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3. SITUACIÓN ACTUAL DE LOS RECURSOS GENÉTICOS FORESTALES


3.1. Fitogeografía de región

Los bosques y selvas de México, cubren un total cubren 55,3 millones de hectáreas. La distribución de superficies se da de la siguiente forma: los bosques de clima templado-frío abarcan una superficie de 30,1 millones de hectáreas. Por otra parte, para la vegetación forestal existente en el Sur - Sureste, se cuenta con lo siguiente: selva alta y mediana 5,8 millones de ha; selva baja 10,9 millones de ha; bosque mesófilo de montaña 1,4 millones de ha; manglares 0,721 millones de ha; selva de galería 0,163 millones de ha; palmar 0,101 millones de ha; selvas fragmentadas 5.7 millones de ha; finalmente la sabana con 0,512 millones de hectáreas. De los 55,3 millones de hectáreas, el 80% de la superficie es propiedad ejidal y comunal, 15% propiedad privada y 5% propiedad de la nación (Semarnap-Uach, 1999). La superficie forestal en el año 1994 es de 141,7 millones de ha y 28% de la superficie total del país está arbolada, lo anterior, se observa en la figura 3.

FIGURA 3: PROVINCIAS FLORÍSTICAS DE MÉXICO (RZEDOWSKI, 1978)

La topografía del territorio mexicano es bastante accidentada, situación que favorece la presencia de una gran cantidad de biomas, los cuales van desde los desiertos hasta las selvas. Las relaciones fitogeográficas de la vegetación de la región sur sureste del país, por nuestra afinidad, encontramos dos: la boreal y la meridional. Además existen los endemismos que tuvieron su evolución en su propio territorio.

La vegetación de clima cálido y húmedo, se relaciona más con la flora de origen meridional, mientras que los tipos de vegetación de climas templados tienen mayor afinidad con las floras boreales. La vegetación de climas secos y áridos tiene un fuerte componente de endemismos (Rzedowski, 1965; Toledo, 1976).

Con base en las condiciones ecológicas y los elementos florísticos existentes, en la región sur y sureste de México, se identifican al menos ocho provincias o subregiones fitogeográficas (Rzedowski, 1978):

  1. Depresión del Balsas
  2. Serranías Meridionales
  3. Costa Pacífica
  4. Valle de Tehuacán - Cuicatlán
  5. Costa del Golfo de México
  6. Península de Yucatán
  7. Soconusco
  8. Serranías Transístmicas

Depresión del Balsas, es una amplia región de tierras bajas que están situadas entre el Eje Volcánico Transversal y la Sierra Madre del Sur. Dicha depresión, ocupa importantes porciones de los estados de Michoacán, Guerrero, Morelos y Puebla. El rango de altitud más bajo oscila entre los 300-500 metros de altitud.

La vegetación predominante corresponde al Bosque Tropical Decíduo de acuerdo con (Rzedowski, 1978) los elementos más importantes son los árboles de porte bajo con abundantes aceites como el género Bursera, un buen número de géneros de leguminosas como Leucaena y Lysiloma además de otros árboles de lento crecimiento como Prosopis, Esembeckia, Haematoxylon y Acacia. Son comunes algunas suculentas y cactáceas columnares como Beaucarnea, Yuca, Neobuxbaumia y Pachycereus.

Esta región contiene gran número de endemismos y la conservación de los recursos genéticos se debe enfocar a las especies forestales no maderables como a las especies de distribución restringida. Las plantaciones con fines dendroenergéticas son necesarias para restar presión al bosque natural.

Serranías Meridionales, comprende el Eje Volcánico Transversal, que corre de Jalisco y Colima a Veracruz, la Sierra Madre del Sur y el complejo montañoso del norte de Oaxaca. El grueso de la masa arbórea forestal se desarrolla de los 1 500 a 3 000 msnm. La temperatura media anual oscila entre 6 y 28 grados Centígrados. De acuerdo con Rzedowski (1978) los géneros Quercus y Pinus, encuentran posibilidades de gran expresión y son predominantes en la vegetación arbórea. Son notables en esta región los endemismos.

