sector forestal al desarrollo rural y la dendroenergía. Plan Nacional de Acción Forestal.
Generalidades
Ecuador, tiene una superficie de 270 670 km2 y 10,3 millones de habitantes en 1990. El PIB per cápita es de $EE.UU. 980 con una tasa de crecimiento de 2,8% (1965–1990). Estos indicadores clasifican al Ecuador como un país de ingresos medio-bajos según la clasificación del Banco Mundial.
Otros indicadores del país son: tasa anual promedio de inflación 36,6% (1980– 90), expectativa de vida al nacer 66 años, tasa promedio de crecimiento anual 2,4% (1980–90) y 2,0% (1989–2000), la población estimada al año 2025 es de 18 millones, el índice de alfabetismo es de 86%, las calorías per cápita es 2 531, la población rural es del 44% (1990), el consumo anual de energía per cápita es de 678 kilogramos equivalentes de petróleo, la deuda externa (incluyendo largo y corto plazo, privada y garantizada por el Estado) asciende a 12 105 millones de dólares (Banco Mundial).
Debe resaltarse que Ecuador es un país exportador de petróleo, con reservas disminuyendo aceleradamente y con un consumo de energía que crece rápidamente (49% de las exportaciones ecuatorianas provienen del petróleo). Dadas las tasas actuales de extracción y consumo (doméstico+exportaciones) para el año 2007 la producción doméstica de crudo no cubrirá las demandas locales de refinación. Por consiguiente, crudo o producto tendrá que ser importado. La producción actual de crudo es aproximadamente de 344 000 barriles por día.
Recurso bosque en el Ecuador
La superficie de bosques naturales estimada por Cifuentes y otros es de 11 473 000 ha, lo cual equivale a un 42,3% de la superficie del Ecuador. Esta superficie (bosques naturales) puede clasificarse de la siguiente manera: 30% como bosque tropical húmedo, 10% como subtropical húmedo, 1,6% como tropical seco y 0,86 como manglares.
Los bosques están localizados principalmente en Esmeraldas (parte noroeste del Ecuador) 1 300 000 ha y en el Oriente 7 000 000 ha. Cifuentes estima que la superficie talada anualmente es de 160 300 ha, de las cuales la industria de la madera usa 56 000 ha (1 500 000 m3/año) para exportación y las restantes 104 300 ha son atribuidas a la expansión de la frontera agrícola y ganadera. Si el proceso de tala de bosques mantiene el nivel estimado por Cifuentes, las reservas de bosques se extinguirán no más allá del año 2030.
En el Ecuador se han plantado 61 281 ha de bosques (hasta 1988), de los cuales la mayoría corresponde a la región andina. El promedio de reforestación en los últimos 30 años es de 2 000 ha por año, esta cantidad no compensa en lo absoluto la tasa de deforestación y tampoco satisface la demanda que está basada práctica y exclusivamente en la explotación, sin reposición del bosque natural.
Cabrera y otros estiman que de 1962 a 1985 el área de bosques naturales ha decrecido, como resultado de la colonización y la expansión de la frontera para la agricultura, en aproximadamente 3 237 000 ha a partir de lo cual se estima la deforestación promedio anual en 140 739 ha. Además sostienen que entre 1985 y 1988 los bosques naturales han decrecido en aproximadamente 1 millón de ha, lo cual representa una deforestación anual de 330 000 ha. Estas cifras (sobre todo la del último período) reflejan los problemas de una inadecuada explotación del bosque en Esmeraldas y problemas colaterales en el Oriente (región Amazónica) por la explotación petrolera, ya que la apertura de carreteras y vías de acceso, en conjunto con las políticas de tierras del país, ha traído consigo una colonización agresiva, la cual ha provocado graves problemas socio-culturales (entre colonos, habitantes autóctonos y las empresas petroleras) además de agravar el problema de la deforestación. El Informe sobre el Desarrollo Mundial (WDR) del Banco Mundial presenta una cifra anual de deforestación en Ecuador de 340 000 ha para el período comprendido entre 1981 y 1985.
