No.5  octubre 2007  
   Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria

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Noticias más importantes

LOS PAÍSES EN CRISIS QUE NECESITAN ASISTENCIA EXTERIOR1 (total: 36 países)

Actualización sobre las emergencias alimentarias

Breve informe sobre la situación mundial de la oferta y la demanda de cereales

Panorama de la situación alimentaria de los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos

Exámenes regionales

APÉNDICE ESTADÍSTICO

NOTA

Actualización sobre las emergencias alimentarias

En el África occidental y central, las intensas lluvias e inundaciones recientes han causado considerables víctimas humanas y daños a los cultivos y al ganado en varios países, principalmente Ghana, Togo, Burkina Faso, Malí y Mauritania. Aunque es probable que las inundaciones no tengan repercusiones importantes en el suministro alimentario global de la subregión, las consecuencias en la seguridad alimentaria podrían ser graves en algunos países, principalmente Ghana, el país más afectado, donde ya antes de las inundaciones las poblaciones del norte eran vulnerables a las crisis de producción o de precios debido a la menguada cosecha de 2006. De forma análoga, las malas cosechas consecutivas que han afectado a Mauritania en los últimos años han tenido graves repercusiones negativas en el poder adquisitivo de los hogares rurales, aumentando su vulnerabilidad ante las crisis.

En el África oriental, no obstante las mejoras generales registradas en la disponibilidad global de alimentos, millones de personas están haciendo frente a graves dificultades alimentarias debidas a los efectos de sequías localizadas y de conflictos presentes o pasados. Preocupa de forma particular la situación en Somalia meridional, donde se estima que, debido a la reciente cosecha muy inferior a la media de la temporada principal “gu”, unida a un vasto desplazamiento de la población causado por una situación de continua inseguridad civil, necesitan asistencia humanitaria 1,5 millones de personas. De éstas, cerca de una quinta parte está catalogada como en estado de emergencia humanitaria, con necesidad de intervenciones destinadas a salvar vidas, mientras que una tercera parte figura como en estado de grave crisis alimentaria y de medios de subsistencia, con necesidad de apoyo para recuperar dichos medios. En Eritrea, los altos precios de los alimentos continúan afectando a un gran número de personas vulnerables. En Etiopía, según una reciente misión interinstitucional de las Naciones Unidas, cerca de 600 000 personas de la región somalí necesitan ayuda alimentaria de urgencia durante los próximos tres meses. La misión advirtió que las condiciones humanitarias habían empeorado considerablemente en las zonas de conflicto en las que ha habido enfrentamientos entre militares y grupos rebeldes. En el informe se señala asimismo una grave escasez de suministros médicos y graves preocupaciones por la seguridad. La misión teme que la situación pueda empeorar rápidamente dentro de dos o tres meses si no se logra enviar más alimentos a la población. Además, las conclusiones de la evaluación de la temporada “belg” indicaron que 830 000 personas estimadas en las regiones de Afar, Amhara, Oromiya y en la Región de las Naciones, las Nacionalidades y los Pueblos Meridionales (SNNP) necesitarán asistencia alimentaria de urgencia hasta el final del año. En un período anterior del año, la Mesa de Seguridad Alimentaria (FSB) estimaba que alrededor de 7,3 millones de personas aquejadas de inseguridad alimentaria crónica necesitaban asistencia en dinero o en alimentos a través del Programa de red productiva de protección social y 1,3 millones de personas más necesitaban asistencia alimentaria de urgencia en 2007. En Kenya, numerosas personas, particularmente en las zonas pastorales, continúan recibiendo asistencia alimentaria debido a la lentitud con que proceden las actividades de recuperación de la sequía anterior, a los continuos conflictos entre pastores, y a las migraciones del ganado. En el Sudán, la inseguridad sigue siendo un factor importante que inhibe el acceso a los alimentos, particularmente en la atribulada región de Darfur. Además, las últimas inundaciones han causado la pérdida de vidas humanas y daños a los cultivos y propiedades. En Uganda, una evaluación conducida últimamente por el PMA estableció que en general la situación de la seguridad alimentaria había mejorado en Karamoja. Pero es probable que continúe necesitándose asistencia alimentaria, dadas las perspectivas de malas cosechas, unidas a los efectos causados recientemente por unas graves inundaciones.

En el África austral, las graves sequías, inundaciones y/o limitaciones económicas se han traducido en 2007 en una fuerte disminución de las cosechas de maíz, el cultivo básico principal, en Zimbabwe, Swazilandia, y Lesotho. Una producción menor de alimentos y el alza de los precios internos y regionales deberían afectar negativamente a la seguridad alimentaria de hasta 6,6 millones de personas, más del doble del año anterior (fuente: informes de los VAC y evaluaciones de las misiones FAO/PMA de evaluación de cultivos y suministros de alimentos).