Dentro del género Pinus destacan por su importancia comercial, las especies siguientes: Pinus ayacahuite, P. patula P. pseudostrobus, P. montezumae, P. leiophylla, P. cembroides var. orizabensis, P. chiapensis, P. lumholtzii, P. teocote, P. herrerai, P. lawsonii, P. tenuifolia, P. douglasiana, P. pseudostrobus coatepecensis, P. oaxacana, P. hatwegii, P. rudis, P. michoacana, P. oocarpa, P. pringlei, P. greggii, P. maximinoi y P. caribaea. No se citan las variedades ni formas.

Los estados de Jalisco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, sustentan su industria forestal sobre la base del aprovechamiento de los bosques de pino. Los encinos (Quercus spp.) se consideran especies de menor valor comercial, debido a la falta de industria especializada. Es necesario realizar una evaluación del estado de las poblaciones de encinos, para tomar las medidas necesarias para la conservación de las especies más importantes y que puedan estar amenazadas debido a que no se les considera de gran valor forestal.

Costa Pacífica, se extiende en forma de una franja angosta e ininterrumpida desde el este de Sonora y el suroeste de Chihuahua hasta Chiapas, prolongándose hasta Centroamérica. A nivel del Istmo de Tehuantepec, se bifurca para englobar la Depresión Central de Chiapas. Su clima es caliente y semihúmedo con tendencia a semiseco. La vegetación predominante es El Bosque Tropical Caducifolio y Subcaducifolio. Predominan las leguminosas y las especies que pueden desarrollarse con limitaciones de humedad (Rzedowski, 1978).

El Bosque Subtropical se desarrolla entre 0 y 1 300 metros de altitud y la temperatura media anual siempre es mayor a 20 grados centígrados; la precipitación promedio es de 1 000 a 1 600 mm. Las especies que predominan en los sitios con vegetación correspondiente al Bosque Tropical Subcaducifolio son las siguientes: Enterolobium cyclocarpum, Cedrela odorata, Tabebuia donnell-smithii, Dalbergia granadillo, Brosimum alicastrum, Andira inermis, Bernoullia flamea, Cordia alliodora, Cordia eleagnoides, Tabebuia rosea, T. Palmeri, Celtis sp., Swietenia humilis, Bumelia sp., Licania arborea, Manilkara zapota, Calicophyllum candidissimum, Pterocarpus acapulcensis, Ceiba pentandra, Nectandra globosa, Sterculia apetala.

El Bosque Tropical Caducifolio se desarrolla entre 0 y 1 900 m de altitud y la temperatura media anual es del orden de 20 a 29 grados centígrados. Para el Bosque Tropical Caducifolio tenemos como más importantes a las especies siguientes: Lysiloma divaricata, Bursera spp., Acacia spp., Ceiba acuminata, Ceiba aesculifolia, Lonchocarpus spp., Amphipterygium spp., Tabebuia palmeri, Coccoloba spp., Prosopis spp., Pithecellobium spp., Capparis spp., Alvaradoa amorphoides, Pistacia mexicana, Gyrocarpus americanus, Piscidia piscipula, Fraxinus sp., Ficus spp., Amphipterygium adstringens, Cordia spp.

Las especies mas importantes desde el punto de vista comercial son Cedrela odorata y Swietenia humilis, que han sido explotadas para la industria local para los productos artesanales locales. Tabebuia donnel-smithii, es una especie promisoria y con excelentes incrementos. Se pueden incluir también como importantes a Enterolobium, Dalbergia, Brosimum, Andira, Cordia, Manilkara, Nectandra y Sterculia.

La mayoría de especies de esta provincia, son de crecimiento lento y su porte no es muy grande, los microclimas locales permiten en algunos casos el desarrollo de algunas eminencias de cualquiera de las especies citadas.

Es necesario aplicar programas de conservación tanto in situ como ex situ de las especies más promisorias con el fin de disponer de información necesaria para futuros programas de mejoramiento genético forestal. La alta densidad de población humana y el crecimiento de las fronteras agrícola y ganadera están presionando cada día más a los bosques naturales de esta provincia. Falta estudiar las oportunidades que presentan las especies forestales no maderables que son abundantes en la región y corresponden a las familias botánicas principalmente de las Cactáceas, Liliáceas, Agaváceas, Euforbiáceas, Orquidáceas, Bromeliáceas y otras más.