De acuerdo a estudios recientes del Instituto Ecuatoriano Forestal y Areas Naturales y de Vida Silvestre, INEFAN, el 60% de la superficie deforestada se utiliza para actividades ganaderas, 25% para actividades agrícolas, 11% para la extracción de leña combustible, 2% para usos industriales y 1% para extracción de madera (Barba).
Toro estima que hasta 1986, en la región amazónica ecuatoriana se había deforestado un área de 12 539 km2 (el Oriente tiene una extensión de 123 000 km2).
Los datos en este aspecto son bastante imprecisos, pero lo que es claro es que la deforestación que sufre el Ecuador reviste gran importancia. En la actualidad está en proceso de ejecución el proyecto “Monitoreo de los Bosques Tropicales Amazónicos” con la finalidad de determinar el estado actual de los bosques, la extensión de la deforestación y su tasa anual, bajo los mismos parámetros de interpretación, evaluación y representación del recurso bosque. La entidad encargada de ejecutar el proyecto es el Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales, CLIRSEN, mediante el uso de imágenes de satélite. Con la ejecución de este proyecto podrá tenerse una idea más clara de la magnitud real del problema de la deforestación (Toro).
Es necesario notar que Ecuador posee 18 áreas nacionales protegidas las cuales comprenden 107 500 km2 (Banco Mundial), pero al igual que en muchos países en desarrollo, no existen los recursos necesarios para una adecuada protección y administración de las mismas.
Sector de la energía
Consumo final energético (1 000 TOE)
1970 | 1980 | 1985 | 1986 | 1987 | 1988 | 1989 | 1990 | |
Leña | 1 000 | 785 | 900 | 871 | 907 | 925 | 953 | 819 |
Bagazo | 197 | 162 | 140 | 175 | 178 | 175 | ||
GLP | 112 | 209 | 242 | 283 | 331 | 353 | ||
Gasolina | 1 199 | 1 245 | 1 299 | 1 238 | 1 277 | 1 278 | ||
Kerex y turbo | 362 | 408 | 456 | 331 | 313 | 279 | ||
Diesel | 581 | 869 | 942 | 989 | 1 047 | 1 034 | ||
Pesados | 413 | 845 | 780 | 588 | 630 | 624 | ||
Electricidad | 247 | 297 | 327 | 363 | 376 | 379 | ||
Total | 2 100 | 3 896 | 4 935 | 5 057 | 4 874 | 5 077 | 5 075 | 5 505 |
Fuente: Barriga, 1991. Los datos para 1970 y 1990 son de Duque (1993).
Consumo de leña y carbón (1 000 TOE)
Sector | 1970 | 1990 | ||||
Total | Leña+Carbón | % | Total | Leña+Carbón | % | |
Residencial | 1 172 | 1 000 | 85,3 | 1 370 | 758 | 55,3 |
Industrial | 298 | n/d | n/d | 1 016 | 61 | 6,0 |
Fuente: Duque, 1993
Consumo de leña en el Ecuador
El consumo residencial de leña estimado por el Instituto Nacional de Energía (INE) es de 2 kg (estimado del año 1983) por persona por día, siendo 1,9 kg el consumo en la costa, 2,1 kg en la región andina y 2,9 kg en el Oriente (Amazonía). El alto consumo del Oriente se atribuye a que las existencias de madera exceden largamente la demanda de la población. Contrariamente, en la región andina (sierra) a pesar de requerir calefacción, el consumo tiende a ser del orden del encontrado en la costa, lo que se atribuye probablemente a que el consumo de leña en la sierra refleja la escasez del recurso en algunas partes de la región lo que reduce el nivel medio de consumo. El nivel elevado de la región amazónica no tiene un efecto pronunciado en el promedio, dada la reducida población de esta región (Barriga, 1991).
