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Chapter 4. Contexto estructural de los enfoques de desarrollo


En la parte inicial del presente capítulo se detalla la evolución de los enfoques de desarrollo desde el decenio de 1950 hasta el presente. Posteriormente, se hace referencia a algunas de las cuestiones estructurales determinantes para los actuales programas de desarrollo rural, como la globalización, la sostenibilidad y los asuntos comunitarios.

En la sección 4.1 se examina el contexto cultural, regional y lingüístico de los enfoques de desarrollo mediante un análisis de las lecciones que pueden aprenderse de los enfoques específicos de determinados contextos culturales y de los enfoques que se han adaptado a éstos.

En la sección 4.2 se presentan en forma resumida algunos relatos sobre desarrollo narrados informalmente por los funcionarios de la FAO entrevistados.

Por último, en la sección 4.3 se explica brevemente el denominado enfoque "sin nombre" aplicado por el personal de la FAO en su labor cotidiana en la esfera del desarrollo rural, y para ello se examinan sus antecedentes y evolución.

El contexto estructural y los programas de desarrollo rural están vinculados muy estrechamente con los paradigmas, los conceptos y los enfoques en cuyo marco se examinan estos últimos. La evolución de los enfoques de desarrollo ha sido un proceso sumamente dinámico, sujeto a constantes debates y exámenes. En un estudio reciente[11] se pone de relieve que las ideas que surgen por primera vez en un dado decenio a menudo cobran fuerza en el decenio siguiente y sólo comienzan a afectar a las actividades de desarrollo rural de manera generalizada unos diez a quince años después de que se han propuesto. En este proceso intervienen teorías esenciales y otras más triviales y fugaces; temas de mayorías y minorías; temas de desarrollo generales y llamados inspiradores como el de la "reducción de la pobreza", que Ellis denomina los ejes rotatorios del desarrollo rural, pues contribuyen a movilizar los grupos de presión en materia de desarrollo en los países ricos. El cuadro que figura a continuación recoge algunos elementos adaptados de Ellis y Biggs[12] y comprende algunas teorías esenciales, temas minoritarios y enfoques de desarrollo.

Cuadro 1. Cronología de los conceptos relativos al desarrollo rural


Conceptos, temas, paradigmas, enfoques y objetivos en la esfera del desarrollo rural

1950-1960

Modernización, modelo de economía dual, agricultura atrasada, desarrollo comunitario, "campesino holgazán"

1960-1970

Enfoque de transformación, transferencia de tecnologías, mecanización, extensión agrícola, papel de la agricultura en el crecimiento, revolución verde, campesinos capaces de pensar, extensión e investigación en la esfera de los sistemas agrícolas

1970-1980

Redistribución con crecimiento, necesidades básicas, desarrollo rural integrado, políticas agrícolas estatales, el crédito está determinado por el estado, tendencia a privilegiar las zonas urbanas, innovaciones inducidas, revolución verde, relaciones con el crecimiento rural, investigación-extensión en sistemas agrícolas

1980-1990

Ajuste estructural, mercados abiertos, fijación correcta de precios, retirada del estado, aumento de las ONG, evaluación rural rápida, seguridad alimentaria y análisis de los casos de hambruna, desarrollo rural como proceso y no como producto, la mujer en el desarrollo (WID), alivio de la pobreza, gestion de terroirs

1990-2000

Microcrédito, ERP, desarrollo rural centrado en los agentes, análisis de los interesados directos, redes de seguridad social, género y desarrollo, medio ambiente y sostenibilidad, reducción de la pobreza, desarrollo rural sostenible basado en el territorio, potenciación de la capacidad de acción de la población rural pobre.

2000

Objetivos del Milenio, modos de vida sostenibles, buena gestión pública, descentralización, crítica de la participación, enfoques sectoriales, protección social y erradicación de la pobreza.

A partir de los años cincuenta, el desarrollo comunitario, el desarrollo agrícola intensivo, el desarrollo rural integrado y toda una variedad de paradigmas participativos se han disputado un espacio normativo en lo concerniente tanto a los objetivos como a los enfoques. En cuanto a los objetivos, se ha ido atribuyendo importancia creciente a la necesidad de asegurar la sostenibilidad del proceso de desarrollo, regular las relaciones de equilibrio entre el desarrollo agrícola y los recursos naturales, centrar las actividades en la población rural pobre y proteger y sostener los derechos humanos. En los enfoques de desarrollo se ha tratado cada vez con más atención de incluir los puntos de vista de la gente pobre y abarcar distintos sectores y disciplinas. Un objetivo particularmente presente ha sido la adopción de metodologías para salvar la brecha entre los aspectos sociales y económicos del desarrollo. Debido al papel fundamental desempeñado a todos los niveles por las instituciones para determinar diversas posibilidades de modos de vida, los activos y los derechos se han convertido en temas centrales de los enfoques de desarrollo.

