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6 Prioridades y estrategias para el desarrollo sostenible del sector forestal

Las acciones prioritarias para el desarrollo del sector forestal de la subregión son:

Lograr que a través del ordenamiento territorial en los países se definan las tierras de vocación forestal.

Una de las acciones inmediatas en relación al ordenamiento territorial en los países es la definición clara de las tierras de vocación forestal para la producción y protección de recursos y el control del uso adecuado del suelo. Si los países inician en el 2005 acciones concretas en esa dirección, involucran a todos los sectores productivos y a otros protagonistas de la sociedad en el proceso y elaboran los instrumentos necesarios para su aplicación, podría darse un cambio en el futuro.

Impulsar la ordenación de bosques como la mejor vía para la conservación de dichos ecosistemas en la región

Es urgente que los países diseñen y ejecuten un sistema de seguimiento y control de la ordenación forestal que permita asegurar que las áreas sometidas a planes de ordenación efectivamente apliquen las técnicas silvícolas adecuadas y se administren bajo principios y criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental.

El Estado debe asumir su rol como facilitador de procesos de ordenación y conservación de recursos forestales. Debe concentrarse en su labor de control y combatir la ilegalidad y la corrupción.

Es imprescindible que los servicios forestales de la subregión brinden apoyo a los pueblos indígenas y a los campesinos y se los involucren en la ordenación forestal en la región. Un elemento fundamental es la capacitación de los miembros más prominentes del sector forestal campesino, indígena y empresarial.

Deben existir directrices claras y definidas hacia la ordenación de los bosques secundarios para la producción de bienes y servicios ambientales.

Impulsar la reconversión industrial y la manufactura de productos forestales de alto valor agregado

La madera seguirá siendo el producto más importante de los bosques y por ello, es imprescindible establecer una estrategia para lograr que la industria forestal de la subregión se concentre en agregar valor para ofertar la madera y los productos forestales tanto en el mercado nacional como en el internacional. Los países deben apuntar a que para el 2020 la madera sea la materia prima de una industria especializada en productos de alto valor agregado.

Se debe generar información sobre la comercialización de la madera y de los productos elaborados con ésta en la región e identificar las barreras que existen para el libre comercio de estos bienes.

La leña seguirá siendo un producto importante para las comunidades rurales, y por lo tanto para el 2020 deberán existir mecanismos de ordenación de la cubierta forestal para la producción y el abastecimiento de leña en forma sostenible para las comunidades rurales que viven “en y cerca de los bosques”.

A más tardar en 2010 deben estar operando los modelos de ordenación sostenible para los productos no madereros de los bosques, con información sobre tasa de cosecha para mantener a las poblaciones y no degradar el recurso. Las instituciones de investigación a nivel regional y nacional deberán generar información que facilite la ordenación de este recurso.

Algunos gobiernos como el de Nicaragua han establecido en su nueva Ley Forestal incentivos para el establecimiento de industrias forestales en el país. Estos incentivos van a funcionar bien y se logrará establecer una industria forestal competitiva y de un nivel tecnológico adecuado.

Crear un sistema de servicios ambientales para compensar en términos económicos a los dueños de bosques y plantaciones que prestan servicios a la sociedad

Es urgente iniciar esta labor con la elaboración de un estudio de demandas sociales, ambientales y económicas de los bienes y servicios que generan los bosques y las plantaciones forestales.

Se requiere una campaña de divulgación y reconocimiento de los servicios ambientales de los bosques para desarrollar un sistema completo de cobro y pago por esos servicios. Sin embargo, el caso de Costa Rica ha dejado claro que aunque el pago por servicios ambientales es un instrumento de apoyo a la conservación, éste no ha sido suficiente para detener la tala ilegal.

Los programas de servicios ambientales deberán diseñarse de tal forma que los beneficiarios de los servicios ambientales paguen a los dueños de bosques y plantaciones que brindan tales servicios. El sistema podrá establecerse en base a un aporte del Estado en una etapa inicial, pero la única forma de darle sostenibilidad al sistema será identificando claramente a los beneficiarios de los servicios y estableciendo los montos de pago que éstos deberán realizar. Solo así a partir del 2010, al menos la mitad de los países de la subregión, tendrán en función un sistema de servicios ambientales que cobre a los beneficiarios de éstos y pague a los dueños de bosques y plantaciones forestales por dicho servicios. Se espera que a partir del 2015 el resto de los países implementen el sistema. Este mecanismo permitirá recuperar cubierta forestal en los países para compensar la cubierta perdida en décadas anteriores.