En la región de los Grandes Lagos, los problemas de seguridad reanudados en los últimos meses en la República Democrática del Congo están afectando a un número grande de personas, especialmente en las zonas nordorientales. En Burundi, se necesita ayuda alimentaria para continuar con las operaciones de reasentamiento de los repatriados y de las PDI.

En el Lejano Oriente asiático, ha aumentado el riesgo de inseguridad alimentaria para numerosas personas en toda la región a raíz de unas lluvias torrenciales que causaron graves inundaciones y derrumbes durante el verano en varios países. En Bangladesh, las estimaciones oficiales indican que aproximadamente 10 millones de personas de 39 distritos han resultado afectados por las grandes inundaciones y derrumbes de este verano. Las estimaciones oficiales provisionales indican que un 8 por ciento de la superficie total anual de arroz ha quedado completamente destruido y otro 5 por ciento ha sufrido daños parciales, comprometiendo gravemente las perspectivas para la producción arrocera de este año y el suministro de alimentos. En la República Popular Democrática de Corea, unas lluvias torrenciales sin precedente caídas entre principios y mediados de agosto causaron grandes inundaciones, que derivaron en graves daños a las viviendas, la infraestructura, el sector agrícola, y el desplazamiento de cientos de miles de personas. Motivo de particular preocupación han sido los daños causados en importantes zonas productoras a los cultivos de cereales de la cos principal, que se vieron comprometidos en una fase crítica de crecimiento. La consiguiente merma de la producción de alimentos básicos en 2007 agravará la ya difícil situación del suministro de alimentos del país. Se estima que aproximadamente 960 000 personas afectadas directamente necesitan asistencia de urgencia, sobre todo alimentos. En la India, unas inundaciones, las peores en decenios, han perjudicado según las estimaciones oficiales a alrededor de 18 millones de personas, y cientos de miles corren el riesgo de hambre y enfermedades. En el Nepal, unas lluvias monzónicas torrenciales recibidas a partir de mediados de julio causaron graves inundaciones y derrumbes que empeoraron la situación de la seguridad alimentaria de muchas poblaciones vulnerables, en las que ya predominaba una situación de inseguridad alimentaria crónica y generalizada. Se necesita asistencia internacional. En Sri Lanka, la situación de la seguridad alimentaria en el nordeste del país, ya amenazada por el deterioro de la situación política y de la seguridad, se ha agravado a raíz de las inundaciones y derrumbes registrados al principio del verano que dejaron sin vivienda a más de 11 000 personas. En Timor-Leste, se hace necesario continuar con la ayuda alimentaria debido a la difícil situación del suministro de alimentos, que debería continuar en los próximos meses, y al desplazamiento de 100 000 personas a raíz del conflicto del año pasado.

En el Cercano Oriente, la situación de la seguridad alimentaria en el Iraq continúa viéndose perjudicada por el conflicto y los problemas de seguridad. Según los organismos humanitarios, hay más de 1,8 millones de personas desplazadas en el interior y más de 2 millones han abandonado el país.

En América Central y el Caribe, el paso de poderosos huracanes ha causado graves pérdidas de cultivos alimentarios y comerciales. Los cultivos de bananos, tubérculos, cacao, café y hortalizas han resultado gravemente perjudicados por los vientos fuertes y las intensas lluvias del huracán Dean en Santa Lucía, Martinica, Dominica y Jamaica, previéndose en los meses venideros una disponibilidad menor, acompañada muy probablemente de un aumento de los precios en los mercados locales. A principios de septiembre, el huracán Félix de categoría 5 azotó fuertemente la costa atlántica nordoriental de Nicaragua causando daños importantes a los cultivos de maíz y arroz de la segunda temporada, pero también a árboles frutales, como los bananos, cocos y mangos. Se informa que más de 32 000 familias, principalmente de grupos indígenas, necesitan con urgencia asistencia humanitaria para recuperar sus sistemas básicos de subsistencia.

En América del Sur, las sequías prolongadas, las temperaturas elevadas y los vientos fuertes hicieron que la práctica tradicional de quemar los pastizales derivara en los incendios más graves de la historia del Paraguay. Alrededor de un millón de hectáreas de bosques, pastizales y tierras de cultivo quedaron destruidas en las regiones nordorientales y occidentales, afectando a unas 100 000 personas. En el Perú, la comunidad internacional está suministrando asistencia alimentaria a la población de los departamentos de Ica, Huancavelica y Ayacucho, cuyos sistemas de subsistencia quedaron gravemente afectados por el terremoto del 15 de agosto.

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