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3. ESTADO DE LOS RECURSOS GENÉTICOS FORESTALES

Guatemala es un país altamente diverso. Su posición geográfica (puente entre América del Norte y América del Sur), su variedad de alturas (0 a 4 211 msnm) y de precipitación (500 a 4 000 mm anuales) y períodos geológicos, han hecho que cuente con una gran variedad de ecosistemas y por ende de especies. El país cuenta con manglares en la costa sur, con bosques secos y monte espinoso en el oriente, bosque de coníferas de altas montañas y de las planicies peteneras, la selva tropical del norte, los bosques nubosos de occidente y las Verapaces, los páramos de los volcanes y de los Cuchumatanes, los bosques mixtos (coníferas y latifoliadas) en los altiplanos del país, y las sabanas peteneras, entre otros. En esta variedad de ecosistemas se cuenta con una gran diversidad de plantas y anímales como se ilustra en el Cuadro 6.

Cuadro 6: endemismo a nivel nacional por grupos taxonómicos

Especies

Plantas

Aves

Mamiferos

Anfibios

Reptiles

Peces de agua dulce

Total a nivel nacional

8 000

669*

250

112

209

230

Especies endémicas

1 171

5

4

40

19

27

*204 son migratorias

Como puede observarse en el cuadro anterior, muchas de las especies de plantas y animales son endémicas, algunas de ellas están en peligro de extinción, por lo que se hace necesario que se implementen medidas tendientes a la conservación de estas especies y de otras que podrían correr la misma suerte. En el Cuadro 7 se pueden observar las cifras de la flora actual y cuantas especies se encuentran en peligro.

Cuadro 7: flora de Guatemala en peligro

Orquideas

Latifoliadas

Coniferas

Musgos

Helechos

Bromelias

Cyperaceas

Melastomaceas

734

550

17

519

110

124

184

157

En peligro

550

6

1

?

23

15

?

?

3.1. Mapa de ecosistemas vegetales

En el año 2001, el INAB presentó los resultados de los diferentes tipos de vegetación existentes en el país con el propósito de generar información sobre el tema y por un sinnúmero de proyectos generados después del huracán Mitch, los cuales debían planificar sus actividades en prevención de desastres, tomando como base los tipos de vegetación existente. El sistema preparado es una adaptación del sistema de clasificación de UNESCO, tomando en cuenta la situación específica del país y la clasificación ya utilizada en Honduras. Los resultado obtenidos dan cuenta que en Guatemala existen 34 ecosistemas de bosques, 7 ecosistemas arbustales, 4 ecosistemas de herbazales, 15 ecosistemas de sistemas agrícolas, 3 clases de cuerpos de agua 4 clases de otros usos de la tierra. En el Cuadro 8 se presenta la información no desglosada de estos ecosistemas.

Cuadro 8: ecosistemas forestales de Guatemala

No.

Ecosistema

Superficie

km2

%

1

Bosques con suelos inundables

3 087,86

2,83

2

Bosques deciduos

268,16

0,25

3

Bosques semideciduos de bajuras y colinas

248,65

0,23

4

Bosques semideciduos submontanos

1 333,09

1,22

5

Bosques semideciduos montanos del nivel inferior

920,12

0,84

6

Bosques semi-siempreverdes y siempreverdes de bajuras/colinas

25 538,36

23,40

7

Bosques semi-siempreverdes y siempreverdes submontanos

5 085,80

4,66

8

Bosques semi-siempreverdes y siempreverdes submontanos nivel inferior

4 179,70

3,83

9

Bosques semi-siempreverdes y siempreverdes submontanos nivel superior

6 287,73

5,76

10

Bosques semi-siempreverdes y simpreverdes altimontanos

5 957,44

5,46

11

Arbustales

10 901,47

9,99

12

Herbazales y sabanas

1 730,35

1,59

13

Sistemas productivos con segmentos significativos de bosques

31 954,73

29,28

14

Sistemas productivos sin segmentos significativos de bosques

7 734,82

7,09

15

Pastizales ganaderos

1 914,37

1,75

16

Plantaciones forestales

233,28

0,21

17

Cuerpos de agua (lagos, lagunas y ríos)

1 373,68

1,26

18

Otros (tierras sin vegetación, urbanas, granjas y acuícolas, etc.)

401,74

0,37

TOTAL

109 151,35

100,00

Figura 2: mapa de cobertura forestal de Guatemala
(Año 1999)

Los ecosistemas de bosques representan el 51% de todos los ecosistemas, con una extensión de 52 907 km2 equivalentes al 48,47% del territorio nacional, lo cual representa un gran potencial en cuanto a la conservación de recursos genéticos forestales en el país.