Con respecto al consumo industrial de leña, éste aparece en los balances energéticos del Ecuador sólo desde el año 1985. Esto se muestra en la tabla que se presenta a continuación, la cual es extraída de los balances del INE por Barriga, Duque y otros. En esta tabla se puede apreciar el aumento de la importancia de la leña como combustible en la industria, sin embargo, es difícil en principio evaluar si esto se debe a un incremento real de consumo o sólo a una estimación prolija.
Estructura del consumo final por energéticos en la industria (%)
1980 | 1985 | 1986 | 1987 | 1988 | |
Leña | n/d | 7,25 | 7,24 | 8,21 | 8,06 |
Bagazo | 27,06 | 17,53 | 15,59 | 21,14 | 20,79 |
Hidrocarburos | 58,79 | 62,23 | 63,70 | 56,52 | 57,01 |
Electricidad | 14,15 | 12,99 | 13,47 | 14,13 | 14,14 |
Total | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 |
Fuente: Barriga, 1991
La industria ecuatoriana está orientada básicamente a la producción de bienes de consumo. Las mayores consumidoras de energía son las cementeras y las agroindustrias. La casi totalidad de la industria utiliza combustibles de petróleo, sin embargo, los ingenios azucareros, las extractoras de aceite de palma africana y algunas industrias madereras, principalmente de exportación (balseras por ejemplo), utilizan los desechos que generan como combustible para sus calderos para obtener calor de proceso o para secado y autogeneración de fuerza motriz en algunos casos.
La mayoría de las industrias rurales del Ecuador tienen las características descritas por FAO (FAO, 1988, Trossero, 1990), es decir, son industrias que procesan materias primas locales, principalmente productos agrícolas y minerales. En el Ecuador se han identificado como consumidoras de leña a las siguientes industrias: ladrilleras, caleras, panaderías, cerámicas, alfareras, carboneras, pequeñas destilerías y paneleras. Adicionalmente se utiliza leña en baños públicos en poblaciones pequeñas de la región andina y en restaurantes o sitios de expendio de comidas (carbón vegetal en este caso). Datos sobre el número de industrias y establecimientos y su respectivo consumo de leña no están bien documentados o no existen. Esto se atribuye a que en algunos casos las operaciones son estacionales (ladrilleras de la Costa por ejemplo), en otros, como el caso de las destilerías pequeñas que actúan al margen de la ley, a las dificultades de acceso a ciertas zonas y al reducido presupuesto que manejan las entidades de control estatal encargadas de supervisar a estos sectores de la economía (Barriga, 1991).
El método de investigación aplicado para determinar el consumo de leña a nivel nacional por parte del INE generalmente ha sido el uso del cuestionario como instrumento de medición. Actualmente la Escuela Superior Politécnica del Litoral, ESPOL y el INE están analizando el consumo de leña en ladrilleras. El enfoque ha sido el de evaluar los consumos específicos de leña en diversos tipos de ladrilleras y efectuar la transferencia de tecnología desde los operadores de hornos más eficientes a los operadores de hornos que registran una menor eficiencia por interacción directa entre los operadores. Los resultados preliminares de este trabajo son alentadores.
Barriga y otros (1990) estimaron en 1 000 el número de ladrilleras y en 120 000 m3 el consumo de leña en ladrilleras (Duque, 1990). En la costa se ha encontrado que gran parte de este consumo proviene de residuos leñosos de madera que fueron originalmente usados para otras aplicaciones (por ejemplo embalaje, construcción y otros). La situación en la región andina (sierra) es diferente, con un elevado porcentaje de leña proveniente del bosque. Se estima que en la sierra entre el 20 y 30% del consumo de leña en ladrilleras proviene de residuos leñosos, 50% de plantaciones y el resto de bosque natural, todo esto para las zonas de la región donde se evaluaron las ladrilleras. Usando un rendimiento de 20 m3/ha-año promedio, se estima que el consumo hipotético equivalente sería de 5 000 ha para las ladrilleras artesanales (Duque, 1990). Si bien el área deforestada no es muy significativa globalmente, a nivel localizado el consumo de leña podría representar un problema.
