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2 Situación actual del sector forestal

2.1 Breve panorama socioeconómico de la República Argentina

En el 2003 la población de Argentina fue de 38,7 millones de habitantes, de los cuales alrededor del 90% vive en el área urbana. La tasa anual estimada de crecimiento el 2003 fue de 1,05 % anual. La densidad poblacional es de 13,4 habitantes por km² (el promedio en Sudamérica es de 19,4 y a nivel mundial 45,8). Argentina goza de una gran variedad de recursos naturales, bajo nivel de analfabetismo (2003: 3%), un sector agrícola orientado a las exportaciones y una base industrial diversificada. Sin embargo, en la década pasada este país ha atravesado por problemas económicos de inflación, deuda externa y fuga de capitales. El crecimiento de la economía el 2000 fue negativo de 0,8%. Aunque el PIB per cápita estimado es alto, en el año 2002 correspondiente a 10.200 US$, se presenta una cada vez marcada desigualdad de la distribución de los ingresos, como lo muestra el incremento del índice de Gini1 desde 0,40 a mediados de los años 80 hasta 0,53 en 2002 y se estima que más de la tercera parte de la población (37% el año 2001) vive en condiciones de pobreza. Como resultado de sucesivas crisis económicas tanto los inversores argentinos como extranjeros estuvieron escépticos respecto a la capacidad del gobierno de pagar sus deudas y al mismo tiempo mantener el tipo de cambio del peso fijo al dólar americano. La situación económica empeoró el 2001, ocasionando la disminución de la confianza por parte tanto de los consumidores como inversores. Los esfuerzos del gobierno para alcanzar “déficit cero”, estabilizar el sistema bancario y alcanzar un crecimiento económico fueron infructíferos en virtud a la diversidad de problemas económicos. La paridad del peso con el dólar fue abandonada en Enero del 2002, la relación cambiaria subió rápidamente y la inflación se incrementó, pero a mediados del 2002 la economía se estabilizó aunque a niveles bajos. Para el año 2000, el sector de servicios contribuyó con un 67% de los ingresos dentro la economía, la industria con un 28% y la agricultura con un 5%. Su principal socio comercial el año 2000 fue Brasil, con cerca de la cuarta parte del volumen transado tanto en lo que respecta a las exportaciones como a las importaciones.

2.2 Introducción

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, la superficie forestada de la Argentina al año 2002 es de 1,115 millones de hectáreas, como se incluye en la Tabla 1. El ritmo de plantación no fue uniforme y desde el año 1997 el mismo ha crecido sostenidamente respaldado por la llegada de nuevos inversores en el sector, fundamentalmente desde Chile, y por el impulso que ha dado la Ley 25.080 que da un marco de promoción para el sector por un lapso de 10 años. A partir de la dura crisis que ha vivido la Argentina, los ritmos de plantación han bajado y es difícil hacer un pronóstico sobre el futuro ritmo de plantaciones.

Se ha avanzado en la dirección correcta, pero no se advierte que los objetivos hayan sido clara y explícitamente establecidos en el total de la cadena comercial-productiva, que involucra tanto la formación de la cuenca forestal, como su estrategia de industrialización y posterior comercialización internacional. Hay sí muchos programas e iniciativas individuales que posibilitaron que se avanzara en, como se señaló, la dirección correcta. Se está generando una oferta de madera que va a poner una gran presión en la obtención de una demanda para que termine de cerrar el ciclo de riqueza que se impulsó desde los incentivos a la forestación.

Se ha relevado la existencia de algunos proyectos industriales significativos que se concretarían durante el principio de este período, más allá de que la oferta de madera a generarse indica la necesidad de dichos proyectos. De concretarse los mismos, que se resumirían en dos grandes proyectos de pulpa de fibra larga y un proyecto de ampliación de una planta de papeles marrones, la facturación del sector se incrementaría en más de 500 millones de dólares y una gran parte de ellos con destino al mercado externo. Como es claro y necesario, estas grandes fábricas van a ir acompañadas del cluster productivo forestal que termina por justificar la rentabilidad de las cuencas.