3.2. Tipos de bosques en Guatemala

3.2.1. Bosque latifoliado de baja elevación

El bosque tropical remanente de Guatemala se considera hábitat crítico para especies endémicas y amenazadas. En la región norte del país, en los departamento de Petén, Izabal, Alta Verapaz y parte del Quiché se encuentra el bosque latifoliado de baja elevación (hasta 600 msnm), las especies que acá se hallan son: Swietenia macrophylla (caoba del norte), Cedrela odorata (cedro), Calophyllum brasiliense (santa maría), Vochysia guatemalensis (san juan), Virola sp. (sangre), Pithecolobium arboreum (cola de coche), Brosimum alicastrum (ramón blanco), Terminalia amazonia (canxán, naranjo de montaña), Lonchocarpus castilloi (manchiche), Bucida Buceras (pucté), Carapa guianensis (caobilla), Pseudobombax ellipticum (amapola), Astronium graveolens (jobillo, jocote de fraile), Vatairea lundelli (danto, medallo), Metopium brownei (chechén negro), Aspidosperma megalocarpum (malerio), Dalbergia retusa (granadillo), Dalbergia stevensonii (rosul), Cordia dodecandra (siricote), Ceiba pentandra (ceiba, árbol nacional), Spondias mombim (jocote jobo), Schizolobium parahybum (plumajillo), Jacaranda copia (zorra), Alseis yucatanensis, Ampelocera hottlei (luin), Sweetia panamensis (chichipate), Platymiscium dimorphandrum (hormigo, palo de marimba) Manilkara zapota (chicozapote, chicle), Pouteria amygdaliana (selillón), Vitex gaumeri (yaxnic), Sebastiana longicuspins (chechén blanco), Dialium guianense (tamarindo de montaña) y Myroxilon balsamun (bálsamo), entre otras. Las especies como Swietenia macrophylla (caoba) y Cedrela odorata (cedro) han tenido una alta demanda en el mercado nacional e internacional y han sido explotadas desde hace muchos años, razón por la cual su población dentro del bosque ha descendido aceleradamente. Esto ha provocado que la industria maderera busque nuevas especies que satisfagan las exigencias del mercado nacional e internacional, por lo cual se ha ampliado el número de especies en los aprovechamientos y concesiones forestales.

3.2.2. Bosque de coníferas

Al sureste del Petén, en el municipio de Poptún, se encuentra la mayor reserva de Pinus caribaea (pino de costa) en el país. En la década de los 80’s, se exportó semilla de esta especie hacia Venezuela, Colombia y Brasil, para realizar ensayos de procedencia. En el año 2001, el gorgojo del pino (Dendroctunus sp.), afectó gran parte de esta reserva, destruyendo miles de hectáreas. En esta misma región, cerca de la frontera con Belice, se descubrió hace poco tiempo un área con Pinus tecunumanii de baja elevación.

La región central del país es la región montañosa. Se extiende desde los departamentos de San Marcos y Huehuetengo, colindantes con la República de México, hasta los departamento de Chiquimula y Zacapa, los cuales colindan con las Repúblicas de Honduras y El Salvador. La cadena montañosa de la Sierra Madre, que se extiende desde la frontera con México y luego se extiende a oriente a través de la Sierra de Chuacús y Chamá, y desciende hasta las montañas de Santa Cruz y Sierra de Las Minas en el nor-oriente del país. La cadena está compuesta de conos volcánicos y mesetas que se conoce como el altiplano de Guatemala. Es en esta región en donde se concentran el mayor número de coníferas. Se reportan siete géneros, siendo ellos: Abies, Cupressus, Juniperus, Pinus, Podocarpus, Taxodium y Taxus (Veblen, 1985). El Abies guatemalensis (pinabete) es una especie endémica que se encuentra creciendo desde 2 700 a 3 500 msnm y que está seriamente amenazada.

Figura 3: mapa de ecosistemas forestales de Guatemala

Las especies del Género Pinus que se reportan en Guatemala son: Pinus caribaea, Pinus oocarpa, Pinus maximinoi, Pinus tecunumanii, Pinus pseudostrobus, Pinus ayacahuite, Pinus chiapensis, Pinus hartwegii y Pinus montezumae . Las especies más amenazadas son: Pinus chiapensis, Pinus tecunumanii y Pinus ayacahuite, que por su reducida área de distribución y por su aprovechamiento inadecuado corren peligro de desaparecer.

Las otras especies reportadas son: Cupressus lusitanica (ciprés común), Juniperus comitana (ciprecillo de Comitán), Juniperus standleyi, Taxus globosa (falso pinabete), Taxodium mucronatum (ciprés sabino), Podocarpus guatemalensis (ciprecillo) y Podocarpus oleifolius (ciprés de monaña). Esta última especie se encuentra creciendo en las laderas de la montaña arriba de los 600 msnm dentro del bosque latifoliado.

3.2.3. Bosque mixto

Es el bosque compuesto por especies de hoja ancha y coníferas en una distribución espacial, cuya proporción puede variar desde: 31% de coníferas y 69% de latifoliadas hasta 31% de latifoliadas y 69% de coníferas (PAFG, 2001). Las latifoliadas que comúnmente se encuentran creciendo en asociación con las coníferas son: Quercus spp (roble, encino), Alnus spp (aliso, ilamo), Liquidambar styraciflua (liquidámbar), Arbutus xalapensis (madroño), Fraxinus uhdei (fresno), Curatella americana (lengua de vaca) y Byrsonima crassifolia (nance).

3.2.4. Bosque latifoliado de altura

En elevaciones arriba de los 2 000 msnm se encuentra el bosque latifoliado de altura, cuyas principales especies son: Quercus spp. (roble, encino), Persea donnell-smithii (aguacatillo), Persea schiedeana (chupte), Magnolia guatemalensis (yoroconte), Alfaroa costaricensis (almendrillo), Brunellia mexicana y Cedrela pacayana, entre otras.