Pese a los cambios de perspectiva y a la evolución experimentada por los enfoques desde el decenio de 1950, las diferentes teorías de desarrollo rural probablemente comparten una base común: la fe en la agricultura como elemento determinante del desarrollo rural y la persistencia de un modelo basado en pequeñas explotaciones como la estrategia más exitosa de ese desarrollo. Desde finales de los años noventa, el contexto estructural de los planes de desarrollo se ha modificado considerablemente, lo que ha conllevado un cambio de enfoque en los planteamientos de desarrollo. Fundamentalmente, la fe en la agricultura como pilar del desarrollo rural y en el pequeño agricultor como principal punto de entrada se ha debilitado gravemente, debido a los nuevos datos empíricos sobre la pobreza rural y las estrategias de subsistencia que han ido apareciendo. Las siguientes cuestiones estructurales son algunas de las principales preocupaciones de los actuales planes en materia de desarrollo rural:

Ashley y Maxwell[15] observan que estos cambios estructurales equivalen a una pérdida de confianza en el "proyecto" de desarrollo rural, que por largo tiempo ha sido determinante para los esfuerzos en favor del desarrollo en general. Si hablamos de políticas, el desarrollo rural ha carecido de descripciones convincentes, que ofrecieran soluciones viables y convenidas internacionalmente, para problemas claros y conocidos. Por consiguiente, los enfoques basados en los modos de vida surgieron en los años noventa en el contexto de una realidad rural cada vez más compleja y han evolucionado con objeto de aportar tanto un medio para explicar esta complejidad como un sistema pragmático para determinar las intervenciones de desarrollo. Otra preocupación importante consiste en dirigir la ayuda a las poblaciones más pobres (es decir las personas sin tierra y sin bienes), pues se ha comprendido que esos grupos no obtienen resultados concretos de la red de actividades de los donantes. No obstante, aún no se ha logrado beneficiarlos efectivamente. Los enfoques basados en los modos de vida sostenibles pueden ofrecer una vía para superar este problema puesto que pueden aplicarse a cualquier grupo de la sociedad, ricos y pobres por igual. Queda por contestar la misma pregunta: ¿estos enfoques ofrecen un modo nuevo o diferente de progresar hacia el desarrollo rural en el futuro? En principio la respuesta es afirmativa, porque mediante ellos es posible que el carácter intersectorial y multiocupacional que caracteriza los modos de vida rurales contemporáneos en los países de bajos ingresos ocupe un lugar central en los esfuerzos de reducción de la pobreza en las zonas rurales.

Indudablemente la evolución de los programas y los enfoques de desarrollo es mucho más compleja de lo que refleja el resumen que se acaba de presentar. Si bien en el presente estudio no es posible profundizar ulteriormente este análisis, es imprescindible tener presente los contextos en los que evolucionan los enfoques de desarrollo, así como los problemas que ellos intentan resolver. En nuestra investigación específica en el ámbito de la FAO se han planteado diversos interrogantes que hemos abordado en el curso de entrevistas y seminarios, los cuales pueden agruparse en las tres preguntas siguientes:

1. ¿Qué pueden aprender los nuevos tipos de enfoques basados en los modos de vida a partir de la evolución de los enfoques basados en los sistemas agrícolas, el desarrollo rural integrado, la gestion de terroirs, los planteamientos latinoamericanos y la plétora de enfoques participativos que los precedieron?

2. ¿Qué enseñanzas puede ofrecer la evolución de los enfoques de desarrollo en diferentes contextos culturales, lingüísticos y regionales?

3. ¿Qué experiencias, críticas y propuestas presentan los profesionales de la FAO respecto de estos enfoques, así como acerca de la situación actual del desarrollo rural?

Hay diversas razones por las que resulta ventajoso contestar estas preguntas a los efectos de nuestra comparación de los enfoques de desarrollo y de nuestro objetivo último de acceder en mayor medida a enfoques de desarrollo pertinentes, pragmáticos, con la conciencia de las limitaciones que imponen el tiempo y las instituciones. Tales razones pueden sintetizarse en dos clichés de utilidad: no debe descartarse lo bueno junto con lo malo y no debe intentarse volver a inventar la rueda.

4.1 Contexto cultural, regional y lingüístico de los enfoques de desarrollo

Si bien es cierto que el nexo entre el contexto estructural y los paradigmas del desarrollo conexos ya se ha estudiado exhaustivamente, aún debe explorarse debidamente la función específica que cumplen la cultura y el idioma en la conformación de las teorías de desarrollo. Como ya se ha dicho, partimos de la impresión de que el enfoque de MVS elaborado por el DDI no tiene en cuenta la evolución de otros contextos culturales, religiosos y lingüísticos. Nuestras indagaciones a este respecto van mucho más allá de este punto de partida.