2.3 Bosque implantado

Como fue mencionado, se puede observar que las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos y delta del río Paraná en la provincia de Buenos Aires, abarcan un 80 por ciento del total de la superficie plantada. Esto orientó el trabajo de proyección hacia el año 2020 en estas provincias, dado que, en definitiva, 17 años no es mucho tiempo en términos forestales y es poco probable que una nueva cuenca dé resultados hacia ese año. Sí es posible que ya se vaya generando una nueva cuenca de importancia, pero este hecho no es de fácil previsión.

Tabla 1. Superficie de las distintas provincias con monte implantado. Datos actualizados al año 2002. (ha)

Provincia / Región

Especies

Totales

 

Coníferas

Eucalipto

Salicáceas

Otras

Misiones

313.721

24.911

0

46.316

384.948

Corrientes

232.461

95.773

0

810

329.044

Entre Ríos

11.712

90.048

15.919

13.386

131.065

Buenos Aires

6.905

36.920

47.826

8.118

99.769

Patagonia (Neuquén; Río Negro; Chubut y Santa Cruz)

48.320

0

19.595

695

68.610

Noroeste (Jujuy; Salta y Tucumán)

6.898

16.054

204

756

23.912

Centro (Santa Fe; Córdoba y La Pampa)

34.221

12.095

2.483

0

48.799

Resto (Formosa; Chaco; Santiago del Estero; Catamarca; La Rioja; San Juan; Mendoza y San Luis)

1.749

3.031

23.377

1.351

29.508

Totales

655.987

278.832

109.404

71.432

1.115.655

Fuente: SAGPyA. Primer inventario de plantaciones forestales y actualización.

Sobre la base de la superficie expuesta en este cuadro, con un grado mayor de detalle por edades, se ha proyectado la oferta de madera, pero en línea con la demanda prevista. Esto es, no se asume como válido el criterio ampliamente utilizado de una oferta de madera que no tiene demanda. Se asume que si no hay demanda, tampoco habrá oferta, porque los costos de flete pueden hacer que no exista una demanda extraregional para la madera. El criterio que sí se utilizó es que el monte que no tiene demanda un año sigue en pie, creciendo y modificando su forma, para ser una oferta real de madera cuando aparezca la demanda.

Por su parte, el consumo de madera de los bosques implantados, según cifras de la SAGPyA está en el orden de los 5.3 millones de metros cúbicos, con participaciones de 3.3 millones de Misiones 600 mil de Entre Ríos, 400 mil de Corrientes y 240 mil de Buenos Aires. Existen algunas estimaciones mayores que muestran para Misiones, por ejemplo, un consumo de 4.5 millones de metros cúbicos. Esta oferta de madera es la base de la industrialización que se estima como posible y que se vuelca en la Tabla 23. Es decir, que es una de las principales fuerzas impulsoras del sector.

2.4 Bosque nativo

El país cuenta, desde fines del año 2002, con un producto parcial del primer inventario realizado sobre la base de los bosques nativos de la República Argentina, que involucra a la cartografía y a la superficie. Las regiones analizadas son la Selva Misionera, el Parque Chaqueño, la Selva Tucumano Boliviana, los Bosques Andino Patagónicos, el Monte y el Espinal. En el caso de la Selva Misionera se cuenta con un inventario. Anteriormente, sólo se contaba con información provincial no homogénea y estimaciones parciales.

La superficie total relevada fue de 33.2 MM de hectáreas, mientras que el número aproximado que se manejaba con anterioridad era de 36 MM de hectáreas. En la Tabla 2 se incluyen los resultados resumidos por regiones forestales.

La existencia de este inventario se considera una fuerza impulsora del desarrollo del sector, porque gracias a su existencia va a ser posible la planificación de políticas y el análisis de impactos, tal como fueron descriptos en los objetivos del mismo.