3.2.5. Bosque fragmentado y árboles dispersos de costa sur

Éstos son remanente de la vegetación arbórea que, en su mayor parte, fue transformada para desarrollar actividades agrícolas y de ganadería de forma intensiva, debido a sus magníficos suelos. Muchas de las especies existentes en esta región son bien cotizadas por la calidad de su madera. Las especies más importantes son: Cybistax donnell-smithii (palo blanco), Swietenia humilis (caoba del sur), Terminalia oblonga (volador), Sickingia salvadorensis (puntero), Enterolobium cyclocarpum (conacaste), Sterculia apetala (castaño), Zanthoxylum preserum (chonte) y Maclura tinctoria (palo de mora).

3.2.6. Bosque manglar

El área manglar se encuentra ubicada en el litoral del Pacífico del país y forma una franja discontinua que es interrumpida por la actividad humana. El manglar tiene diferentes grados de intervención, encontrándose áreas bastante densas; así como también áreas muy alteradas (PAFG, 2001). Las principales especies que se encuentran en este tipo de bosque son: Rhizophora mangle (mangle rojo), Avicennia germinans (mangle negro), Laguncularia racemosa (mangle blanco) y Conocarpus erecta (botoncillo).

3.2.7. Monte espinoso

Este tipo de vegetación se encuentra al oriente del país en los departamentos de Chiquimula, Zacapa y El Progreso. Es un valle cuya precipitación varía entre 400 a 600 mm anuales. La mayor parte de vegetación son arbustos y plantas espinosas como: Acacia farnesiana (subín), Cactus spp (cactus), Jaquinia aurantiacea (luruche), pero también se encuentran especies arbóreas como: Caesalpinia velutina (aripín), Leucaena spp. (yaje), Bucida macrostachya (roble de montaña), Thouinidium decandrum (zorrillo), Bursera graveolens (palo jiote), Simarouba glauca (aceituno), Cordia dentata (upay), Ceiba aesculifolia (ceibillo), Pithecolobium dulce (guachimol) y Guaiacum sanctum (guayacán), entre otros.

Este tipo de vegetación está desapareciendo aceleradamente debido a que se están introduciendo sistemas de riego y se están estableciendo áreas grandes para cultivos de melón y sandía principalmente.

3.3. Clasificación de las especies forestales por tipo de uso

Las especies forestales pueden agruparse de acuerdo a sus principales usos, en el Cuadro 9 se presentan clasificadas las especies por sus usos principales.

Cuadro 9: agrupación de especies forestales por uso

Categoría de uso

Listado de principales especies usadas

Especies maderables

Pinus oocarpa, Pinus caribaea, Pinus maximinoi, Pinus tecunumanii, Cupressus lusitanica, Cedrela odorata, Swietenia macrophylla, Cybistax donnell smithii, Calophyllum brasiliense, Virola sp., Pseudobombax ellipticum, Terminalia amazonia, Vatairea lundellii, Lonchocarpus castilloi, Bucida buceras, Aspidosperma megalocarpum, Enterolobium cyclocarpum, Symphonia globulifera, Sterculia apetala, Brosimum alicastrum.

Especies para leña

Quercus spp., Alnus spp, varias especies del genero Pinus, Gliricidia sepium, Leucaena spp., Caesalpinia velutina, Acacia spp., Guazuma ulmifolia, Inga spp., Acacia riparioides, Rhizophora mangle, Diphysa robinioides, Grevillea robusta, Eucalyptus spp.

Especies de consumo humano

Brosimum allicastrum, Gliricidia sepium, Erythrina berteroana, Chrysophyllum cainito, Pouteria mammosa, Persea spp., Mangifera indica, Spondias spp., Simarouba glauca, Lycania platypus. Pimienta dioica.

Especies forrajeras

Gliricidia sepium, Leucaena leucocephala, Acacia farnesiana, Crescentia alata, Brosimum allicastrum, Enterolobium cyclocarpum, Guazuma ulmifolia.

Especies medicinales

Simarouba glauca, Cedrela odorata, Salíx humboldtiana, Psidium guajaba, Jacaranda mimosifolia, Liquidámbar styraciflua, Eucalyptus spp.

Especies ornamentales

Tabebuia rosea, Cybistax donnell smithii, Tabebuia chrysantha, Tecoma stans, Taxodium mucronatum, Cassia grandis, Jacaranda mimosifolia, Delonix regia, Spathodea campanulata, Eucalyptus torreliana

Especies producen látex o resina para industria

Manilkara zapota, Hevea brasiliensis, varias de las especies del genero Pinus, Liquidambar styraciflua.

De acuerdo a Duró (1996), citado por Cabrera (1996), existen un total de 502 especies de árboles y 120 especies de arbustos que se utilizan con diferentes propósitos, que además de las que ya se mencionaron, incluyen usos: biocidas, colorantes, artesanía, taníferas, rituales, construcción, saponíferas, oleíferas, cosméticas y alucinógenas.

3.4. Amenazas a los recursos genéticos forestales

El acelerado crecimiento poblacional y la inadecuada utilización los recursos naturales para satisfacer las necesidades de los guatemaltecos, ha llevado a la reducción alarmante de los recursos genéticos forestales de Guatemala, poniendo en peligro la existencia y degradación de muchas especies forestales.

Las mayores amenazas en los recursos forestales y tierras de bosque en Guatemala incluye:

- La fragmentación de áreas boscosas: la cual ha reducido el tamaño de los bosques, ecosistemas y poblaciones, resultando en pérdida de la biodiversidad.

- Cambios en el uso de la tierra: tierras de bosques transformadas a fincas agrícolas y ganaderas, poblaciones humanas, etc.

- Falta de Estrategias Nacionales firmes para la conservación del germoplasma forestal.