Durante la elaboración del estudio resultó evidente que entre los enfoques con una específica pertinencia regional o lingüística las comunicaciones, confrontaciones e intercambios son escasos. Las actividades de intercambio están a cargo principalmente de unos cuantos especialistas de más experiencia regional o lingüística, y los funcionarios con un alto nivel de experiencia en más de un enfoque son una minoría. En su mayor parte suelen "asimilar" un enfoque que funciona para aplicarlo luego en países diferentes (el enfoque "sin nombre" que se examina más adelante). En los casos en que los funcionarios tengan gran familiaridad con más de un enfoque, normalmente la han adquirido con el tiempo y no por un intercambio a nivel regional o lingüístico. Nuestros entrevistados nos han explicado que con los años han seguido la "evolución" de los enfoques, desde el desarrollo rural integrado hasta los sistemas agrícolas y los MVS, así como las diversas etapas de la gestion de terroirs hasta el développement local (desarrollo local). Aún así, en su mayoría han admitido que prefieren permanecer dentro de los límites de su propio ámbito regional o lingüístico, y aunque a veces conocen los principios y aplicaciones generales de otros enfoques, no ahondan mucho en ello. Otra forma de contaminación entre enfoques ocurre en esferas técnicas afines. Por ejemplo, en caso de que la ERP dé buenos resultados en el sector de la nutrición, es probable que este método se extienda a la seguridad alimentaria o las situaciones de emergencia. A menudo las personas no anglófonas conocen mucho mejor una gran diversidad de enfoques y metodologías, puesto que están expuestos a la experiencia de su propio grupo lingüístico además de las de la predominante cultura anglófona. La preponderancia de enfoques anglófonos también guarda relación con una disponibilidad más amplia y cuantiosa de fondos, gracias al apoyo de un mayor número de países donantes, que además son más ricos. Antes de que los financiaran donantes no anglófonos, los enfoques de desarrollo rural integrado y de sistemas agrícolas contaban con un fuerte apoyo estadounidense, a través de la USAID. Del mismo modo, los enfoques basados en los modos de vida han llegado a ocupar un lugar destacado en las actividades de desarrollo debido al sustancial apoyo prestado inicialmente por el DDI en forma de dinero y de atención prioritaria en sus planes de trabajo. El enfoque de gestion de terroirs no está limitado a los países francófonos africanos porque sea menos importante que otros, sino porque está financiado sobre todo por donantes francófonos con intereses prioritarios en determinadas regiones.

¿Qué podemos entonces aprender de unos enfoques característicos de un contexto cultural, regional y lingüístico específico y del modo en algunos enfoques de desarrollo internacionales - sistemas agrícolas, desarrollo rural integrado y gestion de terroirs, entre otros - fueron adaptados a cada contexto? Para averiguarlo, es importante recalcar tres hechos preliminares:

Si bien los enfoques basados en los modos de vida proceden de diferentes entornos culturales, sus estructuras y objetivos guardan considerables semejanzas. Mediante las observaciones y experiencias de los funcionarios de la FAO que se entrevistaron, en el presente estudio se trata de comparar los diferentes enfoques en cuanto a esas semejanzas, pero también a sus diferencias, obstáculos comunes y potenciales sinergias. Por consiguiente, a continuación no se presenta una investigación basada en hechos y cuestionable sino más bien una narración basada en las ideas, las indicaciones y el análisis de los profesionales de la FAO.

Como ya se ha dicho, los aspectos culturales relacionados con los enfoques de desarrollo se examinarán en otras fases de la labor del Subprograma sobre los enfoques centrados en las personas en diferentes contextos culturales[16]. En esa etapa quisiéramos exponer algunas consideraciones acerca del contexto cultural de la propia FAO.

En primer lugar se expondrá el concepto antropológico de cultura, así como sus atributos más sobresalientes, y tras ello se esbozará el entorno cultural institucional de la FAO. Se analizarán luego la estructura y el funcionamiento de los procesos culturales denominadas "enfoques de desarrollo", con hincapié en la función que esos procesos desempeñan en la consecución de la hegemonía cultural por encima de las instituciones de desarrollo. Posteriormente, se hará breve referencia a las respuestas que la promoción y la incorporación de los enfoques de desarrollo generan en la cultura institucional de la FAO. Sobre esta base, se presentarán asimismo algunas hipótesis de trabajo acerca de la interacción entre los contextos culturales y los enfoques de desarrollo dentro de la Organización.

4.2 Breves relatos informales sobre desarrollo ofrecidos por funcionarios de la FAO[17]

"Los enfoques y las experiencias que no ingresan en el mundo anglófono no se incorporan a la corriente dominante del desarrollo, y por esta razón son invisibles."

A fin de analizar mejor nuestra situación actual, es importante examinar brevemente los hitos y la evolución de la teoría y la práctica del desarrollo en los últimos dos decenios, según las vivencias y los relatos de algunos de sus protagonistas, en este caso el personal de la FAO que posee memoria histórica de utilidad. Las experiencias que se presentan a continuación son un compendio de los relatos de los entrevistados. Como ya señala más arriba, la evolución y propagación de un enfoque a otro es más notable de un decenio a otro que de una comunidad regional o lingüística a otra.