Tabla 2. Superficie de las distintas regiones forestales de monte nativo (ha)

Superficie

Selva Misionera

Selva Tucumano Boliviana

Bosque Andino Patagónico

Parque Chaqueño

Monte Espinal

Total

Tierras Forestales

914.823

3.697.483

1.985.495

22.040.637

2.488.066

31.126.504

Bosques Rurales

538.558

29.352

-

1.327.347

168.681

2.063.983

Total Superficie Bosque Nativo

1.453.381

3.726.835

1.985.495

23.367.984

2.656.747

33.190.442

Fuente: Primer Inventario Nacional De Bosques Nativos- SAyDS (UMSEF)

2.4.1 Selva misionera

En el caso de la Selva Misionera el Inventario ha avanzado más que en las otras regiones; esto es, se analizaron más elementos que los de la superficie. Siguiendo la metodología del inventario, los límites de la región denominada Selva Misionera coinciden con los de la Provincia de Misiones, aunque en la realidad, esta región incluye una pequeña parte del Noroeste de la Provincia de Corrientes.

La superficie del bosque nativo de la provincia, de acuerdo con el censo, fue de 1.4 millones de hectáreas, de las cuales 914 mil corresponden a tierras forestales. De ellas, algunas son áreas protegidas. En 1994, existían 29, de las cuales 2 eran de jurisdicción nacional y 27 de jurisdicción provincial. La superficie de las primeras sumaba 68.200 ha y la de la segunda cubría 118.728 ha para un total provincial de 186.948 ha, equivalente al 6,26% del territorio de la Provincia. Dentro las 24 provincias del país, Misiones ocupa al decimocuarto rango.

En lo que respecta a la propiedad de la tierra en la provincia, vale la pena destacar que la propiedad privada es la que domina en la provincia, tanto en superficie (84%) como en cantidad (65%) de unidades agropecuarias.

2.4.2 Parque chaqueño

El parque chaqueño constituye el área de monte nativo más importante de la Argentina, con 22 millones de hectáreas compartidas por varias provincias, siendo la principal la de El Chaco con 4.5 millones de hectáreas, siendo la mayor área forestal del país. Esto debería significar que su potencial de producción de madera, frutos del monte y otros servicios forestales, podrían mantener una jerarquía equivalente en cuanto a volúmenes de producción y a valores de intercambio.2

Estudios realizados en la región, señalan que se encuentra sometida a un proceso acelerado de pérdida de su aptitud forestal, proceso en el que se conjugan los desmontes para la agricultura, la explotación forestal de carácter minero y las consecuencias negativas sobre los renovales de la ganadería de monte. En este sentido, desde este estudio, se desea dejar en claro la diferencia entre la pérdida de superficie forestal, provocada por la agricultura, y el empobrecimiento del bosque, producido por la extracción selectiva que en algún momento hizo la industria.

Cabe destacar que, por un lado, la provincia en el año 2003 ya está encarando proyectos de manejo de los bosques nativos y, por el otro, que algunas de las empresas consumidoras están procurando el manejo del recurso e incluso, ensayando con plantaciones de las especies nativas que utilizan. Asimismo, la fortaleza del Parque Chaqueño se puede observar en su capacidad de recuperación y en el hecho de que la falta de éxito de políticas que implicaban su desplazamiento por otros usos del suelo hayan fracasado.

Un esquema de manejo que se está desarrollando en forma incipiente en la zona, es, de algún modo, similar al descripto en el trabajo realizado por los ingenieros Riegelhaupt y Burkart, mencionado más adelante, pero con agregados descriptos de función social. En el monte chaqueño se está encarando el manejo, extrayendo aquellos ejemplares que tienen poco desarrollo por dominación o que no son actualmente de utilización industrial o que están enfermos. Con esa apertura, se fomenta el crecimiento de los ejemplares que quedan, por tener una menor competencia. Esa misma característica permite el pastoreo del ganado y el uso como leña de lo que se extrae. Estas acciones son de suma utilidad para los habitantes locales que están apreciando las ventajas de este tipo de manejos. Incluso, en las plantaciones que se están realizando, una vez que las plantas logran cierta altura, es posible y conveniente, también, la entrada de ganado porque ayuda al control de malezas. Los animales no consumen los quebrachales pequeños por ser duros en comparación con la maleza.