Duque estima que la industria de la cal (caleras) consume unos 65 000 m3 de leña lo que representa una deforestación de 3 250 ha. La ESPOL está trabajando actualmente en el análisis del consumo de leña y mejoramiento de la eficiencia para esta industria.
Políticas y problemas en la dendroenerqía
El Gobierno de Ecuador está tratando en la actualidad de dar alternativas a la política de colonización, al tratar de implementar el aprovechamiento de recursos naturales renovables por medio del denominado “Plan Maestro de Forestación y Manejo Sustentable de los Bosques Tropicales”. Por otro lado y con el objeto de disminuir la presión sobre los recursos naturales, se ha elaborado un “Plan de Fomento a las Plantaciones Forestales”, denominado PLANFOR. Además de la generación de empleo a través de los 20 años de duración programada para el PLANFOR, se espera cubrir de plantaciones forestales un total de 600 000 ha. Esto tendría una incidencia apreciable en la presión sobre los bosques nativos (Barba).
Además, las políticas de desarrollo deben entender que la única forma de alcanzar el desarrollo es con un sector agrícola fuerte, y que esto sólo puede conseguirse cuando las zonas rurales reciban la atención adecuada y cuando se deje de subsidiar al individuo de la ciudad con precios políticos de los productos agrícolas en claro desmedro de la economía rural. El adecuado manejo de los recursos naturales en beneficio de las presentes y futuras generaciones es parte constituyente del desarrollo. La dendroenergía puede y debe jugar un papel importante en el proceso de desarrollo, siempre que se la entienda como parte integral del proceso de desarrollo y no aisladamente como se lo ha venido haciendo. La situación de la distribución de tierras, exacerba los problemas antes expuestos al empujar a los más pobres en busca de nuevas tierras, las cuales en muchos casos no son aptas para sostener los procesos agrícolas, produciéndose la degradación del recurso tierra con la generación de mayor pobreza. La pobreza ha sido identificada como una de las mayores causas de la degradación ambiental y es por esto que desarrollo y conservación del medio ambiente mediante el uso adecuado de los recursos naturales, es un imperativo.
Bibliografía consultada
BANCO MUNDIAL, 1992. World Development Report, Development and the Environment, Oxford University Press, New York, USA.
BARBA J., 1993. Deforestación de bosques, atentado contra la naturaleza, Diario El Universo, Guayaquil, Ecuador, Septiembre 12.
BARRIGA A., E. MOREIRA Y P. SVENNINGSSON, 1990. Estudio del uso de leña en las industrias de ladrillos y cal del Ecuador, presentado en la Consulta de Expertos de la FAO sobre el empleo de combustibles derivados de la madera en las industrias rurales de América Latina, San José, Costa Rica, Noviembre 19– 23, 1990.
BARRIGA A., J. DUQUE, G. ZABALA, E. MOREIRA Y M. SOLIS, 1991. Análisis e implicaciones del uso de leña en el Ecuador: Aplicaciones al área industrial rural, presentado en la Reunión de la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Dendroenergía y de Constitución de la Red Brasileña en el Tema, Itajubá, Brasil, Octubre 14–18, 1991.
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DUQUE, J., 1990. La leña en las industrias rurales del Ecuador, presentado en la Consulta de Expertos de la FAO sobre el empleo de combustibles derivados de la madera en las industrias rurales de América Latina, San José, Costa Rica, Noviembre 19–23, 1990.
DUQUE J. Y A. BARRIGA, 1993. Fuelwood utilization in Latin America, presentado en Biomass Conference of The Americas, Burlington, Vermont, USA, Agosto 30 -Septiembre 2, 1993.
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TORO, B., 1993. Proyecto: Monitoreo de los bosques tropicales amazónicos: Fase I, Revista Teledetección, Edición Aniversario del CLIRSEN, Quito, Ecuador.
TROSSERO, M., 1990. Consideraciones generales acerca de los sistemas dendroenergéticos, Memoria Consulta de Expertos de la FAO sobre el empleo de combustibles derivados de la madera en las industrias rurales de América Latina, San José, Costa Rica, Noviembre 19–23, 1990