LA PRODUCCIÓN y consumo mundiales de contrachapados se ha quintuplicado después de la segunda guerra mundial. Tan sorprendente progreso ha coincidido en el tiempo con una gran expansión de la industria de los tableros de fibra y con el nacimiento y rápido desarrollo del último miembro de la familia de los paneles derivados de la madera: el tablero de partículas.
El que la producción de estas tres clases de artículos de madera haya evolucionado simultáneamente con tanta rapidez, prueba que cada uno de ellos tiene su papel como contribución específica a las necesidades en material de construcción y de otro género. Deriva el acelerado desarrollo de estas industrias de una serie de factores técnicos y económicos que han dado lugar a la diversificación de estos productos, han multiplicado sus aplicaciones, mejorado su calidad y abaratado su costo.
Con su introducción, estos productos han perfeccionado sensiblemente el aprovechamiento de la materia prima: la madera. Excepto la producción de láminas para contrachapados, bien sea por desenrollado o rebanado que exige rollizos relativamente grandes, este grupo de industrias puede utilizar maderas de casi todas las dimensiones y de gran número de especies. Los residuos de cortas, aclareos silviculturales, aserrío y otras operaciones secundarias proporcionan materia prima adecuada para los tableros de fibra y de partículas.
Estas industrias no representan, todavía, más que alrededor del cuatro por ciento del consumo mundial de madera industrial, pero se prevé que la demanda aumentará, sobre todo en los países cuyos niveles de vida están elevándose y que necesitarán materiales de construcción en cantidades considerablemente mayores o donde el progresivo costo de la mano de obra favorezca a las industrias de elevada productividad. Sin embargo, pasajeros desequilibrios en la oferta y la demanda mundiales han trastornado ya los pronósticos de gobiernos e industrias.
Respondiendo a múltiples requerimientos, la FAO piensa convocar una reunión internacional consultiva sobre tableros contrachapados y paneles de madera, que probablemente se celebrará en Roma en los meses de abril y mayo de 1963. Tendrá por finalidad esta reunión congregar especialistas de organismos estatales, representantes de la industria y del comercio para tratar de las materias primas, las técnicas y maquinaria elaboradoras, los procedimientos de aplicación y aprovechamiento y los factores económicos de producción, consumo y comercio. Se emitirá un informe en el que se intentará enfocar, con visión mundial, la presente situación y las posibilidades de estos productos competidores. Algunos de los interrogantes de importancia a los que se procurará dar respuesta son:
1. ¿Cuáles son las futuras perspectivas de la producción, consumo y comercio de los tableros contrachapados y otros productos de este tipo derivados de la madera?2. ¿Qué repercusiones tendrá la sustitución por razones de competencia entre los paneles derivados de la madera y entre la madera y otros productos no madereros?
3. ¿Representarán un entorpecimiento las disponibilidades en materia prima? ¿Hasta qué punto se han generalizado los adelantos técnicos en materia de fabricación, propiedades y aplicaciones, y se prevén nuevos progresos?
Esta reunión consultiva formará parte de un ininterrumpido programa de trabajo con el que la FAO aspira a fomentar el desarrollo de las industrias nacionales de este ramo, así como a un mejor aprovechamiento de los recursos forestales del mundo. En cooperación con la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEE), la FAO organizó en Ginebra, en 1957, otra consulta internacional sobre tableros aislantes, tableros duros y tableros de partículas. Como resultado, en 1958 se publicó una obra, Tableros de fibra y tableros de madera aglomerada, reeditada en 1959. Más recientemente aún - en marzo de 1962 la FAO y la CEE publicaron un estudio de la producción, consumo y comercio de ambos tipos de tableros.
Stanley A. Clarke, ex jefe de la Dirección de Productos Forestales de la orgànización aùstraliana de investigaciones científico-industriales del Comnonwealth (CSIRO), ha sido contratado por la FAO para que ayude a organizar la proyectada reunión consultiva.