Se deben identificar los mercados internos de madera y servicios ambientales, así como los mercados internacionales. Además, deben hacerse esfuerzos para internacionalizar el valor de la protección que dan los bosques a los recursos hídricos.

Modificar la metodología de contabilizar al sector forestal en las cuentas nacionales para que se refleje la verdadera contribución de éste a la economía nacional (PIB)

Los países deberán realizar las gestiones ante el ente regulador nacional para modificar la forma de contabilizar la contribución del sector forestal considerando toda la cadena productiva y eso lleva, en la mayoría de los países, a un incremento en el indicador del aporte al PIB de casi un 5%. Este ajuste metodológico permite mostrar a los políticos la importancia económica del sector en la economía nacional.

Además, la contribución al PIB será mayor debido a que se intensifica el establecimiento de plantaciones forestales y de una correcta ordenación forestal, la demanda de mano de obra en la zona rural de los países crecerá. Además, se crearán empleos en la nueva industria forestal que trabaja con madera de plantaciones forestales y bosques bajo ordenación.

Consolidar el sistema de áreas protegidas a través de la compra de las tierras y del adecuado control y supervisión de campo

La única forma de mantener las áreas protegidas cumpliendo la función para la que fueron creadas será a través del diseño de mecanismos novedosos de financiamiento para las áreas protegidas de la región. Además, se deberá trabajar a fin que las comunidades rurales y urbanas estén comprometidas en la ordenación de dichos recursos.

Asegurar que se implementen los PNDF

Que cada país logre diseñar e implementar su PNDF y la Estrategia Forestal Nacional y que esos documentos no queden sólo en el papel escrito, sino que se conviertan en instrumentos que orienten las acciones sectoriales. El combate a la pobreza debe ser uno de los ejes estratégicos del PNDF en cada país.

Hace 10 años los países de la región elaboraron los Planes de Acción Forestal (PAF), sin embargo, la inmadurez institucional forestal y la falta de información precisa sobre el mismo sector no facilitaron un mayor impacto de dicha estrategia. No se consideraron en su momento aspectos relevantes como el empleo forestal, la calidad de vida de los pobladores rurales que usan los bosques, la posición social y política del sector entre otros aspectos.

Además, se debe elaborar una estrategia regional forestal, no como sumatoria de las estrategias nacionales, sino seleccionando lo regional y lo nacional y diferenciando las estrategias a seguir en cada caso. Se debe utilizar la plataforma regional de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y trabajar en el posicionamiento social y político del sector forestal dentro de la agenda política de los países.

Se debe reconocer que la situación de México como país y del sector forestal mexicano en particular es muy distinta a la situación del resto de Centroamérica.

Diseñar e implementar un sistema de estadísticas regional que permita monitorear los cambios del sector forestal de los países

Es urgente producir un informe sobre “El estado forestal de la región”, buscando para ello el apoyo de la CCAD y de organismos internacionales como la FAO.

Incrementar la inversión en el sector

La inversión forestal requiere de un ambiente de negocios apropiado en cada uno de los países pues la producción de madera y servicios ambientales se da a largo plazo y por ello se debe impulsar la seguridad jurídica en los negocios forestales.

No sólo es necesario incrementar la inversión para aumentar la tasa de reforestación o de ordenación de bosques, sino que es necesaria una mayor inversión en educación e investigación forestal a través de alianzas estratégicas entre el sector forestal empresarial y las universidades y centros de investigación forestal de los países.

Limitaciones

Sin embargo, existen fuertes limitaciones que deben superarse para lograr implementar medidas correctivas en materia forestal:

• Falta o insuficiencia de compromiso político para realizar los cambios

• Limitada capacidad institucional y procesos aún muy centralizados que provocan una estructura débil a nivel rural en los países.

• Ausencia de líderes dentro del sector forestal.

• Falta de conciencia y de participación de la sociedad.

• Falta de una estrategia de comunicación con todos los protagonistas involucrados en el manejo de los recursos forestales para establecer una visión de futuro en forma conjunta.

• Existe suficiente información para la toma de decisiones por parte de las instituciones y otros sectores, pero esa información no siempre está disponible, por lo tanto no cumple su función.

• El financiamiento para las labores de ordenación es insuficiente, aunque se trabaja en el diseño de mecanismos novedosos de financiación para el sector.

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