- Uso limitado de árboles a solo unas pocas especies: lo cual ha puesto a algunas de estas especies en riesgo, tal es el caso de Caoba, Cedro y Pinabete en Guatemala.

- Baja apreciación hacia la importancia de los recursos genéticos forestales.

- Incipiente estructura institucional: la cual debe responder a las necesidades de conservación y promoción del aprovechamiento sostenible de los recursos genéticos forestales del país.

3.5. Deforestación en Guatemala

La tasa de deforestación en Guatemala se estima en 90 000 ha al año, correspondiendo un 73% de la pérdida a bosques latifoliados y un 23% a bosques de coníferas. De acuerdo a las proyecciones del Instituto Nacional de Bosques –INAB-, este ritmo de deforestación provocaría la eliminación de los bosques del país en aproximadamente 40 años. Las regiones en donde se acentúa la deforestación son los departamentos de Petén, Alta Verapaz y Baja Verapaz ubicados al norte del país.

En el Cuadro 10 se presenta las tasas de deforestación anual para Guatemala desde 1977.

Cuadro 10: tasas de deforestación anual para Guatemala

Año

Tasa deforestacion anual (km2/año)

Fuente

1977

637

INAFOR, 1977

1983

600

Leonard, 1987

1989

556

Escobar et al.

1990

600-900

PAFG, 1991

1993

900

Wilkie, 1993

1997

900

CONAP, 1997

Fuente: Fuentes, 1999

3.5.1. Historia del proceso de deforestación en Guatemala

Este proceso se inicia con el establecimiento de las poblaciones mayas en el norte del país en el año 2000 A.C. Estos pobladores constituyeron sistemas de producción agrícola basados en el maíz, frijol, chiles y algunas cucurbitaceaes, no compatibles con los ecosistemas forestales.

En la época colonial e independiente las transformaciones agrarias afectaron seriamente los bosques naturales. Se fomentó el cultivo del café lo cual contribuyó a que muchas tierras que estaban cubiertas con bosques fueran sustituidas para la producción de este cultivo, especialmente en las tierras de la boca costa.

A principios del siglo pasado (1904), se dieron las grandes deforestaciones del bosque latifoliado en la Costa Sur (costa del océano Pacífico), con el otorgamiento de concesiones para plantaciones de banano de la United Fruit Company (UFCO). Este Compañía llegó a poseer aproximadamente unas 220 000 ha en las costas de Pacífico y del Atlántico. Muchas de estas tierra ahora son utilizadas para cultivos de caña, algodón y ganadería extensiva.

A partir del año 1955, pero sobretodo en 1962, el gobierno de turno, apoyado en el Instituto Nacional de Transformación Agraria –INTA- implementaron políticas denominadas de colonización, en donde fueron entregadas tierras estatales para evitar intervenir las propiedades de las grandes unidades de producción.

A partir de los años setenta el problema agrario no resuelto provoca que el Estado inicie la colonización dirigida sobre las tierras bajas del norte como un instrumento para "resolver” el problema y, también se da un proceso de migración hacia el Petén en busca de terrenos sin cultivar y abandonado sobre lo cual el Estado no posee ningún control (Cabrera, 1996).

Actualmente el proceso de deforestación se clasifica según las causas siguientes: agricultura migratoria 78,5%, ganadería extensiva 10%, talas ilícitas 5%, consumo de leña 3%, incendios forestales 2%, plagas y enfermedades 1% y agricultura comercial 0,5% (Fuentes, 1999).

3.5.2. El crecimiento poblacional y su impacto en los bosques del país

Guatemala es un país con un alto crecimiento poblacional. En el censo de 1981, la población se estimó en 6 054 227 habitantes, en 1994 la población subió a 8 331 874 habitantes y la proyección del Instituto Nacional de Estadística –INE- para el año 2000 es de 11 986 558 de habitantes. La población rural se estima en 58% y la población urbana en 42%. Este crecimiento poblacional acelerado ha provocado una mayor demanda de tierras para viviendas y cultivos, y debido a que la mayor parte de esta población utiliza leña como fuente energética, ha causado una gran presión sobre los recursos forestales del país.

3.5.3. La agricultura migratoria

La agricultura migratoria es la causa principal de la deforestación en Guatemala, el proceso es el siguiente: selección de un área con cubierta boscosa, quema y tumba del bosque, siembra de maíz y frijol en combinación con cucurbitáceas; al disminuir la fertilidad, se abandona la parcela y se busca de una nueva área con bosque para reiniciar el proceso. Esta actividad ha venido mermando aceleradamente los ecosistemas forestales. Esto se puede notar fácilmente en las partes altas de las montañas en donde se observa como cada año la línea de la agricultura va ganando terreno a las áreas boscosas, con la consecuente pérdida de recursos genéticos forestales.

3.5.4. Expansión de la agro-exportación

Guatemala es proveedor de materias primas de carácter agropecuario, en tal sentido ha continuado la demanda de tierras para mantener y, en algunos casos ampliar las zonas puestas al servicio de la producción de algunos cultivos para la exportación en general, tales como caña de azúcar, banano, carne de res y café, aunque éste último ha enfrentado serios problemas por la baja en el precio en el mercado internacional, por lo que ha disminuido el proceso de cambio de uso de suelo para establecimiento de cafetales. Este proceso también ha contribuido a la pérdida de la diversidad biológica (por contaminación de cuerpos de agua o desaparición de tierras silvestres.