El recurso forestal en el Chaco es vital para mantener la mayoría de los ambientes chaqueños en una situación estable y a la vez productiva en el largo plazo.

Con tecnologías y manejos apropiados a sus características, pueden tenerse sistemas altamente productivos y sustentables. Las perspectivas de mantener el recurso forestal como sustento natural económico y social, sin embargo, están amenazadas. Las causas de fondo están vinculadas con la especulación inmobiliaria, el relativo valor económico y ambiental actual de los bosques frente a las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales, los subsidios, muchas veces encubiertos, y el afán de lucro a corto plazo, que desprecia las consecuencias sociales y ambientales de los pobladores locales. Se suma a esto, la falta de alternativas tecnológicas vinculadas al desarrollo sustentable y de planificación integral regional.

En las entrevistas mantenidas con distintos actores del sector se visualizan diferencias en los puntos de vista. Por un lado, quienes plantan e industrializan el bosque implantado interpretan que la oferta de madera alternativa a la del bosque nativo defiende su existencia. Por el otro, quienes trabajan con el monte nativo cuestionan esta aseveración dado que entienden que, si bien la demanda de madera del monte nativo puede bajar, también puede hacerlo su importancia económica para la industria y, por lo tanto, para el empleo regional. Entonces, las alternativas que hoy se imponen y empujan al poblador local a sustituir monte nativo por otras actividades, van a tener todavía mayor preponderancia.

El Ing. Jorge Menéndez, Director de Bosques, como otros actores importantes del sector, interpretan que debe cambiarse radicalmente la visión del monte nativo, porque la rentabilidad global actual no asegura su subsistencia. Manifiesta que debe pensarse en nuevos productos y en el uso más integral de las especies.

En igual sentido, el Ing. Pablo Delvalle señala que si la explotación forestal se concentra sólo en algunas especies, en tanto que el resto se transforma en residuo o en material de muy bajo valor, la rentabilidad global también es muy difícil de establecer. Al mismo tiempo, el bajo aprovechamiento de la madera en la industria del aserrío, se señala en un informe de Cerpyme, hace que el precio que se pueda abonar al propietario del monte sea bajo.

En este sentido, se puede señalar que en Misiones, la madera aserrable proveniente del bosque implantado tenía un sobreprecio del 20% respecto de la pulpable en los finales de la década de los ochenta. En la década de los noventa ha habido un importante proceso de inversión en la industria de la madera, incorporándose la clasificación de rollos, el secado, la clasificación por grado, la mejora de calidad en los cortes y las remanufacturas, con lo que la renta generada sobre esta materia prima en el aserradero comenzó a distribuirse hacia el bosque, llegándose a la situación actual en que existen varias clases diamétricas, con precios diferenciados y con un valor de los rollizos de mayor diámetro que supera en 5 o 6 veces a los de despuntes o raleos.

Entonces, es posible, en vista del ejemplo citado, generar cambios que produzcan una mayor eficiencia en la cadena foresto industrial, que permita dar un mayor valor agregado a los productos del bosque y, consecuentemente, distribuir más beneficios entre los distintos actores. El hecho de que se pueda pagar más la madera, como fue citado recientemente, está relacionado con la mayor eficiencia en su industrialización (por la clasificación de los rollos, por ejemplo) o con el mayor valor final por el producto obtenido. Como no toda la madera es apta para lograr ese valor final superior, la que sí lo es tiene una mayor demanda y obtiene así un precio más alto. Ante la ausencia de ese plus de valor y calidad, el que pierde, siempre, es el eslabón más débil de la cadena: habitualmente, el forestador. Es decir, que al forestador, sin dudas, le conviene tener detrás en su cadena productiva a un empresario que sepa sacar el máximo provecho de la materia prima y que la misma no sufra un claro proceso de sobreoferta que empuje hacia abajo los precios de la madera.