Es de señalar que en la FAO predomina la "cultura" anglófona y ha sido así por mucho tiempo. No se trata de una preponderancia estrictamente anglosajona sino de la acumulación de experiencia a escala internacional en torno a un idioma de trabajo común. Pese a la aparente apertura de la cultura anglófona dominante, se observa una yuxtaposición de algunas minorías que se niegan a ser absorbidas. Se trata principalmente de comunidades de profesionales francófonos e hispanohablantes, pues son los dos únicos grupos que cuentan con una masa crítica suficiente para evitar la integración "normativa" en la comunidad anglófona. Las restantes agrupaciones lingüísticas y regionales se ven de facto absorbidas en la comunidad anglófona, con pocas excepciones (comunidades de habla portuguesa, de los países africanos con tradiciones francófonas, o árabes). Es fundamental hacer esta distinción cultural y lingüística porque las descripciones de los cambios experimentados con el tiempo por la teoría y la práctica del desarrollo varían en diversos aspectos de acuerdo con esos contextos.

En los últimos veinte años, el cambio de orientación más apreciable en la teoría y la práctica del desarrollo rural ha consistido en la evolución gradual de una visión centrada en la producción a una perspectiva centrada en las personas. Uno de los entrevistados lo explica así:

Hace veinte años las poblaciones locales por lo general parecían casi obstruir el paso del desarrollo agrícola. Hoy en día, la FAO logra incorporar la dimensión humana en sus proyectos con mucha más eficiencia.

i) Los años setenta

El cambio de orientación ocurrió a partir del decenio de 1970, con la comprensión cada vez más sólida de que el objetivo de desarrollo rural a largo plazo no era el incremento de la producción agrícola sino la seguridad alimentaria. Se había abandonado progresivamente la visión de desarrollo rural mantenida en los años cincuenta y sesenta, que yuxtaponía la industrialización al sector agrícola "atrasado" y a una opinión negativa de los "campesinos". En los años setenta, el acceso se convirtió en la preocupación principal y de esta manera la población, y las razones de su imposibilidad o posibilidad de acceder a los recursos, pasaron a ser el centro de atención. El papel del sector rural y la agricultura cobraron mayor importancia y quedaron establecidos temas o actividades como la extensión y la transferencia de tecnologías. A medida que los pequeños agricultores asumían una función cada vez más destacada, las necesidades básicas de las poblaciones fueron reconociéndose como importantes elementos del desarrollo y se acentuó la necesidad de adoptar enfoques integrados que abarcaran cuestiones intersectoriales (desarrollo rural integrado).

Causaba preocupación el tiempo que se dedicaba a generar información y estudios; una solución consistió en promover la participación de un número mayor de interlocutores. El hecho de identificar a los beneficiarios como clientes y de hacerlos intervenir en las actividades redujo la necesidad de reunir información ya que ellos mismos se encargaban de suministrarla. El enfoque resultante era más selectivo, pragmático y de índole menos científica. La filosofía imperante consistía en adoptar un enfoque más práctico y holístico, cuyo valor residiera en la acción. Se adquirió cada vez más conciencia de que los experimentos artificiales no tenían éxito y que hacía falta vincular los experimentos con el aprendizaje en el campo y colmar la brecha que separaba la investigación de la extensión.

Los dos enfoques predominantes en el decenio de 1970 fueron el desarrollo rural integrado y los sistemas agrícolas, los cuales se desarrollaron en contextos culturales y regionales diferentes pero bajo el impulso común de la USAID. En América Latina los elementos centrales eran el agricultor y los sistemas económicos y sociales; en esta zona hubo una marcada influencia del desarrollo rural integrado. En el marco del enfoque de sistemas agrícolas se entendió que era necesario abordar el sistema del hogar en su totalidad y que no era posible formular recomendaciones para cada agricultor individual. Las recomendaciones debían pues agruparse en esferas que pudiesen aplicarse a grupos de agricultores con características parecidas. Los criterios lógicos seguidos para delimitar esas esferas fueron las zonas agroecológicas y la tipología de sistema agrícola.

En términos generales, los focos de atención de esos dos planteamientos presentaban algunas diferencias según la región. En África, las actividades se centraban en la tecnología y la mejora de los sistemas agrícolas existentes porque las posibilidades de cambios a los niveles institucional y de políticas se consideraban muy escasas. Los esfuerzos se dirigían fundamentalmente a mejorar, con la ayuda de tecnologías adecuadas, las viejas estrategias de subsistencia. En Asia, se percibió la falta de idoneidad de los antiguos sistemas de subsistencia al nuevo entorno normativo e institucional, que había evolucionado, y por ende, la necesidad de elaborar nuevas estrategias. Esta tónica tuvo más éxito en Asia oriental, mientras que en Asia meridional los programas basados en los sistemas agrícolas en muchos casos no lograron sus objetivos.