3.5.5. Incendios forestales

La mayoría de los incendios forestales en Guatemala se deriva de actividades humanas en áreas forestales. Datos recientes del Instituto Nacional de bosques –INAB- ponen de manifiesto que el 32% de los incendios forestales se originan por actividades agropecuarias (habilitación de tierras para la agricultura y quema de pastos) en áreas de avance de frontera agrícola principalmente. Un 15% de los incendios son causados por descuidos diversos como: fogatas de cazadores o extractores de recursos naturales, fabricación de carbón artesanal, fumadores, etc., un 27% se ha catalogado como incendios provocados y un 26% que no se ha podido determinar su causa. Muchos de los incendios provocados tienden a la eliminación de la cobertura forestal, como paso previo a iniciar la colonización descontrolada en zonas de reserva o áreas protegidas (Jiménez, 2002).

En los últimos años los incendios se han constituido en una seria amenaza y provocan la pérdida de bosques y la biodiversidad que en ellos se encuentran, debilitan los árboles y esto facilita la llegada de plagas y enfermedades que destruyen estos ecosistemas, ocasionan degradación y erosión del suelo, alteran el ciclo hidrológico, liberan grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases que contribuyen al efecto invernadero, pérdida de valores recreativos, escénicos y culturales e influyen directamente en aspectos socioeconómicos del país.

Aunque el fuego es un elemento permanente en algunos ecosistemas forestales de especies coníferas, muestra de ello son los bosques de Pinus oocarpa, que presenta importantes adaptaciones a este elemento, los incendios reiterados, generalmente de origen antrópico, impiden la regeneración natural de la cobertura arbórea.

En el Cuadro 11 se muestran las estadísticas de los incendios forestales en Guatemala.

Cuadro 11: estadísticas de los incendios forestales en los últimos años en Guatemala

Año

Numero de incendios

Area afectada (ha)

1998

498

678 797

1999

374

10 623

2000

944

53 404

2001

830

22 150

TOTAL

2 646

764 974

Como puede verse en el cuadro anterior, el año de 1998 fue uno de los peores años en cuanto a incendios forestales, destruyó grandes áreas de bosques especialmente en las áreas protegidas del departamento del Petén, afectando significativamente la gran biodiversidad con que cuenta esta región.

3.5.6. Plagas y enfermedades forestales

Aunque las plagas y enfermedades siempre han sido parte de los ecosistemas forestales, las actividades antrópicas inadecuadas dentro de estos ecosistemas han incrementado la magnitud de las mismas.

Las plagas y enfermedades forestales más importantes en Guatemala se desarrollan en los bosque de coníferas y mixtos. El gorgojo del pino (Dendroctunus spp.) y las royas (Cronartium spp.) se conocen en el país desde el año 1900, pero fue hasta la década de los 70 en que las poblaciones de gorgojo tomaron la condición de plaga, dañando principalmente los bosques situados en el occidente de Guatemala. En 1980 la superficie infestada por la plaga del Gorgojo del Pino comprendía aproximadamente 100 000 ha en todo el territorio nacional y se estimaba que su avance era del 8 al 12% anual. En el oriente del país (Zacapa y Chiquimula) en el año de 1996 se perdieron centenares de ha de Pinus oocarpa que fueron afectados por esta misma plaga. En el año 2000 en los bosques de Pinus caribaea del departamento de Petén, se reportó la aparición del gorgojo del pino, al mes de mayo del 2001 se han reportado un total de 291 focos diversos, que en afectan un total de 3 099 ha, lo cual ha disminuido considerablemente el germoplasma forestal de esta especie que se ha utilizado para ser ensayos de procedencia en otros países y en plantaciones forestales dentro del país (Jiménez, 2002).

La Roya del Pino fue reportada por primera vez en Guatemala en el año de 1942 y confirmada en el año de 1967. Esta enfermedad incide básicamente en la regeneración natural de los bosques de coníferas, específicamente en el género Pinus que crecen asociados con el género Quercus.

En el plano de las latifoliadas la plaga que mayor importancia económica ha tenido es el Barrenador de las especies de la familia Meliacea (Hypsipyla grandella), esta plaga provoca los mayores daños, tanto a nivel de vivero como en plantaciones jóvenes, y ha limitado el establecimiento de plantaciones puras de Cedrela odorata (cedro) y Swietenia macrophylla (caoba del norte) especialmente.

3.5.7. Extracciones ilegales

Las extracciones ilegales son de dos tipos, el primer tipo son las extracciones de especies forestales que tienen un alto valor comercial en el mercado nacional e internacional, tal es el caso de Cedrela odorata (cedro) y Swietenia macrophylla (caoba del norte), en donde los depredadores talan y transportan ilegalmente esta madera, cuyos árboles muchas veces ni siquiera tienen el diámetro mínimo de cortabilidad. Los árboles son talados, aserrados con motosierra y extraídos durante la noche y los tablones, comúnmente llamados “flitch”, son transportados en camiones, tratando de disfrazar la carga para burlar a las autoridades encargadas del control en las carreteras. La madera es comercializada en depósitos de madera, o bien, se lleva de contrabando a México o Belice. Este tipo de talas se da mucho en los departamento de Petén y Alta Verapaz, en lo que se conoce como la Franja Transversal del Norte.