La Región Chaqueña, manejada y utilizada con criterio de sustentabilidad, tiene un potencial productivo que está muy por encima de los valores actuales, pudiendo en poco tiempo, con los conocimientos y tecnologías existentes, llegar a triplicar por unidad de superficie, la productividad forestal, ganadera y agrícola. Esto es, subir la renta anual del bosque de 1 m3 a 3 m3 por hectárea y por año.

Asimismo, existen ya plantaciones hechas con quebracho colorado chaqueño que tienen crecimientos de 5.45 m3 por hectárea y año, lo que permite tener rollos de más de 50 cm en punta fina en cincuenta años. Además, también se han realizado plantaciones de algarrobo, que ofrecieron tasas de crecimiento de entre 8 y 9 m3 por hectárea y año. Nótese que el precio obtenible por tonelada de madera de algarrobo es mayor que el que se obtiene en el pino. Luego, recuérdese que el proceso de eficientización del polo maderero de Misiones permitió multiplicar el precio de los mejores rollos, gracias a que por el producto final, secado y sin nudos muertos, es posible obtener mayores precios.

Uno de los ejes, para lograr las potencialidades antedichas, pasa obligadamente por esquemas de recuperación de los recursos, creando sistemas productivos múltiples que mantengan a su vez, el máximo de diversidad biológica posible. Estos sistemas productivos pueden y deben estar compuestos por estructuras forestales, combinando actividades pecuarias, agrícolas y forestales, logrando diversidad de productos con ambientes más estables. En lo instrumental, estos sistemas productivos se logran mejor si son encarados por los productores organizados.

Los procesos de deterioro ambiental y degradación de los recursos naturales son inexplicables cuando existen alternativas industriales que resultan de un modelo de desarrollo adecuado, se valora el crecimiento económico, se logra la sustentabilidad en la economía de lo producido, se valúan adecuadamente los recursos naturales y se les da una función social global.

En la provincia del Chaco desde hace muchas décadas se produce la explotación del quebracho colorado para la elaboración de tanino. Además, hay una industria del mueble creciente sobre la base del algarrobo, que podría extenderse a otras especies en el futuro, que no sólo abastece al mercado interno, sino que también, aunque en forma incipiente, se está dirigiendo al mercado externo: Estados Unidos y Europa. Debe tenerse presente que una industria que tiene su sustento en recursos naturales renovables y que tiene su objetivo en la optimización de su beneficio en el largo plazo, se convierte en uno de los principales interesados en que el equilibrio del ecosistema, incluyendo su flujo de producción industrial, se sostenga. Para tales fines es necesario:

El cambio de las economías y sociedades de base agraria, ya sea por expansión de la frontera agrícola o por el avance de la dominancia urbana industrial turística, pone en marcha toda una serie de mecanismos que alteran con profundidad los sistemas territoriales, económicos y sociales sobre los que se apoyaba la organización de las zonas más marginales, zonas cuyo paisaje es el fruto de acusadas interdependencias y de frágiles equilibrios entre hombre y naturaleza.

En el año 2003, se observa una cierta coincidencia en sectores cercanos a la producción de que un futuro paso de suma significación es la incorporación de técnicas de secado y adecuados dimensionamientos, orientando la producción a bienes que combinen maderas nativas de buena apariencia con maderas exóticas provenientes del bosque implantado. De hecho, este proceso ya se está dando, dado que los actuales muebles de algarrobo contienen partes internas de eucalipto que proviene de la provincia de Corrientes, aún cuando el producto final se industrializa en Chaco.