ii) Los años ochenta

En el decenio de 1980 se registraron diversos cambios. La popularidad del desarrollo rural integrado estaba decayendo, al reconocerse que se trataba de un enfoque modelo planificado con una concepción macroeconómica ("de arriba abajo"). Si bien en él se habían incorporado las enseñanzas de enfoques multisectoriales integrados, se le consideraba un fracaso porque con su aplicación no se había logrado hacer intervenir debidamente a los interesados en las evaluaciones de las necesidades y en la adopción de decisiones. En esos mismos años, el enfoque de sistemas agrícolas hizo algunos adelantos: gracias a la ampliación de su alcance a otras esferas como forraje, ganadería y políticas, adquirió mayor exhaustividad y prestó más atención a los sistemas y las actividades no agrícolas. También en este caso, se trataba de un enfoque con rasgos anglófonos/estadounidenses muy pronunciados y se desplegaron esfuerzos para crear un amplio grupo de presión, integrados por europeos, latinoamericanos y asiáticos. A raíz de algunas comparaciones entre experiencias interregionales, se observó que una de las principales diferencias residía en que el enfoque de los sistemas agrícolas francófono se había desarrollado fundamentalmente fuera de los mandatos institucionales y se centraba en las dinámicas de los sistemas y en análisis muy detallados. Por su parte, el enfoque anglófono había sido promovido por las organizaciones de desarrollo y preveía programas más prácticos y operativos. El enfoque de los sistemas agrícolas, que se institucionalizó con éxito en los sistemas nacionales de muchos países, abarcaba los principios de la participación y del "agricultor como cliente". En efecto, se incorporó a la corriente central de las actividades y desapareció como enfoque separado excepto en la FAO, donde existe un programa (en curso) que trabaja con enfoques de sistemas agrícolas de nueva generación.

iii) Desde mediados de los años ochenta

A partir de mediados de los años ochenta, el mundo anglófono mostró una mayor apertura hacia el fomento de la participación como marco principal de desarrollo. El concepto de participación, desarrollado originariamente por académicos, especialistas y ONG, entró con ímpetu en todos los ámbitos de desarrollo. Se desarrolló una nueva teoría, conforme a la cual el desarrollo debía estar impulsado por la demanda y diseñarse mediante un proceso de negociación entre los diversos interesados directos a distintos niveles. El individuo, la familia y las comunidades locales se convirtieron en puntos de entrada prioritarios; se elaboraron, y se perfeccionaron con el tiempo, nuevos métodos y técnicas para integrarlos en el proceso de adopción de decisiones. Se logró instaurar con cierto éxito el proceso de participación en proyectos en pequeña escala a cargo de ONG, que poseían el empuje y la flexibilidad necesarios para incorporar ese concepto, confiando una parte considerable de las responsabilidades y de la facultad de tomar decisiones a las comunidades locales. En el ámbito de las organizaciones más amplias y de carácter más institucional, la participación a la larga tomó dos direcciones diferentes: la primera dio lugar a un uso más frecuente de ERP con objeto de reunir información útil para el diseño de los proyectos. Las decisiones se adoptaban dentro de las organizaciones, si bien se celebraban consultas más numerosas y amplias con los interesados desde el nivel local al nacional. En el segundo caso, se produjo gran cantidad de material de capacitación y manuales de muy buena calidad que trataban los vínculos entre la filosofía y las técnicas de la participación y sectores técnicos específicos en las esferas agrícola y de la seguridad alimentaria.

La ampliación de las actividades de desarrollo a los agentes locales y la inclusión de éstos en los procesos relacionados con la información y la toma de decisiones generaron un fuerte impacto en el desarrollo rural y provocaron cambios importantes. Ante todo, se desplazó la agricultura como actividad central y casi monolítica de desarrollo rural. Se cobró cada vez más conciencia de que las actividades no agrícolas y fuera de las fincas eran cruciales para las personas pobres de las zonas rurales, así como lo eran todos los agentes que aún no dedicándose a la agricultura seguían siendo partes interesadas importantes del medio rural. Las investigaciones y la atención se fueron centrando gradualmente en las complejidades de los modos de vida rurales y en la intrincada relación entre la agricultura y otras actividades. La participación se expandió desde el nivel comunitario de aldea o local, más específico, hasta abarcar los ámbitos normativos, institucionales y de políticas relativos al desarrollo. Sigue planteándose la dificultad de compaginar actividades de desarrollo microeconómico (de "abajo arriba") y basadas en la demanda con los actuales sistemas de gobierno nacionales e internacionales que, en muchos aspectos, están en crisis y no pueden aportar soluciones, orientaciones y apoyo adecuados.

En relación con este dilema, existe un volumen considerable de experiencia acumulada en las regiones francófonas con la aplicación del enfoque de gestion de terroirs en algunos proyectos. La eficacia de este tipo de enfoque en un primer momento se vio entorpecida por su incapacidad para ocuparse al mismo tiempo de las perspectivas horizontal y vertical de las dimensiones espaciales e institucionales. Con el tiempo, los especialistas se dieron cuenta de que el uso de los terroirs como punto de entrada no era suficiente, pues era necesario colocarlos en un contexto de redes institucionales y extraoficiales más amplias de relaciones políticas y sociales. El tema de la legitimidad y eficacia de las redes e instituciones locales adquirió importancia primordial. En la FAO, el resultado ha sido una extensa labor sobre descentralización, que aunque ha ido abarcando otras regiones, inicialmente se centró en las zonas francófonas de África septentrional y occidental.