El segundo tipo se da a nivel de comunidades rurales en donde por diversas causas, que pueden ser falta de empleo, estructura organizativa, asistencia técnica e ignorancia, entre otras, los bosques son talados sin un plan de manejo que guíe el aprovechamiento racional del recurso forestal. Los árboles son talados y aserrados con sierras de tipo manual o con motosierras, y la madera aserrada es extraída y transportada con fuerza humana, bestias de carga o camiones pequeños y distribuida en depósitos de madera clandestinos. Las áreas más afectadas por este tipo de extracción son los bosques de coníferas, especialmente Pinus oocarpa, Pinus maximinoi, Pinus chiapensis, Pinus ayacahuite, entre otros, que se localizan en los departamentos de Chiquimula, Zacapa, Jalapa, Chimaltenango, San Marcos, Huehuetenango, Totonicapán y Quiché.

Un caso especial es la extracción de ramillas de Abies guatemalensis (pinabete) que se distribuye arriba de los 2 500 msnm en los departamento de Huhuetenango, San Marcos, Quezaltenango, Totonicapán, Jalapa y El Progreso. Esta especie se encuentra registrada en los Apéndices del CITES (Convenio sobre Comercio de Especies Amenazadas de Flora y Fauna), pero que en el mes de diciembre sufre corte desordenado de sus ramas para elaboración de árboles de navidad. La regeneración natural de esta especie es baja, debido a la cantidad de conos que produce y a la baja viabilidad de la semilla, la cual coincide con el momento del desrame, acción que reduce ostensiblemente la capacidad regenerativa de esta especie. Por la demanda de las ramas en la época navideña y los múltiples desrames que han sufrido muchos árboles, en ciertos sitios, la especie ha llegado a ser eliminada de estos ecosistemas.

Las actividades de extracción ilícitas tienden a reducir la calidad de los bosques, ya que la tala va dirigida a los mejores ejemplares y los de mayor valor, tendiendo con esto a degenerarlos. Además, no se hace un aprovechamiento integral del árbol, ya que se desperdicia mucha madera (Jiménez, 2002).

3.5.8. La leña como fuente de combustible

La leña es la principal fuente de energía en Guatemala, aún cuando el porcentaje ha descendido en los últimos años, se mantiene en un alto nivel de consumo, principalmente para cocción de alimentos y calefacción de hogares, aunque también se utiliza en industrias tales como: ladrilleras, caleras, carboneras, panaderías y agroindustrias como beneficios de café. En 1964, el consumo de leña era de un 85%, mientras que informes recientes reportan un consumo de 78,6% en todo el territorio nacional (Dix, 1999, citado por Sandoval, 2002). El consumo anual de leña en Guatemala se estima en 13,3 millones de metros cúbicos (FAO, 1999, citado por Sandoval, 2000). De acuerdo a Cabrera, 1995, la leña contribuyó al 63% del balance energético nacional en el año 1990.

Si se considera un parámetro de 250 m3/ha, se estaría hablando de un total de 53 200 ha anuales de bosques con fines energéticas, lo cual no se alcanza con los actuales programas y proyectos de reforestación del país.

Las especies forestales de mayor utilización son: Quercus spp (robles y encinos), Alnus spp. (aliso), varias especies del género Pinus, Gliricidia sepium (madrecacao), Leucaena leucocephala (leucaena, yaje), Acacia riparioides (sare), Caesalpinia velutina (aripín), Haematoxylon brasiletto (brasil), Guazuma ulmifolia (caulote), Rhizophora mangle (mangle colorado), Brosimum alicastrum (ramón), Acacia farnesiana (subín), Inga spp. (cuje, cuxin, paterno, guamo) y Grevilea robusta (gravilea), estas dos últimas especies provenientes de desombres de cafetales.

3.6. El manejo forestal en Guatemala

En Guatemala existen dos instituciones del Estado que tienen bajo su administración, el manejo del recurso forestal del país. Por un lado está el Instituto Nacional de Bosques –INAB- que fue creado mediante el Decreto Legislativo 101-96, Ley Forestal vigente, y que delega en esta Institución la administración de los recursos forestales que se encuentra fuera de las Áreas Protegidas, y por otro lado existe el Consejo Nacional de Áreas Protegidas –CONAP- que fue creado mediante el Decreto Legislativo 4-89 y al cual le fue delegado la administración de las Áreas Protegidas del país.

El CONAP ha incorporado al manejo forestal dentro de la Zona de Uso Múltiple de la Reserva de la Biosfera Maya un total de 10 concesiones comunitarias y 2 concesiones industriales, que en total incorporan al manejo forestal un total de 487 553 ha. En el resto de áreas protegidas, se han incorporado al manejo forestal un total de 1 283,06 ha, especialmente en las áreas de amortiguamiento y de uso múltiple.

El INAB por su parte, ha incorporado desde 1997 al 2000 un total de 50 721 ha de bosques naturales al proceso de manejo forestal.

En la actualidad existe un mayor grado de conciencia y responsabilidad de los actores del sector forestal en aras del manejo forestal sostenible, sin embargo, en épocas pasadas no fue así. El manejo forestal no era más que un aprovechamiento selectivo de los mejores árboles del bosque y de un grupo reducido de especies de mayor valor comercial (Pinus oocarpa, Pinus maximinoi, Pinus caribaea, Cupressus lusitanica, Swietenia macrophylla y Cedrela odorata). Esta explotación selectiva redujo ostensiblemente el tamaño de la población de especies como Caoba y Cedro por debajo de los niveles de recuperación en algunos sitios, produciendo además, la desvalorización de este tipo de bosques. En el caso de los pinares sufrieron una selección disgénica con el aprovechamiento de los mejores ejemplares, dejando como remanente los árboles mal conformados. La selección favorece a ciertos genotipos sobre otros y, algunos genes, pueden perderse en tasas altas que podrían ser esperados por la deriva genética.