Es mucho, entonces, lo que aún resta por lograr sobre la base de utilizar en forma sustentable tanto los recursos madereros como no madereros del Parque Chaqueño.

2.5 Industria

La Argentina cuenta con un importante desarrollo industrial en lo sectorial que ha mejorado su productividad en forma sostenida durante los últimos años, lo que le dio competitividad internacional. Sin embargo, el desarrollo logrado está muy lejos del potencial real obtenible.

Este hecho se marcará, en el bosque implantado, con una sobreoferta previsible de madera si no se logra concretar el potencial transformador que se precisa. En el bosque nativo, se manifiesta en oportunidades perdidas. Estas oportunidades, siempre, son posibles de ser recuperadas en el tiempo.

Documentos sectoriales concluyeron que el potencial de generación de empleo para los próximos diez años puede alcanzar a los 500 mil puestos de trabajo, entre trabajos directos e indirectos. De acuerdo con datos oficiales basados en la matriz de insumo producto, el nivel de empleo del sector en 1997 era de 235 mil trabajadores empleados en forma directa.

Asimismo, la demanda del sector se concentra fuertemente en la madera, pero la importancia del transporte es crucial. De acuerdo con la estructura de la matriz de insumo producto, realizada en 1997, el gasto en transporte para el sector forestoindustrial es equivalente al gasto en madera. Este hecho tiene que ser tomado en cuenta debidamente a los fines de realizar la planificación de los sectores vinculados, si el crecimiento del sector forestoindustrial va a superar su tendencia histórica.

Como detalle adicional, el volumen de la producción proveniente de madera de bosque nativo, es la que se presenta en la Tabla 3, para el período 1995-2004.

Las bajas en la producción de madera aserrada de material proveniente del bosque nativo no tienen una explicación clara y es probable que influyan factores de registro de operaciones.

Tabla 3. Principales productos industriales sobre la base de madera de bosque nativo

Año

Madera Aserrada (m3)

Chapas
(m3)

Compensado (m3)

Tanino (tn)

1995

495.730

1.344

35.795

75.537

1996

478.887

1.343

45.031

63.200

1997

477.281

1.816

57.335

68.797

1998

501.072

2.222

61.688

63.568

1999

415.610

1.963

61.974

57.487

2000

371.668

1.376

66.749

58.081

2001

287.001

1.778

52.009

55.803

Fuente SAyDS- Dirección de Bosques- Programa Nacional de Estadística Forestal

Con el objeto de dar una noción de la significación económica de la producción industrial basada en bosques nativos e implantados, se incluyen los siguientes valores.

Tabla 4. Aproximación a la significación económica del monte nativo y del bosque implantado

Producto

Producción

Valoración

Valor

Unidad

Precio unit.

Unidad

MM U$S

Papel 1

1.2

MM tn

700

U$S/tn

840.0

Pulpa 2

0.2

MM tn

550

U$S/tn

130.4

Recortes 3

0.7

MM tn

200

U$S/tn

140.0

Tableros

1.2

MM m3

180

U$S/m3

216.0

Madera Asserrada

    • Implantado

1.6

MM m3

180

U$S/m3

288.0

Subtotal Implantado

       

1474.4

Madera Asserrada

    • Nativo Chaco

21.6

MM p2

1.23

U$S/pie2

26.6

    • Nativo Misiones

41.2

MM p2

1.23

U$S/pie2

50.7

Tanino y furfural

56

Mil tn

1000.00

U$S/tn

56.0

Carbón Chaco

173

Mil tn

73.41

U$S/tn

12.7

Carbón Resto

120

Mil tn

73.41

U$S/tn

8.8

Leña Chaco

644

Mil tn

17.86

U$S/tn

11.5

Leña Resto

356

mil tn

17.86

U$S/tn

6.4

Postes Chaco

21

mil tn

119.05

U$S/tn

2.5

Subtotal Nativo

       

175.2

Total

       

1650.6

Fuente: Elaboración propia sobre AFCP, SAGPyA, SAyDS y Estadística Forestal de Chaco.