Las potencialidades para plantaciones forestales desde el punto de vista físico, son adecuadas pero el sistema de tenencia de la tierra en ejidos y pequeñas propiedades en pequeñas parcelas dificultaría plantar grandes extensiones. Habrá que buscar modelos de plantaciones agroforestales para restar la presión al bosque natural.

Valle de Tehuacán - Cuicatlán, corresponde a un área relativamente pequeña en el sector sureste del estado de Puebla y a porciones adyacentes de Oaxaca y a una muy pequeña región de Veracruz. Su vegetación corresponde al Matorral Xerófilo, que cubre casi el 40% del país pero con peculiaridades que lo hacen bastante especial. El clima varía ampliamente, desde muy caluroso a relativamente fresco en las partes más altas, donde el matorral sube a veces hasta 2 300 m de altitud. La precipitación media anual es en general inferior a los 700 mm. La temperatura media anual varía de 12 a 26 grados centígrados. Su fisonomía es característica de zonas con falta de humedad y los elementos de la vegetación predominantes son los cactos, los magueyes y las suculentas, así como también las plantas con hojas muy pequeñas o extremadamente coriáceas. En esta región existe un Área Natural Protegida para la conservación y protección de los recursos bióticos (Reserva de la Biosfera Tehuacán - Cuicatlán).

Las especies más representativas de esta provincia son: Eysenhardtia polystachya, Castela, Fouquieria, Cephalocereus, Forchhammeria, Randia, Celtis, Schaeferia pilosa, Guaiacum coulteri, Mimosa, Pithecellobium acatlense, Acacia cymbispina, Ziziphus pedunculata, Zanthoxilon liebmanii, Euphorbia, Pedillanthus, Agave, Hechita, Yuca periculosa, Beaucarnea gracilis, Lemaireocereus weberi, Escontria chiotilla, Neobuxbaumia tetetzo, Cephalocereus hoppenstedtii, Opuntia, Mimosa, Senecio, Ipomoea, Dasylirion, Nolina, Karwinskia, Croton, Quercus ceripes.

Costa del Golfo de México, se extiende en forma de una franja continua a lo largo de las partes bajas de los Estados de Veracruz y Tabasco, ocupando casi todo su territorio, y además abarca algunas porciones adyacentes de Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Oaxaca, Chiapas y probablemente Campeche. El clima en la mayor parte es caliente y húmedo. El tipo de vegetación más ampliamente difundido es el Bosque Tropical Perennifolio, aunque también se presentan encinares, Bosque Mesófilo de montaña y Bosque Tropical Caducifolio. La flora es de impresionante riqueza, entre los géneros más típicos son Dialium, Pimenta, Swietenia, Cedrela, Scheelea, Vochysia, Terminalia, Salix, Populus, Platanus y Taxodium. La explotación forestal del bosque tropical es relativamente pequeña si se toma en cuenta el área que ocupa; las especies con mayor demanda comercial son: caoba (Swietenia macrophylla) y el cedro rojo (Cedrela odorata). Otras especies importantes no maderables son: Manilkara zapota, Dioscorea composita. Miranda (1947) menciona que Brosimum alicastrum es a menudo la que domina y es la que comparte con Celtis monoica la dominancia. Otros árboles muy característicos de esta área son: Bursera simaruba, Dendropanax arboreus, Sideroxylon tempisque, Pithecellobium arboreum, Pouteria hypoglauca, Carpodiptera ameliae, Protium copal, Pimenta dioica y Ficus spp. En el centro de Veracruz Swietenia macrophylla, Manilkara zapota, Bernoullia salvadorensis y Astronium graveolens.