3.7. Especies que se aprovechan actualmente

En la actualidad se ha ampliado el número de especies forestales que utiliza la industria maderera guatemalteca. Las especies de coníferas más utilizadas son: Pinus oocarpa, Pinus caribaea, Pinus maximinoi, Pinus tecunumanii y Cupressus lusitanica. La utilización de especies latifoliadas se ha incrementado en los últimos años, entre ellas, las más utilizadas son: Cedrela odorata, Swietenia macrophylla, Cybixtax donnell smithii, Calophyllum brasiliense, Pseudobombax ellipticum, Pithecolobium arboreum, Pithecolobium leucocalix, Terminalia amazonia, Terminalia oblonga, Aspidosperma magalocarpon, Brosimum alicastrum, Lonchocarpus castilloi, Bucida buceras, Sikingia salvadorensis, Astronium graveolens, Metopium browneii, Dalbergia spp., Vatairea lundellii, Virola sp., Sweetia panamensis, Vochysia guatemalensis, Schizolobium parahybum, Dendropanax arboreum, Myroxilum balsamum, Sterculia apetala, Symphonia globulifera, Cordia gerascanthus, Ceiba pentandra, Dialium guianense, Zanthoxylum belizense; Hymenaea courbaril y Pouteria amigdaliana, entre otras.

3.8. Clasificación actual de las especies forestales según el valor de la madera

Mediante la resolución 1.31.97 la Junta Directiva del INAB aprobó los precios de la madera en pie e hizo una clasificación de las especies forestales según el valor económico de estas especies en el mercado. En el Cuadro 12 se presenta esta clasificación:

Cuadro 12: clasificación de las especies según el valor de la madera

Categoria

Valor promedio madera en pie (Q/m3)

Especies

Troza

Leña

Especies del Género Pinus

89,00

11,75

Pinus caribaea, Pinus oocarpa, Pinus, maximinoi, Pinus tecunumanii, Pinus pseudostrobus, Pinus ayacahuite, Pinus chiapensis, Pinus hartwegii, Pinus montezumae.

Especies del Género Cupressus

113,43

12,29

Cupressus lusitanica

Alnus, Quercus y otras latifoliadas asociadas a coníferas

----

11,75

Alnus spp., Quercus spp., Byrsonima crassifolia, Curatella americana, Arbutus xalapensis.

Maderas preciosas

691,89

5,33

Swietenia spp., Cedrela spp., Dalbergia spp., Cordia dodecandra, Astronium fraxinifolius, Tectona grandis, Sweetia panamensis.

Maderas semipreciosas

233,11

5,33

Pithecolobium saman, Enterolobium cyclocarpum, Tabebuia rosea, Juglans guatemalensis, Cordia alliodora, Cybistax donnell smithii, Calophyllum brasiliense.

Maderas secundarias

115,33

5,33

Virola koschnyi, Symphonia globulifera, Vochysia guatemalensis, Brosimum allicastrum, Bombax ellipticum, Aspidosperma megalocarpon, Vatairea lundellii, Terminalia amazonia, Sterculia apetala, Podocarpus spp., Tabebuia guayacan

Esta tabla fue publicada en el año de 1997, el INAB está trabajando en la actualización de los precios y de las especies forestales.

3.9. Especies amenazadas

Guatemala cuenta con más de 8 000 especies vegetales superiores, 23 especies de coníferas, 26 especies de robles y encinos (Género Quercus), 5 especies de mangle y más de 500 especies latifoliadas arbóreas (Gálvez, 1997). En el listado de Flora en CITES I y II aparecen 12 especies amenazadas y según Cabrera, González y Pérez (1995), citados en el Boletín informativo No. 4 del Plan de Acción Forestal para Guatemala, 1997, la flora amenazada no incluidas en CITES se estima en 119 especies más todas las orquídeas.

El Consejo Nacional de Áreas Protegidas –CONAP- mediante resolución No. ALC 028/2001 aprobó el listado de especies de flora silvestre, el cual para efectos de aplicación se le denominó Lista roja de flora, y comprende: Lista roja de especies maderables comerciales, Lista roja de especies de flora silvestre y Listado de hongos.

Para el efecto el CONAP estableció Índices que incluyen tres categorías, a saber:

CATEGORIA 1

Incluye las especies que se encuentran en peligro de extinción. Estas especies podrán ser utilizadas exclusivamente con fines científicos y reproductivos. Se prohíbe la libre exportación y comercialización de estas especies extraídas de la naturaleza. Podrán comercializarse aquellos especímenes, partes y derivados que se ha reproducido por métodos comprobados.

CATEGORÍA 2

Incluye especies de distribución restringida a un solo tipo de hábitat (endémicas) y especies en bajas densidades de población, podrán ser utilizadas de acuerdo a los siguientes lineamientos:

a) Con fines científicos y para reproducción.

b) Con fines comerciales su aprovechamiento se regulará a través de planes de manejo, los que serán aprobados siempre y cuando garanticen la supervivencia de la especie o especies de que se trate. Su uso requerirá de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA).