Por lo que se refiere a la región de ALC, en el cuadro 2 se resumen las diferentes estrategias agrícolas adoptadas en la región para promover el desarrollo rural y se intentan definir los enfoques centrados en las personas que se aplicaron en los períodos indicados.

En el cuadro 3 se sintetizan los principales enfoques, los temas centrales regionales y los protagonistas y donantes más importantes relacionados con cada grupo lingüístico amplio. El grupo anglófono se dividió en inglés y norteamericano, y el inglés se adoptó como idioma por defecto internacional (y no únicamente del Reino Unido) de desarrollo.

Cuadro 2: Estrategias agrícolas y enfoques centrados en las personas aplicados en América Latina y el Caribe (1950 - 2000)

Período (decenios)

Estrategia

Instrumentos

Efectos

Aplicación

Promotores

Enfoque centrado en las personas

1950 - 1970


· Industrialización basada en la sustitución de importaciones (de la agricultura a la industria).

· Reforma agraria.
· Licencias de importación, aranceles.
· Inversiones públicas directas en industrias clave.
· Tipos de interés bajos, fácil acceso al crédito en el marco de regímenes monetarios poco estrictos.

La industrialización basada en la sustitución de importaciones presentaba varias deficiencias:

· preferencia a las zonas urbanas a costa del sector rural
· distorsiones en la asignación de los recursos
· exenciones fiscales y subvenciones que crearon importantes déficit presupuestarios
· sobrevaloración de los tipos de cambio
· la ineficacia de este modelo se hizo aún más evidente durante la crisis de la deuda de principios del decenio de 1980.

La mayor parte de los países

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Banco Mundial Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)

· Desarrollo comunal, fomento del riego comunal, atención primaria de salud y nutrición, cooperativas de comercialización y silvicultura social.
· Comunicación en favor del desarrollo (de 1970 en adelante)
· Respecto de los enfoques en apoyo de la mujer rural: i) 1950-1970: las mujeres eran beneficiarias pasivas del desarrollo, se apoyaba su papel reproductor; ii) 1975-1985 (Decenio para la Mujer), se promovió el enfoque basado en la mujer en el desarrollo (WID), que se centraba en necesidades estratégicas en materia de género.

· Decenio de 1970: revolución verde

· Aumento de los rendimientos mediante nuevos cultivares, el riego, fertilizantes, plaguicidas y la mecanización.

1980 - comienzos de los años noventa

· Medidas de estabilización y de ajuste estructural

· La CEPAL promueve la transformación productiva con equidad (ajuste con crecimiento). El objetivo era superar la crisis de la deuda externa.

· Liberalización de los precios de los bienes y factores de mercado
· Liberalización del comercio
· Reducción de la función pública en la economía
· Reducción de la función pública en los servicios de apoyo (p. ej., provisión de crédito, educación, extensión e investigación).
* Desastres naturales (El Niño, huracán Mitch, deslizamientos de tierra y terremotos)

· "El decenio perdido", tasa media anual de crecimiento del PIB: -1%
· Diversas crisis económicas internacionales inhibieron el crecimiento económico de la región, limitaron sus perspectivas económicas a plazo corto y medio y agravaron considerablemente la pobreza rural.
· Muchos hogares rurales llegaron a depender cada vez más de los ingresos no agrícolas.

Todos los países

CEPAL
Banco Mundial
BID
IICA
FAO
Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA)
* Fundación FORD

· Desarrollo rural integrado
· Enfoques participativos
· Sistemas agrícolas
· Ordenación comunitaria de los recursos
· Investigación-acción participativa
· Comunicación para el desarrollo
· WID: más atención hacia las necesidades estratégicas de la mujer.
· Género y desarrollo: promoción de la igualdad de género y de la potenciación del papel de la mujer.

1990 en adelante

· Reformas económicas

Eliminación de las subvenciones, servicios de apoyo al crédito y las tecnologías

· Leve recuperación
· La retirada del sector público provocó un vacío institucional
· Globalización: más oportunidades pero mayor vulnerabilidad.
· Pocos progresos en la reducción de la pobreza.

Todos los países

CEPAL
Banco Mundial
BID
IICA
FAO
FIDA
Cooperación internacional

· Enfoques basados en los modos de vida
· Desarrollo rural integrado
· Intervenciones basadas en el territorio
· Metodologías participativas basadas en la demanda (FIDA)
· Investigación-acción participativa
· Comunicación para el desarrollo
· Ordenación de los recursos naturales (comunitaria): sector forestal, cuencas hidrográficas
· Incorporación de una perspectiva de género.

Cuadro 3: Resumen de los principales enfoques, los focos de atención regionales y los protagonistas y donantes más importantes relacionados con cada grupo lingüístico


Inglés

Norteamericano

Francés

Español

Focos de atención regionales

Por lo general a nivel mundial, con fuerte hincapié en África subsahariana y el subcontinente.