Península de Yucatán comprende probablemente el territorio íntegro de esta unidad fisiográfica, pero sus límites meridionales no se pueden determinar aún con exactitud. Incluye también, al menos una parte de Belice y Guatemala. Clima cálido y húmedo, la vegetación consiste primordialmente de bosques tropicales caducifolios, subcaducifolios y perennifolios. Los géneros de plantas vasculares que son sólo conocidos o endémicos de esta región son: Asemnanthe, Beltrania, Goldmanella, Harleya y Plagiolophus. El árbol más común en el bosque tropical subcaducifofio en la península de Yucatán es Vitex gaumeri. En el noroeste de Yucatán se desarrolla la asociación de Vitex y Brosimum alicastrum; también son frecuentes Bursera simaruba, Caesalpinia gaumeri, Lonchocarpus longistylus y Lysiloma latisiliquum. La altura va de 0 a 400 msnm, con temperatura media de 20-28°C y precipitación media entre1 000 a 1 600 mm.

Soconusco corresponde a una estrecha faja en las estribaciones inferiores de la Sierra Madre de Chiapas que se prolonga hacia Guatemala y está esencialmente constituida por bosque tropical perennifolio y bosque mesófilo de montaña. El bosque tropical perennifolio se desarrolla entre 0 y 1 000 m de altitud pero en Chiapas alcaza hasta los 1 500 msnm. Entre 150 y 800 msnm según Miranda (1952) domina el bosque de Terminalia oblonga a veces de Virola guatemalensis a los cuales acompañan los siguientes árboles: Aspidosperma megalocarpon, Myroxylon balsamum, Vatairea lundellii, Scheelea preussii, Dendropanax arboreus, Clophyllum brasiliense, Ficus crassiuscula, Bursera simaruba, Tetrorchidium rotundatum, Sterculia apetala, Roseodendron donnell-smithii. Entre las porciones más altas entre 800 y 1 400 m de altitud se desarrolla el bosque de Sterculia mexicana y Hasseltia guatemalensis. Otras especies arboreas son: Sloanea ampla, Dussia sucatlantica, Prunus guatemalensis, Ficus hemsleyana, Dipholis minutifolia, Rheedia edulis, Pithecellobium arboreum, Coussapoa puspusii y Tapiria mexicana.

El bosque mesófilo de montaña en el estado de Chiapas rara vez desciende de 1 000 msnm y la precipitación media nunca es inferior a 1 000 mm y en algunas zonas rebasa los 3 000 mm. La temperatura media anual es 12 a 23 grados centígrados. Miranda (1952) cita la presencia de Quercus skinneri, Cornus disciflora, Clethra suaveolens, Pinus strobus y P. tenuifolia.

Serranías Transístmicas, abarca las montañas de Chiapas continuándose más allá de la frontera de México sobre las partes elevadas de la mitad septentrional de Centroamérica; dominando los bosques de Pinus y Quercus. Existen una gran cantidad de especies endémicas de procedencia andina que no existen en el resto del territorio nacional como por ejemplo, los géneros: Antidaphne, Blakea, Catopheria, Werneria. Las especies que podemos encontrar adicionalmente son: Talauma mexicana, Alchornea latifolia, Mirandaceltis monoica, Dendropanax arboreus, Trophis mexicana, Mollinedia guatemalensis, Pseudomedia oxyphyllaria, Nectandra salicifolia, Poulsenia armata, Guarea chichon, Calatola laevigata, Protium copa y Siparuna nicaraguensis entre otras.

El bosque de Quercus se desarrolla desde el nivel del mar hasta los 3 100 metros de altitud. Las temperaturas medias anuales tienen amplitud global de 10 a 26 grados centígrados y 600 a 1 200 mm de precipitación. Entre los bosques de coníferas que desarrollan, destacan: Pinus chiapensis, P. maximinoi, P. patula y P. tecunumani a elevaciones de 700 msnm en adelante, con temperatura media anual 10-20°C y precipitación media entre 1 000-1 500 mm.