CATEGORÍA 3

Son especies, que si bien en la actualidad no se encuentran en peligro de extinción, podrían llegar a estarlo si no se regula su aprovechamiento. Podrán ser utilizadas de acuerdo a los siguientes lineamientos:

a) Con fines científicos y para reproducción.

b) Con fines comerciales su aprovechamiento se regulará a través de planes de manejo técnicamente elaborados y debidamente aprobados por el organismo o institución competente. Los planes de manejo deberán garantizar la estabilidad de las poblaciones de las especies aprovechadas.

Abies guatemalensis y Balmea stormiae aparecen en el Apéndice I de CITES, en el cual se incluyen todas las especies en peligro de extinción que son o pueden ser afectadas por el comercio. El comercio en especímenes de estas especies deberá estar sujeto a una reglamentación particularmente estricta a fin de no poner en peligro aún mayor su supervivencia y se autorizará solamente bajo circunstancias excepcionales.

Swietenia humilis, Guaiacum sanctum y Guaiacum officinale están registrados en el Apéndice II de CITES, en el cual se incluyen todas las especies que si bien en la actualidad no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, podrían llegar a esa situación a menos que el comercio en especimenes de dichas especies este sujeto a una reglamentación estricta, a fin de evitar utilización incompatible con su supervivencia.

Cuadro 13: lista roja de especies forestales establecidas en el índice de CONAP

Indice

Especies

Categoría 1

Juniperus comitana, Juniperus standleyi, Abies guatemalensis, Podocarpus matudai, Podocarpus oleifolius, Balmea stormiae, Guaiacum sanctum, Guaiacum officinale.

Categoría 2

Pinus chiapensis, Podocarpus guatemalensis, Taxus globosa, Taxodium mucronatum, Acer skutchii, Verbesina calciphila, Verbesina Standleyi, Avicennia germinans, Pseudobombax ellipticum, Cordia skutchii, Bursera steyermarkii, Bahuinia seleriana, Crudia lacus, Capparis lundellii, Capparis steyermarkii, Viburnum morlonianum, Cecropia sylvícola, Clethra johnstonii, Clethra skutchii, Bucida macrostachya, Conocarpus erecta, Diospyros johnstoniana, Sloanea meianthera, Alchornea integrifolia, Corton quercetorum, Opheilantha steyermarkii, Sapium tuerckheimianum, Stillingia cruenta, Erythrina guatemalensis, Lonchocarpus, phlebophyllus, Lonchocarpus salvinii, Platymiscium yucatanum, Bartholomaea mollis, Quercus oleoides, Quercus pacayana, Gorrya cororum, Gentiana guatemalensis, Clusia lusoria, Rheedia macrantha, Juglans steyermarkii, Juglans guatemalensis, Apteridium adstringens, Ocotea laetevirens, Ocotea Standleyi, Ocotea verapazensis, Persea americana var. Drymifolia, Phoebe savannarum, Buddleia europhylla, Magnolia guatemalensis, Mouriri steyermarkii, Topobea Standleyi, Cedrela odorata, Cedrela pacayana, Swietenia humilis, Hyperbaena guatemalensis, Calliandra carcerea, Inga subvestita, Mimosa canahuensis, Pithecolobium tuerckheimii, Pithecolobium saxosum, Ficus cabusana, Ardisia apoda, Ardisia escuintlensis, Ardisia verapazensis, Parathesis papiliosa, Parathesis pleurobotryosa, Parathesis sienophylla, Parathesis tomentosa, Calyptrantes contrerasii, Calyptrantes paxillata, Eugenia cervina, Eugenia papalensis, Eugenia savannarum, Eugenia shookii, Myrciaria ibarrae, Torrubia petenensis, Hauya rodriguezii, Coccoloba schippii, Rhizophora mangle, Calicophyllum candidisimum, Rondeletia chinajensis, Rondeletia cordovana, Rondeletia izabalensis, Rondeletia linquiformis, Rondeletia macrocalyx, Rudgea simiarum, Casimiroa emerginata, Esenbeckia echinoidea, Galipea guatemalensis, Meliosma máxima, Pouteria quicheana, Phyllonoma cacumins, Saurauia veneficorum, Sterculia apetala, Symplocos abietorum, Symplocos culminicola, Symplocos johnsonii, Symplocos vatteri, Lagungularia racemosa, Drimys granadensis.

Categoría 3

Juniperus standleyi, Pinus caribaea var Hondurensis, Pinus tecunumanii, Astronium graveolens, Astianthus viminales, Tabebuia chrysantha, Ceiba pentandra, Cordia dodecandra, Phyllocarpus septentionalis, Capparis hexandra, Viburnum euryphyllum, Dalbergia spp., Diphysa robinioides, Myroxylum balsamum, Platymiscium dimorphandrum, Calophyllum brasiliense, Symphonia globulifera, Distylium guatemalense, Liquidambar styraciflua, Litsea guatemalensis, Phoebe padiformis, Blakea guatemalensis, Clidemia tuerckheimii, Miconia oligocephala, Cedrela imparipinnata, Swietenia macrophylla, Enterolobium cyclocarpum, Albizzia caribaea, Inga donnell smithii, Mimosa donnell-smithii, Pithecolobium arboreum, Pithecolobium leucocalix, Pithecolobium saman, Chlorophora tinctoria, Pimienta dioica, Fuchsia cordifolia, Hauya cornuta, Coccoloba steyermarkii, Podopterus guatemalensis, Chione guatemalensis, Coussarea mediocris, Duroia genipifolia, Manilkara zapota, Laplacea coriacea.

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