Mayor énfasis en América Latina y Europa oriental y la ex Unión Soviética, aunque posee una perspectiva de desarrollo de alcance mundial.

Suele ser el África occidental de habla francesa y el Oriente Medio

ALC

Marco organizativo

Fuerte institucionalización del desarrollo internacional en el marco del Gobierno británico, incluido DDI y el ODI.

Principales organizaciones gubernamentales de los EE.UU.: USAID, Peace Corps, USDA; con una función mucho más incisiva de ONG privadas en las actividades de desarrollo internacional. Especial atención a las actividades empresariales y de democratización.

Papel importante de las ONG y organizaciones locales en los países en desarrollo y también de las principales organizaciones francesas.

Organizaciones internacionales (CEPAL, BID, IICA, FIDA, FAO) y cooperación internacional

Función del estado-nación

Intentos por atribuir mayor responsabilidad a la nación y ayudar al gobierno central a contribuir por sí mismo al desarrollo y la reducción de la pobreza.

Tendencia a no participar en las actividades del gobierno central, o incluso de las comunidades locales. Enfoque de "arriba abajo" de desarrollo, en cuyo marco las empresas estadounidenses se relacionan principalmente con ONG privadas (de los EE.UU.). Por lo general se favorece el fortalecimiento de estas ONG.

Entre 1960 y 1970: la función del estado-nación de fundamental importancia para el desarrollo, si bien con cierto interés en los gobiernos locales. 1980: creciente desconfianza en el estado como agente de desarrollo. 1990: el objetivo era dar a la sociedad civil la plena libertad para participar y encargarse de sus propias actividades de desarrollo.

· Creación de capacidad
· Colaboración con el sector público y las organizaciones de la sociedad civil.

Relaciones entre el mundo desarrollado y el mundo en desarrollo

Evolución de la ayuda condicional, supeditada al comercio con determinados sectores de la economía británica, a la asistencia reciente, mucho más incondicional y con mayor confianza y espíritu de cooperación en las relaciones de trabajo entre los países en desarrollo y los desarrollados.

La ayuda de los EE.UU. suele estar supeditada en particular al fortalecimiento de la sociedad civil y la democratización. Hay una muy estrecha relación entre la asistencia para el desarrollo que presta ese país y su política exterior.

Fuerte impulso de la asistencia francesa para el desarrollo hacia el alivio de la deuda, especialmente respecto del África occidental de habla francesa. Tendencia a establecer sólidas conexiones entre los organismos franceses y sus homólogos en el mundo en desarrollo.

Algunos organismos internacionales financian las intervenciones de desarrollo (aplicando enfoques centrados en las personas) sobre la base de criterios autónomos y en algunos casos los gobiernos no disponen de estrategias u orientaciones claras.

Enfoques principales

Por el momento, MVS, aunque en el pasado se utilizaron el desarrollo rural integrado y los sistemas agrícolas.

Ninguno en específico, si bien se señalan los sistemas agrícolas y el manejo integrado de plagas (MIP).

La animation rurale es un método importante, como también los sistemas agrícolas. Otro enfoque de origen francófono es la gestion de terroirs, aunque al parecer se desarrolló en la propia región saheliana y no a partir de las políticas de desarrollo francesas. Groupe de Recherche et d’Appui à l’Autopromotion Paysanne (GRAAP.)

· Desarrollo rural integrado
· Intervenciones basadas en el territorio
· Ordenación participativa de los recursos naturales
· Investigación-acción participativa
· Enfoques basados en los modos de vida
· Enfoques de género

4.3 El enfoque "sin nombre" de la FAO: la actitud extraoficial de la Organización hacia el desarrollo rural y sus aplicaciones. Conclusiones preliminares de las entrevistas

4.3.1 La cultura institucional de la FAO y la aparición del enfoque "sin nombre"

Al examinar los efectos de los diversos enfoques de desarrollo que se van incorporando a la cultura institucional de la FAO, pueden observarse dos orientaciones principales:

Ambas orientaciones reflejan algunas de las características principales que conforman la cultura institucional de la FAO ante los enfoques de desarrollo "importados", como son las siguientes:

Esto ha dado lugar a algunas conclusiones preliminares y a hipótesis de trabajo sobre la interacción entre el telón de fondo cultural y los enfoques de desarrollo que se aplican en la FAO, entre las que figuran:

4.3.2 El enfoque "sin nombre"

Nuestro enfoque principal podría llamarse enfoque sin nombre, es decir un planteamiento no sistemático que se basa en la experiencia general, en principios participativos amplios y en métodos específicos para un sector dado. Las misiones son demasiado breves para que otros métodos puedan surtir efecto.