1 Debe tenerse en cuenta que sólo el 50% del papel se origina en pastas de madera
2 Se elimina la usada para hacer papel en Argentina a fin de no duplicar valores.
3 No se lo incluye en las sumas

Es decir que en un cálculo aproximado, el bosque implantado genera bienes por cerca de 1.5 mil millones de dólares y el nativo 175 millones, en sus principales componentes. Por sobre esto debe incorporarse a los bienes no madereros.

Puesto en proporción, los proyectos industriales que podrían concretarse en los próximos diez años, compuesto por tres grandes proyectos pulpables/papeleros y el cluster que los acompañaría, implicaría duplicar la facturación de la producción proveniente del bosque implantado. Este es un desafío que debe estar acompañado por la apertura de mercados internacionales para la madera sólida que se generaría. En caso de no poder concretarse ello, no se pondría en juego la realización de los proyectos, pero sí bajaría la rentabilidad general de las cuencas forestales.

2.6 Comercio exterior

A pesar de sus ventajas competitivas, la Argentina, aún hoy, es un importador neto de productos forestoindustriales. Durante la década de 1990 el crecimiento explosivo del consumo interno hizo que este hecho se profundizara. En la década por venir, sobre la base de posibles importantes desarrollos industriales, fundamentalmente de capitales chilenos y el cluster que necesariamente los acompañará, esta situación puede revertirse dramáticamente.

Sin embargo, deben instrumentarse los medios necesarios como para lograr este objetivo. El sector público y el privado, en conjunto, están tendiendo a promover adecuadamente las maderas argentinas en el exterior. Se considera que es posible, sobre la base de un Plan Forestal Nacional, establecer fines más claros y orientar en mejor medida un objetivo de exportación sectorial alcanzable y que aportaría divisas al país.

En el año 2001 el déficit comercial del sector forestal en su conjunto fue de aproximadamente 560 millones de dólares, valor al que se llega con exportaciones de 440 millones e importaciones de 1000 millones de dólares. El sector que explica el déficit en su casi totalidad es el celulósico-papelero. Pero paradójicamente, en dólares, es también el sector que más exporta. Esta situación se detalla en el cuadro que se presenta a continuación.

Tabla 5. Comercio exterior de productos forestales. Año 2001

Las importaciones, en si mismas, no son una característica negativa. De hecho, el escenario más probable para la Argentina es el de un país con superávit comercial en los productos forestales, pero con importaciones de algunos tipos de papel, tal como se puede advertir en la Tabla 24 de página 43.

2.7 MDL y desarrollo sustentable

La Argentina tiene condiciones claras para manejar sus recursos forestales, nativos e implantados, en forma sustentable. Además, tiene grandes posibilidades de, una vez aprobado el Protocolo de Kyoto, llevar adelante una cantidad significativa de proyectos englobados en el mecanismo de desarrollo limpio. No es tarea sencilla proyectar este potencial, pero sumado a lo ya descripto, marca capacidades adicionales significativas. En este sentido, profundizar la certificación de los bosques argentinos, públicos y privados; nativos e implantados, puede facilitar la comercialización internacional de sus productos.

1 El índice Gini, es un índice de concentración de la riqueza o desigualdad de la distribución del ingreso. Su valor estará entre cero y uno. Cuanto más próximo a uno sea el índice Gini, mayor será la desigualdad de la distribución del ingreso. Cuanto más próximo a cero, más equitativa es la distribución de la renta en ese país (the Beyond Economic Growth book, 2003)
2 Estudio Integral de la Región del Parque Chaqueño. Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental. “Proyecto Bosques Nativos y Areas Protegidas” Préstamo BIRF Nº 4085 – AR. Informe General Ambiental. Red Agroforestal Chaco Argentina. 2ª. Edición, Diciembre 1999

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