3.2. Patrones de utilización de las especies forestales

Los habitantes nativos de las regiones tropicales de México, tradicionalmente han establecido una profunda relación entre el ecosistema y las partes que lo integran, con el fin de aprovechar los recursos naturales de una manera racional. Sin embargo, posterior a la conquista, dichos ecosistemas han sufrido fuertes alteraciones (Hernández, 1976) y los usos de los recursos forestales se diversificaron, predominando los aprovechamientos maderables, dentro de los que destacan las maderas preciosas, las decorativas, las maderas blandas y duras tropicales. Adicionalmente, dentro de los aprovechamientos no maderables, destaca el chicle, los forrajes, las especias, los frutales y la vegetación utilizada con fines medicinales

En el cuadro 2, se presenta el patrón de utilización de especies forestales que incluye el Sur- Sureste y la producción nacional. El uso de maderas preciosas en México (Swietenia macrophylla y Cedrela odorata) para el año de 1995 fue de 33 493 metros cúbicos rollo y para las comunes tropicales (incluye todas las especies que no son maderas preciosas), la producción para el mismo año fue de 168 241 m3 rollo, lo que representa un patrón de utilización de 210 734 m3 rollo para el año de referencia (Semarnap, 1995). Para el año de 1997, la utilización de maderas preciosas fue de 41 446 m3 rollo, lo cual represento el 0,54% de la producción nacional

CUADRO2: PATRONES DE UTILIZACIÓN DE ESPECIES FORESTALES TROPICALES EN EL SUR-SURESTE DE MÉXICO PARA EL PERIODO 1995-1998


1995
(m3 rollo)

1996
(m3 rollo)

1997
(m3 rollo)

1998
(m3 rollo)

Maderas
Preciosa

33 493
(0,53%)

32 199
(0,47%)

41 446
(0,54%)

36 483
(0,44%)

Comunes
Tropicales

168 241
(2,67%)

169 230
(2,47%)

214 664
(2,79%)

211 535
(2,54%)

Producción
Nacional

6 302 417

6 843 786

7 711 809

8 330 682

Fuente: Anuario estadístico de la producción forestal 1995, 1996, 1997 y 1998. SEMARNAP, México.

3.3. Amenazas y riesgos de destrucción

Se reconoce que por distintas razones, las áreas forestales que representan más del 70% del territorio nacional, han tenido una baja prioridad dentro de las políticas públicas en la última década, lo que ha derivado en la marginación de más de 12 millones de mexicanos que ahí habitan y en la devastación de grandes superficies de bosques, de selvas y vegetación de zonas áridas. De esos 12 millones de personas, cinco millones pertenecen a alguna de las 43 etnias registradas en zonas con recursos forestales (CONAFOR, 2002).

Los factores que afectan cuantitativa y cualitativamente los recursos genéticos forestales de la República Mexicana son principalmente el cambio de uso del suelo hacia actividades agrícolas, pecuarias o para asentamientos humanos; cortas ilegales; incendios forestales provocados por el hombre; pastoreo no controlado en bosques y selvas y plagas y enfermedades. Se reporta que la vegetación forestal que se pierde anualmente asciende a 1 127 845 ha, superficie equivalente al estado de Querétaro. Dicha superficie, se duplicó durante los últimos siete años.

Entre los años 1993 y 2000, se perdió una superficie considerable de vegetación forestal, a continuación se citan algunos ejemplos: Campeche perdió 200 000 ha, Yucatán 272 000 ha, Veracruz 270 000 ha, Querétaro 44 000 ha, Chihuahua 576 000 ha (Movimiento Mundial de los Bosques Tropicales, 2002). Lo anterior, coloca a México en el segundo lugar mundial en pérdida de bosques después de Brasil. De continuar dicha tendencia, en 40 años los bosques de coníferas en nuestro país desaparecerán (Semarnat, 2001).

Las principales causas de la desaparición de bosques son atribuidas al incremento de la superficie destinada a uso agropecuario, la cual pasó de 15% del territorio nacional a casi 17% en el año 2001 (Movimiento Mundial de los Bosques Tropicales, 2002).

En lo que respecta a los incendios forestales, el año de 1998 se caracterizó por ser de grandes destrozos de los recursos forestales, ya que se registraron 14 300 incendios en el país, mismos que afectaron 600 000 ha (Consejo Técnico Consultivo Nacional Forestal, 1998).


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