La aparición de lo que, a falta de un nombre más apropiado, denominamos el "enfoque sin nombre" de desarrollo rural, es el resultado de diversas entrevistas y debates informales celebrados en la FAO. El objetivo de las entrevistas era definir y comparar el marco "oficial" de la institución en cuanto a sus valores y actividades de desarrollo con la práctica y la teoría extraoficiales. Con este fin, las entrevistas se dividieron en dos grupos principales:

Durante las entrevistas, los funcionarios de la FAO señalaron que por lo general aplicaban al diseño y la ejecución de los proyectos una serie de principios, métodos y elementos impulsores que correspondían a las prácticas más acertadas según su propia experiencia. Pronto nos dimos cuenta de que había una gran semejanza entre los elementos clave, las referencias y los diversos instrumentos en poder de los funcionarios de la FAO, que en conjunto podían considerarse la práctica habitual en el ámbito extraoficial de la Organización. En una de las entrevistas realizadas este planteamiento amplio se denominó "enfoque sin nombre": El cuadro 4 que figura a continuación contiene un resumen de los principales aspectos de este enfoque, que de ningún modo pretende ser exhaustivo. Es interesante observar que los debates sobre el "enfoque sin nombre" pusieron de manifiesto algunos problemas que según los entrevistados eran los principales obstáculos para su labor y, en ocasiones, para el desarrollo en general. Estos problemas conforman los elementos centrales de la sección 5 de este documento.

Cuadro 4: Características principales del "enfoque sin nombre" de las prácticas de desarrollo


Enfoque adoptado

Principales limitaciones y problemas

Objetivos

Alivio de la pobreza, acceso equitativo a los recursos naturales, seguridad alimentaria, descentralización.

Esferas prioritarias: nutrición y seguridad alimentaria, VIH/SIDA, situaciones de emergencia, y políticas.

Se indican algunos objetivos, pero no se llevan adelante en función de sus consecuencias para la FAO (p. ej., la posición de la FAO respecto del acceso al agua o la tierra. Se trata de problemas políticos o relacionados con los derechos humanos, y debido a su marcada connotación política, la FAO evita adoptar una posición clara al respecto).

Principios

Los proyectos deben ejecutarse mediante un proceso participativo y consultivo, abarcar múltiples niveles y vinculaciones, facilitar la potenciación, ser holísticos, flexibles y sostenibles y tener en cuenta las cuestiones de género.

Pese a su utilidad, es casi imposible aplicar los principios debido a problemas estructurales y a la rigidez en el ámbito de la FAO.

Diagnóstico

Se basa en la combinación de estudios técnicos y ERP como instrumento extractivo. Se trata de obtener el máximo volumen de conocimientos con escasez de recursos.

No se destina tiempo suficiente a esta fase tan crucial.

Diseño

Conseguir el equilibrio entre los requisitos de la FAO y los intereses y prioridades locales, en especial del gobierno. El esfuerzo consiste en dar más espacio y poder a la comunidad local.

El proceso suele estar determinado por los requisitos oficiales establecidos "sobre el papel", más que por las conclusiones del diagnóstico y la realidad de los hechos.

Ejecución

La ventaja comparativa de la FAO reside en el apoyo que presta a otros proyectos. La ejecución directa se limita a proyectos en pequeña escala como los previstos por el Programa de Cooperación Técnica (PCT) y el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA). El éxito de la ejecución depende de las aptitudes de liderazgo y organizativas de los principales funcionarios y sus homólogos nacionales. La eficiencia de las personas es el factor determinante para una ejecución exitosa.

Dificultades para mantener el empeño y la continuidad. A menudo, la FAO modifica sus prioridades y orientaciones. Es difícil forjar asociaciones sólidas a no ser con instituciones gubernamentales.

Evaluación

La evaluación se utiliza como instrumento para documentar los éxitos y las prácticas más adecuadas.

Con frecuencia las evaluaciones están muy vinculadas a los programas políticos internos. En el marco de los proyectos se intenta ocultar lo que no resultó, por lo que también en este caso la percepción de un proyecto es más importante que los acontecimientos reales. Por esta razón, es muy difícil asimilar enseñanzas para proyectos futuros.



[11] Ellis, F. y Biggs, (2001) "Evolving Themes in Rural Development", Development Policy Review, Vol. 19 (4) págs. 437 - 448.
[12] Ellis, F. y Biggs, (2001), ibid.
[13] En este documento, la gestión pública se refiere a las estructuras y los procesos que determinan la manera en que se formulan y aplican las políticas Y las relaciones de poder entre los interesados directos que toman parte en esos procesos y estructuras.
[14] En este contexto, se entiende el poder de:
  • crear y modificar las normas y los reglamentos (oficiales y extraoficiales);
  • adoptar decisiones acerca de las oportunidades y la utilización y ordenación cotidianas de los recursos naturales y la tierra;
  • controlar los usos y la ordenación de esos recursos;
  • emitir fallos acerca de esos recursos (p. ej., en reclamaciones, etc.).

[15] Ashley, C. y Maxwell, S. (2002): ODI Briefing Paper on Rethinking Rural Development (ODI).
[16] Se trata de uno de los cinco subprogramas del LSP (FAO).
[17] La información contenida en esta sección procede en gran medida de las entrevistas realizadas a miembros del personal de la FAO.


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